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SD 8 REVISTA MÉDICA INTERNACIONAL SOBRE EL SÍNDROME DE DOWN 2004: vol. 8, núm. 1, pp. 8-12 Caso clínico Síndrome mieloproliferativo transitorio en un recién nacido con síndrome de Down* Esperanza Tuset, Susanna Rives, Teresa Coll, Iñaki Alcorta, Mª del Mar Pérez, Jesús Estella Servicio de Hematología. Hospital Pediátrico Universitario de Sant Joan de Déu. Correspondencia: Dra E. Tuset. Laboratorio de Diagnóstico de Hemato-oncologia. Passeig de Sant Joan de Déu, 2 08950 Esplugues, Barcelona E-mail: etuset@hsjdbcn.org Artículo recibido: 30.01.04 Resumen El síndrome de Down es un buen ejemplo de enfermedad cromosómica hereditaria. Suele tener una mayor incidencia en el desarrollo de leucemias agudas, además de estar asociada característicamente al llamado síndrome mieloproliferativo transitorio (SMPT) en recién nacidos y lactantes. En la mayoría de los casos el SMPT se resuelve espontáneamente, lo cual dificulta su consideración como una verdadera leucemia. Recientemente, se ha asociado el SMPT a mutaciones del gen GATA-1. Este gen codifica factores de trascripción asociados a la diferenciación hematopoyética de las series eritroide y megacariocítica. El subtipo leucémico del SMPT en el síndrome de Down es en la mayoría de los casos megacarioblástico, de ahí el probable papel leucemógeno del gen GATA-1. Cuestiones como por qué y cómo se resuelve espontáneamente este fenómeno leucémico, están aún por resolver, por lo que la relación del síndrome de Down y el SMPT sigue siendo un enigma. Presentamos un caso de SMPT en un recién nacido con síndrome de Down. Palabras clave: Síndrome mieloproliferativo. Síndrome de Down. Megacarioblasto. Leucemia congénita. Transient myeloproliferative disorder in a newborn infants with Down syndrome Abstract Down´s syndrome is a good example of an inherited chromosomal aneuploidy and is characterized by a substantially increased incidence of leukemia and is uniquely associated with transient myeloproliferative disorder (TMD) that occurs frequently in newborn infants. Because in most cases TMD disease disappears spontaneously, it has been difficult to accept it as leukemia. Recently acquired mutations in GATA-1 gene, encoding the erythroid megakaryocytic transcription factor GATA-1 have been reported in Down´s syndrome related TMD and acute megakaryocytic leukemia (AMKL). Questions like, why does TMD spontaneously resolve? and, what is its mechanism?, are unsolved since the * Caso clínico presentado en la Sesión Clínico Citológica de Hematología de Diciembre del 2003 organizada por la Academia de Ciencias Médicas de Cataluña. SD 2004: vol. 8, núm. 1, pp. 8-12 REVISTA MÉDICA INTERNACIONAL SOBRE EL SÍNDROME DE DOWN relationship between DS and TMD remains enigmatic. We report a case of TMD in neonate with Down´s syndrome and spontaneous resolution of TMD. Keywords: Myeloproliferative disorder. Down syndrome. Megakaryoblast. Congenital leukemia. Introducción Es conocido que los niños con síndrome de Down (SD) tienen una mayor predisposición a desarrollar leucemias, con una incidencia 20 veces mayor a la general. Entre los diferentes factores implicados en la fisiopatogenia de este fenómeno destaca la posible influencia de una mayor carga genética asociada a la trisomía 21, además de un mayor índice de mutaciones endógenas y de defectos en la reparación del DNA. El síndrome mieloproliferativo transitorio (SMPT) está asociado característicamente a recién nacidos (RN) con SD. También se han descrito algunos casos aislados de niños con fenotipo normal y SMPT, aunque en la mayoría se detectó un mosaicismo +21 en la clona blástica. El SMPT se define como una proliferación anómala de células inmaduras leucémicas que se resuelve espontáneamente (2-3 meses de vida); es frecuente que estas células leucémicas expresen marcadores de línea megacarioblástica. La incidencia del SMPT se ha considerado hasta del 10% en RN con SD y un 20-30% de los casos evolucionan a leucemia (período de hasta 4 años) tras una fase de mielodisplasia. Existe cierta controversia en si el SMPT es una verdadera leucemia o una reacción proliferativa no neoplásica. Sin embargo, estudios genéticos a nivel molecular han confirmado el origen monoclonal de la proliferación y, por lo tanto, su naturaleza neoplásica. En su patogenia, junto a la trisomía 21 (T21) se han implicado mutaciones en el gen GATA-1, gen localizado en el cromosoma X. Aunque la asociación de la T21 y el gen GATA-1 no está del todo clara, parece que GATA-1 estaría mutado precozmente en la “stem-cell” hematopoyética, lo cual asociado a la carga genética de la T21 favorecería la leucemogénesis. 