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Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA 1 Page 1 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA 2 Page 2 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 3 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA Enfoques conceptuales, contexto global y experiencias locales 3 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA 4 Page 4 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 5 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA Enfoques conceptuales, contexto global y experiencias locales Sergio A. Sandoval Godoy Juana María Meléndez Torres (coordinadores) 5 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp © 2008 9/5/2008 12:06 PM CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA © Sergio A. Sandoval Godoy - Juana María Meléndez Torres © Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo, A. C. © Plaza y Valdés, S. A. de C. V. Derechos exclusivos de edición reservados para Plaza y Valdés, S. A. de C. V. Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio sin autorización escrita de los editores. Plaza y Valdés, S. A. de C. V. Manuel María Contreras 73. Colonia San Rafael México, D. F., 06470. Teléfono: 5097 2070 editorial@plazayvaldes.com Calle de Las Eras 30-B. 28670. Villaviciosa de Odón. Madrid, España. Teléfono: 91 665 8959 madrid@plazayvaldes.com www.plazayvaldes.com ISBN: Impreso y producido en México 6 Page 6 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 7 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA Para Marisol Para Jesús 7 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA 8 Page 8 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 9 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA Índice Introducción Juana María Meléndez y Sergio A. Sandoval Godoy 11 Primera parte. Enfoques conceptuales y contexto global de la cultura y la seguridad alimentaria Nutrir la persona, nutrir la identidad. Reflexiones filosóficas sobre antropología y cultura alimentaria Ernesto Camou Healy 19 La cultura en la seguridad alimentaria: expresiones, usos y desafíos para la investigación y la intervención Noelia Carrasco Hernández 37 Modernidad alimentaria: entre la sobreabundancia y la inseguridad Jesús Contreras Hernández Seguridad alimentaria, conocimiento gremial y percepción social: el debate sobre los alimentos transgénicos Amado A. Millán Fuertes 9 53 81 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 10 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA Segunda parte. Experiencias locales de la seguridad y la cultura alimentaria Políticas y programas de asistencia social para la seguridad alimentaria en México: trayectorias sexenales y escenario local Sergio A. Sandoval Godoy y César H. Gutiérrez Wilson 115 En las fronteras de la inseguridad alimentaria: subjetividad en familias michoacanas David Oseguera Parra 153 Pobreza, migración y seguridad alimentaria María Isabel Ortega Vélez y Gabriela Alcalá Reygadas Seguridad alimentaria y sus repercusiones para los productores rurales: el caso de la producción campesina de queso fresco en la región centro del estado de Sonora Araceli Andablo Reyes y María del Carmen Hernández Moreno 177 195 Nuevas jerarquías en el consumo de alimentos en México: el caso del pan de trigo Felipe Torres Torres 235 Cambios en la vida rural y en la cultura alimentaria campesina: San Pedro El Saucito, Sonora, México Juana María Meléndez Torres y Gloria Cañez de la Fuente 263 Comité Científico Dictaminador 301 10 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 11 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA Introducción E n los años recientes han cobrado particular interés los estudios acerca de la influencia recíproca entre la alimentación y la cultura, así como también de los vínculos de esta relación con la seguridad alimentaria. Desde diversos enfoques disciplinarios y con diferentes grados de profundidad, se intenta explicar algunas de las características y problemática común de la alimentación de la sociedad actual. Su importancia ha ido en ascenso debido quizás a que cada vez más el simple acto de alimentarse constituye en sí mismo no sólo un fenómeno cultural que nutre identidades, sino además se ha convertido en un hecho polémico que pone en riesgo la salud de las personas. Su estrecha asociación con aspectos políticos, ecológicos, biogenéticos, nutrimentales y biotecnológicos aparecida en el curso de la fase actual de la modernidad, ha obligado a poner especial atención en la reestructuración de los sistemas productivos y de comercialización de alimentos, así como en sus implicaciones sobre el consumo. Las nuevas tendencias van dirigidas hacia la recomposición global y local de los sistemas alimentarios, la incorporación de nuevos productos y la homogenización de la dieta; lo cual ha ido generando, transformando, estructurando y actualizando diversas concepciones de producción, preferencia y consumo de alimentos. Desde un punto de vista socioantropológico, lo anterior representa un cambio cultural de grandes dimensiones que modifica los fundamentos materiales y simbólicos de la alimentación y, con ello, las prácticas sociales que le dan sustento. A diferencia del pasado, ya no sólo se enfocan los problemas relativos a la disponibilidad, distribución y escasez de alimentos, sino que ahora también se pone atención en las características de inocuidad de la cadena alimentaria y los riesgos para la salud. El tratamiento de las prácticas relativas a la seguridad alimentaria da cuenta de cómo la atención hacia la alimentación ha ido trascendiendo desde la preocupación inicial por las fuentes de los alimentos hasta la inquietud actual por las características de los mismos y las condiciones del consumo. Es por eso que la inseguridad de los consumidores con 11 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 12 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA respecto a lo que es bueno para comer y lo que no lo es, ha ido en aumento. Tanto en los países más industrializados como en los de menor desarrollo, existe una preocupación latente respecto al contenido de los productos, unas veces como resultado de la desinformación sobre el origen y calidad de los mismos, y otras como efecto de un exceso de información acerca de los nutrientes e ingredientes que contienen, lo que ha provocado, entre otros aspectos, un miedo desmedido a la obesidad y al incremento de las enfermedades crónico-degenerativas. Paralelamente, se discuten los efectos de un modelo de alimentación cada vez más orientado a la sobreexplotación de los recursos naturales, al uso de medicamentos y sustancias diversas en el empleo de fórmulas alimenticias, así como a la producción de alimentos provenientes de cultivos transgénicos, lo que aparentemente podría estar provocando riesgos globales para la seguridad alimentaria. Sus alcances reales, se debaten alrededor de dos proyectos de agricultura, desarrollo rural y producción alimentaria. Uno privilegia la exportación agrícola basado en la lógica del libre comercio, la privatización, la mercantilización de la tierra y el dominio de las empresas transnacionales, mientras que el otro se fundamenta en la defensa de la soberanía alimentaria con énfasis en la agricultura familiar, la producción de alimentos para los mercados locales y nacionales, así como el impulso de prácticas sostenibles basadas en conocimientos locales. Para quienes participamos en este libro, enfocar con imparcialidad las implicaciones de los fenómenos antes citados y combinar una visión amplia con incursiones detalladas en casos particulares, representa un reto de grandes dimensiones. El compromiso va encaminado a reflexionar sobre los problemas alimentarios de riesgo global y su asociación con la cultura, a la vez que establecer visiones distintas a las que hasta ahora han acogido los estudios en este campo. La orientación de los diez trabajos que dan contenido a la edición está trazada hacia nuevos escenarios que vinculan el tratamiento local-global y nacional-regional de las políticas y problemas alimentarios con el análisis de la fuerza que en ellos ejercen los sistemas de poder, tanto como las relaciones simbólicas y las tradiciones alimentarias de los pueblos. Aquí se sugiere que la concertación respetuosa de visiones y expectativas que involucre el punto de vista de los actores en relación con los problemas de la alimentación y la seguridad alimentaria, siempre será necesaria para construir caminos que habiliten la posibilidad de transitar hacia un nuevo modelo de civilidad que garantice compromisos y soluciones. El libro se divide en dos apartados. El primero de ellos incluye cuatro estudios que abordan los enfoques conceptuales y contextos de la cultura y la seguridad alimentaria desde una perspectiva global e integrada. Inicia con un trabajo de Ernesto Camou, quien desde la antropología filosófica, fundamenta cómo la cultura alimentaria puede ser una pieza clave en la constitución de la persona y de la identidad, tanto individual 12 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 13 INTRODUCCION como comunitaria. Para ello hace un recorrido a través de las distintas etapas de transformación experimentadas por el hombre en un intento por mostrar su imbricada e inseparable relación con el desarrollo de la cultura. Así, una vez expuestos los fundamentos teóricos de la génesis de la cultura y de la persona, sugiere entender el concepto de cultura alimentaria como el estudio de las personas que se alimentan en determinados contextos históricos, económicos, políticos y sociales, como entidades que en mayor o menor medida poseen un cierto grado de libertad, y por lo mismo no son absoluta ni totalmente predecibles. El estudio de la cultura alimentaria es, entre otros aspectos, como la misma sociedad y las personas, algo móvil, cambiante, al que no se le pueden poner límites rígidos, ni enmarcar en fórmulas exactas. Al igual que la identidad, puede ser variable, inestable, difícil de aprehender, y casi siempre capaz de sorprender. Enseguida, Noelia Carrasco desarrolla una propuesta metodológica para el estudio de la problemática alimentaria actual y del quehacer científico en esa materia y de su relación con la sociedad. Establece la premisa de que la seguridad alimentaria no es un concepto estático ni externo a la práctica científica y política, sino que se deriva de la sensibilidad del quehacer especializado frente a los problemas alimentarios contemporáneos. La define como un concepto global con expresiones de riesgo diversas que responde a las preguntas hechas por los especialistas, a partir de la realidad alimentaria de la población y de las condiciones de desarrollo económico y social de un país. Propone el estudio de la problemática alimentaria contemporánea desde la perspectiva de la complejidad reflexiva, asumiendo una visión sistémica de dicha complejidad que implica la inclusión de diferentes disciplinas y del conocimiento del contexto, de los sujetos involucrados y de los recursos locales. Jesús Contreras, por su parte, describe y detalla la modernidad alimentaria en los países occidentales en relación con la cultura, la seguridad y el riesgo. El autor destaca que en este tipo de sociedades donde se ha resuelto el problema de la escasez de alimentos y de las hambrunas, y donde además se ha pasado a un estado de sobreabundancia alimentaria, la preocupación es más de corte cualitativo, pues la importancia por saber qué comer y en qué proporción va en aumento; aunque ello en algunos casos pudiera estar derivando en una mala nutrición. Ciertamente, las sociedades occidentales nunca habían comido tanto ni tan variado y nunca habían estado tan preocupadas por su alimentación. En este ambiente de abundancia y aparente bienestar en las sociedades industrializadas, el interés por la alimentación se centra ahora en términos de calidad e inocuidad, de tal manera que el concepto de seguridad alimentaria, antaño entendido como garantizar el aprovisionamiento, actualmente ha adquirido un nuevo significado: el consumo de alimentos libres de riesgos para la salud. 13 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 14 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA Siguiendo con la discusión sobre el riesgo alimentario, Amado Millán aborda el debate actual que existe entre los académicos y distintos actores sociales en relación con los alimentos derivados de organismos genéticamente modificados (OGM), particularmente sobre sus efectos en distintas áreas como la salud, el medio ambiente, la economía y la sociedad. Sus argumentos van encaminados a demostrar que éstos, no son únicamente productos tecnológicos de la investigación científica, sino también objetos alimentarios y por lo tanto, multidimensionales. No se trata sólo de una cuestión científica, es también un asunto social que se desarrolla en un contexto global de redefinición de objetos, sujetos e interrelaciones que desborda el ámbito de la alimentación humana. Finalmente, hace énfasis en que la aceptación o el rechazo de los OGM dependerá de la concepción cultural sobre la naturaleza, de la elección de un tipo de sociedad, del estatus y la legitimidad del monopolio científico del conocimiento, del individuo como comensal, las organizaciones gremiales, las normas, los valores, la desigualdad, y de las relaciones de poder y dominación. La segunda parte del libro se compone de seis trabajos que profundizan en el tema de la cultura y la seguridad alimentaria a través del análisis de lo local y con base en estudios de caso que reproducen parte de las tendencias modernizadoras más generales observadas en la primera parte. Inicia con un trabajo de Sergio Sandoval y César Gutiérrez, quienes ofrecen una explicación de las trayectorias sexenales en materia de seguridad alimentaria a partir de un recuento de las políticas y los programas de asistencia social en México y en el estado de Sonora. Sobre estas bases, discuten las concepciones oficiales institucionales sobre la seguridad alimentaria que dominan el ámbito de las políticas públicas, así como el papel del Estado y su efectividad para resolver los problemas del hambre y la pobreza. Asimismo, plantean la necesidad de rediscutir el concepto de seguridad alimentaria como parte de un propósito más amplio de soberanía y seguridad nacional. Destacan la necesidad de un debate nacional sobre la agricultura y la pobreza rural que tome en cuenta las tradiciones productivas y de consumo local, la importancia del control territorial, la autonomía, la autosuficiencia, la preservación de los recursos naturales, la reorganización del comercio interno de alimentos, la salud y la paz social. Enseguida, David Oseguera, a partir de un enfoque socioantropológico aborda el estudio de la apropiación subjetiva del riesgo y la seguridad alimentaria entre mujeres indígenas del estado de Michoacán, México. Su trabajo enfatiza las actitudes, los valores y las creencias con que las mujeres, tanto del medio rural como urbano, resuelven diariamente su alimentación sin dejar de lado los hábitos individuales y las costumbres colectivas profundamente arraigadas en su cotidianidad. Propone que a partir de conocer la apropiación subjetiva de los problemas alimentarios entre la población susceptible, es posible contribuir a un mayor entendimiento de los significados de la 14 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 15 INTRODUCCION seguridad y el riesgo alimentarios en nuestro país; tanto por parte de los organismos públicos, como de los núcleos académicos y los grupos sociales organizados. En la misma línea de análisis, Isabel Ortega y Gabriela Alcalá muestran la situación de un grupo de jornaleros agrícolas migrantes en el estado de Sonora, México, y su relación con la seguridad alimentaria. Su trabajo da cuenta de la situación alimentaria y nutricional de los jornaleros, a partir de los indicadores tradicionales de seguridad alimentaria como son las dimensiones corporales, la alimentación y el contexto socioeconómico. Asimismo, examinan la inseguridad alimentaria desde los discursos y experiencias de la población jornalera. Parte de sus conclusiones, sugieren que los jornaleros agrícolas migrantes y sus familias constituyen uno de los grupos en mayor riesgo de salud, no solamente porque enfrentan cada día la inseguridad alimentaria, sino porque las formas de manejo de la misma están limitadas por su pobreza, sus niveles bajos de educación formal y porque debido a su movilidad, no tienen acceso a los programas de asistencia alimentaria y de salud de las políticas públicas de combate a la pobreza. Araceli Andablo y María del Carmen Hernández, por su parte, analizan la situación de los campesinos mexicanos con respecto a la seguridad alimentaria, tanto desde el punto de vista del acceso, como de la inocuidad y de las posibles alternativas que tienen dentro del nuevo modelo agroalimentario nacional. El estudio conjuga dos vías de análisis: la del mercado y la de las políticas alimentarias nacionales. Con base en esta relación destacan la problemática de la política agroalimentaria mexicana, tomando como foco de atención los lineamientos de la Ley de Desarrollo Rural Sustentable y los diferentes programas gubernamentales, así como las contradicciones respecto a la incorporación de los productores rurales al mercado agroalimentario nacional. Como parte de este contexto, presentan un estudio de caso de campesinos productores de queso fresco asentados en la región central del somontano sonorense. Finalmente, en el ámbito de los estudios locales de la cultura alimentaria se presentan dos trabajos en relación con los hábitos alimentarios y de consumo. Ambos están enmarcados en el análisis de los procesos de urbanización creciente y modernización de las ciudades, mismos que han jugado un papel determinante en la modificación de los hábitos alimentarios de los pueblos y en la transmisión de usos alimenticios que provienen del exterior. Uno de ellos es el estudio de Felipe Torres, quien expone las dinámicas del consumo de pan de trigo que prevalecen en la ciudad de México con el propósito de conocer y analizar la lógica del patrón de consumo alimentario nacional. Analiza el desarrollo de las empresas agroindustriales dedicadas a la elaboración de pan de trigo, así como las estrategias que se han llevado a cabo para situar dicho producto en el mercado urbano, donde el consumidor citadino, más pragmático, demanda un producto versátil y de mayor calidad. Los resultados del estudio apuntan a la 15 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 16 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA conformación de una estructura de consumo socialmente segmentada que lleva a modificaciones importantes en la cultura alimentaria en urbes como la Ciudad de México. El libro termina con un trabajo de Juana María Meléndez y Gloria Cáñez, quienes reconstruyen, a través de la etnografía, un estudio de caso que detalla las migraciones de una familia de la sierra sonorense y las implicaciones que en su vida y en su cultura alimentaria tuvo la pérdida del carácter de productores de sus propios alimentos. A través del análisis de los procesos de migración muestran cómo se fue modificando la vida tradicional del núcleo familiar a favor de un patrón más urbanizado, lo que paulatinamente incidió en su alimentación y en su gastronomía, resultado de la incorporación de nuevos productos, así como de una mayor diversificación de sus actividades y una reorganización de sus estrategias socioeconómicas. Conviene señalar que este libro es resultado de un seminario de discusión interno iniciado en el Departamento de Estudios Sociales del Sistema Alimentario adscrito a la Coordinación de Desarrollo Regional del CIAD, iniciado en enero de 2005. Representa el esfuerzo conjunto de investigadores de instituciones nacionales y extranjeras, reunidos con el objetivo de contrastar posiciones disciplinarias y discutir diferentes enfoques teórico - conceptuales y metodologías para el análisis de la imbricada relación entre la moderna sociedad del consumo, sus implicaciones sobre la seguridad alimentaria y sus representaciones simbólicas asociadas; todo ello, desde una perspectiva social, cultural y antropológica. Huelga decir que en una sociedad donde las instituciones del Estado parecen estar perdiendo su capacidad de regulación y de respuesta frente a los problemas alimentarios, estudios como los que enseguida se presentan pueden nutrir el análisis social y provocar nuevas inquietudes para el abordaje de un tema cuya complejidad requiere mantener un debate abierto, desprovisto de intereses disciplinarios que ofrezca explicaciones y soluciones. Juana María Meléndez Torres Sergio A. Sandoval Godoy 16 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 17 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA Primera parte Enfoques conceptuales y contexto global de la cultura y la seguridad alimentaria 17 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA 18 Page 18 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 19 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA Nutrir la persona, nutrir la identidad. Reflexiones filosóficas sobre antropología y cultura alimentaria Ernesto Camou Healy* Introducción M e interesa en este trabajo fundamentar la idea de que la cultura alimentaria es una de las notas fundamentales en la constitución de la persona y de la identidad. Para eso intentaré delinear, aunque sea brevemente, una teoría sobre la génesis de la cultura y de la persona, que no pueden pensarse una sin la otra, están imbricadas íntimamente, y trataré de mostrar cómo la búsqueda cotidiana de los sagrados alimentos es probablemente uno de los factores que dieron inicio a la cultura y a la transformación de los hipotéticos prehomínidos en personas, en humanos. Lo primero, entonces, es volver sobre el concepto de cultura. Hay muchas definiciones, desde la más sencilla hasta algunas realmente sofisticadas. Alguien definió a la cultura como "herencia social", eso que se genera por vivir en una sociedad determinada, y que se pasa de generación a generación; y qué más heredado que los productos con que nos alimentamos, los sabores y los gustos, las formas en que los cocinamos y el complejo socioeconómico en el cual descansa la producción de los alimentos, el sistema de distribución, intercambio o comercialización de productos agrícolas *Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo, A. C. Correo electrónico: e.camou.h@gmail.com 19 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 20 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA o pecuarios y la red de relaciones sociales que se va creando a partir de esta necesidad de tener sobre la mesa un platillo que a la vez nos nutra y nos satisfaga. Pensarla como una herencia social apunta al aspecto nuclear de la cultura, pero todavía nos dice poco sobre qué es eso que se adquiere sólo por nacer en determinada colectividad, en una geografía y un tiempo determinados. Para explicar con más detenimiento eso, hace falta remontarnos a los orígenes de la humanidad, a algún no tan incierto momento de hominización, de transformación del australopitecino en humano. No sabemos exactamente cómo fue, aunque sí tenemos alguna idea del cuándo y del dónde, aunque en términos de la paleontología sólo podemos aproximarnos a lapsos que comprenden miles o millones de años. Sabemos que muy probablemente los primeros humanos surgieron en África, hace aproximadamente unos dos y medio millones de años. La pregunta es porqué y cómo surgieron. La Hominización Los estudios de los paleo antropólogos sugieren que una rama de los homínidos existentes hace millones de años pasó de vivir en los árboles a utilizar la sabana, y poco a poco fue desarrollando el bipedalismo, como una estrategia adaptativa para tener una mayor amplitud de visión para defenderse de los predadores, para minimizar la exposición del cuerpo a la luz solar y tener mayor eficiencia en la consecución del diario nutrirse. Es interesante anotar que a la par del bipedalismo los caninos de estos prehumanos fueron haciéndose más pequeños y menos puntiagudos, lo que apunta, por una parte, a una dieta en la que había que desgarrar menos y masticar con más regularidad. Pero también, por otra parte, nos dice que aquellos animalillos tenían menos necesidad de colmillos grandes y filosos como desplante y amenaza, que vivían en grupo que establecía algún modo de cooperación, y tenían menos razones para portarse agresivos entre sí, para pelar los dientes como intimidación. Por otra parte, el caminar erguidos, con la cabeza equilibrada sobre el tronco, dio a los humanos una característica distintiva entre los otros primates y frente al resto de los animales: una cara orientada hacia adelante, el rostro humano, primer instrumento de comunicación y expresión privilegiada del ser personal. Paralelamente se fue dando un engrandecimiento del cerebro que fue separando, paulatinamente, a aquella especie de otros prehomínidos con los que compartían hábitat. En estos mismos años, se fue conformando lo que podemos llamar el aparato fonador, conjunción de órganos y músculos que nos permite emitir sonidos y articularlos en un lenguaje, que es un conjunto de símbolos que nos permiten representar la realidad. 20 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 21 NUTRIR A LA PERSONA, NUTRIR LA IDENTIDAD Es importante señalar que este proceso que culminó en un homínido capaz de simbolizar al mundo, y de saberse a sí mismo, no fue algo súbito, sino más bien el fruto de un proceso evolutivo relativamente lento: entre los primeros intentos de utilizar herramientas harto primitivas de aquellos ancestros nuestros y la aparición del lenguaje, pasó casi un millón de años. Ahora bien, sabemos con cierto grado de certeza cómo evolucionó el organismo de los australopitecinos pero no sabemos cómo fue que dieron el salto cualitativo de un animal gregario a una persona humana. De alguna manera debe haber habido, en determinado estadio de la evolución, hará unos 200,000 años, una ventaja adaptativa que les permitió una mayor eficiencia en la comunicación, cooperación, lenguaje, alimentación y protección, tanto de los elementos como de otras fieras, más fuertes que ellos. Fue el surgir, la eflorescencia, de la inteligencia. Explicar el surgimiento de esa capacidad es un terreno lábil puesto que sólo se pueden postular teorías, y más de índole filosófica que sustentadas en datos duros. A lo largo de la historia del pensamiento ha habido un sinnúmero de hipótesis que intentan explicar el surgimiento de ese fenómeno exclusivamente humano: el pensar inteligentemente, situarse frente al mundo y tener la capacidad para tomar distancia de él, adaptarse e incluso intentar transformarlo. Esta es una tarea propia de la filosofía puesto que la evidencia que tenemos sólo permite saber que algo debe haber sucedido hace unos dos y medio millones de años que suscitó el surgimiento de la inteligencia. Qué fue ese algo es una pregunta que se intentará responder a partir de plantear deliberaciones de carácter teórico, en diálogo con las ciencias, fundadas en reflexiones profundas y exhaustivas que permitan una explicación elegante y coherente de aquel suceso fundante de la historia humana. Muchas han sido las explicaciones que se han intentado, algunas bastante profundas y complejas. Para los antiguos se trataba de una chispa de divinidad que se nos daba al nacer. Aristóteles hablaba de un principio formal que daba vida a la materia, lo llamó el pneuma, que era la forma de la materia corporal. Los filósofos y teólogos cristianos tomaron esta visión aristotélica para postular dos principios actuantes en la unidad personal: el espíritu y la materia, el alma y el cuerpo. De acuerdo con este punto de vista el alma es creada por Dios y da forma a la materia, aquélla es inmortal, y ésta es perecedera. Esta perspectiva, mencionada demasiado esquemáticamente, estuvo a la base del pensamiento cristiano, y supone que cada persona es objeto, al nacer, de un acto divino de creación que le infunde el alma inmortal. Para los que nacimos en una civilización cristiana la concepción de la persona como un conjunto más o menos armonioso de dos principios harto distintos, alma y cuerpo, espíritu y materia, es un saber heredado, es parte de la herencia social de conocimientos adquiridos por el sólo hecho 21 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 22 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA de venir al mundo en una determinada colectividad con una historia antigua y sólida. No es algo que pongamos en cuestión fácilmente; pero desde el punto de vista de la filosofía y la ciencia actuales, sí tiene muchas interrogantes que hacen necesario tomar en cuenta enfoques más comprehensivos, de la ciencia, de la historia y del devenir mismo de la humanidad, y plantear explicaciones filosóficas y antropológicas más acordes a nuestro ser y devenir como personas en este siglo XXI que inicia. Por otra parte, concebirse a sí mismo como formado por dos principios diferentes, lleva con facilidad a postular que uno de los dos tiene primacía sobre el otro, a una concepción de uno mismo y de la vida como escindidos, divididos, en lucha interior. Es y ha sido una fuente de angustias y de inquietudes que han llegado a paralizar el actuar humano, y que está en contradicción con los adelantos de la psicología, la sociología y, sobre todo, el psicoanálisis, que tiene como fundamento una concepción de persona compleja y enmarañada, puede ser, pero siempre unitaria. La Inteligencia Es necesario pues postular un suceso que afectó a toda la especie que devino homo, inteligente y capaz, persona consciente de sí misma y del entorno. No se puede negar que algo sucedió: la humanidad actual, como especie, es una prueba viviente de que en el largo y complejo camino de la evolución, algunos ancestros nuestros desarrollaron una capacidad que les concedió una ventaja evidente sobre las otras especies con las que compartían el medio ambiente. A esa ventaja la llamo inteligencia. Conviene ahora definir el concepto: inteligencia, de acuerdo al pensamiento del filósofo español Xavier Zubiri (1982) es algo muy sencillo y fundamental, es simplemente la capacidad de sentir las cosas, lo que nos rodea, como reales y distintas de uno mismo. Para él esa es la característica fundamental de lo humano, poder sentir a lo otro, y los otros, como reales, con una realidad propia, distinta de la mía, reales de suyo los llama Zubiri. Y no es, para el español, una concepción teórica lo que da la inteligencia, no es un saber que comprende que son reales, sino algo más primordial, anterior al rejuego de saberes y conocimientos, simplemente es un sentir que lo otro, lo externo que se nos aparece, lo hace bajo la forma de realidad. Parece poco pero esa es una capacidad evolutiva que está a la base del desarrollo de la humanidad. Ser inteligente en esta tesitura es, entonces, sólo el aprehender las cosas sentidas como reales. Ya vendrá la capacidad de razonar, de argüir, de analizar, de conceptualizar: son movimientos posteriores, propios del razonar, que se basa en la inteligencia, en que el humano siente las cosas como reales y por lo mismo puede tomar dis22 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 23 NUTRIR A LA PERSONA, NUTRIR LA IDENTIDAD tancia frente a ellas, reconocerlas como diferentes, como posibles objetos del conocer, del manipular, del transformar. Zubiri dice que este sentir lo otro como real, nos diferencia de los animales que los sienten únicamente como estímulos, como parte de ellos, no distintos de sí: el estímulo no es diferente del estimulado, es una moción que pide, exige, una reacción, pero que no permite una distancia frente al apremio inicial, sólo una respuesta que está clausurada en la dinámica estímulo-reacción. El no poder tomar distancia frente al mundo real -a lo más reaccionar frente a él-, el no sentirlo como real de suyo, no otorga a los animales una apertura inicial frente a la realidad, que a los humanos nos permite situarnos frente a ella, sabernos reales, y elegir una actitud no condicionada por el estímulo. El sentir las cosas como reales es la ventaja evolutiva que tuvieron aquellos homínidos, que les permitió tomar distancia frente al mundo, saberlo y saberse reales frente a él. Es lo que permitió conocerlo realmente, darse cuenta de que podían transformarlo, analizarlo, manipularlo, hacerlo objeto de su trabajo, de su dedicación, de su razonamiento. Hacerlo suyo; para él. Zubiri llama a este nacer de la inteligencia, el orto de la pisque, de una característica del animal humano que le permite situarse frente a lo real y apoderarse de él, o no hacerlo. No está clausurado en el impulso de conocer, como el animal frente al estímulo. Explica que fue una ventaja evolutiva y que como una característica de aquella especie, de aquel organismo animal, esta capacidad se comenzó a pasar genéticamente a los descendientes, a replicarse en la especie humana. Floreció, entonces, dice Zubiri, en aquel organismo una cualidad distinta, pero totalmente suya, parte de su organismo: La inteligencia que le permitió situarse frente al mundo sin estar condicionado por él, sabiéndolo real, y sabiéndose real frente al mundo. Este saberse pedía una respuesta, pero ésta no estaba condicionada por lo conocido, no era un simple estímulo, sino una excitación a la inteligencia para responder sin ataduras. Para inventar su propia respuesta. En este sentido, podía elegir, tenía un atisbo de libertad. Nos encontramos entonces con que en el inicio de la hominización surgió la característica definitoria de lo humano, la inteligencia, entendida como la capacidad de sentir el mundo como real. Excelente punto de partida para transformar el mundo y construir a la humanidad. Es de notar que en el mismo movimiento de sentir lo otro como real, quien siente se percibe a sí mismo como real, y diferente del otro. Es un sentimiento de realidad que descubre el objeto y el sujeto en la misma dinámica sentiente. Pero esa aparición de lo real pide respuesta. No como a un estímulo, sino abierta; lo real en algún sentido demanda respuesta, aunque sea un mínimo preguntarse ¿Qué es eso? 23 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 24 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA Podemos imaginar aquel primer homínido que tuvo una luz de inteligencia suficiente para captar algo de su entorno como distinto de sí mismo, y para captarse a sí mismo, comprenderse como distinto de lo otro, del objeto que se le aparecía, y poder establecer de un modo quizá un poco tosco que eso que él captaba, tenía una realidad diferente de la suya. Al percibirlo como real, y percibirse a sí mismo también como real y otro del objeto de enfrente, se establecía una separación entre ambos, pero una separación mediada por el acto de percibir, que en ese momento epistemológico, establecía una unión entre ambos. Y esos dos polos del conocer, se sabían y sentían como reales. Ahora bien, ese sentir lo otro como real pone una separación entre el humano y el objeto, permite tomar distancia y apreciarlo, y apreciarse a sí mismo. Pero no se puede sentir la presencia de algo real sin, al menos en hipótesis, preguntarse por su qué, sentirnos movidos a saber, aunque sea de una manera muy provisional, qué es ese algo que está ahí. Y para responder tenemos que ponerle nombre. Nombrar la Realidad La respuesta a esta pregunta primigenia puede haber sido sólo un sonido gutural, aunque fuese un "ugh", o un "click" que es un sonido propio de algunos de los lenguajes más antiguos de África, pero ese click hacía referencia a aquello que ese primer hombre tenía frente a sí, y sentía como real, distinto de sí mismo. Detengámonos en ese click. Para nosotros puede no tener significado alguno, pero no nos equivoquemos: tenía tanto sentido como puede tener para una persona del siglo XXI decir energía eléctrica, molibdeno, tulipán o jurisprudencia. Ese click tenía un referente real, distinto del emisor, y podía ser un mamut o una flor. Lo importante es que al nombrar como click aquel objeto, ese hombre antiguo lo estaba haciendo parte de sí, al reconocerlo como diferente. Y al nombrarlo, lo especificaba como artefacto, como algo que provenía de la naturaleza pero del cual se apropiaba al nominarlo. Lo estaba sustrayendo de la naturaleza y haciendo parte de la cultura: de ahí en adelante para el hombre ese objeto pasaría a formar parte de la red de significación compuesta por miles y miles de artefactos, ella misma un artefacto, que le permite conocer el entorno, manipularlo, adaptarlo a sus necesidades, adecuarse a él: la cultura. Pero esa pregunta inicial tenía sentido desde dos vertientes: uno, nombrar al objeto, que es la condición para manipularlo, utilizarlo, transformarlo; de hecho ya el ponerle un nombre es sustraerlo del reino de lo natural e incorporarlo en la cultura. Pero, 24 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 25 NUTRIR A LA PERSONA, NUTRIR LA IDENTIDAD dos, el nombre sólo tenía sentido si había otro que lo comprendiera. El nombrar a la naturaleza es, en esencia, un compartir, un decir para que otro oiga. Seguramente este nacimiento de la humanidad fue un evento acompañado, en el que la sensación de lo otro como real iba aparejada con la sensación, y el reconocimiento del Otro, como real. Porque sólo en el Otro nos reconocemos a nosotros mismos; el camino a la conciencia de sí, pasa por conocer o sentir a Otro como real, un rostro que reconozco, que se me presenta como una pregunta, y como condición para responder la pregunta sobre mí mismo. Es el nacimiento de la comunidad y de la cultura, que en esencia es un saber compartido y transmisible. Y no es posible ser humano sin ella. Así como el recién nacido no es viable sin una comunidad que lo proteja, alimente y cuide, de la misma manera no es viable sin un cuerpo de conocimientos que se le donan precisamente por nacer en el seno de una comunidad. Esto es tan irrefutable que la sola noción de un ser humano privado de cultura es un contrasentido. El tener cultura, poseer una forma peculiar y definida de habérselas con el entorno, es algo sin lo cual no puede ser la persona, y lo específicamente humano. En este sentido es posible afirmar que el hombre no tiene naturaleza, sino cultura. Está separado de "lo natural" por esa red de significados que le permite acercarse a aquello y hacer uso de ello. Este ir acercándose al mundo sintiéndolo como real y apropiándoselo, va configurando una diversidad de nombres, una multiplicidad de sonidos que poseen matices distintos, que designan diferentes objetos, que permiten hacerlos nuestros, manejarlos, utilizarlos, darles un sentido y un sitio en un mundo que cada vez va siendo menos extraño y más nuestro. Se va configurando una cultura, una red compleja de significados encarnados en vocablos, objetos, formas de organización, valores, normas de conducta, reglas, ideas, técnicas y un sinfín de elementos que permiten a los miembros de un colectivo habérselas con el mundo, su mundo, de una manera peculiar. La Cultura Esa cultura es producto del trajín de muchos hombres y mujeres ejerciendo el oficio originario de artesano y manipulador del mundo. Las culturas son producto del esfuerzo del hombre a lo largo de la historia, son artefactos complejísimos diseñados para que la colectividad en cuestión pueda poseer su mundo, habérselas con él, y transformarlo de acuerdo a sus necesidades, expectativas y posibilidades. Este inicial responder a lo real dándole nombre lo ilustra el mito de la creación del Génesis. En el primer libro de la Biblia, el autor nos relata que en el principio Dios creó el cielo y la tierra, 25 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 26 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA los astros del firmamento, las aguas, las plantas y los animales, al final creó al hombre y a la mujer… Dijo luego Yahvé Dios: no es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada. Y Yahvé Dios formó del suelo todos los animales del campo y todas las aves del cielo y los llevó ante el hombre para ver cómo los llamaba, y para que cada ser viviente tuviese el nombre que el hombre les diera. El hombre puso nombre a todos los ganados, a las aves del cielo y a todos los animales del campo… (Génesis, 2, 18-20). No me detendré a reflexionar sobre si el anterior párrafo es verdad revelada o un mito de creación de un pueblo semítico, configurado probablemente hace unos 3,000 años. Eso es tarea de los teólogos; pero sí es posible afirmar que se trata de un bello relato en el cual un pueblo primitivo trata de explicarse a sí mismo cómo fue que, primero, el hombre, o sea la persona, llegó a ser. Y la respuesta que se esboza en este inicio de la Biblia es que la primera tarea humana, el oficio primigenio, fue nombrar las cosas. Sin esta actividad nominativa, no le hubiera sido posible a aquel ser humano relacionarse con el entorno, acercarse a él y tomar distancia de él, manipularlo, confrontarlo y usarlo para sí. Y tampoco encontrarse con el otro, y consigo mismo. De acuerdo con el relato del Génesis el primer y más humano oficio es el de crear los nombres de las cosas, nombrar al mundo, ser poeta. Y de ese inicial acto de culturización del mundo, del australopiteco inteligente, se fue formando la cultura que, a su vez, conforme se diversificaba el grupo humano, se hacía más compleja y, en la medida en que los paleo humanos se distanciaban geográficamente, se fue creando, a lo largo de cientos o miles de años, culturas distintas como artefactos hábiles para enfrentar entornos diferentes. Pero se debe insistir en que el momento nominativo fue de creación de un símbolo, de una forma de llamar a algo del mundo, y desde ese momento, nadie, ninguna persona, puede acercarse a su entorno sin la intermediación de la cultura. Ella es el instrumento necesario, indispensable, que nos media la relación con el entorno, el mundo, la naturaleza y el cosmos todo. No se puede renunciar a ella, y para llamar a un fenómeno "natural" lo hacemos con símbolos diseñados por la humanidad, la naturaleza sólo es perceptible por medio de los moldes culturales; es una hipótesis desde la cultura. Pero volvamos a aquellos grupos primitivos: su principal preocupación debe haber sido la subsistencia y la defensa frente a los animales. Su economía estaba basada en la recolección de frutos, hierbas y semillas, y la cacería con rocas y herramientas de piedra más o menos rudimentarias. Había un inicio de división del trabajo en el que los hombres, presumiblemente, se dedicaban a la cacería y contribuían con raciones 26 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 27 NUTRIR A LA PERSONA, NUTRIR LA IDENTIDAD más o menos adecuadas de proteína a la dieta del grupo, mientras que las mujeres recolectaban frutos y semillas, insectos y fauna pequeña como ratones, sapos o aves. No está de más aclarar que ya en ese tiempo, hace cientos de miles de años, el grueso de la manutención cotidiana era resultado del trabajo femenil que conseguía buenas raciones de carbohidratos y energéticos con su trabajo hormiga de recolectoras. Los hombres traían alguna pieza de caza cuando la suerte les sonreía, y no debe haber sido a diario. En esas condiciones, los humanos ejercían su libertad e iban dando cuerpo a su cultura: construían cuchillos, puntas de lanza y de flecha con base en material lítico, dejaban evidencia de su sensibilidad en las pinturas rupestres y los petroglifos que abundan en los sitios que habitaron; iban diseñando normas y reglas de convivencia que fueron tomando cuerpo en tabúes y restricciones culturales sobre parentesco, religión y reproducción; y, lo más importante, fueron dando cuerpo a uno de los artefactos más útiles y determinantes de la historia de la humanidad, los lenguajes, cuya diversidad, flexibilidad y maleabilidad nos sigue asombrando hoy en día. La misma diversidad cultural es testimonio de la multiplicidad de alternativas que los hombres del paleolítico y mesolítico ejercían. Tenían una cierta amplitud para optar por uno u otro camino, tal o cual medida, labrar de una forma u otra sus armas e instrumental: no estaban atados a respuestas predeterminadas frente al reto que el entorno sentido y real, les presentaba. Ejercían la libertad y mediante ella iban conformando su cultura. Pero esta cultura, que es un modo compartido de habérselas con el mundo, tenía y tiene, otra característica: el cuerpo de símbolos, objetos, significados, normas y costumbres que les habían sido útiles, se podía transmitir a sus descendientes, de tal modo que éstos recibían por el sólo hecho de haber nacido en el seno de un grupo humano determinado, una cultura transferida por medio de las conductas modeladas en el clan, grupo familiar o tribu en que comenzaban a ser aculturados, educados, por sus padres o pares. Porque si bien la reproducción biológica de los individuos les proporcionaba una psique inteligente, como parte de su legado genético, la misma genética no les concedía una manera específica de acercarse a su contexto, de habérselas con él. Nacían indefensos y sin un modo propio de estar en el mundo. Éste se les entregaba como herencia social del grupo al que pertenecían. Se les concedía como un cuerpo de tradiciones, de usos y costumbres, de valores y de significaciones. Esta necesidad de enseñar una manera de estar en el mundo a los nuevos miembros del grupo, constituye una tradición que es gratuita, e irrenunciable: cada ser humano necesita una cultura para sobrevivir como tal, para ser persona. Es uno de los constitutivos de la personeidad, de la cualidad de persona. Esta tradición a la vez permite el 27 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 28 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA acomodo y la inserción en el entorno, coadyuva a la libertad al recibir alternativas diversas, culturalmente definidas, para actuar ante las situaciones de enfrentamiento con lo real. Pero en cuanto que tal tradición es fruto de la labor de los predecesores, del ejercicio de decisión regular y sostenido, es posible y lógico que al optar hayan dejado de lado posibilidades de acción diferentes, que no se integraron al cuerpo de conocimientos, valores, normas y costumbres que conforman a la tradición, a la cultura particular. Es por esto que la tradición recibida, indispensable para habérselas con el mundo, es limitada y en un sentido restrictiva. Coadyuva a la decisión y a ejercer la libertad; pero simultáneamente pone límites al discernimiento, al acotar el universo de respuestas a aquellas culturalmente aceptadas y definidas. Pero no es una limitante absoluta: la tradición, por más pesada que sea, siempre puede modificarse, criticarse, aun oponérsele. Pero volvamos al hipotético primer acto de inteligencia, cuando un homínido siente como real algo de su entorno, y se pregunta, y quiere responderse. Ese primigenio acto inteligente dio origen al germen del lenguaje, no necesariamente oral o por medio de sonidos, puede haber sido por signos, o por clicks. Lo importante es que generó un acuerdo para llamar de determinada manera a algo: le dio un nombre convencional, y estableció un concierto con otras personas en el sentido de que eso iba a ser conocido entre ellos como flor, fruto, conejo o león. Surgió el lenguaje, condición y expresión más profunda de la cultura, de las culturas. Pero el lenguaje es instrumental. Sirve para comunicarse, para preguntarse. Y lo más probable es que las primeras preguntas hayan sido ¿qué es eso? (Primera hipótesis: es un "eso"). Y luego debe haber seguido con ¿Se puede comer? ¿Me puede atacar? Y el dilema, una nueva pregunta: ¿lo persigo y me lo como? o ¿huyo de él y me escondo? De ahí a llegar a establecer un conocimiento compartido, un juego de símbolos dentro de una cultura naciente, en el que unos "esos" se llaman conejos y son sabrosos; y otros "esos" se llaman mamut o tigre diente de sable, y hay que huir… hay un paso epistemológico que deben haber recorrido con cierta presteza. Recapitulando: en la génesis de la inteligencia, en la eflorescencia de la pisque, se generaron simultáneamente la especie homo, los primeros elementos de esa red de significados que es la cultura, el lenguaje como piedra fundamental de la cultura y elemento indispensable de la humanización, y seguramente, las primeras convicciones sobre el entorno, que se podían resumir en dos alternativas: "es bueno para comer" o "es peligroso". La nutrición y la sobrevivencia, piedras angulares sobre las cuales se empezó a construir el edificio de la cultura. 28 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 29 NUTRIR A LA PERSONA, NUTRIR LA IDENTIDAD La Cultura Alimentaria No resulta demasiado arriesgado suponer que la necesidad de alimentarse fue uno de los acicates del desarrollo de la cultura. Desde la invención de nuevos términos para referirse a comestibles, no comestibles, dañinos, sabrosos, o benéficos, hasta la invención de modos y formas de comer, de preparar los alimentos, de compartirlos o de almacenarlos. A la larga, el germen del desarrollo tecnológico impresionante de las que gozamos, se halla en la necesidad de asegurar, cotidianamente, los nutrientes indispensables. Pero se debe comprender que la ingesta de nutrientes tenía dos consecuencias paralelas: por una parte aseguraba la sobrevivencia del individuo; por la otra, establecía rutinas, costumbres, modos de organizarse para conseguir el alimento, definía maneras de transformarlo, de cocinarlo, de guardarlo. Fue dando inicio, en cada grupo humano particular, a una cultura centrada en la ineludible necesidad de comer, y de hacerlo con una frecuencia prácticamente diaria. Y lo interesante es que sin esa cuota mínima de nutrientes la vida de la persona no era viable; pero al mismo tiempo, con la actividad humana, inteligente, que tenía lugar en torno a los alimentos, desde cazarlos o recolectarlos, compartirlos, cocinarlos, guardarlos, clasificarlos, otorgarles una categoría como buenos, malos, sanos, dañinos, fríos, calientes, de fiesta, prestigiosos, corrientes o finos, con este continuo trajinar y comunicarse con la justificación de nutrirse, se fue configurando la cultura, ese conjunto de costumbres, usos, valores, formas de organizarse y de saberes entrañables que permitían a los miembros de determinado grupo, reconocerse como tales. Fue una dinámica simultánea, la de alimentarse y la de crear identidad comunitaria. Es tan fuerte este doble desarrollo que puede suceder que una persona no se reconozca en la presencia de determinados alimentos, y se niegue a ingerirlos, incluso hasta llegar a la inanición. Y es perfectamente posible también que alguien enferme al consumir un alimento considerado dañino en su medio, y otro lo pueda comer sin problema alguno, porque su cultura lo permite. Sucede entonces que en la medida en que un grupo se esfuerza por conseguir la comida cotidiana, el pan nuestro de cada día, está utilizando un cuerpo de conocimientos y de herramientas técnicas que son susceptibles de mejorarse o transformarse, y está desarrollando la tecnología, como una parte fundamental de su cultura. Pero en el mismo movimiento, está recreando y transformando la propia cultura, y configurando su identidad grupal. No puede hacer lo uno, sin realizar también lo otro. Van de la mano, por usar una expresión coloquial. El esfuerzo por nutrir a la persona, desembo- 29 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 30 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA ca siempre en seres humanos alimentados y seres humanos cultos, poseedores de una tradición y una identidad. Y vale aclarar que decir "cultura" es hablar desde un cierto nivel de abstracción: no existen las culturas en sí, lo que hay son seres humanos que viven y se desarrollan en grupos, compartiendo determinados parámetros culturales, algunos con historia tan añeja como la humanidad misma; pero todos con la capacidad inteligente de tomar distancia crítica frente a la cultura, artefacto también, y modificarla y transformarla. Esto apunta a dos vertientes, de las cuales sólo mencionaré de pasada una de ellas, y me concentraré en la otra. La primera es que el estudiar cualquier aspecto de la producción o consumo de alimentos, sin tomar en cuenta que ellos traen consigo un bagaje cultural cuantioso, puede arrojar resultados impecables en términos teóricos, pero difícilmente logrará comprensión integral y suficiente profundidad en el planteamiento holístico de los problemas. Porque en cultura la forma es parte importante del todo. La segunda es que en el estudio de la cultura alimentaria no se puede prescindir de los aspectos históricos de la misma, y en esa profundidad temporal se debe poner especial énfasis en conocer lo relacionado con las prácticas y trabajos organizados alrededor de la consecución de los alimentos. De alguna manera, para utilizar el concepto de Julian Steward (1973) se debe enfocar la atención al núcleo cultural que define lo más imprescindible de la actividad del grupo: aquello que tiene que ver con las actividades destinadas a la reproducción de la vida misma, a las prácticas culturales relacionadas con la alimentación, las de recolección, siembra, pastoreo, transformación, almacenamiento, cocción y rituales de acompañamiento, creencias, convicciones, gustos, tabúes o prescripciones; y eso se debe entender en el contexto de una determinada geografía y ecología que proveen de recursos, condicionantes, limitantes y ventajas al grupo asentado ahí, y que influyen de manera privilegiada en el diseño de su dieta, a tal grado que puede ser una hipótesis de trabajo sólida suponer que un grupo humano, al menos campesino o indígena, se alimentará siempre en una cierta armonía con el medio ambiente y los recursos con los que cuenta, y que su dieta tenderá a ser lo más adecuada posible, en el contexto de sus limitaciones de conocimiento, medio ambiente y desarrollo tecnológico. Cada cultura alimentaria es producto de sinfín de decisiones a lo largo de su historia, que suponen clima, medio ambiente y capacidad de trabajo para aprovechar o no, los recursos disponibles para el grupo asentado en determinado sitio. Y a eso hay que adicionar las formas de organización para lograr la producción, desde los esquemas de propiedad o uso del territorio, hasta la formación de grupos o clases sociales, castas o especialistas en rituales, curación, defensa o administración. Sin descuidar los aspectos rituales, mágicos, de celebración, así como las costumbres originadas alrededor de 30 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 31 NUTRIR A LA PERSONA, NUTRIR LA IDENTIDAD la procuración de los alimentos. Todas ellas contribuyen a nutrir la identidad, al mismo tiempo que permiten desarrollar la vida de las personas. Es necesario aclarar que el estudio de la cultura alimentaria es, ya se remarcó, el estudio de las personas que se alimentan en determinados contextos históricos, económicos, políticos y sociales. Se trata de entidades que en mayor o menor medida poseen un cierto grado de libertad, y por lo mismo no son absoluta ni totalmente predecibles. El estudio de la cultura es, por definición, como la misma sociedad y las personas, algo móvil, cambiante, al que no se le pueden poner límites rígidos, ni enmarcar en fórmulas exactas. El estudio de la cultura y la identidad es variable, puede ser algo inestable, difícil de aprehender, siempre capaz de sorprender. Eso hace de la ciencia de la cultura algo muy arduo, policausal, definitivamente dialéctico. Requiere de marcos conceptuales, y esquemas de pensamientos, versátiles y complejos. Se está estudiando la vida misma en su complejidad. Por eso, a veces, hay que ser como Adán: un poco poetas para entender e intentar nombrar tal diversidad. Ahora bien, en la medida en que las sociedades se hacen más complejas y las diversas culturas entran en relación, en esa medida se realizan préstamos culturales, se introducen alimentos novedosos y formas inéditas de consumirlos. Se van transformando las culturas, y las personas que en ellas viven. Entonces se complica encontrar el núcleo cultural de algunas sociedades, por eso resulta indispensable apelar a la historia de sus formas de producción de alimentos, y las prácticas que tenían lugar en esos contextos. Comienzan a tener lugar préstamos culturales, introducción de alimentos extraños, que son aceptados fuera de contexto, más por el prestigio de provenir de una cultura más sólida, famosa o económicamente poderosa. Y suceden inversiones extrañas, como considerar de prestigio a un alimento que en la cultura original era más bien algo necesario para la sobrevivencia, como es el caso del caviar, que entre los pescadores nórdicos era un mal menor, una manera de conservar proteína para las épocas de escasez: siempre preferían consumir el pescado fresco. O entre nosotros, la carne seca o "machaca", que originalmente era una forma de preservar carne para tiempos de menor abundancia. Los campesinos del norte mexicano, siempre preferían la carne fresca a la machaca; ahora resulta más cara la segunda. Lo mismo se puede decir de conservas y embutidos, como las salchichas, salamis, jamones o el bacalao navideño de nuestra cultura mexicana. Ahora tienen prestigio y mayor precio, antes eran un sustituto de comidas frescas y más acreditadas. Las culturas a las que arriban les otorgan un prestigio basado en lo exótico, y con frecuencia les asigna un valor elevado. Lo cual me lleva a otra consideración: la influencia del mercado en la alimentación, y en la cultura e identidad. En la medida en que grandes núcleos de población pierden su relación con la producción de alimentos, en la medida en que la sociedad se hace 31 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 32 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA más compleja, la cultura cambia, y se pueden ir perdiendo las relaciones entre la dieta y el medio ambiente y las formas de producción. Sucede que hay más posibilidades de alimentación, y que éstas no están asentadas en las prácticas ancestrales de los grupos que construyeron la cultura, la identidad y las formas particulares de producir, distribuir y consumir los alimentos. Es un cambio cultural e identitario que aleja el consumo de prácticas y convenciones culturales y coloca los criterios de ingesta bajo otras categorías culturales, no necesariamente más adecuadas en términos de nutrición, y tampoco en términos de identidad. Para terminar, si la pregunta por lo comestible debe haber sido uno de los detonadores de la aparición de la inteligencia, del lenguaje y de la cultura, entonces el alimentarse, organizarse para producir, el almacenamiento, el intercambio, el comercio, el control de los recursos y con ello la política, todo tiene que ver que la cultura alimentaria, y todo, absolutamente todo, contribuye a la formación de la personalidad que es la forma particular que cada ser humano tiene de expresar su personeidad, o sea su ser persona. Y esta personalidad, si bien es un fenómeno individual, tiene su génesis en la colectividad, y se expresa en caracteres identitarios que provienen de la historia y la tradición de las comunidades. Ahora bien, como no hay cultura, sino hombres y mujeres aculturados, el estudio de la cultura alimentaria debe tener como insumo importante a la historia de los grupos humanos, sus formas de adecuación al medio ambiente, sus prácticas rituales, políticas y económicas en torno a la alimentación y la producción de alimentos y, por qué no, una vertiente de ética social que se resumiría en la pregunta de qué es necesario hacer, lograr, para que la mayor parte de las personas puedan consumir lo necesario para vivir y hacerlo en el contexto de una tradición que le proporcione al mismo tiempo identidad, y que se identifique como tal, es decir, no impositiva, producto del trabajo humano y, por lo mismo, modificable de acuerdo a los requerimientos del grupo. Eso pondría entre interrogantes prácticas de producción o comercio de alimentos que privilegien la ganancia sobre la necesidad de una alimentación sana y digna. Recordemos por ejemplo, la embestida de los científicos de la alimentación de mediados del siglo XX que desacreditaron en las sociedades avanzadas el amamantar a los bebés, para favorecer a las compañías productoras de sustitutos de leche materna. Eso se repite todavía hoy con una multitud de productos elaborados para un buen sabor, incluso tener cierto grado de adicción, sin proporcionar a la dieta ninguna otra ventaja alimenticia. Son prácticas genéricas, sin raíces en las culturas, que responden a lógicas voraces, y que colocan por encima de la persona y sus necesidades, a la apropiación individual de bienes comunes. Con eso no se logra ni nutrir a las personas, ni fomentar la identidad, pues en la medida en que se responde sin una toma de posi32 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 33 NUTRIR A LA PERSONA, NUTRIR LA IDENTIDAD ción crítica a las excitativas de la propaganda, la personalidad, la forma peculiar de ser y expresar de la persona, y con ella la capacidad de decidir frente al mundo, se empequeñece. La decisión deja de ser personal, y responde a estímulos publicitarios y a lógicas deshumanizantes. Ahora bien, la identidad cultural es lo que nos permite reconocernos como pieza de un conjunto que comparte una historia, costumbres y valores, un modo de vida más o menos establecido, un lenguaje enraizado en la vida y las tradiciones del grupo, un paisaje que se sabe propio, un arraigo al suelo que se manifiesta en prácticas agrícolas o pastoriles y una parafernalia de ritos y liturgias centradas en el ciclo anual de las labores agropecuarias. Todas las sociedades actuales fueron, en un pasado no muy remoto, de una u otra manera, cultivadores o criadores de ganado. Dos siglos de industrialización y de urbanización, en el caso de los grupos más avanzados, no han logrado borrar ese lazo primordial que definió buena parte de la cultura y la identidad que ahora portan. En el caso de los mexicanos del noroeste, ese lazo con el terruño está aún presente, vivo y activo. Para las generaciones citadinas actuales, la vida campirana es una nostalgia reciente o un pasado ambiguo. Pero no es algo lejano, menos aun ajeno. Somos herederos de una tradición que se nos entrega, como don, por el sólo hecho de nacer en el seno de un grupo determinado. Ese primigenio regalo comunitario es lo que nos permite entendernos y pensar el mundo que nos rodea, departir y compartir, y es, irremediablemente, la forma peculiar en que somos personas en el seno de una comunidad. En este sentido es preciso comprender que sólo somos humanos en tanto herederos de una cultura particular. No somos en abstracto, sino en concreto, en el seno de una fluidez histórica, en un tiempo y un espacio determinados, participantes solidarios del mismo lenguaje, beneficiarios de tradiciones comunes, que añoramos el paisaje primordial y saboreamos aquello que aprendimos a comer desde la infancia. Esa comunidad cultural, herencia social que nos construye y resulta indispensable para estar en el mundo, nos concede una ancla ineludible en un terruño, una tradición, costumbres, sabores y modos de hablar. Nos permite ir logrando una seguridad comunitaria, y una autoestima compartida, que estimula el crecimiento, la madurez y, eventualmente, la crítica a la tradición de la que somos herederos. En definitiva, no podemos ser más que en la concreta cotidianidad. Sólo somos humanos siendo en un medio determinado, hablando, trabajando, amando, comiendo, peleando, vistiendo y muriendo en una peculiaridad cultural y costumbrista que nos forja y nos permite, eventualmente sobrepasarla. Pero no podemos esquivarla. Se puede vivir a contrapelo de la propia cultura y criticarla, pero no sustraernos a ella, eso 33 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 34 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA es imposible; aunque nos sea dable expandir sus límites y abrirnos a otras personas y culturas, y fraguar lazos de humanidad compartida con ellas. Y si somos lo que aprendimos desde la infancia, somos también, lo que comimos desde niños. Cuando nos ponen a la mesa un caldo de queso, un "colachi" de calabacitas, un "altero" de tortillas, un pozole de milpa o unos burritos de machaca, nos reconocemos en ese platillo y nos sentimos cómplices de una tradición añeja y provinciana. Si hubo una experiencia cultural equilibrada, en apertura a otras significaciones humanas, es porque se logró una autoestima cultural que permite convivir con herederos de tradiciones distintas, sin perder lo nuestro, sin timidez ni retraimiento. Pero si la cultura es criticada, menospreciada, sujeta a controles, represiones y dominaciones, resulta difícil lograr madurez y autoestima compartida. Se pierde identidad y lo propio pasa a ser avasallado por lo ajeno. Se departe sin compartir y sin estar asentados en una historia esencial, común, convivida y con-sentida. Se discurre desde una impresión de inferioridad, de negación de lo propio, de abatimiento que puede llegar al servilismo. De ahí la importancia de saber de la evolución del terruño, de comprender las costumbres, lenguaje, valores, tradiciones y hábitos que compartimos desde niños, y que fueron diseñados por nuestros ancestros, precisamente para habérselas eficientemente con la realidad cotidiana. Sólo desde ahí se puede entablar diálogo con otras culturas y tradiciones, sea la nacional o con otras geografías y otras lenguas. El problema es que por la globalización recibimos otras costumbres y otros códigos culturales, y se introducen distintas formas de comer, de cocinar, de producir los alimentos, al grado de que, paulatinamente, se van homogeneizando el cultivo y los cultivares, y se produce sólo lo que un mercado global, en tanto opuesto a regional, demanda. Y comenzamos a comer distinto, cosas novedosas, sazonadas en otros fuegos, con sabores en los que no nos descubrimos, o peor aún, en los que creemos mostrarnos distintos, más sofisticados, menos provincianos. Eso, que lleva a olvidar las raíces, a menospreciarlas, a considerarlas inferiores, genera, culturalmente hablando, un desdén hacia lo que somos, se acaba la autoestima y se pierde la historia particular que es la única que nos constituye plenamente humanos. 34 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 35 NUTRIR A LA PERSONA, NUTRIR LA IDENTIDAD Bibliografía Geertz, C. (1973) "The Impact of the Concept of Culture on the Concept of Man" en The Interpretation of Cultures. Selected Essays, Basic Books, New York, Inc. Publishers. Hall, E. T. (1959) The Silent Language, Greenwich, Connecticut, Fawcett Publications Inc. (1981) Beyond Culture, New York, Anchor Books, Doubleday. Hymes, D. (1974) (ed.) Reinventing Anthropology, New York, Vintage Books, Random House. Laín, P. (1997) Alma, Cuerpo, Persona, Madrid, Galaxia Gutenberg, Círculo de Lectores. Marías, J. (1998) Antropología Metafísica, Madrid, Alianza Editorial. Donald, M. 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(1998) Sobre el Hombre, Madrid, Alianza Editorial, Fundación Xavier Zubiri. 35 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA 36 Page 36 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 37 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA La cultura en la seguridad alimentaria: expresiones, usos y desafíos para la investigación y la intervención Noelia Carrasco Hernández* Introducción C onsiderando la seguridad alimentaria como un concepto global, en el presente trabajo nos adentramos en sus vértices e interpretamos sus características, sus expresiones, y delineamos una perspectiva para desenvolver el quehacer científico - profesional dentro de sus límites. Desde una mirada antropológica, se abordan preguntas tales como: ¿Cuáles son los actuales desafíos científicos en el campo de la alimentación? y ¿Qué impacto epistemológico, metodológico y social tienen estos desafíos? El trabajo presenta una serie de argumentos para sostener una concepción compleja de los sistemas alimentarios, incluyendo en ella a las categorías de seguridad e inseguridad. *Universidad Católica de Temuco, Chile. Correo electrónico: ncar@uctemuco.cl 37 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 38 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA Perspectivas para el conocimiento de la cultura en la seguridad alimentaria Como sabemos, la antropología se ha abierto a la construcción de conocimiento a partir del impulso de diversos paradigmas epistemológicos. A partir de éstos, ha concebido su matriz disciplinar y orientado el diseño y la ejecución de los estudios etnográficos. Lo anterior ha permitido la coexistencia de enfoques empiristas y simbólicos, cuya tensión no ha impedido la emergencia de enfoques basados en la complementación de las miradas. A partir de estas opciones, la antropología ha construido su objeto de estudio y creado teorías que han orientado la búsqueda de conocimiento sobre el hombre. Particularmente sobre alimentación y cultura alimentaria, la antropología social y cultural hizo importantes aportes etnográficos. Si bien ha primado la concepción sociológica de la alimentación como hecho social total, hoy en día nos enfrentamos a la discusión y eventual trasgresión de los límites de la teoría antropológica para el abordaje de nuevos problemas. El estudio de la alimentación ha dejado de ser, para muchos, el estudio de las cocinas y de las gastronomías locales. Hoy en día, los antropólogos somos convocados a enfrentar problemas alimentarios, desafío que nos fuerza a adoptar una actitud revisionista y crítica que nos permita actuar concientemente en la sociedad. Por otra parte, nos impone el aprender las claves del trabajo interdisciplinario e incorporar perspectivas reflexivas en el quehacer profesional. El desafío de la seguridad alimentaria le reporta a la antropología el surgimiento de nuevas preguntas de naturaleza teórica y metodológica. En lo teórico, un importante reto está en conocer y comprender los escenarios culturales y socioculturales de la seguridad - inseguridad alimentaria, entendiendo que ambas categorías deben ser comprendidas en su interrelación. Esto a su vez, exigirá identificar las matrices teóricas que nos lleve a diseñar un esquema de investigación capaz de aplicar un registro etnográfico, lo que exigirá un uso determinado de los conceptos de cultura. Antropólogos sociales y culturales precursores del fortalecimiento teórico de esta disciplina, sentaron las bases del que ha sido su concepto central. La cultura, tanto en su versión material como en su versión simbólica, ha permitido la evolución disciplinar de la antropología desde una visión decimonónica de ciencia del hombre, hacia una definición comprensiva, sensible a la historia y a la política (Marcus y Fischer, 2000). Desde las dos ópticas, la antropología ofrece hoy en día un potencial creciente de desarrollo etnográfico para la contextualización de procesos que involucran y 38 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 39 LA CULTURA EN LA SEGURIDAD ALIMENTARIA demandan tratamiento holista y crítico, tanto en un sentido analítico o interpretativo como en un sentido técnico profesional. De este modo, la etnografía se enfrenta al tratamiento de problemas de investigación tales como: • El estudio de la relación entre concepción global de seguridad alimentaria y concepciones locales del fenómeno. Tensiones y complementaciones entre la alimentación global y la local. • Proceso decisional de la alimentación. Quién, cómo y por qué de las pautas alimentarias. Superando la lectura interpretativa exclusiva, encontramos la pregunta por los ejes políticos del sentido común sobre alimentación. • Construcción de la realidad alimentaria en "contextos de inseguridad", entendidos como escenarios locales en que los actores se enfrentan a riesgos e incertidumbres en relación a los alimentos y el consumo. Este problema de investigación posee un importante potencial comparativo, toda vez que se basa en la visión de la inseguridad alimentaria como un problema global, con expresiones de riesgo diversas. La concepción de cultura que proponemos para el estudio y la práctica en el campo de la seguridad alimentaria, permite tanto el discernimiento entre niveles de realidad como su abordaje específico e interrelacionado de tales niveles. En otras palabras, nos abre a la posibilidad de conocer y comprender los procesos alimentarios en sus dimensiones empíricas y conceptuales, identificando en ello las miradas y discursos que dan sentido a los problemas y a la intervención. Proponemos entonces una concepción incluyente de miradas realistas y simbólicas de la realidad. De acuerdo a ésta, la inseguridad alimentaria es un problema real que posee versiones y lecturas dependiendo de la relación que se establezca con él. Tanto su expresión estadística como la conceptualización que se construye sobre este problema, es relevante e indispensable para diseñar su intervención. Se trataría entonces de un concepto de cultura más bien inspirado por la antropología sociocultural, que gira en torno a la definición de los procesos alimentarios como sistemas socioculturales. La seguridad alimentaria sería un concepto parte del sistema sociocultural de la alimentación contemporánea, con una dimensión estructural y una dimensión simbólica. Desde esta misma perspectiva, la seguridad alimentaria sería un proceso objetivo y subjetivo, pues ordenaría socialmente una situación que afecta al sujeto y respecto de la cual los sujetos actúan. Los actores podemos llegar a incorporar a la inseguridad alimentaria como parte de nuestra identidad sociocultural, dando cuenta de las características del proceso sujeto-sociedad. 39 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 40 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA Podemos referirnos a las características de nuestra alimentación y resaltar los riesgos que nos presenta, construyendo una interpretación particular sobre el consumo de alimentos. Seguridad alimentaria: sentido, concepto y contexto De acuerdo a Salcedo (2005) el concepto de seguridad alimentaria evoluciona a partir de la incidencia de dos tipos de factores: las situaciones coyunturales y los desarrollos intelectuales. Por situaciones coyunturales entenderemos los problemas alimentarios que, desatados por causas económicas, políticas y/o ambientales, transforman violentamente la situación alimentaria de la población. Por desarrollos intelectuales, entenderemos los recursos que, interesada y dedicadamente los científicos y especialistas han ofrecido para la comprensión y el tratamiento de dichas situaciones coyunturales. Así las cosas, no podemos suponer que situaciones coyunturales o problemas alimentarios y desarrollos intelectuales constituyen dos factores paralelos, sino más bien constatar que ambos constituyen dos factores interrelacionados. Ello nos lleva a plantear que las ciencias dedicadas a los problemas alimentarios son ciencias cuyo desarrollo obedece a la coyuntura, en la cual a su vez adquieren grandes responsabilidades y grandes desafíos. La siguiente cronología, construida a partir del citado texto de Salcedo, demuestra la integración entre ambos factores, revelando la evolución del tratamiento especializado en correspondencia con los problemas suscitados (cuadro 1). El concepto de seguridad alimentaria da cuenta de la preocupación por la alimentación en el ámbito técnico y político. La evolución del concepto ilustra la evolución histórica de esta preocupación, y de las diversas estrategias que en cada ocasión se fueron gestando para hacerle frente. Igualmente, podemos interpretar una evolución acumulativa en el concepto de seguridad alimentaria, que ilustra el modo en que las preocupaciones se van añadiendo y no superando. Esta situación va complejizando el paisaje del quehacer especializado, instaurándole nuevos desafíos y forzando a su vez la puesta a prueba de nuevas estrategias, entre las cuales se destacan las aperturas metodológicas y el quehacer interdisciplinario. Por aperturas metodológicas entendemos al resultado de la revisión de las bases epistemológicas de las disciplinas que trabajan para la seguridad alimentaria. El gran reto que supone contribuir al acceso y al consumo inofensivo de alimentos, ha de presionar a que disciplinas como la nutrición, la planificación social y otras ciencias 40 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 41 LA CULTURA EN LA SEGURIDAD ALIMENTARIA Periodo Situación coyuntural 1970-1980 Aumento en los precios del petróleo y de los fertilizantes. Disminución de la producción de granos. Concepto de seguridad alimentaria Centrado en la disponibilidad de los alimentos. 1974, la Conferencia Mundial de la Alimentación se concentró en discutir la relación oferta-disponibilidad v/s escasez. 1980-1990 Liberalización de las economías y el comercio. Influido por la problematización de las relaciones entre hambre y pobreza. Centrado en el acceso a los alimentos: disponibilidad no es garantía de acceso. El acceso a los alimentos depende de los derechos y las garantías que poseen las personas. La seguridad alimentaria merece atención institucional. Roma, 1996 Cumbre Mundial sobre la Alimentación. "El derecho de toda persona a tener acceso a alimentos sanos y nutritivos". 1990 - Problemas sanitarios, escasez de agua, cambios climáticos. Crisis alimentarias. Centrada en la inocuidad de los alimentos, en la calidad de la alimentación. Mientras los países desarrollados incorporan la preocupación por las características sanitarias de los alimentos y el consumo, los países subdesarrollados mantienen la preocupación por el acceso. sociales y de los alimentos, impriman la discusión epistemológica y metodológica como recurso fundamental para proteger la calidad de sus aportes. La ética social nos impone criterios toda vez que nos enfrentamos a contribuir en la transformación social, situación frente a la cual las ciencias no pueden permanecer inmunes. El principio de reflexividad puede considerarse, ciertamente, el motor epistemológico de las ciencias contemporáneas caracterizadas por la incorporación de una visión éticopolítica y el compromiso con el tratamiento de problemas globales. Así, las ciencias para la seguridad alimentaria, comprometidas con el tratamiento y la superación del 41 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 42 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA hambre y los problemas alimentarios, han de constituir ciencias con conciencia que no garantizan soluciones sino compromisos.1 Las ciencias, preocupadas por la seguridad alimentaria en el mundo, que se sostienen en epistemologías que respiran a través de su revisión y problematización, adquieren la propiedad de transgredir sus límites a partir del descubrimiento de nuevos desafíos. Ello habría permitido, por ejemplo, que disciplinas científico-sociales como la antropología, hayan pasado a formar parte de equipos de planificación e intervención social para el desarrollo y la seguridad alimentaria. La disciplina antropológica recogió nuevos desafíos desde el medio y se abocó primero al estudio y a la práctica en temas como la pobreza, desarrollo productivo, salud y alimentación. El trabajo en estos temas tiene a lo menos dos requisitos ineludibles para ciencias como la antropología: el compromiso social y el vínculo con otras disciplinas. El primero es un requisito no exento de controversias, pues si bien para algunos tal compromiso implica trabajar desde el orden institucional para superar los problemas, para otros supone precisamente colaborar en la denuncia y en la reestructuración de dicho orden, pues reproduciría una lógica viciosa. Esa lógica sería la de los programas de intervención que reparan silenciosamente los efectos de una economía y un mercado excluyente y bipolar, diseñando y ejecutando programas de ayuda y de soporte a la inseguridad alimentaria. En relación al vínculo con otras disciplinas, es importante destacar el impacto de esta condición en el producto del quehacer científico en torno a la seguridad alimentaria. El trabajo interdisciplinario entre profesionales y especialistas de las ciencias de la salud y de la sociedad, hace presumir que pre-existe un reconocimiento mutuo y una comprensión integral del problema que abordan. La comprensión implicaría, en el caso de la seguridad alimentaria, que los científicos de la salud valorarían la importancia de la dimensión social y cultural de los problemas alimentarios, y que los científicos sociales reconocerían la legitimidad del conocimiento bio-nutricional en el diagnóstico y el tratamiento de dichos problemas. En un caso específico, el nutricionista debiese reconocer la trascendencia de la visión y la experiencia de los problemas alimentarios en su contexto, y el antropólogo la del diagnóstico nutricional y de la propuesta dietética contenida en los programas de alimentación. Desde el paradigma de complejidad se agregaría al quehacer interdisciplinario, la condición de reconocer la insuficiencia de los puntos de vista disciplinarios unívocos y exclusivos. En otras palabras, la interdisciplina como requerimiento para el desarrollo científico y profesional. La interdisciplinaridad que aborda problemas 1 Si bien esta afirmación pudiese suponer una contradicción epistemológica, la intención ha sido precisamente la de exponer un punto de vista que destaca la necesidad de ponerlas en diálogo. 