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EL PAÍS, sábado 26 de mayo de 2007 SOCIEDAD 49 Niños siempre localizados con un chip Dispositivos en pulseras, prendas o injertados pueden evitar casos como el de Madeleine P 18.000 familias españolas conocen el lugar exacto en el que está su hijo gracias a un sistema en el móvil PATRICIA F. DE LIS, Madrid Una madre escocesa fue a recoger a su hijo a la guardería y, cuando llegó, descubrió que el niño estaba ya a unos 60 metros del edificio y se marchaba con unos extraños. Este caso ha servido a la compañía británica Connect Software para vender soluciones que permiten el rastreo de menores. “No deje que esto le ocurra a usted”, sugiere Connect en su web. Los padres británicos están asustados. En el Reino Unido se denuncian unas 70.000 desapariciones de niños cada año, según los datos de la organización internacional Missing Kids (“niños desaparecidos”). Y el caso de la pequeña Madeleine McCann, cuyo rastro se perdió la noche del 3 de mayo en el Algarve (Portugal), ha conmovido a sus compatriotas y despertado el debate ético y legal sobre el uso de soluciones que permitan saber, durante las 24 horas del día, dónde está un niño. La evolución de la tecnología permite ya la utilización de teléfonos móviles con servicios de localización o de dispositivos GPS, e incluso la implantación de un chip subcutáneo. Otra cuestión es si ese control permante del niño es ético. El teléfono móvil es el dispositivo de rastreo por excelencia ya que, desde el momento en que está encendido, es localizable. En España hay más móviles que habitantes (46 millones) y, en el caso de los jóvenes, la penetración de esta tecnología ronda el 71% en la franja de edad de 12 a 14 años, y crece hasta el 93% entre los 15 y los 17. Telefónica Móviles cuenta con un servicio llamado Localízame que permite conocer el lugar en el que está el teléfono, siempre que esté encendido y tenga cobertura. Sistemas de localización de menores MÓVIL PARA NIÑOS CON SERVICIO DE LOCALIZACIÓN. IMPLANTE SUBCUTÁNEO. El profesor universitario Kevin Warwick ideó en 2002, tras la desaparición de las niñas Holly Wells y Jessica Champan, un implante subcutáneo que contenía un microchip. Unas 9.000 personas han utilizado ya en España el servicio de localización de Telefónica Móviles en los teléfonos pensados para niños (Play Pack, que cuesta 99 euros, y MO1). También pueden restringirse las llamadas y SMS y hacer llamadas a cobro revertido. 20 mm A través de las redes de telefonía móvil, enviaba señales a un ordenador que localizaba al niño gracias a un mapa digital. BRAZALETES Y ROPA CON CHIP LOCALIZABLE POR RADIOFRECUENCIA (RFID) La compañía británica Connect Software vende brazaletes y ropa con chips de radiofrecuencia del tamaño de una ficha de dominó que tienen una pequeña batería que dura unos cinco años, y que emite una señal cuando pasa por la antena receptora. Precio: entre 700 y 1.500 euros. RELOJES CON GPS La compañía estadounidense Wherify vende un reloj con tecnología GPS para localizar niños o ancianos. Fuente: Telefónica Móviles, Connect Software, Wherify y Kewin Warwick. G. HERMOSO P. F. DE L., Madrid Guillermo Cánovas, que dirige la asociación Protégeles para la protección de la infancia, reflexiona sobre el continuo uso de los teléfonos móviles e Internet: “Es la primera vez en la historia que los niños saben más que sus padres sobre algo. Y si ellos no se preocupan en informarse, nadie va a enseñar a sus hijos a utilizar las tecnologías con responsabilidad”. Cánovas explica que su asociación ha realizado una campaña en 150 colegios para hablar del uso responsable del móvil, y que a esas charlas han acudido muy pocos padres. Pero hay muchos peligros. Habla, por ejemplo, de lo que los expertos llaman “caramelos virtuales”, intentos de los delincuentes de acercarse a los niños por Internet o el teléfono. En el caso del móvil, algunos pederastas consiguen el número del niño y le envían mensajes ofreciéndose a recargar el saldo a cambio de que consista en conversar con él. Este año se han denunciado tres casos de este tipo en España, explica Cánovas. Padres desinformados Los expertos más críticos piden una reflexión ética sobre la protección de la intimidad Para utilizar este servicio se necesita el permiso del propietario del teléfono rastreado que, en el caso de un menor, es el propio padre. Es complicado saber cuántos lo utilizan, pero sí se sabe que el operador cuenta con dos tipos de teléfono para menores, el Play Pack (para niños de entre 8 y 12 años y del que se han vendido unas 90.000 unidades en el último año) y el MO1, fabricado con Imaginarium para niños de entre 4 y 8 años, y del que se vendieron unas 15.000 unidades las pasadas Navidades. La operadora asegura que el 20% de los propietarios de estos teléfonos (18.000) han activado el servicio Localízame y que el 10% (9.000) lo han utilizado