Download Gravedad en el espacio.

Document related concepts

Gravedad artificial wikipedia , lookup

Ingravidez wikipedia , lookup

Intensidad del campo gravitatorio wikipedia , lookup

Fuerza de marea wikipedia , lookup

Efecto Coriolis wikipedia , lookup

Transcript
Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC)
LA REALIDAD DE LA FICCIÓN
Gravedad en el espacio
Héctor
Castañeda
1)+
No hay arte como el cinematográfico, capaz de crear nuevos
mundos alternativos, sólo limitado por la imaginación de
sus creadores. Pero, tal como dijo Pablo Picasso, «el arte es
la mentira que nos hace comprender la verdad». La
intención de esta sección es llamar la atención sobre aquellos
momentos en que una buena recreación de la realidad nos
provee, de manera inadvertida, de un mayor conocimiento
científico.
Empezaremos nuestro camino en el espacio. En las próximas décadas es
muy probable que veamos las primeras exploraciones a los planetas más
cercanos del Sistema Solar. Marte será, seguramente, el primer candidato.
Sabemos, gracias a documentales, que en el espacio exterior se experimenta
la sensación de ingravidez o, más precisamente, microgravedad.
Dada la dificultad de representar ese estado en una película, a menos que
las escenas se filmen en órbita terrestre (prohibitivamente caro) o bien en
aviones en caída libre (tal como se hizo en Apolo XIII), que permiten una
sensación de ingravidez por unas decenas de segundos. Más fácil resulta
plantear la existencia de una gravedad artificial, similar a la terrestre, y
creada de una manera vaga y pseudocientífica.
Pero, ¿cuál sería la manera de representar gravedad artificial en el espacio?
Ante todo, debemos definir qué entendemos por gravedad. De una manera
simplificada, la fuerza de gravedad representa la atracción entre masas
como, por ejemplo, la que experimenta la Tierra en relación con el Sol. Es
decir, para generar un campo gravitatorio hay que tener masa.
Dado que el resultado final de la fuerza gravitatoria es experimentar una
aceleración, un resultado similar puede alcanzarse a través de un
movimiento de rotación. La rotación de un cuerpo genera la llamada
aceleración centrífuga, una aceleración en la dirección radial,
perpendicular al eje de rotación. Por ello, si nos ponemos en el exterior de
una rueda que gira con la adecuada velocidad de rotación, podríamos
sentir en nuestro cuerpo una aceleración similar a la terrestre, que nos
empujaría a caer hacia afuera del cuerpo en rotación. Esta solución al
problema de generar el efecto de una gravedad artificial en el espacio fue
ya sugerida por el pionero astronáutico ruso K.E. Tsiolkovski, a principios
del siglo XX, y popularizada por Werner Von Braun, en la década de los
cincuenta, divulgando la idea de una estación espacial en forma de rueda.
humano que, como se sabe, sólo
puede
tolerar
rotaciones
moderadas de un cuerpo. La
rotación tiene que ser lenta,
porque el cuerpo humano siente
náuseas y otros efectos colaterales.
En un rasgo de extremo realismo,
muy apropiado de la personalidad
de Kubrick, los planos en el interior
de la estación muestran los pisos
curvados. En una situación real,
los actores siempre estarían
caminando perpendiculares al
piso.
La gravedad artificial generada de
esta manera eliminaría muchos
problemas fisiológicos asociados
a la exposición a la microgravedad
(pérdida de f luido cor poral,
pérdida de densidad ósea, etc), que
se prevé ocurrirá en viajes de larga
duración como los que requerirá
la exploración del Sistema Solar.
Por eso, los astronautas de la nave
Discovery realizan su vida diaria
en una gigantesca cámara
centrífuga en el centro de control
de la nave, bajo la atenta mirada
de HAL 9000.
El elevado coste que supone
enviar material al espacio no
permite llevar a la práctica las
ideas de ingenieros y artistas. Pero
seguramente las generaciones
futuras verán navegar en el
espacio la estación espacial,
heredera de esos sueños de
ingenieros, científicos y artistas de
nuestra época.
Pero la representación más espectacular de esta idea se encuentra en
2001. Odisea del Espacio, la película de Stanley Kubrick de 1968, basada
en la novela homónima de Arthur C. Clarke. Salvo por motivos de coste,
no hay nada en la estación espacial en forma de una gigantesca rueda,
donde atraca la nave Orión de camino a la Luna, que no sea
tecnológicamente factible. El acceso radial desde el centro hacia el área
exterior permite a los viajeros una adaptación gradual a las nuevas
condiciones de vida. La rotación hace que la aceleración centrífuga haga
las veces de gravedad, con la dirección de la aceleración apuntando
radialmente hacia afuera. Incluso su tamaño es apropiado, pues una estación
de menores dimensiones requeriría una rotación más rápida para simular
la aceleración terrestre, lo cual sería malo fisiológicamente para el cuerpo
1)+ NOTICIAS, 1-2001. Pág. 91