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Sumario Editorial 4 Recomendaciones generales para mejorar la práctica de la Radiología e imagen Barrera Romero, Jiménez Corona, Manuell Lee, Avelar Garnica, Ramírez Arias, Rivera Cisneros 6 Repercusiones éticas de las Comisiones de Arbitraje Médico Dr. Alfonso Pérez Romo 13 Caso clínico 15 Reflexiones sobre los aspectos éticos del acto médico Mtro. Rey Arturo Salcedo, Dr. Antonio E. Rivera Cisneros, Dra. Ma. Eugenia Jiménez 20 Relación Médico-paciente y la calidad de la atención médica Dr. Luis Hernández Gamboa Carta de los Derechos Generales de los Pacientes Revista CONAMED, Año 5, Vol. 9, Núm. 20, julio - septiembre, 2001 30 1 INDICADOR Director General Dr. Carlos Tena Tamayo Editor ejecutivo Lic. Agustín Ramírez Ramírez Editores asociados Dr. Gabriel Manuell Lee Dr. Antonio Eugenio Rivera Cisneros Dr. Jorge Manuel Sánchez González Comité editorial Lic. Celina Alvear Sevilla Lic. Octavio Casa Madrid Mata Dr. Salvador Cásares Queralt Dr. Hector Martínez Flores Lic. Jesús Enrique Pantoja Mercado Dra. Eréndira Salgado Ledesma Consejo asesor Alejandro Cravioto Quintana, Sergio García Ramírez, Santiago Genovés Tarazaga, Federico Ortiz Quesada, Jorge Ruiz Dueñas, Miguel Stoppen Rometti. Consejo nacional Dr. Enrique Aguilera Beteta, Guanajuato Dr. Tomás I. Azuara Salas, Estado de México Dr. Nicolás Bañuelos Delgado, Nayarit Dr. Manuel Campa González, Veracruz Dr. Nicanor Chávez Sánchez, Colima Dr. Juan Galván Sánchez, Morelos Dr. Audomaro Gurría del Castillo, Tabasco Dr. Jorge Mancebo del Castillo, Michoacán Dr. Edgardo Martínez Menéndez, Yucatán Dr. Ranulfo Medina Espinoza, Quintana Roo Dr. Edmundo Miranda Lluck, Guerrero Dr. José L. Moragrega Adame, Guanajuato Dr. Alfonso Pérez Romo, Aguascalientes Dr. Alfredo Ramos Ramos, Jalisco Dr. Arturo Reyes Cuningham, San Luis Potosí Dr. Pablo Rosales Ugalde, Querétaro Dr. Manuel Tovía Arrioja, Puebla Dr. Hector Zazueta Duarte, Sinaloa Diseño y producción editorial Coordinador Editorial: Lic. Antonio Alvarado Briones Contenido Editorial: Gerardo Román Ruenes Equipo técnico: Eduardo Barrita González Rogelio Ramírez Rodríguez Diseño y edición: Alfonso Pérez López L. D. G. Mónica Sánchez Blanco 2 Atención y asesoría CONAMED 5420-7094 y 7134 Lada sin costo: 01 800 711 0658 Correo electrónico: conamed@data.net.mx Revista CONAMED es el órgano de difusión de la Comisión Nacional de Arbitraje Médico, órgano desconcentrado de la Secretaría de Salud, con domicilio en Mitla 250, Esq. Eugenia, Col. Narvarte, C. P. 03020, Delegación Benito Juárez, México, Distrito Federal. Tels: 5420-7092 y 5420-7066. Fax: 5420-7126. Correo electrónico: revista@conamed.gob.mx Página web: www.conamed.gob.mx Publicación trimestral, año 5, vol. 9, núm. 20, julio-septiembre de 2001. Distribución gratuita. Elaborada por la Dirección General de Promoción y Difusión. Editor responsable: Dr. Carlos Tena Tamayo. Impresión: Talleres Gráficos de México, Canal del Norte 80, Col. Felipe Pescador, C. P. 06280. Tiraje: 12,000 ejemplares. Distribución autorizada por SEPOMEX PP-DF-025 1098. Certificado de Licitud de Título número: 9969. Certificado de Licitud de Contenido número: 6970. Distribución a suscriptores: Proveedora de Servicios, S. A. de C. V. San José No. 14, Col. Molino de Santo Domingo, C. P. 01130, México, D. F. Reserva de derechos al uso exclusivo del título, número: 04-1998-080319142700-102. Los artículos firmados son responsabilidad del autor. Se permite la reproducción parcial o total del material publicado citando la fuente. Revista CONAMED, Año 5, Vol. 9, Núm. 20, julio - septiembre, 2001 Si usted está interesado en tener el cartel de difusión de los servicios que brinda la Conamed para su clínica, consultorio u hospital favor de solicitarlo en la Dirección General de Promoción y Difusión de la Comisión Nacional de Arbitraje Médico. Estimado lectores: Se les agradecerá incluir su correo electrónico en sus cartas para poder