42 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 43 LA CULTURA EN LA SEGURIDAD ALIMENTARIA sociales complejos como la seguridad alimentaria, es entonces una necesidad, una respuesta ética y políticamente correcta y coherente con una concepción múltiple e incluyente del fenómeno. En esta retrospectiva al concepto de seguridad alimentaria, podemos afirmar que su concepción es la respuesta a las preguntas que los especialistas nos vamos haciendo a partir de la realidad alimentaria de la población. La seguridad alimentaria no es un concepto estático ni externo a la práctica científica y política, sino más bien un concepto derivado de la sensibilidad del quehacer especializado frente a los problemas alimentarios; un concepto que es a su vez respuesta responsable ofrecida para la comprensión y el tratamiento de dichos problemas. La gran interrogante sigue estando entonces en el modo en que construimos esta respuesta, en los supuestos que vitalizamos y en los énfasis que otorgamos a través de su conceptualización. No podemos olvidar el llamado constante de la epistemología política hacia estas materias: reconocer el impacto político del conocimiento especializado respecto de los conocimientos locales, cautelar el modo en que los conceptos se construyen y se expanden desde unas lógicas a otras (Carrasco y Eyzaguirre, 2005). La evolución del concepto de seguridad alimentaria da cuenta de cómo la preocupación por la alimentación va trascendiendo desde la preocupación por las fuentes de los alimentos hasta la actualidad, donde la preocupación se focaliza en las características de los alimentos y las condiciones del consumo. Esta lectura retrospectiva nos permite afirmar que en la década de los ochenta el concepto de seguridad alimentaria - food security - recogió una preocupación extendida por el acceso a los alimentos. En efecto, la oferta o disponibilidad de alimentos no garantizaba el acceso de la población, situación que se presentó abiertamente mediatizada por conflictos políticos y por crisis ambientales. La seguridad alimentaria emerge entonces como una demostración de la preocupación y de la implementación de medidas para hacer frente a las crisis. Podríamos interpretar que en sus orígenes el concepto de seguridad alimentaria representó una actitud política reparativa y preventiva de situaciones que arriesgaron el acceso a los alimentos. De ahí en adelante, si bien el concepto ha sido complementado con otros elementos que abundan su complejidad, éste ha mantenido su connotación preventiva, provisoria y tutelar del derecho a la alimentación. Si nos preguntamos ¿De qué es indicativo el concepto de seguridad alimentaria? podríamos responder que de una sociedad que se autodefine a partir de ciertos riesgos, en función de los cuales se capacita y defiende a través de instrumentos y mecanismos conceptuales, políticos y tecnológicos. Como todo concepto, es histórico y envuelve en sí mismo un imaginario respecto a la alimentación, los alimentos y el consumo. El surgimiento y la transformación del concepto son indicativos a su vez de los 43 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 44 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA movimientos que los imaginarios políticos y sociales van experimentando. Éstos (imaginarios), al producir "... valores, apreciaciones, gustos, ideales y conductas de las personas que conforman una cultura" (Díaz, 1996: 13) asignan sentido a hechos y procesos, o en otras palabras, construyen realidad. En el caso de la seguridad alimentaria, podríamos interpretar que es una categoría que refiere a una realidad en la cual coexisten diversas formas de comprender la alimentación y los problemas alimentarios. En el imaginario donde la seguridad alimentaria es un concepto clave, la alimentación es un recurso económico, productivo y social, que merece nuestra atención, pues constituye una fuente de supervivencia en peligro de convertirse en enemigo. La lógica que subyace al imaginario de la seguridad alimentaria es entonces una lógica reparativa y preventiva en la cual se problematiza la relación hombre - alimento, y se generan conocimientos y prácticas para mantener su armonía. Los contextos de la seguridad alimentaria, por otra parte, son contextos de estabilidad. Cuando la población se aproxima a estados de inseguridad alimentaria, este concepto le permite a los gobiernos tomar medidas relativas a la disponibilidad y el acceso a los alimentos. Cuando una crisis alimentaria amenaza a la población, las instituciones responsables despliegan sus armas para materializar el sentimiento de seguridad en la población. No podemos ignorar que el concepto de seguridad alimentaria edifica una estructura cultural que hemos caracterizado como defensiva, a partir de la cual se piensa, se valora, se opina y se actúa. La seguridad-inseguridad de tener alimentos o de que nuestra salud no corra riesgos en el consumo crea un contexto social en el cual operan la demanda de información, la previsión y el resguardo. La información se transforma en un recurso preciado, y los medios de comunicación cumplen en este contexto un rol fundamental, construyen imágenes y las reproducen, actuando de modo protagónico en la construcción de la realidad alimentaria (Carrasco, 2005). El tratamiento dado al concepto de seguridad alimentaria en la Cumbre de la Alimentación de 1996, destaca el factor del derecho y ratifica el énfasis en el acceso. De este modo, se establece un estándar para comprender y utilizar la categoría de "seguridad alimentaria" en un contexto que desde lo político, se amplía hacia lo técnico y finalmente hacia lo social. El diagrama siguiente nos permite sostener la hipótesis antropológica que señala que la concepción de seguridad alimentaria adquirirá uno u otro contenido dependiendo de las condiciones de desarrollo económico y social de cada contexto. El principal referente para sostener esta interpretación es el llamado Libro Blanco sobre la Seguridad Alimentaria (Comisión de las Comunidades Europeas, Bruselas 2000). En él se establecen los principios y las condiciones para una política de seguridad alimentaria en Europa, y destacando un nuevo énfasis en los aspectos sanitarios de la producción de alimentos-food safety. A través de este documento se instituye la seguridad ali44 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 45 LA CULTURA EN LA SEGURIDAD ALIMENTARIA mentaria como un asunto que trasciende a los países y que abarca un dominio global. Siguiendo este punto de vista es que sostenemos que la seguridad alimentaria es actualmente un concepto global, pues contiene una preocupación universal por la alimentación humana. Diagrama 1 Relaciones entre desarrollo-subdesarrollo y conceptos de seguridad alimentaria Contextos de subdesarrollo La seguridad alimentaria está en la inocuidad de los alimentos La seguridad alimentaria está en el acceso a los alimentos Contextos de desarrollo El caso de países como España permite ilustrar muy gráficamente cómo el concepto de seguridad alimentaria es correspondiente con las condiciones de desarrollo económico y social de un país. En el citado Libro Blanco sobre la Seguridad Alimentaria, se da cuenta de su versión desarrollada, de acuerdo a la cual el concepto se expresa a través de procesos dirigidos hacia la garantización del consumo. Es decir, la seguridad alimentaria para la alimentación sana e inofensiva. Se implica en ello una concepción social de crisis alimentaria en alerta o latente, en la cual juega un rol determinante la difusión de la información: ¿quién?, ¿cómo?, ¿por qué? comer o no comer determinados alimentos. Obviamente, las principales voces son las económicas y las científicas, las que suelen estar en cómplice acuerdo para difundir versiones compatibles sobre las causas y efectos de los riesgos alimentarios. La situación más coti45 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 46 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA diana la constituye actualmente el consumo de alimentos transgénicos, respecto a la cual permanecemos en sospecha observando un debate científico y político en constante tensión. Una de las principales conclusiones que podemos establecer de esta revisión es que los dos significados atribuidos en lengua inglesa a la seguridad alimentaria (food security/food safety), pueden llegar a constituir dos concepciones eminentemente complementarias. Ello explicaría que en lengua castellana mantengamos un solo concepto para definir ambos procesos. El primero con sentido cuantitativo, determinado por las necesidades nutricionales y definido por el acceso a los alimentos. Este concepto de seguridad alimentaria se organiza a partir de una racionalidad económica y productiva que calcula cantidades y que intenta controlar los efectos que el hombre o la naturaleza ocasionan en la subsistencia humana. El segundo significado parece sustantivizar esta visión y se organiza a partir de una racionalidad cualitativa, que caracteriza a la producción y al consumo de alimentos y la evalúa a partir de cánones sanitarios universales. Desde este segundo punto de vista, se aplican las lógicas higienistas y de salubridad productiva y médica, se controlan los riesgos alimentarios y se intenta prevenir o reparar crisis. La complementariedad se derivaría de la conceptualización compleja de la seguridad alimentaria antes enunciada, que la valora como fenómeno contemporáneo que remueve las perspectivas metodológicas de las ciencias que convoca y que permite la creación y la puesta a prueba de conocimientos con fines sociales directos. El concepto de seguridad alimentaria contiene en sí mismo una visión respecto a la alimentación y a sus condiciones, sean éstas relativas a la cantidad o calidad de la misma. Hablar de seguridad alimentaria implica dar cuenta de la visibilización de una preocupación contemporánea por la alimentación, la que en uno u otro sentido se sigue viendo afectada por el hombre y la naturaleza. En el ámbito especializado, interesa compartir la pregunta por la cultura donde la seguridad alimentaria es una categoría legible y propia. Si seguimos una senda relativista, podríamos apostar por una multiplicidad de concepciones de seguridad alimentaria, todas ellas pertenecientes a contextos espacio-temporales diversos. Timmer (2004) cita a Maxwell para demostrar esta diversidad, al mencionar que en el periodo 1975-1991 se habrían encontrado treinta y dos definiciones distintas de seguridad alimentaria (Salcedo, 2005). La investigación pendiente es la de la concepción local de seguridad alimentaria. Los especialistas de la planificación nutricional ya nos han propuesto diversos indicadores para conocer la expresión del fenómeno y hasta medir sus alcances tanto en el plano económico como nutricional. La alimentación se protege a través de estrategias macroeconómicas, el consumo conciente y la conducta de selección por parte del indi46 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 47 LA CULTURA EN LA SEGURIDAD ALIMENTARIA viduo que va aprehendiendo el comportamiento global de la incertidumbre y la restricción. La seguridad alimentaria es entonces un proceso que refuerza la condición de sujeto miembro de una sociedad que experimenta riesgos y que incorpora cuestionamientos capaces de afectar su comportamiento, en este caso, alimentario. Queda aún por investigar el proceso de construcción de los comportamientos a nivel local, su socialización en contextos socioeconómicos y socioculturales diversos; el registro etnográfico y el análisis cualitativo del comportamiento alimentario de actores que, beneficiados por programas alimentarios, se definen como actores de la inseguridad. Las hipótesis deberán girar en torno a los factores que definen una u otra expresión de la seguridad / inseguridad, en la búsqueda de datos para discutir la relación entre desarrollo económico y conceptos de seguridad alimentaria. En tanto perspectiva para la planificación nutricional, la seguridad alimentaria es una categoría controlada a través de variables cualitativas y cuantitativas. El cálculo y el monitoreo de la seguridad / inseguridad alimentaria es una cuestión de probabilidades y de puntos de vista que definen las distancias entre el hombre y los alimentos. La versión food safety de la seguridad alimentaria, orientada hacia la vigilancia sanitaria de los alimentos y el consumo, constituye un punto de vista determinado por el conocimiento y la conciencia medicalizada del consumo de alimentos. En una dimensión prescriptiva, esta visión induce a los sujetos a relacionarse con sus alimentos a partir del conocimiento. El actor de los contextos de la seguridad alimentaria, de sociedades donde el concepto ha vivido procesos de socialización transversal, es quien conoce los riesgos y teme al impacto del consumo inadecuado en su salud. Desde un punto de vista antropológico podemos distinguir que el proceso sociocultural es altamente determinante en situaciones de inseguridad. Los imaginarios alimentarios en contextos de inseguridad requieren de un trabajo de investigación aún incompleto. Quizá si los principales avances al respecto sean los estudios etnográficos del hambre en Brasil (Scheper-Hughes, 1997), lo cierto es que el gran desafío descriptivo y técnico sigue siendo comprender el conocimiento local sobre la alimentación y los problemas alimentarios, y asegurar un espacio para tal conocimiento en el proceso de planificación e intervención nutricional. Desde la perspectiva de los enfoques de desarrollo, sería el enfoque de desarrollo humano el que permitiría hoy en día la convocatoria del actor como sujeto proactivo en los procesos de desarrollo, a través del rescate de las particularidades culturales, la participación social y la opinión. En una óptica similar, diversos especialistas de las universidades paulistas de Brasil coincidieron en establecer relaciones críticas entre seguridad alimentaria y ciudadanía (Galeazzi, org., 1996). Ratifican la tesis estructural de la seguridad alimentaria, de acuerdo a la cual el acceso y la disponibilidad constituyen las condiciones determinantes, y se agrega a ello la visualización de la inseguridad alimentaria desde 47 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 48 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA una perspectiva social y colectiva que trasciende al individuo y por tanto, como un problema social y político real. Como conclusión transversal, es importante destacar entonces la contextualidad del concepto de seguridad alimentaria. Desde la óptica de este trabajo, el concepto adquiere sentido dependiendo del contexto geográfico, político, técnico y sociocultural donde sea utilizado. Ello exige a los especialistas diligencia y precisión al momento de diseñar e implementar acciones enmarcadas en los objetivos de la seguridad alimentaria. La perspectiva antropológica aquí expuesta insistirá en la consideración del punto de vista de los actores locales en relación a los problemas e inseguridades alimentarias y a las condiciones que desde la experiencia deben darse para que exista seguridad alimentaria. Desafíos epistemológicos y metodológicos para la seguridad alimentaria La seguridad alimentaria como estrategia para el desarrollo, requiere de ciencias dedicadas y comprometidas con el tratamiento de los problemas que, en muchos casos, las propias ciencias han contribuido a crear y sostener (Funtowicz y Ravetz, 2000). La seguridad alimentaria es un campo de conocimiento que aproxima la ciencia a la sociedad, y que requiere por tanto, metodologías relacionales capaces de asimilar los movimientos de la sociedad. En el mismo sentido que la denominada ciencia para el desarrollo sostenible (CEPAL, 20032), las ciencias para la seguridad alimentaria deben discutir las éticas que las sostienen, complementar sus fines y procurar una comunicación fluida con el conocimiento local. La sociedad contemporánea nos impone un nuevo desafío inexcusable: dada la mayor comprensión que tenemos de nuestro trabajo, mayor ha de ser nuestro compromiso y más alta nuestra responsabilidad en los procesos de transformación social. Desarrollo sostenible y seguridad alimentaria compartirían una misma ética de la equidad intra-generacional (Gallopin, 2003), vale decir, una ética del contemporáneo, de la coexistencia justa y de la "disminución de la disparidad de los recursos entre quienes viven actualmente" (Ibid. 23). La ciencia para la seguridad alimentaria es una ciencia pro-activa y dirigida, que re-concibe sus problemas de investi- "Ciencia y tecnología para el desarrollo sostenible. Una perspectiva latinoamericana y caribeña". Taller Regional Latinoamericano y Caribeño sobre ciencia y tecnología para el desarrollo sostenible. CEPAL, Serie Seminarios y Conferencias, no. 25. 2 48 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 49 LA CULTURA EN LA SEGURIDAD ALIMENTARIA gación en virtud de las formas que éstos van adquiriendo. La seguridad alimentaria es un problema social a escala, cuyos efectos recaen sobre el sistema bio-eco-social. Problemas alimentarios contemporáneos tan alarmantes como la obesidad infantil ilustran la expresión de la inseguridad alimentaria en el contexto donde los sujetos conforman la cultura alimentaria. Desde este punto de vista, la obesidad será un problema cuya superación no será nunca una responsabilidad exclusiva ni de las ciencias de la salud ni de las ciencias de los alimentos. La obesidad es un problema social que involucra al sujeto y su pertenencia a un contexto social determinado; un problema que señala las implicancias de la relación sujeto-sociedad. La seguridad alimentaria requiere de una agenda abierta, no determinada por un único actor. Políticos, científicos, grupos económicos, actores locales, han de intervenir en la estimación de prioridades y en las propuestas de acción. Los científicos sociales debemos ser capaces de promover la concertación de los conocimientos, quizá esa pueda ser nuestra principal contribución y nuestro principal desafío desde el punto de vista metodológico. Es urgente abocarnos al conocimiento de los problemas alimentarios. Nuestra tarea, desde el punto de vista técnico, está en el monitoreo de los procesos alimentarios, el conocimiento integral de los riesgos y la planificación de estrategias para el diálogo y la toma de decisiones. Desde el punto de vista disciplinario, los desafíos trascienden el plano estratégico o procedimental, dado que la seguridad alimentaria es una preocupación pública que se instala en el sentido común y que requiere de retroalimentación con un conocimiento científico comprensivo que "no evite el debate epistémico" (Ibid. 18). El aporte profesional del científico social se complejiza entonces al enfrentarse a la siguiente ruta: • Primero. Mantenemos la preocupación disciplinaria por la identificación y descripción del conocimiento local sobre la alimentación y los problemas alimentarios. • Segundo. Comparte el interés ético social por la superación de la inseguridad alimentaria en un sentido global y local. Comprende el problema desde ambas ópticas. • Tercero. Crea puentes para que el conocimiento local sea considerado un conocimiento legítimo desde el punto de vista científico. Desde marcos conceptuales abiertos (en un sentido epistemológico), propone metodologías para el ensamblaje de los conocimientos que comparten la preocupación por el problema 49 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 50 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA La calidad de nuestro aporte radicará en la acuciosidad con la cual recogemos el sentido común y lo ofrecemos como un conocimiento lógico, consistente y altamente incidente en la experiencia de los problemas alimentarios. Conclusiones Siguiendo la mirada compleja de la realidad alimentaria contemporánea aquí propuesta, llegamos a problematizar la condición de predictibilidad de los problemas y de la inseguridad alimentaria. Si concebimos los sistemas alimentarios como sistemas complejos, debemos aceptar su naturaleza impredecible e incontrolable por parte del conocimiento científico. No obstante, si algo debiésemos ser capaces de asegurar los especialistas en materia alimentaria es precisamente la capacidad de predecir y controlar las crisis y los riesgos. Ello, tanto por la naturaleza vital de los mismos como por la vigilancia integral e interdisciplinaria a todos los factores que inciden en la situación alimentaria de la población. Las crisis económicas han de suponer crisis alimentarias, lo mismo que los colapsos sanitarios, las catástrofes ambientales y los problemas productivos. Proponer la perspectiva de la complejidad reflexiva (Funtowicz y De Marchi, 2000) en el estudio y la intervención de los problemas alimentarios implicará entonces asumir la visión sistémica de dicha complejidad, abrirnos a las construcciones interdisciplinarias y crear conocimiento y propuestas sin ambición absoluta. La complejidad reflexiva nos remonta a nuestros contextos, a los sujetos y a los recursos locales para proponer e implementar acciones tendientes a intervenir problemas que se expresan a nivel local. Este enfoque nos facilita dos pasos fundamentales en el ejercicio profesional para la seguridad alimentaria: la concepción del fenómeno y la propuesta metodológica. Desde la lógica compleja reflexiva, la seguridad alimentaria puede ser concebida como un sistema constituido por factores de distinta naturaleza, y el desafío metodológico estaría precisamente en la creación de lenguajes y prácticas de conciliación y de producción inter y transdisciplinar, en otras palabras, conocimiento para la sociedad, no para la ciencia. La complejidad del concepto de seguridad alimentaria, vale decir de la forma en que el mundo especializado ha definido al fenómeno de la falta de acceso y los riesgos en la calidad de los alimentos, radica en su naturaleza transversal, constituyéndose en una categoría que es leída de distintas ópticas, dependiendo del contexto y los actores. Es un concepto en el cual conviven distintas visiones sobre el fenómeno: para 50 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 51 LA CULTURA EN LA SEGURIDAD ALIMENTARIA los políticos y técnicos la seguridad alimentaria puede ser la garantía del acceso a buenos alimentos, para los ejecutores de los programas de alimentación la finalidad será la disponibilidad, y para los beneficiarios será el consumo para la sobrevivencia. La seguridad alimentaria es una categoría compleja y plástica, no merece conflictos pues la finalidad ético-social última es siempre la misma. Lo cierto es que no deberíamos trabajar en seguridad alimentaria sin conocer la visión de los actores que sufren los problemas. No podemos intervenir efectivamente la inseguridad alimentaria si no comprendemos el contexto donde se expresa. Desde un punto de vista metodológico reconocemos en la seguridad alimentaria una categoría abordable desde epistemologías realistas e interpretativas, simultáneamente. El desafío epistemológico es precisamente el de la complementariedad y la comunicación de las distintas perspectivas, pues nadie niega la experiencia del hambre y la escasez de alimentos, ni tampoco al conocimiento de quienes sufren hambre y escasez estructuran en torno al problema. Debemos superar el cuestionamiento clásico respecto a si la solución de los problemas es una cuestión fáctica o una cuestión conceptual. La seguridad alimentaria en tanto concepto y fenómeno social es un desafío complejo que requiere de ambas contribuciones. Consideramos prioritario comprender la seguridad alimentaria como un proceso complejo, que merece la concertación respetuosa de visiones y de expectativas. Estas dependerán de la realidad alimentaria de cada actor, y del proyecto social que organice a su contexto, no obstante la ética planetaria3 seguirá siendo un vector en consolidación. Este último, atraviesa los procesos de construcción de conocimiento científico y social, confronta los fines de la ciencia con la solución de problemas sociales, vale decir, un quehacer científico explícitamente relacionado y comprometido con una senda para el desarrollo humano y social. 3 En el sentido dado por Cardoso de Oliveira (1993). "Etnicidad y las posibilidades de la ética planetaria" en Revista Antropológicas, no. 8, México, pp. 20-33. 51 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 52 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA Bibliografía Carrasco, N. y L. Eyzaguirre (2005) "La antropología vista por la epistemología política. Comentarios a la antropología aplicada chilena"en Revista Anthropos, 207, Barcelona, pp. 185-200. Carrasco, N. (2005) "La construcción científica de la realidad alimentaria. Fundamentos e imágenes de la intervención nutricional"en Ponencia presentada en el Primer Congreso Latinoamericano de Antropología, Rosario, Argentina. Comisión de las Comunidades Europeas (2000) Libro Blanco sobre la Seguridad Alimentaria, Bruselas, Disponible en: <http://europa.eu.int/comm/dgs/health_consumer/library/pub/pub06_es.pdf > Díaz, E. (1996) "¿Qué es el imaginario social?" en E. Díaz (ed.) La ciencia y el imaginario social, Argentina, Biblos, pp. 13-20. Funtowicz, S. y B. de Marchi (2000) "Ciencia posnormal, complejidad reflexiva y sustentabilidad" en Enrique Leff (coord.) La complejidad ambiental, México, Siglo XXI. Funtowicz, S. y J. Ravetz (2000) La ciencia posnormal. Ciencia con la gente, Barcelona, Editorial Icaria. 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Tradicionalmente, hasta la década de los cincuenta, incluso sesenta, para las clases trabajadoras españolas, una buena alimentación era, ante todo, una alimentación "nutritiva", es decir, "sana", pero sobre todo abundante y saciante. Hoy, en cambio, la mayoría de la población piensa que "comemos demasiado". El "temor de que no alcance la comida" *Observatorio de la Alimentación. Universidad de Barcelona. Correo electrónico: contreras@ub.edu 1 Este artículo es una reelaboración a partir de un artículo anterior ya publicado "Los aspectos culturales en el consumo de carne" en M. García (ed.) Somos lo que comemos. Estudios de alimentación y cultura en España, Barcelona, Ariel, 2002; y del capítulo "Seguridad e inseguridad alimentaria" del libro conjunto con M. Gracia: Alimentación y cultura: perspectivas antropológicas, Barcelona, Editorial Ariel, 2005. Por otro lado, quiero agradecer los sugerentes y pertinentes comentarios de los evaluadores anónimos de este artículo que me han permitido corregir algunas inexactitudes y que hubieran mejorado mucho el artículo si las hubiera podido tener todas en cuenta. 53 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 54 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA ha retrocedido. Hoy, la preocupación dominante es cada vez más de carácter cualitativo. Desde los años ochenta, el término más a menudo empleado, tanto por las madres de familia como por los dietistas, para caracterizar una buena alimentación es el de equilibrio. En nuestros días, de acuerdo con Fischler (1995), en el espíritu de los comensales contemporáneos, la cuestión crucial es cada vez más saber qué comer y en qué proporción. La preocupación cuantitativa no está ausente, pero se plantea más bien en términos de restricción. Encuestas de diferentes países (EE.UU., Francia, España) muestran, en efecto, que a cada instante, entre un cuarto y un quinto de la población sigue algún tipo de régimen. Por otro lado, a lo largo de la historia de los hoy llamados países desarrollados, en ningún otro momento, los seres humanos se habían encontrado tan bien de salud y durante tanto tiempo, como en la actualidad. De hecho, todos los datos apuntan en la misma dirección: nunca en la historia de las sociedades occidentales, la población había tenido tanto qué comer ni había estado tan libre de las hambrunas o de la escasez como hasta ahora y nunca, tampoco, había alcanzado una esperanza de vida tan alta. En efecto, a lo largo del siglo XX, en España, la esperanza de vida al nacer se ha más que duplicado pasando de 34.7 años en 1900 a 77.5 en el año 2000. Sin embargo, si se confronta esta realidad de la situación de la salud con el estado nutricional de la sociedad y, sobre todo, con la opinión que se percibe, se llega a imágenes totalmente diferentes. Aparentemente, al menos, los cambios que se han producido en los regímenes alimentarios de la mayoría de países del mundo ponen de manifiesto, en lugar de la abundancia y del bienestar, una cierta mala nutrición. En las sociedades industrializadas, una vez que se ha resuelto el problema de garantizar el nivel de subsistencia, el interés se centra en saber si su alimentación, elegida más o menos libremente y entre numerosas opciones, resulta fiable en términos de calidad y de inocuidad. En efecto, hasta mediados del siglo XX, cuando se hablaba de seguridad alimentaria, era para referirse a garantizar el aprovisionamiento. En los últimos años, sin embargo, el término de seguridad alimentaria ha adquirido otro significado. En los países más industrializados, por este término se está entendiendo el consumo de alimentos libres de riesgos para la salud. Esta segunda acepción se explica, quizás por el hecho de que, cada vez más, las sociedades toman precauciones para minimizar los posibles peligros asociados a los alimentos, tales como la intoxicación o la contaminación. Para ello se recomiendan medidas de evitación, se investiga y se aplican técnicas de manipulación específica, de conservación, etc. Por otro lado, nunca como hoy habíamos sabido tanto sobre los alimentos, sobre las enfermedades y sobre la biología y la fisiología humanas. Los avances científicos y tecnológicos desarrollados a lo largo de las últimas décadas permiten tipos de análisis extraordinariamente pormenorizados, de tal manera que de cualquier "alimento" o 54 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 55 MODERNIDAD ALIMENTARIA: ENTRE LA SOBREABUNDANCIA Y LA INSEGURIDAD producto puede expresarse su composición cualitativa y cuantitativa hasta el mínimo detalle. De este modo, y a juzgar por las publicaciones científicas, por su eco en los medios de comunicación e, incluso, por la publicidad alimentaria, nuestra sociedad contemporánea no parece ya que "coma" manzanas, carne de pollo o de cerdo, atún, coliflor, pan, yogur o beba vino o cerveza sino calcio, hierro, polifenoles, flavonoides, vitamina tal o cual, carotenoides, glucosinolatos, fibra, ácidos grasos, licopeno, esteroles, ácido oleico, fósforo, alcohol etílico, etc. Las categorías relativas a los alimentos parecen haberse modificado considerablemente en el sentido de una mayor "cientifización". Al mismo tiempo que conocemos mejor la composición de los productos alimentarios, también sabemos cada vez más y mejor los efectos de los diferentes nutrientes o sustancias sobre nuestro organismo. Consecuentemente con todo ello, hoy, los científicos, los responsables de la sanidad pública y las industrias agroalimentarias nos recomiendan con más precisión y con más convencimiento qué es lo que debemos ingerir para estar sanos y para prevenir las diferentes enfermedades. Veamos algunos ejemplos: Recomendaciones cuantitativas de consumo de algunos alimentos según "estudios científicos" • "El C.S.I.C. recomienda beber hasta un litro de cerveza a la semana por razones de salud". • "Tomar hasta seis copas de vino a la semana protege contra el derrame cerebral". • "Comer un huevo al día no supone un mayor riesgo para el corazón". • "Comer cinco piezas de fruta y verdura al día reduce en un 31 % la posibilidad de sufrir infarto cerebral". • "Un consumo diario de dos o tres tazas de té reduce hasta el 46 % el riesgo de padecer arteriosclerosis". • "Un adulto sano debe ingerir un mínimo de medio litro de leche al día". • "El consumo diario de yogur retrasa la aparición de ciertos tumores". • Etc., etc. 55 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 56 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA Correlaciones probabilistas entre alimentación y salud-enfermedad • • • • • Aquellas personas que toman entre 1 y 6 vasos de vino semanales reducen el riesgo de sufrir apoplejía en 34 %. El vino puede reducir en 19 % el riesgo de degeneración macular. Cinco piezas de fruta y verdura al día reducen en 31 % la posibilidad de sufrir infarto cerebral Un consumo diario de 2 ó 3 tazas de té reduce hasta 46 % el riesgo de padecer arteriosclerosis de la aorta. Etc., etc. En definitiva, podría pensarse, pues, que nunca como ahora habíamos comido tanto, tan variado y mejor. Nunca, como ahora, habíamos estado tan saciados. Nunca, como ahora, habíamos vivido tanto, tan variado y mejor. Nunca, como ahora, habíamos tenido tantos controles alimentarios, tecnologías tan eficientes y sofisticadas para garantizar la seguridad (inocuidad) de nuestros alimentos, unas autoridades, unos científicos, unos medios de comunicación y unas organizaciones de consumidores tan preocupados por nuestro bienestar. Es decir, nunca había existido tanta seguridad alimentaria. Y, sin embargo, la "inseguridad" no desaparece e, incluso, aumentan las incertidumbres y las dudas acerca de lo que comemos y de los posibles riesgos2 que puede entrañar nuestra comida, es decir, los daños potenciales/probables para nuestra salud. Es decir, tampoco, nunca, como ahora, habíamos estado tan preocupados por nuestra salud y nuestra alimentación. Según el CREDOC (2002) si en 1997 35% de los franceses opinaba que los productos alimentarios presentaban algunos riesgos para la salud y 20% decía que presentaban riesgos importantes; tres años después, en 2000, estas valoraciones se habían hecho más negativas, aumentando a 40% y 30%, respectivamente. Parece ser, pues, que, cada vez, una mayor cantidad de población tiene más dudas acerca de la inocuidad alimentaria. ¿Por qué? La respuesta es compleja y exige analizar el proceso de transformaciones ocurridas en todas y cada una de las fases de la cadena alimentaria así como en las actitudes, representaciones y percepciones sociales relativas a los alimentos. 2 Las percepciones y representaciones del riesgo en relación a los alimentos han sido objeto de numerosos estudios (Steemkamp, 1990; Poulsen, Juhl, Kristensen, Bech y Engelund, 1996; Grunert, Larsen, Madsen y Baadsagaard, 1996), proporcionando bases útiles para analizar las crisis alimentarias y el grado de confianza de los consumidores en la seguridad de los alimentos y en la eficacia de los controles. 56 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 57 MODERNIDAD ALIMENTARIA: ENTRE LA SOBREABUNDANCIA Y LA INSEGURIDAD La globalización de los repertorios alimentarios Los sistemas alimentarios han pasado, en poco tiempo, de unos ecosistemas muy diversificados a otros hiperespecializados e integrados en vastos sistemas de producción agroalimentaria a escala internacional. De este modo, ha aumentado considerablemente la producción mundial de alimentos al tiempo que han desaparecido numerosas variedades vegetales y animales que habían constituido la base de dietas de ámbito más o menos localizado. Asimismo, paralelamente a este proceso, las tareas de la cocina doméstica han sido transferidas en gran medida a la industria. Como consecuencia de todo ello, cada vez se consume una mayor cantidad de alimentos procesados industrialmente. Este fenómeno no tiene lugar sólo en los países más industrializados sino también, aunque con concreciones, matices, grados y consecuencias diferentes, en todos los países del mundo. Ello ha supuesto una ampliación del repertorio alimentario a la vez que una homogeneización del mismo. Hoy, en cualquier país del mundo, lo esencial de su alimentación proviene de un sistema de producción y de distribución cuya escala es planetaria. Los comportamientos alimentarios en los países industrializados están hoy más basados en las estrategias de marketing de las empresas agroalimentarias que en la experiencia racional o en las prácticas tradicionales (Abrahamsson, 1979). Estas estrategias tienen una dimensión "multinacional" y/o "global" y afectan, también, a los países del Tercer Mundo, donde los mayores o menores efectos dependen de la medida en que las diferentes comunidades se incorporan a una economía monetaria y los cambios que se introducen en los modos de producción suponen una menor dedicación de la tierra y el trabajo a la producción de subsistencia y mayor a los cultivos comerciales (Manderson, 1988: 179). Las grandes empresas agroalimentarias controlan cada vez más los procesos de producción y distribución de alimentos. Unos alimentos, por otra parte, producidos cada vez más "industrialmente" y ello a pesar de que la noción misma de "industria alimentaria" (Cf. Atkinson, 1983: 10-16; Fischler, 1979: 201) resulta repugnante a mucha gente. En efecto, el consumo de alimentos procesados ha aumentado considerablemente en los últimos treinta años; sigue haciéndolo a pesar de sus detractores morales, gastronómicos, económicos y dietéticos, tanto en los países más industrializados como en los del Tercer Mundo. Aumenta el consumo de dichos productos en cantidad de unidades, en diversidad de productos y en porcentaje de presupuesto. El proceso está lejos de ver su punto final porque la tecnología alimentaria está diseñando constantemente nuevos productos y las últimas aplicaciones alimentarias de la biotecnología anuncian numerosas novedades alimentarias para un futuro más o 57 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 58 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA menos inmediato, por ejemplo: tomates que no se pudren, leche de vaca con vacunas incorporadas, berenjenas blancas, arroces colorados y aromatizados, patatas con un almidón de mejor calidad que las hará más crujientes una vez fritas, maíz con un leve sabor a mantequilla, etc. En definitiva, hoy en día, los países industrializados pueden disponer de una mayor variedad de alimentos a lo largo del año. Es cierto también que, para que esto haya sido posible, se ha tenido que recurrir (para permitir la conservación y el transporte) a un uso generalizado y creciente de aditivos (conservantes, colorantes, aromatizantes, etc.). Estos aditivos contribuyen, también, por una parte, a una homogeneización progresiva de los alimentos y, por otra, suponen una ingestión sistemática y prolongada de sustancias cuyas consecuencias no son todavía bien conocidas. La evolución de los modos de vida hacia actividades menos productivas está en el origen de estos procesos. El aumento del nivel de vida, asociado a un desarrollo del salario así como a una evolución del lugar y del papel social de las mujeres, comportó un traspaso de la producción doméstica alimentaria hacia el sistema de mercado. Todo ello se tradujo en una regresión del autoconsumo, en una demanda creciente de productos listos para comer y en un aumento de la frecuentación de las diversas formas de restauración. Asimismo, la individualización creciente de los modos de vida ha comportado una cierta desritualización de las tomas alimentarias, reforzada por la disminución de las influencias religiosas y morales. La convivialidad asociada a las comidas ha perdido importancia. Ha aumentado la diversidad de los tipos de tomas alimentarias según los contextos (lugares, momentos, convivios) y, como consecuencia, ha aumentado el abanico de expectativas relativas a las características cualitativas de los productos alimentarios (Lambert, 1997: 55). Rupturas en los sistemas de representación alimentarios y desconfianza de los consumidores La "revolución industrial" aplicada a la industria alimentaria ha permitido en las últimas décadas incrementar considerablemente la disponibilidad de todo tipo de alimentos hasta el punto de que, como ya hemos dicho, se ha pasado de la escasez a la sobreabundancia. Este es el aspecto positivo de dicha revolución, pero hay otros. Como ha señalado Fischler (1979: 198-200), en pocas décadas, la revolución industrial, la especialización y los rendimientos crecientes de la producción agrícola, el desarrollo hipertrófico de las ciudades... todo ello ha contribuido a crear una "modernidad alimentaria" que ha trastocado o, incluso, subvertido, la relación del hombre con su ali58 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 59 MODERNIDAD ALIMENTARIA: ENTRE LA SOBREABUNDANCIA Y LA INSEGURIDAD mentación. Con la evolución de la producción y de la distribución agroalimentaria se ha perdido progresivamente todo contacto con el ciclo de producción de los alimentos: su origen real, los procedimientos y las técnicas empleadas para su producción, su conservación, su almacenamiento y su transporte. Los consumidores sólo tienen un conocimiento parcial de esta evolución, que va desde lo que podríamos llamar la situación "tradicional" o "pre-industrial" hasta la actual era del cracking y el "ensamblaje". F. Gruhier (1989) ha llegado a decir que los animales que hoy consumimos (también los vegetales) son auténticos mutantes que tienen poco que ver con sus "antepasados" de hace tan sólo 30 ó 40 años; mientras que el hombre contemporáneo, biológicamente al menos, se parece como dos gotas de agua a su antepasado medieval. En este cuadro evolutivo, el rol de las industrias alimentarias ha cambiado y el alimento se presenta de una manera dual. Por una parte, se artificializa, y, por la otra, debe conservar un estatus "natural", pues éste es el único nexo tangible con la naturaleza para el consumidor. Así pues, si bien con el tiempo, las prácticas alimentarias pueden ser evolutivas, el cambio parece tropezar con la insatisfacción del consumidor confrontado, por ejemplo, a los alimentos "industriales", que los encuentra insípidos, faltos del sabor e, incluso, peligrosos. Ahora bien, mientras que los alimentos habrían cambiado mucho durante estos últimos cuarenta años, su simbología o sus representaciones sociales se caracterizarían por una mayor duración o continuidad. En efecto, los sistemas de representaciones de los consumidores están evolucionando más lentamente que los sistemas de producción-distribución con sus innovaciones tecnológicas relativas tanto a los productos como al empaquetado y tanto a los lugares de producción como al transporte, al almacenamiento y a la distribución. Todo ello obliga a interrogarse por el futuro de las categorizaciones implícitas que condicionan los gustos y los rechazos alimentarios (Maho y Pinson, 1989: 202). Por ejemplo, desde un punto de vista organoléptico, no sólo los gastrónomos se interesan por la compatibilidad entre la tecnología alimentaria y el mantenimiento del sabor propio de cada tipo de alimentos. Los consumidores tienen la sensación de que la tecnología ha estado exclusivamente al servicio del productor, del transportista, del vendedor (rendimiento, crecimiento rápido, aspecto atractivo, conservación, etc.) pero no al servicio de sus papilas (Gruhier, 1989: 77). ... veamos lo que ha ocurrido después de veinte años con las frutas y legumbres: se han vuelto insípidas y sin gran interés gustativo. En efecto, se han efectuado las selecciones sobre una cantidad de criterios favorables al productor, al transportista y al vendedor: rendimiento, solidez del fruto, posibilidad de cosecha precoz o mecanizada, actitud para la maduración artificial, color y aspecto ventajoso, etc. (...) ¿Los buenos tomates son los hinchados? ¿Los mejores guisantes son extrafinos? ¿Los melocotones blancos son los exqui59 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 60 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA sitos? Entonces, se seleccionan los tomates bajo el criterio de la hinchazón, los guisantes bajo el de la finura, los melocotones bajo el de la blancura, sin ocuparse jamás del sabor. Resultado: melocotones blancos pero sin gusto, tomates hinchados pero insípidos, guisantes extrafinos y harinosos. Y todo en consonancia: malas judías verdes pero sin hilos, fresas sin perfume a pesar de su crujiente rojo carmín, manzanas rojas pero no maduras... Asimismo, con la llamada cocina industrial, ni la composición ni la forma de los alimentos evocan un significado preciso y familiar; al contrario, puede evocar ya cualquier cosa como, por ejemplo, "carne en bastoncitos" o "palitos de cangrejo". Así, el riesgo mayor que parece plantear la modernidad alimentaria refiere a la incapacidad de los consumidores modernos para clasificar los productos de la industria alimentaria (Ariès, 1997). Entre la tecnología, por una parte, y el marketing y la publicidad, por otra, habrían sido destruidas las referencias culturales de la alimentación. El alimento se habría convertido en un objeto sin historia conocida y el consumidor moderno no sabría ya qué es lo que realmente está comiendo (Fischler, 1979: 202). Con la multiplicación de las elecciones gustativas alimentarias es necesario considerar que el consumidor, hoy, no es más que un conocedor parcial de la variedad de los gustos o sabores de los alimentos cuyas cualidades organolépticas y microbiológicas se mejoran. El espaciamiento entre la repetición de una misma experiencia alimentaria hace más difícil la memorización de los sabores particulares y la constitución de una memoria gustativa personal. Asimismo, la posible confusión en relación a las representaciones alimentarias puede afectar a las imágenes sobre los sistemas de producción así como elementos sobre los lugares de aprovisionamiento y los sistemas de distribución. Hoy, la artificialización de la alimentación suscita problemas en el consumidor. Provoca una ruptura con las reglas ancestrales, pero también la oportunidad de hacer evolucionar el perfil del comensal hacia un individuo consciente de su pasado cultural, autónomo (libre de sus elecciones alimentarias en la abundancia de la oferta), responsable (formado en el conocimiento de las características de los alimentos) y promotor de su propia riqueza alimentaria. Fischler (1990) muestra que la ausencia de consenso implícito o explícito unívoco sobre el arte y la manera correcta de alimentarse comporta para el comensal una gran incertidumbre y una verdadera ansiedad. Además, el desconocimiento de los modos de fabricación de los alimentos y de la o las materias primas utilizadas se añaden a esta confusión, desarrollándose entre los consumidores una actitud de desconfianza hacia la oferta alimentaria, más pletórica que nunca. Resulta fundamental la familiarización en la aceptación de los alimentos nuevos. Sylvander y Melet (1994) evocan "la incertitud sobre las definiciones de los productos", sobre "la calidad de los productos" que estarían en el origen de "un aumen60 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 61 MODERNIDAD ALIMENTARIA: ENTRE LA SOBREABUNDANCIA Y LA INSEGURIDAD to de la desconfianza de los consumidores" constatada desde los años sesenta, así como del desarrollo de políticas de gestión de calidad en las empresas. Del complejo sistema internacional de producción y distribución alimentaria, los consumidores sólo conocen los elementos terminales: los lugares de distribución y los productos. El resto es una verdadera caja negra, que entraña un miedo tanto más grande en la medida en que la subsistencia está asociada a la alimentación. Los productos alimentarios disponibles son identificados por los individuos si sus características percibidas físicamente por sus órganos sensoriales tienen un sentido, un significado, encontrado por el cerebro en el sistema de representaciones pre-establecido. Los consumidores resumen su percepción por ideas sobre la autenticidad y la calidad. Ello significa la perfecta adecuación a su cultura, a su sistema de representaciones. La menor separación de estos productos en relación a esta cultura puede hacerle perder su sentido hasta el punto de que no parezcan verdaderos alimentos, que parezcan pastiches, artefactos, "plástico", que "no tienen alma". En este sentido, el diseñador F. Jegou (1991) precisa que "la industria proporciona un flujo de alimentos sin memoria" en el que la dimensión simbólica de la alimentación ya no es el resultado de un lento proceso de sedimentación entre el hombre y su alimento, sino que le preexiste. Así, los 'nuevos alimentos' pueden ser clasificados en el límite de lo comestible y su ingestión se supone llena de riesgos. Asuntos muy destacados por los medios de comunicación (la crisis de las "vacas locas", por ejemplo) refuerzan claramente esta ansiedad latente. Los nuevos productos poseen por esencia elementos exteriores a la cultura de la casi totalidad de los individuos a los cuales les son presentados (Lambert, 1997: 57-58). La cultura alimentaria todavía hoy dominante no parece haber integrado el nuevo contexto de producción-distribución caracterizado por una agricultura muy mecanizada que proporciona las materias primas a las industrias que, a su vez, proceden a transformaciones cada vez más sofisticadas y venden a las grandes superficies los productos ya empaquetados. En el universo de representaciones todavía hoy dominante, el universo de lo comestible está constituido por alimentos procedentes del sector primario, es decir, productos brutos y frescos con una imagen mental de naturaleza y en oposición a otros productos procedentes del sector industrial que formarían el universo de lo no-comestible. La percepción actual de los productos alimentarios parece que continúa elaborándose a partir de este doble universo de representaciones puesto que la mayoría de las personas encuestadas al respecto consideran que "los productos 'industriales' son menos buenos que los productos 'naturales'" (Lambert, 1996: 157158). En definitiva, la llamada "artificialización" de la alimentación y el desconocimiento respecto de los modos de fabricación de los alimentos y de las verdaderas materias 61 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 62 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA primas utilizadas en su elaboración provocan en el consumidor moderno una considerable incertidumbre, desconfianza y ansiedad. Incluso, la noción de "granja factoría" resulta repugnante para muchas personas. En cierta medida, esta repugnancia deriva de diferentes tipos de repulsión hacia los tratamientos "inhumanos" a los que son sometidos los animales. Del mismo modo, la agroindustria es vilipendiada al ser vista como una derrochadora de los recursos naturales y basada en el uso de fertilizantes químicos "artificiales" (Atkinson, 1983: 16). Por todo ello, no ha de resultar extraño que los principales retos a los que hoy debe hacer frente la investigación y la industria agroalimentaria sean, precisamente, los de resolver los problemas que la propia industria ha generado en los consumidores y que pueden resumirse en la necesidad de restablecer la confianza y la seguridad en la inocuidad sanitaria de sus propios productos (ya sea a nivel de las consecuencias que su ingesta pueda tener en el consumidor como en las consecuencias que su producción pueda tener en el medio ambiente) y en su calidad organoléptica. Un caso paradigmático: las "vacas locas" Con la globalización, las intoxicaciones alimentarias dejan de ser locales para pasar a ser internacionales. Una red de intercambios a escala planetaria y los sistemas de distribución en masa que proponen al consumidor atiborrado de enormes cantidades de mercancías provocan que la industria alimentaria sea muy sensible a los pánicos. En efecto, en estos sistemas hipercomplejos en los que participan sin dominarlos, los consumidores desorientados escuchan todos los rumores negativos de envenenamiento, a menudo lanzados sin discernimiento por una prensa sensacionalista que privilegia el gran titular alarmante. Los pánicos alimentarios se multiplican provocando reacciones a menudo desordenadas por parte de las autoridades. Minorías influyentes manipulan los temores de los consumidores. Abundan los ejemplos: la llamada "octavilla de Villejuif" sobre los riesgos cancerígenos de los aditivos alimentarios; amenazas de envenenamientos masivos e indiscriminados como forma de protesta política; amenazas de envenenamiento de alimentos como chantaje económico a empresas alimentarias, etc. En cualquier caso, la complejidad creciente del sistema alimentario y mediático actual contribuye a alimentar un número cada vez mayor de pánicos alimentarios que mezclan lo imaginario y lo real (Campion-Vincent, 1994: 89-92). No siempre la información proporcionada al consumidor para prevenir y superar sus temores resulta suficiente y/o adecuada. Dice Lambert (1997) que algunas informaciones sólo pueden modificar la cultura de los individuos de un modo muy margi62 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 63 MODERNIDAD ALIMENTARIA: ENTRE LA SOBREABUNDANCIA Y LA INSEGURIDAD nal porque, sobre todo, la desconfianza del consumidor es un estado afectivo primario ligado a su instinto de supervivencia y no se modifica con un simple razonamiento. Además, los consumidores europeos no parecen admitir ningún tipo de especulación con los riesgos para su salud derivados del consumo de cualquier tipo de producto alimenticio. Sin embargo, la prensa diaria informa regularmente de peligros derivados de las aplicaciones industriales de la investigación agroalimentaria. Un ejemplo reciente extraído de la prensa española: El uso abusivo de los antibióticos en el sector ganadero plantea una amenaza creciente a la salud de los consumidores, según han advertido ochenta expertos reunidos la pasada semana en Berlín a instancias de la Organización Mundial de la Salud. El abuso de antibióticos ... acelera la proliferación de cepas de bacterias resistentes a los antibióticos. Aunque la ingestión de estas bacterias no suele tener consecuencias para la salud, puede causar graves enfermedades -y a veces incluso la muerte- en pequeño número de consumidores. El hecho de que las bacterias sean resistentes a los antibióticos no hace sino dificultar el tratamiento de los pacientes"(Corbella, J.: La Vanguardia, 22-10-1997, p. 25). Este tipo de consideraciones en forma de noticias o de artículos es muy frecuente como lo es también la imposición de multas por alimentación indebida de los animales destinados al consumo humano de carne. Dentro de un contexto así estalló en 1996 la denominada crisis de las "vacas locas" que gozó de un extraordinario seguimiento por parte de los medios de comunicación de numerosos países y que fue reeditado, con creces, en su segunda edición, la del 2000-2001. En buena medida, dicha crisis contribuyó a reforzar la desconfianza y la ansiedad de los consumidores respecto de los productos cárnicos. Puede decirse que la llamada crisis de las "vacas locas" permitió descubrir algunos aspectos de la mencionada caja negra relativa a la cadena de producción de la carne de vacuno. Una cadena muy cerrada y en la que, prácticamente, se aprovechaba todo. El problema residía de hecho en la fabricación de carnes separadas mecánicamente, la carne recogida sobre el armazón (pieza en canal) una vez que ha sido limpiado de los trozos de carne noble y de sus vísceras. Para fabricar estas carnes se utilizan columnas vertebrales sobre las cuales se extraen los residuos de carne, de tal manera que el proceso de recuperación comporta, también, los otros tejidos que puede estar pegados, como el sistema nervioso central. Estas partes estaban destinadas a ciertas preparaciones a base de carne (raviolis, hachis parmentier, hamburguesas, etc.). Los ingleses prohibieron esta práctica en diciembre de 1995. En 1989 habían prohibido para el consumo humano ciertos despojos: el cerebro, la médula espinal, el intestino, el bazo, etc. Por otra parte, no fueron tanto las harinas cárnicas las que fueron prohibidas (en cualquier caso no se prohibió su exportación), sino las proteínas 63 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 64 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA de rumiantes en la alimentación de rumiantes. Así, se planteaba el problema de la definición de la carne, de tal manera que esta palabra no cubre la misma realidad para el consumidor que para los industriales (Savey, 1997). Las reacciones frente a la "vaca loca" se inscriben dentro de las tendencias de cambios observadas después de los años ochenta. Las estadísticas de consumo de carnes posterior a la crisis de las "vacas locas" mostraron un descenso en el consumo de carnes bovinas aunque compensado parcialmente por el consumo de otras carnes y de pescados. Asimismo, se han desarrollado comportamientos completamente vegetarianos. Estos cambios de comportamiento encontraron su punto culminante en los momentos de auge en los medios de comunicación y, luego, se ralentizaron. Las mismas reacciones se repitieron en las "crisis" del 2000-2001. En cualquier caso, parece que un buen número de consumidores ha modificado profundamente sus actitudes. La amplitud y la virulencia de las reacciones están, sin duda, ligadas al cúmulo de elementos de la situación: 1) el desconocimiento del "prión", reconocido por los científicos, es fuente de ansiedad como todos los fenómenos desconocidos y la idea de que este "agente" pueda penetrar en el cerebro y hacerle perder sus capacidades no puede ser más que enloquecedora, sobre todo teniendo en cuenta que los efectos no son inmediatos sino a plazo desconocido; 2) la transgresión de las leyes de la naturaleza (transformar un herbívoro en carnívoro) se integra difícilmente en la cultura de la mayoría de individuos y puede hacer peligrar la integración de su carne en el universo de lo comestible (Lambert, 1977: 243); 3) el lugar central que todavía tiene la carne en la mayoría de hogares populares de los países europeos (Cazes-Valette, 1997); y 4) el papel jugado por los medios de comunicación de masas contribuye a aumentar los temores más que a disminuirlos. Los medios de comunicación, dice Savey (1997) al respecto, son, en general, incapaces de tratar los problemas complejos y de movilizar el conocimiento al ritmo en que difunden las noticias. Sus informaciones no pueden describir correctamente las realidades evolutivas y complejas. No pueden, por tanto, evitar el participar en manipulaciones como las que han tenido lugar durante las crisis de las 'vacas locas'.3 Los medios de comunicación juegan en este tipo de crisis un rol esencial: dado su poder de sugestión, participan, tanto si quieren como si no, en su 3 En 1996, Lancet publicó un artículo, de origen francés, afirmando que los monos alimentados con harinas de carne presentaban una encefalopatía parecida a la enfermedad de Creutzfeldt-Jacob. Este artículo tuvo una enorme repercusión mediática. En el mismo momento, en Gran Bretaña, Mme Baker, especialista en estas enfermedades, dispone de una colonia de ouistitis alimentada con harina de carne desde hace quince años y declara no haber encontrado ningún caso en un centenar de individuos. Lo publicó y una discusión en Lancet ponía en duda las conclusiones del primer artículo francés, pero ningún medio de comunicación se hizo eco. 64 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 65 MODERNIDAD ALIMENTARIA: ENTRE LA SOBREABUNDANCIA Y LA INSEGURIDAD evolución. A la vez informadores del público y actores en tanto que informadores, los medios de comunicación deben poder contribuir a poner en perspectiva en el tiempo y en el espacio los acontecimientos que sufrimos como consumidores de informaciones. En definitiva, como ha señalado Rémond-Gouilloud (1997: 127-128), la crisis de la vaca loca, al revelar la 'cosificación' del mundo viviente, suscita una repulsión frente a la racionalidad productivista aplicada al mundo animal. La relación íntima que une los seres vivos, desde ahora patente, indiscutible, invita a profundizar la relación entre el hombre y su contexto natural y, en el plano jurídico al menos, a revisar el tratamiento; el medio, rito de pasaje hacia este orden refundado, ha cumplido bien su papel en la vanguardia de los interrogantes de nuestro tiempo. Sin embargo, a la hora de traducir esta constatación en la acción -es decir, en términos de derechos y deberes- la vida conceptual sorprende. Mientras que en otros lugares, o antaño, los animales sagrados o divinizados expresaban cada uno un valor utilitario o simbólico, la racionalidad judeo-cristiana, borrando este aparejamiento sutil, los ha relegado a todos a la categoría informe de las cosas. De repente, parece incongruente que el tigre más hermoso del mundo y el perro más fiel no sean más que una piedra; la única diferenciación parece sostenerse en la sensiblería y en los caprichos humanos y oscilando entre la categoría de lo perjudicial y la de especies protegidas. El pensamiento legislativo se reforma y reconoce al animal como un ser sensible y con derechos. Así, para Rèmond-Gouilloud, la monstruosidad no es que la vaca sea loca sino que sea el hombre quien la enloquezca. En España, desde el 1 de octubre de 2004, el Código Penal configura como delito el "maltrato de animales domésticos". Algunas reacciones "nacionales" y/o "nacionalistas" a la crisis de las "vacas locas" pueden proporcionarnos algunas claves para valorar la dimensión cultural existente en el consumo de carne en la actualidad. Cazes-Valette (1997: 210-211), evocando las nociones de etnocentrismo y de xenofobia de Lévi-Strauss, y más concretamente la actitud de repudio hacia las formas culturales que resultan alejadas de aquéllas con las cuales nosotros nos identificamos, y que se inscriben en las fronteras de la tribu o del grupo lingüístico, afirma que puede comprenderse que, algunos franceses, despreciando toda distancia científica, se contentaran con la mención VF (Viande Française) para tranquilizarse frente a la amenaza de las "vacas locas". El enemigo está en el extranjero [en este caso, Inglaterra]. En España, pocos meses después del primer "estallido" de las "vacas locas", en diciembre de 1996, se aprobó una nueva Indicación Geográfica Protegida, la de la Ternera Gallega, cuyos folletos de propaganda decían así: 65 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 66 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA Ternera gallega: la carne con carné. La 1ª carne de vacuno con Control Integral y Certificado de Garantía. El Consejo Regulador de Ternera Gallega ampara exclusivamente reses nacidas, criadas y sacrificadas en Galicia. Nuestras razas, nuestro clima que propicia excelentes forrajes y el peculiar manejo de los animales por los labradores gallegos, hacen esta carne única y apreciada en toda Europa. Con fecha 17 de diciembre de 1996 y mediante el Reglamente (CE) nº 2400/96 la Comisión declara que Ternera Gallega merece ser inscrita en el Registro de Indicaciones Geográficas Protegidas y, por lo tanto, protegida a escala comunitaria como tal. Ternera Gallega, un producto con historia. Se trata de otra manifestación del etnocentrismo alimentario. Lo propio, lo gallego, en este caso (que podría equivaler a "español") es un producto conocido, "tiene historia" y "carné" es decir, "identidad" y, en esa medida, está "controlado" y, por esta razón, parece no entrañar peligro. Lo que ocurre es que la industrialización, como se ha dicho, ha provocado la perdida de "referencias", pero los consumidores siguen teniendo necesidad de ellas. A falta de otras referencias relativas al lugar de producción, a las materias primas, a las técnicas de manipulación o a la comprensión precisa de las informaciones que los productores suministran en relación a todo ello, la "marca" aparece como una nueva y posible "señal de identidad" que pretende conferir seguridad, confianza. Sin embargo, en el caso de las carnes, a falta de "marcas" de las empresas productoras proliferan las "Denominaciones de Origen" o las "Indicaciones Geográficas Protegidas" o bien las "marcas" de los establecimientos expendedores, las de las Grandes Cadenas de Distribución. Asimismo, marcas colectivas del tipo "Etiqueta Roja de Calidad" o "Agricultura Biológica" o "Agricultura Ecológica" permiten salir de la masa indiferenciada de las carnes anónimas a los productos sobre los cuales una entidad se compromete en la transparencia sobre determinados criterios de los cuales uno de los más importantes es el origen o la identidad de los productos. Todo ello podría explicar, según Cazes-Valette (1997: 222-223) que este tipo de marcas o etiquetados disminuyeran menos sus ventas de carnes con motivo de la "crisis de las vacas locas" que las que no las tenían la "marca", pues además de su papel jurídico de protección, la marca marca el producto, lo señala, lo identifica y constituye un compromiso por parte de "su autor" y garantiza una constancia, una mejora, de la oferta que es promovida como diferenciada y diferenciable de las ofrecidas por los concurrentes. Una marca reconocida inspira más confianza. 66 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 67 MODERNIDAD ALIMENTARIA: ENTRE LA SOBREABUNDANCIA Y LA INSEGURIDAD Los "nuevos alimentos" y los "miedos alimentarios": el caso del pescado Hemos dicho ya que los alimentos han cambiado mucho a lo largo de los últimos cuarenta años. Por definición, las innovaciones alimentarias se caracterizan por diferencias más o menos importantes en relación a los productos conocidos. En esta medida, los nuevos productos pueden suscitar ciertas dudas o problemas y resultan tanto menos tolerables cuanto mayor es la diferencia o distancia en relación a los productos ya asimilados. Por el contrario, la innovación resulta más aceptada cuanto menor es la diferencia en relación al sistema de representaciones y a la cultura pre-existente. ¿Hasta qué punto los alimentos que hoy consumimos son los mismos que antaño? El caso del "pescado" constituye otro ejemplo. El pescado no tiene ya la significación sociocultural precisa que tenía. En relación al pescado, a lo largo de los últimos años han aparecido diversas innovaciones con diferentes tipos de significación, así como de aceptación o rechazo: congelados, piscifactorías, análogos (incluso se está investigando en una acuicultura "funcional"). Así, hoy, los productos del mar están, al igual que otras muchas categorías de alimentos, teñidos de una cierta ambivalencia. ¿Son alimentos naturales o industriales? Hasta cierto punto nada parecería más natural que un pescado fresco recién pescado. Sin embargo, es sabido que los ríos y los lagos deben ser resembrados, que la pesca en el mar cada vez se parece más a una industria y menos a una actividad artesanal, que la acuicultura no cesa de desarrollarse y que el pescado salvaje cada vez es más escaso. Por otro lado, la contaminación marina y de los ríos y el riesgo de infecciones bacterianas y víricas, ponen en cuestión la pureza de los productos del mar. En general, los nuevos productos "de pescado" han tenido una buena aceptación por parte de los consumidores, incluso superior al de otras innovaciones alimentarias. Además del precio, comparablemente ventajoso, cabe destacar sus diferentes posibilidades y grados de conveniencia y sin que sus características nutricionales se vean negativamente afectadas, sobre todo en comparación con los productos cárnicos o la bollería industrial en torno a los cuales se ha tejido un cierto halo de desconfianza. En efecto, aunque existen algunas diferencias en cuanto a sabor, olor y, sobre todo, textura entre el pescado fresco y el congelado, este último resulta conveniente porque es más barato, su compra no tiene que ser diaria y se cocina más rápidamente e, incluso, puede ya no tener espinas. Todo ello facilita un uso más cotidiano. En este sentido, desde el punto de vista de los consumos ordinarios, podría decirse que el pescado congelado ha sustituido a las salazones consumidas tradicionalmente casi a diario. Por 67 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 68 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA otra parte, desde el punto de vista nutricional, razón cada vez más importante, son escasas las diferencias entre pescado fresco y congelado. Asimismo, los productos surimi pueden resultar atractivos para el consumidor actual puesto que, imitando a otros de mayor prestigio, y de mayor costo, se presentan como una solución de cocina rápida y fácil. En el mundo, son más de un centenar los productos de este tipo usados a diario y siguen anunciándose novedades como el surimi de anchoa o de percebe. Aunque los productos a base de surimi parezcan menos "naturales" que los pescados, su calidad nutritiva es muy satisfactoria. Por cada 100 gramos, contiene [M.T. Veciana: La Vanguardia, 29-3-2001; p. 32]: 10.9 gramos de proteínas; de 0.2 a 0.4 de lípidos; de 3 a 6 de glúcidos y de 1 a 1.4 de sal. Se trata, pues, de un alimento rico en proteínas, bajo en calorías (65 kcal. x 100 gramos) y barato y que permiten aprovechar pescados que nadie querría en su forma natural. Además, como casi nunca se consumen como plato principal, sino como aperitivo o complemento de otros platos, sus posibles deficiencias en algún nutriente se pueden compensar con facilidad por las aportaciones de los otros ingredientes. Se ha dicho ya que nuestra modernidad alimentaria se caracteriza por la proliferación de los miedos alimentarios y un arraigada sensación de inseguridad en relación a los alimentos que consumimos. Hasta estos momentos se ha llamado la atención, fundamentalmente, sobre los pesticidas en las legumbres, las hormonas en las carnes, el colesterol en las arterias, la salmonella en el pollo o en los huevos, el prión en las vacas, excesos lipídicos, de sal, azúcar, etc., etc. y todo ello con las temidas consecuencias de obesidad, cánceres de diferente tipo, estreñimiento, gastroenteritis, enfermedades cardiovasculares. A la vista de la relación anterior, podría pensarse que los miedos actuales han beneficiado más que perjudicado el consumo de pescado. Hasta cierto punto, es verdad que las crisis alimentarias en relación con los productos cárnicos ("vacas locas", "dioxinas", "peste porcina") han podido dar lugar a cierto crecimiento, aunque circunstancial y poco perceptible en las series estadísticas, en la demanda de pescado, tanto en lo que refiere al volumen de ventas como en los precios percibidos. En definitiva, los pescados, en comparación con otros alimentos, han salido relativamente bien librados en relación a estos miedos. Pero no están exentos. Además de su fragilidad característica y de la histamina que libera con tanta facilidad, otros males, derivados de los modelos intensivos de explotación de los recursos y de la degradación ambiental, empiezan a afectar a los productos del mar. El contenido de mercurio es el más comentado, hasta el punto de que algunos se han preguntado ya si debería limitarse el consumo de pescados como consecuencia de las dosis de mercurio que contienen. El miedo, por el momento al menos, parece no estar justificado al decir de los 68 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 69 MODERNIDAD ALIMENTARIA: ENTRE LA SOBREABUNDANCIA Y LA INSEGURIDAD expertos pues, si bien es cierto que en dosis altas provoca daños neurológicos, los pescados consumidos tienen cantidades bajas y sin efectos nocivos demostrados. Hasta el momento, tampoco los pescados han sido asociados a los modelos intensivos de producción alimentaria y su negativa imagen social. Los productos del mar siguen siendo percibidos mayoritariamente como "productos naturales". Sin embargo, esos problemas de imagen asociados con la producción intensiva están empezando a aparecer en la medida en que algunas variedades de pescado son ya más cultivadas que pescadas y que la acuicultura tiene una importancia creciente. Los medios de comunicación informan ya de la utilización de aditivos como, por ejemplo, la caseína en el salmón envasado para mejorar su textura y estructura. Asimismo, el hecho de que las "granjas marinas" hayan empleado piensos a base de harinas cárnicas, al igual que se alimenta a los patos y conejos de otras granjas, puede no beneficiar la imagen de esos pescados, hasta ahora muy bien aceptados por los consumidores, pero que podría verse afectada por la misma imagen negativa asociada a los engordes acelerados de otros animales. Otras particularidades, relativas tanto a la percepción de los productos de pesca como a las inquietudes de determinados movimientos sociales en auge, como los ecologistas, pueden afectar en algún grado la aceptación de los "pescados de cultivo" y del pescado en general en la medida en que éste se asocie ya definitivamente con la negativamente percibida "industrialización de la alimentación" por el desconocimiento del origen y características de los alimentos consumidos. Veamos algunos ejemplos recogidos por la prensa en los últimos años. Greenpeace pide que no se den más permisos para el engorde del atún rojo "La organización ecologista Greenpeace pidió … al Gobierno (español) que no conceda más autorizaciones para el engorde de atún rojo en granjas flotantes puesto que esa actividad … amenaza con provocar el colapso de esa especie … Dar de comer hasta 25 kilos de pescado para conseguir tan sólo un kilo de atún es una barbaridad desde el punto de vista ecológico…". El País, 5-8-2004; p. 22. 69 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 70 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA "El amargo sabor del langostino tropical. El auge de la acuicultura arrasa los bosques costeros de India o Ecuador y expulsa la población". "… la proliferación de piscinas para la cría de este marisco está arrasando los ricos bosques acuáticos costeros (manglares), contaminando el litoral y expulsando a las poblaciones autóctonas en India, Ecuador, Honduras o Tailandia… la acuicultura del langostino apareció como una solución a la sobrepesca de arrastre en el mar… pero la antigua biodiversidad a base de cangrejos, conchas, camarones y demás especies se ha sustituido por el monocultivo del langostino en piscinas para la exportación… Los grupos ecologistas han pedido a los usuarios que no consuman langostino tropical si desconocen su origen". La Vanguardia, 5-2-2001; p. 40. "Sin denominación de origen. España no aplica normas de la UE que obligan a identificar la procedencia de los alimentos". "Frente a lo que sucede con los productos elaborados… los frescos campean sin pasaporte. En la práctica totalidad de los productos agrícolas y pesqueros, la situación es como una selva. No se conoce su procedencia; no se sabe nada sobre su calidad y frescura. Cuando uno se acerca a una pescadería hay al menos un 50 % de probabilidades de que lo que se está comprando proceda de la importación. En España se comercializan en la actualidad casi una docena de tipos diferentes de merluza según su procedencia (…). Para una gran mayoría de consumidores es difícil distinguir un pescado de otro hasta que no lo lleva a la cazuela". El País, 28-11-1999; p. 30. Por todo ello, no debe extrañar que, al igual que ocurriera en 1996 con la "ternera gallega", a la que se le expidió carné de identidad para garantizar su cordura, hoy se deba expedir también al pescado para conocer su procedencia y su identidad, que también lo es del consumidor: ¡Para saber lo que te pescas! Ahora, el pescado tiene DNI. Consulta el nuevo etiquetado informativo que encontrarás en tu pescadería. Con toda la información que necesitas para garantizar la mejor calidad del pescado: el origen, la frescura, la forma de obtención y la 70 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 71 MODERNIDAD ALIMENTARIA: ENTRE LA SOBREABUNDANCIA Y LA INSEGURIDAD presentación. Así siempre sabrás lo que te pescas [M.A.P.A. Secretaría General de Pesca Marítima (aparecido en El País Semanal, 2002)]. La paradoja de la seguridad alimentaria El aumento de la esperanza de vida, la reducción de las influencias religiosas, el mayor desarrollo de los conocimientos científicos y el aumento en la creencia de que "todo se puede conseguir" da lugar al desarrollo del mito del "riesgo cero". El aumento de los conocimientos científicos (por ejemplo, detección de nuevos constituyentes patógenos), las mejoras en las técnicas de control y el propio aumento de los controles permite una mayor detectación de los constituyentes patógenos. Todo ello da lugar a la que podría llamarse la paradoja de la seguridad alimentaria: por una parte, el sistema de producción alimentario se preocupa cada vez más y logra una mayor seguridad y, consecuentemente, los riesgos son cada vez más raros; pero, por otra, la misma escasez de riesgos y su utilización como pretexto proteccionista comporta un fuerte aumento de la mediatización y el aumento de la percepción de los riesgos por parte de la población sobre todo cuando los efectos de las aplicaciones de las nuevas tecnologías resultan poco conocidos o del todo desconocidos. La percepción sobre los riesgos alimentarios se integra y explica en un contexto cultural caracterizado por unos determinados valores sociales y morales, por determinadas concepciones sobre el cuerpo e imagen corporal, por una determinada visión de la enfermedad y de la salud. Aunque se admite que el riesgo cero no existe, la capacidad o disposición para asumir riesgos en alimentación es muy inferior a la de cualquier otro campo del consumo. Además, los consumidores distinguen diferentes tipos de riesgo: los accidentales y evitables, pero ineludibles en la práctica, y los provocados como consecuencia de prácticas descuidadas, ineficaces o abiertamente fraudulentas y evitables. No se trata, pues, de una incapacidad generalizada por asumir el riesgo, sino una reticencia a asumir riesgos innecesarios y que no conllevan ninguna ventaja aparejada. Se puede estar dispuesto a asumir un riesgo, más o menos incierto, si se perciben ventajas por su utilización. Un producto alimentario sospechoso siempre es sustituible por otro producto alimentario. Es decir, la evitabilidad del riesgo y la posibilidad de substitución son dos elementos clave a la hora de asumirlo o no. La industrialización del sector agroalimentario ha ido acompañada de una ruptura fundamental de las relaciones que los seres humanos habían mantenido físicamente con su medio y con el hecho de que numerosas tareas que hasta entonces eran realizadas por las responsables domésticas en sus cocinas hoy se lleven a cabo en la fábri- 71 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 72 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA ca (Goody, 1982; Capatti, 1989; Contreras, 1999; Wardle, 1987). La "industrialización", percibida en gran medida como una "artificialización" de la alimentación, ha dado lugar a una idea cada vez más persistente y, también, más cierta, de que cada vez sabemos menos acerca de lo que comemos. Esta idea o percepción resulta fácilmente aceptable si se tiene en cuenta que los alimentos son cada vez más "procesados", más transformados, de tal modo que la cadena alimentaria es cada vez más compleja y, asimismo, más distante o alejada del ciudadano. Pero, también, y en un sentido muy distinto, la sucesión y la relativa frecuencia de "crisis alimentarias" contribuyen a "poner al descubierto" aspectos no conocidos, no imaginados y "no aceptables" en relación a la "manipulación" de los alimentos pues puede tratarse de aplicaciones tecnológicas cuya existencia y alcance se desconocían previamente: por ejemplo, las vacas comiendo harinas cárnicas elaboradas con los desechos de los propios animales o con restos de ovejas enfermas. En efecto, en los últimos años, la industria alimentaria ha puesto en circulación una serie de "nuevos productos" cuyas especiales o novedosas características consisten, fundamentalmente, en alterar su composición y/o su "filiación". La ganadería y la avicultura industrial, por ejemplo, han dado lugar a "razas artificiales", aves "monstruosas" que producen gran cantidad de carne, para conseguir una producción en masa. Las "alteraciones" pueden consistir en la eliminación de alguno de sus componentes más característicos, por ejemplo la "grasa", o en la eliminación de la carne por completo, manteniendo, eso sí, el nombre del producto, el aspecto, el color y alguna referencia a su sabor y a su textura. Podría decirse que la agricultura y la ganadería se alejan, cada vez más, de la "naturaleza" para acercarse más al laboratorio y a la industria. Y también los "pescados", aunque la palabra "pescado" tendrá que derivarse sólo de la de "pez" y no de la de "pesca". En efecto, especies como la trucha, el salmón, la lubina y el rodaballo ya pueden no ser "pescadas" sino "cultivadas". A estas especies se añadirán otras como, por ejemplo, el atún pues investigadores japoneses han logrado ya la reproducción del atún en cautividad mediante técnicas de laboratorio. Estos atunes pesan un poco menos que los "normales", que a partir de ahora se llamarán "salvajes", pero, por el contrario, son más ricos en grasas lo que aumenta su valor en el mercado internacional. De esta manera, los desarrollos recientes de la tecnología o de la industria alimentaria han perturbado la doble función identificadora de lo culinario, es decir, de la identificación del alimento y la construcción o la sanción de la identidad del sujeto (Fischler, 1985: 188). Entre la tecnología, por una parte, y el marketing y la publicidad, por otra, habrían sido destruidas las referencias culturales de la alimentación, es decir, las posibilidades de identificar los alimentos. El alimento se habría convertido en un objeto sin historia conocida y el consumidor moderno no sabría ya qué es lo que 72 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 73 MODERNIDAD ALIMENTARIA: ENTRE LA SOBREABUNDANCIA Y LA INSEGURIDAD realmente está comiendo (Fischler, 1979: 202) pues la industria parece proporcionar (en Lambert, 1997) un flujo de "alimentos sin memoria". Así pues, posiblemente, nunca como ahora, los consumidores (concepto relativamente nuevo) habíamos sabido tan poco en relación a lo que realmente comemos: embutidos sin carne de cerdo, sucedáneos de angula, caviar, etc.; animales y plantas modificados genéticamente, productos enriquecidos, ligeros, sin, des, con, inteligentes, energéticos, vacas que no comen hierba, pescado que come piensos cárnicos, nuevos conceptos tales como colesterol, colesterol bueno y colesterol malo, grasas polisaturadas, monoinsaturadas, omega 3, calcio, polifenoles, antioxidantes, flavonoides, bífidos, lactobacilos. Probablemente, nunca como ahora, la distancia entre el conocimiento científico (aceleradísimo y cambiante) sobre los alimentos (en particular) y sobre la alimentación (las dietas) y el conocimiento popular había sido tan grande en el lenguaje, en el alcance y las implicaciones de esa distancia y en los nuevos modos como se atribuyen las responsabilidades: "falta educación nutricional", "falta información", "falta información adecuada", "falta de medidas preventivas", "búsqueda desmesurada del beneficio". Por ejemplo, la conclusión de los autores de un informe4 respecto del conocimiento alimentario de la población es que "a pesar de la importancia que se le da, la población presenta un conocimiento bastante mediocre: conocen de manera muy limitada los alimentos que contienen ciertas materias básicas, [y] los beneficios asociados a algunos alimentos importantes de la dieta mediterránea". La opinión mayoritaria de los expertos (tecnólogos, nutricionistas e industriales, sobre todo) coincide con las de este estudio. En efecto, los expertos y los industriales insisten enfáticamente en la falta de formación nutricional de los consumidores y en la importancia que la formación nutricional tiene para el desarrollo de una mejor alimentación y una mayor aceptación de los nuevos productos y, concretamente, de los alimentos funcionales. La inseguridad alimentaria está instaurada en las representaciones sociales de los comedores contemporáneos (Apfelbaum, 1998; Peretti-Watel, 2000 y 2001), aunque las percepciones del riesgo varían sustancialmente dependiendo del contexto en el que se generan. En general, las sucesivas crisis nos permiten poner de manifiesto la dificultad real en establecer los límites entre riesgos reales y riesgos subjetivos. Las personas no dejan de conducir aunque cada año miles de europeos mueran en las carreteras víctimas de un accidente de coche; pero sí que cuestionan su comida porque asocian riesgos negativos a los alimentos. La contradicción del sistema alimentario moderno entre la abundancia y el riesgo se ha intentado explicar desde diferentes pos- 4 "¿A dónde va la alimentación? Estudio de las actitudes hacia la alimentación". IV Foro Internacional de la Alimentación, Barcelona, 2002, p. 205. 73 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 74 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA turas, unas veces argumentando que negarse a la comida es un mecanismo de racionalidad humana, una respuesta ante la abundancia, y otras diciendo que es una expresión de la inseguridad producida por los procesos anómicos que caracterizan nuestro entorno cultural. Ya sea por reacción o por crisis, lo cierto es que estamos ante lo que podemos calificar de un nuevo sistema alimentario: el modelo de comportamiento actual ha cambiado sus formas y sus contenidos con respecto a modelos alimentarios anteriores, aunque persistan numerosos elementos inmutables. La recurrencia de las llamadas crisis, alarmas y escándalos alimentarios ha contribuido a cuestionar de forma creciente los sistemas de prevención de riesgo y, con motivo de esas crisis, han motivado un rechazo temporal de diferentes tipos de productos alimentarios. Todo ello, a su vez, ha dado lugar a un amplio debate sobre las características de la seguridad alimentaria y las reacciones de los consumidores. En los últimos años la confianza de los consumidores en la seguridad de los alimentos y en la eficacia de los controles se ha puesto en entredicho. Los recientes escándalos alimentarios han tenido un impacto directo en la competitividad de la industria. Estudios realizados indican que los escándalos pueden tener a largo plazo un efecto significativo en la demanda, así como la credibilidad de los mecanismos de regulación de las compañías agroalimentarias, en particular cuando, durante los escándalos alimentarios no se dan explicaciones con fundamentación científica o cuando la credibilidad de la institución se pone en entredicho por que se considera que ésta sólo protege sus propios intereses. Todo ello no sólo provoca desconfianza sobre algunos alimentos, sino sobre la totalidad de la cadena alimentaria, científicos y políticos incluidos. Así, la pregunta recurrente de los consumidores es: ¿Qué podemos comer sin miedo? El "miedo alimentario" no deja de ser paradójico porque, a lo largo de la historia de los hoy llamados países desarrollados, en ningún otro momento los seres humanos se habían encontrado tan bien, y durante tanto tiempo, como en la actualidad. Las mejoras decisivas aportadas por la higiene y la medicina permiten a una enorme mayoría de la población esperar la tercera edad con una buena salud. A partir de los 65 años, la esperanza de vida es de unos quince años para los hombres y de veinte para las mujeres. Podría pensarse que ha sido alcanzado ya un objetivo vital de la especie y que los progresos futuros en el terreno de la higiene y de la nutrición sólo tendrán unos efectos marginales para la colectividad y su salud. Sin embargo, el aumento del miedo es un hecho social insoslayable que se ha apoderado, incluso, de los espíritus más rigurosos. Se han encontrado nuevos chivos expiatorios en las personas de los obesos, los diabéticos o los hipercolesterolímicos. La proporción real de población que constituye los grupos de riesgo alimenta la angustia colectiva. El discurso del miedo es hoy también el discurso del establishment, cuyos actores son tanto los 74 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 75 MODERNIDAD ALIMENTARIA: ENTRE LA SOBREABUNDANCIA Y LA INSEGURIDAD poderes públicos como los dietistas o las empresas. Los medios de comunicación de masas, a su vez, han orquestado magníficamente la puesta en escena y contribuyen a difundir el gran miedo a través de un discurso nutricional que se ha convertido en ideología dominante (Apfelbaum, 1989: 180-181). Conclusiones El reconocimiento fortuito e inesperado del riesgo y su concreción en algo tan cotidiano, frecuente e inevitable como es la comida, especialmente cuando se trata de los alimentos básicos, los más consumidos y los más valorados (carnes, cereales, pescados), se ha traducido de diversas maneras pues los individuos aprehenden los riesgos según sus valores y sus creencias (Douglas, 1996). Así, se genera una desconfianza cada vez mayor en la cadena alimentaria. En materia de alimentación, la población no parece querer aceptar riesgos innecesarios y considera poco útiles o poco ventajosas algunas de las aplicaciones de las innovaciones científicas y tecnológicas en el ámbito de la comida: alimentar a las vacas con harinas cárnicas infectadas, aplicaciones tecnológicas orientadas no tanto a mejorar la calidad organoléptica de los alimentos o su valor de salud, sino para facilitar su conservación, transporte, acelerar su maduración o crecimiento, etc. Asimismo, se desarrolla un escepticismo generalizado frente a la manera de gestionar y resolver políticamente los problemas que atañen al ciudadano más directamente, ya sea en términos de salud, economía o medio ambiente. La desconfianza y el escepticismo social implican un cuestionamiento del modelo científico y de los objetivos de la ciencia, pero sobre todo del modelo de gestión política. Cada controversia alimentaria pone de manifiesto las mismas cuestiones: incertidumbre, ocultación de información, medidas insuficientes, evaluaciones científicas contradictorias. Además, los consumidores no detectan cambios sustantivos en las maneras de actuar y de dar respuesta a los problemas que van surgiendo ni en el modo de informarles o tener en cuenta sus opiniones. Para los expertos, muchas de las crisis alimentarias han sido sólo "sustos" más o menos irrelevantes (casos del "aceite de orujo", "vacas locas", "alimentos transgénicos", "pollos con dioxinas", "hormonas de engorde para el ganado") en cuanto que el número de personas afectadas y la probabilidad de contraer alguna enfermedad grave o, incluso de morir, ha sido muy baja. Sin embargo, para el común de la población, estos problemas acostumbran a tener otra significación. Ponen al descubierto determinados aspectos "invisibles" de la cadena alimentaria. Ponen al descubierto también que, a pesar de que la producción de alimentos está, jurídica y científi75 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 76 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA camente, más controlada que nunca, existen fallos importantes en diferentes eslabones de la cadena. La población es sensible a todo este tipo experiencias, las cuales, a su vez, conforman las representaciones sociales. 