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Transcript
miradas
SALUD
Los riesgos del mar
En el mar hay microorganismos que se alimentan de las sales de algunos moluscos
apetitosos. Un descuidado consumo de mariscos puede enviar a cualquiera al hospital
M
Gala Aguilar
SALUD
5Un delicioso
Comida típica,
delicias fatales
Más de la mitad de los platillos
típicos mexicanos vendidos
en Jalisco, como la birria,
pozole y tamales, contiene una
bacteria que causa vómito,
dolor abdominal, náuseas y
en casos extremos, la muerte.
Las autoridades no han puesto
atención
U
Adriana Navarro
nos taquitos de birria con
harta cebolla y limón, para
empezar. Por la tarde, en la
fonda “Doña Mary”, unos
tamalitos para amortiguar el
hambre. Antes de dormir, un
pozole con bastante chile.
Así suele ser el menú típico de los jaliscienses
y lo más atractivo para el paladar del turista.
12
lunes 21 de mayo de 2007
Esta deliciosa combinación pudiera resultar
fatal, al tratarse de alimentos mal cocinados,
almacenados o recalentados.
Quien los come puede presentar vómito, diarrea, fiebre, dolor de cabeza y abdominal, es decir,
todo el cuadro violento de una intoxicación e infección, explicó María del Refugio Torres Vitela,
investigadora del Departamento de Farmacobiología, de la Universidad de Guadalajara (UdeG).
La causa de la intoxicación e infección es
la Clostridium perfringens, bacteria que entre
otros lugares se encuentra en los intestinos de
los seres humanos y de varios animales (http://
es.wikipedia.org/wiki/Homeotermo), en el suelo, en el agua y en los alimentos (sobre todo en
las carnes que no están bien cocinadas).
Esta bacteria puede aparecer en la carne
preparada con antelación y almacenada inadecuadamente –es decir, sin refrigerar– y el
recalentado es insuficiente para matar al Clostridium perfringens.
Lo fatal es que esta bacteria se encuentra en el
52 por ciento de los alimentos que se venden en
nuestra ciudad, según el estudio de Torres Vitela.
“La incidencia de la infección es muy alta.
Nuestros estudios comprueban un 52 por ciento
de positividad en los alimentos. En México no hay
datos epidemiológicos confiables, pero en otros
países como Estados Unidos, esta bacteria llega a
ocupar el tercer lugar de participación de una lista
de 30 patógenos”, subrayó la investigadora.
La bacteria crece en ausencia de oxígeno.
Así, los tamales que vienen envueltos en hojas de maíz favorecen la multiplicación de la
bacteria. La birria, bañada con salsa de tomate,
es un nicho para su reproducción que proporciona al Clostridium perfringens un bajo nivel
de oxígeno. La bacteria llega al pozole al lograr
expandirse en la carne semidesebrada.
Clostridium perfringens encuentra en estos alimentos (birria, tamales, pozole), una incubadora
que le permite germinar, multiplicarse y causar
una infección tóxica. Primero se instala en el intestino de las personas, coloniza y produce una
toxina que pasa a la sangre. Los enfermos requieren hospitalización inmediata y aunque la mortalidad no es muy alta, existe, dijo Torres Vitela.
Los hábitos culinarios en nuestro país incluyen platillos preparados y almacenados sin los
debidos cuidados, una amenaza contra la salud
pública no atendida por las autoridades.
Día a día, en hogares, restaurantes y fondas,
los alimentos preparados se dejan reposar por
muchas horas a temperatura ambiente. Y al
consumirlos el día siguiente, el recalentado no
es suficiente para matar la bacteria.
Las recomendaciones para evitar daños a la
salud son: cocinar la carne hasta su centro y a
una temperatura que sobrepase los 72 grados;
evitar prolongados períodos sin refrigeración y
después de la cocción mantener el alimento cerrado para evitar el ingreso de la bacteria. [
caldo de birria
puede ser el canal
de contagio de la
bacteria Clostridium
perfingens.
Foto: José María
Martínez
ediodía. Domingo, casa del compadre Javier. En
familia ven el
fútbol. Cervecitas por aquí, botana por allá: papas fritas y fruta picada.
Segundo tiempo, llega lo mejor: además
de que el equipo va ganando, la ronda
de aperitivos luce espectacular con tostadas de ceviche, camarón recién hecho
y cocido solo con limón.