tener una comunicación más ágil y eficiente con ustedes. Este es su espacio. Escríbanos a Mitla 250 Col. Narvarte C.P. 03020 México D.F. conamed@data.net.mx Ya están en el ciberespacio los 19 números de la revista Conamed Consúltalos en el Índice Mexicano de Revistas Biomédicas: www.imbiomed.com.mx Revista CONAMED, Año 5, Vol. 9, Núm. 20, julio - septiembre, 2001 3 El modelo mexicano de arbitraje médico, a la vanguardia en América Latina El Arbitraje en medicina empieza a visualizarse como una de las herramientas más poderosas para dirimir las inconformidades derivadas del acto médico, entre los pacientes y los profesionales de la salud. Desde su formación como organismo público, la Comisión Nacional de Arbitraje Médico ha logrado acumular una gran cantidad de información, que ha permitido perfeccionar y mejorar los métodos y procedimientos para la atención de inconformidades, prevenir los potenciales conflictos médicos, e influir en la práctica de la medicina con calidad. Este conjunto de grandes acciones han logrado integrarse y definir en un esquema funcional para la recepción, procesamiento, análisis, evaluación y resolución de los conflictos, denominando generalmente como el Modelo Mexicano de Arbitraje Médico. Las columnas vertebrales de este modelo incluyen entre otros: la aplicación de medios alternos a la disputa judicial como son, la conciliación y el arbitraje para resolver las diferencias entre médicos y pacientes, lo que se complementa con la emisión de Recomendaciones a los diversos sectores involucrados con la salud, que tienen como finalidad la prevención de los errores médicos y las inconformidades. Al aumentar la intervención de instancias judiciales en los conflictos médico-paciente en los países latinoamericanos, las autoridades médicas y de procuración de Justicia de Uruguay, Chile, Argentina, Venezuela y Colombia expresaron su intención de conocer de cerca el modelo de resolución de este tipo de problemas. Ello generó la realización de dos giras por las naciones antes mencionadas, durante los Editorial 4 Revista CONAMED, Año 5, Vol. 9, Núm. 20, julio - septiembre, 2001 primeros días de septiembre y fines de octubre, efectuándose entrevistas con los ministros o viceministros de salud, los presidentes de las supremas cortes de Justicia y los directivos de las principales asociaciones y colegios médicos. Todos ellos se interesaron por conocer la alternativa mexicana de resolución de conflictos y opinaron que éste podría ser una alternativa viable para los problemas que estaban enfrentando en sus países. Se emplazaron a propiciar el intercambio y la reflexión mediante la conformación de grupos especializados que visitarán en su oportunidad nuestro país, para conocer de cerca cómo está funcionando el modelo de arbitraje mexicano. Uno de los principales problemas para la instalación de modelos similares, detectado durante el diálogo con las autoridades médicas de los países visitados, fue el económico, y sus implicaciones para el Estado. El argumento de peso fue que este tipo de instancias naturalmente le cuestan al Estado, pero el no atender estos problemas le va a costar más a mediano y largo plazo. Es una inversión a futuro. Vale la pena actuar con visión para adelantarse a las situaciones catastróficas como las que viven países industrializados y con una cultura altamente litigiosa. De ésta manera, el modelo mexicano de Arbitraje Médico se visualiza como un puente entre México y los países de América Latina para impulsar la conciliación entre médico paciente y prevenir lo que en este medio se conoce como la práctica de la medicina defensiva. Esta última se ha convertido en Estados Unidos en una práctica ne- gativa que fomenta las demandas de los pacientes por supuestos errores en diagnósticos, tratamientos e intervenciones quirúrgicas, situación que se aprecia ya en los sistemas de salud latinoamericanos. Otro de los aspectos que generó mayor atracción entre el