76 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 77 MODERNIDAD ALIMENTARIA: ENTRE LA SOBREABUNDANCIA Y LA INSEGURIDAD Bibliografía Abrahamsson, L. (1979) "The Mother's Choice of Food for Herself and her Baby" en G. Blix (ed.) The Mother-Child Dyad: Dietary Aspects, Upsala, Alkquist and Wiksells. Apfelbaum, M. (dir.) (1998) Risques et peurs alimentaires, Paris, Odil Jacob. (1989) "La recherche face aux peurs du siècle", Nourritures. Autrement, no.108, Paris, pp. 180-184. 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A través de la observación y el análisis de una prolongada aunque no exhaustiva recopilación de materiales diversos2 presento aquí, desde la distorsión gremial3 del Universidad de Zaragoza, España. Correo electrónico: amifuer@unizar.es Como reconoce el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación español "Los alimentos transgénicos han sido objeto de un considerable debate en los últimos años, "Grado de conocimiento y actitudes de los consumidores españoles hacia los alimentos con organismos modificados genéticamente", Madrid, MAPA. 2 Documentos varios reunidos entre 1995 y 2007: informes, publicaciones, prensa, webs, declaraciones, entrevistas, legislación, jornadas, mesas redondas, conferencias, exposiciones, etc. 3 "Gremial. adj. Perteneciente a gremio, oficio o profesión" (Real Academia de la Lengua, 1984, Diccionario de la Lengua Española, Madrid). * 1 81 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 82 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA antropólogo, algunas observaciones que contribuyan a explorar los aspectos socioculturales implícitos en esta controversia pública. Los interlocutores del debate pertenecen a organizaciones diversas: centros de investigación y universidades, empresas, sindicatos, partidos políticos, asociaciones, administraciones públicas, organizaciones internacionales. Los llamados medios de comunicación social vehiculan y participan en la polémica que se centra sobre todo en los efectos salutarios, medioambientales, económicos y sociales que pueden provocar o provocan los OGM. El posicionamiento de los actores implicados, respecto a las propiedades de los OGM, su alcance y sus efectos, no parece variar demasiado a lo largo del debate. Así, mientras los unos aseguran haber logrado el conocimiento suficiente para utilizarlos sin temor alguno y reafirman los beneficios salutarios, medio ambientales y económicos, que pueden aportar; los otros, alegan el desconocimiento o el conocimiento empírico incompleto de sus consecuencias, y señalan los perjuicios en esos mismos ámbitos y en el político-social. La controversia se produce en un contexto global de redefinición de objetos, sujetos e interrelaciones, que desborda el ámbito de la alimentación humana. La aceptación o el rechazo de los OGM, concierne, además, la concepción cultural de la naturaleza, la elección de un tipo de sociedad, el estatus y la legitimidad del monopolio científico del conocimiento, el individuo como comensal, las organizaciones gremiales, las normas, los valores, la desigualdad, las relaciones de poder y dominación. Innovación e inquietud No todas las innovaciones científico-técnicas provocan debates sociales (Cf. Cáceres, 2005:74). Mientras que la energía nuclear, la clonación o la tecnobiología alimentaria, provocan un gran impacto social, otros desarrollos científicos no constituyen objeto de polémica (Cf. Espeitx, 2005: 64).4 4 Pilar Carbonero (Catedrática y Directora del Dpto. de Biotecnología. ETS de Ingenieros Agrónomos. UPM) dice: "Cuando se habla de nuevas tecnologías aplicadas a la medicina o a la curación de enfermedades, nadie pone el grito en el cielo, y cuando se habla de mejorar nuestra alimentación, todo el mundo lo cuestiona, algo inaudito si se piensa en que necesitamos una nueva revolución tecnológica que frene la hambruna que padecen los países en desarrollo" (SEBIOT, 1998, Información actual sobre Biotecnología, Madrid). 82 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 83 SEGURIDAD ALIMENTARIA, CONOCIMIENTO GREMIAL Y PERCEPCIÓN SOCIAL La técnica y la ciencia inciden, en la actualidad mucho más que en el pasado, en la manera interiorizada de ver el mundo, en las representaciones sociales individualizadas, y en la forma asentada de vivirlo (Barceló, 2000) o en la interacción social y con el entorno, así "Les teories científiques vulneren les nostres percepcions" (Espeitx, 2005: 68) y las reestructuran. La inquietud que puede provocar la innovación en general viene dada por el peligro potencial que conlleva lo desconocido. La resistencia a las innovaciones o neofobia, tiene numerosos precedentes históricos, baste recordar la lenta adopción de alimentos americanos tales como la papa en Europa. Sin embargo esta razón no explica el distinto grado de rechazo de los OGM en la población europea que cabría atribuirlo a diferencias socioculturales. Resulta menor en Gran Bretaña y mayor en la Europa continental. Anglófonos americanos o británicos son los más favorables a su implantación. Al parecer, una mayor confianza en sus instituciones, una evaluación positiva de la relación riesgo / beneficio, como también una mayor "riesgofilia" y "tecnofilia", y no un mayor conocimiento tecnobiológico, podrían explicarlo (Fischler y Raude, 2005: 104). Los malteses, checos, belgas y holandeses son los más proclives dentro de la UE a consumir productos transgénicos; los austriacos, griegos, húngaros y alemanes son los más reticentes. En el Eurobarómetro publicado en 2006, los OGM preocupan a 55% de los españoles encuestados (62% en los 25 Estados de la UE), mientras que a 40% no les preocupa (35% en los 25 Estados de la UE).5 Con respecto a la estructura social, son los encuestados pertenecientes a las categorías sociales más favorecidas quienes tienden al rechazo, mientras que los incluidos en las menos favorecidas los aceptan. Las posiciones de los consumidores en los diversos países de la UE con respecto a los alimentos provenientes de OGM pueden consultarse en las diferentes ediciones de los Eurobarómetros.6 Locutores y discursos Los participantes en el debate son, por una parte, los productores del conocimiento científico y tecnológico, los productores de mercancías agroindustriales, portavoces de las transnacionales agroquímicas, los productores de normas, representantes de orga- 5 6 Especial EUROBAROMETER 238 "Risk Issues" Report, 2006. Eurobarómetro: http://ec.europa.eu/public_opinion/index_en.htm 83 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 84 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA nizaciones internacionales como la OMS (Organización Mundial de la Salud) o la OMC (Organización Mundial de Comercio), políticos y juristas. Por otra parte, intervienen en el debate los miembros de movimientos ecologistas, los sindicalistas agrarios y/o ganaderos, convencionales o alternativos, los representantes de asociaciones de consumidores, algunos científicos e intelectuales, políticos y juristas. Los discursos se generan desde perspectivas gremiales diversas: científicas, socioeconómicas, ecológicas, jurídicas, políticas (Cáceres, 2005) en conformidad o en oposición a la biotecnología alimentaria. Los contrincantes nunca quedan convencidos por los argumentos de los oponentes. Mary Douglas (1996: 18) atribuye "la incapacidad para dejarse convertir por argumentos razonados…al dominio de las instituciones sobre nuestros procesos de clasificación y reconocimiento", y es que las instituciones nos proporcionan los componentes del discurso. Las instituciones nos piensan, por eso pensamos como las instituciones. El grupo gremial de pertenencia desarrolla un estilo diferencial, un pensamiento y una acción colectivos propios que lo definen e identifican. Douglas prefiere referirse a "mundos científicos, musicales o intelectuales", donde se elaboran discursos, con códigos particulares, metalenguajes, que pueden ser ininteligibles en otros ámbitos profesionales, con la pretensión de autorizar y legitimar sus posiciones desde un estatus otorgado socialmente. En el caso de los OGM, la institución, científica, económica, política y borrosamente social, cooperan y compiten en un diálogo de sordos. Los discursos se contraponen según la pertenencia gremial del emisor, situado en una posición social, sesgado por su visión profesional, con sus intereses explícitos u ocultos, trasmitidos por los medios de difusión aliados o enemigos. Los medios de comunicación vehiculan el debate (Espeitx, 2005; Fischler y Raude, 2005). El análisis comparativo entre un diario francés (Le Monde) y un canadiense (The Globe and Mail) llevado a cabo por Jocelyn Raude (Cf. Millán, 2005)7 muestra posiciones bastante semejantes en ambos, pero sobretodo permite señalar la deficiente influencia de la información difundida sobre las actitudes de los actores sociales con respecto a la biotecnología (Fischler y Raude, 2005: 109). Los discursos de los participantes en el debate, con frecuencia poco matizados, a veces apasionados y condimentados de insultos cruzados, se polarizan y quedan anclados en firmes posiciones favorables o desfavorables.8 Durante la controversia, la 7 Resultado del análisis de cuatro revistas de divulgación científica editadas en España, también difundidas en América Latina, desde 1995 a 2000. 8 Comenzando por su denominación, las siglas OMG se traducen por organismos, bien sea modificados, bien sea manipulados, genéticamente; terminología binaria como el debate, una sabia, otra vulgar. 84 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 85 SEGURIDAD ALIMENTARIA, CONOCIMIENTO GREMIAL Y PERCEPCIÓN SOCIAL acción se radicaliza y la oposición a los OGM se expresa en protestas ante sedes gubernamentales9 o empresariales, manifestaciones en las calles, destrucción de cultivos, etc.,10 que se saldan con procesos judiciales contra los activistas.11 Sin embargo también se dan manifestaciones a favor.12 Los núcleos del debate se centran en los efectos que tienen o pudieran tener los OGM en las áreas siguientes: salud humana, animal y vegetal (alimentos-medicamento; alergias, resistencia a los antibióticos); medio ambiente (disminución de fitosanitarios, puesta en cultivo de tierras marginales, reducción de la deforestación; diseminación genética, reducción de la biodiversidad); producción agropecuaria (incremento de la producción y de la rentabilidad, reducción de la escasez y el hambre; dependencia de transnacionales, nula redistribución de recursos); desigualdad intrasocial e internacional (intercambios desigualitarios, expropiación del llamado Tercer Mundo, patentes biotecnológicas, extinción de la autonomía y soberanía alimentarias); modo de producción y de consumo (intensivo, extensivo; pequeños, grandes productores; industria, artesanía; pérdida de empleos, emigración, fijación de la población rural); cuestiones éticas relacionadas con el bienestar animal, el orden natural o la desigualdad social. Los discursos reiteran sus argumentaciones y sus posiciones encontradas: la seguridad de los OGM ha sido suficientemente demostrada, no se ha demostrado su total inocuidad; las ventajas medio ambientales y económicas son patentes, se atenta contra la biodiversidad y se empobrece a los pobres sin acabar con el hambre; etc., etc. La evaluación del alcance y de los efectos permanece contrapuesta. En este desacuerdo concreto se esconde una confrontación de principios generales sobre la forma de entender el mundo y la sociedad. Como dice Beck "se trata de pretensiones de racionalidad que compiten y luchan de manera conflictiva por su preeminencia" (1998: 36). Parecen compartir objetivos (por ejemplo, protección de la biodiversidad) pero no trayectorias (producción biotecnológica o ecológica) ni proyectos. Por el momento, la posición de rechazo de los OGM entre los consumidores europeos encuestados es mayoritaria en general y minoritaria entre los expertos. Según 9 Entre muchas otras, por ejemplo, activistas de Greenpeace depositaron dos toneladas de arroz transgénico en la puerta de la Secretaría de Salud de México (Agencia de Prensa EFE, 30.03.2007). 10 Cf. http://www.ecologistasenaccion.org/spip.php?article7546. 11 Entre los casos, los más destacados fueron contra Bové en Francia o contra Ferré y Pamiés en Cataluña Cf.http://www.ecologistasenaccion.org/spip.php?article6023;http://www.ecologistasenaccion. org/spip.php?article6269;http://www.ecologistasenaccion.org/spip.php?article8214. 12 Fundación Antama, 21 de marzo 2006, "Agricultores y estudiantes brasileños se manifiestan para poder cultivar maíz biotecnológico en el país". 85 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 86 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA la actitud adoptada por cada fracción de opinión, la biotecnología aportará más perjuicios que beneficios o viceversa. La percepción social de los OGM obtenida mediante encuestas y estudios reiterados en varios países europeos, muestran que, si bien los encuestados no tienen ideas claras sobre los OGM, sus posiciones son negativas y su rechazo va en aumento (Fischler y Raude, 2005: 102). Perspectivas gremiales Para los involucrados persuadir al otro parece indispensable e imposible. Cada grupo debate con argumentos propios de su perspectiva o pensamiento institucional o racionalidad (conocimiento: cientificidad; economía: rentabilidad; ética: valores). En este debate multicéntrico, multifocal, cada cual suele negar la racionalidad del otro e intentar convencer al auditorio de la suya. Cada sistema conceptual en discusión compite con otras racionalidades externas y contrarias a la suya propia. Los interlocutores científicos parecen olvidarse de que las ciencias son un producto social y cultural. La pretensión gremial, que se muestra en los discursos de producción científica, de escapar u olvidar sus condicionamientos socioculturales y de construir una racionalidad que explique en exclusiva la realidad, resulta ser una forma de reafirmar y reforzar su autoridad, dando por supuesta su independencia y neutralidad, aun a riesgo de perder su credibilidad social. Sin embargo, las ciencias se encuentran sujetas a vaivenes e intereses políticos y económicos, sus condicionantes sociales actúan sobre ellas como sobre cualquier otra producción humana. Además, su impensable puesta en duda, parece cercana al concepto de tabú y a nivel cognitivo se sitúan en el lugar clave del mito. A través de su discurso gremial, las trasnacionales auguran un gran incremento de beneficios económicos, medio ambientales, salutarios. Los OGM afirman ser la respuesta correcta al hambre y a las necesidades de una población en aumento a nivel mundial. Las trasnacionales también sostienen, no sólo la garantía de seguridad, sino el mejoramiento nutricional o sensorial (aspecto, aroma, sabor) y la durabilidad de los productos OGM.13 13 Fundación Antama, 2 de abril 2006, melocotones mejorados genéticamente para un mayor sabor y aroma. El Instituto de Biología Molecular (IBMCP) de Valencia emplea la biotecnología para potenciar las cualidades de esta fruta y hacerlos resistentes a enfermedades. 86 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 87 SEGURIDAD ALIMENTARIA, CONOCIMIENTO GREMIAL Y PERCEPCIÓN SOCIAL Los portavoces de las asociaciones civiles, desde borrosas perspectivas gremiales, insisten en la precaución obligada frente a los daños probables e irreversibles que podría provocar la biotecnología y demandan precaución y protección. Sus efectos resultarían peligrosos para el medio ambiente o para la salud, y, serían ineficientes para resolver la escasez y la desigualdad alimentaria mundial. Campañas de información Para los expertos, las actitudes de rechazo a los OGM son debidas a la ignorancia de los consumidores y, por tanto, las campañas de información y la formación temprana de los consumidores son necesarias. Según el diagnóstico de los expertos, esta negativa se funda en la falta de información. Por tanto, formación e información "suficientes" y "adecuadas" son indispensables para que el consumidor pueda tener una idea clara sobre ventajas e inconvenientes14 de los OGM y decidir con libertad15 su comportamiento alimentario. Se espera que las campañas produzcan un cambio favorable de actitudes, pero obtienen bajos o nulos resultados. Los expertos tienden a explicarse la posición de los profanos por la "incultura pública en temas ciencia y tecnología" (FECYT, 2005: 153) obstáculo al desarrollo y al progreso, mientras al mismo tiempo, minimizan o dudan de los efectos secundarios que sus adversarios advierten. Los no expertos muestran, según los expertos, una desconfianza irracional puesto que nunca hasta ahora se había alcanzado tan alto nivel de seguridad alimentaria. Los expertos están convencidos de la necesidad de educar a los no-expertos, porque si compartieran el conocimiento gremial experto, opinarían como expertos y adoptarían sin reticencias sus mismas posiciones. Sin embargo no están preparados, como dice Beck "a juicio de los expertos, la mayoría de la población se comporta todavía como estudiantes de ingeniería de primer curso" (1998: 64). Las asociaciones de científicos, los centros de investigación, las administraciones públicas, informan a la población mediante declaraciones, folletos con preguntas y 14 Declaraciones de Daniel Ramón, Coordinador Nacional del Área de Ciencia y Tecnología de Alimentos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Europa Press, martes 15 junio 1999. 15 Leire Escajedo, premio Junta General Príncipe de Asturias-Sociedad de Bioética 2006: "La biotecnología se asocia a la obtención de alimentos seguros, sanos, equilibrados y variados", Fundación Antama, 2 de marzo 2006. 87 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 88 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA respuestas, listados de aserciones, etc.16 Los contrincantes también usan ese tipo de propaganda aunque de forma menos paternalista. Una gran parte de los científicos que participan en el debate están a favor de los OGM. Sus argumentos recurren a la ideología dominante que valora la modernización, el progreso, la competitividad, frente a sus contrarios que representan el oscurantismo. Los científicos favorables, con objeto de mejorar la competitividad, reclaman más inversiones en investigación. Ésta se financia desde el sector privado por las grandes transnacionales y en menor medida desde el sector público,17 que promueve empresas biotecnológicas,18 también se promocionan otras inversiones financieras privadas.19 "El poder lejos de estorbar al saber, lo produce" (Foulcault, 1979: 107) la tecnología no es socialmente neutra y sus efectos se convierten en preocupación social por su impacto, sus riesgos o la incertidumbre que provoca (Luján y López Cerezo, 2003: 5455). Dimensiones plurales Los OGM no son sólo productos tecnológicos de la investigación científica, son también objetos alimentarios (perentorios), y por ser alimentarios son multidimensionales. No pueden reducirse a una sola magnitud, ni someterse a una perspectiva unívoca, ni pretender una apropiación en exclusiva, porque así, el rechazo social que provocan resulta inexplicable. Es necesario aceptar que no se trata sólo de una cuestión científica, es también un asunto social (Garrido, 2002),20 por tanto económico y ético, político y evaluativo, normativo y representacional. Los condicionantes cognitivos y simbólicos son eficientes: puede que los OGM sean biológicamente comestibles pero no Así las "10 verdades y mentiras sobre los alimentos trangénicos" (SEBIOT) o "Deshaciendo los mitos. Verdades sobre la biotecnología y la alimentación biotecnológica" (Monsanto). A cada enunciado falso le corresponde un verdadero, a cada mito, de los 23 numerados, se le contrapone una Realidad. 17 "España aguanta el tirón de la biotecnología. 60 empresas y centros españoles compiten en I+D a pesar de la escasa cultura de la innovación", El País, Madrid, 24.4.2007. 18 Talleres "Biobiz" para la creación de empresas de biotecnología en la UE: http://www.eurobiobiz.com/workshops.php3. 19 Anuncio de los fondos de inversión en biotecnología Merchbanc en el diario La Vanguardia, Barcelona, 22 abril 2000: 63; y otros. 20 El efecto múltiple de la biotecnología "planteado en términos estrictamente biológicos se reducidiría a sus dimensiones de conocimiento científico y técnico. Sin embargo, ningún problema científico deja ser un problema social". 16 88 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 89 SEGURIDAD ALIMENTARIA, CONOCIMIENTO GREMIAL Y PERCEPCIÓN SOCIAL lo sean culturalmente.21 Como alimentos neófitos tendrán que atravesar diversas fases de iniciación sociocultural para llegar a ser incluidos en el ámbito socio-alimentario como un elemento más. Hay condiciones más allá del laboratorio y la investigación se evalúa no sólo por los expertos. Los expertos parecen ignorar la ansiedad, invariante de la alimentación humana,22 mayor en la mujeres que en los hombres23 y consideran irracional el comportamiento del consumidor, cuando se trata de reacciones emocionales relacionadas con la supervivencia (Lambert, 1997) basadas en una lógica que podríamos llamar de autoprotección que no se corresponde con la racionalidad de la lógica científica (Cf. Millán, 2004). "Las protestas, los temores, la crítica, la oposición pública son un problema puramente de información. Si la gente supiera solamente lo que los expertos saben y cómo piensan, la gente se quedaría tranquila -de otra manera, sería irremediablemente irracional" (Beck, 1998: 64). También parecen obviar la distancia entre conocimiento y acción (entre dicho y hecho hay un trecho). Las campañas no suelen alcanzar sus objetivos, pueden informar pero no reformar. Las investigaciones sobre la percepción pública de la biotecnología en países donde existe una gran resistencia a los OGM alimentarios, indican que la falta de información no es la razón primaria (Lewenstein, 2002; Birner y Alcaraz, 2004). La población no se posiciona en contra o favor de los OGM per se, sino que se discuten conscientemente las argumentaciones discursivas y no se demanda un imposible riesgo cero (OMS, 2005). Pero estar informado no significa actuar en coherencia con la información de que se dispone, aun en una situación que lo permita (además la información o el conocimiento disponible tiene muchas lagunas). La acción del consumidor está condicionada por su cultura alimentaria, que es un sistema donde la información sólo constituye un elemento, donde no predomina la racionalidad, ni económica, ni nutricional, y la abstención es una forma de prevención. El racionalismo, y sus aplicaciones, tiene límites y coexiste con otras racionalidades consideradas arbitrarias; parafraseando a Michel Serres, lo racional sería una isla en el océano de lo irracional. Constituido por substancias, procesos, resultados, agentes, el proceso alimentario comporta simultáneamente materiales nutricionales y significados socioculturales, como también sensaciones, emociones, afectos, peligros. Como señala Chiva (1997: 392): "Las conductas alimentarias humanas son el resultado de interacciones y apren21 Parafraseando a Claude Fischler: "todo lo que es biológicamente comible no es culturalmente comestible" (1995: 33; cursiva del autor). 22 Poulain, 2002: 77. 23 Poulain, 2002: 81. 89 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 90 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA dizajes múltiples. Y, sobre todo, nunca se insistirá bastante en el hecho de que los procesos que intervienen son evolutivos, integrando datos a la vez racionales, cognitivos e irracionales, interviniendo a los afectos, los razonamientos analógicos, las experiencias personales y hedónicas". Tanto de la ciencia como de la tecnología, se ha evacuado el sujeto hacedor y se ha aislado el objeto de investigación del contexto. Se trabaja desde un simulacro de realidad no social del sujeto y una naturalidad construida del objeto. Se omite la dependencia social y cultural de la ciencia y de la tecnología. No se transparenta públicamente la falta de unanimidad o los avatares de un cambio de paradigma. La ciencia es intemporal y la tecnología innovadora. Aquello que se descarta en el proceso de desarrollo científico deja de ser ciencia para convertirse en historia. Los riesgos son características constitutivas de los sistemas sociotécnicos y el aumento de la seguridad, aumenta la complejidad y por tanto disminuye el control (Luján y López Cerezo, 2003: 56-57). Riesgos "La ciencia 'fija los riesgos' y la población 'percibe' los riesgos" (Beck, 1998: 64), unos definen y calculan desde el monopolio incontestable del conocimiento, los otros, la población, intuye y teme. Pero pasa desapercibido "que las mismas sustancias nocivas pueden tener un significado totalmente diferente para personas diferentes de acuerdo con la edad, el sexo, los hábitos alimenticios, el tipo de trabajo, la información, la educación, etcétera" (Beck, 1982: 32). La tolerancia al riesgo es variable y resulta necesario distinguir entre los riesgos asumidos voluntariamente y los impuestos sin opción. En este debate, como en cualquier otra discusión sobre el riesgo, "queda clara la fractura entre la racionalidad científica y la racionalidad social" (Beck, 1982: 36). Entre la definición de riesgo de los expertos y de los no-expertos existe un décalage que no puede atribuirse a la irracionalidad de estos últimos (Poulain, 2002: 76-77). Cuando los datos disponibles sobre los OGM no permiten evaluar los efectos potencialmente peligrosos para el medio ambiente o para la salud, humana, animal o vegetal, se opta o se debe optar por aplicar el principio de precaución. Según la Organización Mundial de la Salud, "El 'principio de precaución' es un concepto que respalda la adopción de medidas protectoras antes de contar con una prueba científica completa de un riesgo".24 Este principio obliga a que "toda sustancia, proceso o producto tendrá que demostrar su inocuidad y compatibilidad (incluyendo 24 Cf. Web OMS. 90 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 91 SEGURIDAD ALIMENTARIA, CONOCIMIENTO GREMIAL Y PERCEPCIÓN SOCIAL el largo plazo) con la salud pública y la calidad del medio ambiente antes de permitirse su producción" (Riechmann, 2000: 166). Mientras que para unos, "El concepto de 'precaución' no incluye necesariamente una evaluación negativa de la tecnociencia, ni tampoco conlleva una restricción de la investigación; pero exige una clara conciencia de la responsabilidad en todas y cada una de las fases del proceso tecnocientífico. El 'principio de precaución' es una herramienta útil para avanzar en la definición de un nuevo Contrato social, que regule las relaciones sociales emergentes en la sociedad postindustrial avanzada".25 Para otros, "El Principio de Precaución se ha convertido en un concepto oscuro y simplista. Éste le da al Estado poder discrecional para decidir qué es bueno y qué es malo para los individuos, estanca a la ciencia y tecnología, y deprime a la economía al eliminar su principal motor: la innovación. Es un ejemplo en donde la precaución causa más daño que bien" (Hidalgo, 2003). En primer lugar, es necesario distinguir entre el principio de prevención y el principio de precaución o principio precautorio. El primero, se refiere a causas y efectos de determinados procesos reversibles que se pueden prevenir y contrarrestar porque se tiene al menos algún conocimiento sobre ellos. El segundo, habría que aplicarlo a procesos cuyos efectos son desconocidos o inciertos, irreversibles e imprevisibles en la actualidad (Tabara, Polo y Lemkow, 2003). Este último principio, posee una dimensión ética y no sólo técnica o científica, resulta incómodo para los posicionados a favor de la biotecnología alimentaria porque dificulta el desarrollo y la implantación de los OGM. En segundo lugar, la aplicación sistémica o caso por caso26 de este principio tiene diferentes consecuencias. La primera, contempla elementos de evaluación más allá de lo estrictamente experto, situando los objetos a los que se aplica en sus interrelaciones socioambientales y sociopolíticas, mientras que la segunda, aísla un objeto específico y lo separa de su contexto. También este principio precautorio se distingue del principio de equivalencia sustancial (Riechmann, 2000: 177). Fischler y Raude (2005) señalan que no se trata del miedo a asumir unos riesgos que los consumidores ya tienen asumidos, saben que probablemente han sido expuestos a ellos, sino que contrastan los bajos beneficios colectivos con los altos beneficios monopolizados por empresas transnacionales. Los riesgos aparecen como secundarios en la oposición a los OGM, podrían considerarse como un recurso teórico. Sin embargo estos riesgos colectivos, asociados a esos beneficios privados, constituyen uno de los pilares de la protesta social (Fischler y Raude, 2005: 110). Ramón Alcoberro, s/f, "Vorsorgeprinzip. El significado del principio de precaución", Filosofía i pensament, Web. 26 Cf. cuadro 1; Tabara, J.D., Polo, D. y Lemkow, L., art. cit.: 101. 25 91 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 92 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA La negación del riesgo o la afirmación de la inexistencia del riesgo cero por los expertos, no tiene en cuenta la distinción entre el riesgo voluntario y el impuesto. Comer fugu en Japón, pescado cuyas glándulas contienen un veneno mortal y por cuya ingestión todos los años se registran muertes, fumar o manejar un vehículo sin estar obligado a ello, son operaciones arriesgadas, pero opcionales. Ingerir alimentos modificados genéticamente sin que sean advertidos los consumidores es un riesgo impuesto. De ahí la insistencia en el etiquetado de los OGM. La asunción de riesgos involuntarios refuerza el sentimiento de desamparo frente a los representantes del poder. Seguridad La idea y la sensación de inseguridad acompañan a los procesos de cambio, ritualizados en las sociedades tradicionales y poco formalizados en las modernas, así persiste la duda o el rechazo hacia innovaciones como la que representan los OGM. A la seguridad alimentaria se le atribuyen dos significados diferentes. El primero concierne la disponibilidad suficiente de alimentos, corresponde a situaciones más o menos prolongadas y/o recurrentes de escasez. El segundo se refiere a la inocuidad de los alimentos disponibles, responde a una demanda social que se genera con la aparición en sociedades de abundancia de crisis alimentarias (colza, dioxinas, benzopirenos, fiebre aftosa, peste porcina, vacas locas, bovinos clonados,27 gripe aviar, etc.). "Manger est un risque. Mais s'abstenir de manger est un risque bien plus important" (Rozin, 1998: 136) Hasta la década de los noventa, el concepto seguridad alimentaria se refería al riesgo de hambre y a las carencias alimentarias, después se convierte en una noción sanitaria. La definición oficial de seguridad alimentaria, adoptada en la Cumbre Mundial de Alimentación de la FAO en 1996, afirma que "Existe seguridad alimentaria cuando todas las personas, en todo momento, tienen acceso físico y económico a suficiente cantidad de alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades dietarias y preferencias alimentarias para mantener una vida activa y saludable" (OMS, 2005). En abril de 1999 los medios de comunicación difundieron la noticia de que en Japón 370 bovinos habían sido clonados desde 1990 en 50 laboratorios diferentes y al menos 66 fueron vendidos en el mercado. 27 92 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 93 SEGURIDAD ALIMENTARIA, CONOCIMIENTO GREMIAL Y PERCEPCIÓN SOCIAL Sí, la seguridad alimentaria aumenta con los OGM, según sus partidarios, debido a los "controles draconianos" a que son sometidos.28 Mientras esta afirmación se reitera insistentemente olvidando el origen de las dudas de los consumidores29 y los interrogantes de otros científicos (Séralini, 2003), la sensación amenazadora de inseguridad para el comensal persiste. Efectos a debate La demanda social de seguridad alimentaria y medio ambiental se genera en la valoración de los efectos de la biotecnología. Con respecto a la salud, los defensores de los OGM30 subrayan su utilización para la producción de vacunas y la mejora nutricional de ciertos alimentos.31 Así por ejemplo, citan el aumento del contenido en vitamina A o en omega 332 de ciertos productos; afirman que una variedad sudafricana de maíz transgénico serviría para neutralizar algunas formas del virus del VIH; refieren además otros usos positivos para la salud (OMS, 2005)33 e incluso su utilización para la detección de explosivos.34 Los expertos mantienen que no se han producido casos donde haya se podido demostrar la peligrosidad de los alimentos transgénicos para la salud,35 pero los oponentes lo ponen en duda o lo niegan. Según estos últimos, producirían un aumento de la toxicidad o de residuos tóxicos en los alimentos, provocarían la apari- Declaraciones del biólogo molecular Paul Christou. Fundación Antama, 2007. Fundación Antama, 2 de marzo 2006, Leire Escajedo, premio Junta General Príncipe de AsturiasSociedad de Bioética 2006: "La biotecnología se asocia a la obtención de alimentos seguros, sanos, equilibrados y variados". 30 Fundación Antama, 2 de marzo 2006, Leire Escajedo, premio Junta General Príncipe de AsturiasSociedad de Bioética 2006: "La biotecnología se asocia a la obtención de alimentos seguros, sanos, equilibrados y variados". 31 Declaraciones de Ramón Carreres del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias; cf. Fundación Antama, 2 de abril 2006, www.antama.net. 32 Cf. Nature Biotechnology: http://news.bbc.co.uk/go/pr/fr/-/2/hi/science/nature/3714475.stm; The Solae Company, empresa pionera en la nutrición global, www.solae.com; Monsanto: http://www.monsanto.com/ 33 Declaraciones del biólogo molecular Paul Christou. Fundación Antama, 2007. 34 1 de junio 2006- Fundación Antama Científicos daneses ensayan la efectividad de una planta transgénica que detecta la presencia de explosivos; "Crean una levadura transgénica que puede utilizarse para detectar explosivos", Diario El Mundo, Madrid, 08.05.2007. 35 Declaraciones de Daniel Ramón, Coordinador Nacional del Área de Ciencia y Tecnología de Alimentos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Europa Press. Martes 15 junio 1999. 28 29 93 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 94 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA ción de alergias, puesto que contienen genes de virus, bacterias, mariposas e incluso escorpiones, aumentarían la resistencia a antibióticos, etc.,36 eso sin contar con los efectos imprevistos resultantes de la recombinación de virus y bacterias37 y la emergencia de nuevas enfermedades. Los partidarios de los OGM alegan que para alimentar a la población mundial futura continuando con la agricultura convencional sería eliminada al menos la mitad de la superficie forestal actual del planeta. Para poder atender las necesidades alimentarias crecientes, sin que el incremento repercuta en el futuro de la población y tenga el menor impacto en el medio ambiente, habría que utilizar la agricultura sostenible que promueven los OGM. Se trata de contrarrestar con la industria, los abusos de la sociedad industrial, de resolver unos problemas creados por la megatecnología (plaguicidas, herbicidas, abonos) con la aplicación de la biotecnología38 con la nanotecnología. Así las piscifactorías de OGM permitirían compensar la pesca excesiva.39 Los cultivos transgénicos contribuirían a reducir el empleo de fitosanitarios y el efecto invernadero y debido a su resistencia a la sequía, a las temperaturas extremas y a la salinización, se podrían poner en cultivo tierras marginales.40 Con la producción de etanol y biodiesel mediante OGMs se reducirá la emisión de CO2 a la atmósfera y el empleo de combustibles fósiles. Sin embargo, los oponentes a los OGM insisten en los riesgos para la biodiversidad que suponen la polinización cruzada, la extinción insectos, la creación de malezas resistentes y de nuevos virus que podrían generar o intensificar enfermedades en plantas o en otras especies.41 Para los oponentes a los OGM, su integración en el modo de producción alimentario hegemónico, amenazaría la biodiversidad y no resolvería el problema del hambre. Las semillas tradicionales son guardadas por los agricultores para, sin desembolso AGRO EUROPA N. 825, 2 febrero 2004, Noticias de la UE, 3. El caso más conocido fue el de los resultados del estudio en ratas de laboratorio realizado por Arpad Pusztai del Instituto de Investigación Rowet de Escocia que le costó su puesto de trabajo. Los animales alimentados con papas transgénicas sufrieron daños en el sistema inmunológico y en el cerebro, como también un crecimiento anormal de hígado, estómago, páncreas y colon. Otros casos han sido la aparición de alergias (The New England Journal of Medicine, marzo 1996) y un crecimiento desmesurado del epitelio (Lancet, 1999). 38 Entrevista con el agricultor Pedro Lerín, 3 de febrero 2006, "Conversaciones sobre la biotecnología vegetal": http://www.monsanto.com/biotech-gmo/new.htm 39 Según un trabajo publicado en Nature Biotechnology; cf.: http://news.bbc.co.uk/go/pr/fr/-/2/hi/science/nature/3714475.stm. 40 Declaraciones del biólogo molecular Paul Christou. Fundación Antama, 2007. 41 Cf., http://enciclonario.com/enciclopedia/Alimentos_transgénicos 36 37 94 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 95 SEGURIDAD ALIMENTARIA, CONOCIMIENTO GREMIAL Y PERCEPCIÓN SOCIAL alguno, plantarlas después, pero las de los cultivos trangénicos son infértiles, está prohibido su almacenamiento, son caras y es necesario comprarlas para cada siembra.42 La dependencia de los campesinos pobres, quienes más dificultades tienen en obtener recursos suficientes, se incrementa. Además, con frecuencia los cultivos para la autosubsistencia, se transforman en monocultivos para la venta, y en condiciones desfavorables, a precios raramente competitivos dado que las subvenciones estatales protegen las agriculturas de los países ricos. Como dice Vandana Shiva "la supervivencia de los pequeños agricultores es incompatible con el monopolio de las semillas por parte de las multinacionales" (Vandana, 2004). Además, se sospecha la existencia de acuerdos sobre los precios de semillas entre las grandes transnacionales.43 En las grandes extensiones de monocultivo es donde los OGM revelan sus posibilidades, aumentando la productividad y la rentabilidad económica.44 Los transgénicos son útiles específicamente para la agricultura intensiva de los grandes propietarios americanos (Séralin, 2003: 27), destinada sobre todo al ganado de los países ricos con grandes costos ecológicos. Así por ejemplo, se investiga sobre la paja transgénica, más digestible para el ganado, y que incrementaría la producción mundial de éste en un tercio.45 Pero no se plantea la opción de una redistribución de la producción actual de alimentos que evitaría la subalimentación, la escasez alimentaria endémica o las hambrunas. Los efectos socio-políticos de la implantación del modelo agroindustrial biotecnológico, repercuten en el reforzamiento del poder de los países hegemónicos sobre los periféricos, en el predominio del Norte sobre el Sur, en el acrecentamiento de la desigualdad internacional e intrasocial, en una nueva e importante servidumbre más de los que menos pueden. La dimensión social de los OGM no presenta ambigüedad. El aumento del poder de las organizaciones transnacionales alimentarias provoca una mayor dependencia externa de los países periféricos y una menor autonomía de los pequeños productores, pérdida de control sobre las propias explotaciones o sobre las 42 Según el Ministerio Agricultura, Pesca y Alimentación español "El término 'Terminator' se emplea para designar a las plantas modificadas genéticamente cuyas semillas son estériles…el beneficio más obvio" sería evitar "un impacto no deseado en el medio ambiente" http://www.mapa.es. ¿Y el impacto en la economía de los agricultores pobres? 43 Según The New York Times, 6 de enero 2006, Monsanto y Pionneer habrían llegado a un acuerdo sobre los precios de las semillas transgénicas. 44 Entrevista con el agricultor Pedro Lerín, 3 de febrero 2006, "Conversaciones sobre la biotecnología vegetal": http://www.monsanto.com/biotech-gmo/new.htm 45 AGRO EUROPA, 2 de febrero 2004, Noticias de la UE, (825) 2. 95 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 96 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA alternativas de producción (convencional o ecológica), como también restringe las opciones de consumo para el comensal. El desarrollo de los OGM alimentarios es considerado innecesario por una parte de los interlocutores. La investigación tecno-científica podría implicarse en otros campos. Representaciones La contraposición naturaleza / cultura, que conceptualmente no puede mantenerse ni aun traducida por la oposición natural / artificial (Jiménez 2002), actúa a nivel simbólico-cognitivo como estructurante del orden del mundo. Cuando se intervine sobre plantas y animales modificando su estructura genética, combinando fragmentos de especies alejadas taxonómicamente se instituye un nuevo orden. La naturaleza se reestructura, su sacralidad se rompe, lo que puede asimilarse a la trasgresión de un tabú que amenaza con la instauración del caos, y cuyas consecuencias ya no son únicamente materiales sino también simbólicas. Los OGM pueden representar una trasgresión del ordenamiento de las especies y del ámbito alimentario, que fundan la coherencia cognitiva y mantienen la subsistencia vital. A nivel simbólico, repercuten en la identidad del alimento y del comensal. Además sus efectos latentes, posibles e imprevistos, se asocian a otras anomalías intermitentes y a crisis recientes, como por ejemplo, la trasgresión del orden natural inducida en los rumiantes, fruto de la transformación de unos animales herbívoros en carnívoros y finalmente en caníbales, quien originó la encefalopatía espongiforme bovina. Los alimentos transgénicos, como resultado de una recombinación de fragmentos de especies diversas, pueden provocar o provocan desorientación, desidentificación, confusión y especialmente temor. La identidad del alimento y del comensal está en juego. Su invisibilidad fuera del laboratorio, agranda su potencial peligro, que como su inocuidad, son inaccesibles al profano.46 Los no expertos tienen que creer en las declaraciones del experto. 46 "Muchos de los nuevos riesgos (contaminaciones nucleares o químicas, sustancias nocivas en alimentos, enfermedades civilizatorias) se sustraen por completo a la percepción humana inmediata…" "se trata en todo caso de peligros que precisan de los 'órganos perceptivos' de la ciencia (teorías, experimentos, instrumentos de medición) para hacerse 'visibles', interpretables como peligros" (Beck, 1998: 33). Cursiva del autor. 96 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 97 SEGURIDAD ALIMENTARIA, CONOCIMIENTO GREMIAL Y PERCEPCIÓN SOCIAL Confianza La invisibilidad de los OGM como la distancia entre producción y consumo alimentarios no permite un control directo del comensal sobre el alimento. Las funciones de control son ejercidas por terceros. La confianza es fundamental entre desconocidos. El omnívoro satisfecho desconfía, no así el hambriento.47 Con el hambre crece la confianza. En las sociedades de abundancia, en el momento actual, la confianza es una necesidad. Aparece "Una confianza derivada más de lo insostenible de una desconfianza generalizada que de la creencia absoluta en la seguridad de los alimentos" (Callejo, 2005: 209). Entre los implicados en el proceso socio-alimentario, son los productores los menos creíbles y es en las asociaciones de consumidores en quienes se deposita la mayor confianza.48 La desconfianza aumentó de 1997 a 2000, las respuestas que señalaban algún peligro y un peligro importante pasaron de 35 a 40% y de 20 a 30%.49 La necesidad de confiar sería un recurso adaptativo a una situación donde el consumidor no tiene poder o voluntad de intervenir en la serie de condicionamientos que afectan su alimentación. Los estilos alimentarios que observa Callejo (2005: 203 sq) se corresponden con distintos grados de confianza. En el ámbito de la globalización alimentaria, los productos deslocalizados coexisten con los productos de Denominación de Origen (D.O.), Certificado de Calidad (C.C.), Indicación Geográfica Protegida (I.G.P). Estas apelaciones obtienen una mayor confianza en el consumidor europeo continental que las marcas comerciales, aunque supuestamente no contengan componentes transgénicos. La búsqueda de lo auténtico, aunque difícil de definir, también se suma al rechazo de los OGM. Naturaleza cultural Coexiste una gran multiplicidad de concepciones de la naturaleza pero regidas por condicionantes socio-estructurales, religiosos, ideológicos, gremiales, etc. La distinción entre lo no-artificial y lo artificial, entre lo intervenido y lo no intervenido por los humanos, es convencional, puesto que cualquier actuación se produce dentro de los límites de lo natural. La naturaleza humana es cultural, la percepción humana de la Documento de trabajo: EBB. Informantes: 03 (alias Chepo). Mayo 2001. Eurobarómetro 49: 2. 49 CREDOC, 2001. 47 48 97 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 98 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA naturaleza también es cultural y la cultura resulta ser natural. La dicotomía naturaleza / cultura no puede mantenerse a nivel etic (Harris, 1987)50 aunque se sostenga a nivel emic (Harris, 1987).51 Es precisamente a nivel de usuario, que la modificación genética de los alimentos atemoriza. La dicotomía y la frontera entre lo natural y lo artificial, no sólo es una cuestión reservada a la filosofía, sino que concierne la economía y estructura social, ya que incide en la distinción entre el concepto de invención y de descubrimiento, y por tanto en la legitimación de las patentes biotecnológicas. Así, cuando se trata de la construcción de ADN realizada con genes diferentes es una invención patentable (Séralini, 2003: 233 et sq) y sus consecuencias no son sólo socioeconómicas sino también éticas. Mientras unos contendientes, que se posicionan a favor de los OGM, niegan la diferencia cualitativa entre híbridos y transgénicos, quienes los rechazan la reafirman. Tanto la SEBIOT como Monsanto, entre otros, presentan cronologías aseverando que la tecnobiología de los alimentos se generó con la agricultura hace unos 14,000 años. Rifkin (1999), sin embargo, habla de un "segundo Génesis", puesto que la revolución genética será capaz de transformar nuestra forma de vida más profundamente de lo que cambió en milenios. También Riechmann (2000), entre otros, afirma la ruptura cualitativa producida por la biotecnología alimentaria con respecto a las técnicas agrícolas tradicionales, y distingue la transferencia vertical de genes (de una generación a la siguiente) de la transferencia horizontal (entre especies diferentes). Por una parte, sería necesario diferenciar técnica y tecnología, ambas son principalmente modos de relación con el entorno, pero la primera no requiere un conocimiento basado en la lógica científica, en cuanto que la segunda está regida por la teoría y el método científico que la precede y la estructura. Por otra parte, la cercanía interespecífica es básica para la hibridación convencional o tradicional, concierne especies taxonómicamente cercanas, mientras que la transgénesis concierne especies lejanas, implicando virus o bacterias, en cereales, mamíferos o peces. Los oponentes a los OGM alimentarios, comparten, no sólo una concepción muy extendida de la naturaleza donde se considera que los procesos biotécnicos vulneran y 50 "Etics: técnicas y resultados de hacer generalizaciones sobre acontecimientos culturales, pautas conductuales, artefactos, pensamientos, e ideología que pretenden ser verificables objetivamente y válidos intraculturalmente". 51 "Emics: descripciones o juicios concernientes a la conducta, las costumbres, las creencias, los valores, etc., que mantienen los miembros de un grupo social como válidos y apropiados culturalmente". 98 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 99 SEGURIDAD ALIMENTARIA, CONOCIMIENTO GREMIAL Y PERCEPCIÓN SOCIAL trasgreden el orden natural, sino que también estiman negativamente su incidencia en el orden social. Identidad del alimento Transcribo a continuación tres definiciones de alimentos transgénicos, la primera proviene de la Sociedad Española de Biotecnología (SEBIOT), favorable a la investigación, implantación y expansión de los OGM; la segunda procede del portavoz del sindicato Comisiones Obreras, Riechmann, responsable del Departamento Confederal de Medio Ambiente, desfavorable a los OGM; la tercera está extraída del derecho comunitario europeo, resultado de la relación de fuerzas entre las dos tendencias bipolares. "Los alimentos transgénicos son aquellos que han sido elaborados a partir de un organismo genéticamente modificado (OGM) (animales, vegetales o microorganismos) o los que contienen algún ingrediente que proviene de alguno de estos OGM, incluyendo aditivos. Se consideran OGM a los organismos modificados mediante técnicas de Ingeniería Genética (también llamadas técnicas de ADN recombinante). Es decir, los OGM son organismos a los que mediante Ingeniería Genética se les ha incorporado en su genoma nuevos genes procedentes de otros organismos o se han modificado los genes propios" (SEBIOT, 2003: 10). La definición aportada por Jorge Riechmann es la siguiente: "Alimentos obtenidos por manipulación genética52 son: (A) los organismo que se pueden utilizar como alimento y que han sido sometidos a ingeniería genética (por ejemplo, plantas manipuladas genéticamente que se cosechan), (B) alimentos que contienen un ingrediente o aditivo derivado de un organismo sometido a ingeniería genética, o (C) alimentos que se han producido utilizando un producto auxiliar para el procesamiento (por ejemplo, enzimas) creado mediante la ingeniería genética" (2000: 79). La definición que recoge el Centro Europeo para el Derecho del Consumo basada en las normativas del Derecho de la UE es la siguiente: "organismo modificado genéticamente destinado a la alimentación humana es aquel OGM que puede utilizarse como alimento o como material de partida para la producción de alimentos". El OGM es "el organismo, con excepción de los seres humanos, cuyo material genético haya sido modificado de una manera que no se produce naturalmente en el apareamiento ni en 52 Cursiva del autor. 99 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 100 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA la recombinación natural". Finalmente, un organismo es "toda entidad biológica capaz de reproducirse o de transferir material genético" (CEEUDECO, 2005: 15). En cuanto a la historia de los OGM alimentarios la posición adoptada por los expertos minimiza la innovación. Ésta se inserta en una cronología expandida que arranca con la domesticación de plantas y animales hace unos 14,000 años. Así se pretende negar una ruptura equivalente en el desarrollo de la física si no se reconociese el salto cualitativo entre Anaximandro y Heisenberger. Del alimento híbrido convencional al transgénico, la continuidad cualitativa de la domesticación de la naturaleza se rompe. El objetivo de desmentir, por parte de empresas transnacionales y científicos favorables a los OGM, la gran innovación53 que supone la biotecnología alimentaria, sirve para calmar las inquietudes de los profanos frente a un cambio de primera importancia (Riechmann, 2000: 54-59; Garrido, 2002: 641-659). En una cronología restringida, los comienzos de la ingeniería genética datan de 1973 (Apfelbaum, 1998: 59). En la década de los años ochenta se obtuvieron las primeras plantas transgénicas,54 desde entonces la biotecnología se ha aplicado a decenas de especies tanto vegetales como animales o microorganismos. Así, ratones, ratas, conejos, cerdos, polillas, peces, etc. La trucha arco iris, para mejorar su resistencia a ciertas patologías. Salmones y carpas, "introduciendo en su código genético un gen que estimula la hormona del crecimiento y consigue crecimientos de hasta 150%".55 La tilapia, semejante a una carpa, vendida en América Latina, especialmente en Cuba (Séralini, 2003: 219), también moluscos. "Otro animal transgénico con la aportación del material genético de la medusa es el conocido macaco Andi, el primer primate transgénico del mundo. En esta ocasión se ha introducido un gen que produce una proteína que brilla bajo la luz fluorescente y su mayor importancia radica en la demostración de que se puede realizar la transferencia de genes a un animal "casi" superior".56 Imagínese que aplicaciones podría tener esta modificación genética en una sociedad de máxima seguridad.57 Se han creado también gallinas modificadas con 53 La biotecnología habría comenzado hace unos 14,000 años: cf. "Una breve cronología de la biotecnología", en Monsanto imagine, http://www.monsanto.es/la-biotecnolog/; Albert, A. et al., 2003, Biotecnología y alimentos. Preguntas y respuestas, Madrid, SEBIOT; entre otras numerosas referencias. 54 Bélgica u Holanda. No coinciden las fuentes. 55 Ministerio Español de Agricultura, Pesca y Alimentación, 2007, Organismos modificados genéticamente. Información adicional sobre OMGs. También animales transgénicos. 56 Ministerio Español de Agricultura, Pesca y Alimentación, 2007, Organismos modificados genéticamente. Información adicional sobre OMGs. También animales transgénicos. 57 "Una empresa de Canadá crea una cabra que produce hilos de telaraña" extremadamente resistentes que son utilizados para fabricar chalecos antibala (El País, Madrid, 2.5.2000). 100 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 101 SEGURIDAD ALIMENTARIA, CONOCIMIENTO GREMIAL Y PERCEPCIÓN SOCIAL genes humanos cuyos huevos contienen proteínas para la fabricación de fármacos,58 mosquitos contra la malaria,59 etc. Los cultivos vegetales estrella son aquellos que llevan incorporada la resistencia a un herbicida, ocupan 73% de la superficie cultivada, seguidos de las variedades insecticidas Bt (18%) y de las variedades con ambas características (8%).60 La soja (harina, aceite, lecitina, mono y diglicéridos, ácidos grasos, etc.) y el maíz (harina, almidón, aceite, glucosa, jarabe de glucosa, fructosa, caramelo, sorbitol, etc.) son los más empleados.61 La elección de ciertos vegetales y no de otros es una cuestión de rentabilidad económica, de capacidad científica, pero también de pertenencia a diferentes ámbitos socioculturales.62 En el mundo se cultivan un total de 102 millones de hectáreas en 2006, 13% más que 2005, 10.3 millones de agricultores, eran 8.5 millones en 2005. En España se cultivaron 53,667 hectáreas de maíz. La adopción de cultivos transgénicos supuso un incremento de 21% en los países en vías de desarrollo, que producen 40%, y de 9% en los países desarrollados. En 2006, más de 90%, 9.3 millones de cultivadores biotecnológicos, eran pequeños agricultores de los países clasificados como en vía de desarrollo.63 Aunque la producción de OGM se expande, ni las dudas, ni las sospechas, ni el rechazo de los consumidores disminuye. Y es que aquello que ingerimos incide directamente en nuestra supervivencia e implica la conservación o no de la salud, del bienestar y de la vida, por tanto la identificación del alimento, de sus cualidades, de sus efectos, es fundamental. Saber que comemos o bebemos aplaca la ansiedad enunciada en el principio de incorporación y permite el rechazo de lo contraproducente o inseguro. Dado la prolongación de la cadena socioalimentaria, que comienza en el FMI termina en la gestión de residuos pasando por el plato, esa ansiedad se incrementa y la confi- Agencia de Prensa EFE, Londres, 14.01.2007. Diario El Mundo, Madrid, 20.03.2007. 60 http://www.ecologistasenaccion.org/spip.php?article3175. 61 http://enciclonario.com/enciclopedia/Alimentos_transgénicos. Cultivos, característica y países productores: Maíz: resistencia a insectos; tolerancia a herbicidas; Argentina, Canadá, Sudáfrica, Estados Unidos, U.E. Soja: tolerancia a herbicidas; Argentina, Canadá, Sudáfrica, Estados Unidos, UE (sólo para procesamiento). Colza: tolerancia a herbicidas; Canadá, Estados Unidos. Achicoria: tolerancia a herbicidas; UE (sólo para reproducción). Calabazas: resistencia a virus; Canadá, Estados Unidos. Papa: resistencia a insectos; tolerancia a herbicidas; Canadá, Estados Unidos. (OMS, 2002, 20 preguntas sobre los alimentos genéticamente modificados (GM), Ginebra). 62 ¿Por qué se elige el maíz y no el garbanzo? ¿Quiénes conocen el cuento de Garbancito y quiénes el de la manzana de Blancanieves? 63 Fundación Antama: 06. Marzo 2007. Se plantean dudas sobre el tamaño de las propiedades. 58 59 101 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 102 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA anza inevitablemente queda depositada en otros. De ahí la insistencia de la sociedad civil, a través de colectivos diversos, para lograr una legislación, siempre tardía e incompleta, que controle el sistema industrial alimentario. Los significados se construyen socialmente y la contraposición de discursos crea ambigüedad. Los transgénicos desorientan la identificación de los objetos o sujetos biológicos. Así el ratón-mono o el tabaco-conejo (Séralini, 2003:216-217), el arroz humanizado,64 etc., necesitan redefinir su identidad. Un alimento convencional es reconocible y reconocido, sus cualidades permiten situarlo en un orden clasificatorio. El objeto alimentario no identificable, des-identificado, forma parte del caos o puede provocarlo, además, pone en duda la identidad biológica, social, cultural, personal, del comensal. En nuestra mesa aparecen OCNIS (Fischler), artefactos (Hugo Ramírez), polizones (Beck)65 imprevisibles, constructos tecno-simbólicos, que refuerzan la precaución del comensal. Los alimentos transgénicos requieren la definición de sus atributos y cualidades. Emerge la necesidad social de saber si son, o en qué grado, diferentes o similares de los convencionales, estimar el alcance y la magnitud de sus efectos para concluir si los OGM constituyen o no, una propuesta práctica, revolucionaria o involucionaria, respecto a la alimentación y a la sociedad. La contraposición entre alimentos llamados naturales o ecológicos y artificiales o convencionales, no puede sostenerse a nivel nutricional. Según Grande Covián (1988: 15 et sq) el valor nutritivo de los vegetales abonados con abono orgánico o inorgánico es el mismo, nuestro organismo es incapaz de distinguir entre una vitamina contenida en un alimento y otra contenida en un comprimido, además poseen ambas las misma estructura molecular y por tanto las mismas propiedades físicas, químicas y biológicas, etc. Grande Covián concluye diciendo que la alimentación "natural" es un mito. Y los mitos son objetos socioculturales pero no por ello menos efectivos que los objetos materiales. Así se siguen pautas donde la mitificación de la naturaleza refuerza el rechazo de las innovaciones alimentarias. Los alimentos provenientes de los OGM, con el aval político-sanitario, pueden responder a expectativas que surgen del ritmo de vida urbano e industrial, asumir la deslocalización, aportar seguridad, comodidad, rapidez, incluso cumplir con las exi- La empresa Ventria Bioscience ha puesto a punto una variedad de arroz transgénico con dos genes humanos que frenan la deshidratación en niños con diarrea (El País, Madrid, 16 mayo 2006: 39). 65 Fischler, 1993: 218; "Las sustancias que tragamos y respiramos con la comida y con el aire son "polizones" del consumo normal" (Beck, 1998: 47; cursiva del autor). 64 102 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 103 SEGURIDAD ALIMENTARIA, CONOCIMIENTO GREMIAL Y PERCEPCIÓN SOCIAL gencias de la estética corporal; aunque no consigan integrar el alimento territorial, la autenticidad o el hedonismo, ni que la inocuidad tóxica o microbiana, alcance a sustituir la idea de pureza y calidad, ni que el progreso tecnológico tenga en cuenta y se coordine con la ética social. Los alimentos OGM son producto y mantenimiento del modo de producción y de consumo propios de la sociedad industrial que no concibe alternativas fuera de sus límites. Identidad del comenzal En el debate no se presta atención a la ansiedad operante del omnívoro, ni a las representaciones socioculturales relativas a la naturaleza de las cosas y al considerado orden natural, a la construcción sociocultural de la identidad, como tampoco a la capacidad estructurante de las instituciones (Cf. Douglas, 1996) sobre las formas de pensar gremiales que se cierran sobre sí mismas. El rechazo de los alimentos provenientes de OGM no puede explicarse sin recurrir a dos principios fundamentales que rigen la alimentación humana y que son ignorados en el debate. El primero consiste en la paradoja del omnívoro enunciada por Rozin (1984). La especie humana es omnívora, estamos obligados a variar la dieta, no podemos sustentarnos de un solo alimento como el panda o el koala, ni de un solo tipo de alimentos como los carnívoros. Esto constituye una ventaja adaptativa pero, al mismo tiempo, estamos expuestos a los peligros de los alimentos nuevos. La paradoja, comentaba Matty Chiva, reside en que la propia condición de omnívoro "que, por una parte, permite la innovación, el descubrimiento y, por otra, justifica la desconfianza, el tradicionalismo" (1997: 388). El segundo reside en el principio de incorporación, conformado por la paradoja del omnívoro. "Comer, consumir alimentos, es introducir en nuestro interior elementos que provienen del exterior" (Chiva, 1997: 389). Desde antiguo y hasta épocas recientes los poderosos sometían sus alimentos a un servidor encargado de probarlos (De Garine, 1990: 1497) porque, "El alimento está, en su totalidad, impregnado de signos y de peligros" (Lévi-Strauss, 1985: 73) y, aunque alimentarse sea un acto reiterativo y común, potencialmente puede tener efectos irreversibles, inmediatos o diferidos, y por esto mismo persistir como causante de ansiedad. Al incorporar, es decir, al ingerir un alimento, éste formará parte de nosotros mismos, tanto a nivel físico-químico como a nivel simbólico. No sólo incorporamos energía y nutrientes para construir y reconstruir el cuerpo, sino también significados, memoria, emociones. La incorporación funda la identidad y la alteridad (Fischler, 103 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 104 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA 1995: 67). La identidad del comensal está íntimamente relacionada con la identidad del alimento y quien come es afectado por lo comido. La identidad de los alimentos transgénicos, como objetos des o reestructurados, resulta indefinida o al menos ambigua, y atenta o al menos amenaza, la definición identitaria del sujeto comensal. "Las conductas alimentarias humanas son el resultado de interacciones y aprendizajes múltiples. Y, sobre todo, nunca se insistirá bastante en el hecho de que los procesos que intervienen son evolutivos, integrando datos a la vez racionales, cognitivos e irracionales, interviniendo a los afectos, los razonamientos analógicos, las experiencias personales y hedónicas" (Chiva, 1997: 392; cursiva de la autora). La alimentación humana (Grande, 1988: 108)66 no puede reducirse a una actividad nutricional, sus dimensiones son múltiples. La alimentación humana constituye un hecho transversal, una intersección de componentes biológicos, ecológicos, sociales, culturales, personales (De Garine en Contreras, 1995: 133).67 Comporta dimensiones materiales, simbólicas (Fischler, 1995: 16),68 colectivas e individuales (Fischler, 1993: 12-13). Alimentarse es una acción arriesgada, indispensable, repetitiva, efímera, emocional, intransferible (Simmel, 1986), imposible de sublimar (Kardiner, 1975). Ciertos factores simbólicos que condicionan la alimentación quedan omitidos del debate. La trasgresión del tabú que supone la desestructuración del orden evolutivo natural, amenaza el orden cultural. Por ejemplo, la recombinación genética puede asociarse a una transformación contaminante del alimento. Su artificialidad se transfiere al comensal y pone en peligro, no sólo su integridad biológica, sino su identidad. Somos lo que comemos69 y podemos llegar a no saber quienes somos por no saber que comemos. Cuando se incide en la naturaleza de los alimentos se incide en la naturaleza del comensal. 66 La alimentación tal como la define Grande Covián, consiste en "la parte externa del proceso nutritivo, es decir, el acto mediante el cual introducimos en nuestro organismo, normalmente por la boca, los distintos alimentos que nos sirven de sustento", en tanto que "Entendemos por nutrición el conjunto de procesos mediante los cuales nuestro organismo utiliza, transforma e incorpora en sus estructuras una serie de sustancias químicamente definidas que recibe del mundo exterior formando parte de los alimentos y elimina los productos de transformación de las mismas". 67 "Todas las áreas de la cultura pueden influir en el comportamiento alimentario". No sólo es un hecho social o sociocultural total, como señalaría Marcel Mauss (1924, 1950; 1978: 147; 274) sino también biológico y ecológico. 68 "…la alimentación humana comporta una dimensión imaginaria, simbólica y social. Es un lugar común: nos nutrimos de nutrimentos, pero también de lo imaginario". 69 Como dice Fischler: "'somos lo que comemos'; al menos lo que comemos se convierte en nosotros mismos" (1995:11); cf. Nemerof, C. y Rozin, P., 1989, "'You are what you eat'. Applying the demand free 'impressions' technique to an unacknowledged belief", en Ethos. The Journal of Pychological Anthropology, (17) 50-69. 104 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 105 SEGURIDAD ALIMENTARIA, CONOCIMIENTO GREMIAL Y PERCEPCIÓN SOCIAL Conclusiones La percepción social de los OGM es objeto de encuestas y estudios reiterados en varios países europeos. Si bien los encuestados no tienen ideas claras sobre los OGM, sus posiciones son negativas y su rechazo va en aumento (Fischler y Raude, 2005: 102). La conveniencia o no, de producirlos y comercializarlos, ha creado un fuerte y prolongado debate. Los participantes en él, portavoces de empresas transnacionales, científicos, políticos, sindicatos, organizaciones ecologistas y de consumidores, se enfrentan en torno al alcance de esta innovación tecnocientífica y de los efectos positivos o negativos atribuidos a estos productos en las áreas de salud, medio ambiente, economía y sociedad. Los actores sociales implicados en el debate contraponen sus argumentaciones en defensa o rechazo de los OGM, desde sus intereses gremiales, económicos, políticos o simbólicos, sin revelar las bases subyacentes de sus posiciones ni apercibirse de sus propios condicionamientos. Al no tomar en consideración aspectos consustanciales del comportamiento alimentario, el rechazo mayoritario de los consumidores se atribuye a su ignorancia. Los OGM, no son sólo productos tecno-científicos, son objetos multidimensionales, no se pueden reducir a una invención de laboratorio. Esta reducción podría interpretarse como una apropiación indebida y una pretensión de control exclusivo. Mientras en el debate se expresan opiniones expertas y contrapuestas, el profano tiene que creer en los que saben, el público percibe y el gremio conoce, y confiar en el hacer correcto de los proveedores. Los beneficios económicos se privatizan, los costos y riesgos se socializan, las transnacionales se expanden, los investigadores persiguen recursos para sus propios proyectos y las asociaciones buscan abundantes seguidores. Las anomalías aportan información, si se considera como tal el rechazo hacia los OGM, pero al diagnosticar sin indagación previa sencillamente falta de conocimientos de los consumidores, emerge una actitud incoherente, más bien política y autoritaria que científica y democrática, que no facilita la compresión del hecho. El comensal no está ni equivocado, ni desinformado, tiende a la autoprotección y cuando presume alguna anomalía asume el consumo con menor pasividad. Se afirma reiteradamente la seguridad alimentaria pero se cuestiona el principio de precaución y se ignora la inseguridad consustancial a la ingestión. La desidentificación del alimento pone en peligro la identidad del comensal y amenaza el orden natural y social, con 105 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 106 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA el obstáculo añadido de una extensa preferencia por lo considerado natural. Todo rechazo es considerado irracional. En la confrontación entre quienes adoptan una posición favorable o una desfavorable hacia los alimentos transgénicos, subyace la alternativa entre dos modos de producción alimentaria que corresponden a dos tipos básicos de sociedad, de interacción social, de relación con el medio ambiente, de normas éticas y valores, de entendimiento del mundo y de la vida. 106 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 107 SEGURIDAD ALIMENTARIA, CONOCIMIENTO GREMIAL Y PERCEPCIÓN SOCIAL Bibliografía Albert, A., A. Mariné y E. Muñoz (2003) Biotecnología y alimentos. Preguntas y respuestas, Madrid, SEBIOT. Apfelbaum, M. (dir.) (1998) Risques et Peurs Alimentaires, Paris, Odile Jacob. Atienza, J. y J. L. Luján (sin año) "La imagen social de las nuevas tecnologías biológicas en España" en Opiniones y actitudes (14), Informe, Madrid, CIS. Aumaitre, L.M., S. Gallotti y M. 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Se destacan las concepciones oficiales institucionales que dominan el ámbito de las políticas alimentarias y se discute su viabilidad y efectividad para resolver los problemas del hambre y la pobreza. En este contexto, el estudio de las trayectorias sexenales y de los escenarios locales no sólo tiene un propósito comparativo, pretende, sobre todo, llamar la atención acerca de la importancia que reviste el análisis de las instituciones del estado como una de las principales fuerzas políticas que organizan y controlan los *Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD, A. C.) Correo electrónico: ssandoval@ciad.mx **Escuela de Economía, Universidad de Sonora. 1 Sonora es una de las 32 entidades federativas que integran la república mexicana. Se encuentra ubicada en el noroeste del país en colindancia con los Estados Unidos, con una extensión territorial de 184 934 km y de 2 216 969 habitantes. 115 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 116 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA recursos productivos y financieros en torno a la cadena alimentaria. De ahí la necesidad de considerar no únicamente las consecuencias o resultados de los programas de asistencia, sino también y fundamentalmente, la forma en que son concebidos. Antes de abordar dichos aspectos, conviene señalar que la seguridad alimentaria, luego de ser incorporada como una estrategia central de seguridad nacional de parte de los países de mayor desarrollo en los años de la posguerra, volvió a adquirir particular relevancia a partir de la década de los ochenta, cuando las economías de América Latina abrieron de lleno sus fronteras al comercio internacional y los organismos multinacionales encargados de la alimentación, la salud y la nutrición enfocaron de nuevo su atención en los problemas de disponibilidad, distribución y escasez de alimentos. En los años recientes su influencia en los programas de política social de los gobiernos se ha visto remarcada por situaciones coyunturales asociadas al aumento de los precios del petróleo, las crisis agrícolas, los cambios climáticos y los problemas sanitarios. También han influido las discusiones relativas al hambre, la pobreza, la ecología, así como los derechos y las garantías de acceso y calidad de los alimentos.2 En países con economías atrasadas y bajo nivel de ingreso per cápita, como es el caso de México,3 con el propósito de la seguridad alimentaria se pusieron en práctica políticas de asistencia social para garantizar el consumo, abasto y distribución de alimentos, al mismo tiempo que se promovía una reestructuración agrícola y una mayor actividad de los flujos comerciales de productos alimenticios con el exterior. A poco más de dos décadas de distancia, la incapacidad del aparato productivo nacional para responder a la apertura comercial, aunada a la caída progresiva que ha sufrido el salario real, refleja, sin embargo, un aumento en las condiciones de pobreza (Boltvinik y Marín, 2003) y una recomposición de los hábitos alimenticios, con mayores riesgos nutricionales y de salud para la familias (Bourges et al., 2001). 2 La seguridad alimentaria es en realidad un concepto polisémico, un constructo histórico social influenciado por coyunturas económicas, políticas y sociales, con una amplia determinación disciplinaria. Ello nos permite asumir aquí una posición desde el enfoque de la economía política, en el que dicho concepto se entiende como un problema de distribución, de equidad social y de relaciones de poder. Consideramos esta aclaración pertinente, debido a que en el trabajo no se incluye una sección con los tradicionales encuadres teórico conceptuales a los que se recurre para contextualizar el fenómeno bajo estudio. No obstante, creemos que esto se salva con la discusión que de dicho concepto hacen otros autores en la primera sección del libro. 3 De acuerdo con cifras de Word Economic Outlook para el 2005 (http://www.imf.org/ external/ns/cs.aspx?id=28) y de Estadísticas Sanitarias Mundiales 2007 (http://www.paho.org/), México se encuentra entre los países con nivel de ingreso promedio per cápita más bajo, de apenas 7,295 dólares, en comparación con 41,950 de Estados Unidos, 32,220 de Canadá, 31,410 dólares de Japón y 29,345 dólares promedio de los 25 países de la Unión Europea. 116 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 117 POLÍTICAS Y PROGRAMAS DE ASISTENCIA SOCIAL PARA LA SEGURIDAD ALIMENTARIA EN MÉXICO Estudios como los de Torres (2003), Trápaga (2003), Gasca (2003), Delgadillo y Cortéz (2003) y Torres y Arroyo (2003), corroboran lo anterior, a la vez que profundizan en diagnósticos teórico empíricos sobre las condiciones regionales de la seguridad alimentaria en México. Identifican los puntos de tensión que requiere la intervención gubernamental para atenuar las asimetrías sociales y reducir el estado de vulnerabilidad en que se encuentra la seguridad alimentaria, a la vez que proponen rediscutir el fenómeno alimentario como un problema de soberanía nacional. En el mismo sentido, investigaciones realizadas a finales de la década pasada como la de Sánchez (1998), sugerían desde entonces establecer cambios en el diseño de políticas, planes y programas de alimentación y nutrición para la población vulnerable y conjugarlos con acciones orientadas a resolver los problemas de acceso y distribución equitativa de alimentos con otras más complejas para lograr una adecuada calidad en la alimentación. Asimismo, Bonfil (1999) enfatizaba la necesidad de descentralizar los mecanismos de decisión sobre políticas alimentarias, para garantizar que condiciones regionales y locales fueran incorporadas como factores de análisis y planeación; esto, con el fin de privilegiar el desarrollo interno. Al parecer, las inconsistencias y limitaciones de las políticas y programas de asistencia social para lograr la llamada seguridad alimentaria han estado asociadas al fracaso de un modelo de desarrollo económico, que ve en los subsidios indirectos y las transferencias económicas hacia los grupos más desprotegidos, una amenaza para los equilibrios del mercado y la competencia (Meseguer, 1998). La Conferencia Internacional sobre la Reforma Agraria y el Desarrollo Rural, celebrada en marzo de 2006 en Porto Alegre, Brasil (FAO, 2006), advierte incluso, acerca de los inconvenientes de continuar con el enfoque del Banco Mundial basado en el mercado, pues no sólo se pone en riesgo el derecho de los pueblos a una alimentación adecuada, sino además, la seguridad y soberanía alimentaria. Para el Estado mexicano, la seguridad alimentaria representa, ante todo, un problema de disponibilidad nacional agregada de alimentos (oferta), y de acceso familiar e individual (demanda), al que se asocian situaciones de carencia, deterioro nutricional y hambre. No obstante, como señalan algunos especialistas en el tema, la seguridad alimentaria no es un problema de oferta y demanda, sino de asimetría en las condiciones de acceso a los alimentos (Torres, 2003). Pero sobre todo, es también un problema de inequidad social y de relaciones de poder, para lo cual la vía institucional de las reformas estructurales enfocadas a mejorar la planeación estratégica, incrementar el presupuesto y reorientar los programas de asistencia social resulta insuficiente y limitada. Al menos durante los últimos cuatro sexenios, como veremos más adelante, la política alimentaria ha funcionado más con una lógica de control social que con mecanismos de eficiencia; con fines de clientelismo político, de imagen institucional 117 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 118 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA y de control corporativo, antes que con criterios eficaces de autosuficiencia y seguridad nacional. La escasa coordinación de los ámbitos local y nacional, los enfoques centralistas y las definiciones erróneas en el tratamiento del problema alimentario han ocasionado diagnósticos poco confiables y resultados inaceptables, mismos que no han logrado traducir la riqueza económica en mínimos de bienestar en alimentación, salud, nutrición adecuada y vivienda. En el caso de Sonora, si bien los resultados no son muy distintos, las concepciones sobre la seguridad alimentaria y los programas de acción correspondientes han sido mucho más limitados. El análisis y discusión sobre las especificidades regionales del problema alimentario están ausentes en los planes estatales de desarrollo y en las propuestas de política social de los gobiernos. Se enfatiza reiteradamente en las necesidades de infraestructura, abasto y distribución de alimentos sin establecer conexiones claras con las condiciones productivas del medio rural, con la nutrición y la pobreza regional. Ello se refleja en el bajo impacto que han tenido en las familias pobres los programas destinados a garantizar el acceso a una alimentación de calidad nutricional, a resolver el problema de la ineficiente infraestructura comercial de abasto y a controlar el creciente flujo comercial de bienes comestibles provenientes del exterior. Para documentar y ampliar estas ideas, enseguida se ofrece un recuento de las políticas y los programas de asistencia social, así como de los cuestionamientos existentes alrededor de la seguridad alimentaria. Para ello se expone, en principio, el contexto general de las políticas económicas que caracterizan el actual modelo de desarrollo en México, seguido de la explicación de las dinámicas sexenales y resultados de la seguridad alimentaria, para finalizar con un apartado de reflexiones a manera de conclusión. Cabe señalar que parte de la información recabada tiene su origen en investigaciones y bases de datos recientes desarrolladas en el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo, A.C. (Ortega y Valencia, 2001; Ortega, 2004 y Camberos et al., 2005), así como en datos de fuentes oficiales (Banco Mundial, 2005; INEGI, 2004 y 2006; FAO, 2004) y en ensayos académicos que en los últimos años han contribuido al debate de los temas aquí tratados (Castañón et al., 2003; Torres, 2003; Cortés, Escobar y González, 2005; Martínez y Villezca, 2005, entre otros). 118 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 119 POLÍTICAS Y PROGRAMAS DE ASISTENCIA SOCIAL PARA LA SEGURIDAD ALIMENTARIA EN MÉXICO Crisis económica y políticas de ajuste estructural: un contexto para relacionar los programas de seguridad alimentaria Después de 1982, el contexto económico, político y social de México cambió drásticamente. El desplome de los precios internacionales del petróleo, la creciente deuda externa, los altos índices de inflación, la baja competitividad del aparato productivo, el creciente déficit fiscal y de balanza de pagos, entre otros aspectos, aceleraron los problemas estructurales y macroeconómicos y obligaron al gobierno mexicano a renunciar a la estrategia de crecimiento endógeno, basada en el modelo primario exportador y en el patrón sustitutivo de importaciones, orientado a proteger el mercado interno. Como contraparte, se optó por una estrategia de crecimiento exógeno (Valenzuela, 1986), que privilegió la apertura comercial, la reconversión productiva y la desregulación del marco legal y normativo para el fomento a la inversión productiva y el libre mercado. Los llamados cambios estructurales que a partir de ese momento implementó el gobierno mexicano estuvieron trazados en dos direcciones: por un lado, reducir el tamaño y complejidad del sector público y, por el otro, abrir la economía a la competencia del exterior (cuadros 1 y 2). Con ese propósito, el Estado inició diversas medidas orientadas a la disminución drástica de su papel en la economía, -al disminuir e incluso dar por terminados programas de fomento industrial y agrícola-; que impulsaron la desgravación de tarifas arancelarias para la apertura del mercado interno; la privatización de la mayoría de las empresas públicas; la liberalización de los flujos de inversión, tanto de Inversión Extranjera Directa (IED) como de cartera o especulativa; y la liberalización del sistema financiero y su reprivatización, entre otras medidas. Durante los ochenta la gradual apertura de la economía al exterior desmanteló el extenso aparato proteccionista que había sido construido desde 1957 y que para 1982 era obsoleto (Huerta, 1987). Fue así como en 1985 se tomó la decisión de ingresar al Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT), lo cual le daba a la política de liberalización comercial un marco institucional de mayor permanencia para los siguientes años.4 El proceso continuó hasta el final del sexenio de Miguel de la Madrid (1982-1988), de tal suerte que para 1987 la liberalización alcanzó 73.2% de las importaciones totales, los niveles arancelarios se redujeron a siete puntos, y la tarifa máxima se colocó en 40% (Cárdenas, 1996). 4 La firma del protocolo de adhesión de México al GATT se dio hasta el 25 de julio de 1986. 