Arturo se sirve una tostada; el camarón se ve blanquito, “crudito, como
tú”, le dice al anfitrión. Las tostadas se
acabaron y concluyó el encuentro futbolero.
Nadie imagina lo que comió. Las
bacterias Vibrio parahaemolyticus y
Vibrio cholerae o del cólera sobreviven
varias horas después, aún si el producto parece echado a perder, informa María del Refugio Torres Vitela, jefa del
departamento de farmacobiología y
profesora investigadora del CUCEI.
“La bacteria Vibrio parahaemolyticus es muy dañina; lamentablemente
poco se sabe de ella y sobre todo, no
se realizan estudios a fondo. Es decir,
alguien llega con síntomas de diarrea y
no se saben las consecuencias”.
Los productos del mar son los que
pueden contenerla, porque es una bacteria que se alimenta de las sales marinas. Por lo general, el daño causado al
organismo dependerá de aquello con lo
que haya tenido contacto a la orilla del
mar, es decir, si el lugar estaba contaminado por residuos del hogar, de las
industrias o por los mismos turistas.
Estudios realizados por el CUCEI
informan que la bacteria tiene presencia en 71 por ciento de los pescados, 44
por ciento del ostión y 21 por ciento del
camarón.
Estas bacterias no son perceptibles
para nadie, puesto que el producto se
ve fresco y no hay diferencia de color
u olor. Sin embargo, provoca graves
daños a la salud y con el tiempo el consumidor puede convertirse en portador
de la bacteria, la cual se elimina a través de la excreción y por tratamiento
médico.
La bacteria Vibrio parahaemolyticus puede producir dolor abdominal,
diarrea, en algunos casos dolor de cabeza, cambios de temperatura. Afecta
principalmente a niños y mujeres embarazadas.
Por su parte, la bacteria Vibrio cholerae, la que produce el cólera, se caracteriza por una grave infección intestinal aguda, con evacuaciones diarreicas
abundantes, vómito y deshidratación.
Si no es tratada adecuadamente puede
producir la muerte.
Este tipo de bacterias son de las primeras causas de enfermedad en Japón,
un país que acostumbra el consumo de
productos marinos crudos.
No todo son malas noticias, insiste la investigadora y recomienda dos
sencillas recetas para alejar a esas
bacterias tan dañinas. Una de ellas es
freír los alimentos, pues el calor es su
principal enemigo. Y si el producto no
se puede freír (como es el caso de ceviche), lo recomendable es cocinarlo
en agua por solo tres minutos, no más.
“Con eso pueden eliminarse hasta 100
millones de bacterias por cada gramo
de alimento y no cambia mucho su sabor”.
Es costumbre de la gente no cocer
alimentos como el ceviche, el cual suele prepararse sólo con limón. Eso es un
riesgo para la vida, confirma la investigadora. En particular si se diagnostica
como una intoxicación y los médicos
no atinan en las causas.[
SALUD
El jugo es fresco
3Además de
Gala Aguilar
E
n el calor, extreme precauciones,
coma menos en la calle y cuide sus
medidas de higiene, dice la Secretaría
de Salud al advertir un incremento de
enfermedades gastrointestinales.
Antes se creía que beber jugo de naranja era
lo más sano. Y sí lo es, pero hay que fijarse dónde se consume y cómo se prepara. Si no hay
cuidado puede ingerirse una bacteria llamada
Shigella, productora de una enfermedad llamada shigelosis, caracterizada por dolor abdominal, diarrea e incluso heces fecales con moco
y sangre. También puede contener la bacteria
causante de la salmonelosis: diarrea, fiebre y
dolor abdominal y en algunos casos, dada la
gravedad de los síntomas, requiere una visita
al hospital e incluso hidratación intravenosa.
Esto lo advierte María del Refugio Torres
Vitela, especialista farmacobióloga del CUCEI.
“El problema es que no siempre se detectan
las bacterias o algunos tipos de ellas. Lo peor
refrescar, el jugo
de naranja puede
provocar diarrea
intensa y otros
síntomas de la
salmonelosis.
Foto: José María
Martínez
es que no puede distinguirse entre un producto
bueno y otro malo, porque las bacterias no cambian ni su olor, ni su color”. Recomienda lavar
con agua y jabón las naranjas, incluso desinfectarlas y exprimirlas con las manos limpias.[
lunes 21 de mayo de 2007
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