gremio médico y los ministros de salud de los países de América Latina es la posibilidad de prevenir los conflictos médico-paciente a través de recomendaciones, en virtud de que la CONAMED se constituye como una instancia preventiva del conflicto al emitir recomendaciones basadas en el análisis de los errores médicos y los motivos de inconformidad. Ello nos ha dado insumos suficientes para emitir recomendaciones que estaremos promulgando conjuntamente con las sociedades médicas nacionales, para cada especialidad. En éste número se está publicando las recomendaciones generales para radiología e imagen, que fueron estudiadas en conjunto con la Federación Mexicana de Radiología e Imagen, A.C., y en breve se estarán publicando las de oncología. Continuaremos trabajando en este sentido, especialidad por especialidad, y más adelante, compartiendo la experiencia mexicana con los médicos de América latina, donde mantenemos una precupación común por el costo que implica a los presupuestos nacionales de salud de nuestros países la presencia de la medicina defensiva, y el deterioro de la relación médico-paciente. Por ello, la Comisión Nacional de Arbitraje Médico (CONAMED) continuará impulsando en América Latina este modelo, para combatir esta concepción deshumanizante de la medicina. Revista CONAMED, Año 5, Vol. 9, Núm. 20, julio - septiembre, 2001 5 Recomendaciones Generales para mejorar la práctica de la Radiología e Imagen BARRERA ROMERO N1, JIMÉNEZ CORONA ME1, TENA TAMAYO C1, MANUELL LEE G1, AVELAR GARNICA F2, RAMÍREZ ARIAS JL2 RIVERA CISNEROS AE 1 Introducción El personal de la salud adscrito a los Departamentos de Imagen, debe tener los conocimientos necesarios para la realización de los estudios tanto simples o contrastados, conociendo en forma general la realización de cada uno de los estudios que se pueden realizar al paciente, para poder dar las indicaciones de preparación previa al estudio, llevar a cabo el procedimiento diagnóstico o terapéutico y tratar en su caso las reacciones adversas que se presenten por el uso de medios de contraste. Es por ello necesario seguir lineamientos generales de valoración previa del paciente, explicación de los riesgos absolutos o relativos a la exposición a la radiación ionizante, o a la administración de medio de contraste. El objetivo de éste trabajo es presentar los principales hallazgos derivados del análisis de las quejas correspondientes a la especialidad de Radiología e Imagenología registradas en la CONAMED. Metodología En la Comisión Nacional de Arbitraje Médico (CONAMED), se han presentado casos de inconformidad relacionados con la especialidad de radiología e 1 Comisión Nacional de Arbitraje Médico Federación Mexicana de Radiología • Academia Nacional de Medicina • Academia Mexicana de Cirugía Revista CONAMED, Año 5, Vol. 9, Núm. 20, julio - septiembre, 2001 2 6 imagenología. Por tal motivo, se realizó la selección y el análisis de los casos referidos, recibidos durante el periodo de junio de 1996 a febrero de 2001. Figura1. Quejas recibidas en la CONAMED por institución Resultados Las quejas recibidas en la Comisión Nacional de Arbitraje Médico, entre junio de 1996 a febrero 2001, relacionadas con radiología e imagenología, fueron en total 74, de las cuales el mayor porcentaje correspondió a instituciones de salud privadas (46%). Las instituciones de Seguridad Social, contribuyeron con el 41%. Los servicios públicos de salud representaron solo un 7%. El porcentaje restante se agrupó en la categoría otros, y contribuyó con el 7% (Figura 1). Los casos relacionados con el área específica de radiología e imagenología fueron del 54% (n=40). El 28.4% de los casos se relacionaron con otras especialidades (n=21). Sin embargo, del 57.85% de estudios de imagenología, en el 47.1% se utilizó algún MC (mielografias, mastrografias, angiografías, colangiografias y TAC de cráneo, abdomen y columna) y únicamente el 4% fue por rayos X (Rx de tórax). En el 