119 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 120 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA Para la década de los noventa, las políticas de ajuste estructural trajeron consigo cierta estabilidad macroeconómica. Las administraciones de los presidentes Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) y Ernesto Zedillo (1994-2000) se caracterizaron por mantener un relativo control sobre el incremento de los precios, del déficit presupuestal, el tipo de cambio, y por recuperar saldos favorables en la balanza comercial. No obstante, en ámbitos como el sistema financiero, persistieron las dificultades para canalizar el ahorro hacia el financiamiento de proyectos rentables por falta de instrumentos adecuados y competitivos. Como consecuencia, las micro y pequeñas empresas fueron restringidas al mercado financiero doméstico con créditos caros y escasos. Persistió, además, la falta de competitividad y fragilidad de los mercados bursátiles y bancarios; y no pudo generarse un eficiente mercado interno que permitiera la distribución y el abasto, así como el desarrollo de cadenas productivas para la exportación y la producción industrial, salvo en aquellas ligadas al capital transnacional (Sandoval, 2005) Cuadro 1 México: características generales del modelo neoliberal 1982-2006 Estrategia económica general: cambios orientados a modificar las pautas de crecimiento R desplazar el centro de gravedad de las exportaciones primarias y del petróleo a las manufacturas R eliminar ajustes coyunturales versus promover cambios estructurales. Política de estabilidad monetaria (ajuste con el interior) Estabilidad de precios y equilibrio de la balanza de pagos Rproceso antiinflacionario y de estabilidad interna. Política de apertura externa (ajuste con el exterior) Eliminar proteccionismo, ajustar estructura de precios relativos, exportaciones manufactureras Rreconversión industrial: sectores dinámicos y estratégicos R reconversión tecnológica, organizativa, laboral, eficiencia productiva R competitividad R modificar las relaciones de fuerza entre empresarios-Estado-trabajadores. Política desregulatoria (reducción del intervensionismo estatal) Venta de empresas paraestatales, modificación al marco legal normativo para el fomento a la inversión, promover el libre mercado en todas las ramas y sectores productivos. Resultados esperados Incrementar la inversión productiva, generación de empleos y captación de divisas, aumentar la productividad y la competitividad = Crecimiento económico Fuente: elaboración propia. 120 Etapas Características 1982-1987 Objetivo Mecanismos 1995-2000 2001-2006 Liberar recursos internos para servir la deuda externa y controlar la inflación. Estabilizar los precios. Estabilizar de manera similar a la del periodo 19831987. Estabilizar precios, controlar el gasto público y reducir la deuda externa Eliminación del desequilibrio en la cuenta corriente de la balanza de pagos; superación del desequilibrio fiscal operacional; inestabilidad de precios; contracción de la demanda; disminución de la producción en numerosas ramas y de Aceleración de la apertura comercial; utilización del tipo de cambio como ancla de los precios; reducción de la inversión pública y aceleración de la privatización de las empresas paraestatales; fijación de las tasas de incremento de los salarios mínimos. Contracción de la inversión y el gasto público, alza de precios y tarifas del sector público; reducción del poder adquisitivo de los asalariados; política monetaria y crediticia restrictiva; subvaluación cambiaria. Profundizar reformas estructurales y mantener una política monetaria y crediticia restrictiva con subvaluación cambiaria. Eliminación del desequilibrio en la cuenta corriente de la balanza de pagos; superación del desequilibrio fiscal operacional; inestabilidad de precios; contracción de la demanda; disminución de la producción en numerosas ramas y del empleo. Avances en la estabilidad de los precios, superávit en las finanzas públicas; déficit comercial enorme (24 mil 267 millones de dólares en 1994); desequilibrio de la cuenta corriente (28 mil 662 millones de dólares en 1994). Reducción del déficit de la cuenta corriente (7% en 1994 y 0.65% en 1995). En 1995, reducción del PIB per cápita en 8.3%; descenso en la inversión fija bruta de 29%; incremento de 75% en la tasa de desempleo abierto; descenso de 16.3% en el poder adquisitivo del salario mínimo. Reducción del déficit de cuenta corriente y la deuda externa. Incremento de reservas de divisas. Crecimiento del 2.4% promedio anual con incremento de la tasa de subempleo y empleo informal. 12:06 PM Page 121 Fuente: tomado de Castañón et al. (2003) con ajustes propios para el último periodo. 9/5/2008 121 Resultados 1988-1994 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp Cuadro 2 México: etapas y características específicas del modelo económico neoliberal 1982-2006 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 122 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA Durante el sexenio del presidente Vicente Fox (2000-2006) las cosas no fueron muy distintas. Ciertamente, el control de las variables macroeconómicas se mantuvo de nuevo en niveles aceptables, pero entre enero de 2001 y junio de 2006 el crecimiento económico apenas logró mantener un promedio anual de 2.4% (INEGI, 2006). La baja tasa de crecimiento y el fracaso de las reformas estructurales provocaron la exclusión de sectores, grupos sociales y empresas, además de que se perdieron oportunidades para elevar la competitividad del aparato productivo y la extensión de su potencial al aspecto social. Tampoco logró generarse un desarrollo regional equilibrado, pues las desigualdades sociales y regionales se incrementaron, la marginalidad creció y las condiciones de vida se deterioraron, a pesar de que el reciente informe del Banco Mundial señala que la pobreza extrema en general bajó en casi 7% y la pobreza rural en casi 15 puntos (Banco Mundial, 2005). En poco más de dos décadas de cambios y reformas estructurales, el crecimiento de la economía ha resultado ser excluyente debido a un modelo económico que no ha creado los mecanismos para una promoción económica integral. Ello se refleja en las altas tasas de subempleo y empleo informal, aspecto éste que se ha constituido en la forma normal de participar en la economía para millones de mexicanos. De acuerdo con Zapata (2005), lo que se puede constatar a partir de la década de los ochenta, es una desarticulación entre "la estrategia de acumulación y el marco de regulación institucional" a partir de lo cual ya no es posible pensar las acciones económicas en función de los intereses de los actores sociales de la producción, como son los empresarios y los trabajadores; hecho que marca una notable diferencia con lo que fue el papel del Estado-nación durante el modelo de sustitución de importaciones. Los intereses políticos del Estado se han separado cada vez más de la idea de conformar un modelo de desarrollo con una sociedad nacional integrada, autónoma y políticamente fortalecida. Todo lo cual parece indicar que la transnacionalización del mercado interno se ha convertido más en una política de Estado, aun cuando con ello se reducen fuertemente los márgenes de maniobra de las autoridades políticas y se tiende a incrementar la vulnerabilidad macroeconómica. Equilibrios de mercado para la seguridad alimentaria: las trayectorias sexenales de los programas y políticas asistenciales En tal escenario de cambios estructurales y relativa estabilidad macroeconómica, los programas de asistencia social y las políticas alimentarias se han visto poco favoreci122 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 123 POLÍTICAS Y PROGRAMAS DE ASISTENCIA SOCIAL PARA LA SEGURIDAD ALIMENTARIA EN MÉXICO dos. La excepción la marca quizá el final del sexenio de José López Portillo (19761982), donde se aprecia uno de los intentos más serios por garantizar una alimentación digna a la población mexicana. Durante esa administración se instauró el Sistema Alimentario Mexicano5 (SAM) con el propósito de promover la autosuficiencia alimentaria, y con ello atacar los problemas del hambre, la pobreza, la salud y la desnutrición de los estratos marginados de la sociedad mexicana. Con este propósito se impulsaron dispositivos de asistencia técnica, financiamiento oportuno, capacitación y transferencia de tecnología, inversión en infraestructura hidráulica, de almacenamiento, procesamiento, empaque y transporte; así como la instrumentación de un sistema de distribución y abasto de alimentos. Se establecieron programas de apoyo a la agricultura de temporal, se impulsó la agroindustria campesina, y se otorgaron subsidios generalizados y dirigidos para facilitar el acceso a la tierra, a la tecnología y a los insumos. Asimismo, se desarrollaron mecanismos de detección de zonas críticas con alta prevalencia de desnutrición, y se establecieron programas de orientación alimentaria a la población (SAM, 1980). Parte de su relativo éxito radica quizás en haber incorporado una visión particular del problema alimentario, muy diferente a las concepciones todavía prevalecientes en la década de los setenta que atribuían a los factores técnicos, climáticos y de recursos naturales, las causas principales del origen de éste. Con el SAM se generó la convicción de que la producción y transformación de bienes agrícolas de origen animal y vegetal, así como la industria de bienes de capital e intermedios y la distribución de alimentos ya no podían ser abordadas por separado. Estos sectores empezaron a ser considerados como parte de una unidad estructural amplia en la cual los conceptos de cadena y sistema alimentario se constituyeron en una nueva forma de abordar el problema de la alimentación y en una condición para alcanzar la autosuficiencia alimentaria.6 Para algunos analistas (Meseguer, 1998) el SAM representó el único intento de planeación estratégica más o menos exitoso en materia de política social alimentaria concebido en las últimas décadas, ya que logró asegurar una articulación favorable El Gobierno Federal creó el Sistema Alimentario Mexicano (SAM) en marzo de 1980, año durante el cual se estima que cerca de 24 millones de personas (35% del total) gastaban más de 60% de sus ingresos en la compra de alimentos. 6 Más recientemente, investigaciones efectuadas en la década pasada, sugieren entender el problema alimentario como el conjunto de cuestionamientos que se plantean alrededor de las "prácticas y procesos sociales, sus productos y consecuencias, que abarcan desde los recursos naturales sobre los cuales se produce la materia prima para la elaboración de alimentos hasta el consumo de dichos alimentos y sus consecuencias" (Hintze, 1997:1). 5 123 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 124 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA entre la producción, acopio, transformación, abasto y consumo de alimentos mediante una coordinación eficaz de los programas de política social y económica. Desafortunadamente, la abrupta caída de los precios internacionales del petróleo en 1982 redujo el ingreso de divisas en perjuicio del presupuesto federal, ocasionando el retiro de recursos a dicho programa. Posteriormente, durante el gobierno de Miguel de la Madrid, las políticas alimentarias revistieron una naturaleza distinta. Se abandonó el enfoque de la autosuficiencia, y el abastecimiento de alimentos pasó a depender, en gran parte, del comercio internacional. El Programa Nacional de Alimentación, operado por la Comisión Nacional de Alimentación, fue el instrumento a través del cual se dirigieron las nuevas acciones estratégicas de política económica y social. Los programas relacionados con la producción, abasto, consumo, salud y nutrición quedaron a cargo de organismos que operaban sin la menor coordinación real, de tal manera que la política social sólo era reconocible a través de la retórica del discurso del gobierno y por la operación de programas clientelares de reparto de alimentos (Ibidem). Fue el caso del DIF (Desarrollo Integral de la Familia) que operaba el Programa de Asistencia Social Alimentaria, supuestamente para apoyar a la población de escasos recursos económicos, en particular a aquellas familias con deficiencias alimentarias y nutricionales. El Plan Nacional de Desarrollo (PND) de ese sexenio establecía en materia de salud y nutrición el impulso de la planta productiva de alimentos básicos, así como el apoyo y los subsidios para el abaratamiento de productos de alto nivel proteínico.7 No obstante, estos últimos fueron objetados por funcionarios de gobierno que veían en esa práctica un "ejercicio insano de populismo" que impedía la acción de la economía de libre mercado. La regulación de la demanda y la transferencia de ingresos que hasta entonces había sido una característica de la intervención estatal quedaba sujeta a los criterios de control presupuestario de la Secretaría de Hacienda. A partir de entonces, la política alimentaria nacional se enfocó en la compra de alimentos requeridos sin importar su origen, quién y cómo se produjeran, lo que significó cambiar el concepto de autosuficiencia alimentaria por el de "soberanía alimentaría" (Vázquez et al., 2005). El nuevo enfoque, sin embargo, no resultó compatible con el discurso de las reformas estructurales impulsadas durante el gobierno de Salinas de Gortari. En su lugar se propuso una estrategia de "seguridad alimentaria", cuyo fin consistía en garantizar la disponibilidad de alimentos mediante su importación, sin reparar en el volumen de éstos. Para hacer operativa dicha estrategia se continuó con el Programa Nacional de 7 Véase en el sitio de internet http://www.edomexico.gob.mx (mayo de 2006). 124 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 125 POLÍTICAS Y PROGRAMAS DE ASISTENCIA SOCIAL PARA LA SEGURIDAD ALIMENTARIA EN MÉXICO Alimentación, pero ahora dividido en dos apartados: el Sistema Nacional de Seguridad Alimentaria y el Sistema Nacional de Vigilancia Alimentaria y Nutricional. Éstos, junto con el Programa Nacional de Solidaridad (PRONASOL), constituyeron la clave de la política social de atención a los pobres, que incluía todas las acciones que las instituciones del Estado habían desarrollado décadas atrás, como el establecimiento de tiendas rurales, lecherías, despensas, subsidio a la tortilla y desayunos escolares. Como parte de los lineamientos generales de estos programas, al final del sexenio operaban en el país 23 programas menores de asistencia alimentaria los cuales ejercían en conjunto un presupuesto cercano a los dos mil millones de dólares. La atención que durante ese sexenio se le dio al problema alimentario, se explica por la influencia que tuvieron en los años ochenta las recomendaciones de política económica del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, así como el concepto de seguridad alimentaria promovido por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO por sus siglas en inglés). Ya desde 1983 se había planteado como finalidad estratégica de los diferentes gobiernos, garantizar a toda la población el acceso material y económico a los alimentos básicos. Para ello se debían incorporar políticas económicas orientadas al desarrollo agrícola y rural, así como distintos mecanismos de estabilidad interna y macroeconómica, y una mayor participación en el comercio mundial, a fin de lograr la suficiencia, estabilidad y seguridad de los suministros alimentarios. No obstante, al final del sexenio, bajo los lineamientos de dicha estrategia, la propuesta económica del gobierno redujo significativamente la capacidad de reproducción interna de la agricultura mexicana, sobre todo la autosubsitencia de la economía campesina de las zonas marginadas, misma que se vio fuertemente afectada por el retiro generalizado de subsidios, la liberación del precio de los alimentos y la reducción de los apoyos a la canasta básica. Adicionalmente, el fracaso de los mecanismos de política social y la inoperancia de los sistemas de abasto de alimentos a las zonas marginadas se vio reflejado, entre otros aspectos, en una creciente concentración del ingreso. Los saldos desfavorables del gobierno salinista no impidieron, sin embargo, continuar con la estrategia de seguridad alimentaria. En el sexenio de Ernesto Zedillo, ésta se concretó, inicialmente, en el Programa de Alimentación y Nutrición Familiar (PANF), dado a conocer el 16 de febrero de 1995, a partir de tres ejes fundamentales: a) desayunos escolares, b) canasta básica alimentaria para las familias más pobres del medio rural, y c) canasta y apoyos a familias de áreas urbanas marginadas. Con la idea de duplicar las metas cuantitativas del sexenio anterior, algunas de las acciones particulares del programa consistieron en repartir un millón de despensas familiares al mes y dos millones de desayunos escolares en las zonas de mayor marginación. Asimismo, 125 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 126 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA se proponía combatir la desnutrición en las comunidades indígenas, rurales y zonas urbanas marginadas facilitando el acceso a una canasta básica alimentaria a partir de una erogación mayor de recursos en subsidios y programas de asistencia social. A inicios de 1996 el PANF fue sustituido por el Programa de Alimentación Salud y Educación (PASE), que mantenía en esencia los mismos objetivos pero reducía drásticamente las metas y el presupuesto destinado a los programas alimentarios. Los movimientos en el tipo de cambio y las presiones inflacionarias del mercado interno, luego de la crisis financiera de diciembre de 1994, justificaban, desde la perspectiva oficialista, la decisión de liberar precios y retirar los subsidios de los productos básicos, así como reducir el gasto público en materia de programas sociales. En este escenario aparece en agosto de 1997 el Programa de Educación, Salud y Alimentación8 (PROGRESA), como una variante adicional que sustituía al anterior, y redireccionaba las metas y funcionamiento técnico en favor del combate a la pobreza extrema en las zonas rurales, así como el "fortalecimiento de la seguridad alimentaria" mediante el acceso a alimentos inocuos y de calidad nutricional a un mayor número de familias, sólo que ahora bajo un esquema de subsidios directos. Algunas cifras indican que durante el bienio de 1998-1999 Progresa gastó 3,769.6 millones de pesos en ayuda alimentaria directa, es decir, 31% del total del presupuesto de este programa gubernamental (Scott, 1999). De nueva cuenta, las recomendaciones de la FAO (cuadro 3) estipuladas en el informe sobre seguridad alimentaria de 1996, fueron importantes para el diseño de la política social del gobierno de Zedillo. No obstante, éstas tuvieron escasa repercusión debido a las debilidades de un modelo de política económica que veía en los subsidios indirectos un mecanismo de transferencia de ingreso que incidiría en la falta de incentivos a la producción, en el abasto y el encarecimiento de alimentos y, por tanto generaría distorsiones en la economía de mercado así como en el equilibrio fiscal (Meseguer, 1998). De acuerdo con ese razonamiento siempre sería mejor otorgar directamente el subsidio en dinero a las familias pobres, antes que destinar subsidios generalizados a los productos, o dirigidos mediante programas de asistencia alimentaria, mismos que, según sus promotores han probado ser ineficientes por sus costos operativos, su escasa coordinación técnica y la falta de acciones efectivas. El Progresa representó un programa innovador de combate a la pobreza extrema rural en México, y posiblemente en el ámbito internacional, al combinar simultáneamente, para cada familia beneficiada, apoyos en tres áreas críticas y complementarias en la formación de capital humano básico, las cuales son la educación, la salud y la alimentación (Scott, 1999). 8 126 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 127 POLÍTICAS Y PROGRAMAS DE ASISTENCIA SOCIAL PARA LA SEGURIDAD ALIMENTARIA EN MÉXICO El seguimiento del nuevo esquema de subsidios persistió en la siguiente administración del presidente Vicente Fox. Su política social adoptó al Progresa como su hijo predilecto, y a partir de marzo del 2002 lo rebautizó con el nombre de Oportunidades. De acuerdo con el cuarto informe de gobierno 2004, el Programa Oportunidades se concibió como "uno de los principales instrumentos del Gobierno Federal para promover el desarrollo de las familias que viven en condiciones de pobreza de capacidades y para romper su transmisión intergeneracional, a través de acciones integrales y coordinadas en sus tres componentes: educación, salud y alimentación" (IV Informe de Gobierno 2004: 32). Aparentemente, parte de sus propósitos centrales era respaldar el acceso efectivo a una alimentación adecuada y apoyar el gasto familiar de la población con los mayores índices de marginación, con énfasis en los grupos vulnerables. De manera específica, las acciones contra la pobreza alimentaria se concretaron en la Estrategia Integral de Asistencia Social Alimentaria; Suplementos Alimenticios del Programa Oportunidades; Programa de Abasto Social de Leche; Programa de Abasto Rural; y Programa de Apoyo Alimentario. Al cobijo de estos programas, las acciones enfocadas a favorecer la seguridad alimentaria del país estuvieron igualmente concebidas en los términos sugeridos por el informe de la FAO de 1996. En él se insistía que la seguridad alimentaria sólo sería posible cuando todas las personas tengan acceso físico y económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades y preferencias alimenticias, a fin de llevar una vida activa y sana. Así, la seguridad alimentaria se consigue cuando se garantiza la disponibilidad de alimentos, cuando el suministro es estable y cuando todas las personas los tienen a su alcance (FAO, 1996). Bajo estos lineamientos, la representación de México ante la FAO, junto con la Subsecretaría de Desarrollo Rural de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), impulsaron el Programa Especial para la Seguridad Alimentaria9 (PESA). Éste fue concebido como una herramienta de apoyo técnico al Gobierno Federal para desarrollar metodologías y procedimientos orientados a impulsar la producción agrícola, mejorar el acceso de la población a los alimentos y crear condiciones aptas para incentivar la inversión pública y privada en el sector agroalimentario. Según la SAGARPA, su finalidad era la promoción de la productividad agropecuaria y el aumento de los ingresos de los pequeños productores del sector agropecuario para contribuir a mejorar la seguridad alimentaria 9 El Programa Especial para la Seguridad Alimentaria inició en 1994 con quince países de bajos ingresos y déficit de alimentos. Fue ratificado por los Jefes de Estado y de Gobierno durante la Cumbre Mundial sobre la Alimentación que se celebró en Roma en noviembre de 1996. 127 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 128 Cuadro 3 Factores a considerar en una estrategia de seguridad alimentaria Corto plazo Mediano plazo Largo plazo (1-5 años) Condiciones macroeconómicas propicias a la seguridad alimentaria. • Crecimiento de las entradas por habitante por categoría socioeconómica. (más de cinco años) Paz civil y estabilidad de las políticas. • Alza en los precios de los alimentos. • Nivel de empleos elevado por categoría socioeconómica. • Venta de animales. • Estabilidad de los precios. • Elaboración de una estrategia alimentaria dando una visión prospectiva del equilibrio alimentario (utilización disponibilidad) y del equilibrio nutricional. Del lado de la oferta. • Cálculos en los beneficios alimentarios actuales. • Gestión de crisis alimentaria. • Tasa de cambio de equilibrio para evitar una sobre elevación y permitir el acceso a las divisas. • Equilibrio intersectorial para no penalizar la agricultura o el medio rural. • Inversión (pública y privada) en la agricultura y el medio rural. • Control del éxodo rural y del crecimiento urbano. • Iniciación al desarrollo de la transformación agroalimentaria, fuente de empleos y de entradas (menos de un año) Alerta precoz de crisis alimentaria. • Inundaciones y sequías. • Lluvias mal distribuidas. • Utilización de las reservas de seguridad. • Importaciones alimentarias suplementarias. • Distribución de ayuda (alimentaria y no alimentaria). Redistribución de las riquezas, entre otras, de la tierra para asegurar un acceso equitativo a los recursos. • Capacidades productivas. • Región, cultura y categoría de productores. Potencial de alimentación de las superficies cultivadas y del coeficiente de actividad cultural. •Potencial de aumentación y de rendimientos para los progresos. •Implicaciones para la gestión durable de los recursos naturales diversificando las actividades y los riesgos. Del lado de la demanda. •Crecimiento demográfico y potencial de control. •Urbanización y potencial de control. •Variaciones de entradas por categorías socioeconómicas. •Costumbres alimentarias por categorías socioeconómicas. Fuente: FAO (1996). Tomado de Torres (2003). Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 129 POLÍTICAS Y PROGRAMAS DE ASISTENCIA SOCIAL PARA LA SEGURIDAD ALIMENTARIA EN MÉXICO a escala familiar y nacional, con atención especial a las poblaciones de más alta marginación del país, ubicadas en 250 microrregiones.10 Era evidente, sin embargo, que dicho programa pretendía reivindicar una política social de mayor alcance respecto a sus predecesores, y con ello obtener el reconocimiento de los organismos multinacionales de crédito y buscar consensos entre las fuerzas políticas del país de cara a las futuras elecciones. De hecho, a finales del sexenio del presidente Fox, la política social de gobierno, y en especial el programa Oportunidades, fue calificado por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional como la "prueba creíble" de cómo un programa de tal naturaleza podía asegurar la continuidad del cambio sexenal. El informe del Banco Mundial titulado Development and the Next Generation 2007 atribuía el éxito del programa, a la cantidad de recursos destinados al combate a la pobreza, pero sobre todo al impacto decisivo de los subsidios otorgados en dinero a las familias, así como a los "esfuerzos del ejecutivo por romper el régimen burocrático" y dar seguridad de que los depósitos fueran entregados a la gente más necesitada. Incluso en el medio académico, algunas opiniones destacan la difusión y reconocimiento internacional que fueron adquiriendo los programas Oportunidades y Progresa, al grado de ser considerados un ejemplo de política social a ser imitada por otros países, particularmente los de América Latina. Su aceptabilidad se atribuye, entre otras razones, tanto a la colaboración y participación estrecha de académicos e investigadores en el diseño, instrumentación, seguimiento y evaluación, como en la decisión política de funcionarios de llevar a la práctica políticas conjuntas con la sociedad civil (Cortés, Escobar y González, 2005). El programa Oportunidades, sin embargo, como sus antecesores Progresa y Solidaridad, no han resistido la crítica de una parte de la clase política mexicana, que los considera un instrumento del aparato de Estado y del partido en el poder para coaccionar el voto y la participación ciudadana durante los periodos electorales. De hecho, la campaña electoral del 2006 fue una de las más ríspidas en señalamientos a la Secretaría de Desarrollo Social y a la Presidencia de la República por utilizar y dirigir los recursos de dicho programa con fines partidistas. Distintos analistas políticos (Cervantes, 2006; Delgado, 2006) señalaron la incorporación de miles de familias al programa Oportunidades en los últimos meses de gobierno del presidente Fox para De acuerdo con la Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe, el PESA inició como una estrategia piloto sólo en siete estados de la república mexicana a partir del año 2003: Michoacán, Aguascalientes, Jalisco, Yucatán, Guanajuato, Puebla y Estado de México, cubriendo un total de doce municipios de alta y muy alta marginación, de los cuales cuatro son de mayoría indígena. 10 129 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 130 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA favorecer al candidato del Partido Acción Nacional. Asimismo, señalaban el uso del padrón de afiliados de dicho programa para conseguir apoyos que requerían municipios y localidades urbanas y rurales, además de elaborar discursos de campaña con base en las necesidades de cada grupo demográfico. Incluso evaluaciones oficiales recientes como la efectuada por la Auditoría Superior de la Federación al Programa de Apoyo Alimentario de Diconsa, incluido en el programa Oportunidades dependiente de la Secretaría de Desarrollo Social, encontró que éste atendió apenas 18% de las comunidades de alta marginación en el país. Incorporó a familias que no necesitaban el apoyo y entregó recursos a hogares que no contaban con los requisitos de eligibilidad dispuestos en las reglas de operación del programa, lo que dejó fuera a 17% de los beneficiarios objetivo, además de que concentró los recursos en sólo cuatro estados de la república: Veracruz, Chiapas, Oaxaca y Guerrero.11 El manejo político del programa Oportunidades es, como se puede apreciar, sólo otro ejemplo de la historia sexenal de nuestro país, que demuestra la fuerza que las instituciones del Estado y el ejecutivo han venido ejerciendo en la organización, control y acceso de los recursos alimentarios y financieros destinados a la asistencia social. Detrás de ello están las relaciones de poder que en diversas coyunturas políticas han condicionado parte de la situación alimentaria de la sociedad mexicana, sometiéndola a intereses económicos aparentemente distributivos, pero que en la práctica aparecen desligados de los propósitos de justicia social y soberanía alimentaria. Decisiones centralistas y resultados eficientistas: el escenario local-estatal de la política alimentaria En el plano local-estatal los programas de asistencia alimentaria en Sonora han estado supeditados al ámbito de las relaciones políticas con el poder federal, como parte de un escenario de contrastes que refleja, sin embargo, un tratamiento distinto del problema alimentario. Generalmente, se recoge la visión centralista de una política que no hace distingos entre las diferentes capacidades y particularidades de cada región. Los programas se aplican como un ejercicio mecánico de las disposiciones federales, sin mediar criterios diferenciales sobre las tradiciones productivas y las necesidades nutricionales y alimenticias de la población. Las preocupaciones del gobierno local se centran más en presentar resultados cuantitativos que en ofrecer espacios para una dis- 11 Un informe completo de dicha auditoría puede verse en el informe del resultado de la revisión y fiscalización superior de la cuenta pública, 2005, en: http://www.asf.gob.mx 130 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 131 POLÍTICAS Y PROGRAMAS DE ASISTENCIA SOCIAL PARA LA SEGURIDAD ALIMENTARIA EN MÉXICO cusión y participación de los ciudadanos e instituciones de investigación con miras a concebir programas autónomos de seguridad alimentaria basados en los problemas específicos de las distintas regiones. Desde inicio del gobierno de Samuel Ocaña (1979-1985) se observa claramente cómo el objetivo de la autosuficiencia alimentaria propuesto en la administración del presidente López Portillo, aparece subordinado al esquema clásico de división nacional del trabajo, que asignaba a Sonora la tarea de impulsar la producción agrícola y la eficiencia de las actividades productivas agropecuarias. Acorde con la idea de considerar a Sonora el "granero de México", el Plan Estatal de Desarrollo enfatizaba la necesidad urgente de incrementar la producción de alimentos agrícolas, pecuarios y pesqueros para impulsar el mercado interno y las exportaciones; asimismo, para apoyar a las organizaciones de productores, generar y capacitar empleos, y fortalecer la infraestructura y el equipamiento de abasto. No distinguía la necesidad de impulsar una política social de asistencia alimentaria en un estado donde el desempleo y la pobreza iban en aumento, toda vez que el modelo de crecimiento agrícola había llegado a sus límites y la expulsión de fuerza de trabajo del campo a la ciudad engrosaba los cinturones de miseria de las zonas urbanas. Destacan, sin embargo, fuera del ámbito de los intereses del gobierno estatal, algunos esfuerzos regionales que recogían parte de las preocupaciones del SAM en esos años. Instituciones como el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD, A. C.), a principios de los ochenta, desarrollaron ambiciosos proyectos en varios municipios de la sierra y zonas urbanas de Sonora para detectar el estado nutricio de la población, así como para establecer una canasta básica de consumo de alimentos y su composición nutrimental. Sus resultados abrieron camino para observar el problema alimentario desde otras perspectivas de análisis e inauguraron una tradición de investigación regional que puso sobre la mesa las pautas de colaboración con las instituciones. Aunque dichos esfuerzos se han mantenido por más de dos décadas, hoy en día aparecen todavía desligados de los apoyos financieros del gobierno de Sonora y con una escasa vinculación con las preocupaciones contenidas en las políticas alimentarias locales. En la siguiente administración del gobernador Rodolfo Félix Valdés (1986-1991) los programas de apoyo a la alimentación viraron de su tradicional visión productivista, hacia un enfoque basado en la disponibilidad de alimentos y la eficiencia tecnológica. Las nuevas disposiciones de política alimentaria marcadas por el gobierno federal, reconocían la gravedad de la crisis agrícola y la incapacidad del campo mexicano para satisfacer la demanda interna de alimentos, por lo que se exigía a las entidades federativas centrar su atención en la adquisición de alimentos sin importar su origen. 131 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 132 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA Por primera vez en el gobierno de Félix Valdés se empezó a hablar de la necesidad de garantizar el acceso a los alimentos con elevado nivel nutricional y alcanzar condiciones de alimentación que permitieran el pleno desarrollo de las capacidades y potencialidades de cada habitante. Los diagnósticos regionales de esos años alertaban sobre la falta de orientación adecuada y efectiva de una educación alimentaria que fuera capaz de permitir a la población conocer la capacidad de nutrición de los alimentos, las formas de consumirlos y combinarlos para disponer de las cantidades necesarias de nutrientes requeridos (Gobierno del Estado de Sonora, 1986). Es a partir de entonces que se empezó a dar prioridad al financiamiento en infraestructura de abasto alimentario en aquellos municipios donde se carecía de ella, como fue el caso de las regiones fronterizas y serranas de la entidad. Para alcanzar los anteriores propósitos se impulsaron programas de abasto a través de la instalación de tiendas rurales, mismas que tenían como "base de equilibrio" la vigencia del Pacto para la Estabilidad y el Crecimiento Económico, que permitía controlar los precios de los alimentos. Como parte de dichos programas, al final del sexenio se construyó un almacén distribuidor ubicado en Rosario Tesopaco, con el cual se apoyaba a 29 tiendas rurales de tres municipios y se beneficiaba a 41 mil habitantes. Además, se construyeron 117 tiendas comunitarias para beneficiar a 160 mil personas, de las cuales 49 eran tiendas rurales y 68 fueron para el programa de abasto de zonas populares. Asimismo, entre otras acciones de infraestructura para el abasto de alimentos, se terminaron y entraron en operación los mercados al detalle de Caborca y del poblado Miguel Alemán (Gobierno del Estado de Sonora, 1990). Con estos antecedentes, la administración del Gobernador Manlio Fabio Beltrones Rivera (1992-1997), insistía en garantizar el suministro oportuno y suficiente de alimentos en condiciones adecuadas de calidad y precio; asimismo en asegurar un buen nivel nutricional para la población, sobre todo la de los estratos socioeconómicos más pobres y la de los grupos vulnerables: mujeres gestantes y en periodo de lactancia; así como a los ancianos. Además, se ponía especial atención a las zonas rurales, serranas y urbanas periféricas. El diagnóstico del Plan Estatal de Desarrollo reconocía que la infraestructura estatal de acopio, almacenamiento, distribución y comercialización no había asegurado aún el abasto de alimentos a la población en las mejores condiciones de calidad y precio. Reconocía, además, que ciertos segmentos de la población presentaban deficiencias nutricionales originadas por una problemática de índole cultural, económica y social. Se señalaba que en esos años el régimen alimenticio del grupo de menores ingresos no reunía los nutrientes necesarios para la conservación de una buena salud (Gobierno del Estado de Sonora, 1992). 132 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 133 POLÍTICAS Y PROGRAMAS DE ASISTENCIA SOCIAL PARA LA SEGURIDAD ALIMENTARIA EN MÉXICO Para contrarrestar dicha situación, como un reflejo de las iniciativas de los presidentes Salinas y Zedillo, se pusieron en práctica en el estado programas como los de Cocinas Populares y Unidades de Servicios Integrales (COPUSI), Desayunos Escolares, Distribución de Despensas, Leche Industrializada Conasupo (LICONSA), el Fideicomiso para la Liquidación del Subsidio de la Tortilla (FIDELIST-DICONSA) y proyectos de inversión que fomentaban la producción de alimentos para autoconsumo. Gran parte de las acciones de asistencia alimentaria recayeron en el DIF Sonora, institución que se encargó de la distribución de alimentos y de proporcionar a las familias más pobres raciones alimentarias como desayunos y/o comidas calientes, lo que aparentemente representó un avance significativo respecto a las administraciones precedentes.12 De ello se puede deducir que la política económica alimentaria del sexenio de Beltrones Rivera se distinguió, en contraste con la administración estatal anterior, por llevar a cabo más acciones concretas de asistencia social orientadas a garantizar el acceso a los alimentos básicos, y menos a dedicar recursos a infraestructura para el abasto. Esfuerzos que, sin embargo, no resolvieron la problemática de fondo, pues entre 1990-1998, la población sonorense en situación de pobreza extrema había crecido casi en 40% (Dennis, 2003). Esta situación, como se verá enseguida, persistió durante el periodo gubernamental 1997-2003. Efectivamente, el sexenio de Armando López Nogales (1997-2003), siguió la inercia de las pasadas administraciones. En materia de política alimentaria, su principal preocupación fue, igualmente, llevar a la práctica los programas del presidente Ernesto Zedillo, con el objeto de garantizar el acceso y el abasto de alimentos a la población más pobre de la entidad. Con este propósito se instrumentaron los programas de apoyo alimenticio como Desayunos Escolares, Programa de Asistencia Alimentaria a Familias (PASAF), Cocinas Populares, programas de Comercialización de Alimentos Básicos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y del Instituto de Seguridad Social al Servicio de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), todos ellos con el apoyo de DICONSA y LICONSA. 12 Entre noviembre de 1996 y mediados de 1997 se distribuyeron siete millones 800 mil desayunos, con lo cual se benefició diariamente a 50 mil menores escolares y preescolares en 887 escuelas. Asimismo, durante los años 1991-1997, se beneficiaron 43 mil 270 familias con mayor índice de marginación y pobreza de 49 municipios de la entidad, mediante la distribución de dos mil 754 toneladas de alimentos en despensas. Por otra parte, con el fin de impulsar la producción de alimentos para autoconsumo, se entregaron 163 mil 814 paquetes de semillas para huertos, de los cuales se levantó cosecha en 41 mil 697 huertos en 49 municipios del estado (Gobierno del Estado de Sonora, 1997). 133 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 134 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA Específicamente en el programa desayunos escolares se registró un aumento de poco más de 100% en el número de beneficiarios con respecto al sexenio anterior; no obstante, la tasa de crecimiento del financiamiento destinado a ese rubro tuvo un comportamiento decreciente, como lo muestra su variación porcentual durante ese sexenio (cuadro 4). En el caso de los desayunos escolares, el Programa de Asistencia Alimentaria a Familias, a través de la distribución de despensas, los impactos fueron menores que en la administración anterior, pues con excepción del primer año de gobierno, los recursos económicos canalizados hacia este rubro mostraron una tendencia a la baja (cuadro 5). Cuadro 4 Sonora: Desayunos Escolares en Sonora (1997-2003) Periodo Menores beneficiados Variación porcentual 1997-1998 1998-1999 1999-2000 2000-2001 2001-2002 2002-2003 100000 118898 116898 122139 123815 123815 ---- 18.9 -1.7 4.5 1.4 0 Fuente: Cuarto y Quinto Informe de Gobierno (2003 y 2004). Cuadro 5 Sonora: Programa de Asistencia Alimentaria a Población Vulnerable (Distribución de despensas) Periodo Familias beneficiadas Variación porcentual 1997-1998 1998-1999 1999-2000 2000-2001 2001-2002 2002-2003 51085 46700 38700 44300 44300 39300 ---- -8.6 -17.1 14.5 0 -11.3 Fuente: Sexto Informe de Gobierno de Armando López Nogales (2003). En cuanto a la política de abasto alimentario, LICONSA y DICONSA movilizaron anualmente más de 20 mil toneladas de productos básicos y complementarios en el medio rural y en las colonias populares urbanas donde se asientan los núcleos de población de bajos ingresos. 134 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 135 POLÍTICAS Y PROGRAMAS DE ASISTENCIA SOCIAL PARA LA SEGURIDAD ALIMENTARIA EN MÉXICO Todo parece indicar que la política alimentaria de esta administración no pasó de la tradicional visión eficientista, enfocada en los problemas de acceso y abasto, y en un discurso político que reivindicaba su inclinación a favor de las causas de la población con mayores índices de marginación de la entidad. Los recursos y los beneficiarios de los programas de asistencia social, sin embargo, fueron cada vez menores. En el inicio de la administración de Eduardo Bours Castelo (2004-2009), la responsabilidad en materia de asistencia social y de política alimentaria, recae en el Programa de Desarrollo Social y de Combate a la Pobreza 2004-2009, del cual se derivan otros programas concebidos en sexenios anteriores como los de Desayunos Escolares, el Programa de Apoyo Alimentario a Familias y el de Cocinas Populares.13 Su administración y desarrollo está a cargo del sistema DIF Sonora, organismo que en coordinación con los sistemas DIF municipales, Secretaría de Educación y Cultura, padres de familia y CIAD, A.C., se responsabiliza de aplicar las distintas acciones para garantizar el acceso a una alimentación de calidad nutricional a la población con mayores necesidades. Para la operación conjunta de estos programas, el Gobierno de Sonora asignó recursos económicos que ascienden a los 125 millones de pesos en promedio anual, con lo que se esperaría aminorar el problema de acceso a los alimentos y la pobreza regional (Gobierno del Estado, 2004a). Cabe señalar que a diferencia de otras administraciones estatales, ésta incorpora un programa específico de atención a los pobres y a las zonas marginadas bajo una visión aparentemente "más amplia" del problema alimentario, que establece apoyos adicionales a pequeños productores agrícolas y subvenciones del pago de energía eléctrica a gente de la tercera edad, entre otros aspectos. Cabe aclarar que al igual que en sexenios anteriores, quedan aún sin atender algunas de las recomendaciones que desde más de una década han efectuado diversas investigaciones realizadas en el CIAD, A.C., (Camberos et al., 2005). Éstas sugieren, 13 De acuerdo con el Programa de Desarrollo Social y de Combate a la Pobreza 2004-2009 (Gobierno del Estado de Sonora, 2004b) el primero de estos programas está orientado a la protección de la nutrición de la niñez que cursa los niveles de preescolar y primaria, con el objeto de mejorar el aprovechamiento y evitar la deserción escolar de los menores. Contempla cambiar la modalidad de desayuno frío a caliente, además de lograr una mayor participación de los padres y conseguir que los niños en situación más desfavorable tengan a su alcance una alimentación con calidad, calidez humana y apegada a sus usos y costumbres. El segundo tiene la finalidad de contribuir en la economía de las familias, consideradas con mayor grado de marginación, a las cuales se brinda apoyo con una despensa mensual avalada nutricionalmente por el CIAD, A.C. El último de ellos tiene el propósito de contribuir a la sana alimentación de las personas, consideradas en estado de vulnerabilidad, con atención a población abierta en las comunidades rurales, urbanas marginadas e indígenas. 135 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 136 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA entre otros aspectos, una medición continua y permanente -in situ y no de gabinete- de los avances en materia de pobreza, una orientación mucho más incluyente de los programas sociales que ponga especial atención a los pobres extremos o alimentarios y los de comunidades con alta marginación, y un monitoreo constante del destino de los recursos de los programas federales dirigidos a la alimentación y a la pobreza para corroborar un uso adecuado de parte de sus destinatarios. Como se puede apreciar, el escenario local-estatal de la política de asistencia social y alimentaria refleja, efectivamente, una visión centralista que tiende a reproducir de manera limitada algunos de los componentes de los programas sociales sin mediar crítica sobre su pertinencia en la entidad. Los intentos por encontrar congruencia entre los programas estatales y la realidad nacional se han visto poco efectivos debido, en parte, a la escasa generación de riqueza (Producto Interno Bruto Estatal) que en los últimos 20 años no rebasa el 2.0% anual promedio; asimismo, a la falta de generación de empleos de calidad; a la caída del ingreso real en casi toda la población, que se refleja en un descenso de 60% de la capacidad de compra del salario real desde la crisis de 1982; a la ineficiente asignación del gasto público y al elevado servicio de la deuda estatal de casi 500 millones de pesos, superior al presupuesto destinado al combate a la pobreza (Ibidem). A lo anterior, se suman los impactos negativos que sobre las regiones ha ocasionado el modelo neoliberal exportador, y la ausencia de criterios para generar la participación de instituciones académicas y representantes de la sociedad civil en el análisis y diseño de acciones estratégicas para enfrentar los problemas alimentarios. El sentido de lo local aparece difuminado en los compromisos nacionales y en los lineamientos generales que marcan los planes nacionales de desarrollo, por lo que las acciones en contra de la pobreza y a favor de la alimentación resultan muy limitadas. Pobreza, dependencia y distribución del ingreso: factores asociados al problema de seguridad alimentaria Las limitaciones e inconsistencias de los programas nacionales y locales de asistencia social para lograr la seguridad alimentaria del país, han estado asociadas al fracaso de las políticas económicas orientadas a revertir los niveles de pobreza, reactivar la productividad agrícola y a fortalecer el mercado interno. Diversos indicadores demuestran que el número de personas en pobreza ha aumentado considerablemente, la producción nacional de alimentos básicos ha disminuido y la dependencia de éstos provenientes del exterior se ha multiplicado drásticamente. Entre 1963 a 1977, la pobreza 136 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 137 POLÍTICAS Y PROGRAMAS DE ASISTENCIA SOCIAL PARA LA SEGURIDAD ALIMENTARIA EN MÉXICO extrema14 habría disminuido en casi 5%, al pasar de 26.7 millones a 21.5%, situación que se atribuye al auge petrolero y a las tasas moderadas de inflación. Sin embargo, para 1988 la pobreza extrema aumentó de nuevo en 23.2 millones y se incrementó en 35.1 millones en 1996. Asimismo, la pobreza absoluta mantuvo un comportamiento ascendente durante las últimas cuatro décadas (cuadro 6). Cuadro 6 México: pobres extremos y población no pobre (1963-1996) Pobres % Pobres no % Año extremos extremos Total de pobres % No pobres % Población total % 1963 26,735.9 69.5 3,099.5 69.5 26,735.9 69.5 26,735.9 69.5 26,735.9 100.0 1968 25,639.6 56.7 7,181.1 56.7 25,639.6 56.7 25,639.6 56.7 25,639.6 100.0 1977 21,519.3 34.0 15,221.5 34.0 21,519.3 34.0 21,519.3 34.0 21,519.3 100.0 1984 22,821.2 29.9 22,821.2 29.9 22,821.2 29.9 22,821.2 29.9 22,821.2 100.0 1988 23,283.5 28.2 23,283.5 28.2 23,283.5 28.2 23,283.5 28.2 23,283.5 100.0 1992 27,695.4 32.9 27,695.4 32.9 27,695.4 32.9 27,695.4 32.9 27,695.4 100.0 1994 30,340.4 34.0 30,340.4 34.0 30,340.4 34.0 30,340.4 34.0 30,340.4 1996 35,136.6 37.9 35,136.6 37.9 35,136.6 37.9 35,136.6 37.9 35,136.6 98,8 Fuente: Sexto Informe de Gobierno de Armando López Nogales (2003). En términos alimentarios, dicha problemática se tradujo para el año 2000, en 45.63% de la población en situación de inseguridad extrema, moderada y marcada (cuadro 7), lo cual representaba 46 millones de habitantes que no alcanzaban a cubrir el costo monetario de una Canasta Nacional de Alimentos (CNA). Asimismo, tampoco solventaban otros satisfactores como vivienda, salud, educación y cultura, lo que representaba 50% de la población total (Torres, 2001). Los métodos para calcular la pobreza son variados y distintos; no obstante, la mayoría de las investigaciones avalan las tendencias generales de comportamiento a la alza de este fenómeno en las últimas décadas. En este sentido, las clasificaciones sobre la pobreza, las cifras que presentamos y las fuentes a las que acudimos tienen un propósito meramente ilustrativo, por lo que no interesa exponer ni demostrar cuál clasificación o cuál de los procedimientos es mejor que otro. En todo caso, se sugiere acudir a las fuentes originales. 14 137 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 138 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA Cuadro 7 México: habitantes según rangos de seguridad alimentaria (2000) Nombre Nacional Inseguridad Inseguridad Inseguridad Seguridad Máxima extrema marcada moderada seguridad Total 8,585,692 17,864,091 18,991,912 38,437,715 15,702,84 99,582,25 Fuente: Torres (2001). La proporción de niños en extrema pobreza muestra también cifras considerables. El reporte titulado Pobreza infantil en países ricos 2005 emitido por el Centro de Investigaciones Innocenti15 del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) advierte que México y Estados Unidos registran las tasas de pobreza infantil más elevadas: 27.7% y 21.9% respectivamente (cuadro 8). Comparativamente, en países como Dinamarca y Finlandia la pobreza infantil no rebasa el 3%.16 Cuadro 8 Porcentajes de niños que viven por debajo de las líneas de pobreza extrema Los mejores porcentajes Los peores porcentajes País Porcentaje País Porcentaje Dinamarca Finlandia 2.4 2.8 México Estados Unidos 27.7 21.9 Noruega Suecia 3.4 4.2 Italia Nueva Zelanda 16.6 16.3 Suiza 6.8 Irlanda 15.7 República Checa 6.8 Portugal 15.6 Francia Bélgica 7.5 7.7 Reino Unido Canadá 15.4 14.9 Hungría 8.8 Australia 14.7 Luxemburgo 9.1 Japón 14.3 Fuente: Torres (2001). 15 El Centro de Investigación Innocenti es la principal entidad de investigación de UNICEF. Dicho centro fue fundado en 1988 para mejorar los conocimientos de los derechos de la infancia a nivel internacional y promover la aplicación de la Convención sobre los Derechos del Niño en los países industrializados y en desarrollo. 16 Estas cifras se refieren a pobreza relativa definida como el ingreso por hogar inferior a 50% de la mediana de ingreso a escala nacional. Véase http://www.unicef.org/mexico/unicef/noticias/inncoenti_ report_card_6.pdf (mayo de2006). 138 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 139 POLÍTICAS Y PROGRAMAS DE ASISTENCIA SOCIAL PARA LA SEGURIDAD ALIMENTARIA EN MÉXICO Durante el Gobierno del presidente Fox los datos sobre la pobreza indican que ésta habría disminuido, pero se mantenían aún en niveles en los que casi la mitad de los mexicanos seguía siendo pobre. A partir de entonces dejan de ser utilizados oficialmente los términos de pobreza absoluta, extrema o moderada, y son sustituidos por los de pobreza alimentaria, de capacidades y de patrimonio.17 La cantidad de personas que vivía bajo alguna de dichas categorías representaba en el año 2000, 53.7% de la población total, aunque en el 2002 disminuyó a 50.6% y en el 2004 pasó a 47.0% (cuadro 9). En términos absolutos esta tendencia a la baja significó que en el año 2000 se registraran 54 millones 5,694 individuos pobres; en el 2002,52 millones 138,222 y en el 2004,49 millones 514,423. Cuadro 9 Porcentajes de individuos en pobreza (2000-2004) 2000 Nacional Alimentaria Capacidades Patrimonio Rural Alimentaria Capacidades Patrimonio Urbano Alimentaria Capacidades Patrimonio 2002 2004 24,2 31,9 53,7 20,3 27,4 50,6 17,3 24,6 47,0 42,4 50,0 69,3 34,8 43,9 65,4 27,6 35,7 56,9 12,6 20,2 43,8 11,4 17,4 41,5 11,0 17,8 41,0 Fuente: Comité Técnico para la Medición de la Pobreza (2005). 17 De acuerdo con el Comité Técnico para la Medición de la Pobreza en México las diferencias entre estas clasificaciones son como sigue: la línea de pobreza alimentaria considera la proporción de los hogares cuyo ingreso por persona es menor al necesario para adquirir una canasta alimentaria destinada a satisfacer los requerimientos mínimos nutricionales. La línea de pobreza de capacidades, además de lo anterior, incluye la proporción del ingreso por persona para adquirir servicios educativos y de salud. Y finalmente, la línea de pobreza de patrimonio considera los ingresos para sustentar los gastos en vivienda, vestido, calzado y transporte. 139 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 140 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA Cabe señalar que dichos resultados se explican por el aumento del ingreso por persona en 6.9 puntos porcentuales, producto básicamente de las remesas que los mexicanos en el extranjero enviaron a nuestro país durante los últimos años; lo que en la actualidad ha llegado a significar la segunda fuente de ingresos después del petróleo. Aunado a lo anterior, el crecimiento poblacional mostró una tendencia a la baja, mientras que el PIB registró una tendencia positiva a la alza, apenas de 2%. Es decir, el incremento en el ingreso per cápita se explica también por la tendencia a la baja, menor que proporcional, del crecimiento demográfico y no por los altos niveles reales de crecimiento económico, lo que pone en entredicho que el bienestar de la población haya mejorado significativamente. Por el contrario, todo indica que las políticas de contención salarial han provocado un deterioro sin precedentes del poder adquisitivo del salario en los últimos años, lo cual ha profundizado la magnitud y el número de pobres en el país. Datos de la Encuesta Nacional de Ingreso y Gastos de los Hogares (Martínez y Villezca 2000) demuestran que la falta de recursos económicos es una de las causas de mayor importancia que impide a la población tener una dieta adecuada. En el año 2000 los hogares más pobres destinaban 56% de su gasto al consumo de alimentos, con lo cual cubrían 66% de las calorías y 60% de las proteínas; en cambio, los más ricos, con 20% del gasto, cubrían 95% de las calorías y 117% de las proteínas que se requieren. De acuerdo con datos del INEGI (2005), la distribución del ingreso entre los hogares mexicanos empeoró durante 2002-2004, periodo en el que 10% de la población más rica incrementó su participación en el ingreso nacional hasta 42% del total. En contraste, las clases medias, que representan 30%, tuvieron una pérdida de 1.3%. Por su parte, los sectores más pobres, que forman el 60% restante de la población, tuvieron un ligero retroceso de 0.1% del ingreso nacional. En adición, otro indicador del INEGI reveló que en el 2004 34% del gasto de las familias mexicanas se destinó a la compra de alimentos, mientras que dos años antes la proporción había sido de 30.7%. Para el caso de Sonora, investigaciones recientes (Dennis, 2003) revelan que la población en situación de pobreza representaba 52% de la población total en 1990, mientras que para 1998 ésta había aumentado a 72%. Por su parte, la población en situación de pobreza extrema en el mismo periodo pasó de 11.8% a 51.5%. Esto significa que más de la mitad de la población sonorense no tenía ingresos suficientes para satisfacer las necesidades alimenticias básicas. Estimaciones efectuadas por tipo de pobreza para el año 2000 (Camberos et al., 2005) indican que la pobreza alimentaria fue de 10.61%; por capacidades, 23.11% y patrimonial, 50.05%. Otras investigaciones (Torres, 2002), colocan a Sonora entre las entidades donde entre el 50% y 70% de su población perciben ingresos que no les permiten satisfacer una alimentación adecuada, lo que se explica por un aumento del índice de concentración del ingreso en la 140 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 141 POLÍTICAS Y PROGRAMAS DE ASISTENCIA SOCIAL PARA LA SEGURIDAD ALIMENTARIA EN MÉXICO población con mayores recursos económicos de aproximadamente 8%, entre 1984 y 2002.18 La inequitativa distribución del ingreso se ha traducido en diversos tipos de inseguridad alimentaria, entre las que se encuentra la prevalencia de enfermedades relacionadas con la opulencia, derivadas de consumos excesivos, como la obesidad y enfermedades relacionadas con la pobreza, propiciadas por consumos de alimentos insuficientes como la desnutrición. Se puede decir que la política económica del país ha fracasado desde la perspectiva de la distribución de la riqueza, pero también desde la óptica de la política social, que presenta una visión centralizada de asistencia a los pobres, con recursos limitados que no ha podido sostenerse en el tiempo y que tampoco han resuelto los problemas estructurales sustentados en el empleo y el ingreso (Torres, 2002). Algo similar ha ocurrido con la política agrícola y de comercialización de alimentos, cuyos resultados muestran una mayor dependencia del exterior, sobre todo de granos básicos, provocada por el incremento acelerado de la importación de estos productos y por la ineficiencia del aparato productivo nacional. Como es sabido, el sector agrícola mexicano entró en crisis a principios de los años setenta, luego del colapso del modelo económico estabilizador que agravó la caída de la rentabilidad del sector, intensificó la reducción de los recursos financieros canalizados a las actividades primarias y aceleró el crecimiento de la deuda hasta convertirlo en el más deteriorado de todos los sectores productivos. Posteriormente, en los ochenta, se sumó la privatización de los créditos y un proceso de reforma agraria que convirtió a los pequeños agricultores y campesinos en asalariados de sus propias tierras, mediante la comercialización y renta de terrenos a particulares y empresas privadas. Asimismo, la firma del TLC en 1994 y la consiguiente liberalización del sector agrícola, generaron una entrada masiva de alimentos baratos que socavaron la viabilidad de la agricultura y la economía campesina en los mercados locales. Todo ello generó la conformación de cadenas de producción agrícola de insumos y productos, concentrada en un limitado grupo de de corporaciones transnacionales que fijaron costos y precios, y fomentaron el abandono de la agricultura y la emigración de la población rural hacia las zonas urbanas y hacia el extranjero. Como consecuencia de lo anterior, 8.2 millones de mexicanos que trabajan en el campo viven en pobreza extrema, mientras que dos de cada tres personas son indigentes. En 1992, 35% de la población rural estaba en pobreza ali18 De acuerdo con fuentes periodísticas, según declaraciones del delegado en Sonora de la Secretaría de Desarrollo Social, únicamente 25.5% de la población sonorense es pobre, mientras que 12.5% se encuentra en situación de pobreza extrema, así como de capacidades y patrimonio; lo que coloca a la entidad en el octavo lugar con menos pobreza de México (El Imparcial, 10/5/2007). 141 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 142 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA mentaria y para el 2004 pasó a 52.4% (CIEPAC, 2005). Se calcula que actualmente, 500 mil mexicanos migran cada año hacia los centros urbanos y a los Estados Unidos buscando empleos (NFFC, 2003). Todo parece indicar que el campo y la producción agrícola han dejado de tener importancia estratégica para el Estado mexicano. El balance de las políticas agrícolas y de comercialización registra una mayor dependencia de alimentos básicos del exterior, cuyas importaciones llegaron a ascender en el 2003, a 40% de los granos y oleaginosas que se consumen en México: 95% de soya, 58.5% de arroz y 49% de trigo. En ese mismo año, como parte de los acuerdos del TLC, se desgravaron por completo todas las importaciones agroalimentarias procedentes de Canadá y Estados Unidos, con excepción del frijol, el maíz y la leche en polvo (Juárez, 2003). El comportamiento de los cuatro principales alimentos que componen la canasta básica, como son el maíz, frijol, arroz y trigo, muestra que la producción nacional de éstos ha venido disminuyendo y las compras al exterior han ido aumentado. Asimismo, su consumo per cápita indica una disminución, mientras que el incremento porcentual de los precios al consumidor registra una tendencia por encima de la variación porcentual del salario real (cuadros 10, 11, 12 y 13). Cuadro 10 México: producción nacional de granos básicos (miles de toneladas) Año Maíz Frijol Arroz Trigo Sorgo 1994 18,236 1,364 374 4,151 3,701 2000 17,191 876 351 3,476 5,842 2004 21,686 1,163 279 2,321 7,004 Var. % 94-00 -5.7 -35.8 -6.1 -16.3 57.8 Var. % 00-04 26.1 32.8 -20.5 -33.2 19.9 Fuente: Anuarios Estadísticos de los Estados Unidos Mexicanos, ediciones 2002 y 2005. 142 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 143 POLÍTICAS Y PROGRAMAS DE ASISTENCIA SOCIAL PARA LA SEGURIDAD ALIMENTARIA EN MÉXICO Cuadro 11 México: importaciones de granos básicos (miles de toneladas) Año Maíz Frijol Trigo 1994 2,200.000 50.000 1,400.000 2000 5,330.287 0.005 2,794.421 2004 6,519.891 0.004 3,585.471 Var. % 94-00 142.286 -99.990 99.601 Var. % 00-04 22.318 -27.280 28.308 Fuente: Juárez, 2001, y Anuarios Estadísticos de Comercio Exterior, ediciones 2001 y 2005. La variación porcentual es elaboración propia. Cuadro 12 México: consumo per cápita (kilogramos) Año 1994 Maíz Frijol 254* Arroz 15 Trigo 15* 77** 2001 238 11 11 58 Var. % -6.3 -26.7 -26.7 -24.7 Fuente: Juárez (2001). * Datos de 1996. ** Datos de 1985. Cuadro 13 México: porcentaje del incremento de precios al consumidor y variación porcentual del salario real Año 1994 2001 Maíz (kilo de tortilla) Trigo (pan blanco) 407.23 Arroz (envasa Variación % do por kilo) del salario real 344 Fuente: elaboración propia con datos de Juárez (2001). 143 187.6 164.2 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 144 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA En términos generales, durante el periodo 1992-2004, tanto la importación de granos básicos como de alimentos industrializados a nivel nacional se incrementó en 256.8%. El cuadro 14 muestra el déficit comercial del sector alimentario en México, como resultado de un aumento de las importaciones por encima las exportaciones. Cuadro 14 México: balanza comercial total del sector alimentario, 1992-2004 (miles de millones de dólares) 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 Importación de alimentos 3.3 3.3 4.0 2.6 3.1 3.6 4.0 4.2 5.0 5.9 6.3 7.0 8.0 Exportación de 1.4 1.6 1.9 2.5 2.9 3.3 3.5 3.8 4.1 4.2 4.4 4.6 5.2 alimentos Balanza comercial -2.0 -1.8 -2.1 -0.1 -0.2 -0.3 -0.4 -0.3 -0.9 -1.7 -1.9 -2.4 -2.8 de alimentos Fuente: elaborado a partir de datos del INEGI. El sector alimentario en México, ediciones 1997, 2000 y 2005. En el caso de Sonora, pese a ser considerado tradicionalmente un estado productor de alimentos, las tendencias observadas durante la década pasada registran saldos deficitarios; aunque a partir del año 2003 hay una recuperación favorable a las exportaciones (cuadro 15). Cuadro 15 Sonora: balanza comercial, 1992-2004 (dólares) Año Exportaciones Importaciones Saldo 1992 15,744,111 63,043,385 -47,299,274 1996 92,822,969 110,038,442 -17,215,473 2003-2004* 476,031,576 265,974,982 210,056,594 Fuente: CIAD, 1996 y Secretaría de Economía, 2004. * Los datos del año 2004 son hasta el mes de mayo. Las cifras anteriores no dejan lugar a dudas de que el país ha empezado a perfilarse como un importante consumidor de alimentos importados, lo que ha provocado que alcance ya el tercer lugar como mercado para las exportaciones agrícolas esta144 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 145 POLÍTICAS Y PROGRAMAS DE ASISTENCIA SOCIAL PARA LA SEGURIDAD ALIMENTARIA EN MÉXICO dounidenses (Torres, 2003). La integración subordinada del sector agropecuario a la dinámica del mercado global ha colocado a México en riesgo latente de inseguridad alimentaria. Amplios sectores de la población, tanto del campo como de la ciudad, se han visto limitados para acceder a los mínimos requerimientos nutricionales, al dejar de lado productos de primera importancia nutricional o consumir aquéllos cuyas posibilidades de gasto no garantizan una dieta adecuada. Datos sobre la desnutrición en México, indican que entre 1990 y 2002 ésta se mantuvo alrededor de 5% en promedio, con una tasa de crecimiento muy similar a la de la población, lo que significa que al inicio del presente siglo existían poco más de cinco millones de mexicanos con problemas de desnutrición (FAO, 2004) (cuadro 16 ). Así, hemos podido observar cómo es que las políticas económicas implementadas a principios de la década de los ochenta, al tiempo que promovían la seguridad alimentaria tuvieron como objetivo contener el salario y realizar una reconversión industrial y agrícola con el objeto de profundizar la liberalización económica, lo que implicó que los flujos comerciales tuvieran como principal destino al mercado extranjero en detrimento de la producción interna y del abastecimiento de los consumidores nacionales. El modelo de apertura comercial y de reconversión exportadora ha actuado en contra de la seguridad alimentaria perfilando una clara tendencia de inseguridad alimentaria. Los resultados indican un aumento en las condiciones de pobreza alimentaria asociada a una pérdida del poder adquisitivo, y una mayor dependencia de alimentos del exterior provocada por el incremento acelerado de las importaciones, así como la ineficiencia del aparato productivo nacional. Conclusiones Las trayectorias sexenales y el escenario local-estatal de las políticas de asistencia social y seguridad alimentaria, tal como se conciben y se instrumentan desde los círculos oficiales y de gobierno, lucen poco prometedoras a la luz de los resultados observados. A sus escasos logros se le puede atribuir diversas razones que tienen que ver con fallas técnicas de coordinación y planeación estratégica institucional y cálculos erróneos desfasados de los contextos locales. Asimismo, involucra causas que se relacionan con un manejo clientelar de parte de las instituciones gubernamentales y de los partidos políticos que ven en la manipulación de los programas sociales un ejercicio del poder para satisfacer intereses de grupo. Pero sobre todo, tiene que ver con explicaciones que derivan de una concepción teórico conceptual de la seguridad alimentaria cuyos propósitos resultan incongruentes con el enfoque neoliberal dominante; esto 145 México: disponibilidad de alimentos, diversificación de la dieta, mortalidad infantil y estado nutricional Categoría de prevalencia de la subnutrición Periodo Total Diversificación de la dieta (Proporción de alimentos no amiláceos sobre el SEA total) 1990-1992 1990-1992 2000-2002 Kcal / día / persona 3,100 2002 1990 Por cada mil nacimientos vivos % 52 1990 Estado nutricional de los niños (Menores de cinco años con insuficiencia ponderal 53 46 29 2002 Subnutrición (Personas subnutridas sobre el total de la población) 1990-1992 % 14 2000-2002 % 8 5 5 12:06 PM Fuente: FAO (2004). 3,160 2000-2002 Mortalidad infantil (tasa de mortalidad de menores de cinco años) 9/5/2008 Unidad Distribución de alimentos (Suministro de energía alimentaria -SEA-) Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp Cuadro 16 Page 146 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 147 POLÍTICAS Y PROGRAMAS DE ASISTENCIA SOCIAL PARA LA SEGURIDAD ALIMENTARIA EN MÉXICO es, con una visión positivista que atribuye a los principios del libre mercado y el adelgazamiento del Estado la única vía posible para resolver los problemas alimentarios. Los programas Oportunidades, Solidaridad, Pronasol y Progresa implementados en los últimos sexenios no han contribuido a modificar de fondo el problema de la pobreza y la alimentación. Ciertamente, los recursos otorgados han permitido a las familias disponer de un ingreso adicional como complemento a sus necesidades mínimas de reproducción, pero sin tocar aspectos medulares que están determinando las condiciones precarias de vida. La situación resulta todavía peor entre las comunidades campesinas más pobres del país, por lo que algunos analistas (Barkin, 2005) se han pronunciado a favor de una política urgente de autosuficiencia alimentaria como un "prerrequisito esencial" para el bienestar físico de dichas comunidades. Para otros, esto significa, cambiar el carácter asistencialista de los programas sociales para convertirlos en una herramienta de transformación social (Cabrera, 2007). Sin embargo, modificar la concepción de las políticas sociales para evitar que los programas dirigidos a la alimentación y contra la pobreza sigan siendo instrumentos políticos de los gobiernos y paliativos de contención de inconformidades sociales, implica virar hacia nuevas latitudes para dar cabida a otras interpretaciones de la realidad mexicana, que permitan tejer consensos encaminados a resolver, efectivamente, el problema de la seguridad alimentaria. Esto conlleva la necesidad de rediscutir dicho problema como parte de un propósito más amplio de soberanía y seguridad nacional, con sus vínculos obligados con el fenómeno de la globalización, la ecología, el medio ambiente, la sustentabilidad y los contextos locales. También involucra un debate nacional sobre el tema de la agricultura y la pobreza rural, sin dejar de atender las tradiciones productivas y de consumo locales, el control territorial, la autonomía, la autosuficiencia, la preservación de los recursos naturales, la reorganización del comercio interno de alimentos, la salud y la paz social. Quizá el problema de fondo es que la seguridad alimentaria, tal como ha sido concebida por los gobiernos neoliberales, si bien establece el derecho a la alimentación en cantidades suficientes y nutritivas, no dice nada acerca del origen de los alimentos, ni quién los produce y bajo qué condiciones. Ello da pie a que los exportadores de alimentos que controlan el comercio mundial argumenten que la mejor manera de que los países pobres logren la seguridad alimentaria es importando alimentos baratos. Se trata de un concepto en el cual los campesinos no tienen cabida, ya que las empresas transnacionales con la ayuda de los gobiernos neoliberales controlan la cadena alimentaria desde la producción de alimentos hasta su venta, pasando por el procesamiento y su distribución. Sin embargo, como señala GRAIN (2007: 2) "la seguridad alimenta- 147 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 148 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA ria, entendida de esa forma, tan sólo contribuye a crear más pobreza, marginación y hambre". Redefinir el concepto de seguridad alimentaria con base en el de soberanía, implica modificar sustancialmente el sistema alimentario a nivel mundial, es una precondición para una seguridad alimentaria genuina, es entender la alimentación en términos de la declaración de Roma, del Foro ONG/OSC para la Soberanía Alimentaria de junio de 2002 (cit., en GRAIN, 2007: 1), como: …el derecho de los pueblos comunidades y países a definir sus propias políticas agrícolas, pastoriles, laborales, de pesca, alimentarias y agrarias que sean ecológica, social, económica y culturalmente apropiadas a sus circunstancias exclusivas. Esto incluye el derecho real a la alimentación y a la producción de alimentos, lo que significa que todos los pueblos tienen el derecho de tener alimentos y recursos para la producción de alimentos seguros, nutritivos y culturalmente apropiados, así como la capacidad de mantenerse a sí mismos y a sus sociedades. Ciertamente, aunque estas recomendaciones pueden no ser suficientes, para el estado de Sonora donde las políticas alimentarias no van más allá de la normatividad nacional, su instrumentación podría representar avances significativos. De cualquier manera, una agenda de discusión y análisis debe permanecer abierta, toda vez que la seguridad alimentaria constituye una preocupación pública central. Como bien señala Jmdesfihes (2006:1) "nuestro camino es reconocer que la sustentabilidad de la vida humana, en la cual la alimentación es una parte fundamental, debe estar en el centro de la economía y de la organización de la sociedad". 148 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 149 POLÍTICAS Y PROGRAMAS DE ASISTENCIA SOCIAL PARA LA SEGURIDAD ALIMENTARIA EN MÉXICO Bibliografía Banco Mundial (2005) Informe del Banco Mundial, Comité para la medición de la pobreza. Barkin, D. (2005) "Las nuevas ruralidades. 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Así, me he interesado en las prácticas alimenticias socioculturales y su representación social en el ámbito familiar, encarando los alimentos como símbolos. Sin subestimar ni desechar E Universidad Autónoma Chapingo, Campus Morelia. Correo electrónico: crmorelia@hotmail.com 1 Agradezco al M.C. Juan Pulido Secundino su apoyo en la traducción y transcripción del purhépecha al español en dos sesiones de grupo, y al Dr. Luis Esparza Serra, su comprometido apoyo en las fases de planeación y realización del trabajo de campo en las comunidades rurales. * 153 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 154 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA los aportes de otras disciplinas,2 creo que sigue siendo fundamental reconocer las formas ordinarias en que la población ordena, interpreta y decide en cuanto a la oferta y demanda de alimentos. En este tema no se ha dado una cobertura específica y suficiente a las capacidades humanas de conocer los productos alimenticios según los riesgos percibidos por el individuo y su familia. Con estudios como el que inicié en el año 2002, sobre la apropiación subjetiva de los problemas alimenticios entre la población susceptible de éstos, en el campo y en la ciudad, y de minoría étnica, es posible contribuir a un mayor entendimiento de los significados de la seguridad y el riesgo alimentarios en nuestro país, tanto por parte de los organismos públicos, como de núcleos académicos y grupos sociales organizados. La seguridad alimentaria en México A fin de enmarcar en forma apropiada los resultados del estudio, repasaré brevemente algunos antecedentes y el panorama actual -urbano y rural- de la seguridad alimentaria en el país. Por la orientación de los estudios publicados y por su impacto social y político, en México, la atención principal se ha concedido a los aspectos más convencionales -y cuantitativos- de la seguridad alimentaria (food security) y es incipiente el interés por las cuestiones novedosas -y cualitativas- de ella (food safety).3 Tras el agotamiento de una larga etapa de crecimiento económico -desarrollo estabilizador- en los últimos treinta y cinco años México vivió periodos alternados de crecimiento, crisis y estancamiento económico, los cuales han significado para la población nacional diversos procesos de transformación de la alimentación cotidiana. En el medio rural, las encuestas levantadas entre 1974 y 1989 por el Instituto Nacional de Nutrición Salvador Zubirán (INNSZ) registraron una tendencia histórica entre la población mexicana hacia el abandono de los patrones alimentarios caracterizados por especialistas del área médica como pobres y monótonos, y del paso de las familias campesinas desde una situación básica de autoconsumo a una integración rápida al sistema comercial y una diversificación de la alimentación imitando al modelo estaEn forma muy reciente han aparecido en México resultados de investigación de tales perspectivas. Por una parte, el trabajo conjunto (en versión de disco compacto) de J. Antonio Roldán et al. Cambios en la situación nutricional de México (1990-2000). Índice de riesgo nutricional por municipio, Ed. SLAN/INCMNSZ, 2003, y por otra, el libro coordinado por Felipe Torres (2003). En ambas publicaciones, sobresale una visión territorial de la seguridad alimentaria, y las variables médicas y económicas de la seguridad alimentaria. 3 Véase en el siguiente apartado o inciso la definición del concepto de seguridad alimentaria. 2 154 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 155 EN LAS FRONTERAS DE LA SEGURIDAD ALIMENTARIA dounidense, basado en productos industrializados y de origen animal (Torres y Trápaga, 2001: 226). A su vez, el medio urbano, basándose en las encuestas entre obreros del Distrito Federal (D. F., la capital del país), presentó cambios notorios y rápidos en sus patrones de consumo: los alimentos de origen animal se convirtieron en la fuente principal de proteína y el alza en los productos industrializados refinados redujo el aporte de fibra digestiva, ocasionando un desperdicio proteico y un encarecimiento de la alimentación (Torres, 1997: 190). Además, una comparación del estado nutricional de la población del D.F. entre 1943 y 2002, señaló un deterioro del mismo, debido al moderno sedentarismo y al mayor consumo de los alimentos industrializados y de carnes, grasas y azúcares, lo cual generó una extendida problemática de salud pública: sobrepeso, obesidad, diabetes e hipertensión arterial (Casanueva y Pfeffer, 2003: 220). Cabe advertir que ese aumento sustancial en el consumo de los alimentos de origen animal y de los productos industrializados fue mucho más que una simple adaptación de la población mexicana a factores económicos y sociales -tales como el desarrollo de nueva oferta alimentaria en el mercado interno, la transformación de la familia y el papel de la mujer en el ámbito laboral, ampliación y modernización del abasto, etc.también contaron las "batallas" culturales en torno a esas clases de alimentos. Desde la época de la conquista y el prolongado dominio español, los alimentos autóctonos (como maíz, frijol y verduras) habían caído en la clasificación jerárquica de la alimentación, desplazados por los hispanos (res, lácteos, gallinas y trigo), quienes se ostentaron como importantes y signos de riqueza (Pérez, 1997). En el siglo XX, la precaria posición cultural de la dieta de origen prehispánico y prevaleciente en el campo y entre las capas populares urbanas, empeoró aún más cuando las instituciones públicas de salud impulsaron por muchas décadas un ideal de dieta fundado en los alimentos de origen animal, lo que corresponde más al modelo estadounidense que a la herencia mesoamericana en la cultura mexicana.4 A esto habría que sumar la influencia publicitaria de los medios masivos de comunicación en la incorporación de nuevos alimentos industrializados a los gustos populares.5 "Los nutriólogos debemos asumir la parte de responsabilidad que nos toca, por muchos años se enseñó a la población que comer bien bien, era comer carne, leche y huevo […] Estas y otras estrategias ayudaron a prestigiarlos y considerar su consumo como un indicador de estatus. Lo contrario sucedió con las leguminosas que fueron vistas como un alimento de 'pobres'" (Casanueva y Pfeffer, 2003). Obviamente no hubo un enfoque adecuado al consumo masivo de quelites y otros alimentos autóctonos. 5 "El impacto que la publicidad tiene en los patrones alimentarios puede observarse en los resultados de un estudio realizado por el Instituto Nacional de la Nutrición, en el que se detectó que las amas de casa con frecuencia están expuestas ya sea a la radio, a las revistas y a la televisión […] las hicieron más vulnerables a la aceptación de los mensajes transmitidos…" (Aguirre y otros, 1986). 4 155 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 156 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA ¿Cuándo comienza en México la preocupación oficial por la seguridad alimentaria? Fue hace poco más de tres décadas cuando el país entró en una fase de "fuerte dependencia externa, después de un largo periodo de auge que aseguró la autosuficiencia y hasta permitió la generación de excedentes exportables" (Torres, 2003). Por algo el dicho popular de que "nadie aprecia el bien que tiene hasta que lo ve perdido". Sin embargo, al contrario de Brasil, con el que tenemos similitudes en cuanto a los problemas de seguridad alimentaria, no existen en México políticas sociales explícitas y/o parámetros directivos hacia la atención de ese problema (Gasca, 2003). Solamente encontramos políticas focalizadas de combate a la pobreza y una amplia gama de programas tendientes a mejorar la producción agropecuaria, la alimentación y la nutrición. Específicamente, es en los años ochenta que cobran auge las acciones gubernamentales en pro de la alimentación, caso del PRONAL (Programa Nacional de Alimentación),6 y es hasta fines de los noventa que se articulan diversos programas públicos para atender a la creciente población mexicana en extrema pobreza, tanto en el campo como en la ciudad. Todo ello, sin que los programas de asistencia social hayan sido capaces de revertir la pobreza en aumento, ni el creciente deterioro nutricional. Como señala Torres (2003), de 1990 al 2000 se agravó la inseguridad alimentaria, ya que mientras al inicio de esa década sólo 32% de la población nacional se ubicaba en algún grado de inseguridad, al final de ella el problema alcanzaba ya a 45% de los mexicanos, casi la mitad de la población total, al mismo tiempo que el riesgo alimentario dejó de ser un rasgo exclusivo del medio rural para cobrar carta de naturalización en el medio urbano, particularmente en las principales ciudades y grandes urbes del país, en acelerado proceso de pauperización. Así, el deterioro en México de la seguridad alimentaria se ha convertido ya en un serio problema de seguridad nacional, por el alto riesgo social prevaleciente y su potencial como detonante de una crisis de gobernabilidad, como ocurrió recientemente en Argentina. Los 46.8 millones de habitantes que no alcanzaban en el 2000 a cubrir el mínimo alimentario recomendable, se distribuye en 26.8 millones en las ciudades y 20 miCabe mencionar al Sistema Alimentario Mexicano (SAM), vigente entre 1979 y 1982, programa que pretendía aprovechar la cuantiosa renta petrolera mexicana de aquel entonces para recuperar la autosuficiencia alimentaria, sin dejar de buscar una posición exportadora competitiva en el mercado mundial de alimentos. Posteriormente, durante los años ochenta, en el marco del PRONAL se reencauzaron distintos subsidios hacia la alimentación. En 1997 ocurrió el cambio más reciente y significativo en la política social relativa a la alimentación, con la creación del Programa de Educación, Salud y Alimentación (PROGRESA), que dirigido a la población en pobreza extrema llegó a atender a poco más de dos millones de familias, cifra importante aunque menor a los cuatro millones de hogares de su población objetivo (Gasca, 2003). Desde el año 2000, el nuevo gobierno panista rebautizó este programa con el nombre de OPORTUNIDADES, y amplió su cobertura hasta alcanzar casi la totalidad de la población objetivo. 