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“Roma una ciudad para la eternidad”. Integrantes: Escobar Cimmino Alejandra. Eugenio Aceves Narciso Isaac. Fernández Correa José Antonio. González Graf Javier Centro Educativo Anglo Mexicano. México. Profesoras: María Patricia Quintero Soto y Pilar Lemus Zagaceta Nivel Secundaria: Área Humanística. Investigación Bibliográfica. Antecedentes: Una frase popular decía que Roma no se construyó en un día. Efectivamente se afirma esto para demostrar que la grandeza de esta ciudad requirió de un esfuerzo extraordinario que la han hecho una ciudad especial. Los etruscos raíz de los romanos construyeron su ciudad en una zona de colinas rodeadas de zonas pantanosas que llevaron a sus primeros Reyes como Tarquino Prisco a disecarlos y a construir cloacas que trasladaran las aguas negras y los acueductos que llevaran agua potable a la ciudad. Los acueductos, que se encuentran entre las más espléndidas de todas las obras estructurales romanas, fueron 11 y llevaban cada día unos 750 millones de litros de agua a Roma. El primer acueducto romano fue el Aqua Marcia de 90km. En arquitectura los romanos copiaban con avidez. Se apropiaron de las columnas dóricas, jónicas y corintias de Grecia y el arco de los etruscos superándolos al ser los primeros en explotar el hormigón que recubrieron con mármol, ladrillos, guijarros o yeso. Los productos eran transportados por pequeñas barcas que remontaban el Tiber hasta los almacenes de la capital. Entre los productos llevados de esta manera había ladrillos, mármol, granito y madera, pues Roma parecía estar siempre construyéndose y reconstruyéndose. Las formas arquitectónicas romanas continúan siendo significativas en los tiempos modernos, porque los romanos eran muy prácticos. La construcción de carreteras, acueductos y alcantarillado servía para limpiar las inmundicias de la ciudad. La ciudad de Roma fue en siglos posteriores el arquetipo de las grandes metrópolis de Europa. El cemento Romano era poco diferente del usado en la actualidad, la única mejora moderna ha sido el refuerzo del cemento con varillas de acero. La cúpulas y arcos majestuosos se volvieron la característica principal de sus obras y su prolongación hizo posible el desarrollo de la bóveda de cañón y bóveda artística. Objetivo: Valorar la trascendencia para la humanidad de la construcción de la Roma antigua y su influencia en la planificación y edificación de muchas ciudades que existen hasta nuestros días. Marco Teórico: A través de este trabajo queremos demostrar como los romanos construyeron la primera gran ciudad imperial que se ha perpetuado a través del tiempo, no solo porque se mantienen en pie varias de sus edificaciones, sino que también como han sido tan prácticos, bellos y funcionales varios de sus elementos arquitectónicos que constituyen un aportación para la humanidad en la planeación, trazo y urbanidad de muchas ciudades que actualmente existen. Describir la vida cotidiana en esa ciudad nos hace maravillarnos por su adaptabilidad. Metodología: Se consultaron varios libros especializados en los aspectos urbanísticos y artísticos de la antigua Roma y se siguió un orden cronológico y se estudiaron los principales edificios y funcionalidad de esa ciudad. Además se hizo una revaloración de las aportaciones urbanísticas y arquitectónicas que hasta nuestros días se siguen usando. Desarrollo y Resultados: La ciudad de Roma se extendió a partir de siete pequeñas colinas hasta llegar a comprender un imperio de varios millones de kilómetros cuadrados. Ciudadanos de todos los rincones del imperio caminaban por las calles de Roma, que se convirtió en la más cosmopolita de las ciudades. Los emperadores romanos hicieron de su capital una ciudad de monumentos. Obras públicas compactas, que contrastaban fuertemente con viviendas semirruinosas, eran los signos externos del poder imperial. Los constructores romanos habían levantado 45,000 casas de apartamentos. Esos edificios distribuidos por toda la ciudad, se alzaban con frecuencia a gran altura. Los materiales eran a menudo deficientes y los hundimientos e incendios resultantes determinaron al emperador Augusto a prohibir la construcción de viviendas particulares de más de 20 metros de altura. Los teatros Romanos se construyeron sobre una estructura de pilares y bóvedas, de esta manera pudieron ubicarse en el corazón de las ciudades, los teatros fueron populares. El Foro Romano, la más antigua de las plazas públicas de la ciudad, fue creciendo progresivamente hasta formar un complejo de espacios abiertos y edificios gubernamentales, templos y tiendas. En su mayor parte estaba cerrado al tráfico de carros. Situado en el centro de la ciudad, estaba rodeado de tiendas. El capitolio estaba en un extremo del foro, los templos romanos tenían elementos griegos y etruscos. En los foros al aire libre toda Roma se reunía para los negocios o distracción. El original foro Romano, construido sobre una ciénaga rellenada, al pie de la Colina Palatina, era la sede de los negocios y del gobierno de la ciudad, lugar donde comprar, donde encontrarse con los amigos, chismorrear y contemplar las ceremonias públicas. Durante los festivales, grandes muchedumbres convergían