60% de las quejas atendidas por especialistas en radiología, hubo una deficiencia relativa (casos en los que existió alguna falla). Sin embargo, existieron riesgos inherentes tanto al padecimiento como al MC utilizado. Las complicaciones identificadas en las quejas, que fueron consideradas como graves se exponen en el siguiente cuadro: Privados Seguridad Social Públicos Otros Cuadro 1. Complicaciones más graces reportadas en las quejas Tipo de Estudio Mielografía Mielografía Urografía Excretora Panangiografía Tomografía Axial Computada de Cráneo Cólon por Enema Histerosalpingografía Ultrasonido/Biopsia de Próstata No Especificado Complicación grave Frec. (%)* Meningitis Parálisis Choque Anafiláctico Infarto Cerebral 4 1 1 1 5.40 1.3 1.35 1.35 Choque con paro cardiaco Peritonitis Desgarro de cervix Sangrado e hipovolémia Infiltración de Medio de Contraste/Quemaduras 1 1 1 1 1.35 1.35 1.35 1.35 4 15 59 74 5.40 20.25 79.75 100.0 Subtotal de Complicaciones graves Subtotal sin complicaciones graves TOTAL *Denominador=74 Revista CONAMED, Año 5, Vol. 9, Núm. 20, julio - septiembre, 2001 7 Los aspectos más relevantes a resaltar están relacionados con los casos atendidos por especialistas en radiología e imagen. Del total de casos atendidos por médicos especialistas. el 50% se quejaron de complicaciones por el procedimiento realizado (n=40); el 75% del 50% fueron clasificadas como complicaciones graves. El 25% se puso en riesgo para la vida. De los 40 casos, veinte (50%) presentaron complicaciones y de éstos únicamente a 2 pacientes (2.7%) se les informo de los potenciales riesgos antes de realizar el estudio. y finalmente, el especialista minimizó los riesgos de las complicaciones graves al paciente en 20% de los casos. Por otra parte, las complicaciones presentadas y consideradas como graves, atendidas por médicos no especialistas en radiología e imagen fueron las reportadas en el Cuadro 2. Cuadro 2. Complicaciones graves atendidas por médicos. No radiólogos Tipo de Estudio Arteriografía Arteriografía Complicación Trombosis Hemotórax Trombosis Desenlace Frec. (%) Muerte Amputación de Miembro Pélvico Inferior 1 4.8 1 4.8 2 9.6 TOTAL Denominador = 21 (casos atendidos por diferentes especialidades). Del total de quejas presentadas ante la CONAMED, relacionados con el área específica de radiología e imagenología el 18% fueron debidas a aspectos administrativos, Cuadro 3. Cuadro 3. Aspectos administrativos que generaron quejas Tipo de Problema Diferimiento del estudio por: Equipo descompuesto Inasistencia del radiólogo No Especificado SUBTOTAL Falta de entrega de resultados Otros problemas TOTAL Frecuencia 5 1 3 9 1 3 13 Porcentaje (%) 38.4 7.7 23.1 69.2 7.7 23.1 100.0 n=13 Discusión El total de quejas recibidas en la CONAMED, relacionadas con radiología e imagenología, en un periodo de seis años aproximadamente fue de 74 casos, mismos que se presentaron tanto en instituciones públicas, privadas y de seguridad social. Los hallazgos son concordantes con los referidos en la literatura internacional. El mayor porcentaje de inconformidades fue en el sector privado, hecho que podría explicarse por el favorecimiento de mayores ganancias económicas en dichas instituciones, al solicitar un mayor número de estudios, en ocasiones innecesarios, pero por otro lado, puede estar 8 Revista CONAMED, Año 5, Vol. 9, Núm. 20, julio - septiembre, 2001 influenciado por el tipo de pacientes que utilizan éstos servicios, con mayores ingresos y consecuentemente con demandas mayores en la calidad de la atención médica recibida. Por otra parte, el alto porcentaje de quejas en contra de instituciones de seguridad social puede estar relacionada con la sobrepoblación de usuarios en éstas instituciones, disminución de los recursos destinados al sector salud, además de la burocratización en las mismas. Las complicaciones o efectos adversos ampliamente tratados en la literatura, dependerán de varios factores: inherentes al tipo