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ego Carbohidratos Fuente de energía Considerados por años como los malos de la partida, hoy se sabe que no deben excluirse de la dieta. Por el contrario, su consumo favorece la sensación de saciedad y ayuda a regular el apetito / María Ángela Valbuena fotografía orlando palencia 73+SALUD ego carbohidratos Aunque duramente criticados y a menudo responsabilizados por la incidencia de obesidad en algunos países, los carbohidratos son indispensables para una dieta saludable tanto en niños como en adultos. Son, sin lugar a dudas, la fuente de energía más importante del cuerpo (las otras son la grasa y las proteínas). Compuestos orgánicos de carbono, hidrógeno y oxígeno, los carbohidratos –también llamados hidratos de carbono o glúcidos– tienen como unidad estructural el azúcar. Dependiendo del número de unidades contenidas son llamados simples (una o dos) o complejos (tres o más). Los simples son de fácil absorción, mientras que los complejos requieren un proceso digestivo más prolongado para su descomposición molecular. Los carbohidratos se presentan de tres formas: azúcares, almidones y fibra. Los azúcares pasan rápidamente al torrente sanguíneo; los almidones son primero descompuestos en azúcares por las enzimas digestivas y luego van a la sangre; la fibra, en cambio, no es digerida y llega intacta al intestino grueso (aumenta el bolo fecal, estimula su tránsito y regenera la microflora intestinal). Variantes • Monosacáridos (azúcares simples). Son la glucosa y la fructosa presentes en las frutas, las verduras y la miel. • Disacáridos (combinan 2 azúcares). Están la sacarosa (glucosa + fructosa), contenida en la remolacha, la caña de azúcar y el azúcar de mesa –que se obtiene por refinación–; la lactosa (glucosa + galactosa), en la azúcar de la leche; y la maltosa, que proviene de la malta (también conocida como azúcar de malta). Los disacáridos son descompuestos en azúcares simples por las enzimas digestivas. • Oligosacáridos (combinan entre 3 y 9 unidades de azúcar). Algunos se producen comercialmente a partir del almidón y otros se encuentran en pequeñas cantidades en cereales, verduras (como la alcachofa y la cebolla) y legumbres (caraotas, lentejas, guisantes...). • Polisacáridos (combinan 10 o más unidades de azúcar). El almidón es la reserva principal de energía en los tubérculos (papa, yuca, ocumo), los cereales (trigo, arroz, avena, maíz) y sus productos derivados (panes y pastas). Los polisacáridos sin almidón son los componentes principales de la fibra, presente en todas las frutas y verduras. Reserva de combustible • El aporte calórico de los carbohidratos es de 4 kilocalorías por gramo; el de las grasas es de 9. • Los alimentos ricos en fibra (un tipo de carbohidrato) suelen tener más volumen y, en consecuencia, llenan más. 74+SALUD • Almidones y azúcares producen rápidamente una sensación de saciedad. • Pocos carbohidratos se transforman en grasa (es más fácil para el organismo emplearlos de inmediato en forma de energía). Para poder utilizarlos, el cuerpo humano convierte los carbohidratos –salvo la fibra– en glucosa. Cuando su consumo excede los requerimientos energéticos, el organismo los almacena –como reserva de energía– en el hígado y en los músculos en forma de triglicéridos y glucógeno. No es fortuito, entonces, que médicos y nutricionistas recomienden especialmente la ingesta de carbohidratos en horas de la mañana, cuando se da inicio a las actividades y el cuerpo demanda mayor cantidad de energía. Pero no sólo los músculos necesitan combustible, el cerebro encuentra en la glucosa su única fuente de energía. Los carbohidratos juegan, además, un papel importante en la estructura de los órganos y las neuronas. La glucosa puede provenir directamente de la dieta o de las reservas de glucógeno. Índice glucémico Bajo • Fideos y pastas. • Lentejas y caraotas. • Manzanas, peras, naranjas y uvas. • Yogurt descremado. • Pan con frutas deshidratadas. • Chocolate Medio • Arroz basmati (grano largo). • Maíz. • Piña. • Copos de avena. • Azúcar blanca. • Refrescos. Alto • Arroz blanco. • Papas (fritas, asadas, puré). • Miel. • Copos de maíz. • Pan blanco o integral. Respuesta glucémica En general, los carbohidratos elevan rápidamente los niveles de glucosa en la sangre, mientras que las grasas y proteínas lo hacen más lentamente. En respuesta al incremento, el cuerpo libera insulina, la hormona requerida para llevar la glucosa de la sangre a las células y los tejidos grasos. Si se consumen cantidades excesivas de carbohidratos, el ciclo de insulina puede alterarse. Niveles altos de insulina estimulan el apetito y la producción de los triglicéridos, y están relacionados con la obesidad y con un mayor riesgo de enfermedades cardíacas. El nivel ideal de azúcar en la sangre es de 70 a 110 mg/decilitro. Al ingerir carbohidratos se produce una alteración de los valores llamada respuesta glucémica, cuya intensidad y duración dependen tanto del alimento (composición, procesamiento y cocción) como del individuo (metabolismo, hora de ingesta). Se dice entonces que un alimento es de alto índice glucémico cuando se transforma rápidamente en azúcar en la sangre, y de bajo índice glucémico cuando lo hace más lentamente. Un error frecuente es asociar el índice con el sabor dulce o con el grado de complejidad de los carbohidratos. En realidad, cantidades moderadas de alimentos ricos en sacarosa –como los productos de confitería– ofrecen una respuesta glucémica menor que la producida por alimentos como el arroz y la papa. Estados alterados Si no se ingieren carbohidratos –advierte Roraima Barreto de Fuenmayor, licenciada en Nutrición y Dietética–, “el organismo emplea para su funcionamiento regular energía proveniente de las proteínas de los tejidos antes que de la grasa corporal, que requiere un trabajo adicional –como el ejercicio físico– para su consumo”. Las proteínas, entonces, desatienden su papel más importante –construir, reparar y mantener los tejidos– para pasar a suplir las necesidades de combustible. Si bien hay diferencias en los criterios, algunos especialistas coinciden en recomendar que entre 60% y 70% de las calorías ingeridas diariamente provenga de distintos tipos de alimentos ricos en carbohidratos: cereales, azúcares, frutas, verduras y legumbres. Incluso en personas que sufren de diabetes se sugiere un consumo moderado de carbohidratos de bajo índice glucémico, controlando cantidad y frecuencia. • ( F u e n t e s c o n s u lta d a s º Roraima Barreto de Fuenmayor, licenciada en Nutrición y Dietética. Locatel IPSFA. º Consejo Europeo de Información sobre la Alimentación (www.eufic.org). ) 75+SALUD