ya. Estos datos no incluyen, además, los niños que utilizan teléfonos móviles diseñados para adultos, que son la gran mayoría. Según explica Fernando Martínez, de Telefónica Móviles, los usuarios de este servicio buscan “peace of mind”, es decir, tranquilidad: son padres con hijos pequeños, o familiares de ancianos y dependientes. En España, en todo caso, la cifra de desapariciones es muy inferior a la de otros países: el año pasado se produjeron unas 100 “desapariciones inquietantes” de menores y se denunciaron 15.000 ‘Ciberpederastas’ que usan caramelos virtuales Un cartel ofrece una recompensa en Portugal para quien ayude a encontrar a la niña Madeleine McCann. / EFE en total, según datos del Cuerpo Nacional del Policía, frente a las 70.000 del Reino Unido o las más de 700.000 de Estados Unidos, sólo de menores. Por eso, en estos países hay ya infinidad de tecnologías para el rastreo de niños. La británica Connect Software, por ejemplo, vende brazaletes y ropa con chips en su interior del tamaño de una ficha de dominó. Tienen una batería que dura unos 5 años, y que emite una señal de radiofrecuencia (RFID) cuando pasa por una antena receptora. Sólo funciona, por tanto, en el espacio reducido en el que estén instaladas esas antenas. El equipo cuesta entre 700 y 1.500 euros. Más prácticos son los dispositivos GPS, que permiten localizar a quien lo lleva por satélite, esté donde esté. La empresa estadounidense Wherify vende un reloj para niños equipado con esta tecnología. Los móviles, brazaletes, relojes o gorras pueden servir para seguir el rastro de un niño que se pierde, pero tienen un inconveniente obvio en el caso de que haya sido LOS PEQUEÑOS Y SU TELÉFONO La mitad de los niños manda al menos un SMS al día, según Protégeles. P Un 38% de los menores afirma pasarlo “fatal” o sentirse “agobiado” sin su celular. P El 41% de los niños no se gasta más de tres euros en llamadas a la semana. P El 65% de los padres cree que los niños deben tener móvil por razones de seguridad. P secuestrado: el delincuente puede deshacerse de ellos. Por eso, en el año 2002 y tras el impactante secuestros de las niñas Holly Wells y Jessica Champan, el profesor de la Universidad de Reading Kevin Warwick ideó un implante subcutáneo que contenía un microchip que, a través de la red de telefonía móvil, enviaba señales a un ordenador para localizar a la víctima. Warwick —que ha probado esos implantes en su propio cuerpo— ofreció su invento públicamente a los padres británicos y recibió cientos de peticiones. Su propuesta fue recibida con un gran escándalo por sus implicaciones éticas y la pérdida de intimidad que implicaba, así que la desechó. La tecnología, en todo caso, existe. El club barcelonés Baja Beach de Barcelona ya lo ofrece a sus clientes VIP para evitar colas, y en Puerto Rico se ha probado en el seguimiento de personas con Alzheimer. Pero el debate ético también existe. “¿Qué tipo de datos incluirán estos chips, y quién los va a usar y para qué?”, se plantea Víctor Domingo, presidente de la Asociación de Internautas. “La implantación de estas nuevas tecnologías, que parecen de ciencia-ficción, debe traer consigo una reflexión sobre su uso”. Las asociaciones de protección de menores y las compañías tecnológicas se están esforzando en aunar esfuerzos para enseñar a padres e hijos a utilizar las nuevas tecnologías con seguridad. Incluso aunque muchas veces quieran cosas diferentes. “Hay que encontrar un punto de equilibrio entre lo que el padre quiere, que es la seguridad y el control del gasto, y lo que quiere el hijo, que son juegos, música, cámara de fotos e intercambiar datos con sus amigos. Y normalmente, que no le controlen”, dice Eva González, directora del producto Play Pack de Telefónica Móviles. Esta compañía aconseja a los padres que compran este producto dirigido al público infantil que informen a los niños de que nunca deben dar su número a desconocidos, y les recuerda que pueden restringir a un total de 15 los números a los que el niño puede llamar o mandar SMS. “Lo importante es dotar al padre de los mecanismos necesarios para controlar que el niño use el teléfono de manera responsable”, dice Juan Francisco Bezón, director de Juniors en Telefónica Móviles España. Protégeles recuerda también que al niño hay que educarlo. Según los datos de una reciente encuesta que ha realizado, el 19% de los niños reconoce haber utilizado el móvil para enviar mensajes insultantes o amenazantes, y un 11% dice haber mentido a sus padres e incluso haber robado dinero para recagar su saldo. Por eso, Protégeles recomienda a los padres que compren a sus hijos móviles con contrato, aunque después restrinjan sus llamadas. Respecto al uso de tecnologías de localización (como los chips de radiofrecuencia), Cánovas explica: “Eso es responsabilidad de cada familia. Nosotros dejamos en sus manos la decisión de hasta dónde quieren llegar”.