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LA HOJA VOLANDERA RESPONSABLE SERGIO MONTES GARCÍA Correo electrónico sergiomontesgarcia@yahoo.com.mx En Internet www.lahojavolandera.com.mx ¿QUÉ PODEMOS APRENDER DE LA MITOLOGÍA GRIEGA? Laura Estela Montes Vásquez* * Licenciatura en Letras Clásicas (FFyL UNAM). Profesora de Latín en la carrera de Lengua y Literatura Hispánicas en la FES-Acatlán Uno de los aspectos que le dan significado al estudio del griego en el Colegio de Ciencias y Humanidades es que los alumnos refuercen y continúen desarrollando los contenidos precedentes en Taller de Lectura, Redacción e Iniciación Documental. Además, que pongan en práctica los conocimientos, habilidades y destrezas lingüísticas en su vida académica y social. De manera más específica, se busca que los alumnos sean capaces, a partir de conocimientos previos y los adquiridos durante el curso, de utilizar e interrelacionar los componentes lingüísticos, semánticos y discursivos de un texto, con el fin de reconstruirlo en su dimensión de significación, tanto en la lengua materna como en lengua extranjera. De acuerdo al programa de la materia de Griego I y II, la importancia de estudiar los mitos es para que los estudiantes conozcan la trascendencia de éstos en algunas disciplinas de la cultura occidental.1 Sin embargo, va más allá de un simple conocimiento a manera de cultura general. Explicamos qué es un nominativo, qué un acusativo, cómo traducir una oración copulativa y una transitiva. Hablamos de las declinaciones, de pronombres y adjetivos, de perfectos y aoristos. Pero, además de los aspectos gramaticales, debemos abordar los aprendizajes a los que algunos llaman el “currículum oculto”. Retomo el planteamiento que elaboró Eagan Kieran donde señala que la escuela moderna tiene 1 http://www.cch.unam.mx/sites/default/files/plan_estudio/mapa_griego.pdf Noviembre 25 de 2012 www.lahojavolandera.com.mx ¿QUÉ PODEMOS APRENDER DE LA MITOLOGÍA GRIEGA? tres funciones primordiales: busca socializar a los jóvenes, transmite las formas particulares de conocimiento y, por último, apoya el desarrollo potencial de cada individuo.2 Es decir, un grupo social busca regularizar la convivencia (llámese de tipo político, social, económico, cultural, etcétera) a través de convencionalismos o reglas establecidas, a este proceso se le llama de socialización. El trabajo central de la socialización es inculcar un conjunto de normas y creencias constitutivas en un entorno social. Podríamos decir entonces que existe una educación moral que busca reafirmar en el individuo hábitos y conductas positivas que aporten al crecimiento de una comunidad y contribuyan a un bien común. Si tomamos en cuenta esto, nuestra labor como docentes no sólo se debería centrar en cultivar el intelecto de nuestros alumnos. Decía Juliano al respecto: “una correcta educación creemos que no es una fastuosa armonía en las palabras y en la lengua, sino la sana disposición de una inteligencia razonable y las opiniones verdaderas sobre lo bueno y lo malo, lo bello y lo feo.”3 Kieran retoma el modelo educativo que Platón propone en el libro de la República, donde establece que “la mejor clase gobernante estaría conformada por filósofos, los que deben estar dotados de las cuatro virtudes cardinales: prudencia, justicia, fortaleza y templanza.”4 Pero ¿cómo educamos estas cuatro virtudes cardinales? En su época, ya Aristóteles nos dio la respuesta: la figura de las historias trágicas5 como vehículo educativo de los sentimientos. Puesto que la virtud que cada persona profese determinará su bienestar, el héroe trágico es un claro ejemplo del froni/mwj, porque necesita de las virtudes cardinales para superar su trágico destino: Por este motivo dirá Aristóteles (Poética, 2, 1448 A) que la imitación poética ( ) está guiada por el imperativo de imitar a los esforzados-y-buenos ( , que ambas cosas significa esta palabra) y evitar la imitación de los viles-y-malos ( , palabra que junta entrambas significaciones), de modo que el valor poético va vinculado a lo moral, la belleza a la bondad.6 Por lo tanto, a través de la mitología podemos plantear a los ojos del alumno el modelo ideal –cómo se hizo en época clásica y posterior– del ciudadano virtuoso. La selección de autores y obras para su utilización dentro del salón de clase debe constituir un ejemplo de moral, pero a su vez también nos debe permitir el manejo de los aspectos gramaticales para que el alumno pueda sistematizar de una mejor forma su aprendizaje al relacionar fondo y forma. Cfr. EGAN, Mentes educadas: cultura, instrumentos cognitivos, y formas de comprensión, pp.26-27 JULIANO, Contra los galileos, p. 89. 4 EGAN, op. cit., p. 30. 5 Estas historias trágicas son tramas o argumentos sobre los mitos más populares de época clásica. 6 GARCÍA BACCA, “Introducción a la poética” en Poética de Aristóteles, p. XVI. 2 3 ╣2╠