sobre el gran anfiteatro y los numerosos circos de Roma para asistir a un día de juegos. En el inmenso Coliseo, hasta 50,000 personas podían contemplar a los gladiadores que luchaban con animales o con otros gladiadores. En el Circo Maximo, aún mayor, 260,000 se reunían para aclamar a los audaces aurigas que corrían alrededor de una peligrosa pista. Muchos forasteros tenían que acomodarse en tiendas levantadas a lo largo de los caminos. Estos brutales espectáculos eran para divertir a las amenazadoras hordas de romanos desocupados, que a veces llegaban hasta 150,000, esos romanos solo estaban interesados en 2 cosas: el pan del socorro público y el circo. Por lo que se hizo famosa la frase; "Al pueblo dale pan y circo" El coliseo, en cuya construcción se invirtieron 10 años, tenía más de 180 metros de largo por 150 metros de ancho, y constaba de cuatro niveles de asientos con una capacidad para unos 50,000. Por toda la estructura había escaleras y rampas; unos ascensores hacían subir a los animales, los gladiadores y el decorado desde unas madrigueras abovedadas situadas debajo de la arena. Además, por medio de canales especiales podía transformarse rápidamente en lago, y en él se celebraban combates navales. Augusto pudo enorgullecerse de haber embellecido la ciudad con magníficos edificios, fomento la religión construyendo templos y santuarios. En los días de Augusto, un millón de personas vivían en Roma, la mayor parte hacinadas en sofocantes y mal olientes apartamentos. La gente se quejaba de la falta de alojamientos y los alquileres elevados. El gobierno creó una administración pública con distintos agentes, como vigilantes de incendios e inspectores de la construcción y funcionarios de sanidad pública. Los habitantes tenían que llevar en la cabeza un mapa de la ciudad, pues la mayor parte de las calles residenciales carecían de nombre, y todas las casas, de número. Las calles eran estrechas y estaban llenas de gente, y la basura era tirada por las ventanas. Pasearse por Roma durante la noche era una aventura, los carros y circulación pesada las llenaban durante la noche, las prostitutas merodeaban por las calles, el crimen prosperaba y los romanos prudentes se quedaban en casa después del anochecer. Viajar fuera de la ciudad era igualmente difícil de día y de noche, los hombres unidos por el lazo del hospitium se sentían obligados a proporcionarse protección y hospitalidad en la carretera. La ciudad ofrecía oportunidades a los audaces. La ciudad bullía de comercio, en Roma se podían encontrar todas las mercancías del mundo juntas. La riqueza de la población de la ciudad disminuyeron después del siglo IV, y el mantenimiento de los edificios fue abandonado. Había más de 300 carreteras principales a través del imperio. Llegaron a cubrir una distancia igual a 10 veces la circunferencia de la tierra en el ecuador. Las señales de las carreteras solían estar dedicadas al emperador que reinaba al tiempo de su construcción. Los complicados baños públicos construidos por el emperador Caracalla eran un centro de la vida social romana, y uno de los grandes triunfos de la ingeniería del siglo III. Cubrían unas 13 hectáreas de las afueras de Roma, y eran un vasto complejo de establecimientos de negocios y diversiones, en el centro de todo esto se encontraban los baños de agua fría, caliente y vapor. Unos acueductos suministraban miles de litros de agua de montaña. El agua para los «tepidaria» y el «calidarium» eran calentados por medio de hornos alimentados con madera, conectados a una red de tuberías de vapor bajo los suelos. Entre los baños públicos los construidos por el emperador Caracalla acomodaban a 1,600 bañistas diarios, con vestidores, baños y salas del club. Hornos subterráneos calentaban el agua. El conjunto estaba decorado con jardines y estatuas. Conclusiones: Debido a la extraordinaria extensión geográfica del imperio romano y a sus diversos pobladores, la arquitectura romana siempre fue ecléctica y se caracterizó por emplear distintos estilos atribuibles a los gustos regionales y a las preferencias de sus mecenas A pesar de que subsisten una gran cantidad de ejemplos escultóricos, pictóricos, arquitectónicos y decorativos, conocemos pocos nombres de sus artistas y arquitectos. En general los monumentos romanos se realizaron para glorificar a sus mecenas más que para expresar la sensibilidad artística de sus creadores. Utilizaron la arquitectura como símbolo del estado, y a través de ella, mostraban su poder. Su excepcionalidad y mentalidad práctica priorizo los aspectos técnicos y funcionales frente los sistemas formales y estéticos de Grecia, de manera que crearon una tipología de edificios que respondió a las necesidades de una sociedad tan compleja y evolucionada como la suya. Muchas de sus obras han sido retomadas en diferentes épocas por eso es una ciudad para la eternidad. Bibliografía: Steele Philip, et., al. Historia en piedra. Antigua Roma. México. Ed. Silver Dolphin.62p. La roma imperial. Las grandes épocas de a humanidad. Ed. Moses Hades. 1967. Campos Alonso, et, al. Historia del arte. México. Espasa. 1999. 1400p. http://www.thecolusseum.net/history/masp.html http://digitalaugustanrome.org http://video.com/11502620.