9 Caso clínico Varón recién nacido con SD que ingresa en nuestro centro a los 2 días de vida por sospecha de cardiopatía, sin antecedentes obstétricos ni perinatológicos de interés. En la exploración física destacaba una hipotonía generalizada, lesiones cutáneas en forma de micropústulas en ambas mejillas y una discreta cianosis. En la auscultación cardiaca había un refuerzo del segundo tono y en la palpación abdominal se apreciaba una hepato-esplenomegalia de 3 cm por debajo del reborde costal. El ecocardiograma evidenció una hipertensión leve en la arteria pulmonar, persistencia del ductus arterioso y una comunicación interventricular. La ecografía abdominal evidenció una hepato-esplenomegalia homogénea. En la bioquímica plasmática destacaba unas LDH de 2.327 UI/L (<500 UI/L). Hemograma: Hb 120 g/L, VCM 108 FL, leucocitos 121x109/L (6 eritroblastos, 39 blastos indiferenciados, 16 blastos de morfología megacarioblástica, 2 mielocitos, 4 cayados, 7 basófilos, 19 segmentados, 4 linfocitos y 3 monocitos). y plaquetas 216x109/L. En la morfología de la sangre periférica se apreciaba una hiperplasia celular, con elementos de las tres series hematopoyéticas con rasgos intensos de displasia. Además, destacaba la presencia de células de tamaño mediano-grande de aspecto inmaduro e indiferenciado de tipo blástico; con aumento de la relación núcleo/citoplasma, núcleo redondo, cromatina laxa y algunas con nucleolo, citoplasma basófilo y agranular. Junto a éstas había otras células blásticas de mayor tamaño y con protuberancias citoplasmáticas características (BLEDS), que morfológicamente se identificaron como megacarioblastos. Asimismo, se observaban megacarioblastos inmaduros junto a otros elementos megacariocíticos con mayor grado de maduración y displasia. En conclusión, en la sangre periférica coexistían en diferente proporción blastos más indiferenciados con otros característicos de megacarioblastos junto a mielemia, basofilia y displasia. (Figs. 1 y 2). Ante la sospecha de leucemia aguda se llevaron a cabo los siguientes estudios. Estudio citoquímico de los blastos: mieloperoxidasa (MPO) negativa, fosfatasa ácida positiva difusa en el 82%, esterasas inespecíficas positivas en el 62% y el PAS positivo en el 18%, siendo éstos morfológicamente mega- SD 10 REVISTA MÉDICA INTERNACIONAL SOBRE EL SÍNDROME DE DOWN 2004: vol. 8, núm. 1, pp. 8-12 Figura 1: Extensión de sangre periférica. Megacarioblasto con BLEDS (May Grünwald Giemsa x 1.000). Figura 3: Imagen ultraestructura. Megacarioblasto con positividad de la peroxidasa plaquetaria en la cisterna perinuclear. (Técnica Citoquímica ultraestructural POP x12.500). Figura 2: Extensión de sangre periférica, blastos de aspecto indiferenciado junto a megacarioblastos (May Grünwald Giemsa x 1.000). carioblastos. El estudio de ultraestructura por microscopía electrónica confirmó que algunos blastos eran positivos para la peroxidasa plaquetar en la cisterna perinuclear, confirmando su naturaleza megacaricocítica (Fig. 3). El inmunofenotipo, por citometría de flujo de la población blástica, resultó positivo para CD34, CD45, CD117 y CD7 débil. Los marcadores CD66 y CD33 se expresaban de forma heterogénea y dé- bil y la MPO fue positiva en un 5% de los blastos. Mientras que marcadores de línea megacariocítica como el CD41 y el CD61 fueron positivos intensos. La glicoforina A, así como el resto de marcadores mieloides junto a los de línea B y T, fueron negativos. El estudio del cariotipo en sangre periférica resultó 47, XY con trisomía 21 regular. Con todos estos datos se diagnosticó leucemia aguda megacarioblástica con displasia trilineal. Dado que se trataba de una leucemia congénita en un RN con SD se consideró la posibilidad de que se tratara de un SMPT. Por ello, no se le administró tratamiento citostático en espera de ver la evolución clínica y analítica. Las lesiones en la mejilla (Fig. 4) se resolvieron espontáneamente aunque reaparecieron nuevas. El estudio citológico de las mismas resultó dificultoso, pese a lo cual se observaron células blásticas junto a basófilos que sugerían infiltración cutánea por la leucemia (Fig. 5). Sin embargo, la biopsia no resultó concluyente. Respecto a la evolución de los parámetros del hemograma, las plaquetas siempre se mantuvieron en unos niveles normales, así como la Hb, con un descenso propio de la anemia fisiológica del RN. La cifra de leucocitos fue disminuyendo progresivamente y a partir del 1,5 mes fue normal y los blastos desaparecieron a partir del mes (Fig. 6). La hepatoesplenomegalia se redujo progresivamente y la cifra de LDH se normalizó. SD 2004: vol. 8, núm. 1, pp. 8-12 REVISTA MÉDICA INTERNACIONAL SOBRE EL SÍNDROME DE DOWN Figura 4: Imagen de lesiones cutáneas con micropústulas. El diagnóstico de SMPT en este paciente se estableció en base a los estudios realizados en los blastos presentes en la sangre periférica, además de la falta de otras causas reactivas o infecciosas en el paciente que justificaran esta proliferación; pero sobre todo por el hecho de que el paciente fuera un neonato con SD. El diagnóstico de SMPT se confirmó cuando desaparecieron espontáneamente los blastos de la sangre junto a la normalización de la cifra de leucocitos y la remisión de la hepato-esplenomegalia. Este caso es similar a otros casos descritos en la literatura, destacando del mismo la posible infiltración cutánea que, aunque está descrita, es infrecuente. Discusión El motivo de presentar este caso es porque el SMPT constituye un fenómeno de gran interés como modelo de estudio de la leucemogénesis; también por la resolución espontánea del mismo en Leucocitos (x109/L) Blastos (%) HB (g/L) Plaquetas (x109) Figura 6: Evolución de los parámetros de hemograma (seguimiento 1 año). 