6 156 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 157 EN LAS FRONTERAS DE LA SEGURIDAD ALIMENTARIA llones en las zonas rurales. Pero estas cifras no deben llevarnos a suponer la "urbanización" del problema alimentario mexicano, sino en un veloz proceso de pauperización que ya impactó a toda la geografía social mexicana. Resulta indudable que en las ciudades se localiza un mayor número de personas en inseguridad alimentaria, pero en el campo ¡esos veinte millones de habitantes en riesgo alimentario constituyen nada menos que 80% de la población rural! El panorama anterior es parte de un contexto institucional y social donde la seguridad alimentaria se ha enfocado de manera más o menos convencional y tradicional, con las referencias clásicas a la pobreza y al hambre crónica o recurrente. En el siguiente apartado expondremos otra manera de abordar la cuestión, misma que he utilizado para mis estudios recientes en el tema. Algunas nociones básicas sobre seguridad alimentaria La noción de seguridad alimentaria puede asumir diversos contenidos relacionados con problemas específicos de inseguridad alimentaria. Así, coincido con la idea que de se pueden identificar (Rangel, 2002) al menos cuatro dimensiones distintas para la noción de seguridad alimentaria. De modo grueso, las dos primeras se vinculan con temas referidos a la expresión: food security, en tanto que las demás se insertan en el ámbito de otro término en inglés: food safety: a) la garantía de producción y de oferta agrícola, que está relacionada con el problema de la escasez de producción e insuficiente abasto de alimentos; b) la garantía de derecho de acceso a los alimentos, que está enlazada a la distribución desigual de alimentos en las economías de mercado (el problema de la demanda efectiva o con respaldo monetario); c) la garantía de calidad sanitaria y nutricional de los alimentos, que se refiere a los problemas de baja calidad nutricional y de contaminación de los alimentos consumidos por la población; y d) la garantía de conservación y control de la base genética del sistema agroalimentario, que se relaciona tanto con la conservación como con el monopolio sobre la base genética del sistema agroalimentario. El uso social -colectivo- de los distintos contenidos de la noción de seguridad alimentaria varía de acuerdo con el contexto (Esparza, 2002). Así, en los países desarrollados, casi todos ellos autosuficientes en alimentos, se tiende a utilizar esa noción en 157 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 158 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA un sentido cualitativo, el de la inocuidad de los alimentos, en particular, de los importados. En las sociedades europeas contemporáneas se ha resuelto el problema de producción y abasto de alimentos mediante una política agraria común (PAC) establecida desde los años sesenta del siglo pasado, cuyo sostenimiento ha requerido la mayor parte del presupuesto comunitario; mientras tanto, los problemas de acceso a los alimentos por parte de la población han sido atendidos con las políticas propias del Estado del Bienestar (promoción del empleo, seguro de desempleo, sistemas de pensiones y servicios médicos, etc.). Aún así, se han presentado sucesivas "crisis alimentarias", como los episodios escandalosos referidos a las hormonas de crecimiento animal, la Coca Cola y el mal de las "vacas locas", mismos que han estado enlazados básicamente a la dimensión de la inocuidad alimentaria (todo en términos de food safety: garantía de calidad sanitaria, higiénica y bacteriológica de los productos y fiabilidad en los controles que deben asegurarla). En los círculos oficiales internacionales (p.e. FAO y las cumbres mundiales sobre alimentación), el entendimiento de la seguridad alimentaria, según Esparza (2002) no ha incluido dos graves problemas alimentarios del Sur: 1) importaciones de productos de criticable calidad (por su contenido de substancias químicas y de material transgénico7), que proceden del Norte, y 2) la desnutrición que ocasiona la difusión masiva de la "comida chatarra" producida por las empresas transnacionales de alimentos. Si se pretende mirar de modo justo la problemática alimentaria del mundo atrasado, la noción de seguridad alimentaria debe incluir tanto aspectos cuantitativos como cualitativos. Entre los países atrasados del Sur se observan problemáticas muy distintas de las prevalecientes en el Norte desarrollado.8 México es un caso ejemplar donde coexisten distintos problemas: una producción nacional insuficiente, un abasto muy desigual a lo largo del territorio, las dificultades del acceso por falta de ingreso suficiente, baja calidad nutricional y sanitaria y amenazas a sus recursos genéticos agroalimentarios. 7 En México, la Ley Federal de Sanidad Vegetal define como material transgénico a los "Genotipos Modificados Artificialmente que, debido a sus características de multiplicación y permanencia en el ambiente, tienen capacidad para transferir a otro organismo genes recombinantes con potencial de presentar efectos previsibles o inesperados". Es importante no confundir los productos transgénicos con todo tipo de Organismo Genéticamente Modificado, ya que puede haber OGM no transgénicos, que no portan un transgén o gen foráneo, y cuya manipulación consistió en inhibición, supresión o bloqueo de la expresión de un gen de su propio genoma (p.e. el jitomate de maduración retardada). 8 Un caso atípico dentro del Sur sería Argentina, donde el flagelo del hambre que estuvo detrás de la caída de varios gobiernos en los comienzos del siglo XXI, reveló la paradoja de una producción nacional de alimentos excedentaria y con destino exportador, al mismo tiempo que amplias masas en desempleo y sin asistencia pública carecían de la más elemental capacidad adquisitiva. 158 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 159 EN LAS FRONTERAS DE LA SEGURIDAD ALIMENTARIA Por su parte, Brasil presenta una situación similar a la de México: mientras que en el nordeste el campesinado padece en forma crónica de sequía, cosechas insuficientes y hambre, en las grandes urbes (Río o Sao Paulo) cunde el problema del desempleo, insuficientes ingresos y también las dietas nutricionalmente desequilibradas, en tanto que a nivel de los recursos genéticos los años noventa fueron el escenario de un intenso debate en torno a la propiedad intelectual, lo que culminó con el reconocimiento a nivel federal de tales derechos sobre biotecnologías y semillas, y la prohibición en el estado de Río Grande del Sur del cultivo transgénico de soya, que se introdujo ilegalmente desde Argentina (Rangel, 2002). Se puede afirmar que la apropiación subjetiva de la seguridad alimentaria por parte de la población varía de modo sustancial en función de las características del sistema alimentario y del tipo de sociedad y estado prevaleciente. Un buen ejemplo es el caso español (Cáceres y Espeitx, 2002), donde los riesgos asociados a la alimentación se ordenan en tres bloques, mismos que nos remiten al ámbito del food safety: los relacionados con formas de consumo (dieta "correcta" o "incorrecta"), con las formas de producción ("contaminación química" sistemática y alimentos "transgénicos") y los riesgos sanitarios (amenazas a la salud por la transmisión de enfermedades y toxinfecciones alimentarias). En el estudio de Cáceres y Espeitx, se empleó la técnica de grupo de discusión en el examen de la percepción de los riesgos alimenticios con resultados muy ilustrativos. En el apartado siguiente, expondremos nuestra propia manera de emplear dicha técnica para el caso específico que nos ocupa. Metodología La técnica de investigación empleada por mí en el caso expuesto es el grupo de discusión o grupo de enfoque con mujeres responsables de la elaboración de los alimentos en sus familias (en un párrafo más adelante expondré las características que a mi juicio debe reunir este recurso técnico de investigación). Las sesiones de grupo fueron cuatro en total: dos efectuadas en las comunidades michoacanas de Ocumicho y Comachuén, con mujeres purhépechas de dos grupos de edad (maduras y jóvenes); y las restantes se hicieron en sendas colonias marginales del sur de Morelia (El Durazno y Colinas del Sur), entre mujeres con la misma variación de grupos de edad. La aplicación de la técnica implicó tres etapas operativas. En la primera, de preproducción, definimos el campo semántico, enumeramos los tópicos globales, redactamos los "detonadores", reclutamos a las participantes (búsqueda de los "pares" o iguales mediante las redes sociales de trabajo), y realizamos la prueba piloto. Esta última fue muy 159 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 160 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA importante pues permitió reformular el campo semántico y sobre todo afinar los detonadores o frases para invitar a hablar al grupo, así como probar las condiciones más óptimas de número de participantes, horas y lugares de reunión, etc. En la segunda etapa operativa, la de producción, se efectuaron las cuatro sesiones entre los meses de septiembre y diciembre del 2003, con una duración variable de una hora a dos horas. Las sesiones de colonias marginales se realizaron en espacios ad-hoc (locales del Centro Integral de la Mujer de cada una); se reunieron seis y cuatro mujeres en cada evento. A su vez, en las localidades rurales purhépechas la disponibilidad de espacios fue menor, por lo que se debió sesionar en el patio de una casa-habitación y en el corredor del atrio de una iglesia. Asistieron en cada ocasión seis y ocho mujeres. En la etapa de posproducción, se hizo un fuerte trabajo que inició con la transcripción de las sesiones. En las dos sesiones con mujeres purhépechas conté con el apoyo de un traductor, mientras que el resto las realicé yo mismo. Se releyó detenidamente para captar las inflexiones de la voz, las risas y silencios, y en particular, los enunciados o juicios referidos a los tópicos de seguridad y riesgo alimenticio. A continuación, elaboré una serie de esquemas o mapas donde se reflejan y ordenan las ideas, actitudes, valores, afectos, etc., vertidos en cada una de las sesiones. De igual modo, revisamos la producción discursiva atendiendo a la singularidad de cada una de las participantes, e identificamos algunos puntos de confluencia y de dispersión entre los cuatro grupos de discusión. A partir de aquí, y con apoyo de textos clave en el tema iniciamos el análisis final y la interpretación de resultados. Mi perspectiva de los grupos de discusión es la del análisis sociológico, donde el grupo (reunión efímera y ad hoc de personas) aborda los valores, normas, estereotipos, tópicos, creencias, actitudes, afectos, etc., en un diálogo libre y abierto a la posibilidad de divergencias y consensos entre los participantes, los cuales asisten como representantes de un estrato social, grupo étnico, grupo de edad y género, del cual recrean su discurso social básico en el breve lapso de una sesión. Esta técnica, surgida de la investigación del consumo en las sociedades europeas y estadounidense, recién la comenzamos a aplicar en México y particularmente con propósitos académicos. En su manejo me he inclinado por lo planteado por Chávez (2001), quien la ubica dentro de la tradición cualitativa y en un necesario ejercicio de reflexividad a la largo de la investigación. ¿Por qué elegí esta técnica para este tema? Reconociendo que la tecnología de investigación debe estar acorde con los objetivos de conocimiento de cada investigación, y considerando que nuestro interés se sitúa en la reflexividad social, entonces lo idóneo resulta aquello que atienda la relación sujeto/objeto en forma recí-proca; sin duda que este es el caso de los grupos de discusión y otras más. El grupo de discusión se halla a medio camino entre la encuesta y la investigaciónacción, posibilitando una mejor ubicación de los porqués en los comportamientos 160 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 161 EN LAS FRONTERAS DE LA SEGURIDAD ALIMENTARIA sociales, así como un mejor rastreo de la producción y reinterpretación de los discursos sociales. En suma, al inducir un flujo conversacional entre los participantes elegidos, la técnica facilita una producción metódica de discurso social, rico en representaciones sociales y plural en su configuración.9 Por tanto, los participantes en todas las sesiones de grupo fueron siempre mujeres con responsabilidad doméstica, esto es, que tuvieran hijos, pues de acuerdo a lo planteado por Ibáñez (1992) la sesión de grupo se enfoca como simulacro de un pedazo de la realidad social y el grupo se parece a la forma de consumo en las sociedades contemporáneas; esto implica una supuesta representación proporcional de los diversos segmentos de consumidores de la sociedad. Las urbanas: entre el apremio del tiempo y la gastroanomia En dos colonias marginales de Morelia, las mujeres participantes en el estudio se concentraron en los siguientes núcleos temáticos al dialogar sobre la alimentación en sus familias y en su contexto social inmediato. Entre ellos se cuentan los siguientes: contraste entre la alimentación actual y la de "antes", condición citadina, alimentos industrializados, carne y el rol del ama de casa. Mediante estos cinco temas las participantes pudieron volver visibles diferentes dimensiones de la seguridad alimentaria y de las amenazas a ella, lo mismo que de las distintas proporciones del riesgo, y de los momentos y espacios concretos en que se presentan ante sí mismas las situaciones relacionadas con todo eso. En el medio urbano, la transformación histórica de la alimentación, específicamente la evolución que se advierte entre las generaciones precedentes y las actuales, no se vive como un cambio favorable o positivo. En el contraste establecido entre la época presente y el pasado,10 se distinguen diversos saldos negativos para la seguridad alimentaria familiar. En el pasado se ubican una producción de alimentos "sin químicos", alimentación natural de plantas y animales, con menor presentación en lata, comida más nutritiva, con mayor sociabilidad, con producción de alimentos para el autoconsumo, que se producía de todo, con mayor participación de miembros de la Es conveniente que aún cuando hablamos de discurso social en singular, las representaciones que forman el entramado del mismo son siempre plurales y diversas y pueden ir en direcciones divergentes, incluso opuestas (Cáceres y Espeitx, 2002). Y creo que no podría ser de otra manera, ya que -como afirman estos autores- aún "en un mismo individuo coexisten lógicas [de consumo] diferentes, y todas ellas tienen sus manifestación en el mercado". 10 La alimentación del pasado se menciona como la alimentación "de antes" o "a la antigüita". 9 161 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 162 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA familia en la producción y preparación de la comida, y la incidencia de menores padecimientos entre la gente. En alto contraste, la alimentación actual, "de ahora", se distingue "a base de químicos", mecanizada, mayormente enlatada, sin propiedades nutricionales ("no nutre"), con poca sociabilidad, donde se consume "pura tecnología" y que incrementa las enfermedades y acelera el envejecimiento. En cuanto a la condición citadina, las mujeres urbanas advierten que el vivir en la ciudad genera limitaciones y aspectos negativos, tales como: estar lejos de la naturaleza, vivir de prisa y con más estrés y padecer dependencia e incertidumbre alimentaria. En este marco de ideas y actitudes, la experiencia urbana resulta a la postre ser una vida insalubre y con comida menos sabrosa. Vale la pena comentar que parece una gran omisión de las mujeres participantes, el hecho que no aprecien las ventajas que proporciona el vivir en una ciudad media (con más de medio millón de habitantes), con un sistema de abasto diversificado, que tiene un sistema de inspección sanitaria que está al tanto de rastros, tortillerías, etc. A su vez, los alimentos industrializados son vistos las más de las veces en forma negativa: como producción mecanizada y "con químicos", que encarecen la alimentación familiar, crean adicción (p.e. refresco), que desplaza la comida casera. También hay aspectos que se ponderan en forma positiva como: que resultan más prácticos en algunos casos específicos (p.e. bebés) y que resuelve el problema de las mamás con escasez de tiempo. El consumo de carne en la alimentación familiar es un tema generador de muchas vivencias, creencias, tensiones, emociones, actitudes y conflictos económicos y organizativos, entre otros. De la carne muchas mujeres creen y opinan que: contiene "muchos químicos", altera emocionalmente, reduce la sensibilidad y ocasiona enfermedades crónicas a largo plazo; pero a la vez otras mujeres afirman que: "saboriza" los alimentos, es motivación para que coman los hijos y está entre las prioridades de los hijos y el marido. También se observa que el consumo de carne genera problemas económicos, pues su demanda y precio desbalancea el presupuesto familiar, ocasiona desahorro, presiona en forma adicional el tiempo doméstico de la jefa de familia y genera sufrimiento en los hijos. Sin ninguna duda, la carne continúa siendo un alimento muy cargado de significaciones y fuente constante de vicisitudes domésticas. Finalmente, tenemos el tema del rol central del ama de casa en la alimentación familiar. Al respecto, las mujeres participantes resaltaron el trato que se debe dar en la mesa, lo que implica buscar la sociabilidad, ser flexible ante las preferencias individuales y la motivación para comer. También se mencionó lo trascendente que resulta el oficio culinario del ama de casa: el aprendizaje de sus saberes y destrezas, extender el recurso financiero, la desidia ante el esfuerzo apropiado, el conflicto con la suegra y el reto de resolver diariamente -en la cocina- la alimentación familiar. Otra dimen162 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 163 EN LAS FRONTERAS DE LA SEGURIDAD ALIMENTARIA sión, y no menor del aporte femenino, son las actitudes con que el ama de casa realiza sus labores culinarias: si lo hace con tranquilidad y asertividad, o con rutina, negligencia y prisa; de todo ello dependerá que la comida resulte rica y sana o lo contrario. Pero aún hay más, y se trata de los atributos materiales o cualidades objetivas que la comida debe reunir desde la visión femenina. A este respecto, se cree en muy diversos puntos: que en las familias pequeñas los niños pueden comer mejor, que la comida debe ser balanceada o equilibrada, que conviene una combinación de alimentos para los hijos, atender las preferencias individuales y la incorporación de nuevos alimentos más nutritivos (p.e. soya o ensaladas). A partir de los ejes de análisis que develan el discurso social y las prácticas culturales entre las mujeres participantes, considero importante y útil destacar los siguientes rasgos de la apropiación subjetiva de la seguridad alimentaria en el medio urbano: el apremio del tiempo en la actividad culinaria (a lo que contribuye la desigual participación de los cónyuges en la crianza de los hijos), la desconfianza ante los "químicos" de los alimentos y una leve tendencia al vegetarianismo. Hay consenso en la insuficiencia de tiempo para atender en forma apropiada la alimentación familiar, cuestión que se agrava según ellas mismas cuando la familia es numerosa.11 En esta nueva representación social sobre la familia, numerosa resulta la que tiene tres o cuatro hijos, lo que marca un fuerte contraste con el tamaño de familia que se consideraba grande en México hace sólo tres décadas, cuando comenzó la política nacional de control de natalidad. Cabe comentar que en la división del trabajo por géneros, en las mujeres mexicanas sigue recayendo el grueso del trabajo doméstico. Las concepciones y participación de los padres con sus hijos todavía no se modifican en una proporción similar en que las mujeres han adquirido mayores responsabilidades como generadoras del ingreso y promotoras del bienestar comunitario y familiar. Aún prevalece una gran asimetría en la participación de ambos sexos en el sostén del hogar. Así, un estudio reciente efectuado en tres ciudades mexicanas (López, 1996), nos reporta que las esposas dedicaban 42 horas a las labores caseras, mientras los hombres únicamente aportaban ¡siete horas! Pero esta situación no es 11 Algunos testimonios al respecto: "por ejemplo, yo en mi casa tengo cuatro hijos y no a todos les gusta la misma comida, o sea, aquí es el tema… porque a unos no les molesta la carne y a otros no…y ahí es donde no me alcanza a preparar el mismo día"; "pero como a veces lleva uno [de los hijos a la escuela] más pronto y otro más tarde, luego no le alcanza a uno el tiempo… y a veces no es que uno les quiera comprar en la tienda, sino es que no alcanza pues uno. Es más barato que prepare uno en la casa, pero a veces apenas sale uno y apenas va llegando, cuando van silbando [el timbre escolar]"; "a veces es como la una [de la tarde] y no sabemos qué…a veces todavía no se levanta una de la mesa, de comer o de almorzar y ya está uno pensando qué va a hacer de comer, o sea, sí es preocupante…". 163 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 164 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA exclusiva de México (aunque esto no sirva de ningún consuelo a las mujeres mexicanas), pues se ha dicho que en otros países del mundo subdesarrollado, y aún en el desarrollado, las mujeres mantienen la responsabilidad tradicional en la ejecución del trabajo doméstico, lográndose muy poco en cuanto a un aumento de la participación masculina; los hombres consideran su aporte en ese terreno como "ayuda" o "colaboración", y eso cuando cuentan con tiempo libre o en caso de enfermedad de su cónyuge (García y Oliveira, 1994). Esta distribución inequitativa de las responsabilidades y esfuerzos hace mella especialmente cuando las mujeres se encuentran en la fase de crianza de sus hijos pequeños, la que es un lapso vulnerable de su existencia en que incluso ellas llegan a soportar "golpes y cuernos" (González de la Rocha, 1986). Justamente en un grupo de mi investigación participaron varias mujeres con esos rasgos: jóvenes (entre 24 y 25 años), madres de familia con hijos chicos (en preescolar y primaria) y de bajos ingresos. Entre los consensos alcanzados entre las mujeres participantes destaca el que los hombres entregan el dinero para su administración por la mujer, desprendiéndose de toda responsabilidad adicional,12 pero reservándose el derecho de juzgar a la mujer, que entretanto "se hace (uno) bolas". Los otros dos rasgos, la desconfianza ante los "químicos" de los alimentos y una leve tendencia al vegetarianismo, son aspectos entendibles a la luz de contextos más amplios. Debido a los modernos métodos intensivos de producción agropecuaria, los alimentos contemporáneos se han teñido de un halo de suspicacia por los consumidores, y como lo señalaron las mujeres en este estudio, resultan "anormales", de peor calidad y hasta causantes de enfermedades.13 En un estudio español -mediante entrevistas a profundidad y grupos de discusión- sobre la percepción del riesgo alimentario (Cáceres y Espeitx, 2002), se indica que con frecuencia los consumidores manifiestan una mayor desconfianza y temor frente a las contaminaciones químicas que con relación a las alteraciones de orden biológico: "aparece a menudo, la consideración de que se está envenenando nuestra alimentación con productos químicos de todo tipo, y se citan frecuentemente los productos fitosanitarios y zootécnicos". Pero también es conveniente matizar que esta desconfianza genérica (que engloba frutas, verduras, 12 Algunos testimonios de ellas: "los hombres como quiera nada más dan el gasto y dicen ‘al rato vengo a comer’ y si te alcanzó bien y si no, pues ni modo", "el hombre nada más da el dinero y una tiene que pagar medicinas…y si me falta una cosa, tengo que pagar en la escuela… y llega el fin de semana y el hombre: '¿qué hiciste con el dinero? ¡No hiciste nada, no sirves para nada!' ". 13 Esto es expresión de la gastroanomia y el carácter de sociedad de riesgo de nuestra vida contemporánea. Cf. Oseguera, David (2004) "Comidas peligrosas: la percepción social de la (in)seguridad alimentaria" en Estudios sobre las culturas contemporáneas, época II, volumen X, número 19, Colima, Méx., pp. 31-51. 164 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 165 EN LAS FRONTERAS DE LA SEGURIDAD ALIMENTARIA carnes y productos industrializados), no elimina ni reduce el consumo de tales alimentos, generando una dieta o patrón de consumo radicalmente distinto del habitual, sino que incluso parece constituir un telón de fondo14 que parece activar algunas reacciones específicas, como la búsqueda de una dieta cuasi-vegetariana en algunas amas de casa, o el rechazo de productos específicos (sopa maruchan, coca cola, pollo). También se manifiesta entre las mujeres urbanas estudiadas una preocupación por los agentes infecciosos y tóxicos y la corrupción y el fraude de los comerciantes de alimentos, quienes estarían ofreciendo a los consumidores productos sin higiene ni frescura.15 En suma, alimentos que "ya no son buenos", y donde los residuos químicos resultan ineludibles. En las ciudades, y esto es una parte de la condición citadina, debido a la dependencia total del abasto externo -y deslocalizado en su mayoría- se sufre la gastroanomia (Fischler, 1979), esa situación donde con ansiedad y aprehensión se vive el consumo de alimentos, de los cuales se ignora casi por completo su origen y condiciones de su procesamiento y circulación comercial. Pero también en las ciudades se observa la influencia de personas y organizaciones que promueven el cambio de carne por verduras y granos, sin que medien razones monetarias como las manifestadas entre las mujeres del medio rural (lo que a mi juicio constituiría un vegetarianismo por necesidad, como lo veremos adelante), y es que el medio urbano es campo propicio para una consistente difusión de la ideología del naturismo o vegetarianismo. Los vegetarianos "por elección" suelen tener mayor escolaridad e ingresos, además de que pueden haber tenido experiencias de radicar fuera de su localidad (Oseguera, 2003; Piña, 1986). Y justamente mi estudio confirmó la manera en que las vegetarianas buscan influir en otras mujeres amas de casa para que cambien su régimen alimentario, bajo argumentos de que la carne es tóxica, que genera enfermedades crónico-degenerativas, que elimina la sensibilidad, etc. Sin embargo, el tránsito -por elección personal- a un nuevo régimen de alimentación no es un camino fácil, se interponen serias dificultades, tales como: un ambiente social carnivorista, baja valoración de los vegetales, poca información, falta de respaldo del cónyuge y los hijos, desajustes fisiológicos y un fuerte deseo (Oseguera, 2003). Entonces, un desenlace frecuente en quienes intentan cambiar al vegetarianismo es que regresan al régimen carnívoro, sólo que reduciendo su consumo El escándalo europeo de las vacas locas, el mexicano con la adición de clembuterol en la carne de res, y otros más, alimentan el imaginario de las mujeres amas de casa, fundamentando ese telón de fondo con tales indicios globales y nacionales. 15 En este sentido se podría hablar de clasismo en el abasto de alimentos a la población de las colonias populares, pues allí se ofertan productos de menos calidad que en las áreas de clase media o residenciales. 14 165 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 166 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA de carne (tanto en frecuencia, como en cantidad y en tipo de carne).16 De hecho, yo mismo he constatado en otra ciudad mexicana el surgimiento de representaciones alternativas a las hegemónicas en torno a la carne roja (Oseguera, 2003: 141 y ss.), como es lo acontecido entre personas de dos generación de colimenses (adultos y jóvenes). Y, finalmente, pero no menos importante, la falta de acceso a los alimentos por insuficiente ingreso familiar, no es un tema obsesivo entre las mujeres urbanas participantes en el estudio, pero sí un problema con presencia ocasional. Un testimonio: "también a veces no nos alcanza económicamente para lo que se requiere de comida, para que ellos coman lo que ellos quieren". Esto es, la falta de acceso no genera en apariencia una reducción de episodios de comida en el día, ni hambre absoluta, pero si deja deseos insatisfechos. Las rurales: entre la fortaleza de su cultura y sus desventajas económicas y socioculturales En las comunidades rurales de Ocumicho y Comachuén (de la región purhépecha michoacana) las mujeres dialogaron en torno a los siguientes temas relativos a la alimentación en sus familias y su contexto social inmediato: pobreza rural, racismo, saberes y habilidades, alimentación actual. Mediante estos cuatro temas, las participantes en los grupos de discusión pudieron volver visibles diferentes dimensiones de la seguridad alimentaria, lo mismo que de las distintas proporciones y clases de riesgos y de los momentos y espacios en que se observan fenómenos específicos de ambas facetas de la alimentación familiar y comunitaria. En las localidades rurales indígenas que elegí, la pobreza no se percibe como un principio causal simple, sino como el superfactor causal de las condiciones alimentarias. Esta pobreza rural se expresa de múltiples formas y puede mencionarse explícita (p.e. "pasamos muchas penurias") o implícitamente ("mi señor es campesino"). Las mujeres de la muestra del estudio observan que su condición de pobreza rural es transgeneracional ("siempre hemos vivido en la pobreza), que resulta paradójica (produciendo alimentos y careciendo de éstos), que les deja sin liquidez o capacidad 16 Por ello, se comprende que una de las señoras participantes en un grupo de discusión exponga así su decisión: "yo sí consumo la carne, pero en pequeñas cantidades. Y no tanto la consumo porque tiene muchos químicos, sino porque… a mi esposo le gusta mucho…y el olor la llama a uno y más cuando está uno cocinando". 166 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 167 EN LAS FRONTERAS DE LA SEGURIDAD ALIMENTARIA adquisitiva para una buena alimentación, que se atenúa por la providencia de Dios y los créditos que obtienen, pero que tiene causas concretas en un escaso valor del trabajo rural17 (que incluye las actividades artesanales, de cocina y producción agrícola y forestal), ante lo cual los jóvenes locales se ven obligados a emigrar. Asimismo, la pobreza les genera preocupaciones diarias por la subsistencia más elemental (el alimento), referidas por ejemplo a la compra de los alimentos básicos, motiva las preferencias por alimentos que sean más baratos que la carne, lo que les ocasiona sentimientos de vergüenza y alegría, y que entre los hijos haya deseos insatisfechos por el consumo de alimentos comercializados. Pero la pobreza también se traduce en elaboraciones identitarias negativas: que afectan a la condición étnica (purhépecha) por comer alimentos con poco prestigio social o por tener una sola comida al día, y que ven la relación entre hijos y comida como un destino providencial y no bajo control de las mismas mujeres y sus parejas. Un ejemplo de esto último es el siguiente aportado en Comachuén: "los que no tienen muchos [hijos] comen bien. ¿Qué le 'amos' a hacer si Dios así nos concedió?" El racismo es otro eje de análisis de la seguridad y el riesgo alimentario advertido y expuesto en un grupo de discusión (Comachuén). Al racismo las mujeres lo observan en la cadena del comercio, en la figura de los comerciantes foráneos, quienes distribuyen mercancía caducada, de baja calidad, sin una higiene mínima o que viene contaminada ("carnitas con grano"), la cual ocasiona riesgos de enfermedades o muerte y pérdidas económicas. Esas mercancías de riesgo alcanzan una amplia gama: desde los alimentos en fresco (frutas) hasta los industrializados (sardinas), e incluso comprenden alimentos cocinados y vendidos en la vía pública (chicharrones, carnitas, pescado frito). Este racismo es denunciado en forma explícita por las mujeres de la muestra -"como nos creen indígenas"- pero también se hace el reconocimiento de que la propia comunidad indígena no les pone un alto a dichos comerciantes abusivos, debido al miedo, sumisión y pasividad de los propios compradores locales. Con relación al supuesto racismo, conviene preguntarse lo siguiente: ¿Estamos ante un problema alimentario favorecido por las relaciones de dominación entre la sociedad mestiza mayor y el grupo purhépecha subordinado, o bien se trata de un fenómeno más en una sociedad que no tiene gobiernos que cumplan con funciones sanitarias básicas de protección a la ciudadanía? Sin considerar falsas las percepciones de las mujeres que dialogaron, encuentro datos que apuntan en ambas direcciones. Por Un estudio levantado en la comunidad indígena de Ocuituco, Morelia (México), observa coincidentemente con algunos rasgos del discurso social purhépecha aquí referido, que en el sentido común de los pobres ("visión de los excluidos") destaca la sensación de ser explotados, la sensación de incertidumbre y la sensación de estar colocado en el lugar más bajo de la jerarquía social (Castro, 2000). 17 167 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 168 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA una parte, en la misma ciudad de Morelia (capital del estado de Michoacán), las condiciones de higiene en que se sacrifica y distribuye la carne de res, cerdo y pollo son bastante precarias, sin que ello signifique un fenómeno de racismo, sino más bien de casi nula actuación de las autoridades sanitarias correspondientes.18 Y tal vez también se puede hablar de clasismo en el caso del abasto de alimentos en las colonias populares, donde existe la preocupación por el abasto de alimentos con poca higiene y calidad (como se manifestó en las sesiones de grupo). Por otra parte, he observado fenómenos parecidos a Comachuén en otras regiones de México, sujetas a condiciones étnicas y de aislamiento semejantes: como en la comunidad de Zautla, en la sierra norte de Puebla, donde los comerciantes foráneos acostumbraban - hacia finales de los años ochenta del siglo XX- vender el día de tianguis (oferta comercial de un día en la plaza pública) pollos de desecho, muertos prematuramente en las granjas avícolas, los que eran comprados sin mayores protestas por parte de los pobladores locales, según los maestros de la localidad. Quizás uno de los ejes de reflexión que a mí me parece más esperanzador de la apropiación subjetiva de la seguridad alimentaria es los saberes y habilidades de la cultura indígena, tanto las del pasado como del presente.19 Tales conocimientos y destrezas fueron detalladamente distinguidos y mostrados por las mujeres de mayor edad en la comunidad de Ocumicho, pero también en Comachuén aparecen diversos indicios de su importancia actual. Así, se cuentan los saberes y habilidades del pasado, referidos a la infancia de las mujeres del estudio o a las costumbres de otra época que aún perduran entre los adultos mayores: éstos incluyen desde la producción (cultivo de autoconsumo, crianza de animales y colecta de plantas silvestres), lo relativo a la cocina o la culinaria tradicional, lo que compete a la educación no formal en el seno familiar y finalmente los saberes terapéuticos. Pero este acervo de conocimientos tanto intelectuales como prácticos- no es algo que las mujeres hayan perdido, pues entre lo que manifiestan conocer y hacer en el presente también se encuentran los saberes educativos, culinarios y terapéuticos (los saberes productivos no se menCon algunos datos proporcionados por la Voz de Michoacán (diario regional) durante el mes de abril de 2004, puedo documentar esta situación. En Morelia, capital del estado de Michoacán, con más de medio millón de habitantes, operan de modo ilegal más de 300 rastros clandestinos, que no cumplen con las normas sanitarias, al mismo tiempo que 1,300 taquerías funcionan cotidianamente sin supervisión gubernamental. 19 Sandra Huenchuan Navarro (2002) señala que "el lugar social donde las mujeres indígenas adquieren y generan saberes es el espacio doméstico ampliado, que corresponde a su espacio social primigenio". Así, los saberes referido a las actividades domésticas de reproducción, alimentación y cuidado de los niños se movilizan "hacia otras tareas realizadas en otros espacios, lugares que a su vez retroalimentan y provocan nuevos saberes". 18 168 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 169 EN LAS FRONTERAS DE LA SEGURIDAD ALIMENTARIA cionaron, seguramente porque no fueron un tema abordado en las sesiones grupales). Las mujeres indígenas hacen uso de sus saberes tradicionales para enseñar a comer a las generaciones venideras, proceso en el cual tienen que ser flexibles y encarar dificultades, pero las ventajas para el grupo familiar son muy tangibles y relevantes: desde cómo aprovechar mejor los alimentos de origen animal -de mayor precio- y distinguir calidades entre productos, hasta superar las diarias carencias económicas. En cuanto a la alimentación actual, las mujeres de la comunidad de Ocumicho hacen varias clasificaciones, basadas en múltiples diferencias: de frecuencia de consumo (de lluvias, baratos y caros), de riesgos (sanos/advertidos), de modos de elaboración culinaria, de origen (local/foráneo) y de frescura (refrigerados/recién cocinados). Como en otro estudio que realicé durante 2001 en la ciudad de Cuernavaca, Morelos, la clasificación por frecuencia de consumo está vinculada a la configuración de una categoría grande de alimentos que corresponden al consumo familiar y que es de naturaleza tradicional. En Ocumicho, entre los alimentos de lluvias se nombraron diversas plantas silvestres que se recolectan; entre los productos baratos, se mencionan algunos granos de leguminosas, tubérculos y pasta de trigo, adquiribles en el comercio local; finalmente, entre los caros se menciona la carne, cuyo consumo esporádico se explica a partir del precio alto, no de sus efectos en la salud. Con respecto al origen de los alimentos, es notorio que, mientras el alimento foráneo se identifica con lo comprado, el alimento local se vincula a lo cultivado por la propia familia, a "nuestra milpa", la cual se juzga debería tener un carácter de "reserva". Esto último se relaciona con los significados de previsión doméstica que se asumen en las familias de bajos ingresos: estos es, las reservas que en un hogar de tal naturaleza deben existir para no pasar hambre (Oseguera, 2003: 260). Este rubro de alimentos locales y cultivados es una categoría propia de la seguridad alimentaria autóctona (en el doble ámbito de food security y food safety), pues con ella se establece una forma ancestral de seguro o garantía de acceso a la alimentación: el autoconsumo en los productos básicos de la dieta nacional: maíz, frijol, calabaza y chile. En cuanto a la frescura, las mujeres de Ocumicho consideran también que son más seguros los alimentos recién cocinados y hechos en casa, a la vez que dudan de lo saludable de un guisado de carne ¡tan sólo "preparada un día antes"! (esto corresponde a la noción institucional de food safety). En el medio urbano no he captado que se desconfíe de alimentos refrigerados, quizás por la asiduidad con que se usa el refrigerador para conservar alimentos cocinados, y al atributo alimenticio fresco se le opone el de enlatado o empaquetado (Oseguera, 2003: 257). Hasta aquí conviene advertir que, prácticamente, no se detectan riesgos en la alimentación cotidiana de las familias de estas mujeres, pues la mención del riesgo por consumo alimenticio se le atribuye al discurso médico convencional, al cual no se le 169 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 170 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA da mayor credibilidad, pues no se han observado consecuencias claras al respecto sobre la salud de la población local. A diferencia de los matices presentes en la clasificación alimenticia de Ocumicho, las mujeres de Comachuén distinguen en la alimentación actual dos conjuntos que tienen que ver con sendas perspectivas opuestas: por un lado, la comida hecha en casa o natural, esa que tiene lugar cuando la madre afirma "tengo posibilidad de atenderlos", y por el otro, la comida que "ya no está bien", que incluye productos instantáneos, refrescos, golosinas, métodos intensivos de producción, etc. Esta forma binaria de ver las cosas es quizás una burda simplificación de mi parte, pero creo que facilita el ordenamiento, análisis e interpretación del discurso social de las mujeres indígenas de Comachuén. La comida hecha en casa se asume con una buena dosis de confianza, pues se cree que tiene la "sustancia que se requiere". Se comprende esa consideración -digamos moral- de la comida hecha en casa, si atendemos a que se entiende como una cuestión de "consciencia" de la madre asumir la responsabilidad de ofrecer comida a su grupo familiar, garantizando ella misma una elaboración higiénica,20 productos baratos y alimentos nutritivos y naturales. La comida hecha en casa se integra por tres porciones (excluyendo las bebidas, como la leche y el agua): una que proviene de la milpa y representa el autoabasto, otra, que consta de diversos productos comprados y de frecuente consumo (p.e. papas, nopales y alimentos de origen animal), y la tercera que se refiere a "él" [la] carne, de consumo escaso o nulo. ¿En cuál de ellas perciben las mujeres alguna forma de riesgo o seguridad alimenticia? Se puede afirmar que en las tres porciones. Respecto a la milpa, aunque las mujeres ostentan orgullo de los antojitos y la comida regional basada en maíz (de la que afirman que es "nutriente" y "más mejor que maruchan o refresco"), también reconocen que no alcanza la producción propia o que debe comprarse, y que ello no es fácil al carecer la mayoría de fuentes de trabajo local. En cuanto a la segunda porción, de otros productos básicos y siempre comprados, el problema radica en que no son de "buena o mucha calidad". Pero en cuanto a la carne, el riesgo en su consumo ocasional se debe a la falta de medios monetarios ("muy caro"), más que otras consideraciones de orden nutricional o simbólico. En Comachuén, la otra localidad rural indígena de nuestro estudio, la comida actual que "ya no está muy bien"-de la cual el grupo informante se excluye- se compone de muy diversos productos: desde la comida instantánea y la "chatarra" hasta la carne que se oferta localmente, aunque se produce afuera y de modo intensivo. Así, las 20 Al respecto se afirma que deben lavarse bien las manos y las verduras, así como cocer debidamente la comida. Pero lo básico es que la comida se haga en casa "para que no se enfermen los niños". 170 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 171 EN LAS FRONTERAS DE LA SEGURIDAD ALIMENTARIA mujeres critican la preferencia por "cosas más fáciles" de cocinar, que las madres "se hacen flojitas", el desconocimiento de flora silvestre (p.e. hongos), la pérdida de la capacidad familiar y local de autoabasto, la producción de carne con métodos intensivos, la adulteración (p.e. leche), y la complacencia maternal ante los junk foods infantiles (p.e. refrescos y golosinas). Entre las consecuencias percibidas de todos estos hábitos entre la población local las mujeres manifestaron la proliferación de enfermedades (p.e. diabetes) y el acortamiento de la esperanza de vida entre las nuevas generaciones (niños y jóvenes), afirmándose que ahora "no dura la gente". Como se aprecia, la inseguridad alimentaria se ubica en Comachuén tanto en la food safety como en la food security (esto es: inocuidad y acceso, simplificando las cosas), aunque con mayor énfasis en la primera. Conclusiones En las últimas tres décadas, uno de los cambios significativos de los patrones alimentarios de la población urbana y rural de México fue la importancia creciente de los alimentos industrializados junto con los de origen animal. En la ciudad de México se encontró evidencia del empeoramiento del estado nutricional de la población, mientras que a escala nacional, la inseguridad alimentaria (en algún grado) afectaba en el año 2000 a 45% de los mexicanos, situación que era más grave que diez años atrás (32%). Sin embargo, esto es sólo una parte de los riesgos alimentarios que son destacables en los ámbitos institucionales y desde posturas convencionales. La delimitación de fronteras entre seguridad e inseguridad alimentarias, como se puede apreciar en este texto, se configura con mayor nitidez y fuerza en torno a las fases de producción, adquisición, preparación y distribución de la cadena agroalimentaria, y menos en la fase de consumo. Esto tal vez guarda relación con la evolución del patrón alimentario de México durante la segunda mitad del siglo XX. En este contexto permanecieron componentes ancestrales de la dieta (maíz, frijol y algunos vegetales autóctonos) consumidos en las preparaciones y combinaciones acostumbradas, y al mismo tiempo irrumpieron nuevos elementos, cargados de prestigio social y apoyo publicitario, incluso de promoción oficial en un gran lapso (caso de los alimentos de origen animal). Las representaciones, actitudes y comportamientos sociales relativos al riesgo alimentario se entretejen con muchos conocimientos en torno a la alimentación y a la salud que las personas acumulan a lo largo de sus vidas y en donde también dejan huella las herencias culturales ancestrales. Estos saberes populares, pese a que posibi171 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 172 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA litan a los individuos tomar las decisiones prácticas pero fundamentales de qué, cómo, cuándo y por qué consumir, son siempre fragmentarios, insuficientes y en ocasiones erróneos. De este modo, aunque la apropiación subjetiva de la seguridad alimentaria se sustentara exclusivamente en razonamientos (lo cual no ocurre), la precaria base informativa estaría limitando las representaciones, actitudes y prácticas culturales. En los casos estudiados, la apropiación subjetiva de la seguridad alimentaria tiene facetas claramente diferenciables: en el medio urbano, las cuestiones que preocupan a las amas de casa son casi exclusivamente aspectos de calidad (food safety), mientras que en el medio rural residen tanto en el acceso a los alimentos (food security) como en la baja calidad de los mismos. Las dudas y poca confianza en la calidad de los alimentos, especialmente si éstos son "enlatados", golosinas o instantáneos, son compartidos por ambos sectores de mujeres. Pero además, me encontré con dos facetas no institucionales de la seguridad alimentaria: la del tiempo disponible del ama de casa para cocinar los alimentos diarios (esto se manifestó sólo en la ciudad) y la existencia de saberes y habilidades culturales de que disponen las mujeres para sus responsabilidades domésticas (esto se encontró sólo en el campo). Es claro que estas dos dimensiones corresponden a la esfera de lo privado, pero que a la vez tienen un claro vínculo con la posición social y con el legado cultural. Otra diferencia significativa encontrada en este estudio es la siguiente. Mientras las mujeres indígenas del medio rural se sienten más aquejadas por la (in)seguridad alimentaria derivada de la pobreza y la discriminación étnica, las mestizas del medio urbano se perciben más acosadas por la falta de tiempo para cocinar. Dinero y tiempo son dos recursos básicos de las amas de casa para resolver diariamente la alimentación de su grupo familiar (el oficio culinario es otro, pero suponemos que debe hallarse distribuido de forma pareja en el campo y la ciudad). Finalmente, cabe fijarse en el hecho de que la percepción de inseguridad alimentaria se extiende sobre los productos de la industria agroalimentaria, tanto entre las mujeres urbanas como en las rurales, lo cual nos muestra que puede existir un tipo de consumidor para el que los cambios tecnológicos en el ámbito alimentario mexicano no le son indiferentes, como ocurre en otras latitudes del planeta, incluso en México por los consumidores pasivos o reflejo.21 El discernimiento popular en torno a la seguridad alimentaria, entre la población estudiada, tiene fundamentos objetivos y simbólicos claramente identificables. Las actitudes y decisiones ante los productos y circunstancias más preocupantes de su conSegún Esparza (2002) cabe preguntarse por la indiferencia de los consumidores: si es producto de la desinformación o si indica ello una confianza abstracta en las empresas fabricantes, esa confianza que analiza Giddens (1997). 21 172 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 173 EN LAS FRONTERAS DE LA SEGURIDAD ALIMENTARIA sumo alimentario no son resultado de fobias personales, reacciones emocionales o prejuicios ideológicos, sino que expresan eslabones de la construcción de discurso social sobre la seguridad alimentaria. 173 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 174 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA Bibliografía Aguirre, J., G. Sánchez y M. Escobar (1986) "Publicidad y consumo de alimentos" en Revista de Investigación Clínica (suplemento), no. 38, México. Cáceres, J. y E. 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Recientemente, sin embargo, algunos académicos y funcionarios públicos reconocen que no sólo la disponibilidad y el acceso a alimentos suficientes, inocuos y nutritivos, definen la seguridad alimentaria, sino que la forma de adquisición de alimentos se convierte en un indicador importante de la SA (Radimer et al., 1992; Dehollaín, 1995; USDA, 1995; Wolf y Frongillo, 2001; Radimer, 2002; Pérez et al., 2004). El concepto de inseguridad alimentaria (IA), está ligado a los recursos económicos con que cuentan los hogares y, por lo tanto, a la incertidumbre y a la ansiedad que causan el acceso limitado o la escasez de alimentos en cantidad y calidad, así como las diversas estrategias que la población sigue para enfrentar esa escasez (Radimer et al., * ** Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo, A. C. Correo electrónico: iortega@ciad.mx Egresada de la Maestría en Ciencias del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo, A. C. 177 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 178 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA 1992; Wolf y Frongillo, 2001). Además de las ya bien demostradas consecuencias físicas que causa la escasez de alimentos, se ha demostrado que las consecuencias emocionales de la inseguridad alimentaria tienen un efecto, que si bien no se manifiesta físicamente en lo inmediato, sí coloca a los individuos de cada hogar en un riesgo para la salud constante (Olsno, 1999; Townsend et al., 2001). La pobreza, el concepto de riesgo y la seguridad alimentaria Es bien reconocido el papel central que la alimentación y la nutrición tienen en la calidad de vida de la población y por ello se reconoce como uno de los indicadores más importantes de bienestar. La malnutrición (por deficiencias, excesos o dietas inadecuadas) es un factor de riesgo para el desarrollo y recuperación de diversas enfermedades y por lo tanto un factor clave en la calidad de vida y el desarrollo humano. Gillespie y colaboradores propusieron recientemente, que al reducir la malnutrición se reduce también la pobreza a través de mejores oportunidades para los individuos y que conforme la malnutrición persista, las metas del desarrollo de las regiones no podrán alcanzarse (Townsend et al., 2001). Por otro lado, está bien documentado que una de las consecuencias de la pobreza crónica de una población es la migración, que sucede frecuentemente por la búsqueda de mejores condiciones de vida y, en algunos casos, como única vía de sobre vivencia (The Word Bank, 2003). Si bien las causas y consecuencias de la migración internacional e interna se conocen en distintos países (Salcedo y Prado, 1992), las características de cada grupo migrante y las consecuencias en su calidad de vida, obedecen a los contextos de las regiones de donde provienen y a donde se dirigen. Debido a sus condiciones de pobreza, condición étnica, alta movilidad y trabajo estacional, los jornaleros migrantes son una de las poblaciones más vulnerables en el país, ya que se exponen constantemente a diversas condiciones de riesgo para la salud (Hernández, 2001). Los jornaleros migrantes en el noroeste de México llegan a trabajar a los campos productores principalmente de alimentos para la exportación y enfrentan condiciones de vida que son, en algunas ocasiones, muy similares a las de sus comunidades de origen y en otras, su situación mejora simplemente por la disponibilidad de empleo (Palacios, Paz y Aguirre, 2000). Según el Programa Nacional con Jornaleros Agrícolas, PRONJAG (SEDESOL, 2001), los jornaleros agrícolas en el país se clasifican como: migrantes, locales y asen178 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 179 POBREZA, MIGRACIÓN Y SEGURIDAD ALIMENTARIA tados dependiendo de su tiempo de residencia en la región de trabajo. Los jornaleros migrantes se ausentan periódicamente de sus lugares de origen y al término de la temporada de trabajo regresan a sus comunidades; algunos de ellos recorren diversas regiones del país durante todo el año. Los jornaleros locales habitan cerca de los campos agrícolas donde laboran y son generalmente oriundos del estado o de alguno vecino, pero con varios años de residencia en la región. Por último, según el Programa Nacional con Jornaleros Agrícolas de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) los jornaleros asentados son migrantes con más de cuatro años de residencia permanente en los lugares de trabajo ante la falta de empleo en sus sitios de origen (SEDESOL, 2003). De acuerdo con la SEDESOL, existen de tres a cuatro millones de jornaleros agrícolas, de los cuales más de un millón son migrantes (SEDESOL, 2001; SEDESOL, 2003). El proceso de migración en algunas ocasiones y casos mejora las condiciones de vida de los jornaleros y sus familias y en otras, puede significar el aumento de riesgos en general y en especial para la salud (Garza, 19995). Los jornaleros migrantes y la seguridad alimentaria Desde el año 2000 hemos analizado la nutrición y condiciones de vida de la población jornalera agrícola en el estado de Sonora, a través de estudios etnográficos, nutricionales y de salud en general (Ortega y Castañeda, 2006). En la primera parte de este trabajo presentaremos datos que ilustran la situación alimentaria y nutricional de los jornaleros agrícolas desde la perspectiva de los indicadores tradicionales de seguridad alimentaria como son las dimensiones corporales (antropometría), la alimentación y el contexto socioeconómico. Los datos para esta primera parte provienen de una muestra estatal de jornaleros agrícolas y sus familias en cuatro regiones del estado de Sonora. En la segunda parte examinaremos la IA desde los discursos y experiencias de la población jornalera, y analizaremos los aspectos centrales de la misma contrastándolos con los considerados como universales en estudios mundiales. Para esta segunda fase, los participantes procedieron de una población jornalera de 300 individuos y 73 familias, contratados en un campo agrícola de la Costa de Guaymas-Empalme, Sonora. 179 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 180 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA Lugar de origen de los jornaleros. De 1,749 jornaleros que participaron en el estudio estatal (cuatro regiones1 del estado de Sonora), 41% procedía del estado de Guerrero, 19% de Oaxaca, 17% de Veracruz y 8% del estado de Puebla, para un total de 85% de la muestra. El resto (15%) migró de diversos estados como Sinaloa, Chiapas, Estado de México, Morelos, Chihuahua, Michoacán e incluso del sur del estado de Sonora. De los participantes en el estudio 546 eran adultos y 153 niños; así mismo, 1,499 fueron "migrantes" y 300 "asentados". Estado de nutrición de mujeres y niños jornaleros. El estado de nutrición de las mujeres y los niños jornaleros, como grupos de mayor vulnerabilidad, es uno de los indicadores de inseguridad alimentaria comúnmente utilizados. De acuerdo con ello, esperaríamos que las condiciones de pobreza que impulsan la migración de esta población se reflejaría en unas dimensiones corporales disminuidas (emaciación y desmedro) en adultos y niños, tanto por la intensidad del trabajo jornalero como por una alimentación deficiente. Sin embargo, los datos de mujeres y niños jornaleros en todo el estado de Sonora muestran que los patrones de pobreza se modifican y por lo tanto el acceso a alimentos (si bien siguen siendo de baja calidad) y los patrones de consumo de los mismos. Esto hace que los indicadores basados en las dimensiones corporales sean limitados para explicar la inseguridad alimentaria, no obstante, siguen siendo parte importante de la evaluación nutricional. El estado de nutrición de las familias jornaleras se evaluó mediante diferentes tipos de medidas e indicadores derivados de ellas. Para tamaño corporal se utilizó el peso y la talla o estatura, de los cuales se calculó el índice de masa corporal o IMC en mujeres adultas (n = 314) y los indicadores de peso para la edad, talla para la edad y peso para la talla, en niños menores de 10 años (n = 133) (Gibson, 1990; WHO, 1993; WHO, 1995). Otros indicadores del estado de nutrición fueron el porcentaje de grasa corporal (n = 95) y la circunferencia de cintura en mujeres adultas (n = 125), comúnmente utilizados como indicadores de riesgo para el desarrollo de enfermedades crónico-degenerativas. Así mismo, se estudiaron los patrones de alimentación de las familias jornaleras (n = 421 individuos) a través de la técnica de recuento de 24 horas en dos ocasiones no consecutivas y la observación participante (NCHS, 1994). Además, se observaron los cambios en el patrón de alimentación. Incluye las regiones que en el año 2000 eran apoyadas por el Programa Nacional con Jornaleros Agrícolas (PRONJAG) de la Delegación Sonora: Costa de Hermosillo y Estación Pesqueira en el municipio de Hermosillo, Costa de Guaymas-Empalme y Costa de Caborca. 1 180 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 181 POBREZA, MIGRACIÓN Y SEGURIDAD ALIMENTARIA Los resultados del estudio nutricional comparativo entre jornaleros migrantes y asentados se han reportado en una publicación anterior (Ortega y Castañeda, 2006), por lo que solamente presentaremos aquí un resumen de resultados. Las mujeres jornaleras asentadas presentaron un porcentaje de obesidad cuatro veces mayor que las mujeres jornaleras migrantes (28.1% y 7.1%) y fueron similares en pre-obesidad (32.7% contra 31.6%). Los porcentajes de delgadez fueron mínimos en los dos grupos (3.5% contra 1.8%). El índice de masa corporal (IMC), la circunferencia de cintura y la masa grasa fueron también mayores en mujeres jornaleras asentadas con respecto a las migrantes. Además, en las mujeres asentadas el IMC y la masa grasa corporal promedio indican riesgo aumentado para el desarrollo de enfermedades crónicas degenerativas. Estos datos muestran, como lo han reportado otros estudios en Latinoamérica (Peña y Bacallao, 2000), que aun en la población con altos índices de marginación existe el sobrepeso y la obesidad y que éste aumenta conforme aumenta el periodo de residencia de los migrantes en el norte. Los datos coinciden con los reportados por la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENSANUT) (Olaiz et al., 2006) para la población pobre del sur de México, regiones de donde provienen las mujeres migrantes. Este fenómeno, al que se le ha llamado transición nutricional, tiene sus orígenes en las deficiencias alimentarias durante los primeros años de vida, en el precio cada vez menor de los alimentos densos en energía y de poco valor nutricional en general, la urbanización y los avances tecnológicos que promueven el sedentarismo y los patrones de alimentación inadecuados (Peña y Bacallao, 2000). Aunado a esto, la obesidad y el porcentaje de grasa corporal son de los principales factores de riesgo para el desarrollo de otras enfermedades como son las cardiovasculares y la diabetes tipo 2. Por ello, si bien la migración de la población jornalera obedece a la búsqueda de mejores condiciones de vida, las limitaciones que todavía enfrenta en las regiones en donde trabaja la predisponen a condiciones de vida de riesgo para la salud. Por otro lado, en el caso de los niños jornaleros se presenta precisamente el origen de una predisposición mayor al desarrollo del sobrepeso y la obesidad en el adulto. Si bien en general estos niños ganan peso cuando viven en el norte, los datos indican que prevalecen las deficiencias. Así, la talla para la edad de los niños jornaleros (0-10 años) y adolescentes (10.1 a 18 años), -que es el indicador más sensible a los cambios ambientales-, muestra que el porcentaje de niños por debajo de -2 puntajes Z2 o con 2 El puntaje Z es la calificación estandarizada del indicador; en este caso talla/edad, peso/edad o peso/talla, representado por el número de desviaciones estándar por abajo por encima de la mediana (peso) o media (talla) o percentil 50 de los estándares de referencia para cada indicador. Para todos los 181 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 182 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA desnutrición crónica, persiste en los niños de familias migrantes. Además que es mayor en niños migrantes que en asentados (43% y 28.4%; 2 =14.9, p = .002). Por otro lado, en jornaleros adolescentes se encontró un porcentaje mayor de niños con sobrepeso y obesidad en niños asentados comparados con los niños migrantes, siguiendo las mismas tendencias que en adultos. Patrón alimentario. El patrón alimentario de las familias jornaleras comprende la dieta tradicional mexicana con alimentos básicos como el frijol, la tortilla de maíz, el huevo y una combinación de maíz y harina para las tortillas de los "lonches", producto de las prácticas alimentarias adquiridas en la región sonorense. Sin embargo, el primer lugar entre los 20 alimentos más consumidos por los jornaleros lo ocupan los refrescos embotellados, ya sea en los comedores instalados en los campos agrícolas, como en pequeñas "fondas" atendidas por mujeres migrantes o en la cocina familiar. La dieta habitual de los jornaleros incluye también el tomate, el chile verde, la cebolla, la papa y el plátano, únicos representantes frecuentes del grupo de frutas y hortalizas. Los productos de origen animal son consumidos solamente por entre 18% y 20% de la población jornalera. Los patrones alimentarios entre mujeres jornaleras son muy similares en cuanto a calidad y cantidad independientemente de su tiempo de residencia en la región, sin embargo, se observó que las mujeres que tienen más tiempo de vivir en las comunidades sonorenses incorporan en su dieta con mayor frecuencia alimentos como la carne y la leche. Abasto de alimentos. Los campos agrícolas se encuentran localizados generalmente lejos de las ciudades o poblados. Así, las pequeñas tiendas que se encuentran en ellos no ofrecen diversidad de alimentos ni precios accesibles. Al menos la mitad de las mujeres hace sus compras en la tienda del campo, aunque un mayor porcentaje de mujeres asentadas compra en los supermercados de poblados o ciudades cercanas. Por otra parte, las mujeres migrantes recurren también a la compra de alimentos y otros productos de la oferta de vendedores ambulantes periódicos, así como al consumo de alimentos preparados en comedores o "fondas". La compra de alimentos perecederos no es una práctica muy común entre las mujeres migrantes, que no cuentan con infraestructura adecuada de conservación. Por ello, compran a diario. Las mujeres asentadas en su mayoría cuentan con refrigerador, lo que les permite adquirir para la semana y almacenar los alimentos frescos. indicadores debajo de -2 puntajes Z existe deficiencia franca; entre -1 y -2 Z, existen deficiencias leves y para arriba de +2 Z existe sobrepeso. 182 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 183 POBREZA, MIGRACIÓN Y SEGURIDAD ALIMENTARIA En los menús de las mujeres jornaleras se observó que la población adulta que tiene más de cuatro años de residir en Sonora (asentados), incluyó en su dieta productos lácteos en el desayuno y cena, a diferencia de aquélla con menor tiempo de residencia (migrantes), que sólo agregaba una pequeña cantidad de leche a la preparación del café. Las familias asentadas consumieron con mayor frecuencia los productos cárnicos como res y pollo, mientras que los jornaleros migrantes tuvieron solamente consumos esporádicos de carne de puerco. La dieta de las mujeres asentadas incluyó también la tortilla de harina, práctica que no se observó en las mujeres migrantes. No obstante, estas últimas modificaron la preparación tradicional de las tortillas de Maseca, al agregar en promedio 19% de harina de trigo. Ello confiere características de blandura a la tortilla para la preparación de los alimentos que consumen en el lugar de trabajo. En las familias migrantes, el consumo de bebidas se limita principalmente al refresco de cola (66.3%) desde una hasta cuatro veces al día. Las condiciones climáticas de la región y la falta de agua potable y fresca al momento de realizar el trabajo agrícola influyen en este consumo. El consumo de frutas (uvas, sandía y naranja) de las mujeres de los dos grupos está determinado por el tipo de cosecha del campo y el permiso para consumirlas. El consumo de vegetales en las dietas de ambos grupos se limitó a las salsas de chile jalapeño fresco, tomate Saladette y cebolla que consumen acompañando a la tortilla. El tomate Saladette y en algunas ocasiones el chile se obtiene generalmente del campo, pero la disponibilidad de estos alimentos es estacional. En cuanto al aporte de nutrimentos en las dietas, ni la energía de grasas ni la de carbohidratos mostraron diferencias promedio entre mujeres migrantes y asentadas. Solamente el consumo de proteína de las mujeres asentadas fue mayor (p=.001) que el de mujeres migrantes. La proteína en la dieta de las mujeres asentadas fue en 80% de origen animal, mientras que para las mujeres migrantes la proporción de proteína del mismo origen fue de 60%. Los datos hasta aquí presentados muestran en general que el estado de nutrición de las mujeres jornaleras va adquiriendo el patrón de la población de escasos recursos del norte: una prevalencia creciente de obesidad y pre-obesidad. Por otro lado, el porcentaje de desmedro (talla baja) en niños jornaleros migrantes es similar a la reportada por la ENSANUT (Olaiz et al., 2006) para sus regiones de origen. Los niños con mayor residencia en Sonora (asentados), si bien todavía presentan una prevalencia de desmedro mayor que la media nacional (12.5%) es un tercio menor que para niños migrantes. Estos resultados indican, que si bien la migración y el empleo ofrecen a las familias jornaleras una oportunidad para mejorar su acceso a los alimentos, ello no representa todavía dietas adecuadas o menor riesgo para la salud. 183 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 184 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA La presencia de deficiencias nutricionales en niños y el sobrepeso y obesidad en adultos es parte de un fenómeno que se manifiesta hoy en las sociedades en transición y que significa un mayor riesgo de salud para la población pobre. Los patrones alimentarios basados en el consumo de cereales, aceites y azúcares, que son comunes en poblaciones pobres (Prentice, 2006), resultan en una alimentación densa en energía y pobre en vitaminas y minerales, lo que significa que las consecuencias como el sobrepeso y la obesidad son todavía más críticas en esta población. Enseguida analizaremos las experiencias de IA de un grupo de familias jornaleras a través de los discursos de las mujeres. Exploraremos como perciben estas mujeres la IA mediante el concepto de hambre y cuáles son las causas de la IA y sus formas de enfrentarla. Experiencias de Inseguridad Alimentaria (IA) en familias jornaleras migrantes Para el estudio de la percepción de la IA entre los jornaleros agrícolas se seleccionaron familias jornaleras migrantes con diferentes tiempos de migración y familias jornaleras locales. Las familias fueron seleccionadas en un campo agrícola de la Costa de Guaymas-Empalme en Sonora, dado que en esta región se emplean mayormente jornaleros migrantes con familias (mujeres y niños) y el estudio etnográfico precedente mostró que era la zona de mayores carencias para los jornaleros. La selección de las familias fue de forma intencional y no probabilística. Se condujeron tres grupos de discusión con mujeres jornaleras de acuerdo a su estatus migratorio (migrante y local). El tiempo de las discusiones grupales fue de 1 a 1.5 horas y se realizó un mínimo de una reunión con cada grupo. Para la conformación y las dinámicas de los grupos se siguieron las recomendaciones de Kitzinger (1995) y Aigneren (202). El total de mujeres participantes fue de 20 (11 migrantes y 9 locales). El promedio de edad del primer grupo de mujeres migrantes fue de 42 años y para el segundo de 27. La escolaridad en general fue baja, con un máximo de tres años de educación primaria y dos mujeres sin ningún tipo de instrucción formal. El tercer grupo se conformó de mujeres locales con una edad promedio de 21 años y una escolaridad mayor que las mujeres migrantes, ya que en promedio tuvieron cinco años de escolaridad y una de ellas con educación secundaria terminada. Para profundizar en la información obtenida en las discusiones de grupo se realizaron entrevistas semi-estructuradas a diez mujeres migrantes y diez locales intentando ampliar las opiniones sobre los indicadores de IA por familia y condición 184 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 185 POBREZA, MIGRACIÓN Y SEGURIDAD ALIMENTARIA migratoria. El entrevistador pidió a las mujeres que describieran las experiencias de hambre, disponibilidad y acceso a alimentos en el nivel familiar e individual, así como sobre sus reacciones emocionales asociadas a la escasez de alimentos. El método de entrevista individual tuvo mayor aceptación entre las mujeres, ya que aseguraba la privacidad de sus opiniones y comentarios. Las entrevistas se realizaron en las viviendas familiares, cada una con un promedio de duración de 35 minutos. Cabe aclarar que la entrevistadora tuvo contacto previo con las mujeres a través de pláticas informales, reuniones de grupo y actividades comunitarias diversas. Las mujeres jornaleras migrantes entrevistadas mostraron un promedio de 29 años, una escolaridad promedio de dos años de primaria y aproximadamente dos años de trabajar en la región. Las mujeres jornaleras locales tuvieron una edad promedio de 32 años, un promedio de escolaridad de cinco años de primaria y aproximadamente un año trabajando en el campo agrícola. Para la entrevista se utilizó un guión con los temas anteriormente descritos y se siguió la metodología propuesta por Patton en 1990 (Patton, 1990). También se utilizó la metodología de Shepherd y Achterber (1992), que resalta la obtención sistemática de información por medio de preguntas y de observación participante, se analizó el comportamiento y las actitudes de los individuos entrevistados. Por medio de un cuestionario con preguntas abiertas y cerradas se obtuvieron los datos socioeconómicos como la edad, comunidad de procedencia, número de integrantes por familia, ingreso, acceso y disponibilidad de alimentos. El análisis de los datos obtenidos, tanto en los grupos de discusión como en las entrevistas, se realizó de acuerdo con el procedimiento recomendado por Lincoln y Guba (1985). El método consiste en identificar unidades de información en los textos impresos de las transcripciones de los grupos de discusión y de las entrevistas semiestructuradas. Las unidades de información constituyen frases o párrafos que se refieren a los diferentes aspectos de la IA y se organizan y ordenan en temas y subtemas, ello permite encontrar patrones comunes y diferenciados de las experiencias de los participantes. A continuación veremos los resultados de las discusiones de grupo y de las entrevistas semi-estructuradas. Los resultados se presentarán y discutirán conforme a los siguientes aspectos: percepción del concepto de hambre e indicadores de la IA, causas de la IA y estrategias para combatir la IA. Percepción de hambre e indicadores de IA. A pesar de tener una baja disponibilidad y acceso a los alimentos en la comunidad, las mujeres que en algún momento han migrado a Sonora comentaron que no pasan hambre y que tienen que conformarse con lo que hay para comer. 185 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 186 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA • “No, nunca pasamos hambre; aunque sea tortillas y frijolitos o tenemos un huevito y así ya comimos" • “Ahorita no pasamos hambre porque estamos trabajando • “Nunca nos falta el alimento” • “Este año lo sentí, no tenía ni qué comer, no tenía frijol ni azúcar ni la tortilla (en Veracruz)” • “Cuando era chica, éramos seis y pasábamos hambre, por eso mi mamá no me mandó a la escuela, me mando a trabajar; ahora hambre casi no paso, aunque sea una vez o dos a la semana comemos carne” • “Allá en San Enrique (otro campo de la misma región) sí pasamos hambre, pues ya puros frijoles, a veces ni chiles ni tomates” Las mujeres jornaleras locales reportaron que sí han pasado hambre, ya que en ocasiones los niños no tienen qué comer. En esos casos la alimentación es monótona. La escasez de alimentos se expresa como una situación estrechamente ligada a carencias económicas y estacionales. • • • • "… los niños no siempre tienen qué comer" "Todo el tiempo se come lo mismo, lo mismo" "Pues como yo soy madre soltera pues hasta donde me alcance” "Ahorita ya estoy un poco mejor, pero en el transcurso del año sí hemos pasado momentos difíciles" En general y a pesar de que en algunos casos las mujeres entrevistadas sugerían que no pasaban hambre, tanto para las mujeres migrantes como para las locales los indicadores de la IA fueron principalmente el acceso limitado y la poca disponibilidad de alimentos en cantidad y calidad, debido a que no existe un abasto estable; además, el ingreso es escaso por la estacionalidad del trabajo. Esto se traduce en dietas monótonas y en algunas temporadas insuficientes. • "Aquí en el campo no hay alimentos. Aquí no hay qué comprar" • "No hay trabajo, hay que ir a buscar trabajo" • "Las camionetas (ambulantes) vienen a vender pero nosotras vamos a trabajar (no están), y luego aquí no hay ni una tienda" • "No hay con qué comprar" • "No alcanza con el dinero que ganamos" • "Mis hijos no están como otros niños que están listos, brincan, gritan, bueno es diferente los niños que están bien alimentados y los que están desnutridos" 186 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 187 POBREZA, MIGRACIÓN Y SEGURIDAD ALIMENTARIA Sensación física del hambre. Tanto las mujeres migrantes como locales hablaron del concepto de hambre, con expresiones que denotan sensaciones físicas y emocionales. • • • • • • • "Se siente feo el estómago" "Me duele el estómago cuando tengo hambre" "Te llora el estómago y pues te pide pues pa' que comas" "Me arde mucho la panza cuando tengo hambre” “Yo me empiezo a atarantar, así me empieza a doler la panza” “Siento preocupación y tristeza cuando no tengo que darle a mis niños” "Me siento mal porque yo como y mi esposo no, me dice que coma porque yo estoy embarazada" • "Se siente un ansia porque no hay alimentos y se tiene uno que conformar" • "Me siento desesperada por no tener con qué comprar alimentos” • "Me mortifico cuando no me alcanza, me preocupo mucho" Causas percibidas de la IA. Las causas principales de la IA para las familias de las mujeres migrantes y locales, son el abasto deficiente y el costo de los alimentos, la temporalidad del trabajo y el déficit de ingreso que esto ocasiona. Las mujeres hacen hincapié en que no hay variedad en la alimentación, principalmente porque consumen los mismos alimentos por mucho tiempo; además, la escasez de ellos se debe a la situación económica y a la falta de empleo en sus lugares de origen. • "No hay alimentos aquí, a veces hay hambre" • "Las cosas son caras aquí" • "En lluvia, cuando llueve se quedan todos porque no hay trabajo, no raya todo lo de la semana" • "No hay con qué comprar alimentos (dinero)” • “Yo me voy todo el día (a trabajar) y a veces mis hijos no comen, pues no hay quién los cuide” • “Abandonamos nuestros hogares porque si hubiera trabajo no lo haríamos. Hace un año allá en San Enrique sí nos hizo falta el trabajo y sí sentimos hambre". • "Allá en Guerrero se sufre más porque quisiera uno ganar dinero, trabajar y no hay dónde” • "Primero aseguramos el mandado, y ya si tenemos así cuentitas después las pagamos, lo importante es la comida" 187 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 188 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA • "Yo me quedaría hasta sin comer, con tal de que se ocupe el dinero para los alimentos, aseguro mejor a mis niños" • "Por ejemplo la papaya y todo eso muchas veces se antoja y no hay, no venden” Las mujeres expresaron, además, que el consumo de alcohol o drogas son causas de la IA familiar, ya que implican un gasto extra que limita la compra de alimentos para el hogar. • "Las drogas, que toma mucho (su pareja), pues sí en vez de comprar comida compra bebida" • "Las drogas o la marihuana (que consume su pareja) o todo eso no alcanza así la comida, porque no me da dinero para la comida” Manejo de la IA. Para las mujeres migrantes, las estrategias principales para enfrentar la IA son preparar alimentos que sean más económicos para que las comidas alcancen para todos los miembros de la familia; recurrir a préstamos ya sea de familiares o de las tiendas que existen en el campo; trabajar tanto la madre como el padre de familia; buscar alimentos silvestres; disminuir la variedad y cantidad de alimentos comprados; comprar en lugares en donde los alimentos sean más accesibles (como fuera del campo); y en casos extremos, distraer a los hijos para que no pidan alimentos. • "Buscaba plátanos y los molía (en lugar de la harina de trigo o maíz) y ya con eso hacía tortillas" • "No hay carne pero aunque sea se tienen frijolitos" • "Cuando tienes hambre, hay que comer tortillas, para que nos ayude al estómago" • "Los dos trabajamos un poquito así pa´ que nos alcance” • “Pues pido "fiado" para que coman y no tengamos hambre” • “Mi marido se va al campo y corta quelite, verdolagas, o vende nopalitos y aunque sea eso comemos". • "Para que me alcance pues no compro casi mucho, sólo lo que necesito” • "Voy y compro en Empalme (comunidad urbana más cercana), me sale más mejor" • "Cuando me piden algo (los niños), mejor los mando a jugar, que se distraigan y ya no me estén pidiendo" • "Compro cosas más baratas y más sencillas” 188 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 189 POBREZA, MIGRACIÓN Y SEGURIDAD ALIMENTARIA • "Me voy midiendo (menos cantidad que la usual) cuando no tengo lo suficiente para comprar alimentos" • "En veces la leche no me va alcanzando y les voy haciendo atoles de harina y lo voy revolviendo con la leche y así sí me rinde" Las mujeres jornaleras locales reportaron las mismas estrategias para enfrentar la IA; sin embargo, un elemento nuevo fue el vender artículos del hogar o personales para obtener recursos y así comprar alimentos. • "Pues si no tengo, pues vendo así las cositas que uno se va haciendo…para comprar alimentos” En resumen, los indicadores principales de IA entre las familias jornaleras migrantes y locales de la región Guaymas-Empalme son la disponibilidad y acceso a una dieta adecuada en calidad y cantidad, así como las consecuencias emocionales (preocupación, tristeza y vergüenza) por la falta de alimentos, sobre todo para los niños. Para los dos grupos de jornaleros los ingresos bajos, la falta de empleo, la disponibilidad limitada de alimentos en el campo en el que trabajan, las adicciones (alcohol y drogas) fueron las principales causas de la IA. Por otro lado, las estrategias que las familias jornaleras migrantes y locales siguen para manejar la IA presentan diferencias, precisamente por su estatus de residente temporal o permanente. En el caso de las familias migrantes las estrategias de manejo de la IA tienen que ver con la compra de alimentos de baja calidad o una dieta monótona. Además, estas familias recurren a la recolección de alimentos silvestres, a la sustitución de algún alimento tradicional por otro más barato o a pedir a crédito o "fiado" a los vendedores de alimentos en la región. En el caso de las familias jornaleras locales, el vivir en los poblados cercanos al campo donde trabajan, permite que puedan buscar establecimientos alternativos para la compra de alimentos a más bajo costo; además, entre estas familias el pedir prestado o "fiado" son también estrategias frecuentes y aún el vender objetos personales para comprar alimentos. Conclusiones Los indicadores tradicionales de IA en la población jornalera agrícola migrante del estado de Sonora demuestran que se presentan problemas de malnutrición similares a 189 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 190 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA los reportados en las muestras nacionales y regionales: sobrepeso y obesidad crecientes en adultos y desmedro en niños (Peña y Bacallao, 2000). Estos resultados si bien contradictorios, muestran un panorama asociado a la inseguridad alimentaria, en donde la disponibilidad de fuentes de energía barata es cada vez mayor, ello por dietas monótonas, mal balanceadas, deficientes en micronutrimentos y que resultan en dimensiones corporales de riesgo en los adultos y todavía en desmedro en niños. El riesgo para la salud de esta doble carga de la malnutrición como algunos autores le han llamado (Prentice, 2006), significa probabilidades altas de morbilidad y mortalidad por enfermedades infecciosas en los niños con desnutrición; también, un riesgo mayor de desarrollar una enfermedad crónica como adulto y con probabilidades altas de complicaciones y discapacidad; por lo tanto, una vida productiva menor. El proceso concuerda con el argumento de Gillespie y colaboradores (Townsend et al., 2001) sobre la relación entre malnutrición y las metas de desarrollo en las regiones. Por otro lado, el estudio de la IA con indicadores que muestren sus consecuencias (dimensiones corporales), que no necesariamente muestren el riesgo temporal (dieta, ingreso), o que no incluyen el aspecto emocional de la IA, puede no revelar la incertidumbre en la suficiencia de alimentos en el corto o mediano plazo y por lo tanto el riesgo latente para la salud Los componentes de la IA entre las familias jornaleras migrantes y locales coinciden con los reportados por otros estudios en población de bajos ingresos (Dehollaín, 1995; Radimer, 2002; Pérez et al., 2004; Shepherd y Achterberg, 1992; Gulliford, Mahabir y Rocke, 2003; Derrickson y Anderson, 1999; Frongillo et al., 2003). Estos componentes se han identificado como: 1) preocupación ante la falta de alimentos (ansiedad, vergüenza, desesperación, tristeza), 2) inadecuada cantidad y calidad de la dieta y 3) formas no aceptables de acceso a alimentos (pedir prestado o "fiado", recolección de alimentos silvestres). La IA definida por estos aspectos se ha asociado a prevalencias crecientes de sobrepeso y obesidad y por lo tanto a un mayor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas degenerativas. Las causas de la IA en esta población jornalera agrícola son también similares a otras poblaciones pobres alrededor del mundo (Kaiser et al., 2003; Admas, Grummer y Chávez, 2003; Cook et al., 2004), sin embargo, las oportunidades o estrategias para enfrentar la IA son más restringidas. La asistencia alimentaria en periodos críticos de escasez es poca o nula en esta población, a diferencia de como sucede en otros países (Hamelin, Habicht y Breaudry, 1999); e incluso en la población general de los estados del noroeste de México. Por otro lado, el abasto de alimentos es una limitante, cuando en la mayoría de las poblaciones urbanas la disponibilidad de alimentos no es el principal problema. 190 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 191 POBREZA, MIGRACIÓN Y SEGURIDAD ALIMENTARIA Los jornaleros agrícolas migrantes y sus familias constituyen entonces, uno de los grupos en mayor riesgo de salud, no solamente porque enfrentan cada día la IA, sino porque las formas de manejo de la misma están limitadas por su pobreza, sus niveles bajos de educación formal y porque debido a su movilidad, no tienen acceso a los programas de asistencia alimentaria y de salud de las políticas públicas de combate a la pobreza. Finalmente, para los jornaleros agrícolas migrantes enfrentar la IA depende de una estabilidad laboral que permita mejores ingresos; además, dentro de los compromisos de responsabilidad social de las empresas agrícolas, asegurar el abasto de alimentos variados y de bajo costo contribuiría a combatir la IA entre los jornaleros agrícolas y sus familias. Así mismo, la gestión de programas de vigilancia nutricional y de la salud (como el de OPORTUNIDADES), ayudaría a combatir las consecuencias de la IA en las familias jornaleras y sus grupos más vulnerables. 