de estudio, al tipo de medio de MC utilizado, a las características individuales del paciente y a la existencia de determinadas patologías. Estos factores tienen un impacto importante en el riesgo de presentar reacciones adversas a los estudios de imagenología con MC. Aún con el uso de MC aparentemente «inocuos», como en el caso de los MC no-iónicos, que supuestamente reducen la prevalencia de reacciones adversas, no se elimina la aparición de las mismas e incluso pueden presentarse reacciones mortales, principalmente en pacientes con determinadas cardiopatías. Paralelamente a los factores arriba mencionados, el desconocimiento o poca consideración de las implicaciones legales y éticas tanto en las instituciones de salud como en sus profesionales, como son el derecho que tiene el paciente a la información, las formas del consentimiento informado, firmadas con testigos y las explicaciones e instrucciones sobre los riesgos y los beneficios de los estudios, se refleja en el porcentaje (50%) de quejas por complicaciones del procedimiento realizado por especialistas en la materia. Así como de las complicaciones graves (75%) o de las que pusieron en riesgo la vida del paciente y que éste desconocía. La falta de comunicación médico-paciente, ya sea por sobrecarga de trabajo u otros factores, el profesional no investiga o el paciente no refiere otras patologías previas o actuales, o de los medicamentos que utiliza, ya sea por olvido o voluntariamente, y que pudieran generar accidentes o alterar los resultados de los estudios. Entre las quejas por complicaciones graves se encuentran las siguientes: Con la mielografia, se presentaron cuatro casos de meningitis y uno de parálisis. La literatura refiere que es frecuente en éste tipo de estudios la aplicación inadecuada de la técnica, así como casos de implicaciones médico-legales, situación que puede agravarse cuando es aplicada por profesionales no especialistas, que desconocen los efectos adversos potenciales, las indicaciones precisas y contraindicaciones del estudio. Con respecto a la urografía excretora que ocasionó un caso de choque anafiláctico, el problema está más relacionado con las características individuales del paciente, de atopia o de antecedentes previos de reacciones anafilácticas al MC, que incrementan el riesgo de reacciones graves. En cuanto a las complicaciones por TAC de cráneo, choque y paro cardiaco. La literatura consultada reporta un Revista CONAMED, Año 5, Vol. 9, Núm. 20, julio - septiembre, 2001 9 caso de infarto agudo al miocardio posterior a la aplicación de MC, que aunque es poco frecuente dicha complicación, es recomendable mantenerse alerta al aplicar dicho estudio, así como la necesidad de establecer protocolos para el uso adecuado del mismo. Entre las complicaciones graves, secundarias a arteriografías, se presentó un caso de trombosis-hemotórax y fallecimiento del paciente y otro de trombosis y amputación de un miembro pélvico. Entre las complicaciones severas, se menciona a la tromboembolia y ateroembolia iatrogénica. El desenlace fatal (muerte) se reporta como de alto riesgo en pacientes sometidos a angiografía, aún con MC de baja osmolaridad. Por lo anterior se recomienda que el especialista utilice las guías clínicas, y así pueda identificar mejor a pacientes de alto riesgo, seleccionar el estudio y MC más adecuado. Lo relevante en estos casos es que además de ser atendidos por médicos no radiólogos, los pacientes no contaron con el consentimiento informado. En un estudio que analiza quejas relacionadas con quemaduras por MC, cuatro correspondieron a quemaduras de 3er grado debidas a infiltración del MC, refiere que una 10 de las reacciones más frecuentemente reportadas en ese estudio fue sensación de calentamiento en el sitio de la inyección del MC, y que es más bien debida a la técnica de inyección, más que a la calidad del agente administrado. Sin embargo, no se encontraron en la literatura reportes de