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Salud Mental, Vol. 25, No. 3, junio 2002, pp78-79 El Yo del vórtex (de las neuronas al sí mismo) Rodolfo R. Llinás. Bradford Books, MIT Press, MA, 2001. Enrique Soto Este libro de Rodolfo Llinás presenta muchos enfoques novedosos al problema del origen del yo y de la consciencia. En la visión de Llinás, el desarrollo de la inteligencia cobra sentido evolutivo cuando se la entiende en función de la capacidad del organismo para moverse. De hecho, se propone al pensamiento como una forma de internalización del movimiento. Al respecto se aporta como evidencia empírica el caso de las ascidias, que tienen un periodo de vida móvil para luego convertirse en organismos sésiles; en el proceso digieren su ganglio cerebral, corroborando que los centros superiores de análisis son necesarios únicamente para el movimiento. La capacidad predictiva, dice Llinás, es la función última del cerebro. Al igual que en trabajos anteriores (véase revista Elementos No.21: 3-16), Llinás insiste en que el sistema nervioso central es un sistema cerrado. Un sistema que, si bien interactúa con el medio, tiene una dinámica propia, intrínseca, que es la que determina su forma de operar. El intelecto se concibe como la capacidad predictiva del sistema. Así, el cerebro con su dinámica propia, simplemente corrobora en el mundo externo sus predicciones, pero no depende del flujo sensorial para su operación. Esta idea pone el énfasis en las propiedades intrínsecas del cerebro y de sus elementos, las neuronas. El potencial de las neuronas para mantener una actividad oscilatoria juega, según Llinás, un papel fundamental en la organización funcional del sistema nervioso. Particularmente la oscilación eléctrica a 40 Hz entre tálamo y corteza. En cierta forma esta oscilación da nombre al libro, es el vórtex que da origen al yo, a la conciencia. El diálogo tálamo-cortical es lo que genera la subjetividad en el hombre y en los vertebrados superiores. La experiencia de Llinás en diferentes campos de las neurociencias le permite abordar todos los aspectos de la neurofisiología con profundo conocimiento y con un enfoque verdaderamente novedoso. Especial interés tiene la forma en que concibe los patrones motores fijos y los qualia sensoriales. Curiosamente les atribuye un carácter similar a ambos. Los patrones motores fijos como uno de los mecanismos evolutivos que permiten evitar una sobresaturación para los sistemas de control motor. Los ganglios basales aparecen entonces como un repositorio de patrones motores fijos de los cuales los centros superiores de control motor simplemente seleccionan su activación o inhibición. Entonces la corteza únicamente comanda una secuencia de movimientos que se realiza 1 Salud Mental, Vol. 25, No. 3, junio 2002, pp78-79 a través de la selección de grupos de patrones motores fijos. Claro está, la corteza motora mantiene una supervisión sensorial constante que permite, en caso de problemas, suspender la evolución de estos patrones motores y tomar el control total del movimiento. La marcha, por ejemplo, es un patrón motor fijo que se desarrolla de forma automática, pero en caso de haber un problema, digamos si se tropieza, entonces inmediatamente se suspende la secuencia de la marcha y la corteza toma el control total del movimiento para introducir las correcciones necesarias. La corteza motora selecciona de un repertorio secuencias preprogramadas de movimiento y simplemente mantiene una supervisión de la evolución conductual. Esto permite liberar a los centros superiores de la sobrecarga que se produciría si para cada momento estuvieran obligados a analizar todas las combinaciones potenciales de movimientos relativos de todos y cada uno de los músculos del cuerpo. Igualmente, a los qualia sensoriales, tan queridos de los filósofos, Llinás les atribuye un papel fundamental en evitar la sobrecarga de información al sistema nervioso. La idea es que ante un cierto patrón de actividad aferente sensorial, los centros superiores de análisis le atribuyen una cualidad; por ejemplo, el ser "verde", la cualidad de "verde" resume todo un complejo patrón de actividad, en este caso de la vía visual. De forma semejante a lo que sucede con los patrones motores fijos, al hacer esta selección del qualia, la corteza ahorra en el procesamiento detallado y asigna una cualidad a un conjunto específico de la actividad neural aferente en un determinado momento. Los qualia, dice Llinás, facilitan la operación del sistema nervioso suministrando un marco de referencia bien definido, son patrones simplificados que incrementan la velocidad de decisión del sistema nervioso y permiten que estas decisiones re-entren a los centros de análisis y formen parte del panorama perceptual. Llama la atención la escasa, si no es que nula mención de las redes neuronales. Típicamente, diversos autores que han abordado el problema de la actividad mental, piensan en términos de niveles de integración (neuronas, redes, circuitos, sistemas, conjunto de sistemas). Llinás hace lo que, desde mi punto de vista, es un salto desde las neuronas hasta los sistemas, sin un análisis explícito de las propiedades de las redes y de los circuitos neuronales, siendo que el análisis de las propiedades intrínsecas de estos niveles parece fundamental para una comprensión cabal del funcionamiento del sistema nervioso. Con menos éxito se abordan en los últimos capítulos los asuntos referentes al lenguaje y al desarrollo de las interacciones sociales y la comunicación vía internet. Al contrario de las secciones anteriores, aquí se nos ofrece un análisis más pobre y yo diría poco interesante de ambos fenómenos que, evidentemente por su carácter, al menos el problema de las interacciones sociales y de el futuro de la comunicación humana, a lo que Llinás llama -The Collective Mind?; más bien parece que es un problema para el cual los neurofisiologos no estemos bien formados, cayendo invariablemente en reduccionismos. No cabe duda que I of the Vortex es un libro que dejará una marca importante en el pensamiento moderno acerca de la cognición, el origen de la conciencia y, sobre todo, de la autoconciencia. Llinás confirma indudablemente que es uno de los neurocientíficos y pensadores más importantes de nuestro tiempo, y que ha alcanzado una madurez tal de sus ideas acerca del funcionamiento del cerebro y de los problemas de la cognición que bien valen un esfuerzo de síntesis como el que nos ofrece en este libro. Ojalá pronto contemos con una traducción al español que permita darle una amplia difusión a este extraordinario texto. 79