191 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 192 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA Bibliografía Adams, E., L. Grummer y G. Chávez (2003) "Food Insecurity is Associated with Increased Iink of Obesity in California Women", J Nutr, 133:1070-1074. Aigneren, M. 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El propósito de este trabajo es presentar las implicaciones que reviste en particular para aquellos reconocidos como campesinos, productores tradicionales o rurales.1 Podemos entender el concepto de seguridad alimentaria como un problema de disponibilidad de alimentos, o como la oportunidad de acceso a cantidades suficientes Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo, A. C. Correo electrónico: aandablo@ciad.mx Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo, A. C. Correo electrónico: mar@ciad.mx 1 Como productor rural o campesino se considera al agente económico que lleva a cabo actividades agropecuarias en pequeña escala, con bajos niveles de tecnificación. "Su objetivo principal es asegurar la reproducción de la unidad familiar y de la unidad de producción, sobre la base del trabajo familiar" (Chiriboga, 1997). Agricultura de subsistencia, agricultura familiar o economía campesina, aluden a las unidades de producción características de los campesinos. * ** 195 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 196 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA de alimentos o, más aún, si se agrega la condición de que estos alimentos sean sanos para la población que los consume, las repercusiones para este perfil de productor, sea en su calidad de actor social y/o de agente económico,2 serán también diversas. Vista como disponibilidad de alimentos, la seguridad alimentaria se ha abordado desde diferentes enfoques. Por ejemplo, desde los años de la posguerra hasta la adhesión de México al GATT en 1986,3 se manejó como autosuficiencia, como asunto de seguridad nacional y se habló de soberanía alimentaria. Bajo ese esquema, el campesino se erigió en una pieza clave porque su producción se ha destinado preferentemente al mercado interno de productos básicos4 y porque, al menos hasta hace treinta años, su participación en este segmento del mercado era relevante.5 La deterritorialización del sistema agroalimentario (Kirwan, 2004), con el consecuente cambio en la especialización entre los países y la formación e internacionalización de complejos agroindustriales (organizados en cadenas agroalimentarias) comandados por empresas transnacionales (Teubal, 2001) que controlan el sistema,6 modificó el modelo y la pieza clave en el abasto de los mercados de alimentos básicos se ubicó en el comercio internacional.7 Así, el productor rural comenzó a verse mar- 2 Se distingue entre actor social y agente económico para diferenciar los roles del campesino como consumidor y como productor dentro del sistema agroalimentario. 3 El GATT (General Agreement on Tariffs and Trade) fue creado por los acuerdos de Bretton Woods y está considerado como el precursor de la Organización Mundial de Comercio (WTO por sus siglas en inglés). Su propósito fue la regulación de la economía mundial mediante la reducción de aranceles y otras barreras al comercio internacional. 4 Mientras las empresas agroalimentarias se orientan a los mercados más redituables, sean o no de alimentos básicos, el productor rural se ha especializado en la producción de básicos pues con ello asegura el abasto familiar. 5 En 1970 los ejidos con 47% de la superficie nacional, aportaban 43% de la producción agropecuaria: 64% del maíz, 65% del frijol, 66% del arroz, 88% del ajonjolí, 63% del cártamo y 72% de la caña (Paré, 1982: 60). 6 Se trata de un modelo impulsado y dominado por grandes empresas transnacionales y las tecnologías controladas por ellas. En la cúspide se encuentran los hipermercados encargados de la distribución al menudeo, la gran industria alimentaria, el capital financiero concentrado y la industria semillera y de agroquímicos (Teubal, s/f: 1). En el caso particular de granos, tan sólo seis corporaciones controlan 85%: Cargill (EE.UU.), Continental (EE.UU.), Mitsui (Japón), Louis Dreyfus (Francia), André/Garnac (Suiza) y Bunge y Born (Brasil). Estas empresas articulan a los productores rurales y empresas locales a complejos agroindustriales cuyos núcleos de decisión están ubicados fuera del país (Teubal, 2001: 48-49). 7 Ordenado cada vez más en función de las necesidades de reproducción de estas grandes transnacionales. 196 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 197 SEGURIDAD ALIMENTARIA Y SUS REPERCUSIONES PARA LOS PRODUCTORES RURALES ginado8 al no tener la productividad, ni contar con la tecnología y las subvenciones que reciben sus competidores allende las fronteras.9 Si la seguridad alimentaria se refiere a las oportunidades de acceso a los alimentos, el productor rural, ahora en su papel de actor social y parte de uno de los sectores más pobres de las sociedades en desarrollo, se asume como uno de los destinatarios principales de los programas asistenciales tanto de los gobiernos nacionales como de los organismos internacionales encaminados a resarcir las inequidades provocadas por un modelo agroalimentario que ha resultado ser excluyente10 (Teubal, 2001; Wiesenfeld, 2006). El campesino, en su modalidad de proveedor, experimenta la exclusión cuando no reúne los requisitos para ofrecer los productos que demanda el mercado agroalimentario; sea porque no dispone de tecnología adecuada; no ha logrado aplicar internamente los procedimientos que garanticen las condiciones de inocuidad, calidad y trazabilidad11 en sus productos; o porque sus niveles de productividad y costos de producción le impiden ser funcional al sistema. Frente al nuevo panorama, el productor rural marginado ha optado por la pluriactividad o por la migración definitiva y el abandono radical de sus actividades tradicionales. La escasa preparación académica y laboral de los expulsados dificulta su integración a otros sectores económicos por lo que no es de extrañar que en general su destino sea engrosar las filas de la pobreza extrema.12 La pérdida de la protección arancelaria afectó básicamente a los productores que competían con las importaciones, al menos en el corto plazo, consigna un estudio de FAO (2005), ya que en el largo, su bienestar dependería de su capacidad para aumentar la productividad y/o cambiar los sistemas de cultivo. 9 Trápaga (2005:75) con datos de la OCDE asienta que entre 1998-2000 mientras el gobierno norteamericano destinó 20,803 dólares por productor agrícola, en México se destinaron 720 dólares por productor. 10 Mientras que en el modelo anterior el productor rural estaba integrado como proveedor de materias primas y mano de obra baratas, en la actualidad está prácticamente excluido. Desde esa perspectiva y siguiendo a Manuel Garretón (1999) citado por Giménez (2004: 4-5), la exclusión refiere a "estar demás", a "sobrar", más que a ser explotado. De hecho se afirma que la globalización es paradójicamente excluyente al marginar a 70% de la población mundial (Wiesenfeld, 2006: 49; León et al., 2004: 66). 11 Se denomina trazabilidad al proceso de "seguir la pista" a un alimento desde el campo a la mesa del consumidor: producción, transformación, transporte y distribución, elaboración culinaria y consumo, "mediante un sistema único para su identificación y control". Fuente: http://www.tecnociencia.es/especiales/seguridad_alimentaria/1.htm. 9 agosto de 2006. 12 La pobreza extrema es en buena parte un fenómeno rural. Según el Banco Mundial en el 2004, 60.7% de la población en pobreza extrema y 46.1% de los moderadamente pobres de México habitaban en áreas rurales (BM, 2005b: 68-69). El concepto refiere a aquellas familias que viven con menos de dos dólares diarios. Dentro de esta categoría se distingue la línea de pobreza alimentaria, una estimación del 8 197 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 198 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA En su rol de consumidor, el productor rural vive la exclusión cuando es nulo o restringido su acceso a alimentos en las calidades y cantidades suficientes para cubrir sus necesidades nutricionales mínimas. Los factores determinantes de la pobreza rural y alimentaria han sido el escaso dinamismo de la agricultura, el estancamiento de los salarios agrícolas y el descenso en los precios reales de los productos de este sector (BM, 2005a). Es de resaltarse que el tema del acceso a los alimentos tiene un componente cualitativo y otro cuantitativo. El BM (2004) en su estudio La situación de la Pobreza en México señala que entre 2000 y 2004 la población rural en pobreza alimentaria registró el mayor descenso de todas las categorías de pobreza, con -14.5%; sin embargo, este indicador sólo se refiere a los ingresos que la población rural obtiene y destina, hipotéticamente, a la compra de alimentos,13 pues si se analizara la dieta de la población rural podría sugerirse a manera de hipótesis, que su calidad y diversidad han disminuido en los últimos años. En parte esta situación resulta de la adopción de patrones de consumo más urbanos, pero fundamentalmente se debe al deterioro general de sus recursos productivos, entre ellos los naturales como el agua, la calidad de su suelo, etc.; de la necesidad de destinar cada vez mayores esfuerzos a actividades no agroalimentarias; y/o de la restricción de su diversidad productiva en aras de optimizar sus recursos para una sola actividad, como ocurre con la ganadería de doble propósito. Amartia Sen (citado por Teubal, s/f) menciona que el acceso a la alimentación (entitlements alimentarios) está estrechamente vinculado a los "arreglos institucionales"14 establecidos en determinadas sociedades y épocas históricas. Es decir, el andamiaje político, programático y administrativo que soporta, legitima y opera un modelo económico específico,15 define en la práctica, quiénes serán los ganadores y quiénes los perdedores, quiénes los incluidos y quiénes los excluidos. Teubal (Ibid.) afirma que los procesos de privatización, desregulación, apertura del mercado, etc., han incidido en los incrementos de la pobreza y negativamente en el acceso a los alidel ingreso necesario para adquirir una canasta de alimentos que satisfaga suficientemente los requerimientos mínimos nutricionales (BM, 2005a: 5). 13 El mismo documento destaca que este descenso se debió a los incrementos del ingreso de la población rural promovidos por la diversificación de las actividades no agrícolas y el impacto de programas como Oportunidades y Procampo, además de las remesas (BM, 2004). 14 De acuerdo a los enfoques del neoinstitucionalismo, y en particular del capital social, este concepto es mucho más amplio pues incorpora el análisis de las estructuras horizontales e informales. Aquí se hace referencia sólo a la acepción macro del concepto. 15 En particular los estudios en América Latina hacen alusión a las políticas de ajuste de los años ochenta y noventa, que indujeron cambios importantes en la estructura productiva y en las relaciones de producción con el afán de sintonizarlas a los requerimientos del nuevo modelo agroalimentario. 198 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 199 SEGURIDAD ALIMENTARIA Y SUS REPERCUSIONES PARA LOS PRODUCTORES RURALES mentos. Pero los "arreglos institucionales" también influyen en la posibilidad que tiene el productor rural de mantenerse en el sistema, ya que como bien señala Gordillo (2004: 4-5), éstos, entre otras cosas, definen el perfil y orientación de las políticas públicas dirigidas a la producción de alimentos y con ellas, los criterios de asignación de los recursos y apoyos gubernamentales.16 El estudio realizado por la FAO sobre el impacto de las reformas en las políticas económica y comercial sobre la seguridad alimentaria (2005), destaca la necesidad de establecer como complemento a la apertura de los mercados, un paquete de programas de apoyo previos para contrarrestar, en el corto plazo, los efectos de la competencia externa en la producción doméstica, en particular en la de menor escala. Esto es algo que en México simplemente no ocurrió, pues la apertura de los mercados de productos agropecuarios obedeció a un propósito muy distinto: presionar a la baja los precios internos de los alimentos y con ello, disminuir los índices de inflación. Se estableció que fuesen el mercado y la competencia los mecanismos reguladores de la oferta nacional, y los determinantes de qué productos y cuáles productores deberían permanecer vigentes. Desde entonces, la política agroalimentaria mexicana descansa sobre dos ejes: el eficientista, cuyo propósito es promover la producción competitiva, de gran escala y alta tecnología para la exportación; y el asistencialista que trata de mitigar los efectos negativos de las políticas de ajuste estructural sobre la población rural, alentando la pluriactividad como alternativa frente a la exclusión del sistema agroalimentario. Acorde a estas dos visiones se han adoptado dos estrategias básicas: una es la aplicación en México de una iniciativa de la FAO, el Programa Especial para la Seguridad Alimentaria (PESA)17 dirigida al medio rural, y la otra tiene como base el enfoque de las Cadenas Productivas. El PESA es un programa de corte asistencialista cuyo propósito fundacional es "reducir a la mitad el número de personas que pasan hambre en el mundo para 2015". Es relevante señalar que su estrategia se centra en la promoción y apoyo de la agricultura en pequeña escala al considerarla pieza clave en la producción agrícola, la obten- 16 Un ejemplo de lo aquí señalado lo ofrece Rubio (2001) en la siguiente cita: "En el caso de México, según declaraciones de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras (ANEC), 73% de los apoyos oficiales para la comercialización en Tamaulipas fueron destinados a empresas como ADM, Bachoco, Avigram y Granero San Juan. En Sinaloa, 65% de los subsidios equivalentes a 500 millones de pesos fueron destinados a Cargill, ADM, Sabritas, Maseca, Minsa y Bachoco en 1999” (La Jornada, 7/9/00, p. 40). 17 México es una de las 105 naciones que participan en el PESA. Cada una tiene la libertad de diseñar su programa acorde a su realidad y su aplicación se realiza con la asesoría de un comité técnico de la FAO. 199 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 200 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA ción de la seguridad alimentaria, la reducción de la pobreza y la utilización sostenible de los recursos naturales. En México, el PESA comenzó a ser operado en el 2002 por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), pero su aplicación es de índole experimental y ha sido restringida a las áreas de alta marginación.18 La visión eficientista está fincada en el enfoque de las cadenas productivas y va dirigido a aquellos agentes económicos que tienen condiciones para integrarse a los complejos agroindustriales. La estrategia se basa en el desarrollo de espacios de concertación entre el sector público y privado, a través de los Comités Sistema-Producto, con el objetivo de incrementar la productividad y competitividad en todos los eslabones de la cadena (SAGARPA, 2004). En el sector público, las acciones son coordinadas por SAGARPA, y por el sector privado, la representación está a cargo de la Coordinadora Nacional de Fundación PRODUCE A.C.19 Fuera del foco de estas dos estrategias, subsiste un amplio rango de campesinos cuyas prácticas y condiciones productivas los hacen poco funcionales para ser integrados a las cadenas agroalimentarias, pero tampoco caen en la categoría de pobres extremos o no habitan en regiones de alta marginación, por lo que no son sujetos de las medidas asistencialistas. Se trata de una buena porción, 53.7% de las unidades de producción de este país, que dispone de cinco hectáreas o menos de superficie agropecuaria (SAGARPA, 2003b). La mitad de ellos son ejidatarios que poseen más de 50% del territorio nacional y tienen un promedio de 8.5 hectáreas de tierra parcelada, apenas suficiente para producir a un nivel de subsistencia (INEGI, 2001). No obstante, no es posible ignorar su importancia estratégica para el desarrollo social y económico de México, pues por un lado constituyen un grupo altamente vulnerable ante la inseguridad alimentaria y, a la vez, son los principales proveedores de los alimentos de consumo básico como el maíz, el frijol, entre otros, de alto valor cultural y nutritivo para un amplio sector de la población. 18 Denominadas "microrregiones", éstas refieren a los municipios que con base en una serie de criterios establecidos por el Consejo Nacional de Población (CONAPO) registran los índices de marginación más altos del país. En una primera etapa el PESA se concentró en los estados de Veracruz, Michoacán, Yucatán, Hidalgo y Jalisco. En un segundo momento, pretende extender la cobertura del programa al resto de las microrregiones. 19 COFUPRO es un organismo coordinador que representa a las Fundaciones Produce ante instituciones públicas y privadas a nivel nacional e internacional, como una respuesta a sus necesidades comunes y limitaciones individuales, en apoyo y soporte a la innovación tecnológica. Fuente: http://www.cofupro.org.mx/ 26 de junio 2007. 200 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 201 SEGURIDAD ALIMENTARIA Y SUS REPERCUSIONES PARA LOS PRODUCTORES RURALES La invisibilidad de este actor social se aprecia en la ausencia de una estrategia diseñada en particular para este perfil de productor en la Ley de Desarrollo Rural Sustentable (LDRS). En efecto, la LDRS promulgada en diciembre del 2001 por el Estado mexicano, tiene como propósito establecer el marco normativo de todas las acciones gubernamentales en materia de desarrollo rural, producción sustentable y seguridad alimentaria. En ella, se ha intentado armonizar las nociones eficientistas y asistencialistas, sin embargo, en la LDRS prevalece una serie de contradicciones internas, mismas que en la práctica de la gestión rural repercute en las posibilidades de acceso de los campesinos hacia los apoyos gubernamentales. Este segmento de productores, otrora uno de los ejes fundamentales de la política alimentaria del país, ha debido enfrentar los avatares de un mercado que se vuelve más complejo, con nuevas reglas operativas relacionadas no sólo con una mayor competencia externa, sino también con los cambios en los patrones de consumo y su orientación hacia productos inocuos, algunos orgánicos, etc., que le demandan la aplicación de tecnologías y conocimientos que no posee o que cayeron en desuso y necesita recuperar. Las actuales medidas de política alimentaria, diseñadas para lograr la seguridad alimentaria del país, impactan el universo global de productores, sin considerar diferencias de escala, disponibilidad de recursos, organización, ni mucho menos su cultura. En este contexto, la privatización de la asistencia técnica y la complejidad de las reglas de operación de los programas operados por SAGARPA y otras instituciones relacionadas con el sector, se convierten también en un factor de exclusión para estos productores. Por lo expuesto hasta el momento, resulta relevante analizar la situación y posibles alternativas de los campesinos mexicanos frente a los cambios en el modelo agroalimentario. Se intenta primero responder ¿Cuáles son las repercusiones del paradigma de la seguridad alimentaria para los productores rurales? Éstos pueden ser afectados a través de dos vías principalmente: el mercado y las medidas de política alimentaria. El mercado puede excluirlos, si el consumidor no demanda sus productos al considerarlos muy caros, un riesgo para la salud, o carentes de calidad, o porque su presentación no es atractiva; o bien puede incorporarlos, si el consumidor piensa que representan alimentos tradicionales y valora no sólo su contenido nutricional, sino también su significado cultural. En el ámbito de la política para la seguridad alimentaria, ésta puede ser un aliciente si se aplican programas como el PESA que fincan en este perfil su estrategia para estimular la producción de alimentos; o bien puede representar una amenaza para su subsistencia, si no se establecen los apoyos necesarios para que cumplan con las exigencias de calidad e inocuidad que les marca el mercado; si no se diseñan políticas y programas de acción específicos para este perfil de productor y sobre 201 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 202 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA todo si no se valora su aportación a la seguridad alimentaria tanto en términos de desarrollo social, de la preservación de un patrimonio cultural y del cuidado de los recursos naturales. La hipótesis central es que la estrategia plasmada en la LDRS, está generando condiciones de exclusión para los productores rurales, a pesar de que la misma establece que deben ser los principales beneficiados de las acciones derivadas de este nuevo marco legal. En el siguiente apartado se profundiza en el tema de la política agroalimentaria mexicana, sobre todo a partir de los lineamientos de la LDRS y sus contradicciones respecto a la incorporación de los productores rurales al mercado agroalimentario. Como medida alternativa, ahí mismo se exponen las características del PESA en su versión para México, y el impacto que puede tener sobre los campesinos. Para analizar las implicaciones de la nueva estructura normativa sobre este segmento de productores, en el último apartado se expone un estudio de caso de campesinos productores de queso fresco asentados en la región central del somontano sonorense. En primer lugar se muestran las repercusiones de la normatividad sanitaria estatal sobre la producción de queso fresco, en particular la relativa a la inocuidad y trazabilidad de la producción pecuaria, plasmadas en la nueva Ley Ganadera del Estado de Sonora. Ahí mismo se exhiben las evidencias de exclusión de programas federales como PROCAMPO y PROGAN presentando los perfiles de productores que realmente están siendo apoyados. Por último, en las conclusiones, además del recuento del impacto de la política alimentaria sobre la producción campesina, se exploran nuevas alternativas para potenciar la producción rural dentro del marco legal vigente. Seguridad y política alimentaria en México, perspectivas para el productor rural Como se señaló en el apartado anterior, la promulgación de la LDRS constituye un esfuerzo del Estado mexicano por unificar el marco normativo en materia de desarrollo rural, sustentabilidad, seguridad alimentaria y competitividad en el sector agroalimentario. Desde la perspectiva del productor rural, su principal aporte es la revaloración de la multifuncionalidad de la agricultura y la pluriactividad de la economía campesina como estrategias legítimas de desarrollo; aunque también, desde otro ángulo, se patentiza su renuncia al papel protagónico que le correspondió en el sistema agroalimentario mexicano hasta hace veinte años. 202 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 203 SEGURIDAD ALIMENTARIA Y SUS REPERCUSIONES PARA LOS PRODUCTORES RURALES Los aspectos esenciales de la propuesta presentada en la LDRS se detallan en el Art. 5°: I. Promover el bienestar social y económico de los productores, de sus comunidades, de los trabajadores del campo y, en general, de los agentes de la sociedad rural, mediante la diversificación y la generación de empleo, incluyendo el no agropecuario en el medio rural, así como el incremento del ingreso; II. Corregir disparidades de desarrollo regional a través de la atención diferenciada a las regiones de mayor rezago, mediante una acción integral del Estado que impulse su transformación y la reconversión productiva y económica, con un enfoque productivo de desarrollo rural sustentable; III. Contribuir a la soberanía y seguridad alimentaria de la nación mediante el impulso de la producción agropecuaria del país; IV. Fomentar la conservación de la biodiversidad y el mejoramiento de la calidad de los recursos naturales, mediante su aprovechamiento sustentable; y V. Valorar las diversas funciones económicas, ambientales, sociales y culturales de las diferentes manifestaciones de la agricultura nacional.20 De manera puntual en el Art. 4° se agrega un componente fundamental de la nueva estrategia para el campo: … elevar la productividad, la rentabilidad, la competitividad, el ingreso y el empleo de la población rural. En ambos artículos la apuesta es a construir una estrategia única que compagine una vía para resolver el rezago social del medio rural con las exigencias de rentabilidad, productividad y competitividad que demanda un sistema agroalimentario globalizado. El tema de la seguridad alimentaria por su parte, se presenta en sus dos acepciones principales: como acceso a los alimentos y como calidad sanitaria de los mismos. En el primer caso, la seguridad alimentaria aparece como un componente más de la lucha del Estado Mexicano contra la pobreza y de su compromiso para construir un desarrollo económico con justicia social y equidad. Así se consigna en el capítulo XVII: "procurar el abasto de alimentos y productos básicos estratégicos a la población, promoviendo su acceso a los grupos sociales menos favorecidos y dando prioridad a la producción nacional" (LDRS 2001:46). Ahí mismo se definen claramente los productos estratégicos para la seguridad alimentaria: maíz, caña de azúcar, frijol, trigo, arroz, sorgo, café, huevo, leche, carne de bovinos, porcinos, aves y pescado (Ibidem). 20 Negrillas y subrayado de las autoras. 203 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 204 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA No obstante esta definición, a lo largo de la LDRS es reiterativo el impulso que se pretende dar a la reconversión productiva en aras de establecer aquellos cultivos que, como primera prioridad, contribuyan a la productividad y competitividad del sector agropecuario y en segunda instancia, al objetivo de la soberanía y seguridad alimentaria (Art. 53).21 En el eje de esta estrategia, la cadena productiva22 aparece como principio ordenador del quehacer gubernamental en el campo y los Comités Sistema-Producto23 como las instancias creadas para la concertación y planeación de la producción. El planteamiento incorpora la participación de productores agropecuarios, agroindustriales y comercializadores y sus organizaciones (Art. 149). En la otra vertiente de la seguridad alimentaria, la de la sanidad, se prevé como principal acción la creación de un Sistema Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agropecuaria y Alimentaria (Cap. VIII, Art. 92), a través del cual se fomentará la normalización, organizará y llevará a cabo las campañas de emergencia y las campañas fitozoosanitarias, e impulsará los programas para el fomento de la sanidad agropecuaria (Art. 93). Muy ligado a este punto, el Art. 98 establece Servicio Nacional de Normalización e Inspección de Productos Agropecuarios y del Almacenamiento, Servicio Nacional de Normalización e Inspección de Productos Agropecuarios y del En efecto, al final del artículo citado se menciona la seguridad alimentaria como un criterio para llevar a cabo la reconversión productiva; empero, a lo largo del texto de la LDRS, la reconversión se asocia más a hacer un uso eficiente del recurso y mejorar el ingreso de la población rural. El tema de la reconversión productiva es el más recurrente de la LDRS. Se trata en los Artículos: 22°, c.; 27°, VII, 32°, IV; 37°, XV y XVIII; 53°, 57°; 58°; 59°; 62°; 111°; 118°; 130°; 132°; 139°; 144°; 170°; 171°; 187°; 190°, IV. 22 Cada Comité Sistema-Producto cuenta con un reglamento específico. En ellos, los conceptos Sistema-Producto y Cadena Productiva se asumen como sinónimos: "Sistema Producto o Cadena Productiva: el conjunto de elementos y agentes que concurren en los procesos producción-consumo pecuarios, incluidos abastecimiento de equipo técnico, insumos productivos, recursos financieros, la producción primaria, acopio, almacenamiento, transformación, distribución, comercialización, consumo valor alimenticio y actividades conexas, que tienen por objeto el mejor desarrollo de la cadena". 23 La definición de los Sistema-Producto está inspirada en el enfoque de cadenas productivas diseñado por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), que al igual que la FAO participa como organismo asesor en la definición y aplicación de la política alimentaria de México. Existe un acuerdo de cooperación entre SAGARPA y el IICA, de donde se deriva la iniciativa del Zócalo Rural para México. Ésta tiene por objetivo "contribuir a enriquecer el proceso de toma de decisiones de quienes diseñan y ejecutan las políticas agropecuarias y rurales, mediante recomendaciones oportunas y viables que se constituyan en referentes para las discusiones y análisis internos sobre el campo mexicano". Uno de los componentes de esta iniciativa está enfocado al desarrollo de las cadenas productivas. Es posible obtener información sobre este enfoque y del acuerdo IICA-SAGARPA, en las siguientes páginas: http://www.iica.int/documentos/agendas/México.pdf; http://www.infoaserca.gob.mx/ponencias/DRMOSCARDI-presASERCA.pdf; y en el artículo de Hernández y Herrera, 2005. 21 204 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 205 SEGURIDAD ALIMENTARIA Y SUS REPERCUSIONES PARA LOS PRODUCTORES RURALES Almacenamiento. En general, la estrategia se encamina a poner en sintonía la normalización sanitaria nacional con lo que demanda actualmente el mercado mundial agroalimentario y a implementar las medidas necesarias para proteger la producción interna de posibles embestidas infecciosas provenientes del comercio internacional.24 Ahora bien, de regreso al tema de la estrategia productiva que marca la LDRS en relación con la seguridad alimentaria, o con la producción agropecuaria en general,25 la puesta en el centro de las cadenas productivas y de los Comités Sistema-Producto evidencia el papel marginal de la agricultura campesina en el modelo agroalimentario implícito en la LDRS. Frente a la producción agropecuaria de pequeña escala, la posición de la LDRS es ambigua, difusa, a diferencia de la atención que reciben los Sistemas-Producto o cadenas productivas. Este modelo se basa en el impulso de la competitividad de cada Sistema Producto, para incrementar y mejorar la oferta de alimentos.26 La historia reciente de los productores rurales mexicanos ha dejado claro que más que integrarse a cadenas productivas, están siendo expulsados de aquéllas en las que antes participaban, al no reunir los requisitos mínimos de productividad27 demandados por los demás eslabones,28 por lo que En términos de inocuidad, las emergencias sanitarias ocurridas en las últimas décadas, como la enfermedad de "las vacas locas" a mediados de los noventa o la influenza aviar en los albores del siglo XXI han volcado la atención mundial hacia estos aspectos de la seguridad alimentaria. En esta temática se incluyen otros problemas como el uso indiscriminado de insumos contaminantes en la producción de alimentos: plaguicidas, fertilizantes, hormonas, entre otros, que tienen graves consecuencias en la salud humana. 25 La estrategia productiva de la LDRS no se halla claramente vinculada a la seguridad alimentaria. En principio persigue la creación de riqueza para la población rural, sea en su calidad de productores, trabajadores o prestadores de servicios, a través del incremento de la productividad y de la selección de los cultivos más competitivos conforme a las ventajas comparativas de cada lugar. En suma, se trata de generar riqueza que se traduzca en una mejora de las condiciones de vida de la población mediante la explotación de cultivos y actividades pecuarias dirigidas o no al mercado nacional (Arts. 4°; 5°; 55°, VII; 118°, entre otros). 26 Una oferta que tal vez no encuentre demanda en el mercado interno en virtud de la caída del poder adquisitivo de grandes porciones de la población, sobre todo rural, al verse obstaculizada para continuar con sus actividades tradicionales. 27 Y ahora, calidad e inocuidad. 28 Ya señalaba Aguirre (1985) que la distribución del trabajo y de la ganancia social en la cadena productiva depende de las relaciones de poder que se estructuren al interior de la misma. Por lo general, los agentes económicos ubicados en los eslabones que requieren de mayores inversiones de capital, son quienes controlan todo el proceso hacia delante y hacia atrás. 24 205 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 206 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA es difícil encontrarlos integrados a las cadenas agroalimentarias, o en las que aún se mantienen, participan de manera marginal y en total posición de desventaja.29 Un ejemplo de esta situación se presenta en el seno mismo de los Comités SistemaProducto, donde la presencia de los campesinos es nula o se ve relegada de la toma de decisiones y definición de los planes rectores. Hay que recordar que estos comités han sido concebidos por la LDRS como los espacios para la participación y concertación de todos los agentes económicos involucrados en una cadena productiva; que el Plan Rector es el principal instrumento de gestión y planeación; y que su diseño está concebido para ser el resultado de un ejercicio participativo, que en los hechos adolece de una representatividad equitativa. El asunto merece particular atención sobre todo si se considera que es aquí donde se define el destino y la proporción de los apoyos gubernamentales aplicados en materia de política alimentaria30 y, por consiguiente, es donde se determina el perfil de los agentes económicos que serán beneficiados con tales medidas. Para hacer más específico el señalamiento, baste citar una de las conclusiones del Informe de Evaluación del Programa Fomento Agrícola de SAGARPA, realizado por la FAO31 en el 2005: En lo que se refiere a la utilización del Programa de Fomento Agrícola para apoyar inversiones que incidan en la integración de cadenas, se aprecia una tendencia a mayores asignaciones en infraestructura y equipamiento poscosecha, aunque todavía son marginales respecto de las inversiones en componentes asociados a la producción primaria. Las inversiones en la fase poscosecha generalmente se concentran en las ramas hortícola y frutícola, y las realizan fundamentalmente los productores de mayores recursos, que tienen la escala productiva necesaria para abordar ese tipo de proyectos. Los pequeños productores enfrentan problemas de organización que impiden alcanzar las escalas necesarias, además de las restricciones para acceder a fuentes de crédito (SAGARPA-FAO, 2006: 64). No se dispone de estudios que demuestren que hay un incremento en la participación de los campesinos y sus unidades en las cadenas agroalimentarias, en cambio la migración y el abandono de las tierras es un signo evidente de la marginación que están viviendo. 30 Entre los múltiples recursos invertidos a la promoción de los Sistema Producto, se encuentra el Fondo Sectorial de Investigación en Materias Agrícola, Pecuaria, Acuacultura, Agrobiotecnología y Recursos Filogenéticos, que se financia con recursos de SAGARPA, COFUPRO (Coordinadora Nacional de Fundación PRODUCE A.C.) y CONACyT (Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología), organismos que invirtieron para este fin, 487.1 millones de pesos entre 2002 y 2005. Fuente: http://www.sifp.org.mx/file/boletin/Anexo8B42.pdf. 31 "Por acuerdo entre SAGARPA y FAO, este organismo internacional comenzó a participar en la evaluación de Alianza desde 1999, año en que se evaluó el ejercicio correspondiente a 1998. La evaluación se fue modificando cada año para responder a los requerimientos del gobierno federal y servir de apoyo a la toma de decisiones de los responsables de la política sectorial" (FAO-SAGARPA, 2006: 6). 29 206 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 207 SEGURIDAD ALIMENTARIA Y SUS REPERCUSIONES PARA LOS PRODUCTORES RURALES Por otro lado, la pluriactividad de las unidades de producción campesina reconocida en la propia LDRS (Art. 156°), como uno de sus rasgos distintivos, en la práctica también se vuelve un obstáculo para que el productor rural se articule a alguna cadena productiva ya que le demanda una especialización que no tiene y que de ser adoptada, pondría en riesgo su "integralidad" y su sobrevivencia. Por tradición, las unidades de producción campesinas han hecho de la combinación de actividades su estrategia básica de subsistencia. Por ejemplo, en una misma unidad de producción es posible encontrar entrelazadas la producción agrícola, de la cual alguna parte se destina al autoconsumo doméstico; otra, al consumo productivo; y una porción más, a la comercialización. Si se tiene producción ganadera,32 mientras el becerro se vende o se levanta la cosecha de maíz, la producción y venta de leche y queso permite obtener ingresos para solventar los gastos domésticos diarios; mientras que los ingresos obtenidos por la venta de becerros, se utilizan para saldar las deudas generadas por las otras actividades o por los gastos de la familia. También se elabora mezcal, leña, carbón u otros productos artesanales en determinadas épocas del año, para complementar la caída de la producción de leche. Por lo tanto, no es posible desarticular la diversidad de actividades de la unidad de producción, ya que su combinación guarda un frágil equilibrio. Nunca poseen suficiente ganado para subsistir sólo de la ganadería, ni suficiente tierra para sólo ser agricultores, o sólo recolectores, carboneros o mezcaleros. Es decir, la participación en cadenas productivas requiere de cierta especialización, contraria a la esencia misma y a la tradición de la economía campesina. La LDRS no concibe a la unidad de producción campesina como un sistema en sí mismo, obvia que se trata de "un conjunto de actividades que un grupo humano organiza, dirige y realiza, de acuerdo a sus objetivos, cultura y recursos, utilizando prácticas en respuesta al medio ambiente físico" (Berdagué, 1987: 3). Estos sistemas están organizados para satisfacer necesidades de producción y de consumo a la vez, disponen de recursos escasos, y su fin último es la sobrevivencia de la familia y la conservación de los recursos productivos. Bajo estas condiciones, la decisión del campesino de integrarse a una estrategia basada en cadenas productivas, lo llevaría a desequilibrar su sistema de producción y Una de las principales características de las unidades de producción campesina es la explotación de ganado en combinación con la agricultura. En un estudio de la producción de doble propósito realizado por el Colegio de Posgraduados, se identifican las regiones donde se realiza explotación familiar de ganado lechero, que alimentan con base al pastoreo y con los esquilmos de lo que siembra el productor. Once estados están señalados con esta modalidad de producción, donde se incluye Sonora y otros de los que concentran mayor extensión territorial en México. COLPOS-FUNPROVER-SAGARPA (2003). 32 207 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 208 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA por lo tanto a arriesgar su sobrevivencia. En otros términos, la LDRS trata de hacer compatibles dos lógicas de producción contradictorias: la del campesino, cuya receta ha sido: "diversificar para sobrevivir"; y la de los agentes que participan en las cadenas productivas: "especializarse para lograr la competitividad". Más aún, en la visión de la política alimentaria la competitividad del modelo agroalimentario se relaciona con la creación de nichos productivos que, basados en la lógica de las ventajas comparativas y competitivas, se orientan prioritariamente hacia el mercado externo. Así, quienes más han aprovechado las políticas y programas encauzados a los Sistemas-Producto, han sido los focalizados hacia ese mercado, como los productores de hortalizas y frutales, rubros donde se concentran los agentes económicos más consolidados, que realizan fuertes inversiones de capital, utilizan tecnología de punta y en general disponen de recursos productivos en cantidad y calidad suficientes. Los productores rurales están fuera de este segmento ya que la gran mayoría se orienta al mercado interno. Otro elemento de exclusión es la apuesta que hace el Estado a la tecnología como la vía para resolver el problema alimentario. Uno de los objetivos de los planes rectores de los Sistema-Producto, a través del Programa Estratégico de Necesidades de Investigación y Transferencia de Tecnología (PES) (López, 2006: 7), fue identificar prioridades de investigación y desarrollo. Entre los proyectos que se están promoviendo a través del PES, está la elucidación completa del genoma del maíz, que tiene como fin último la creación de un Laboratorio Nacional de Genómica. Paradójicamente, los campesinos mexicanos, principales productores33 y consumidores de maíz, rechazan la manipulación genética como vía alterna para el incremento de la producción, por considerar que es una amenaza de contaminación de las especies nativas.34 Por otra parte, la LDRS de nueva cuenta ubica el eje de la estrategia de innovación tecnológica en las cadenas productivas (Art. 37, I) y no contiene ninguna disposición específica para los productores rurales35 que carecen de las condi33 "El maíz es el cultivo más importante de México pues cerca de tres millones de productores, en su mayoría campesinos, con parcelas menores a cinco hectáreas participan en su producción [….]. Casi el 70 por ciento de los productores siembra variedades de maíz nativas y seleccionadas entre sus propias semillas o intercambiadas con otros agricultores." Declaración "Maíz, Soberanía Alimentaria y Terminator", Encuentro Campesino, 14 de Marzo de 2006, México. 34 En general, las organizaciones firmantes de la Declaratoria "Maíz, Soberanía Alimentaria y Terminator" consideran que la importación de maíz ha presionado a los productores locales bajando los precios y amenazando su subsistencia (Ibidem). 35 El Art. 41 aduce los criterios de inclusión y participación en el rubro de transferencia de tecnología y la prioridad que revisten los productores ubicados en las zonas más marginadas del país, pero fuera de esta referencia no se encuentran en la LDRS otras alusiones al respecto. 208 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 209 SEGURIDAD ALIMENTARIA Y SUS REPERCUSIONES PARA LOS PRODUCTORES RURALES ciones productivas y de los altos montos de inversión que sí disponen de los agentes económicos que controlan las cadenas productivas. Es precisamente por esta razón que la innovación tecnológica es reconocida como uno de los factores más excluyentes del nuevo paradigma agroalimentario (Teubal, 2001; León, 2004; Chiriboga, 1997; Trápaga, 2005). Un elemento más de exclusión lo constituye el tema de la organización. En efecto, la LDRS establece la existencia de organizaciones económicas sólidas y representativas como condición para otorgar apoyos. Por tanto, propone el estímulo a la asociación y organización económica y social de los productores del medio rural (Arts. 27°, VIII; 31°, III; 32° II; 49°, 51°, 57°, 62°, 89°, 108°, 119°, 121°, Cap. XIV, 144°, 148°, III; 148°, 149° y 154°). No obstante, la consolidación de una organización productiva es un proceso de largo plazo que supone la presencia de ciertas habilidades: sujetos participativos, con capacidad de gestión y conocimientos básicos legales, contables e incluso sobre estrategias para la solución de conflictos. Estas habilidades no se logran por decreto y, sin embargo, la misma LDRS condiciona los apoyos a las organizaciones, a que éstas cuenten con programas de actividades, proyectos productivos y de desarrollo social, así como con experiencia suficiente para plantear programas de actividades para formación de cuadros técnicos, estudios estratégicos y otros (Art. 148). Ahora bien, una estrategia que pretenda cumplir los propósitos de la seguridad alimentaria y a la vez los requerimientos de un desarrollo rural sustentable, debería partir del reconocimiento inicial de la unidad productiva campesina como un Sistema Productivo Integrado, que requiere de un tratamiento holístico, al momento de diseñar políticas públicas relativas. Al respecto la FAO señala: Por lo general [las fincas]36 consisten de una amplia gama de procesos interdependientes de recolección, producción, y poscosecha. Por lo que, aparte de la producción y crianza del ganado, las formas de subsistencia del hogar agropecuario pueden incluir pesca, agroforestería, así como actividades de caza y recolección. También se incluye el ingreso extrapredial que aporta significativamente a las formas de subsistencia de muchos de los hogares rurales de bajos ingresos… Un sistema de producción agropecuaria,…se define como el conglomerado de sistemas de fincas individuales, que en su conjunto presentan una base de recursos, patrones empresariales, sistemas de subsistencia y limitaciones familiares similares; y para los cuales serían apropiadas estrategias de desarrollo e intervenciones también similares37 (FAO, 2001b: 10). 36 37 Por fincas la FAO se refiere a las unidades de producción familiares, campesinas o rurales. Negrillas de las autoras. 209 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 210 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA A diferencia de la estrategia alimentaria de la LDRS centrada en las cadenas productivas, el PESA es un programa diseñado específicamente para la agricultura familiar y reconoce la función decisiva que debe desempeñar en el desarrollo económico y la reducción de la pobreza en casi todos los países en desarrollo. Parte de la premisa de que la agricultura campesina puede incrementar su productividad mediante la introducción de algunos cambios tecnológicos relativamente sencillos, económicos y sostenibles. De esta manera, no sólo mejorarían sus medios de subsistencia y estimularían el crecimiento de la economía rural, sino que también crearían excedentes que contribuirían a la seguridad alimentaria nacional. En México este programa también está enmarcado en la LDRS y su estructura operativa está basada en los diversos organismos (fig. 1) constituidos o reforzados a partir de la ley. En este contexto, el PESA tiene como objetivos generales garantizar: el suministro y disponibilidad de alimentos suficientes; la estabilidad en el suministro; el acceso y poder para adquirir los alimentos y, la calidad e inocuidad de éstos. Los principios rectores que orientan el diseño de los proyectos del PESA son: la visión de abajo hacia arriba, y la participación y reflexión de la población objetivo, sobre las soluciones a su problemática. Las acciones del programa se enfocan a la "promoción de la productividad agropecuaria y el aumento de los ingresos de los pequeños agricultores para contribuir a mejorar la seguridad alimentaria a nivel familiar y nacional".38 Como se señaló, en el caso mexicano el PESA se ha aplicado en una fase experimental y se ha restringido a zonas marginadas.39 Generalizar una estrategia como la implícita en el PESA para incluir a todos los productores rurales, sean o no de zonas marginadas, requería de la existencia de condiciones previas en los dos principales 38 Op. cit. Esta visión ha sido planteada desde el Enfoque de Modos de Vida Sostenible (MVS), cuyos principios rectores se detallan a continuación: a) centrarse en la participación de la población objetivo; b) reconocer que las estrategias de subsistencia son multisectoriales y que involucran diversos actores; c) reconocer las potencialidades de la población; d) fortalecer sus estrategias y mecanismos de solución a sus necesidades; y e) garantizar la sostenibilidad de los medios de vida como base para reducir la pobreza (FAO, 2001a). Este enfoque llamado también Medios de Subsistencia Sostenibles fue originalmente propuesto por el Departamento para el Desarrollo Internacional (DFID) de Inglaterra. Para obtener detalles sobre algunas aplicaciones de este enfoque ver Clearly 2003. 39 Como parte de los objetivos del PESA, SAGARPA realizó una sistematización de experiencias donde se exponen las dificultades que se presentaron durante la ejecución de los proyectos. Para fines de este trabajo se revisaron dos de ellas: la sistematización de experiencias de los proyectos de ganadería en Carácuaro, Michoacán, en Jilotlán de los Dolores, Jalisco; y la del café, en varias comunidades de los municipios de Eloxochitlán y San Sebastián Tlacotepec, Puebla. Los documentos están disponibles en la página de SAGARPA: http://www.sagarpa.gob.mx/sdr/pesa/documentos/documentos.htm 210 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 211 SEGURIDAD ALIMENTARIA Y SUS REPERCUSIONES PARA LOS PRODUCTORES RURALES Figura 1 Estructura operativa del PESA en México Fuente: http://www.sagarpa.gob.mx/sdr/pesa/institucionalizacion/institucionalizacion.htm ámbitos involucrados en sus acciones: el institucional y el social. En el primero, que involucra los "arreglos institucionales", se hace necesario, entre otras cosas, reorganizar el trabajo de las dependencias relacionadas con el desarrollo rural. Actualmente están estructuradas con un enfoque sectorial, que resulta incompatible con la visión holística que demanda la atención a este perfil de productor, lo cual dificulta la coordinación de la oferta institucional. Otro factor relevante en este punto es que el campo de acción de los programas de cada dependencia está diseñado para universos homogéneos. Las Reglas de Operación40 de los principales programas de apoyo pro- Ver por ejemplo las Reglas de Operación de la Alianza para el Campo para la Reconversión Productiva; Integración de Cadenas Agroalimentarias y de Pesca; Atención a Factores Críticos y Atención a Grupos y Regiones Prioritarios (Alianza Contigo, 2003). Viernes 25 de julio de 2003 Diario Oficial (Tercera Sección). 40 211 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 212 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA ductivo de SAGARPA consideran una serie de requisitos, trámites y documentación que difícilmente pueden ser cubiertos por los campesinos.41 En el ámbito social, el éxito de la planeación participativa para el diseño de proyectos depende de la respuesta a la convocatoria de los talleres o reuniones de trabajo. Sin embargo, es difícil obtener una respuesta favorable en comunidades con altos niveles de marginación. En estos casos, es necesario primero trabajar en la integración social de la población, lo que significa un proceso lento, y traslada a un segundo momento el aprendizaje de la planeación participativa. Asimismo, es necesario trabajar en la construcción y el fortalecimiento de los Consejos de Desarrollo Rural Sustentable (en fig. 1: CDDRS y CMDRS), - organismos bases para el trabajo del PESA -, para garantizar la representatividad de todos los sectores de la población rural en sus distintos niveles y capacitar a sus integrantes en diversos tópicos de la gestión del desarrollo. La metodología que propone el PESA resulta muy congruente para integrar a los pequeños productores en una estrategia para enfrentar la inseguridad alimentaria. Sin embargo, su riqueza no será aprovechada si el PESA sólo se considera como un programa más para resolver la pobreza y no como parte de una estrategia general de Desarrollo Rural.42 Desafortunadamente, el campo de acción del programa lo ubica en la primera categoría, lo que genera un gran vacío de atención en el universo de los productores rurales, ¿Qué pasa con los productores de baja escala que no se encuentran en las 250 microrregiones atendidas por el PESA, y que tampoco están considerados dentro de la estrategia de los Sistema-Producto de la LDRS? Estos productores también forman parte del sistema agroalimentario en términos de oferta y de demanda. Viven las presiones de la globalización no sólo por la competencia de la oferta externa, sino también por las exigencias de mayor sanidad y calidad en los productos que tradicionalmente ofrecen. No obstante su importancia social, productiva y estratégica, y a pesar del discurso político de la propia LDRS, este perfil de productor no constituye una prioridad para el Estado mexicano; se ha vuelto invisible en la definición de prioridades y líneas de acción gubernamentales en materia de seguridad alimentaria. Tal es su situación que en la práctica, la operatividad misma de los programas estatales se ha convertido en un factor más de exclusión. En ocasiones ni siquiera cuentan con acta de nacimiento o credencial de elector, además del alto índice de analfabetismo que existe en el medio rural. 42 La fase piloto que se realizó en México de 2002 al 2005, comprendió el trabajo en 32 municipios. Durante esta primera fase la FAO invirtió en el país 6.35 millones de dólares, mientras que SAGARPA comprometió un fondo de 20.5 millones de dólares para la ejecución de los proyectos derivados del programa. 41 212 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 213 SEGURIDAD ALIMENTARIA Y SUS REPERCUSIONES PARA LOS PRODUCTORES RURALES Para ilustrar la situación del productor rural en México, en el siguiente apartado se presenta el caso de los campesinos ganaderos de la región centro del estado de Sonora. En el estudio de caso, se exponen las presiones a las que actualmente están sujetos, ante el nuevo paradigma de la seguridad alimentaria, y cómo se ubican en el panorama actual que configura la política alimentaria vigente a nivel regional y nacional. Productores rurales de queso fresco. Repercusiones locales de un problema global En Sonora, sólo cuatro municipios de la entidad están catalogados como microrregiones, y todavía ninguna de ellas forma parte del PESA. Sin embargo, existen muchos productores de las regiones serranas y del sur del estado, que también presentan características de marginación. Aunque la CONAPO los clasifique como de marginación media, si no se aplican medidas para atender su problemática, pronto pasarán a la siguiente categoría. Los productores que constituyen el objeto de estudio para este trabajo se ubican en la región central de la entidad, que comprende los municipios de Ures, La Colorada, Mazatán y Villa Pesqueira. Estos municipios ocupan 5.3% de la superficie estatal, y en ellos habita 0.7% de la población sonorense, según el Censo de Población y Vivienda del 2000. En la figura 2 se observa que la región colinda con el municipio de Hermosillo, principal centro urbano y capital del estado. Las actividades económicas de esta población se concentran en el sector agropecuario, principalmente en la ganadería. Aunque prevalece el ganado productor de carne, el principal producto que sostiene la economía en esta región es el queso fresco. La mayor parte de las unidades de producción ordeñan todo el año, no obstante que se obtiene un promedio de cinco litros de leche diarios por cada vaca de vientre. Los hatos se forman con ganado criollo, producto de cruzas de distintas razas como charolais, simmental, brangus y cebú, que se caracterizan por ser productoras de carne, ya que el segundo producto principal es el becerro para exportación. Aproximadamente, 80% de los productores poseen 30 vacas de vientre o menos, lo cual sólo les permite trabajar a un nivel de subsistencia, con ingresos suficientes para solventar los gastos productivos y el sostenimiento de sus familias, sin posibilidades de acumular o reinvertir en sus ranchos. La producción de queso se realiza de forma artesanal, con ordeña manual y en instalaciones rústicas, ya sea en los ranchos o en las casas de los productores en los pueblos. A pesar de la importancia regional de la activi213 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 214 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA Figura 2 Región quesera dad, no se registra en el Censo Económico, ni en el Censo Ganadero del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI). Según estimaciones propias, con base en información de campo y del inventario ganadero para 2006,43 tan sólo entre los municipios de Villa Pesqueira y Mazatán, los más especializados en producción de queso de la región, se producen actualmente cerca de 70 toneladas semanales de queso en los meses de mayor oferta, y casi 50 en los meses de baja producción. Lo anterior se traduce en una entrada bruta semanal para estos dos municipios de, aproximadamente, $1'200,000.00 (108, 303.25 dólares) y un $1'500,000.00 (135, 379.06 dólares), en relación a los tiempos señalados. Estos ingresos sostienen directa o indirectamente a más de 600 familias, una razón de peso para atender la problemática de estos productores. Además, los municipios queseros presentan un proceso de expulsión de población desde fines de los setenta, por lo que han perdido casi 9% de sus habitantes en los últimos 30 años, básicamente a causa de la falta de oportunidades de empleo. 43 Censo Ganadero 2006 del Departamento de Autorizaciones y Estadística de Fomento Ganadero del Estado de Sonora. 214 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 215 SEGURIDAD ALIMENTARIA Y SUS REPERCUSIONES PARA LOS PRODUCTORES RURALES El principal problema que enfrentan los productores es la fluctuación en la cantidad de queso producida durante el año, a causa de la estacionalidad que caracteriza la producción de leche. Lo anterior se manifiesta con un incremento de la oferta quesera en la época de lluvia, entre julio y septiembre, y una caída paulatina al empezar el invierno, que continúa hasta el siguiente ciclo de lluvias. Estos movimientos en la oferta de queso se reflejan en los precios que los intermediarios pagan a los productores: cuando se satura el mercado, el precio baja y cuando escasea el producto el precio sube. Entre 80% y 90% del queso fresco de la región, se comercializa en la ciudad de Hermosillo; por ello, la demanda es limitada, generando fuertes presiones para la subsistencia de los productores, sobre todo de los más vulnerables. En materia de reglamentación, existen diversos documentos que enmarcan legal y sanitariamente la actividad. Entre los principales están la Norma Oficial Mexicana NOM-121-SSA1-1994, Bienes y servicios. Quesos: frescos, madurados y procesados; el Reglamento de Control Sanitario de Productos y Servicios de la Secretaría de Salud; Programa de Mediano Plazo 2004-2009 en Desarrollo Pecuario; y la Ley Ganadera para el Estado de Sonora. Los dos primeros constituyen el marco sanitario de la producción de queso, en ellos se describen las condiciones de producción y las características que debería presentar el producto para ser apto para el consumo humano. En el caso de la nueva Ley de Ganadería para el Estado de Sonora (LGS) promulgada en noviembre de 2005, se incorporan algunos de los principios que promueve la LDRS: desarrollo sustentable; fomento a la participación de los productores en la definición de las acciones para el desarrollo pecuario, a través de sus organizaciones; y, diversificación productiva. En términos de seguridad alimentaria, se introduce el concepto inocuidad en el Título Cuarto, donde se exponen cuestiones de sanidad e incluyen un nuevo sistema de "rastreabilidad", el arete SINIIGA (Sistema Nacional de Identificación Individual de Ganado); un dispositivo para identificar la propiedad y origen del ganado, que constituye un acercamiento al proceso de trazabilidad señalado anteriormente. También establece una serie de observaciones en torno a la movilización de subproductos pecuarios, encaminadas a garantizar su procedencia legal y el cumplimiento de las normas sanitarias. Sin embargo, estas disposiciones se refieren básicamente a la carne y su tratamiento en los rastros de la entidad, no se hace mención específica de otros subproductos como leche y/o quesos, y cuando se refieren a diversificación productiva, ésta se limita al estímulo de actividades como la apicultura y la explotación de ranchos cinegéticos. Respecto a la participación de los productores, se establece que será a través de sus organizaciones; sin embargo, esta tarea está reservada para aquellas organizaciones que cumplan ciertas condiciones para ser nombradas "organismos de cooperación" de 215 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 216 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Recursos Hidráulicos, Pesca y Acuacultura, dependiente del Gobierno del Estado (SAGARHPA). La Unión Ganadera Regional de Sonora (UGRS) y sus asociaciones locales forman parte por decreto de estos organismos. No obstante, el resto de las organizaciones que busquen la oportunidad de cooperar con la SAGARHPA tendrán que cubrir requisitos como: asociados con unidades de producción económicamente viables, amplia representación, infraestructura suficiente, número y calidad de animales, entre otros (Gobierno del Estado de Sonora, 2005:7). Estas condiciones,44 dejan fuera cualquier asociación de productores de pequeña escala, ya que no cumplen con algunos de los criterios, principalmente los que implican recursos productivos. De esta forma, su participación sólo se puede realizar a través de las representaciones locales de la UGRS, donde difícilmente sus problemas son prioritarios, ya que esta organización está más enfocada a dar servicio a los ganaderos de gran escala y de sus empresas. En particular, la producción de queso no es un tema relevante para la asociación, a pesar de que más de 90045 ganaderos están registrados en el censo de la región y de que más de la mitad depende principalmente del queso. En contraste, la UGRS sí ha apoyado y encabezado la gestión para la creación de una planta lechera altamente tecnificada en Hermosillo. Este proyecto recibió recursos federales, estatales y del ayuntamiento de Hermosillo.46 La planta denominada "Industria Láctea Integradora de Sonora" (ILIS) pertenece a la UGRS y a los lecheros de Caborca, Hermosillo y Ciudad Obregón. Estos lecheros son productores de gran escala, capaces de producir 60 mil litros de leche diarios, que posteriormente podrían incrementarse hasta 100 mil litros diarios. La industria producirá leche pasteurizada, yogur y también queso, que consti44 Al igual que las condiciones que impone la LDRS en el art. 148 para el acceso a los recursos públicos, como se señaló en el apartado anterior. 45 En Villa Pesqueira y Mazatán el censo ganadero registra 651 productores con ganado, los datos para los municipios de Ures y La Colorada se estimaron porque sólo algunas localidades se dedican a la producción de queso para exportar a Hermosillo. No se dispone de información por localidad, así que se tomó 15% de los productores de Ures y 20% de La Colorada, considerando que esas son las proporciones de la población total de cada municipio que habita en las localidades queseras. En total se obtuvo un dato de 284 productores para ambos municipios y de 935 en toda la región. 46 De parte del ayuntamiento, la planta recibió en donación el terreno del parque industrial donde se encuentra instalada, y del Gobierno del Estado recibió, además de recursos financieros, el compromiso de parte del Gobernador Eduardo Bours de gestionar con los titulares del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), para que la leche utilizada en los desayunos escolares sea surtida por esta planta. Fuente: Diversas notas de la página del periódico El Imparcial: http://www.elimparcial.com/ y de la página del gobierno del estado de Sonora: http://www.sonora.gob.mx/noticias/templates/template_ principal.asp?articleid=802&zoneid=33 216 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 217 SEGURIDAD ALIMENTARIA Y SUS REPERCUSIONES PARA LOS PRODUCTORES RURALES tuirá 40% de la producción, lo cual seguramente generará mayor presión al mercado local del queso fresco y a la subsistencia de los queseros de la región. Las exigencias sanitarias y la producción artesanal de queso fresco Uno de los principales motivos que excluye a los campesinos productores de alimentos, de los grandes apoyos gubernamentales, es el desarrollo de prácticas productivas inseguras que exponen el producto a diversos factores de contaminación, tanto en el área de producción como durante el transporte. Efectivamente, la infraestructura productiva de los ranchos ganaderos de la región es muy rústica: los corrales de ordeña tienen piso de tierra, no hay un depósito para las heces fecales de las vacas, la ordeña es manual y no se lavan las ubres, el queso se elabora en muchos casos cerca de los corrales y en un área abierta. Son pocos los ranchos que cuentan con un cuarto cerrado y con mosquiteros para elaborar el queso. La mayor parte de los quesos fabricados en la región no pasa la prueba de laboratorio que efectúa la Secretaría de Salud. Esta prueba se basa en las especificaciones de la NOM de quesos señalada anteriormente, referida a los contenidos mínimos de microorganismos en el producto: coliformes fecales, staphylococcus aereus, hongos y levaduras, salmonella y listeria monocytogenes.47 El principal problema del queso son los tres primeros microorganismos, cuyos conteos resultan muy elevados respecto a la norma. En el caso de fecales, es consecuencia básicamente del uso de cuajo natural para gelatinizar la leche, de la falta de higiene al ordeñar la vaca, así como de la elaboración al aire libre del producto. El cuajo es una parte del estómago de las vacas, y se mantiene en un recipiente conservado en sal y suero de leche, esto contamina el queso. Sin embargo, a decir de los rancheros e intermediarios, el queso hecho con cuajo natural es el mejor, tiene mucho mejor sabor En el caso de listeria, el análisis de la Secretaría de Salud a los quesos frescos no incluye esta prueba, sólo se realiza si es solicitado por el cliente. Sin embargo, es posible que sea aprobada su distribución sin necesidad de realizarla. A nivel nacional y particularmente en Sonora, no se tienen registrados casos de listeriosis en la población, por esta razón no existe por el momento una medida específica al respecto por parte de la secretaría. Según estudio realizado en CIAD, A.C. (Enríquez et al., 2005), la listeria causa serios problemas de salud. La bacteria ha sido detectada en algunos quesos sonorenses, aunque no se especifican los municipios de origen de los quesos contaminados. No obstante, los anuarios de salud no registran casos de listeriosis en 2002 ni en 2003. 47 217 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 218 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA y aroma, dura más en anaquel y no se corre el riesgo de intoxicación al consumirlo.48 El uso de cuajo de botella o de pastilla, según la experiencia de quienes entregan el queso en Hermosillo, ha provocado la intoxicación de los consumidores, sobre todo cuando empezaron a utilizarlo porque no tenían bien calculada la cantidad. Por esta razón, muchos productores, después de utilizar cuajo comercial por un tiempo, regresaron a la tradición del cuajo natural, con el que corren menos riesgos, tanto ellos como sus clientes. A pesar del alto contenido de fecales y de staphylococcus aereus, los quesos no han provocado consecuencias serias en la salud de los hermosillenses. Al menos en los últimos diez años no se han registrado emergencias sanitarias provocadas por consumo de queso fresco, esto se debe en parte a que la Salmonella, el microorganismo más peligroso, se encuentra ausente en los quesos de la región, y que en términos de fecales es posible la tolerancia de un rango ligeramente superior del que establece la NOM.49 Otra de las principales enfermedades asociada al consumo de quesos elaborados con leche cruda de vaca, es la Brucelosis. En 2005 se presentaron 50 casos de esta enfermedad en el sur de Sonora, y para mayo de 2006 ya se habían presentado otros cinco casos.50 Sin embargo, la presencia de brucela está muy localizada, se concentra en los municipios del sur de Sonora. En esta región las normas de la Secretaría de Salud son mucho más estrictas que en el norte. Los queseros tienen que realizar pruebas a su producto tres veces al año, sobre todo en el verano cuando se agudiza la presencia de la enfermedad, y registrarse en las oficinas locales de la Secretaría de Salubridad. Además, constantemente se monitorea el queso vendido en los abarrotes locales y cuando se detectan problemas en el producto, el quesero es identificado, se le aplica una sanción económica y se le prohíbe producir hasta que cumpla de nuevo con la norma.51 Esta opinión es compartida por productores de Chihuahua. Aclara doña Benita: "no hay como el cuajo de vaca, primero se le echa sal para secarlo, y luego se guarda en un frasco lleno de suero […] como que el queso no sabe igual con ese que venden en botellas" en David Lauer (1999) "El queso ranchero: tesoro de una larga tradición" México Desconocido. No. 268 / junio 1999. http://www. mexicodesconocido.com/espanol/cultura_y_sociedad/gastronomia/detalle.cfm?idcat=3&idsec=18&idsub=92&idpag=3218 49 Entrevista con químico de la Secretaría de Salud. Existe además un proceso natural de adaptación de la población local al medio ambiente, que permite desarrollar resistencia a ciertos microorganismos endémicos de la región. 50 Notas del periódico El Imparcial publicadas en la sección Obregón Principal en fecha 8/05/06 "Detectan cinco casos", y en fecha 17/11/06 "Detecta Salud 50 casos de brucelosis en el sur". 51 Entrevistas con productores de queso en Empalme, Sonora, en febrero de 2002. 48 218 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 219 SEGURIDAD ALIMENTARIA Y SUS REPERCUSIONES PARA LOS PRODUCTORES RURALES En contraste, el queso producido en la región se distribuye libremente al norte de la entidad sin guía de tránsito, ni obstáculos sanitarios, incluso es exportado sin problema a EE.UU. aunque de manera informal, según declaraciones de intermediarios de queso y productores. Esto es posible debido a que el estado de Sonora tiene un estatus sanitario libre de Brucelosis en 64 municipios del norte del estado, entre los que se encuentran Ures, La Colorada, Villa Pesqueira y Mazatán. Además, su alto nivel sanitario es reconocido por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés), que clasifica al norte de Sonora en la categoría "Acreditado Modificado Avanzado" (SAGARPA, 2006). Lo anterior significa que no es necesario realizar prueba de Tuberculina en frontera, para exportar becerro macho originario de estos 64 municipios. El estatus sanitario ha valido para que el queso fresco de la región no tenga problemas de tránsito ya que la UGRS toma estrictas medidas para conservarlo. Con este fin, existe un convenio entre la Secretaría de Salud y la asociación para garantizar la sanidad animal. La UGRS se encarga de muestrear el ganado de las diversas regiones del estado y los análisis de las muestras se realizan en el Laboratorio Estatal de Salud Pública, que está certificado por el USDA.52 Éste es quizá el mayor beneficio que obtienen de la UGRS, los pequeños productores de la región. De una u otra forma, las condiciones de aplicación de las normas de inocuidad por la Secretaría de Salud, han sido flexibles para los productores de queso de esta región. No obstante, la creciente preocupación por la inocuidad alimentaria en algún momento ejercerá mayor presión sobre ellos. El inicio de operaciones de la planta de lácteos en Hermosillo posiblemente constituya un factor que acelere este proceso. Sin embargo, un elemento a su favor, es la calidad que le confiere al producto su carácter artesanal y la preferencia creciente del consumidor por esta cualidad.53 Una de las principales características del queso producido artesanalmente, además del uso de leche sin pasteurizar, es que no contiene aditivos, colorantes, saborizantes, conservadores, estabilizantes, espesantes, entre otros, que la propia NOM de quesos permite usar en los quesos industrializados. 52 Entrevista con el Jefe del Laboratorio de Control de Calidad de Medios de Cultivo en el Laboratorio Estatal de Salud Pública. 53 En este sentido, el movimiento de Slow Food, que se ha desarrollo sobre todo en Europa, ha publicado un manifiesto en defensa del queso de leche cruda, parte del documento señala lo siguiente: "Los intentos sucesivos que se vienen haciendo por ciertos organismos internacionales, están tratando insistentemente de restringir, de modo arbitrario, la fabricación de quesos a partir de leche cruda, limitando la libertad del ciudadano consumidor para adquirirlos y gozarlos, haciendo imposible la supervivencia de los artesanos que los elaboran" (Slow Food, 2006). 219 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 220 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA Estas materias adicionales modifican la textura y el sabor del producto considerablemente, de tal forma que la diferencia entre un queso de rancho y uno industrial es evidente para los consumidores. Esto representa una gran ventaja para los productores, ya que cuentan con la preferencia absoluta en el mercado local. La experiencia de un intermediario de queso, que ante la escasez del producto en los meses de invierno, intentó distribuir queso industrial, fabricado en Hermosillo, resulta ilustrativa: la mayoría de los quesos que había vendido en los abarrotes locales le fueron devueltos a causa del mal sabor y la consistencia mantecosa del producto. Lo anterior se debe a que la ciudad ha sido surtida de queso por esta región, al menos desde los años treinta,54 de tal forma que ha trascendido en el gusto de sus consumidores y en la cocina sonorense. El queso fresco es ingrediente principal de diversos platillos regionales como el caldo de queso, las enchiladas, entomatadas, tacos dorados, tostadas, tamales de elote, burros, entre muchos otros (Camou, 2000). Según estudio realizado en CIAD (Valencia, 1998: 20) este producto aparece en el lugar número 13 de los alimentos más consumidos en Sonora. Además, su consumo no sólo satisface el gusto, sino también brinda importantes nutrimentos.55 En 100 gramos de queso fresco hay menos colesterol respecto a todos los alimentos presentados en el cuadro 1, más proteínas que en el huevo, y 70% de las que proporciona la carne asada, un alimento base de la dieta sonorense. Lo anterior resulta relevante porque no sólo se trata de un alimento común, forma parte básica de la dieta de las familias sonorenses, y la versión artesanal de este producto se incluye sobre todo en la dieta de las familias de menores recursos. El queso constituye una fuente de nutrientes relativamente barata: $3.50 alcanzan para obtener 15.30 gramos de proteína de este alimento, mientras que para obtener lo mismo de una carne asada se requieren de al menos $5.00,56 esto sin contar el gran aporte de calcio que se obtiene del queso y su bajo contenido de colesterol. En entrevista con los más ancianos del pueblo de Mátape, Villa Pesqueira, se menciona la producción de queso y la venta a intermediarios desde principios de los años treinta, aunque se trataba de un queso seco, sin hielo, le llamaban "queso de zarzo". Tan importante es este producto para la región que se ha merecido un monumento que se encuentra a la entrada del pueblo de Mazatán. 55 Tan sólo 100 gramos de queso contienen 684 miligramos de calcio (Ortega, 1999: 38), con lo que se satisface 68.4% del requerimiento diario de calcio en adultos mayores de 19 años. Para adolescentes entre 9 y 18 años y mujeres embarazadas, aporta 52.6%, para niños entre 5 y 9 aporta 57.0%; para niños entre 3 y 5 años, 85.5%; y para menores de tres años, más de 100%. Información obtenida de "Alimentación Sana": http://www.alimentacion-sana.com.ar/informaciones/novedades/alimento%20huesos.htm. 56 A diciembre de 2006 en Hermosillo el kilo de queso costaba $35.00 y el de carne para asar $72.00. 54 220 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 221 SEGURIDAD ALIMENTARIA Y SUS REPERCUSIONES PARA LOS PRODUCTORES RURALES Cuadro 1 Comparación de alimentos según aportes nutrimentales Alimento Cantidad (gramos) Proteínas (gramos) Colesterol (miligramos) Queso fresco 100.00 15.30 28.90 Pollo cocido (cualquier parte) 100.00 27.14 82.86 Jamón de pavo 100.00 19.30 56.14 Huevo crudo y/o cocido 100.00 12.00 548.00 Carne asada preparada 100.00 22.35 84.70 Fuente: cálculos propios con base en datos del cuaderno de trabajo de Ortega, 1999. Ello constituye otro grupo de buenas razones para estimular a los productores de queso fresco de la región, ya que el beneficio de la actividad impactaría directamente en las familias productoras y en la economía de sus municipios de origen, pero además contribuiría a conservar en el mercado un producto nutritivo y accesible para las familias marginadas en Hermosillo. Esto satisfaría tanto objetivos de seguridad alimentaria, en los términos que maneja la FAO, como los de soberanía alimentaria que se propone la LDRS en su capítulo XVII. Sin embargo, ¿Qué medidas se están tomando en Sonora para proteger e incentivar esta actividad? La integración de los productores de queso fresco en la política alimentaria nacional y local La revisión de los reglamentos sanitarios indica que de tomarse medidas rígidas, el queso de la región simplemente no podría comercializarse en Hermosillo ni en ninguna otra parte del país o del extranjero. Sin embargo, existen argumentos razonables para que esto sea posible: la ausencia de emergencias sanitarias por el consumo de queso y la seguridad de que es una zona libre de tuberculosis y brucelosis bovina. En cuanto a la participación directa en el PESA, ya se ha señalado que los municipios queseros no forman parte de las microrregiones seleccionadas como de mayor marginación a nivel nacional y por tanto no son objeto de atención de este programa. Por otra parte, en relación a los Sistema-Producto, el gran problema que presentan estos productores es que no es posible desintegrar sus actividades en los sistemas que se han propuesto para Sonora: Sistema Producto Bovino-Carne y Sistema Producto 221 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 222 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA Bovino-Leche. Aunque ninguno de los dos sistemas se ha constituido aún en comité estatal, sólo de forma nacional, ya se realizó el "proyecto estratégico de necesidades de investigación y transferencia de tecnología en el Estado de Sonora" para cadena Bovino-Carne, un paso importante para constituir el Sistema Producto. El objetivo general del documento es: "proporcionar elementos para fundamentar los enfoques de investigación en la priorización de las nuevas demandas tecnológicas con una visión integral de toda la cadena productiva" (CIAD, 2003:3). Una de las principales dificultades que se identifican para la integración de la cadena bovino-carne al interior del estado, es que al menos 50% de la producción de ganado en pie se destina a la exportación. Se trata principalmente de becerro macho de "sobreaño", producido en su mayor parte por pequeños ganaderos, entre los que se encuentran los de la región, y exportado a través de intermediarios. Esta vinculación secular a la industria de la carne norteamericana opone serios obstáculos a la integración de este grupo de productores a una cadena estatal de carne. En su eslabonamiento con la industria del vecino país les toca arriesgar lo más y ganar lo menos,57 porque sus condiciones productivas sólo les permiten ubicarse en el eslabón más débil del proceso: la cría de becerros, que es la más larga y la que representa mayores riesgos por la alta vulnerabilidad del ganado,58 que por lo mismo está en la etapa biológica en la que menor conversión alimenticia alcanza.59 Otro factor que excluye a los productores de los beneficios que pudieran derivarse del Sistema Producto bovino carne, es la falta de representatividad que tienen en los organismos encargados de definir la política y programas en torno al sector. La conformación de los Sistema Producto a nivel nacional se ha hecho básicamente a través de COFUPRO (Coordinadora Nacional de Fundaciones PRODUCE), que además está invirtiendo en los proyectos de investigación estratégicos requeridos para fortalecer 57 Esta es una de las cadenas donde aún participan pequeños productores, sin embargo, definitivamente el control y las ganancias se concentran en otros eslabones donde no participan estos productores. De hecho, siguiendo a Arroyo (Ibidem) los núcleos de poder se localizan fuera del país. 58 La industria de la carne está segmentada en varias fases en la que participan empresas y productores rurales con una alta heterogeneidad entre sí. Cada fase tiene una duración, requerimientos de inversión, tecnología e infraestructura, productos y rentabilidades específicos. Los participantes se posicionan en la fase, o el eslabón de la cadena, a la cual pueden acceder según sus recursos productivos (para ampliar información ver: Hernández y Camou, 1993). 59 Antes del procesamiento de la carne, la principal fuente de ganancias de la actividad descansaba en la relación entre inversión, número de cabezas y peso ganado por cada animal. Se apropian de una mayor porción de la ganancia social generada por la actividad quienes logran invertir menores recursos por cabeza y obtener mayor peso por animal. Esta condición se logra con una buena tecnología y alimentación adecuada. 222 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 223 SEGURIDAD ALIMENTARIA Y SUS REPERCUSIONES PARA LOS PRODUCTORES RURALES las distintas cadenas productivas. En particular la Fundación PRODUCE en Sonora está constituida por grandes productores agropecuarios, donde el sector social no tiene cabida, principalmente porque para formar parte de este organismo es necesario invertir.60 Por otra parte, la participación de los productores en la cadena bovinos leche tampoco será trascendente, en primer lugar porque sus vacas no constituyen ganado especializado en este producto. Una vaca de la región produce en promedio cinco litros de leche diarios, porque sus hatos se forman de cruza de razas productoras de carne como charolais, brangus, angus, con ganado cebú, una raza aguantadora que resiste el clima seco de la región, y ocasionalmente se introduce un toro holstein o pardo suizo para mejorar la producción lechera. A pesar de esto, ninguna de sus vacas criollas puede igualar los 30 litros diarios que alcanza a producir una vaca holstein, en establos lecheros de producción intensiva. El impulso de la producción de queso artesanal en esta región, indudablemente generaría un gran impacto social. Sin embargo, la falta de representatividad de estos productores en las decisiones gubernamentales, favorece la inclinación del Gobierno del Estado hacia la lechería industrial, a pesar de que esta decisión implique una gran inversión de recurso público.61 De esta forma, la estrategia de política alimentaria centrada en el impulso de las cadenas productivas, tal y como se ha manejado hasta el momento en el estado de Sonora, no constituye una opción para el desarrollo de los ganaderos de pequeña escala de la región quesera. Sin embargo, resulta compatible con los objetivos de la LDRS de impulsar la reconversión productiva del sector agropecuario, a pesar de que en la práctica se traduzca en arreglos institucionales que provocan exclusión para los campesinos. 60 COFUPRO ha invertido 156.9 millones de pesos entre 2003 y 2005 en el Fondo Sectorial de Investigación en Materias Agrícolas, Pecuarias, Acuacultura, Agrobiotecnología y Recursos Filogenéticos, 36% de los recursos totales invertidos en este fondo durante los tres años. Información de la Dirección General de Vinculación y Desarrollo Tecnológico de la SAGARPA, en el documento La perspectiva de la investigación bajo el enfoque de los Sistemas Producto nacionales, en: http://www. sifp.org.mx/file/boletin/Anexo8B42.pdf. 61 El presidente de la ILIS, Humberto Nieblas León, declaró al periódico El Imparcial lo siguiente, respecto a la inversión requerida para la planta: "En la primera etapa se invertirán 5.5 millones de dólares" refirió, "y en total, entre inversión y capital de trabajo, se destinarán 10 millones de dólares que serán aportados por el gobierno federal (25%), productores (15%), gobierno del estado (10%) y el resto vía financiamiento". 20 de marzo de 2004, en la sección Agromercados de El Imparcial, disponible en: http://www.elimparcial.com/buscar/traernotanew.asp?NumNota=342107. 