quemaduras. Una posibilidad es que exista un subregistro de éste tipo de complicaciones. Lo que se reporta es la posible inducción, con soluciones hiperosmolares y diferentes MC, de efectos citostáticos y citotóxicos en células endoteliales, además de la precipitación de trombosis intravascular que incrementan significativamente la apoptosis. Este fenómeno podría estar presente en los casos en que se reportaron quemaduras por MC como complicaciones graves en la CONAMED. Finalmente, las quejas relacionadas con aspectos administrativos, tienen un peso importante, dado que el 18% del total de las mismas fueron debidas a éste factor. De este porcentaje, el 38.4% difirió los estudios porque el equipo estaba descompuesto, el 23% por falta de equipo o aditamentos o por inasistencia de la persona encargada de realizar el estudio (7.7%). Revista CONAMED, Año 5, Vol. 9, Núm. 20, julio - septiembre, 2001 Recomendaciones generales para mejorar la calidad de la práctica en Radiología e Imagen Sobre la base de las estadísticas de quejas recibidas en la CONAMED, derivado a problemas por la realización de estudios de imagenología, se hacen las siguientes Recomendaciones Generales, dirigidas al personal médico y paramédico relacionado a esta especialidad: 1.Ejercer la práctica profesional en un marco que asegure y demuestre el cumplimiento de las disposiciones jurídicas aplicables. Marco Legal: ¨ NOM-146-SSA1-1996 (Responsabilidades sanitarias en establecimientos de diagnóstico médico con Rayos X). ¨ NOM-156-SSA1-1996 (Requisitos técnicos para las instalaciones en establecimientos de diagnóstico médico con Rayos X). ¨ NOM-158-SSA1-1996 (Especificaciones técnicas para equipos de diagnóstico médico con Rayos X). ¨ Existencia de manuales de operación y bitácoras de mantenimiento de los equipos. ¨ Contar con un programa de control y registro de exposición del personal ocupacionalmente expuesto, autorizado por la Comisión Nacional de Energía Nuclear y Salvaguardas. Personal: ¨ Contar con personal médico, técnico y paramédico debidamente facultado para la realización de los estudios. ¨ Contar con el certificado del Consejo y cédula de la especialidad en Radiología debidamente registrada en la Dirección General de Profesiones de la SEP. ¨ Comprobar documentalmente la actualización y capacitación en las técnicas. ¨ Supervisar por el especialista al personal paramédico. ¨ Fomentar las prácticas éticas en el ejercicio de la profesión. 2. Colaborar con el médico tratante en el estudio y diagnóstico integral del paciente. ¨ Realizar los estudios radiológicos y de imagenología que se justifiquen, acordes al diagnóstico presuncional y un en marco que asegure los principios éticos y los procedimientos científicos vigentes. ¨ Participar junto con el médico tratante en la elección o reconsideración del procedimiento a realizar. ¨ Proponer estudios o procedimientos alternativos o complementarios. ¨ Evaluar el costo-beneficio y la utilidad diagnóstica de los estudios. 3. Evitar riesgos innecesarios en los procedimientos radiológicos e imagenológicos invasivos. ¨ Contar con una valoración integral del paciente previo a la realización de un estudio con riesgo. ¨ Elegir el material e insumos necesarios de acuerdo al tipo del examen solicitado. ¨ Realizar procedimientos invasivos especializados de alto riesgo únicamente si se cuenta con el acceso garantizado a salas de quirófano y de terapia intensiva. ¨ Tener disponibles, vigentes y en buenas condiciones los materiales, equipo e insumos requeridos para atender casos de urgencias. ¨ Conocer, detectar y atender oportunamente las complicaciones y reacciones secundarias o adversas. ¨ Utilizar los medios de contraste que cuenten con un amplio respaldo de seguridad, y de acuerdo a las condiciones clínicas del paciente. 