11 Figura 5: Citología de piel con células de aspecto blástico junto a basófilos. (May Grünwald Giemsa x 1.000). la mayoría de los casos. Esta evolución plantea interesantes cuestiones como: ¿por qué el SMPT se asocia característicamente al SD?; ¿por qué y cómo se produce la remisión de un proceso clonal?; ¿se deben tratar estos pacientes?; ¿cuándo y cómo? La asociación SD-SMPT durante el período neonatal está referida en la literatura desde hace tiempo en pequeñas series (1). Aunque no está explicada totalmente esta asociación, lo que resulta evidente es la implicación de la trisomía 21; incluso en los casos descritos con fenotipo normal se ha observado que la clona leucémica tenía trisomía 21 (mosaicismo) (2). Una de las dudas es si la carga genética de T21 es suficiente, o son necesarias otras alteraciones, como mutaciones congénitas que afectaran a genes localizados en el cromosoma 21 con función de genes supresores de tumores. En este sentido, se han descrito posibles genes implicados localizados en la región pericéntrica del cromosoma (21q11.1-2) o en la región distal del mismo (21q22), entre otros (3). Por otra parte, en el SMPT se ha descrito la asociación de mutaciones congénitas del gen GATA-1, gen que codifica un factor de transcripción esencial para la diferenciación hematopoyética. Como consecuencia se sintetiza un factor de transcripción anómalo, que al unirse a su cofactor (FOG1) tendrá un reducido potencial de transactivación. Es decir, el desarrollo y diferenciación de las líneas celulares en las que está implicado el factor de trascripción GATA-1, como la eritroide y megacariocítica se verán afectadas, además de basófilos y eosinófilos, como se ha demostrado en modelos animales y estudios in vitro (4,5), así como en algunos tipos de anemias congénitas diseretripoyéticas asociadas a trombocitopenia (6). Estas mutaciones de GATA-1 SD 12 REVISTA MÉDICA INTERNACIONAL SOBRE EL SÍNDROME DE DOWN se han descrito en la práctica totalidad de las células leucémicas de los SMPT-SD, no afectando al resto de células que sí presentan la T21. Respecto a si se deben tratar los pacientes con SMPT, no existe consenso. Hay casos descritos que en el momento de nacer presentan un cuadro grave de hydrops fetalis con infiltración grave de órganos como el hígado o el corazón que puede ser fatal. Hay asimismo casos descritos de evolución tórpida y grave por la infiltración de órganos por blastos, pese a lo cual se resuelven espontáneamente (3), por lo que el tratamiento va a depender de la clínica del paciente y de su evolución. Está demostrada una muy buena respuesta a dosis bajas de arabinosido de citosina (ARA-C), debido probablemente a la mayor sensibilidad de estos pacientes a la misma, al parecer al estar implicado el gen que codifica la enzima cistationina-B sintetasa (CBS), localizada en el cromosoma 21 (21q22.3), que actúa sobre el ARA-C (3). Por último queda la gran cuestión: ¿cómo se resuelve espontáneamente el SMPT? Hay diferentes estudios realizados al respecto, pero en su mayoría coinciden en que la clave del fenómeno puede estar en el origen de la clona. Tal y como plantean Miyauchi y colaboradores (7), la clona se originaría en las células fetales hematopoyéticas del hígado fetal, más que en la médula ósea. Hecho que además justificaría el componente eritroide y megacaricítico que acompaña al SMPT. Es conocido que el precursor celular de megacariocitos, eritrocitos y basófilos es un progenitor común, CFU-e/b/meg, y las células derivadas del mismo expresan el factor de transcripción GATA-1. Por lo cual se especula que la célula anómala se originaría de uno de estos progenitores celulares que durante el desarrollo fetal predominan en el hígado. Pero la pregunta de cómo se resuelve per- 2004: vol. 8, núm. 1, pp. 8-12 siste. La respuesta podría atribuirse al mismo proceso por el que el hígado, al madurar, pierde su capacidad hematopoyética, se produciría la desaparición del cuadro al desaparecer la clona fetal. Pese a los avances en el conocimiento de la patogenia de este síndrome en los últimos años, siguen habiendo interrogantes sobre esta entidad que precisan estudios de investigación que ayuden a su resolución. Bibliografía 1. Zipursky A. 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