223 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 224 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA En este mismo sentido funcionan programas como PROCAMPO (Programa de Apoyos Directos al Campo) y PROGAN (Programa de Estímulos a la Productividad Ganadera), que inicialmente fueron concebidos como apoyos al productor marginado. El PROCAMPO fue creado a finales de 1993 con el objetivo de transferir recursos en apoyo a la economía de los productores rurales.62 El programa establece una estratificación de productores en tres grupos: estrato I, menos de una hectárea; estrato II, entre una y cinco hectáreas; y, estrato III, más de cinco hectáreas. Además de diferenciar entre régimen hídrico de riego o de temporal. Para 2005, se entregaron $1,160.00 por hectárea, para los productores de temporal del estrato I y II, y $963.00 por hectárea, para los de riego y los pertenecientes al estrato III. Actualmente, este recurso se entrega de forma anticipada al desarrollo de las actividades agrícolas, en el caso de los estratos I y II de temporal, y durante la siembra para los otros casos (SAGARPA, 2005a). Cuadro 2 Productores apoyados con PROCAMPO durante el ciclo primavera verano 2005 Municipio de Villa Pesqueira, Sonora Número de % resp. Hectáreas productores al total apoyadas Monto apoyado (pesos) % resp. al total 226 80.1 659.5 764,648.8 58.8 Estrato III (riego) 4 1.4 49.5 47,668.5 3.7 Estrato III (temporal, + 5 ha hasta 10) 41 14.5 309.5 298,048.5 22.9 Estrato III (temporal, + 10 ha - de 100) 11 3.9 198.5 191,155.5 14.7 Estrato III (temporal, 100 ha y más) -----Total 282 100.0 1216.68 1'358,878.00 28.90 Monto Municipio de Número de % resp. Hectáreas apoyado % resp. Mazatán, Sonora productores al total apoyadas al total (pesos) Estratos I y II (hasta 5 ha de temporal) Estratos I y II (hasta 5 ha de temporal) Estrato III (riego) Estrato III (temporal, + 5 ha hasta 10) Estrato III (temporal, + 10 ha - de 100) Estrato III (temporal, 100 ha y más) Total 122 2 55 11 2 192 63.5 1.0 28.6 5.7 1.0 100.0 369.5 428,620.00 11.5 11,074.50 402.0 387,126.00 182.5 175,747.50 370.0 356,310.00 1,335.5 1'358,878.00 31.5 0.8 28.5 12.9 26.2 100.0 Fuente: datos calculados con base en información del padrón de PROCAMPO: http://www.procampo. gob.mx/proPV05.htm, y las Reglas de Operación del programa (SAGARPA 2005a) 62 Información disponible en la pógina de PROCAMPO: http://www.procampo.gob.mx/FAQ.html#7 224 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 225 SEGURIDAD ALIMENTARIA Y SUS REPERCUSIONES PARA LOS PRODUCTORES RURALES A pesar de que la mayor parte de los productores de la región acceden a esta subvención, existe gran diferencia entre lo que se gasta en el apoyo a sus pequeños predios y lo que reciben algunos productores del estrato III, como se observa en el cuadro 2, donde se presentan los recursos destinados a dos municipios de la región en 2005. En el caso del municipio de Villa Pesqueira 80% de los beneficiarios del programa se ubicó en el primer y segundo estrato de temporal, pero sólo recibió cerca de 60% de los recursos, mientras que los beneficiados con más de diez hectáreas, que sólo representaron 3.9% de los productores, recibieron 14.7% de los recursos, a pesar de que el apoyo por hectárea disminuye casi 20% para el estrato III. En el caso Mazatán se presentó una situación extrema. En este municipio 63.5% de los beneficiarios se ubicó en el primer y segundo estrato de temporal, y concentraron 31.5% de los apoyos, pero sólo dos productores del estrato de temporal III concentraron 26.2% de los apoyos. Lo anterior indica cómo se están aplicando los recursos, y hacia cuál sector se orientan los beneficios de una política de desarrollo rural que no toma en serio las grandes diferencias entre la agricultura familiar y la de gran escala. Lo mismo sucede en el caso de la ganadería. El PROGAN tiene como objetivo "fomentar la productividad de la ganadería bovina extensiva con base en el incremento de la producción forrajera de las tierras de pastoreo, derivado del mejoramiento de la cobertura vegetal y de la incorporación de prácticas tecnológicas, que buscan impactar en la rentabilidad de las Unidades de Producción Pecuarias (UPP); así como establecer la identificación del ganado bovino de manera individual y permanentemente, para su control y rastreo".63 El componente del programa que tiene mayor impacto en cuanto a cobertura es el que opera otorgando un apoyo directo a los productores inscritos en el padrón, hasta completar $1,800.00 por vientre entre 2003 y 2006, distribuidos en la siguiente forma: año 1,300.00 por vientre; año $2,400.00; año $3,500.00; y año $4,600.00 (SAGARPA, 2003a). En el cuadro 3 se observa la distribución de los apoyos otorgados en este programa para 2005. En Mazatán dos productores privados absorbieron más de dos quintas partes de los recursos asignados al municipio. De hecho, uno solo de ellos recibió, entre los dos programas, más de $300,000.00 en 2005. En contraste, el ejido La Tasajera, sólo recibió 12.1% de los recursos del PROGAN, y no se apoyó a los otros dos núcleos agrarios del sector social ese año: Ejido Mazatán y Comunidad Agraria Mazatán. Asimismo, en el municipio de Villa Pesqueira, seis productores con más de 200 vientres concentraron más de la mitad del recurso total, mientras el ejido sólo recibió 27.5% del apoyo. 63 SAGARPA. Disponible: http://www.sagarpa.gob.mx/Dgg/progan9.htm 225 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 226 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA Cuadro 3 Apoyos otorgados por PROGAN, 2005 Beneficiario Vientres apoyados Monto apoyado % respecto al apoyo (pesos corrientes) total por mpio. Municipio de Mazatán Ejido La Tasajera 132 66000.00 Sociedad de Producción Rural 476 238000.00 Productor privado 257 128500.00 Productor privado 221 110500.00 Productor privado 8 4000.00 Total municipal 1094 547000.00 Municipio de Villa Pesqueira Ejido Villa Pesqueira 822 411000.00 Sociedad de Producción Rural 175 87500.00 Productor privado 300 150000.00 Productor privado 300 150000.00 Productor privado 300 150000.00 Productor privado 223 111500.00 Productor privado 200 100000.00 Productor privado 200 100000.00 Productor privado 141 70500.00 Productor privado 113 56500.00 Productor privado 112 56000.00 Productor privado 95 47500.00 Productor privado 10 5000.00 Total municipal 2991 1495500.00 12.1 43.5 23.5 20.2 0.7 100 27.5 5.9 10.0 10.0 10.0 7.5 6.7 6.7 4.7 3.8 3.7 3.2 0.3 100 Fuente: datos obtenidos de SAGARPA (2005b) Padrón del año 3 de beneficio del PROGAN en el estado de Sonora, apoyados con recursos del año 2005. 226 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 227 SEGURIDAD ALIMENTARIA Y SUS REPERCUSIONES PARA LOS PRODUCTORES RURALES Cabe señalar que en promedio los ganaderos de los Ejidos de Mazatán y Villa Pesqueira recibieron entre $3,000.00 y $3,500.00 por productor, en comparación con los $150,000.00 que recibió cada productor privado con 300 vientres en el padrón. Adicionalmente, se debe considerar que al interior de los ejidos también existe concentración de los recursos, por lo que es muy posible que el número de vientres apoyados no se distribuyera de manera uniforme entre sus miembros.64 Por otra parte, además de concentrar los apoyos gubernamentales de estos programas, los productores privados de la región generan presiones de mercado a la producción quesera, ya que en época de lluvias, también se dedican a la ordeña y producción de queso,65 lo que contribuye a incrementar aún más la oferta y disminuir el precio del producto. En resumen, las medidas de política alimentaria que por el momento se impulsan en el país y en la entidad, no están contribuyendo a estimular la producción de pequeña escala, por el contrario favorece a los grandes productores empresariales. La política para el medio rural apunta hacia la eficiencia para satisfacer el mercado externo, y la orientación de los encadenamientos productivos está definida por los intereses de grupos empresariales que le apuestan a la tecnificación. En este contexto, no cabe el fomento a los productores rurales, que desde esta óptica, resultan un lastre para la economía del país.66 Conclusiones En países como México, con grandes rezagos e inequidades sociales, el tema de la seguridad alimentaria y el desarrollo rural no deben de ser disociados, en tanto que una parte importante de los actores del sistema alimentario se encuentra entre los grupos de población más vulnerables, como lo constata el estudio realizado por el Banco Mundial sobre la pobreza en México (BM, 2005a). En este sentido, las medidas para garantizar una oferta alimentaria suficiente y adecuada para el país, deben estar Incluso, en algunos casos el ejido puede decidir utilizar el apoyo para obras colectivas, como la construcción de represos u otras obras de beneficio común, por lo que no todo el tiempo el productor recibe estos ingresos de manera directa. 65 Información obtenida de entrevistas con intermediarios de queso de la región. 66 El Secretario de Economía, Sergio García de Alba, señaló en entrevista: "Hay que romper ese círculo vicioso que es la agricultura de subsistencia", refiriéndose a la desintegración y falta de tecnificación que priva entre los pequeños productores de cuatro o cinco hectáreas. Publicado por La Jornada, 19 octubre 2006, disponible en: http://www.jornada.unam.mx/2006/10/19/031e1eco.php 64 227 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 228 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA estrechamente vinculadas con las que pretenden resolver problemas de acceso a los alimentos. El universo de población en inseguridad alimentaria coincide ampliamente con el universo de los productores de alimentos básicos, quienes además se ubican en el área rural. Sin embargo, en la política alimentaria diseñada para México se atienden objetivos y universos de productores distintos, en términos de oferta y demanda de alimentos. Si bien, la LDRS reconoce la importancia de la producción rural, su intento por hacer compatibles las visiones eficientista y asistencialista del desarrollo rural, en la práctica origina un entramado institucional plagado de contradicciones internas y excluyente para los productores rurales. Si bien, es a todas luces deseable asumir los retos que imponen las nuevas preocupaciones en torno a la producción alimentaria: trazabilidad, calidad, inocuidad y otros; la realidad del campo mexicano obliga a generar respuestas más incluyentes, de manera que el atender las demandas del mercado agroalimentario en materia de sanidad y calidad no se conviertan en un factor más de exclusión para el campesino. El PESA resulta una propuesta que responde y atiende las condiciones particulares de los productores rurales. Sin embargo, hace falta que supere su condición de programa asistencialista y sea visto como una estrategia de desarrollo rural. Lo anterior implicaría profundos cambios institucionales y sociales, así como regresar a esos productores su rol de actores clave para el sistema alimentario, tanto en la definición de la oferta como en lo que se refiere a la demanda de alimentos en el país. Los beneficios sociales de estimular la producción campesina son múltiples. En la región de estudio, el apoyo a los queseros no sólo significa evitar la inseguridad alimentaria para sus familias, sino también contribuir a la oferta de una dieta de mejor calidad para las familias hermosillenses. Asimismo, la reactivación de la actividad ganadera local puede reducir y quizá revertir el proceso de emigración que presenta la región desde los setenta, y a su vez contribuir a reducir las presiones sociales y económicas que los procesos migratorios han impuesto a los centros urbanos. Por otra parte, es preciso identificar las oportunidades que las actuales tendencias en el mercado mundial de alimentos se ofrecen para este perfil de productor. Si bien el proceso de globalización que permite la circulación cada vez más libre de mercancías y personas, constituye un riesgo en términos de competencia por el mercado local y para la propagación de problemas sanitarios, también representa una alternativa para acceder a nuevos mercados a través del desarrollo de estrategias basadas en inocuidad, calidad nutricional, cuidado ambiental, social y cultural de los productos alimenticios. En este sentido, se generan oportunidades para la producción en pequeña escala, derivadas de la revaloración de los alimentos tradicionales; de sus procesos de produc228 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 229 SEGURIDAD ALIMENTARIA Y SUS REPERCUSIONES PARA LOS PRODUCTORES RURALES ción artesanal; de su trascendencia social y cultural y, por supuesto, de su calidad nutricional, como en el caso del queso fresco. Sin embargo, para aprovechar estas oportunidades es necesario contar con unidades de producción fortalecidas, lo que difícilmente se logrará dada la situación que viven estos productores en el actual contexto de exclusión que define la política alimentaria nacional y local. 229 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 230 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA Bibliografía Andablo, A. (1999) Subsistencia de una región ganadera. Los campesinos de Mátape, tesis de Maestría en Ciencias Sociales, Hermosillo, Sonora, El Colegio de Sonora, Hermosillo, Sonora. Arroyo, G. et al. (1985) Agricultura y alimentos en América Latina y el poder de las transnacionales, México, D. F., UNAM e Instituto de Cooperación Iberoamericana (ICI), pp. 15-267. Banco Mundial (2004) La pobreza en México. Evaluación de las condiciones, las tendencias y la estrategia del gobierno, México, Banco Mundial. 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La misma intensificación de los procesos de urbanización supone patrones de consumo alimentario que privilegian un perfil de consumidor más pragmático, dispuesto a optimizar el tiempo en la preparación de alimentos y en los desplazamientos para acceder a los bienes de consumo; estos nuevos hábitos de consumo están condicionados por la gravitación de la globalización en espacios locales como las ciudades, por los patrones culturales que se difunden desde el exterior y por su asimilación en la dieta alimenticia del mexicano. Frente a estas tendencias generales, cabe preguntarse cuál es la lógica del actual patrón de consumo alimentario que se despliega en México y cuál es la jerarquía que asume el pan de trigo en dicho patrón y en el contexto de los procesos de urbanización. Para responder empíricamente a las interrogantes se interpretarán las dinámicas de consumo que prevalecen en una urbe como la Ciudad de México a partir de una * Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM. Correo electrónico: felipet@servidor.unam.mx 235 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 236 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA encuesta aplicada a una población de consumidores indiferenciados que concurren con determinado nivel de frecuencia a las panaderías. En el presente artículo se expone la interpretación relativa a las tendencias que asume el patrón internacional de consumo alimentario y su relación con la estructuración de novedosas estrategias de organización de las empresas agroindustriales; se enfatiza el carácter que asume dicho patrón de consumo entre la población mexicana -específicamente la jerarquía que adquiere el pan de trigo en la dieta nacional-; y finalmente, se expresan los resultados de la encuesta aplicada, los cuales serán útiles para fortalecer empíricamente la interpretación esbozada en los dos primeros apartados. Las tendencias del patrón internacional de consumo alimentario y las nuevas estrategias de organización empresarial El avance urbano y la concentración vertiginosa de población en las ciudades implica que se configuren nuevas necesidades alimentarias; esto a su vez induce a la modificación de los esquemas de organización del consumo, en función de las complejidades de la nueva sociedad urbana. La expectativa del ahorro de tiempo para los consumidores urbanos, por lo que se refiere a la accesibilidad y preparación de alimentos, se convierten en atributos para el mercado y para la competitividad de las empresas que producen satisfactores de consumo diario. Por tanto, las tendencias de la producción agroindustrial de alimentos son externas a las cadenas productivas en el sentido de que las empresas no pueden influir en la fuerza, ni en la dirección de esas tendencias. Las llamadas fuerzas mayores que influyen en la organización de la producción y el consumo son las que ahora promueven que el enfoque atomista en el análisis de la competitividad de las empresas se sustituya por un enfoque de eficiencia colectiva de las cadenas productivas, de las redes empresariales y de los llamados clusters (Evert, 2005). Ello en la medida que la elaboración de un producto, por su complejidad en la agregación de valor como atributo, requiere de la concurrencia de mayor cantidad de cadenas generadas en otros sectores de la producción, incluso fuera del alimentario. De ello deriva la formulación de nuevas estrategias competitivas que configuran un escenario de carácter dual para las firmas alimentarias: por una parte, la creciente competitividad vía liderazgo en costos y, por la otra, la que se basa en la creación del valor para el consumidor. En el primer caso, se manifiesta la situación de los llamados mercados commodities, es decir, de materias primas agrícolas indiferenciadas donde el precio es la principal variable de decisión para el comprador; la segunda opción co236 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 237 NUEVAS JERARQUÍAS EN EL CONSUMO DE ALIMENTOS EN MÉXICO rresponde a los alimentos que incorporan un considerable grado de diferenciación, un significativo valor añadido y una serie de atributos al producto final (Kennedy, citado por Sanz, 2002). Todos esos elementos son por igual relevantes en tales estrategias de la producción agroindustrial. El factor territorial se incorpora como un elemento nuevo, pero estratégico en la distribución urbana de los alimentos, particularmente en aquellos productos cuya tradición cultural requiere de establecimientos especializados, como es el caso del pan que debe comprarse a diario y en condiciones de frescura óptima. Esto, junto con la diferenciación del producto, da lugar a una segmentación del mercado en el que resulta clave la localización del establecimiento por el tipo y calidad de producto que ofrece. Es claro que con el avance de la globalización, las estrategias de creación de valor se convierten, de manera progresiva, en factores esenciales de competitividad para las empresas que operan en los mercados saturados de productos alimentarios finales de los países desarrollados. Las firmas agroalimentarias adoptan estrategias competitivas definidas no sólo en términos de precio sino también de calidad, de diferenciación, de agregación de servicios y valor al producto, adaptándose así a las necesidades crecientes de segmentación del consumidor alimentario. En tanto los mercados de consumo alimentario urbano son ya dominantes, la accesibilidad -relacionada también con la disponibilidad del producto en la cercanía al consumidor final de acuerdo con sus preferencias y posibilidades de gasto- tiende a ser un factor de competitividad nuevo, pero muy importante, para las empresas en cuanto al tipo de oferta y la calidad del producto que deben ofrecer. Este aspecto es cada vez más tomado en cuenta porque en las ciudades las preferencias de los consumidores se basan en el ahorro del tiempo para la búsqueda y adquisición de alimentos, es decir, la disponibilidad en el entorno inmediato de los hogares, así como su fácil acceso (Torres y Trápaga, 2003). Esta necesidad de considerar el factor territorial en la distribución, parte de los rasgos característicos del nuevo consumidor que requiere productos cada vez más diferenciados. De esta manera, comienza a personalizar sus demandas en función de valores vinculados a la salud, a la edad, a la calidad de los alimentos, o a la tipología de las diferentes necesidades alimentarias familiares de un mismo producto. Por ello, las empresas alimentarias tienden a marcar una segmentación del mercado según las características de los diferentes modos de consumo, ya que ahora el consumidor se comporta con un mayor grado de volatilidad que responde a sus propias rutas de desplazamiento por la ciudad, lo que por cierto influye en los rápidos cambios de marca, o de gama de productos, además de que aumenta la frecuencia de consumo fuera del hogar, 237 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 238 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA con los que debe adaptarse a una oferta rígida de alimentos, pero que al mismo tiempo responde a sus necesidades pragmáticas de consumo. De acuerdo con Sanz, la evolución del consumo alimentario se inclina hacia el denominado alimento/servicio, cuyos atributos son un elevado nivel de transformación, durabilidad, diferenciación, marca, normalización, información, adaptación a economías de tiempo real, criterios internacionales y dimensión social. El surgimiento de estos nuevos elementos deriva del predominio del modelo de demanda que lleva no sólo a la reestructuración de la cadena agroindustrial sino también de las empresas que operan al interior de ella (Sanz, 2004). Además, la calidad se convierte en un imperativo de todos los campos y eslabonamientos productivos de las distintas ramas agroindustriales. Las empresas situadas en un entorno de competencia deben responder a las exigencias crecientes del consumidor con productos de calidad. El consumidor actual no es sensible únicamente al factor precio, sino también a la calidad del producto. Las exigencias del consumidor aumentan considerablemente de forma paralela al número de productos ofertados. En el caso de la agroindustria alimentaria, la calidad presenta características particulares ya que debe responder a necesidades ligadas a la salud y a la seguridad alimentaria. Es decir, debe satisfacer tanto al consumidor cuyo comportamiento está en plena evolución, como al que ya permanecía fiel a un producto tradicional que actualmente requiere ser mejorado en un entorno de ambiente competitivo (Vanacloche, 2005). Ello lleva a una reorganización de la empresa y de la cadena agroindustrial del producto para satisfacer, tanto perfiles de demanda individualizadas como masificadas. En el caso especifico del pan, es de notar que el incremento en la dinámica de su consumo se convierte en un factor que explica el cambio en la organización de la cadena agroindustrial. Concretamente, las estrategias de reorganización de las empresas tienen una estrecha correspondencia con la consolidación del modelo de demanda, el cual a su vez incide en la reorganización constante de toda la cadena agroalimentaria que opera en forma sincrónica a partir del dinamismo de la fase de consumo, lo que pone a prueba las posibilidades de creatividad y de innovación de la empresa. La situación antes expuesta deriva de las actuales formas de vida urbana, más dinámicas e individualizadas, que además presionan hacia la restricción de tiempos para la preparación doméstica de alimentos en las ciudades. Esto constituye un imperativo en la organización de las sociedades modernas, a las que también la estructura social les impone formas diferenciadas en la accesibilidad social y territorial del abasto; de esta manera, el mercado conforma distintos canales de distribución que responden a un patrón alimentario similar, pero a la vez diferenciado en términos de posibilidades de ingreso. 238 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 239 NUEVAS JERARQUÍAS EN EL CONSUMO DE ALIMENTOS EN MÉXICO Otro resultado visible de esa tendencia es que ciertos productos se afianzan como soporte alimentario en la reproducción de la vida urbana. Algunos en cambio, entran en ciclos rápidos de obsolescencia y desuso dentro del consumo, por lo que muchas veces son readecuados o de plano eliminados de la esfera de la distribución. El consumo de alimentos en México y la presencia del pan de trigo en la dieta de la población En la medida que la sociedad integra nuevos elementos a su complejidad dinámica, la economía conforma de manera inmediata otros procesos de respuesta a sus requerimientos para satisfacerla. Esa complejidad se expresa históricamente en las ciudades y en éstas, el consumo, su evolución y las formas que adopta provenientes de otras influencias, son componentes esenciales de la misma. Es evidente el repunte del consumo de trigo (véase tablas 1, 2 y 3), lo cual refleja la orientación territorial del crecimiento demográfico y las mismas tendencias hacia la conversión del pan como un bien sustituto del maíz, por efecto de la imposición de una dieta pragmática en el patrón alimentario nacional. En este contexto, el pan industrializado muestra la mayor dinámica si consideramos el volumen procesado de trigo, además de que a partir de esta agroindustria se establecen los mayores vínculos con el mercado internacional. Existen diferentes enfoques para caracterizar dichas formas de consumo. Éstas pueden variar desde el planteamiento donde se considera que el consumidor se orienta hacia lo suntuario, básico e improductivo, hasta aquéllos en los que el consumidor observa un comportamiento racional en el que cambia de estrategias o sustituye bienes en la canasta básica, solamente si registra caídas en el ingreso individual. Más allá de esas discusiones teóricas, interesa para nuestro caso, ubicar el consumo básico de alimentos, concretamente de pan de trigo, a partir de las modalidades de diferenciación del producto y por niveles de acceso que se configuran para atender los diversos segmentos de mercado en las ciudades. Esta diferenciación en la oferta del producto, establece distintas configuraciones territoriales marcadas por la movilidad y surgimiento de nuevos establecimientos para la distribución del pan en la ciudad, a menudo relacionados con los desplazamientos de la población por estrato de ingreso. Por tanto, existen diversas formas de abordar el fenómeno del consumo de pan de trigo y la configuración que adopta en su distribución urbana, según la localización de establecimientos, además de las complementariedades que existen con los expendios 239 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 240 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA Tabla 1 Consumo anual per cápita de trigo (kilogramos) País 1990 1991 México 226 Ex URSS 4 41 11 -282 4 41 11 China India Canadá EE.UU. Países en Desarrollo Países Desarrollados 80.1 1992 1993 659.5 648.8 1.4 49.5 14.5 309.5 3.9 198.5 --100.0 1216.68 4 4 41 41 11 11 478.5 248.5 155.5 -878.00 4 41 11 Mundial Fuente: Perfil Económico de la Industria de Molienda de Trigo y sus Productos. Análisis Sectorial. Comisión Nacional Bancaria y de Valores. No. 38. Marzo de 1998. Tabla 2 Demanda de harina de trigo. Promedio 1980-1990 Destino Tabla 3 Consumo anual del gasto corriente en productos de la industria del trigo Participación % País Participación % Panificadora 59.3 Pan de dulce 40.4 Tortillas y frituras 25.8 5.6 5.2 4.1 Pan blanco 18 12.2 29.4 Consumo doméstico Galletas Sopas Pastas para sopa Galletas, pan de caja, harina de trigo, pan de marca y otros Fuente: Análisis Sectorial. CNBV. Fuente: Situación de la Industria panificadora, CANAINPA, 2000. 240 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 241 NUEVAS JERARQUÍAS EN EL CONSUMO DE ALIMENTOS EN MÉXICO de pan industrializado y empacado. Estos enfoques varían si partimos del concepto de cadena agroindustrial, sistema producto, o bien si estudiamos simplemente la composición del mercado y las expectativas de demanda. Sin embargo, en este caso requerimos de una amalgama de enfoques para ubicar las nuevas complejidades de localización, distribución y consumo, mismas que son influenciadas por los procesos de economía abierta y la mundialización misma de los patrones de consumo. Entendemos las transformaciones de la organización territorial de la distribución y del consumo del pan, a partir de los incrementos que este producto tiene en la composición de la dieta urbana como bien sustituto dentro de la alimentación, principalmente con respecto al maíz, aunque mantiene un peso y una diferenciación de las formas en los diversos segmentos de consumidores. Su grado de significancia gradual como bien sustituto en la estructura de la dieta, se explica por la capacidad de adaptación tecnológica en la fase de elaboración, particularmente en cuanto a la transformación de la harina para obtener productos diferenciados no sólo de pan, sino de todo lo relacionado con el ramo de la pastelería, pastas y galletas, que pueden responder tanto a las características de modernización del patrón alimentario basado en una supuesta individualización de la dieta, como a la orientación pragmática del consumo masivo actual. La diversificación interna del consumo de pan y su ubicación relevante en el patrón alimentario nacional es favorecida por la apertura del mercado del trigo, aunque en condiciones de dependencia externa, y las facilidades de penetración a las empresas productoras de harina que, por otra parte, introducen características disfuncionales nuevas a la cadena agroindustrial, pero por otra parte, pueden satisfacer un mercado en constante expansión y con nuevas necesidades por lo que se refiere a los atributos que debe tener el producto en un mercado de alta competencia. No obstante estar incluido entre los productos que conforman la canasta básica alimentaria, como se conoce, el consumo del pan, por su nivel de ingesta en casi todos los estratos sociales, participó durante siglos apenas de manera complementaria o de acompañamiento de otros productos en la dieta, a diferencia del maíz, cuya hegemonía es todavía indiscutible. Una vez que predomina la población urbana y las tendencias son hacia un patrón alimentario más flexible en tiempos de elaboración y consumo, resultan incuestionables los avances del pan como bien sustituto, principalmente del maíz, debido a su adaptabilidad a esas tendencias, junto con la liberalización interna del precio, las ventajas en su distribución y las influencias que tiene la globalización en la competitividad de los establecimientos para la reorganización del mercado local. Las nuevas demandas diferenciadas que surgen a partir de la conformación de un perfil de consumidor más polarizado en términos de ingreso, pero que de todas formas debe satisfacer sus necesidades de consumo dentro de un patrón alimentario homogé241 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 242 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA neo, pragmático y adecuado a las necesidades que establecen las tendencias globales de la oferta, las empresas que participan en la competencia por el dominio territorial del mercado generan una canasta de posibilidades de renovación constante, que responde en forma secuencial a los requerimientos de productos elaborados para consumo inmediato. Desde luego que tales cambios no son tan abruptos en la oferta alimentaria, pero productos como el pan pueden contravenir hábitos o modas presentes en los procesos del patrón alimentario, por ejemplo, la posibilidad de subir de peso y afectar la estética del consumidor. Sin embargo, el trigo presenta posibilidades, por sus ventajas tecnológicas de manipulación genética en la producción, de conformar una canasta de productos light que no se encuentran en el caso del maíz, el arroz u otros del grupo de los carbohidratos. La flexibilización, diferenciación y adaptación del producto se convierten entonces en imperativo de la demanda actual, por lo que tiene un alto grado de influencia en el desplazamiento y en las nuevas localizaciones urbanas de los establecimientos para atender diferentes demandas segmentadas. Se imponen así aquellos productos que puedan trascender esquemas de precios rígidos o controlados. Esta situación corresponde a algunos tipos de alimentos que tienden a disminuir su participación en la estructura del consumo familiar ante sus dificultades de industrialización, tiempos más reducidos de caducidad en anaqueles de los supermercados y en las despensas familiares; dificultades de almacenamiento y manejo en distintos canales de distribución, escasa compatibilidad con otros alimentos, las propias tendencias de la dieta o las modas establecidas por la alimentación alternativa de alto contenido en fibras y baja en grasas Esas dinámicas de cambios organizacionales en la dieta y en las preferencias de los consumidores originan efectos en las ramas de la producción primaria y agroindustriales. Dichos cambios podemos encontrarlos en el maíz con respecto al trigo, específicamente en la ya referida: la suplantación gradual de la tortilla por el pan, que es incorporado por grupos o segmentos de consumidores cada vez más amplios y a la vez complejos en sus dietas. A pesar de su preponderancia en la dieta básica de los mexicanos, así como del reciente impulso a la industrialización de la harina de maíz, que logró importantes innovaciones en la elaboración del producto, la tortilla declina en las preferencias de los consumidores. En cambio, empieza a imponerse el pan por su mejor adaptación a las necesidades de industrialización, almacenamiento y perecibilidad; además de que presenta mayores posibilidades de innovación tecnológica y de producto a lo largo de toda la cadena. Los avances tecnológicos logrados con el empacado en frío que garantizan buena presentación, la suplantación de las tortillerías tradicionales por las industrializadas a 242 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 243 NUEVAS JERARQUÍAS EN EL CONSUMO DE ALIMENTOS EN MÉXICO base de harina en lugar de masa nixtamalizada, y mejores facilidades al consumidor mediante cambios en la distribución, no son suficientes para revertir la tendencia negativa de la tortilla de maíz a nivel de consumo per cápita, principalmente entre los grupos de población joven, más sensibles a la publicidad, a la imitación de modas internacionales y al cuidado de la figura corporal. El pan de trigo, en cambio, una vez que superó el largo periodo de precio controlado en el pan blanco a nivel nacional, junto con la mayor apertura de la economía mexicana, que obligó a las empresas panificadoras nacionales a mejorar los procesos de elaboración y los sistemas de distribución para enfrentar la competencia, derivada del avance de la globalización, se posicionó como un producto exitoso en el mercado, con nuevas redes de distribución urbana y una mayor aceptación en todos los estratos sociales, gracias a su imagen de higiene y salud, asociada a supuestas ventajas nutricionales. Ello se relaciona, en buena medida, con su adaptabilidad a las diferentes posibilidades de procesamiento de la harina de trigo y su combinación con otros insumos como los azúcares, que influyen en la diferenciación del producto sin generar rechazo entre los consumidores de distintos estratos; con sus posibilidades de elaborar productos novedosos dentro de las tendencias de la alimentación alternativa; con las facilidades para acompañar a otros productos sin modificar significativamente el arraigo de los hábitos en el patrón de consumo; con su diversificación en cuanto a presentación, sabor, olor, agregación de valor mediante la refinación de las harinas y la incorporación de otros ingredientes; con sus ventajas de almacenamiento en las alacenas domésticas; y con las posibilidades de manejo en el consumo por todos los miembros de la familia. El pan como producto elaborado o bien de consumo no muestra modificaciones sustanciales de proceso ni de los usos que tiene en la alimentación. Sí las registra, en cambio, dentro de las dinámicas de diferenciación en su oferta, de los procesos de producción industrial y de las formas de distribución, principalmente en el entorno urbano; por ello, la agroindustria en su conjunto requiere de algunos mecanismos de adaptación -en el tiempo- a las condiciones de la demanda global. Así, el incremento del consumo de pan es resultado de la clara influencia que ejercen los procesos globales en la organización del consumo; por lo tanto, los esquemas de competencia se basan en la diferenciación del producto con el objeto de responder a distintos mercados segmentados. Ello cambia -de manera indirecta- la estructura de la agroindustria del trigo, particularmente en el tipo de empresas que la conforman. Si la demanda del pan aumenta, sea como consecuencia de influencias exógenas en el patrón alimentario local, o bien por el efecto de sustitución de productos en la dieta 243 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 244 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA que pueden derivar de las transformaciones en la organización social, pero en cambio la oferta interna de trigo no logra satisfacer los requerimientos de ese consumo, entonces de todas formas se presentan problemas de funcionamiento y de competitividad a lo largo de la cadena, que afectan a toda la economía del producto, lo mismo que a la seguridad alimentaria nacional puesto que el trigo representa un factor importante de la dieta básica. Junto con el efecto positivo de la disponibilidad internacional de la materia prima, el incremento en los niveles de consumo interno de pan obedece a la combinación de influencias exógenas y endógenas del patrón alimentario. En cualquier caso, esto tiene repercusiones en el aumento de la demanda interna de trigo, lo cual se complica con las tendencias erráticas de la oferta, misma que finalmente se asocia a los problemas estructurales de la política agrícola, que determinan la baja o estancamiento de los niveles de producción del grano. En el país se presenta la tendencia a una estructura de consumo más segmentada socialmente, en un patrón alimentario local con mayor peso del pan de trigo, en sustitución de otros productos tradicionales como la tortilla de maíz, en el tipo de funcionamiento organizacional y en la capacidad competitiva futura de las empresas locales dedicadas a la elaboración tradicional del pan, independientemente de su tamaño. El pan se convierte así, en uno de los principales bienes sustitutos dentro de la dieta del mexicano; el problema es que la oferta dominante se basa en la diferenciación del producto, con mayor valor agregado, lo cual no resulta necesariamente benéfico para la salud y la economía de los consumidores debido a su alto contenido de harinas y azúcares refinadas. Sin embargo, la industria de la panificación en México enfrenta un doble problema estructural: 1) en un sentido, la globalización de los mercados de alimentos genera cambios más rápidos en las tendencias del consumo; 2) dichos cambios surgen de un nuevo patrón internacional estructurado con base en la diferenciación, la rapidez y el pragmatismo en el consumo. Por ello, ante la presencia de una mayor competencia internacional que busca el control del mercado del pan en sus diferentes presentaciones, se requiere que el producto cumpla con atributos más amplios en lo que se refiere a las tendencias mundiales de calidad, su disponibilidad en cualquier lugar, satisfacción de demandas segmentadas según el criterio de contribución a la salud, diversificación, presentación e higiene. Pero sobre todo, debe estar presente la capacidad de adaptación a la dieta, expresada en su facilidad para acompañar o combinar con otros componentes alimentarios de las mismas características, y de esa manera garantizar la disponibilidad de una ración completa de consumo rápido. 244 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 245 NUEVAS JERARQUÍAS EN EL CONSUMO DE ALIMENTOS EN MÉXICO El pan de trigo por sus características de adaptabilidad a los cambios en las dinámicas de la composición social y familiar, junto con las ventajas tecnológicas que ofrece su elaboración frente a otros productos como la tortilla, las facilidades de almacenamiento, durabilidad en anaqueles y despensa, la incorporación de innovaciones tecnológicas y organizacionales de las empresas productoras y distribuidoras que ocurrieron en un proceso de liberalización de los precios en los productos de consumo básico, logra incrementos considerables en la demanda interna que, entre otros factores, resulta de una constante diferenciación en la presentación del producto. Ello influye en la conformación de una estructura de consumo socialmente segmentada, independientemente del canal comercial que lo atienda, sobre todo a nivel urbano, que incorpora a cualquier tipo de consumidor, más allá de su nivel de ingreso, pero al mismo tiempo rompe con los sistemas tradicionales de elaboración y distribución, tanto de pan caliente como industrializado, ya que aparecen nuevos agentes económicos con capacidad para controlar todo el proceso y ofertar nuevos productos. En el caso del proceso económico del pan, el consumidor final es el activador central de los cambios puesto que demanda a la cadena de producción los siguientes atributos: un producto fresco que garantice salud, seguridad y calidad; información detallada de esos aspectos; diversidad y variabilidad; y disponibilidad, sin importar dónde se encuentre ubicado el consumidor. O bien, que éste incremente su movilidad y adopte distintos estilos de vida de acuerdo con ciertas características sociológicas como la composición familiar, la edad y/o la educación; con la comodidad, que incluye la posibilidad de hacer todas las compras en un solo lugar en el cual se ofrezcan lo mismo productos preparados que semipreparados; y finalmente, con un buen precio, o sea un bajo precio, no obstante las exigencias anteriores (Evert, 2005). El perfil y la lógica del consumo de pan en la Ciudad de México Países como México enfrentan una doble problemática que expresa el constante incremento de los niveles de consumo y la mayor demanda de harina, a partir de un déficit interno ascendente en la producción de trigo; esto implica dependencia de las importaciones en un mercado internacional oligopólico. No obstante, existe la paradoja de registrar una empresa de origen nacional -BIMBO- que es competitiva en el plano internacional en lo relativo a la elaboración del pan. Ello requiere un replanteamiento teórico que permita explicar los nuevos elementos que influyen en el consumo, particularmente en el comportamiento de la distribución territorial de establecimientos distribuidores en la ciudad. 245 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 246 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA La consolidación de los grupos económicos en esta actividad se explica entonces por las ventajas que tienen para responder a las dinámicas del modelo de demanda que induce a la conformación de mercados segmentados, donde la diferenciación del producto, su combinación con otros componentes de la dieta y su adaptación a distintos entornos de consumo, son condicionantes necesarias para invertir en productos novedosos y de esa manera lograr la hegemonía competitiva. Esto genera la reconfiguración urbana en la distribución territorial de la industria, principalmente en grandes ciudades, como la Ciudad de México, debido a la necesidad de atender segmentos específicos o individualizados de mercado, quienes concurren de manera socialmente indiferenciada a puntos de venta que respondan a la optimización del tiempo en su desplazamiento para realizar compras y satisfacer las necesidades más específicas de la demanda. Debido a que la Ciudad de México es el espacio en que históricamente se presenta la mayor cantidad de innovaciones en la producción, organización y distribución del pan, para dar cuenta actual de ello nos propusimos realizar una encuesta sobre las condiciones reales en las que los consumidores de pan en la ciudad modelan su accesibilidad al producto, así como las configuraciones que adopta la industria a partir de las nuevas dinámicas que imponen las necesidades de desplazamiento de los consumidores. La aplicación de la encuesta se realizó durante el periodo comprendido entre octubre de 2005 y abril de 2006 en las distintas delegaciones políticas del Distrito Federal. El número total final de cuestionarios fue de 1,890 y correspondieron a dos niveles de sujetos. El primer nivel se aplicó a un espectro de consumidores indiferenciados en los que se buscó conocer sus motivaciones económicas y de ubicación para determinar sus preferencias por un tipo de producto u otro, teniendo en cuenta las necesidades reales de consumo de pan y la capacidad, circunstancial o no, de movilidad por la ciudad; el segundo nivel se dirigió a las empresas panificadoras ubicadas tanto en el mercado formal como informal, lo cual respondió al objetivo de detectar problemas de competencia, diferenciación del producto, desplazamiento o proximidad del mercado, organización o posicionamiento de marca, que por igual tuvieran algún grado de significancia en las preferencias de los consumidores. Para el caso específico del presente artículo, resultan relevantes los datos y resultados observados en torno al perfil y naturaleza del consumidor de pan en la Ciudad de México. Tal y como corresponde al modelo de demanda, el consumidor representa la parte activa de los cambios al interior de la agroindustria y de la estructura de la empresa. Por ello establece también las modificaciones en los distintos eslabonamientos, más particularmente en la elaboración y distribución del producto. En el caso del pan en la Ciudad de México, estos cambios se encuentran asociados con la irrupción de la aper246 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 247 NUEVAS JERARQUÍAS EN EL CONSUMO DE ALIMENTOS EN MÉXICO tura económica en el desarrollo económico, de tal forma que se presenta una oferta muy variada que obliga a las empresas de giros similares lo mismo a una competencia muy amplia, que a la reconfiguración de las redes de distribución asociadas con la movilidad intraurbana de la población y sus posibilidades de gasto. Lo anterior conduce a que los distintos tipos de consumidores modelen algunos cambios en la estructura de su consumo en al menos dos sentidos: por una parte, en su adaptación a las características de un producto que tiene ahora mayor relevancia en su dieta; y por la otra, debido a las nuevas condiciones que impone la vida urbana de las grandes ciudades, a ciertas alteraciones en la concurrencia y frecuencia en el abastecimiento que induce modificaciones en los atributos de la oferta de las empresas, lo mismo que de sus formas de distribución. Es decir, se presentan distintos tipos de oferta que también modelan de manera circular la base social de la demanda, con lo cual recrean nuevos tipos de hábitos de compra, de consumo de un producto diversificado y hasta de las propias estructuras alimentarias individuales y familiares. Por ejemplo, hasta las primeras seis décadas del siglo pasado era común que la población urbana de la Ciudad de México concurriera hasta dos veces por día para abastecerse de pan caliente; sin embargo, hoy con los procesos de industrialización del producto que puede almacenarse por más tiempo y la reducción de la disponibilidad de tiempo de los consumidores, esta práctica casi desaparece. En el caso de la Ciudad de México es un hecho que el perfil de los consumidores se conformó y modificó a lo largo de varios siglos en todos los estratos sociales; lo que cambia en esencia son los nuevos atributos del producto, más predominante hacia su elaboración industrializada, como corresponde a las necesidades de una dieta pragmática, sin que desaparezcan las ofertas del producto tradicional que demandan todavía segmentos muy fuertes de consumidores. Esto conforma una amalgama de ofertas que influyen en la localización, deslocalización y desaparición de los establecimientos oferentes. De esta manera, es importante entender inicialmente cómo se distribuyen los establecimientos en la ciudad. Mediante ello, encontramos que la distribución en lo que podemos considerar oferta tradicional se modifica poco. Es decir, permanecen casi de manera constante las viejas panaderías típicas localizadas en las delegaciones centrales, pero muchas de ellas desaparecieron al no resistir la competencia o perder su funcionalidad, a lo que se agregan otras con una nueva organización empresarial y visión moderna de mercado que restringen los niveles de venta de las primeras, pero no las eliminan del todo. Ello se relaciona con las necesidades de funcionalidad que demandan los consumidores de la ciudad en el abasto, que corresponde a sus posibilidades reales de movi247 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 248 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA lidad, organización familiar y disponibilidad de tiempo. Por ello, aparecen establecimientos que inducen hacia nuevas competitividades por el factor distancia, pero con una oferta basada en la diferenciación del producto. Esto último corresponde a demarcaciones territoriales donde los asentamientos recientes de población y los recientes emplazamientos comerciales influyen de manera importante en la localización de establecimientos, lo que permite resolver el problema de funcionalidad en las compras e inhiben las de las viejas panaderías de barrio, particularmente entre la población de ingresos medios. Por tanto, con un registro de 62.3% de los entrevistados, predomina en la Ciudad de México el hábito de consumir pan como acompañamiento habitual de los alimentos; 28.7% manifestó que su consumo obedece a una sustitución gradual de la tortilla de maíz lo cual, si lo correlacionamos con la causa anterior, podría apuntar ya como una preocupación real de cambios en el patrón alimentario, aunque también demuestra la mayor flexibilidad de este producto para adaptarse a los requerimientos pragmáticos de la dieta urbana. El hecho de que 6.6% lo consume como refrigerio en su trabajo refuerza la explicación anterior, junto con la manifestación de que el restante 2.5% lo consume como la base diaria de su alimentación durante los tiempos que emplea para los traslados; por ejemplo, camino desde su casa a la escuela, trabajo u otras ocupaciones. Desde luego que si lo ubicamos por estrato de ingreso, las formas de consumo de pan no muestran grandes diferencias y sólo se intensifican dentro del rango de algunas causas como los traslados de la casa al trabajo. Tabla 4 Costumbres de los clientes en el consumo de pan en la Ciudad de México (en porcentajes) Nivel socioeconómico Manera en que consumen pan Como complemento de alimentos En sustitución de tortilla de maíz Como refrigerio en el trabajo Durante los traslados Total A, B, C 21,2 9,4 2,1 0,7 33,3 248 -D 20,3 10,3 2,1 0,7 33,3 D+ 20,8 8,9 2,4 1,1 33,3 TOTAL 62,3 28,7 6,6 2,5 100 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 249 NUEVAS JERARQUÍAS EN EL CONSUMO DE ALIMENTOS EN MÉXICO Tampoco cambia significativamente la correlación entre composición familiar y frecuencia de consumo. Entre 50.9% de los entrevistados, el número de miembros por familia es de dos a cuatro; de los miembros de estas familias 29.9% acostumbra comer pan diariamente, mientras 19.1% lo hace cada tercer día y sólo 1.9% manifestó consumirlo una vez por semana, lo cual expresa tanto el alto rango de habitualidad como de expansión en los niveles de consumo; esto seguramente repercutirá en el mediano plazo en la dinámica de crecimiento de los establecimientos y su control por un número cada vez menor de empresas que impongan su mayor capacidad competitiva. Le siguen en importancia con 32.5%, las familias que se conforman por entre cinco y siete miembros; de ellos 30.6% consumen pan con un rango de entre diario y cada tercer día; mientras que para las familias de ocho a más de diez miembros 10.6% consume pan todos los días. Es de suponerse que en estos últimos casos la demanda es hacia un producto de menor calidad y precio, pero de todas formas influye de manera importante en la inercia de expansión del consumo y de la industria en conjunto. Un factor clave para la expansión o restricción del consumo de pan en la ciudad lo representa la asignación del gasto y sus oscilaciones en el consumo alimentario y la preponderancia de éste en el consumo de pan. Se supone que en un escenario de crisis aumenta el consumo de productos básicos dado su más bajo precio, por lo que en el caso de México, la tortilla de maíz debería tener un repunte considerable; sin embargo, este repunte, aun con restricción del gasto, se orienta al consumo de pan, lo que expresa la importancia que tiene en el consumidor la flexibilidad del producto como acompañamiento en la dieta de tipo ahora más pragmático y con elevada influencia de la casualidad. El 58.9% de las familias en la Ciudad de México gasta mensualmente un porcentaje ligeramente menor a 10% del gasto total destinado a la compra de alimentos hacia productos de panadería; 31.5% destina entre 10% y 20%. Sin embargo, lo más significativo es que 9.5% restante gasta entre 30% y 40%, lo cual hace suponer que las familias más pobres que en épocas anteriores y en momentos de crisis aguda orientaron su gasto al consumo de tortillas, ahora lo hacen hacia el pan, lo que demuestra la presencia de un claro efecto de sustitución de productos donde el precio no tiene mayor relevancia por la preferencia entre productos de un mismo giro, en este caso los básicos. Resulta notorio, por otra parte, el peso en el gasto que todavía tiene el pan tradicional entre los consumidores de la Ciudad de México; destaca también el hecho de que el pan industrializado tiene una importancia cada vez más considerable. Por su parte, el pan refinado avanza de manera significativa en los espacios de mercado de los estratos medios y altos. 249 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 250 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA Tabla 5 Preferencias por tipo de pan y nivel socioeconómico (en porcentajes) Nivel socioeconómico ¿Qué prefiere consumir? 1 2 3 4 Productos del día de pan tradicional Productos de alta repostería o panadería fina Indistinto Productos empacados Total A, B, C 14,8 8,8 7,2 2,6 33,3 -D 15,9 7,4 6,3 3,7 33,3 D+ 13,8 9,1 6,6 3,8 33,3 TOTAL 44,5 25,3 20,1 10,1 100 Respecto al porcentaje del gasto mensual fraccionado por tipo de pan, encontramos que los consumidores que acostumbran a gastar menos de 10% en este producto, destinan 3% a la compra de pan de caja, 2% corresponde a repostería fina y 4% al pan tradicional; quienes destinan entre 10% y 40% del gasto, el consumo de pan de caja es ligeramente mayor. En este último grupo se ubica generalmente la población trabajadora, lo que significa un avance notorio en el posicionamiento de este producto para los grupos populares, y además tiene efectos en el desplazamiento del pan tradicional y el fortalecimiento de las grandes empresas en el control futuro del mercado. El pan caliente del día ocupa 44.5% de las preferencias de consumo, le sigue con 25.3% los productos de alta repostería, aunque el 20% no muestra algún tipo de preferencia especial y sólo 10% se inclina de manera clara por el pan industrializado empacado. A nivel de estratos de ingreso no se presentan grandes diferencias en las preferencias por tipo de pan. Aun así, 16% de los consumidores con un nivel socioeconómico -D, considerado de clase media, se inclinan por la panadería tradicional, 9% de D+, ubicado en la clase media alta se orientan hacia los productos de repostería o panadería fina. En el nivel socioeconómico medio alto se inclinan en menor grado al pan industrializado. Por otra parte, 80.1% de los consumidores considerados en la muestra compran menos de diez piezas de pan al día bajo cualquiera de sus presentaciones, 15.8 % entre 11 y 21, que contrasta con un porcentaje menor de 1% que adquiere más de 22 piezas para su consumo. Quienes se ubican en un nivel de compra de más de diez piezas de pan fino, corresponden al nivel socioeconómico medio y alto. Respecto a las prefe250 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 251 NUEVAS JERARQUÍAS EN EL CONSUMO DE ALIMENTOS EN MÉXICO Tabla 6 Compra de pan por tipo de establecimiento (en porcentajes) Lugar de compra de pan Cantidad 10 y 20$ 30 y 40$ 50 y 60$ 70 y 80$ 90 y 100$ Total Expendio Panadería Tienda de de pan tradicional la esquina 5.3 3.7 .2 0 0 9.2 23.7 13.2 1.4 .2 0 38.5 10 4 .4 0 0 14.4 A domicilio 2.1 1.1 0 0 0 3.2 Tienda de auto servicio 13.9 10.2 1.5 .3 .1 26 Alta repostería TOTAL 3.3 3.5 .7 .2 0 7.7 58.3 35.7 4.2 .7 .1 99.9 rencias por el pan de caja en número de piezas no existen diferencias entre los consumidores y sus ingresos; en general, los promedios de compra de pan de caja son muy similares en los distintos estratos socioeconómicos y de la misma manera sucede con el pan tradicional. Aunque se observa una clara declinación en el número de establecimientos de tipo tradicional, 38.5% de los consumidores prefieren todavía la panadería tradicional para sus compras; le siguen en importancia los establecimientos que se ubican al interior de las tiendas de autoservicio con 26%, y 14.4% restante concurre a la tiendita de la esquina donde se distribuye pan generalmente de tipo industrializado. Los porcentajes más bajos corresponden a los expendios con 9.2%, los productos especializados en alta repostería 7.7%, y la compra a domicilio 3.2%. Los consumidores que compran en la panadería tradicional gastaban al momento de levantar la encuesta a principios de 2006, entre 10.00 y 80.00 pesos, los de la tienda de autoservicio entre 10 y 100 pesos, los de la tiendita de la esquina entre 10.00 y 60.00 pesos, en el expendio de pan entre 10.00 y 60.00 pesos, y tienda de alta repostería entre 10.00 y 80.00 pesos. Los de menor gasto son los que obtienen el pan través de la venta domiciliaria con entre 10.00 y 40.00 pesos, ya que por lo general corresponden a vendedores ambulantes que pueden ofrecer un mejor precio al evadir o racionalizar diversos tipos de gasto que incluyen la materia prima. El 57.6% tienden a comprar en una panadería específica por razones de mejores condiciones de precio; de ellos, 14.1% lo hace siempre, mientras 43.4% sólo en ocasiones. Los consumidores que realizan sus compras más en función del precio son 251 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 252 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA Tabla 7 Percepción del precio por los consumidores entre establecimientos que venden pan ¿Encuentra diferencias de precio de una panadería a otra? Respuestas 1 2 3 4 Porcentaje Es mínima Hasta el doble del precio Precio exagerado No veo diferencia Total 44 31 5,1 19,7 100.0 Tabla 8 Motivos que influyen en los consumidores al comprar pan (en porcentajes) Nivel socioeconómico VALO R E S A, B, C El sabor 1 12,4 2 Valor nutricional del producto 7,7 3 Que sea fresco 4,1 4 Se vende cerca de la casa o el trabajo 3,8 5 Las promociones 2,6 6 El precio 1,4 7 La marca 1,4 Total 33,3 252 -D 10,9 7,1 4,4 3,9 3,7 2,1 1,3 33,3 D+ 10,9 8,5 4,8 4,2 2,5 1,3 1,1 33,3 TOTAL 34,3 23,2 13,3 11,9 8,7 4,8 3,7 99,9 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 253 NUEVAS JERARQUÍAS EN EL CONSUMO DE ALIMENTOS EN MÉXICO aquellos de más bajo nivel de ingresos y corresponden a 24.4%, mientras 42% manifestó que es indiferente al nivel de precio. La diferencia en el precio del pan por tipo de establecimiento es clara, ya que regularmente las panaderías de marca o franquicias elaboran productos de alto valor agregado, aunque por lo general el precio entre panaderías puede variar en uno o más de sus productos. Sin embargo, 19.75 % de los consumidores no percibe esta diferencia, 44% se refieren a una diferencia mínima, 31% piensa que llega a ser el doble del precio corriente de la mayoría de las panaderías y sólo 5.1% considera que se manejan precios exagerados entre un establecimiento y otro. El sabor del pan es uno de los factores que influyen en las compras. Al menos 34.3% de los clientes entrevistados afirman sus preferencias en ese sentido; le sigue en importancia el valor nutricional con 23.2%, que sea fresco con 13.3%, y que se vendan cerca de casa o del trabajo con 11.9%. En menor proporción se encuentran las promociones con 8.7%, el precio con 4.8%, y la marca con 3.7%. No existen diferencias significativas de las causas por nivel de estratificación; sin embargo, se puede observar lo siguiente: el sabor es más importante para el segmento A-B con 12.4%, el valor nutricional del producto tiene una ligera tendencia hacia el segmento D+ con 8.5%, la cercanía de la casa o trabajo del lugar de venta puede ser ligeramente mayor en el segmento D+ con 4.2%. Las promociones con 3.7%, y el precio con 2.1%, tienden a influir más en el segmento D-. En cuanto a la correlación de razones con respecto al lugar de compra encontramos que 38.7% prefiere hacer sus compras en la panadería tradicional por las razones antes mencionadas, le sigue la tienda de autoservicio con 26.1%, en tercer lugar se encuentra la tiendita de la esquina con 14.5%, y al expendio concurre 9.5% de los consumidores. Dada su orientación hacia los estratos de más altos ingresos, en los últimos lugares se encuentran los establecimientos que distribuyen pan de alta repostería con 8%; y debido a condiciones de limitaciones en la distribución, que reducen el espectro de mercado, la venta de pan a domicilio se ubica con 3.2%. Quienes concurren a la panadería tradicional lo hacen principalmente por la motivación del mejor sabor (9.4%), porque el lugar está cercano a su hogar (9%), porque es más barato (6.7%), aunque también el criterio de frescura es de notarse con 6.7%; sólo 4.2% define sus preferencias con base en su mayor valor nutritivo. Le siguen en importancia la tienda de autoservicio y la tienda de la esquina. El menor porcentaje (4.1%) de personas compra por tradición, porque está empaquetado 1.8%, o bien en 0.5% de los casos influye la presencia de promociones en el establecimiento. Por otra parte, entre los productos de pan industrializado de mayor consumo destacan los siguientes: pan blanco (70.2%), bimbollos (52.5%), pan integral (52.2%), medias noches (47.4%), pan blanco Wonder (46.2%), pan tostado Multigrano (42.9%), 253 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 254 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA Tabla 9 Lugar y razones por las que acostumbran comprar el pan (en porcentajes) ¿En qué lugar acostumbra hacer sus compras de pan? TOTAL Tienda Tienda Expendio Alta Panadería de A auto de la tradicional servicio esquina de pan repostería domicilio ¿Por qué? 1 Es más sabroso 2 El lugar está cercano a mi hogar 9,4 7,3 3,7 1,5 2,5 0,6 25,0 9,0 5,7 3,6 1,1 2,3 0,9 22,7 3 Es más barato 6,7 5,3 1,9 2,6 1,4 0,9 18,7 4 Es más fresco 5 Es más nutritivo 6,7 3,9 2,1 2,7 1,1 0,2 16,6 4,2 3,4 0,8 0,9 0,7 0,7 10,7 6 Por tradición 7 Está empaquetado 1,4 0,5 1,4 0,7 4,1 1,0 0,1 1,8 8 Tiene promociones 0,5 0,7 0,5 38,7 Total 26,1 14,5 9,5 8,0 3,2 100 Tabla 10 Causas por las que sustituyen comidas normales por alternativas rápidas (en porcentajes) ¿Por qué? 1 Ama de casa 2 Profesional Empleado ¿En qué lugar acostumbra hacer sus compras de pan? Falta Desde Por Desde Desde TOTAL de que las Me gusta que que vitiempo trabajo prisas estudio vo solo 12,7 6,9 5,9 5,6 3,1 2,7 36,9 2,6 3,3 1,6 2,1 1,7 1,4 12,6 3 Comerciante 2,4 3,5 1,7 1,8 2,0 0,9 12,3 4 Profesional auto empleado 2,9 2,7 1,6 1,6 0,9 1,3 11,0 5 Obrero 1,6 1,3 1,7 1,4 0,8 0,9 7,7 6 Estudiante 7 Pensionado/jubilado 2,0 0,9 1,3 0,7 1,3 0,7 6,9 1,4 0,8 1,2 1,3 0,4 1,0 6,1 8 Oficio 9 Desempleado 1,6 1,2 0,7 0,4 0,8 0,4 5,1 0,1 0,1 0,6 0,6 0,0 0,1 1,4 27,3 20,9 16,1 15,4 10,9 9,4 100 Total 254 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 255 NUEVAS JERARQUÍAS EN EL CONSUMO DE ALIMENTOS EN MÉXICO pan blanco ligth (42.9%), y pan integral de grano (41.2%). Todos ellos generalmente son productos que se utilizan para la preparación de comidas rápidas como sándwiches, hot dogs, hamburguesas y tipos de pan sustitutos utilizados para dietas especiales y como complemento alimenticio. Una proporción abrumadora de las ventas corresponde a la marca Bimbo. Hasta la fecha en que se aplicó la encuesta, 23.6% de los consumidores entrevistados optó hasta en 10% de sus comidas completas tradicionales por esta alternativa de tipo pragmático; 22.5% hasta 30%; 18% en 50%; 13.2% hasta en 70%; y 7.7% en 90%, lo que hace suponer que un porcentaje cercano a 40% de la población urbana lleva una dieta basada en alguna alternativa de comida rápida en la que el pan resulta su base principal. Si correlacionamos esta última variable con el tipo de ocupación encontramos que quien más sustituye sus comidas por la alternativa arriba señalada son las amas de casa, puesto que 36.9% sustituyen hasta 11.4% de las comidas al mes, lo cual puede explicarse por el hecho de que conforman el segmento que menos disponibilidad tienen para dedicar un tiempo razonable a sus comidas, dada la diversidad de actividades que realizan en el día; le sigue el profesional empleado con 3.5%. Entre quienes sustituyen hasta en 30% sus comidas tradicionales por estas alternativas de tipo pragmático encontramos a los comerciantes y, posteriormente, a los estudiantes. Un 27.3% señaló como causa de selección de dicha alternativa pragmática a la falta de tiempo para preparar sus alimentos del día; 20.9% por presiones de trabajo; y 16% ante la prisa de cubrir varias actividades en un solo día; apenas 15.4% respondió que esta preferencia obedecía a un gusto especial; sin embargo, 10.4% señaló como motivo las distancias entre lugares de estudio, residencia y trabajo; y 9.4% por el hecho de que viven solos. Estas proporciones se repiten casi por igual al relacionarlas con el tipo de ocupación. Un dato que llama especialmente la atención nuevamente es la función que gradualmente cubre el pan como producto sustituto. El 32.4% de los consumidores sustituyeron la tortilla de maíz por pan en una proporción menor a 10% mensual; otro 23.7% eliminaron la tortilla de maíz en una proporción de entre 10% y 20% del consumo mensual; 18.9% la sustituyeron entre 30% y 40%, y al menos 12.4% sustituyen la tortilla de maíz en más de la mitad de su dieta mensual, mientras que 12.5% manifestaron haberla eliminado definitivamente de su dieta e incorporar al pan en algún grado. En otro rubro, encontramos que los productos de pan fino de más amplia aceptación entre los consumidores son los siguientes: pan dulce (77.7%), pan blanco (63%), baguettes (40.1%), panes especiales (34.1%), pan de molde de panadería (33.5%), empanadas (31.7%). Las tiendas que presentan una línea de pan delicatessen 255 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 256 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA Tabla 11 Sustitución de tortilla de maíz por pan ¿Ha sustituido la tortilla de maíz por el pan en su dieta, y en qué proporción? Porcentaje 1 -10% 2 Entre 10% y 20% 32,4 3 Entre 30% y 40% 4 Entre 50% y 60% 18,9 5 Entre 70% y 80% 6 Entre 90% y 100% 7,2 23,7 12,4 5,3 100.0 Total o pan artesanal generalmente tienen éxito, ya que acostumbran prepararlos al gusto del cliente, con lo que integran prácticamente un esquema de producción flexible de tipo individualizado, a diferencia de la panadería tradicional que es más rígida. El pan tradicional de mayor consumo en la Ciudad de México es el siguiente: pan dulce (85.9%), pan blanco (85.8%), baguette (28.9%), pan de molde de panadería (28.4%), pan integral (25.3%), empanadas (25.1%), panes especiales (22.8%), pan español (20.6%), pastas saladas (18.3%), croissant (17%), berlineses (16%) y pan molido (8.4%). La venta de los productos de panadería tradicional tiene un comportamiento de venta uniforme, a diferencia del pan fino que es más oscilante debido a su mayor sensibilidad a las variaciones en el ingreso. Entre las marcas más consumidas destacan Bimbo con 40.4%, le siguen en importancia el Globo con 16.2%, la tienda de autoservicio con 11%, y sólo 10% compran indistintamente en cualquier panificadora del rumbo. En menor proporción se encuentra la espiga con 5.3%, del expendio con 4.9%, Aranzazu con 4%, Trico con 2.2%, Sanborns con 1.9%, Alcázar con 1.2%, Coronado con 1%, y con menos de 1.4% Pan Mex y Elizondo. El sabor -con 27.4%- es uno de principales atributos por el que prefieren consumir las marcas mencionadas. Le sigue en importancia la razón de que son nutritivos con 17.1%; en tercer lugar se encuentran quienes prefieren sus productos porque no cuentan con tiempo para prepararse otro alimento. El 12.4% los prefieren porque son frescos, 10.9% en función de su precio bajo y de su calidad; 9.1 consume estas marcas porque son bajos en calorías, y 8.1% porque el establecimiento se encuentra camino a 256 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 257 NUEVAS JERARQUÍAS EN EL CONSUMO DE ALIMENTOS EN MÉXICO casa o al trabajo. El restante 2% lo hace por la publicidad y la presentación del producto. La panadería con mayor nivel de preferencias es El Globo, ya que 32.5% de los entrevistados la relacionaron con una imagen de mayor calidad, le siguen las instaladas en las tiendas de autoservicio con 13.9% y La Espiga con 10.1%. Pastelerías y panaderías como Aranzazu, Alcázar, El molino y Pays Coronado ocupan el mismo nivel con 7%; finalmente, se ubican Trico con 4.8%, Sanborns con 3.8%, Elizondo con 3.1% y Panmex con el 1.7%, aunque esta ultima debido a su más bajo nivel de irradiación en el mercado y a su menor número de establecimientos. La presencia de El Globo en las preferencias de los consumidores en mucho obedece a su amplia cadena de tiendas en el Distrito Federal, junto con la localización de sus establecimientos en prácticamente todas las mejores ubicaciones de centros comerciales y principales avenidas de la ciudad. El 35.3% de los consumidores establecieron sus preferencias por estas marcas porque consideran que sus productos son ricos y de mejor calidad, 16.8% señaló consumir estas marcas porque se encuentran cercanas a su hogar; 16.6% porque son nutritivas, y 14.1% porque son productos frescos. En menor proporción se encuentran aquellos que lo hacen por comprar siempre lo mejor (9.7%), por tradición (2.2%), por el precio (2.2%, por higiénico (2.1%) o porque va con su estilo de vida (0.9%). Tabla 12 Influencia de la distancia en las compras de pan (en porcentajes) Influencia de la distancia de una panadería para que la persona compre o no compre pan Nivel socioeconómico A, B, C -D D+ TOTAL 1 Nada, yo compro donde me gusta aunque esté lejos 11,8 10,6 11,7 34,1 2 Un poco, porque el lugar que me gusta está lejos 11,8 10,9 11,3 34,1 3 Mucho, si no está cerca no compro 8,3 9,9 8,3 26,5 4 Demasiado, prefiero comprar lo que no me gusta a ir mas lejos 1,4 1,9 2,0 5,3 33,3 33,3 33,3 99,9 Total 257 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 258 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA El 31.9% de los consumidores tiene como promedio de recorrido a la panadería una distancia de dos a tres cuadras, 22.4% recorre entre cuatro a cinco cuadras y 18% sólo recorre una cuadra; en tanto que 16.3% acostumbran comprar en el supermercado cuando realizan otras compras, y 11.3% lo compra fuera de la zona. Los que recorren más cuadras respecto a la panadería viven en zonas de ingresos medios y altos ya que en las zonas privadas o calles cerradas no existen panaderías. Las zonas de ingresos medios y bajos se encuentran por lo general más cercanas a las panificadoras y tienen acceso al pan ambulante, por ello regularmente recorren sólo entre una y tres cuadras. De cualquier manera, 34% de los consumidores manifestó comprar el pan en su lugar de preferencia independientemente de la distancia; a 34.1% le incomoda que su panadería preferida se encuentre lejos; 26.5% señala que si la panadería no está cerca, no compra. El restante 5.3% aunque prefiere un tipo de pan especial, compra en el lugar más cercano a su casa. Al correlacionarlo con los distintos estratos de consumidores no encontramos diferencias significativas en esta variable. En promedio, la mitad de las personas no cambiaron de panadería, mientras que la otra mitad sí lo hizo. En los casos que cambiaron de panadería (26.4 %), el motivo principal fue la novedad, mientras que en 48.6% restante variaron sus opiniones entre mayor surtido, mejor precio o calidad, con lo cual podemos inferir que si bien los consumidores se resisten a los cambios de preferencias debido al apego en la tradición, finalmente la competencia entre las empresas por presentar una oferta más diversificada y su adaptabilidad a la cercanía con el consumidor, tiene ahora una gran influencia en el hecho de que los cambios sean rápidos. Así, la dinámica de crecimiento y recomposición empresarial de la industria de la panificación en México durante las últimas tres décadas, es resultado de las presiones que ejerce la expansión del consumo de pan en todos los estratos de ingreso de la población, principalmente urbana. Con ello, es persistente la tendencia hacia el desplazamiento de las preferencias en el patrón alimentario de otros productos básicos como la tortilla de maíz, debido principalmente a una mejor adaptación del trigo a las condiciones actuales de una dieta más rápida, pragmática y vinculada a las necesidades de optimización del tiempo entre los consumidores de las ciudades. Se piensa que esta tendencia es congruente con el dominio del modelo de demanda, donde los consumidores modelan la oferta de acuerdo con sus necesidades y las empresas deben replantearse constantemente sus esquemas tecnológicos y organizacionales para brindar respuestas inmediatas a necesidades diferenciadas y muchas veces individualizadas. Sin embargo, este desplazamiento no puede ser absoluto en la medida que el pan es un producto altamente perecedero que pierde su frescura en menos de tres horas, 258 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 259 NUEVAS JERARQUÍAS EN EL CONSUMO DE ALIMENTOS EN MÉXICO por lo que el 87.5% de las empresas operan en mercados locales y 95.8% opera en ese mismo entorno para realizar sus ventas. Además, 66.7% debe tomar en cuenta que opera mercados de consumidores pobres donde el precio puede ser relevante en sus necesidades de desplazamiento para realizar las compras. Por tanto, 36% de los consumidores, al menos de la Ciudad de México, compra actualmente por lo general a través de panificadoras tradicionales y en número igual en las panaderías de supermercados que también elaboran pan de tipo tradicional, aunque el pan ambulante tiene ya una gran significancia con 21% del mercado. En esta estructura de distribución resulta relevante el hecho de que el volumen de compras que realiza el consumidor urbano es relativamente pequeño, la población consumidora es numerosa y su poder adquisitivo heterogéneo y elevado en algunos espacios urbanos donde no existe riesgo de cobro, ya que las ventas son al contado (Gómez, 2001). Esto, lejos de constituir una desventaja, coloca al consumidor en una posición ventajosa al momento de elegir el lugar de compra, ya que por lo general decide en función del precio, marca, comodidad en la adquisición del producto, atención y servicio al cliente, nuevas tendencias en el mercado como la salud y mayor tiempo de duración del producto. Conclusiones La expansión y la reorganización empresarial de la industria de la panificación es resultado del incremento del consumo de pan en el conjunto de la población urbana como parte de la suplantación de la tortilla de maíz en la dieta alimentaria de las familias y como expresión de un modelo de demanda que sitúa al consumidor final como el agente que, de acuerdo a sus preferencias y necesidades diferenciadas y personalizadas, define la oferta y las estrategias de las empresas para satisfacer dicha demanda en mercados segmentados. En el caso de la Ciudad de México -urbe que expresa de manera más acabada el despliegue del modelo de demanda-, se observa que estos segmentos específicos de mercado inducen una reconfiguración urbana en la distribución territorial de las panaderías, puesto que los consumidores tienden a privilegiar el tiempo invertido en su movilidad para acceder al bien de consumo, el precio y la satisfacción de sus necesidades y gustos particulares. Los resultados expresados por la encuesta aplicada entre los consumidores sustentan la conclusión anterior al indicar que los perfiles y estructura del hábito de consumo de pan en la Ciudad de México están definidos por la adaptación de la población a un alimento que asume una posición destacada en su dieta, y por un pragmatismo de la 259 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 260 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA vida urbana que induce la urgencia de las panaderías para modificar su oferta -cada vez más se emprende una elaboración industrializada del pan- y sus formas de distribución; ello por supuesto no implica la eliminación gradual de las panaderías tradicionales que todavía son concurridas por amplios sectores de consumidores. 260 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 261 NUEVAS JERARQUÍAS EN EL CONSUMO DE ALIMENTOS EN MÉXICO Bibliografía Evert, J. (2005) Análisis de las políticas agropecuarias y rurales. Integración de cadenas agroalimentarias. Enfoque internacional sobre el desarrollo de cadenas agroalimentarias, México, Proyecto Alianza Contigo, FAO, SAGARPA. Cámara Nacional de la Industria Panificadora (2000) Situación de la Industria Panificadora. Comisión Nacional Bancaria y de Valores (1998) Perfil económico de la industria de molienda de trigo y sus productos, Análisis Sectorial, no. 38, marzo. Gómez, G. (2001) Análisis competitivo de la pequeña y mediana empresa panificadora del Distrito Federal en su entorno agroindustrial: trigo-harina-panificación, Tesis de Maestría en Administración, México, Facultad de Contaduría y Administración, UNAM. INEGI (varios años) Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares. Sanz, J. (2002) "El sistema agroalimentario español: estrategias competitivas frente a un modelo de demanda en un contexto de mercados imperfectos" en Cristóbal Gómez Benito y Juan Jesús González (coords.) Agricultura y Sociedad. Universidad Nacional de Educación a Distancia, Madrid, Mc Graw Hill. Torres, F. (2006) Encuesta sobre el consumo de pan de trigo y localización de panificadoras en la Ciudad de México. Torres, F. y Y. Trápaga (coords.) (2001) La alimentación de los mexicanos en la alborada del Tercer Milenio. México, Edit. Porrúa, Instituto de Investigaciones Económicas, UNAM. Vanacloche, A. (2005) Diseño de industrias agroalimentarias, Madrid, Ediciones Mundi Prensa (Colección Tecnología de Alimentos). 261 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA 262 Page 262 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 263 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA Cambios en la vida rural y en la cultura alimentaria campesina: San Pedro El Saucito, Sonora, México1 Juana María Meléndez Torres* Gloria M. Cañez de la Fuente** Los alimentos que se comen tienen historias asociadas con el pasado de quienes los comen; las técnicas empleadas para encontrar, procesar, preparar, servir y consumir esos alimentos varían culturalmente y tienen sus propias historias. Y nunca son comidos simplemente, su consumo siempre está condicionado por el significado. (Mintz 2003:28) Introducción E l proceso de modernización y transición económica ha dado lugar a la industrialización en muchos países y a que el desarrollo de sus economías dependa casi en su totalidad de un mercado común. Este proceso ha provocado cambios en el sistema alimentario mundial y regional como la adopción de nuevas técnicas * Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo, A. C. Correo electrónico: jmelendez@ciad.mx ** Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo, A. C. Correo electrónico: gloria@ciad.mx 1 Las autoras agradecen la colaboración y asesoría de Ernesto Camou Healy. Un especial agradecimiento a María y su familia, sin ellos no hubiera sido posible este estudio. 263 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 264 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA agronómicas para la producción de alimentos. El avance tecnológico ha incidido en la calidad y la cantidad de alimentos disponibles, así como en el desarrollo de nuevas formas de procesamiento y almacenamiento que han extendido la disponibilidad de algunos productos en espacio y tiempo. Los cambios han estimulado una mejora en los estándares de vida de algunas poblaciones y un mayor acceso a productos y servicios; sin embargo, su impacto y posible beneficio ha sido desigual en las distintas sociedades, en particular las de países con un menor desarrollo económico. El proceso globalizador ha hecho desaparecer las fronteras políticas y económicas y ha tendido a la homogeneización de la dieta y la delocalización2 de la alimentación humana (Pelto y Vargas, 1992). Al mismo tiempo, constituye uno de los factores que ha propiciado el abandono de las dietas tradicionales y el predominio de una dieta comercial rica en azúcares, grasas y carbohidratos. Las transformaciones dadas en el ámbito social y alimentario han generado una compleja problemática alimentaria y de salud en donde la diabetes mellitus, la obesidad y las enfermedades cardiovasculares son las de mayor prevalencia entre las distintas poblaciones y en la que aparecen como factores asociados el cambio en el estilo de vida y la industrialización de la dieta (OMS, 1998). En general, la proliferación de los estilos de vida y de alimentación más urbanos, el desarrollo del comercio, el abandono de la agricultura, la migración y la pérdida de la seguridad alimentaria en el ámbito rural, han propiciado cambios en las culturas alimentarias locales, especialmente en la población campesina de los países en desarrollo. En el caso de México, el fenómeno se ha producido con gran rapidez a partir de las dos últimas décadas del siglo XX, principalmente en las ciudades; aunque cada vez ha sido mayor la intervención en las áreas rurales, en donde se ha propiciado la creación de nuevos hábitos de consumo y la incorporación de los campesinos a una economía de mercado. Ello ha provocado que -lejos de resolver los problemas de alimentación y nutrición que padece la mayoría de los mexicanos- la tendencia hacia la dieta comercial vaya en aumento y de esta forma se hayan ido alterando los hábitos de consumo tradicionales, cuyos elementos en la dieta proporcionaban los nutrimentos necesarios para hacerla equilibrada y adecuada. Así, a medida que la población rural ha 2 El término delocalización se refiere a una compleja cadena de eventos que resulta cuando los alimentos, la energía y los servicios que han sido formalmente proporcionados dentro de un mercado local son transformados en bienes de consumo comercial, donde la mayor parte de ellos no provienen de la misma región (Poggie y Lynch, 1975). 264 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 265 CAMBIOS EN LA VIDA RURAL Y EN LA CULTURA ALIMENTARIA CAMPESINA dejado de depender de su producción de autoconsumo, los elementos de nuestra cultura alimentaria han sufrido alteraciones significativas (Jusidman y Moreno, 1988). ¿Por qué nos interesan los cambios en la alimentación? Si partimos de la aseveración de Mauss de que el hecho alimentario "…es un hecho social total en el que la cultura y las instituciones (económicas, jurídicas, políticas y religiosas, etc.) encuentran expresión simultánea y lo influyen de algún modo" entonces, como lo señalan Contreras y Gracia (2005:15), el estudio del hecho alimentario puede permitirnos conocer la naturaleza y la estructura de un orden social dado. Asimismo, el estudio de las prácticas alimentarias y su relación con otros aspectos materiales, sociales y simbólicos constituye un medio3 para analizar otros aspectos de la sociedad. En su caso, Duhart (2004) menciona que la alimentación de un grupo social o pueblo determinado se materializa en el tipo de productos que consume, en las técnicas y los enseres y utensilios que emplea para cocinar; en los platillos, las preferencias y las aversiones a ciertos alimentos y las recetas de cocina que realiza. Por otro lado, como lo señala Mintz (2003), el acto de comer es más que el simple hecho de ingerir los alimentos; además de que existe una necesidad biológica de satisfacer el hambre, también encontramos que el consumo de los alimentos está ligado a necesidades sociales y culturales. Y es a partir de la interacción entre estos aspectos -biológicos, socioeconómicos y culturales- lo que va constituyendo la cultura alimentaria de un pueblo. Entendida ésta como: …el conjunto de representaciones, de creencias, conocimientos y de prácticas heredadas y/o aprendidas que están asociadas a la alimentación y que son compartidas por los individuos de una cultura dada o de un grupo social determinado dentro de una cultura (Contreras y Gracia, 2005). En este sentido, el conocimiento de los cambios en la producción y el consumo de los alimentos nos pueden permitir explicar cómo vive una población determinada y qué implicaciones sociales, culturales y económicas han tenido estos cambios en relación con su alimentación. La relación producción-alimentación, desde una visión antropológica e histórica, puede mostrarnos los cambios que han ocurrido en lo que se come, en el porqué se come o se dejan de comer ciertos alimentos y cómo se comen. La forma en la que estos cambios ha incidido en la vida cotidiana y su relación con los factores sociales y económicos puede explicarnos la permanencia o modificación de la cultura alimentaria de los individuos en el ámbito doméstico, comunitario, local o regional. 3 Subrayado por el autor. 265 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 266 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA De acuerdo a este interés es que nos propusimos realizar el estudio de una comunidad rural inserta en un acelerado proceso de urbanización, localizada en la periferia de la capital del estado de Sonora, enfatizando en los cambios que hubo en los patrones de producción y consumo y en el arte de hacer comida, con la finalidad de conocer cómo se ha ido transformando su vida y su cultura alimentaria. Modernización en Sonora: cambios en la vida rural El proceso de modernización tiene como una de sus expresiones la inserción gradual del ámbito rural dentro de la esfera de influencia socioeconómica, política y cultural de la sociedad urbano-industrial (Entrena, 1998). Como parte de los efectos de este desarrollo modernizador se produce una acelerada urbanización en las poblaciones rurales, en la que va aparejado el desarrollo comercial y de servicios, y que se hace evidente en el ámbito social y cultural: …la expansión de las áreas urbanas se hace en perjuicio de las zonas rurales cercanas a las ciudades y convierte en lo que en el pasado eran tierras de cultivo en superficies de cemento y asfalto, o en solares inutilizados en espera de ser vendidos. Por último, el urbanismo, entendido como forma de vida debilita los lazos no sólo económicos sino también simbólicos y afectivos que la gente de los espacios rurales mantenía con el campo. En resumen, la urbanización acelera el cambio de usos tradicionales de la tierra hacia modelos no sostenibles (Aledo, 1999). En Sonora, el proceso modernizador se inició durante la segunda mitad del siglo XX con políticas que impulsaron la agroindustria, la agricultura extensiva y la modernización ganadera en el estado. Con tales políticas, dos de las principales actividades productivas hasta el momento experimentaron un cambio: la minería, una de las más destacadas industrias en la región sufrió un descenso en su producción. En el caso de la agricultura, hubo una transformación cualitativa muy importante: de la producción de alimentos se pasó a la producción de forrajes, básicamente en la zona serrana (Pérez, 1993). A partir de estos cambios, en la década de los sesenta se originó en la región un acelerado proceso de urbanización y se propició la migración de las zonas rurales hacia los centros urbanos del valle y el litoral. En este proceso, Hermosillo, la capital de Sonora, fue uno de los principales centros receptores en donde se dio un fuerte crecimiento demográfico y una expansión de su estructura urbana. En ese momento, la 266 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 267 CAMBIOS EN LA VIDA RURAL Y EN LA CULTURA ALIMENTARIA CAMPESINA industria y los servicios se constituían como las actividades económicas más relevantes a nivel estatal (Ramírez y León, 1997). El crecimiento de la ciudad de Hermosillo sobre las áreas periféricas se empezó a dar en la década de los ochenta con la innovación tecnológica, en donde se crearon nuevos centros de trabajo y concentración de equipamiento y servicios (Martínez, 2001). La expansión se dio sobre los terrenos colindantes a la ciudad y se propició la ampliación de diversas localidades más allá de la mancha urbana, como algunos ejidos. En ambos casos prevaleció la interacción con la capital del estado. En este sentido, Aledo (1999) menciona que la urbanización4 de algunas localidades rurales que se encuentran en la periferia de las ciudades produce un crecimiento del espacio urbanizado en el plano físico y geográfico con la construcción de carreteras, calles e infraestructura diversa, junto con la instalación de comercios y servicios. También éste se relaciona con el cambio del uso del suelo, en donde la tierra -como medio de producción- antes dedicada al cultivo, se convierte en mercancía para la edificación de lotes y fraccionamientos campestres cuyo principal atractivo es estar en el campo, pero cercano a la ciudad. Por otro lado, el desarrollo ha llevado a rebasar los aspectos que antes diferenciaban lo rural de lo urbano, en los que encontrábamos estilos de vida que contrastaban claramente. Y ahora como Mormont (1990) señala "…la relación entre estos dos ámbitos constituye una combinación entre estos dos elementos como interconectados y constituidos de diferentes facetas de la vida". Y de acuerdo con lo que Oksa y cols. (1996) mencionan, algunos poblados cercanos a las ciudades se han convertido en un ámbito de consumo o esparcimiento para el ocio por los habitantes de las ciudades (citado por Entrena, 1998:147). Un caso representativo de este proceso es San Pedro El Saucito, ejido sonorense en el que se ha dado un cambio en su estilo de vida provocado por la demanda de suelo urbano para vivienda y equipamiento y por la escasez de agua, que se ha cedido a favor de la demanda de la ciudad de Hermosillo (Martínez, 2001a). Esta situación ha estimulado una mayor urbanización del ejido y una pérdida de las condiciones para mantener su carácter fundamentalmente agrícola a favor del sector servicios; asimismo, su situación geográfica también ha influido, ya que se localiza a tan sólo once kilómetros de la ciudad de Hermosillo y halla establecido al margen de la carretera hacia la 4 La urbanización de acuerdo a Antonio Aledo Tur (1999) "…puede entenderse desde una doble perspectiva. Primero, como la expansión física de la ciudad, el crecimiento del espacio urbanizado. Segundo, como una forma de vida, como parte del proceso más amplio de cambio cultural. Entendida desde esta doble perspectiva, los efectos de la urbanización no se limitan al área afectada por el proceso constructivo sino que sus impactos tienen un radio de acción mucho más amplio". 267 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 268 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA frontera norte del país y en la carretera que conduce a los pueblos de la sierra de Sonora (ver mapa 1). Para conocer y entender cuáles han sido los cambios que ha sufrido la población de San Pedro El Saucito en los últimos años, se presenta el estudio de caso de una familia del ejido, cuya informante principal fue María. En éste se desarrollan los aspectos que caracterizaron su vida cotidiana desde su lugar de origen hasta su llegada al ejido; así como los momentos críticos que incidieron en su vida productiva y en su alimentación. En este sentido, nos interesa conocer más que los hábitos alimentarios de esta familia, lo que denomina Fischler (1995) el sistema culinario, conocido como aquellas "estructuras culturales del gusto, prácticas sociales cargadas de sentido", en donde estos patrones son interiorizados por los individuos, al menos en gran parte, y que debido a su carácter socialmente aprendido, nos ayuda a conocer la cultura alimentaria de un pueblo. Mapa 1. Distribución del poblado San Pedro El Saucito, Hermosillo, Sonora, INEGI 2000. 268 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 269 CAMBIOS EN LA VIDA RURAL Y EN LA CULTURA ALIMENTARIA CAMPESINA La alimentación campesina en la sierra norte de Sonora Los orígenes de María vienen de Moctezuma; nació en 1920 en el seno de una familia campesina. El pueblo está ubicado en el centro del estado de Sonora, en la cuenca del río que lleva el mismo nombre y que nace al norte del mineral de Nacozari. Se localiza entre dos macizos montañosos que dependen de la Sierra Madre Occidental y que corren de norte a sur, dejando un valle de corta extensión (Camou, 1998) (ver mapa 2). En esta región se sentaron las bases para una cultura sustentada en la triada maíztrigo-reses, que se fue consolidando a lo largo del siglo XIX y dio paso a una población indígena y campesina de cultivadores y ganaderos (Camou, 1998). Durante el porfiriato se consolidó como una de las principales regiones agrícolas del país, ya que las corrientes del río permitían la siembra de vegas y terrenos a su vera. Mapa 2. Ubicación de los lugares donde vivió María y su familia en Sonora 269 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 270 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA Durante este tiempo, en la sierra, la propiedad de la tierra estaba controlada por los grandes hacendados, cuyas actividades principales eran la minería y la ganadería. La situación provocaba que los campesinos no tuvieran acceso a la tierra y que mantuvieran una condición de desigualdad con respecto a las propiedades privadas. En estas condiciones el padre de María trabajaba para un patrón que le prestaba un pedazo de tierra donde sembrar y una casa a cambio de trabajo y de la mitad de la cosecha que obtuviera. A este tipo de contrato le llamaban mediería (Peña y Chávez, 1985). La agricultura que se practicaba era tradicional y de temporal. Los cultivos se sembraban en la vega del río y para ello usaban arados de madera tirados por caballos y se ayudaban con palas, picos, talachos y hachas (Peña y Chávez, 1985). Era principalmente una economía de autoconsumo, en donde la agricultura se orientaba a obtener sus propios alimentos y elaborar diferentes platillos con base en ellos. Un hogar campesino: los espacios, su uso y distribución En Moctezuma, María y su familia habitaban en una casa que les prestaba el patrón a cambio de trabajo. Ésta era de adobe y contaba con tres habitaciones, una de ellas la ocupaba la cocina y las demás eran dormitorios. Camou (1990) menciona que, en la cultura doméstica del sonorense, la ubicación y acomodo de la cocina era más importante que cualquier otro detalle; era el lugar femenino, reservado para las tertulias familiares o el arreglo de los asuntos del hogar. En esta población la mayoría de las mujeres, además de hacer la comida y las tareas caseras, elaboraban los utensilios que empleaban en la cocina. Los hacían con barro, tierra que consideraban buena para poder moldear las vasijas. Ésta la mezclaban con un poco de agua hasta obtener una pasta manejable, luego formaban con sus manos la cazuela con las dimensiones y la forma que querían; con la ayuda de una "jicarita" le levantaban o realzaban las orillas. Era todo un arte para aquellas mujeres, ya que de acuerdo al uso que iba a tener era la forma y el tamaño de la misma, ya sea servir como reservorio de agua o para guisar o cocer frijoles, en sí cada una tenía su propia utilidad. Como complemento para las ollas y las cazuelas utilizaban cucharas de madera con mango largo y no muy hondas. Para cocinar usaban una hornilla de leña, hecha de barro y cubierta en la parte superior por una base de metal o comal y al frente, una hendidura por donde se alimentaba el fuego. Para cierto tipo de comidas utilizaban un horno de tierra construido de adobe que se encontraba en el corral de la casa y lo utilizaban principalmente para hacer pan y galletas. 270 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 271 CAMBIOS EN LA VIDA RURAL Y EN LA CULTURA ALIMENTARIA CAMPESINA También tenían un lugar para guardar los alimentos que no consumían de inmediato, el zarzo, que era una estructura a base de tablas largas unidas entre sí, que se colgaba de sus cuatro lados en el techo, en una orilla de la habitación. Les era muy útil porque permitía la respiración de los productos sin guardar humedad y a la vez los mantenía lejos de cualquier peligro. Era una estrategia para conservar sus alimentos en buen estado por tiempos prolongados. En este lugar guardaban alimentos como el queso, las conservas, los dulces y el chorizo, entre otros. Afuera de la vivienda había un sitio techado principalmente de ramas, que le llamaban ramada. Era (es) uno de los lugares principales en el hogar, con un ambiente agradable para la convivencia familiar, para estar con los amigos y con una sombra para el tiempo de calor. Por lo general, en este espacio, en todos los hogares de la comunidad, había una olla de barro sostenida por una orqueta triple, en donde tenían el agua que bebían. Este sistema de almacenamiento hacía que el agua se mantuviera fresca y además, con un sabor muy agradable. De la milpa a la cocina. Los alimentos básicos y su preparación La milpa era el espacio donde el trabajo adquiría significación social, como una forma de recreación de la identidad campesina, así como de las condiciones de autonomía relativa que les proveía su carácter mercantil y de subsistencia. Así mismo, la milpa era el escenario cotidiano de la convivencia entre padres e hijos quienes compartían la experiencia y el conocimiento de las labores de cultivo. El trabajo impago que éstos aportaban constituía una forma de cooperación fundamental para realizar distintas actividades que les garantizaran el acceso a los alimentos; así como la estabilidad de la unidad doméstica y de la misma reproducción de sus actividades productivas. Lo que estas familias comían dependía de lo que obtenían de su medio ambiente básicamente, de una relación directa con la tierra para la obtención de sus principales alimentos, de la crianza de algunos animales menores y de la recolección, la caza y la pesca. Junto con su preparación en la cocina, estos procesos constituían el sistema alimentario5 de las familias (Goody, 1982:37, citado por Contreras y Gracia, 2005). Sistema alimentario regional entendido como el carácter complejo de las relaciones interdependientes asociadas a la producción, distribución y consumo de los alimentos que se han ido estableciendo a lo largo del tiempo y del espacio con el fin de resolver los requerimientos alimentarios de las poblaciones humanas. A su vez, se reconoce la relación entre las diferentes fuerzas que actúan en los flujos de mercancías que van desde los productores a los consumidores y se acepta, por otra parte, que los sistemas 5 271 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 272 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA Los productos que sembraban para el consumo familiar eran granos básicos, algunas frutas, hortalizas y leguminosas. Se acostumbraba sembrar en la vega del río, en pequeñas áreas, ahí se tenían distribuidos diferentes cultivos que se producían a través del año. Los granos básicos que cultivaban eran el maíz y el trigo. Cada uno de ellos tenía su propio ciclo de cosecha; mientras que el maíz era el cultivo de primavera-verano, el trigo era el cultivo de invierno. Se lograban conjuntar en el año los dos granos sin alterar los ciclos, ni desplazar los cultivos. A la vez, tenían siembra de frijol (bayo, corcovado, amarillo y tépari) y de ciertas hortalizas como las calabazas (arotas, sehualcas y de casco duro). Con estos productos, se elaboraba una gran variedad de platillos. El maíz y el trigo se tostaban y se molían en tahonas,6 y de esta manera preparaban el pinole de trigo7 y de maíz que utilizaban para hacer atoles; además, del trigo obtenían la harina integral y el salvado para la preparación de tortillas y panes. Todo el año consumían tortillas, las de maíz se comían en primavera-verano que era la época de cosecha de este grano y en invierno, eran de trigo. Con la harina de trigo entero o integral hacían unas tortillas pequeñas que les llamaban zaruquis, con este mismo nombre denominaban a este tipo de harina. Los elotes tiernos los utilizaban para hacer tamales y para preparar los chicos8 que comían en Semana Santa, principalmente. También cosechaban maíz palomero, el cual tostaban y con él hacían ponteduro.9 Los subproductos de estos dos granos tenían cierta utilidad, los empleaban tanto para alimento animal -era el caso del salvado o la cascarilla del trigo y el olote del maíz- como para la confección de otro tipo de productos: las hojas que cubren la mazorca, las secaban y las utilizaban para hacer tamales y a veces las usaban en la preparación de una bebida llamada tezhuín.10 alimentarios son realidades dinámicas, en las que se dan elementos de continuidad y de cambio a partir de la evolución de procesos sociales que delimitan las formas en que los alimentos son producidos, distribuidos y consumidos (Contreras y Gracia, 2005). 6 Molino rústico que consta de dos piedras redondas, una encima de otra. Una de ellas permanece fija mientras la otra se hace girar en forma circular con la ayuda de animales. 7 El maíz se ponía a remojar en agua y después de secarlo, se tostaba en un plato de barro y posteriormente se molía. 8 A los elotes tiernos le quitaban los "pelos" y se tatemaban en una parrilla (mallita) con todo y sus hojas, después se sacaban del hoyo y se colgaban para que se secaran. Posteriormente se desgranaban y se resquebrajaban en un molino. 9 Maíz palomero reventado el cual se baña con una melaza a base de panocha. 10 Se elaboraba con maíz tostado, sancochado y resquebrajado, al cual se le agregaba agua, levadura, hojas de maíz y canela y se dejaba fermentar por tres días. Pasado ese tiempo, se vaciaba en otra olla más grande y se tapaba, ya estaba lista para beberse. 272 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 273 CAMBIOS EN LA VIDA RURAL Y EN LA CULTURA ALIMENTARIA CAMPESINA El frijol era otro producto base en su alimentación, el cuál estaba presente en todas las comidas. Utilizaban diferentes variedades: el bayo, corcovado, amarillo y tépari. Este último lo usaban para hacer el caldo de hueso, llamado también puchero o cocido. Lo preparaban con calabacitas sazonas, ejotes, elotes y frijol tépari o en su caso garbanzo. Los frijoles los comían graneados (recién cocidos) y guisados, particularmente la variedad bayo. La panocha o piloncillo y sus derivados -el agua miel y el punto de miel- representaban uno de los productos más importantes en la alimentación de los pobladores de esta región, ya que formaba parte de su cocina y de algunos de sus platillos principales. Este producto lo utilizaban como edulcorante para la elaboración de dulces, conservas y atoles, e incluso se lo comían como golosina. Elaboraban un dulce llamado batarete, que preparaban con el punto de miel mezclado con pinole y queso. Con la panocha también elaboraban frutas en conserva, como la naranja agria, el camote y la calabaza de casco duro. En forma de atole se preparaban las migas de masa que tenía como base el nixtamal; y como golosina, se acostumbraba el morro,11 la melcocha,12 y la panocha con cacahuate. El único alimento que no endulzaban con panocha era el café, ya que el sabor que tomaba éste no les gustaba. Mejor utilizaban el azúcar que compraban en la tienda en forma de terrones. Las formas de preparación de todos estos productos y la permanencia del gusto por su sabor, constituyen parte de un gusto alimenticio, que como menciona González, éste es "[…] antes que ningún otro, un gusto primario, aprendido desde la infancia y ligado al mundo maternal, al primer hogar" (González, 1995:65). Durante la infancia de María, los productos principales que formaban parte de su cocina eran el trigo, el maíz, el frijol, la calabaza y la caña de azúcar. Del corral a la olla: la cría de puercos y gallinas La ganadería menor o crianza de pequeñas especies constituía una considerable fuente de proteína animal para la familia. Era común que en el corral de la casa se criaran durante el año algunos animales como gallinas, puercos y chivas. La obtención de productos derivados de estos animales enriquecía y ampliaba la variedad de la dieta familiar. A la vez, con su venta podían contar con algunos ingresos extra. 11 12 La miel se envasaba en botes y no tenía una forma definida. Se elaboraba con el punto de miel y se le añadían cacahuates. 273 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 274 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA Contaban con hato pequeño de chivas, su carne era muy apreciada; se acostumbraba ordeñarlas para la obtención de leche y la elaboración de queso y cuajada. También criaban gallinas, una parte del huevo que producían se vendía en las tiendas cercanas y se obtenía un poco de dinero; el resto era para consumo propio; también aprovechaban la carne. Para ocasiones especiales, engordaban al año, uno o dos cochis,13 de cuya carne obtenían varios productos para su alimentación. Se hacían tamales, éstos eran elaborados con masa de maíz, chile colorado molido y pedazos de carne; también se preparaba chorizo y carne adobada. La manteca que obtenían tras el sacrificio, la utilizaban para cocinar durante algún tiempo y el resto del año consumían de res, ya que Moctezuma era una región ganadera. La carne de res también formaba parte de su alimentación, pero la compraban a los ganaderos de la región ya que ellos no poseían ganado. Un platillo que se hacía con ésta era la machaca, la que preparaban con papas, con chile verde o con chile colorado. Otra forma de presentación era como cazuela, guisada con mucho ajo y chile verde, o en caldo con chile verde y cilantro. La recolección, la caza y la pesca. Un complemento de la dieta Además de la agricultura y la crianza de algunas especies menores, la recolección, la caza y la pesca formaban parte de sus estrategias de alimentación. Éstas se basaban en el conocimiento y la experiencia adquirida generacionalmente sobre el ciclo vital de las plantas, los productos comestibles y las especies de animales que había en su entorno. Las plantas principales de recolección eran los quelites, nombre genérico que se da a diversas hierbas silvestres comestibles. En aquella época, los río Moctezuma y Sonora llevaban mucha agua, casi siempre al nivel de las tierras de cultivo, esto facilitaba que se dieran los quelites, principalmente los berros. En la familia de María los clasificaban de acuerdo a su tiempo de aparición o de cosecha en el campo y a su sabor, ya que según la variedad, la preparación era diferente (cuadro 1). A los tréboles y la mostaza los acompañaban con un atole hecho de pinole de maíz o de trigo: alternaban una cucharada de quelites y un sorbo de atole. Además de éstos, otro producto de recolección eran los ejotes yorimuri, un ejote largo que se daba en "tiempo de aguas". Se acostumbraba guisarlos con cebolla y tomate. A esta forma de 13 Puercos. 274 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 275 CAMBIOS EN LA VIDA RURAL Y EN LA CULTURA ALIMENTARIA CAMPESINA Cuadro 1 Diferentes variedades de quelites y su forma de preparación Quelites Berros (Rorippa nasturtiumaquaticum (L.) Hayek) Bledos (Amaranthus sp.) Chinitas (Sonchus oleraceus L.) Verdolagas (Portulaca oleracea L.) Temporada Cuando había agua Junio-julio-agosto ("en las aguas") Junio-julio-agosto ("en las aguas") Junio-julio-agosto ("en las aguas") Febrero-marzo-abril Chuales ("cuando había (Teucrium cubense Jacq) muchas verduras") Marzo-abril Mostaza (cuando el trigo (Brassica campestris L.) estaba pequeño Marzo-abril Tréboles (cuando el trigo (Melilotus sp.) estaba pequeño) Lugar de recolección Modo de preparación Como ensalada junto con En la vera de los ríos otras hortalizas. Se acompañaba con frijoles Se cocían y se guisaban En las milpas con cebolla Se cocían y se guisaban con En las milpas cebolla y le añadían chile colorado Se cocían y se guisaban En las milpas con cebolla Se cocían y se guisaban con En las milpas, cebolla y le añadían chile entre las verduras colorado En las milpas con la siembra del trigo Se cocían y se les agregaba sal y chiltepín En las milpas con la siembra del trigo Se cocían y se les agregaba sal y chiltepín elaboración le llamaban "blanco". Se podían preparar también en caldo o con chile colorado. Otra manera de obtener alimentos era mediante la caza y la pesca, actividades que también les redituaban económicamente. El abuelo materno de María se iba de cacería y traía cochi jabalí, venado, conejo y liebre. Ella menciona que ahora la gente no come liebre ya que dicen que "son muy cochinas porque se comen a los difuntos". Este tipo de aversión puede ser el resultado de las asociaciones culturales que la sociedad atribuye a ciertos alimentos (Contreras, 1993), en este caso a la suciedad y al disgusto. De conservas y orejones: formas de preservar los alimentos En este tiempo, la conservación de alimentos formaba parte del conocimiento tradicional sobre el manejo y aprovechamiento de sus recursos alimentarios. Las formas de conservación dependían del producto que se tratase, pero en especial eran los más utilizados en su cocina, los que se producían sólo en una época del año y los más perecederos como la fruta y la verdura. Entre las técnicas de preservación más socorridas se encuentran la desecación, el uso de vinagre y de azúcar. 275 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 276 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA En el caso de las frutas y las verduras, una manera de conservarlas era en forma de orejones, para lo cual se rebanaba la fruta o la verdura y se dejaba secar al sol. Una vez deshidratadas se guardaban en ollas de barro. En el caso de las hortalizas se hacían orejones de tomate y de diferentes variedades de calabaza. Las calabazas arotas tiernitas, que eran de forma redonda, se cortaban en rodajas. También estaban las calabazas sehualcas, de color amarillo, las cuales se pelaban y se partían a la mitad para quitarle las tripas; posteriormente las secaban y las cortaban en forma de tiras. De esta manera se almacenaban en ollas de barro. Después las cocían con panocha. A esta forma de prepararlas le llaman bichicoris. También hacían orejones de membrillo y de durazno. El tipo de durazno que utilizaban era el que se podía partir a la mitad fácilmente. Una vez realizado esto, le quitaban el hueso (taco) y ponían a secar la pulpa y después los lavaban para quitarles "los pelos". En el caso del membrillo, éste se partía en cuatro partes y le quitaban el "moco"; el resto se ponía a secar. Ambas frutas se cocían con panocha, se envasaban en frascos de vidrio y se podían comer como dulce en cualquier ocasión. En el caso del maíz, se ponía a cocer el elote con la hoja y luego lo secaban al sol. Posteriormente, lo desgranaban, lo resquebrajaban y lo almacenaban. Este producto se conocía como chicos, se consumían en Semana Santa guisados con tomate, cebolla y cilantro verde, además le agregaban un poco de chile colorado para darle sabor y color- dice María. Una forma muy peculiar de conservación era la que realizaban con los ejotes y con el chile verde. Los ejotes se ensartaban en un hilo y se sancochaban en agua hirviendo por un tiempo muy corto. Después eran tendidos al sol para secarlos y posteriormente almacenarlos. Para utilizarlos, sólo había que rehidratarlos y prepararlos con chile colorado. En el caso del chile verde, se sembraba en abril y se cosechaba en septiembre. Para su conservación se enterraba en la arena y se podía consumir en los meses de enero y febrero, para lo cual únicamente lo tenían que desenterrar. Seguían este mismo procedimiento para conservar la caña de azúcar. Otra manera de preservar el chile era dejarlo en la planta hasta que tomara una coloración roja, se cortaba y se ensartaba del "rabo" (sartas) hasta que se secara y se guardaba ya molido. Esta forma de conservación y de preparación continúa hasta hoy. Las formas de conservación de los productos cárnicos eran también variadas. Con la carne de puerco se elaboraba el chorizo que se hacia mezclando carne molida de puerco, cilantro bolita (en semilla), orégano, vinagre, ajo, sal y chile colorado. Después se "sancochaba" en la lumbre, y finalmente se dejaba enfriar. Para guardarlo se ponía en un cesto bien tapado y se colgaba. De esta manera el chorizo les duraba mucho tiempo ya que se mantenía fresco. Además se preparaba la carne adobada: inicialmente hacían una salsa con sal, orégano, ajo y chile colorado en polvo, con la cual 276 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 277 CAMBIOS EN LA VIDA RURAL Y EN LA CULTURA ALIMENTARIA CAMPESINA untaban la carne que previamente habían cortado en forma de cecina. Después la colgaban y la dejaban secar al sol. Para comerla, la asaban en las brasas y la machacaban con una piedra y la servían acompañada con frijoles. Para el caso de la carne de res se hacía algo similar, la cecina se secaba al sol, se asaba y se machacaba con una piedra para luego desmenuzarla con las manos. Este platillo es conocido como carne machaca, producto que forma parte de los platillos típicos actuales. Los métodos de conservación y almacenamiento de los alimentos constituían un elemento central para la preservación de la cultura alimentaria campesina, pues estos conocimientos y técnicas tradicionales permitían contar con una estrategia doméstica orientada a garantizar lo más posible el acceso a los alimentos suficientes, para cubrir las necesidades dietéticas y las preferencias o gustos familiares. El pan nuestro de cada día: dieta y hábitos alimentarios En la mayor parte de las sociedades se han establecido tiempos para comer (Vargas, 1997). Dentro de la vida campesina, estos tiempos estaban vinculados estrechamente con las pausas de la jornada laboral (González, 1995). En esta familia, los horarios dependían de la actividad realizada en la milpa y por lo general hacían cuatro comidas al día. Los adultos empezaban la mañana con una taza de café hecho en talega.14 El café lo compraban verde y la mamá de María se encargaba de tostarlo con un poco de azúcar y después molerlo. A su mamá no le gustaba que los niños tomaran café, ya que ella padecía de fuertes jaquecas si no lo consumía y no quería que a sus hijos les sucediera lo mismo, así que les preparaba atoles. Después de haber realizado algunas labores en la milpa, los hombres regresaban a desayunar como a las siete de la mañana, ocasión en la cual convivía toda la familia. Era habitual que comieran huevos, ya sea cocidos o guisados y especialmente revueltos; los acompañaban con frijoles graneados o guisados y leche. La comida se servía como a las doce del día. En esta hora era cuando se "comía fuerte": consistía en un platillo principal y frijoles. Dentro de los alimentos que constituían el platillo principal estaban las diferentes variedades de quelites, ejotes yorimuri, carne seca preparada con chile colorado, carne adobada, machaca, caldo de hueso o cocido, tamales, etc., de acuerdo con la época del año que se tratase. 14 Filtro de tela en forma cónica, sujetado por un aro metálico. 277 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 278 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA A las tres de la tarde era el tiempo preciso para la merienda. Era la hora de tomar café, siempre acompañado con algo de comer, como "alguna sopita" que calentaban en el horno de adobe. Lo tomaban afuera de la casa, en la ramada y mencionaban que el que se abstenía de hacerlo, le daba jaqueca. La última comida, la cena, la realizaban como a las siete de la noche. Por lo general era un atole blanco con panocha, que se preparaba con harina flor, la cual se disolvía en agua fría y después se vertía en agua hirviendo, al final se le agregaba panocha para endulzar. María menciona que todas las comidas se hacían en familia y los horarios dependían de la jornada laboral de los hombres; la primera se realizaba casi al amanecer y la última, justo antes del anochecer. Por otra parte, los platillos que consumían estaban marcados por la estacionalidad que imponían los ciclos agrícolas, así como por las festividades. Comer en las fiestas Las festividades en los pueblos constituyen mecanismos de cohesión social en donde la comida tiene un papel fundamental en la reproducción de la identidad colectiva. Entre los campesinos sonorenses, durante el lapso entre las lluvias y la entrada del invierno, se cimentaban los lazos sociales, se hacías fiestas y se celebraba a los santos del lugar -verdaderos rituales de agradecimiento por la cosecha venidera- (Camou, 1990). Como señala Mintz (2003), la comida está relacionada con la cultura de cada sociedad, la cual constituye el contexto que da sentido a las significaciones que orientan estas prácticas (Geertz, 1976). A su vez, desde el punto de vista de la alimentación, en las fiestas existe un espacio y un tiempo para resolver formas de identidad colectiva en donde existe, por una parte, un territorio intermedio entre lo cotidiano y hogareño y por la otra, lo comunal y público (González, 1995). El tener comidas especiales en estas fechas era su forma de manifestar el hecho de estar de fiesta y de resaltar la ocasión, ya que reinaba un ambiente de sabor a feria, a comida, a música, a baile en donde todos portaban sus mejores galas. Se celebraban diferentes festividades, tanto de carácter religioso (la fiesta del Santo Patrono, velaciones a la Virgen) como del pueblo y, además, cada familia celebraba a su manera su propia fiesta, su propia devoción. Para las fiestas del pueblo se realizaba la venta de comida en donde se ofrecía pollo, frito o en chile colorado, enchiladas de queso, tamales, galletas, entre otros 278 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 279 CAMBIOS EN LA VIDA RURAL Y EN LA CULTURA ALIMENTARIA CAMPESINA platillos. En las fiestas no podía faltar la bebida, se ofrecía champurro, café y mezcal,15 bebida que preparaban los hombres del pueblo. En el marco familiar las fiestas religiosas más significativas eran Semana Santa, Navidad y Año Nuevo, festividades en las cuales abundaba la comida y los platillos típicos de la época. En casa de María, durante esta semana comían chicos y quelites, pues en este tiempo se daban los chuales, la mostaza y los tréboles. El abuelo traía pescado del río y lo preparaban en caldo: guisaban cebolla, tomate, cilantro, le agregaban agua suficiente y lo ponían a hervir. Al final le añadían el pescado en pedazos bien limpios y lo dejaban un momento hasta que se cociera. Las tortitas de huevo no podían faltar, era algo muy típico en esta época del año. Se batían los huevos y se les agregaba cebolla y cilantro picados. Después se freían y se remojaban en chile colorado. La capirotada16 era un platillo indispensable en esta ocasión. También horneaban pan casero preparado con levadura y cocido en hornos de tierra. En Navidad en casa de María se comían tamales y buñuelos; se hacían coricos de harina de trigo que les nombraban puchas. Para Año Nuevo preparaban menudo, lo elaboraban con cebolla, cilantro, ajo, nixtamal, panza y pata de res. Estos platillos también se preparaban para alguna fiesta familiar y los acompañaban con tezhuín de maíz. En estos espacios y tiempos festivos, en los pueblos de la Sierra, se llevaban a cabo diversas prácticas de índole ritual y lúdica, en donde se preparaban platillos especiales en cada una de ellas. La comida durante estos eventos tenía gran importancia ya que, a su alrededor, se realizaban formas de convivencia y comensalidad con las que se recreaba la identidad colectiva y familiar. En general, los alimentos que consumían eran los que se cultivaban en la región y, sobretodo, los que cada familia producía. Tenían una economía de auto abasto, la cual les permitía contar con una gran variedad de alimentos que incluían en su cocina, que les proporcionaban los nutrientes indispensables. Contaban con diferentes estrategias para cubrir sus necesidades alimentarias a lo largo del año, además del complemento con otras formas de adquirir alimentos como la recolección, la caza y la pesca. En este sentido, Luis A. Vargas (1997) menciona que, la alimentación humana depende de los productos que se encuentran en la naturaleza, de acuerdo con variaciones regionales y temporales. Al maguey le quitaban las hojas grandes y dejaban únicamente las cabezas, éstas las tatemaban en hornos amplios, luego con la ayuda de palos las machacaban muy bien. Después se dejaba fermentar en unos hoyos. Posteriormente lo vertían a otra olla de cobre y por medio de calor se obtenía un mezcal puro. 16 Dulce preparado con pan, pasas, queso, trocitos de manzana, de plátano, de dulce de calabaza y de biznaga. Todos estos ingredientes se acomodaban por capas y se iban impregnando con una miel que se preparaba con panocha, clavo, canela y agua y lo cocían en hornos de tierra. 15 279 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 280 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA Durante ese tiempo -la década de los veinte y los treinta-, el medio ambiente les proveía de diferentes fuentes alimenticias que los pobladores sabían utilizar. De esta manera estaban constituidos su sistema alimentario y su sistema culinario y de alguna forma se aseguraba la alimentación y la variedad, ya que contaban diferentes estilos de preparación, de aprovisionamiento y de preservación de sus alimentos. Migración hacia la llanura. De la producción de alimentos a la dieta comercial Para finales de los treinta, justo en la adolescencia de María, la familia se vio sin trabajo y sin tierra y decidió migrar temporalmente hacia El Molinote, al sur de Suaqui de Baviácora. El poblado que se encuentra en la cuenca del río Sonora (ver mapa 2). De ahí se trasladaron a la llanura, en donde en ese momento se estaba desarrollando un proceso modernizador. Este cambio concuerda con las transformaciones ocurridas en la planta productiva del estado de Sonora, en especial a partir de la crisis de 1929, que impactó directamente a las principales actividades de la economía serrana (Ramírez y León, 1997); en donde la única alternativa de los pobladores de la sierra fue emigración hacia los nuevos polos de la llanura.17 Posteriormente, con la política agraria promovida por el gobierno cardenista (19371940), se inició el reparto de tierras para impulsar al ejido como eje principal del desarrollo agrícola.18 En 1937, la familia de María recibió una dotación de tierra en San Pedro el Saucito, municipio de Hermosillo. El terreno estaba situado a la vega del río San Miguel, afluente del río Sonora. Es en ese lugar donde se inicia otra etapa en la vida de María, como ejidataria y como madre de familia. La intervención de las políticas gubernamentales, encaminadas al desarrollo agropecuario en la entidad, constituyeron un factor que propiciaría una serie de cambios en la vida productiva, en cuanto a la orientación, forma y control de la producción agrícola. Cambios que fueron afectando los medios de subsistencia que garantizaban la reproducción de los ejidatarios y sus familias, quienes eran dueños de su propia tierra y de la que dependían. 17 En 1901 la sierra tenía 60% de la población del estado y la llanura sólo un poco más de la cuarta parte; en 1986, esta relación se había invertido. Ya la porción serrana contaba solamente con 10% del total y la llanura con 66%, con incrementos anuales de 0.45% en esos 86 años (Camou, 1998). 18 Una de las formas en las que se concretó esta entrega de tierras fue la dotación a campesinos (Shulgovski, 1980:230). 280 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 281 CAMBIOS EN LA VIDA RURAL Y EN LA CULTURA ALIMENTARIA CAMPESINA En este tiempo, los alimentos que consumía la familia eran los que se producían en la parcela y de los animales que criaba María, quien tuvo once hijos, de los cuales le sobrevivieron ocho. Para los años cuarenta, debido al impulso de la política de modernización agrícola y pecuaria en el estado, el patrón de cultivos cambió en esta región y los ejidatarios empezaron a sembrar productos comerciales como el algodón, el trigo y la soya (Guadarrama et al., 1985). Con ello tuvieron necesidad de pedir créditos a los bancos y utilizar semillas mejoradas y maquinaria especializada. El ciclo de cosecha de este nuevo tipo de productos era de seis meses, lo que le permitía al esposo de María trabajar como jornalero en una hacienda, a la vega del río San Miguel, que se dedicaba al cultivo de la uva "Laura Bella", con ello obtenía un poco más de dinero, ya que ahora dependían de él para comprar sus alimentos. El esposo de María, empezó sembrando tabaco en su parcela; con éste se abastecía a una tabacalera de Hermosillo, cuyo dueño les proporcionaba los créditos y la semilla. El cultivo se sembraba en tiempo de frío, entre los meses de noviembre y diciembre y se cosechaba en agosto. Para los años cincuenta ya no hubo quién lo comprara y la empresa dejó de existir. Por otro lado, con la ayuda de los créditos bancarios, empezaron a sembrar ajo y María menciona que a partir de aquí, se comenzaron a endeudar. Este cultivo se sembraba a finales de septiembre para cosecharse en junio y la producción se exportaba a los Estados Unidos. Ella recuerda que, al final los compradores ya no lo quisieron y éste se quedó tirado en las milpas. A la par con este cultivo se sembraba chile verde, en mayo o junio; una parte de la cosecha se vendía en los "changarros" de San Pedro y la otra era para consumo propio. Tanto en el cultivo de chile como en el de tabaco, primero hacían un almácigo y luego lo transplantaban al suelo. Después que se terminó el cultivo del ajo empezaron a sembrar frijol, maíz y trigo, esto sucedió a finales de los cuarenta. También se producía papa, recuerdan que éste era buen cultivo. El trigo se vendía a Banrural y al Banco de Crédito Agrícola. Poco apoco fueron dejando de producir estos alimentos. Para finales de los años cincuenta, también con la ayuda de créditos bancarios, empezaron a sembrar algodón, ya que comentaron que no requería mucho "gasto" para ellos y tenía mercado en Hermosillo. Con este cultivo, las tierras poco a poco se empezaron a empalagar y tuvieron que emplear fumigantes en sus siembras. A raíz del problema, la siembra del algodón se terminó después de cinco años, aproximadamente, como en 1961. Otro factor que impactó fue que, el precio de este producto en el mercado internacional empezó a descender y con ello se terminaron los créditos para su producción; quedaron endeudados varios ejidatarios. Después del fracaso con el cultivo del algodón, se empezó a sembrar higuerilla para la obtención de aceite, que 281 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 282 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA se vendía en Hermosillo. Este cultivo duró muy poco tiempo porque no tuvo "plaza" en el mercado. Para todos estos productos que los ejidatarios empezaron a cultivar en sus tierras, había mercado en Hermosillo, la capital del estado. De esta manera se fue dando poco a poco una cierta dependencia con la ciudad, la cual demandaba ciertos productos que eran abastecidos por comunidades rurales cercanas, como es el caso de San Pedro. Inicialmente, los ejidatarios obtenían el agua para sus cultivos del río San Miguel, hacían pequeñas presas y por medio de acequias la distribuían a sus parcelas. Gradualmente, se fueron agotando los mantos acuíferos y comenzaron a tener problemas para la obtención del agua para sus sembradíos. Para ello perforaron pozos de uso común, de 20 a 25 pies de profundidad; sin embargo, el agua cada vez fue siendo más escasa. Posteriormente, por medio del gobierno se construyeron dos pozos electrificados de ocho pulgadas cada uno, que dieron servicio a unos cuantos ejidatarios. Con este problema y con el fracaso en la siembra del algodón, los ejidatarios de San Pedro se empezaron a dividir y cada uno empezó a sembrar en forma aislada, utilizando sus propios recursos. La introducción del crédito y de los nuevos cultivos en San Pedro implicaron una mayor explotación de la tierra y del agua y, a su vez, trajeron consigo problemas como: la afectación en los mantos acuíferos de donde surtían sus pozos; el acceso limitado a las pocas fuentes de agua; el endeudamiento; y finalmente, a la desarticulación del sistema alimentario basado en una economía de autoconsumo con el que estas familias campesinas habían logrado subsistir desde su llegada al ejido. Pero como veremos a continuación, junto con estos aspectos, en la urbanización de San Pedro, también fueron incidiendo otros factores de carácter externo. Cuando lo urbano toca a la puerta. Cambios en el abasto y consumo de alimentos A partir de la década de los sesenta, San Pedro se vio favorecido por la construcción de caminos y obras carreteras hacia la sierra, producto de los planes de modernización y del cambio tecnológico de la agricultura irrigada sonorense, así como del proceso de modernización ganadera en la región serrana. La comunicación por carretera hacia los pueblos del río Sonora, que pasaba por San Pedro, favoreció el desarrollo comercial del poblado y, a su vez, en los pueblos serranos permitió la aparición de una cierta especialización de los productores bovinos en engordas de becerros para exportación 282 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 283 CAMBIOS EN LA VIDA RURAL Y EN LA CULTURA ALIMENTARIA CAMPESINA que obligaron al campesino serrano a abandonar sus cultivos de autoabasto, para sembrar forrajes con qué alimentar a sus vacas (Camou, 1998). Mientras ocurría este proceso urbanizador en San Pedro, en 1962, después de que no prosperaron los cultivos del algodón y el de la higuerilla, los ejidatarios se tuvieron que dividir. Fue entonces cuando la familia de María se mudó a la milpa para reducir sus gastos y tener más cerca su lugar de trabajo. Con ello, la familia volvió a trabajar bajo el contrato de medianía ya que quedaron endeudados y requerían de apoyo económico para poder obtener sus alimentos. No era la única familia que se encontraba en la milpa, ya que había, cerca de ahí, aunque a una distancia considerable, otras seis familias viviendo en sus respectivas parcelas. A partir de entonces, los alimentos que consumían no necesariamente eran los que ellos producían. En la porción de tierra que tenían para sembrar cultivaban ajo, chile verde y maíz. También algunas verduras como rábano, cebolla, acelgas y cilantro. Contaban además con árboles frutales como higuera, granada, limón y árboles de guamúchil. Este último daba un fruto en forma de ejote y se acostumbraba comerlo crudo. María criaba anualmente, alrededor de diez gallinas y tres o cuatro cochis. La carne de estos animales y sus derivados, el huevo y la manteca, los utilizaban para consumo propio y una parte la vendían para obtener algún ingreso. Cuando llegaban a matar alguno, la carne la vendían en Hermosillo y con la que quedaba adherida a los huesos hacían chorizo y tamales con chile colorado y aceitunas. La manteca que obtenían les servía para cocinar. Ocasionalmente, María también criaba uno que otro güíjolo (guajolote), y acostumbraban comerlo en chile colorado un día después de la Navidad. Los hombres decían que era muy bueno para la "cruda". Como una forma de ayuda mutua familiar, María compartía con sus hijas casadas parte de estos productos. Los cambios y la desarticulación gradual del sistema alimentario que les caracterizaba hasta este momento, se expresaron en la adquisición de nuevos alimentos dentro de su dieta. Ya no tenían una siembra de autoconsumo propiamente dicha, ahora necesitaban obtener parte de sus alimentos en el mercado y así poco a poco comenzaron a incorporar nuevos productos a su mesa y a abandonar algunos que tenían. Empezaron a consumir más productos refinados y con mayor cantidad de azúcar como son las pastas, las galletas y los refrescos embotellados. En aquel tiempo ya existían pequeños comercios en San Pedro que estaban bien surtidos y en donde encontraban "de todo". Había un fayuquero19 que pasaba todos los domingos a la milpa a venderles verduras, principalmente. Para la compra de ciertos 19 Vendedor ambulante. 283 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 284 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA productos, la familia de María se desplazaba hasta la ciudad de Hermosillo, porque le resultaba más barato. Parte de los productos básicos de su dieta eran comprados en los pequeños comercios de San Pedro, alimentos como el frijol, la harina de trigo, el café, la sal, la carne, el queso, el azúcar y la manteca. El café lo seguían comprando verde y María y sus hijas se encargaban de tostarlo con azúcar y de molerlo; su consumo seguía siendo una costumbre muy arraigada entre ellos. En el caso de la harina de trigo se empezó a preferir la refinada o blanca en lugar de la integral que hasta ese momento habían consumido; María y sus hijas pensaban que debido a su color, ésta era de mejor calidad; lo mismo sucedía con el azúcar. El consumo de estos dos productos era considerado como un indicador de bienestar y de prestigio. En este sentido De Garine (1976) señala que "sólo los seres humanos evitan el uso de alimentos nutritivamente valiosos porque son de "bajo estatus" y que, por el contrario, consumen productos organolépticamente mediocres y nutritivamente pobres con la finalidad de aparentar prosperidad económica" (citado por Contreras 1993). Además de la inclusión de productos industrializados en la dieta también el número de comidas se redujo. María continuó cocinando de acuerdo al gusto familiar. Los sabores preferidos por su familia se mantuvieron en los distintos platillos que ella elaboraba, así como la práctica de la conservación de algunos alimentos. En la milpa, por lo general hacían tres comidas al día. María, muy temprano ponía la "calentadera" en la estufa de leña que estaba afuera de la casa para hacerles el café en talega a los hombres que se iban a trabajar muy de mañana. Después para el desayuno, empezaba a hacer tortillas de harina de las que les llaman de agua, hechas con harina blanca, un poco de manteca de res (o vegetal), un poco de sal y agua suficiente para hacer la masa. Esta era tarea de todos los días, ya que las tortillas "no se las perdonaban". El desayuno se llevaba a cabo entre las nueve o diez de la mañana, el cual consistía comúnmente de huevo o papas con chorizo, acompañado con frijoles y una taza de café. Era típico que María hiciera el chorizo en la casa, tradición que venía desde que vivían en Moctezuma. La comida que les daba se basaba principalmente en el consumo de pollo, frijoles (éstos se consumían en las tres comidas), papas fritas o cocidas, tortillas de harina y a veces de maíz, y café. El pollo se lo comían en caldo, guisado o en chile colorado. Cuando era temporada, comían quelites y frijoles yorimuri que los preparaban principalmente en caldo. Durante la cosecha del maíz, las tres comidas del día consistían de tamal o pastel de elote, siempre acompañado de una taza de café. Los hombres se encargaban de cosechar el maíz y las mujeres el chile. María preparaba nixtamal en botes de cuatro hojas, le agregaba cal, lo hervía, lo lavaba y molían en un molino para obtener la masa 284 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 285 CAMBIOS EN LA VIDA RURAL Y EN LA CULTURA ALIMENTARIA CAMPESINA y poder así, hacer las tortillas a mano. La misma lumbre la aprovechaban para asar los chiles verdes que utilizaban en estos platillos. Un nuevo alimento integrando a su dieta fue la sopa de pasta. Ésta la hacían con puré de tomate y un cubito de caldo de pollo o de tomate, los cuales eran nuevos productos en el mercado. Muy rara vez la preparaban con tomate fresco. La sopa fue aceptada dentro del gusto familiar y resultaba ser un platillo llenador y rendidor, además de barato. En este sentido, Sepúlveda y Gómez (1998) refieren que en México la sopa de pasta es ya considerada como un alimento básico dentro del medio rural pobre. En aquel tiempo, esta familia dejó de producir en su parcela el trigo, el maíz y el frijol. Por lo que, para complementar su dieta y reducir sus gastos, adoptaron la pepena de estos productos en otras parcelas. Ésta consistía en ir a los campos a recolectar la rezaga que quedaba después de la cosecha de los cultivos, lo que les permitía que estos alimentos llegaran a su mesa sin necesidad de comprarlos y lo que recolectaban era suficiente para hacer tortillas, tanto de harina de trigo como de maíz, y tener frijoles para comer. Tres elementos esenciales de su dieta. Para cocinar seguían utilizando la manteca de res, la cual compraban en "greña"20 en el mercado; luego la calentaban en un recipiente y obtenían la manteca y un poco de chicharrones. La de puerco la consumían únicamente cuando mataban algún cochi de los que criaban en su casa y era en ocasiones especiales. Si alguna de éstas dos les faltaba, entonces compraban manteca de origen vegetal en el mercado. El consumo de leche era muy escaso; ocasionalmente cuando podían comprarla iban con un vecino que tenía dos vacas. La bebían con café o sola, con canela o en forma de atole elaborado con harina de trigo, azúcar y un poco de canela. También hacían arroz con leche como dulce. Otro producto comercial que se empezó a consumir entre los varones de esta familia fueron las bebidas alcohólicas, principalmente la cerveza. El esposo de María casi no tomaba y cuando lo hacía, era en su casa o en las fiestas; en cambio, sus hijos cada vez fueron tomando más, hasta llegar al exceso. Por el cambio que habían sufrido en su estilo de vida, era vital que las familias tuvieran un ingreso para poder comprar los alimentos que necesitaban. Durante este tiempo se redujo considerablemente la variedad y cantidad de los alimentos en su dieta, a pesar de que poco a poco empezaron a aparecer dentro de ella algunos alimentos comerciales. 20 Es decir, la capa de grasa. 285 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 286 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA Del mercado a la mesa. Una nueva forma de vivir, comer y cocinar En la milpa, María y su familia vivieron durante quince años y en 1977 decidieron regresarse al pueblo; para ese entonces, su marido estaba enfermo y tres de sus hijos varones se quedaron viviendo con ella. Uno de ellos continuó trabajando la parcela, otro al poco tiempo se fue a trabajar en los campos agrícolas de la Costa de Hermosillo y el más pequeño, se dedicó a trabajar en otras parcelas como jornalero. El hijo de María empezó a cultivar hortalizas y algunas frutas de la región como melón y sandía. Estos productos les redituaban económicamente: se vendía en los centros de abasto de alimentos de Hermosillo y con algunos intermediarios; además de que, debido a la baja calidad de la tierra de cultivo, eran los únicos productos que la tierra les permitía obtener. Las hortalizas las sembraban del "veinte de agosto en adelante y hasta junio del año siguiente" es cuando teminaban de cosecharlas, tenían varios ciclos. En los meses de junio, julio y agosto se dedicaban a barbechar la tierra y prepararla para volver a sembrar. Era tiempo de secas. Para ello utilizaban tractores y obtenían agua de un pozo por medio de un motor eléctrico. Poco a poco empezaron a comprar semillas y a utilizar fumigantes, fertilizantes y pesticidas para poder asegurar la cosecha. San Pedro, en ese momento, se empezaba a convertir en un poblado comercial en donde su población se dedicaba básicamente a los servicios. Desde entonces María y su familia han permanecido en el pueblo donde construyeron una casa de block de concreto, con piso de tierra y techo de lámina. La vivienda consta de tres habitaciones, una de ellas es la cocina, y fuera de ella, la tradicional ramada. Con la urbanización del poblado, les llegaron los servicios de electricidad y agua entubada, lo que les permitió tener un refrigerador y una estufa de gas, sin embargo, siguieron conservando y utilizando la de leña. En ella hacen las tortillas de harina diarias y cuecen los frijoles, ya que prefieren el sabor que les confiere la leña. Además dicen, se ahorran gas. Actualmente los alimentos que consumen, en su mayoría los adquieren del mercado. Durante el tiempo de verano la dieta que llevan es monótona y es diferente a la que tienen el resto del año, ya que en la milpa no hay producción y por lo tanto no hay ingreso; sin embargo, con anticipación se preparan comprando costales de harina de 50 kg, para tener asegurado el consumo de tortillas y lo mismo sucede con los frijoles; en este tiempo, estos productos se convierten en la base de su alimentación en las tres comidas diarias. Durante el resto del año, su alimentación se basa, principalmente, en el consumo de huevo, frijoles, papas, sopas de pasta, un poco de carne y tortillas de harina y de 286 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 287 CAMBIOS EN LA VIDA RURAL Y EN LA CULTURA ALIMENTARIA CAMPESINA maíz; éstas no son muy frecuentes. Complementan su dieta con nopalitos que cultivan en el patio de la casa y con quelites que se dan esporádicamente en algunos campos de cultivo. A la vez, el chile sigue siendo un condimento muy importante y práctico para preparar y aderezar sus comidas. Las verduras que utilizan en sus comidas, provienen principalmente de la milpa, como la cebolla, ajo, repollo, lechuga, acelgas, verdolagas, rábanos, cilantro y zanahoria; esto únicamente cuando hay cosecha. Del supermercado se adquieren productos como tomate, calabacita romanita, chile verde, chile colorado en polvo y papa. Parte de su despensa la adquieren en el mercado como azúcar, sal, frijol, harina, aceite comestible y manteca vegetal. También dentro de su cocina han incorporado productos enlatados como el atún, que consumen con frecuencia; puré de tomate, que usan para condimentar las sopas de pasta que también han incluído en su dieta; chocolate, compran el más barato y es para acompañar la leche; en vez de hacer salsas frescas con el chile de la cosecha, ahora consumen comerciales y chiles en escabeche; a veces utilizan leche de cajita (Liconsa) y mayonesa para los "sandwiches"; también han incorporado galletas de todo tipo y el pan blanco. La mayoría de sus platillos son fritos, tanto los frijoles como los platillos principales. Para guisar utilizan la manteca de res, que adquieren en "greña" en el supermercado del pueblo. De donde además, se obtienen los chicharrones que acostumbran desayunar acompañados de frijoles. Tanto éstos como las tortillas están presentes en sus tres comidas diarias. María continúa haciendo tortillas de harina diariamente; cuando se le terminan, compra de maíz en la tortillería. Los frijoles los adquieren en el mercado, principalmente la variedad garrapata. A pesar de que el huevo ha dejado de ser un producto fácil de obtener, ya que no tienen cría de gallinas en su casa ni en la milpa, su consumo es casi diario, principalmente en el desayuno. Lo preparan solo o acompañado con papas o queso. El consumo de carne es eventual, salvo en algún evento importante en la familia, principalmente consumen el pollo y la res. El uso de agua pura como bebida ha disminuído y se han incrementado los productos ya preparados y los embotellados (sodas); ocasionalmente, preparan agua de melón y de limón. En la actualidad la familia de María, como otras familias campesinas, han tenido que ir abandonando la calidad de los alimentos; se trata, como Bartra (1998) señala, de sobrevivientes que han tenido que dedicarse a una diversidad de actividades para obtener ingresos fuera del ámbito agropecuario. Nos encontramos frente a un campesino más urbanizado, sujeto a una relación necesaria con la vida urbana y con la migración para poder subsistir. 287 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 288 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA Conclusiones En Sonora, la política económica de la segunda mitad del siglo XX -cuya meta era la industrialización y la modernización agrícola- propició que la distribución espacial de la población fuera alterada, debido al traslado de los polos de desarrollo económico de la Sierra a la zona costera y al litoral. Entre las principales características, fueron el impulso del desarrollo agrícola, el desarrollo industrial, y un acelerado proceso de urbanización. Este proceso se expresaría en el desarrollo desigual de las regiones del estado y llevaría al desplazamiento de capas amplias de población rural hacia áreas urbanas y sus zonas periféricas. En este escrito, expusimos algunos de los efectos del proceso de urbanización sobre el estilo de vida de una de las comunidades campesinas asentada en la zona periférica de la ciudad de Hermosillo. Nos enfocamos al estudio de la alimentación considerándola como un hecho social total, la cual se desarrolla en un contexto sociocultural determinado y que nos ayuda a comprender cómo estos procesos más amplios inciden tanto en el estilo de vida de una población como en su cultura alimentaria. Mediante el estudio de una familia campesina pudimos visualizar los cambios realizados en la producción, en el consumo y en la preparación de sus alimentos. Encontramos que este proceso de urbanización en localidades rurales como San Pedro, que se ubican en las cercanías de la ciudad de Hermosillo, se ha caracterizado por el crecimiento del espacio urbanizado en el plano físico y geográfico con la construcción de carreteras, calles e infraestructura diversa y la instalación de comercios y servicios; por el cambio del uso del suelo en donde la tierra (como medio de producción) antes dedicada al cultivo se convierte en una mercancía para su lotificación y venta, cuyo atractivo es estar cerca del campo fuera de las incomodidades de la vida en la ciudad. Antes de 1992, estas tierras eran de carácter inalienable por ser parte de un ejido. Pero los cambios que acompañaron a este proceso de urbanización son más complejos, pues también se reflejaron y se relacionaron con la transformación del estilo de vida de este ejido, San Pedro. Los primeros pobladores eran campesinos provenientes de la región serrana, pero ahora, comenta María, "son más los avecindados21 que los mismos ejidatarios", quiénes llegaron a San Pedro entre 1980 y 1998 (Martínez, 2001). "…aquellos mexicanos mayores de edad que han residido por un año o más en las tierras del núcleo de población ejidal y que han sido reconocidos como tales por la asamblea ejidal o el tribunal agrario competente. Los avecindados gozan de los derechos que la ley les confiere" (Procuraduría Agraria, 1997). 21 288 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 289 CAMBIOS EN LA VIDA RURAL Y EN LA CULTURA ALIMENTARIA CAMPESINA Inicialmente era una población rural basada en actividades agrícolas en donde la cercanía o el vivir junto a la milpa implicaba una relación directa con su vida social y productiva; poco a poco tuvieron que ir diversificando sus actividades productivas para poder subsistir, ya no era una vida ligada directamente a los medios de reproducción de la economía doméstica campesina. En este sentido, Aledo (1999) señala que: En este proceso destaca el hecho de que los factores involucrados en la reproducción no siguen patrones estables, sino que sufren cambios tanto de tendencia como de ritmo que hacen posible la integración de nuevas estrategias que dan lugar, a su vez, a la reorganización del espacio socioeconómico en el que se desenvuelve la vida y el trabajo campesino. La relación histórica entre el crecimiento demográfico y la disponibilidad de recursos en la comunidad nos muestra la complejidad de este proceso. En el caso de esta familia, fueron grandes las vicisitudes a las que tuvo que enfrentarse debido a la migración y a los cambios en su composición familiar. De ser campesinos que trabajaban para un patrón a cambio de un espacio en donde sembrar sus alimentos y una casa para vivir, finalmente lograron tener su propia tierra y se convirtieron en ejidatarios. Inicialmente conservaron una economía de autoconsumo y más tarde, alternaron con cultivos comerciales como el algodón, el tabaco y el ajo. Su inserción en un programa de modernización agrícola resultó una experiencia fallida que concluyó con su adeudamiento. A la vez, con la introducción del esquema productivo que exigían estos cultivos, en sus tierras empezaron a usar agroquímicos para obtener mejores rendimientos y controlar las plagas que estaban surgiendo; lo que sin darse cuenta les acarreó un problema mayor: la degradación gradual de sus tierras. Ahora, la vida, trabajo y alimentación de estas familias es más dependiente de un patrón urbano, y menos ligado a las actividades agrícolas. Estos tres aspectos ya no se desarrollan con base en un proceso de reproducción vinculado a patrones cíclicos o más estables; por el contrario, al dejar de producir sus alimentos la tendencia fue a una mayor diversificación de actividades, así como a la reorganización de las estrategias socioeconómicas de los grupos domésticos. En la actualidad, ya son pocos los ejidatarios que se dedican a sembrar la tierra y los que quedan se han adecuado a lo que demanda el mercado. Ahora son las hortalizas el producto principal. Su cercanía a la ciudad de Hermosillo ha favorecido que en su espacio se establezcan empresas agroindustriales y de servicios, lo que ha tenido como consecuencia una fuerte presión demográfica y una mayor urbanización. Los que se vieron imposibilitados de seguir sembrando salieron de los hogares en busca de un trabajo asalariado en las cercanías de su localidad, la ciudad o fuera de la entidad; casi siempre en labores agrícolas. Sin embargo, en las generaciones más 289 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 290 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA jóvenes se observó una cierta tendencia a emplearse en el sector de comercio y servicios. En general, dentro de estas familias campesinas se produjo una mayor diversificación de sus actividades, casi todas ellas tendientes al sector comercial y de servicios. Hoy en día, el sector servicios y el comercio conforman las actividades económicas más importantes del lugar, en las cuales laboran casi la mitad de la población, principalmente los avecindados. Dentro de éstas, la comida tiene un lugar preponderante ya que San Pedro es reconocido en la región por la comida típica de la Sierra de Sonora en donde se expenden tamales, burritos, tacos de carne asada, tortillas y algunos de los productos propios del lugar como hortalizas y algunas frutas de temporada. Platillos que alguna vez formaron parte de la comida diaria de estas familias y que poco a poco las fueron adaptando para ser expendidas en el ámbito público. En menor grado, se encuentran las actividades relacionadas con el sector de la pequeña industria y de la construcción. Su desarrollo se debe a los cambios en el uso del suelo, tanto dentro del ejido como en ejidos aledaños, donde los terrenos se han utilizado para la construcción de fraccionamientos campestres. La transformación de la vida en el ejido hacia un estilo más urbano, en especial a partir de los años ochenta, se observa principalmente en los cambios que se han dado en la alimentación y actividad física de su población. Estos factores son considerados por Contreras (2000) como consecuencia de los cambios sociales y la modernidad alimentaria occidental. Además, los cambios en las costumbres alimentarias pueden deberse a respuestas adaptativas o constreñimientos ambientales diversos (Contreras y Gracia, 2005); y a lo que agregaríamos, los cambios en la forma de obtener y producir los alimentos en el caso de estas familias campesinas. En este sentido, los cambios en la alimentación de esta familia se fueron dando siempre en relación con factores sociales más amplios que delimitaron las formas en que los alimentos fueron producidos, distribuidos y consumidos. De esta manera, hubo un cambio en el sistema alimentario local del cual dependían. Lo que se come ya no se siembra, se tiene que comprar; el acceso a los alimentos se diversificó al contar con otras opciones de consumo de productos a través de los supermercados y tiendas de autoservicio. El cambio en el patrón de consumo no sólo está definido por la oferta existente, sino también depende de la capacidad de compra de las familias. Es decir, este proceso impacta de manera diferenciada. Debido a que dejaron de cultivar en sus campos el trigo y el maíz, alimentos básicos en su dieta, y que los reemplazaron por productos que les redituaran económicamente más y que exigían menos inversión y cuidado, se vieron en la necesidad de adquirirlos comercialmente. La variedad y cantidad de alimentos en esta familia fue disminuyendo considerablemente; así mismo, los horarios de las comidas han cambia290 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 291 CAMBIOS EN LA VIDA RURAL Y EN LA CULTURA ALIMENTARIA CAMPESINA do, ya no dependen de las labores del campo; lo que también se ha reflejado en la disminución de su ingesta diaria. Su dieta actual consiste básicamente en frijoles, tortillas, huevo, sopa de pasta; productos que Sepúlveda y Gómez (1998) refieren como los alimentos que conforman la dieta actual del México rural pobre. Otros productos que también están presentes son panes, galletas, sodas, cerveza. El trigo sigue formando parte de su alimentación, simplemente se ha sustituído por productos comerciales derivados de éste, que en ese momento la industria alimentaria empezó a promover y que los consumidores los consideraron de "mejor calidad", como es el caso de la harina refinada, con la cual elaboran sus tortillas de harina y las sopas de pasta. Por su parte el consumo de los productos de maíz como las tortillas, pinoles y los atoles disminuyó de manera considerable. Actualmente, en la localidad se han establecido algunas tortillerías. María y su familia comentan que consumen este tipo de tortillas cuando se les acaban las que ellas hacen diariamente. En esta familia, el abandono del cultivo de los productos básicos para su consumo y de otras actividades dirigidas a complementar su dieta como la cría de animales y la recolección, se reflejó directamente en su cocina, es decir, en los platillos que comen y en los cambios que se fueron dando en las formas de preparación y conservación de alimentos, así como en el abandono de la elaboración de los utensilios de cocina. El estudio se orientó a conocer la preparación de sus platillos, ya que ello forma parte importante de la cultura alimentaria de un pueblo. La cocina de un grupo humano, como menciona Fischler (1985:175-6) puede ser concebida como "un cuerpo de prácticas, de representaciones, de reglas y de normas basadas en clasificaciones, una cuyas funciones esenciales, precisamente, es la resolución de la paradoja del omnívoro", y en donde intervienen además, ingredientes básicos, principios de condimentación característicos, así como ciertos procedimientos culinarios (Contreras y Gracia, 2005). En este sentido, en la cocina de la familia, a través del tiempo, encontramos que varios de sus alimentos tradicionales siguen formando parte del bagaje cultural, así como la preparación tradicional de los mismos. El frito es una de las preparaciones que predomina y los condimentos como el chile rojo y el ajo. A su vez, encontramos nuevos elementos como el atún, la papa, los purés, entre otros, que implican un cocinado rápido y menos elaborado. Contreras y Gracia (2005) mencionan que "la incorporación de nuevos alimentos por parte de una cultura es un acto pleno de significado. Y, en la medida que existe un "principio de incorporación", la identificación de los alimentos fundamenta la identidad de los individuos". 291 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 292 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA Se encontró también que a pesar de los cambios que se dieron en la cultura alimentaria de esta familia, entre sus miembros se ha mantenido, a través del tiempo, el gusto por algunos alimentos. El gusto entendido como una expresión de la interiorización de la información cultural que sanciona la conformidad con las reglas culinarias (Fischler, 1995). Siguen prefiriendo las tortillas de harina recién hechas y los frijoles cocidos, ambos en la estufa de leña, por el sabor que les confiere ésta; el café hecho en talega y tomado por la mañana y a media tarde; el sabor que toma el agua en la olla de barro. Aquí se ve reflejado lo que Bordieu (1979) apunta, que es en los gustos alimentarios donde se puede constatar de una forma más permanente lo aprendido en el "mundo natal" y en donde se sostiene de manera más durable la nostalgia y, de alguna manera, se conocen los marcadores identitarios de un grupo social determinado. Son estos procesos los que nos ayudan a comprender por qué la permanencia de ciertos gustos o predilecciones por determinados platillos. Es en la cocina en donde se concretan aquellos saberes y prácticas que permanecen como parte de nuestra herencia e identidad cultural. Es la cocina el reservorio de la vida cotidiana, donde se materializa la transformación de la cultura alimentaria. Y como Vizcarra (2004:59-60) señala -citando a Mintz- no podemos referirnos a la comida y a la naturaleza de los alimentos sin conocer su historia, pues corremos el riesgo de determinar significados y estructuras sociales sin comprender los cambios y cómo éstos operan sobre el juego de diferentes factores ecológicos, económicos, políticos y culturales. Algunas de las festividades que esta familia tenía se han perdido y con ello las prácticas alimentarias que comprendían; las fiestas del pueblo y sus comidas en torno a ellas, también se han visto reducidas. Si partimos del hecho de que cocinar no es sólo una forma de preparar los alimentos, sino que constituye un elemento alrededor del cual se organiza la sociedad y a través del cual se fortalecen los procesos de simbolización y cohesión social (Fernández, 2004), tenemos entonces que la reducción de las fiestas puede ser un reflejo del deterioro de los procesos de recreación del tejido social y de la cultura local. Entre los jóvenes, hijos e hijas de los ejidatarios, la importancia de comer en familia se ha reducido, pues se come cuando y como se puede. Los horarios escalonados del trabajo asalariado han incidido que la dinámica familiar y los espacios de socialización alrededor de la comida han ido cambiando. Al respecto, Mintz nos dice que "…en el día a día las oportunidades de empleo le dicen a la gente cuándo puede comer y cuánto tiempo puede tomarse para hacerlo, y también le dicen qué comer, dónde y con quién. Los individuos se encuentran en situaciones dentro de las cuales pueden empezar a crear construcciones significativas para ellos mismos, siempre y cuando éstos no violen los límites externos de la situación que han establecido" (Mintz, 2003:44). 292 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 293 CAMBIOS EN LA VIDA RURAL Y EN LA CULTURA ALIMENTARIA CAMPESINA En el caso de las nuevas generaciones dentro esta familia, una nieta de María comenta: …nunca desayuno porque no me da hambre y tampoco tengo tiempo. Para comer voy a mi casa, que me queda a dos cuadras del trabajo y como un sandwich o algo muy rápido. Después de la comida regreso al trabajo y cuando llega la hora de la cena tampoco como; sin embargo, en mi trabajo generalmente tengo papas fritas, dulces con chile, pastelitos, etc., que me quitan el hambre. Tomo mucha soda y en el trabajo me siento cansada, mareada y de mal humor; además padezco de gastritis. Con este comentario se aprecia el cambio en las formas de comer, sus horarios y sus preferencias entre estas nuevas generaciones, hijos de campesinos que viven en un ambiente rural, en donde además aparece reflejado un nuevo factor: la relación de la alimentación con problemas de salud. En este sentido, Fischler argumenta que, en los tiempos actuales, la influencia del entorno social sobre los individuos en particular, la capacidad que los padres o adultos tienen sobre los gustos alimentarios de los niños suele ser más débil de lo que podría pensarse; en el sentido de que no existe efecto de huella precoz en materia alimentaria ya que nada permite decir que esta experiencia adquirida en la infancia seguirá siendo necesariamente durable (Fischler, 1995:98). El estudiar a esta familia y tratar de reconstruir los aspectos principales de su vida productiva y alimentación desde una perspectiva más amplia nos permitió visualizar cómo se fue dando la relación entre producción y alimentación. Conforme tuvieron una economía de auto consumo su dieta era variada y equilibrada a través del año; se pudiera decir que gozaban de cierta seguridad alimentaria, ya que ellos mismos y su medio ambiente les proveía de los elementos suficientes para su alimentación, en cantidad y diversidad. Y que su experiencia y cultura les proveía del conocimiento suficiente para aprovecharlos en su beneficio. Asimismo, nos permitió descubrir cómo se fueron dando estos cambios en las familias campesinas de la región y cómo poco a poco fueron adaptando y adoptando nuevas prácticas y relaciones entorno a su alimentación dentro de un contexto cultural local. En este sentido, Camou (1990) menciona que las modificaciones en los gustos y en las formas de cocinar van parejas a los cambios culturales, económicos y sociales, ya que la cultura, como la sociedad, es algo vivo y cambiante. Aunque ha ocurrido una cierta diversificación de su dieta con la integración de nuevos productos comerciales, y en donde la disponibilidad de alimentos ya no depende del acceso, sino de la elección entre la oferta del mercado y del ingreso económico, no sólo se ha perdido la posibilidad de contar con opciones para alternar 293 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 294 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA y complementar la dieta familiar, sino que además, el comer ha ido dejando de ser un hábito sociable (Fernández, 2004: 45) y a que en las familias se perciba cierta inseguridad alimentaria.22 En general se han introducido en la dieta productos refinados, envasados y enlatados, productos "chatarra" y bebidas embotelladas que han ido desplazando poco a poco algunos de los alimentos tradicionales de estas familias. Aunque se han adaptado al estilo de vida más urbano y una forma distinta de trabajar y de comer, esto a su vez ha traído consigo otro problema que reclama pronta atención: la aparición de enfermedades provocadas por los nuevos patrones de vida y consumo caracterizados por el abandono de la producción de alimentos y por su sustitución por productos industrializados ricos en azúcares, carbohidratos y grasas. Otros factores que han incidido en la inseguridad alimentaria en estas familias tienen que ver con el deterioro de sus recursos naturales, como la baja calidad de algunas de sus tierras, resultado del tipo de cultivos y pesticidas utilizados anteriormente; así como, a la escasez de agua, tanto para cubrir sus necesidades básicas como productivas. Este recurso se ha cedido a favor del desarrollo urbano de la ciudad de Hermosillo, lo que ha perjudicado a los ejidos aledaños a ella. Dentro de esta familia, la presencia de enfermedades crónico degenerativas es alta. Cuatro de sus miembros padecen diabetes mellitus tipo II, dos ya han muerto por esta causa. La mayoría de los hombres de la familia padecen del corazón y de cáncer de próstata. Diversas son las causas que conducen a tener este tipo de enfermedades, pero la dieta y la actividad física son factores determinantes (OMS, 1998), sobre todo en este tipo de poblaciones rurales que están sujetas a un proceso de urbanización más acelerado (Popkin, 2001). En relación a esto, en un estudio reciente en San Pedro se encontró en la población infantil una elevada prevalencia de sobrepeso (16.9%) y de obesidad (15.8%), uno de los principales factores de riesgo para este tipo de enfermedades (Meléndez, 2006). A manera de conclusión, queremos enfatizar la importancia de realizar estudios a nivel local pues nos permiten conocer cómo los procesos socioeconómicos más amplios van incidiendo en los estilos de vida de las distintas poblaciones y cómo lo vive cada una de ellas. Además de que nos proveen de información sobre la problemática y las potencialidades que caracterizan a alguna región en particular, con la finalidad de formular estrategias regionales que capitalicen y mejoren las condiciones 22 Este concepto está ligado a los recursos económicos con que cuentan los hogares y, por lo tanto, a la incertidumbre y a la ansiedad que causan el acceso ilimitado a la escasez de alimentos en cantidad y calidad; así como, a las diversas estrategias que la población sigue para enfrentar esta escasez (Radimer et al., 1992). 294 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 295 CAMBIOS EN LA VIDA RURAL Y EN LA CULTURA ALIMENTARIA CAMPESINA y la calidad de vida de las unidades domésticas, básicamente en el plano de la seguridad alimentaria local y familiar. ANEXO Nombre científico de las especies vegetales citadas en el texto Acelgas Beta vulgaris L Ajo Allium sativum L. Algodón Gossypium hirsutum L. Berros Rorippa nasturtium-aquaticum (L.) Hayek Bledos Amaranthus sp Brócoli Brassica oleracea L. var. italica Plenck Cacahuate Arachys hipogaea L. Calabaza arota Cucurbita argyrosperma Calabaza casco duro Cucurbita sp. Calabacitas Cucurbita pepo L. Var. zucchini Gray Calabaza sehualca Cucurbita moschata Duch. ex Poiret Camote Ipomoea Batatas (L.) Lam. Caña Saccharum officinarum L. Cebolla Blanca Allium cepa L. Cebolla de rabo Allium cepa L. Cebolla Morada Allium cepa L. Chícharo, alverjones Pisum sativum L Chile caribe Capsicum annuum L. Chile jalapeño Capsicum annuum L. Chile pico de pájaro Capsicum annuum L. Chile serrano Capsicum annuum L. Chile verde Capsicum annuum L. Chiltepín Capsicum annuum L. var. aviculare Chinita Sonchus oleraceus L. Chuales Teucrium cubense Jacq Cilantro Coridrum sativum L. 295 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 296 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA Coliflor Brassica oleracea L. var. botrytis L. Durazno Prunus persica Batch Ejotes Phaseolus sp. Ejotes yorimuni Phaseolus vulgaris L.. Frijol amarillo Phaseolus calcaratus Roxb. Frijol bayo Phaseolus vulgaris L. Frijol corcovado Phaseolus vulgaris L. Frijol garrapata Phaseolus vulgaris L. Frijol tépari Phaseolus acutifolius var. latifolius Freeman Garbanzo Cicer airietinum L. Granada Punica granatum L. Guamúchil Pithecelobium dulce (Roxb. Benth) Haba Vicia faba L Higuera Ficus carica L. Figurilla Ricinus communis L. Lechuga Lactuca sativa L. Lenteja Lens esculenta Moench Lima Citrus limetta (Risso) Limón Citrus limon (L) Buró Maíz Zea mays L. Maíz palomero Zea mays L Melón Cucumis melo L. Membrillo Cydonia oblonga Mostaza Brassica campestris L. Naranja agria Citrus auriantium L. Naranja dulce Citrus sinensis (L.) Osbeck Nopal Opuntia ficus-indica (L.) Mill Papa Solanum tuberosum L. Rábano Raphanus sativus L. Repollo Brassica oleracea var. viridis L. Sandía Citrullus lanatus (Thunb). Soya Glycine max (L). 296 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 297 CAMBIOS EN LA VIDA RURAL Y EN LA CULTURA ALIMENTARIA CAMPESINA Tabaco Nicotiana sp. Tomate Lycopersicum esculentum Mill Trébol Melilotus sp. Trigo Triticum aestivum L. Verdolagas Portulaca oleracea L. Verdolagas Daucus carota L. Nota: Agradecemos a la Mtra. Noemí Bañuelos Flores su valiosa colaboración en la elaboración de la nomenclatura científica de las distintas especies vegetales citadas en este trabajo. 297 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 298 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA Bibliografía Aledo, A. 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Rita Schwentesius Rindermann: rsr@avantel.net Investigadora del Centro de Investigaciones Económicas, Sociales y Tecnológicas de la Agroindustria y la Agricultura Mundial (CIESTAAM) Universidad Autónoma Chapingo Estado de México, México. Dra. Sara Lara Flores: saralf@servidor.unam.mx Instituto de Investigaciones Sociales Universidad Autónoma de México México, D. F. Dra. Yolanda Trápaga Delfín: trapaga@servidor.unam.mx Profesora titular de la División de Estudios de Posgrado Facultad de Economía de la UNAM México, D. F. Dr. Juan Luis Sariego Rodríguez: jsariego@ch.cablemas.com Profesor-investigador de la Escuela de Antropología e Historia Unidad Chihuahua. Chihuahua, Chih., México. 301 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 302 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA Dra. Lucía Bazán: lbazan@ciesas.edu.mx Investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), México, D. F. Dra. Janet Long: long@servidor.unam.mx Investigadora del Instituto de Investigaciones Históricas, UNAM México, D. F. Dra. Cristina Taddei: ctaddei@ciad.mx Investigadora del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo, A. C. Hermosillo, Sonora, México. Dr. Miguel Manríquez: mmanriq@colson.edu.mx Investigador de El Colegio de Sonora. Hermosillo, Sonora, México. Dr. Andrés Fábregas: rectoria@unich.edu.mx Rector de la Universidad Intercultural de Chiapas Tapachula, Chiapas, México. Dra. Isabel González Turmo: igturmo@telefonica.net Profesora Titular Universidad de Sevilla Sevilla, España. 302 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM Page 303 CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA Cultura y Seguridad Alimentaria Enfoques conceptuales, contexto global y experiencias locales se terminó de imprimir en noviembre de 2008. Tiraje: mil ejemplares. Diseño y formación técnica LCC Aida Espinosa Curiel Departamento de Comunicación Interna de CIAD, A. C. Edición a cargo del Dr. Sergio Sandoval Godoy Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo, A. C. Tel. 289-24-00 303 Cultura y Seguridad Alimentaria version final.qxp 9/5/2008 12:06 PM CULTURA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA 304 Page 304