4.Garantizar al paciente una atención médica profesional antes, durante y después del estudio. ¨ Contar con el personal capacitado en las técnicas radiológicas e imagenológicas. ¨ Contar con personal capacitado, acreditado y con destreza en la realización de estudios radiológicos, de imagen y en el manejo de medios de contraste. ¨ Certificar la capacitación del personal en técnicas básicas de reanimación cardio-cerebro-pulmonar. ¨ Asegurar que la realización del estudio se lleve a cabo por un especialista con certificación vigente en radiología e imagenología, ante un procedimiento de alto riesgo. ¨ Asegurar que la participación del especialista no radiólogo esté facultado para realizar procedimientos de imagenología. 5. Obtener el consentimiento validamente informado por escrito ántes de realizar un procedimiento con riesgo. ¨ Informar al paciente del procedimiento al que será sometido, así como los riesgos, beneficios y posibles complicaciones. ¨ Documentar todos los procedimientos utilizados. Revista CONAMED, Año 5, Vol. 9, Núm. 20, julio - septiembre, 2001 11 Referencias bibliográficas consultadas 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. 16. 17. 12 Fischbach T. Frances. Manual de Pruebas Diagnósticas. McGraw-Hill lnteramericana, 5ª Edición, 1997. México:722-732. Grant KL. Camamo JM. Adverse events and cost saving three years after implementation of guidelines for outpatient contrast-agent use. Am J Health-Syst Pharm.;1997; 54(15):1395-1401. Hash Robert. Intravascular Radiographic Contrast Media: Issues for Family Physicians. Journal of American Board Familiy Practice. Volume 12(1 ). 1999: 32-42. Reddinger L. Wilbur. Contrast Media Part 1. 1996. http://www. 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En relativamente pocos años, como sucede en épocas de desarrollo científico y tecnológico progresivamente acelerado, el ejercicio de la medicina se ha convertido en una relación profundamente asimétrica, burocrática, industrializada e impersonal. El viejo lazo del amor humano que constituía la relación médico-paciente desde los albores de la civilización, alimentado por igual de ciencia, filosofía y cáritas, fuente de comunicación profunda, de confianza y de fe, aliciente terapeútico indiscutible cuando el hombre se siente más solo, más débil, más absorto y más indefenso ante lo desconocido, ha sido roto violentamente por la super-especialización, el encarecimiento de la tecnología médica, la socialización de los servicios de salud, la masificación y el empobrecimiento de la enseñanza de la medicina. Esta última, se ha centrado más en enseñar ciencia y técnica con olvido de las ingentes interrogantes éticas a que se enfrenta la vida del hombre en la actualidad, y con descuido de la formación humana integral; todo ello, llevado a cabo en una constelación de escuelas médicas de las más variadas diferencias en la calidad de la enseñanza. *Comisionado Estatal de Arbitraje Médico en Aguascalientes. Revista CONAMED, Año 5, Vol. 9, Núm. 20, julio - septiembre, 2001 13 Como quiera que sea, estamos ante la amenaza de que tanto el médico como el paciente se conviertan, si no se han convertido ya, en entes manipulados por un sistema que los despersonaliza, de distinta manera ciertamente, pero con igual gravedad. La abismal diferencia que separa al médico moderno del paciente actual, esa diferencia que nace de quién conoce en cierta medida una ciencia y de quién desconoce totalmente el misterio de su enfermedad, sólo en la creación estrictamente ética del amor puede trascenderse. Este misterioso, pero real anudamiento del amor humano, cuando más indefenso y absorto se encuentra el hombre frente a la adversidad, es la dimensión perdida de la medicina moderna; otra faceta de la deshumanización del noble arte hipocrático que paga también su oneroso tributo a la masificación, a la máquina, al consumismo desenfrenado y a la ambigüedad de todas las demás pesadumbres que el hombre ha inventado para progresar. En este contexto histórico nace la Comisión Nacional de Arbitraje Médico y luego las diversas Comisiones Estatales que hasta hoy se han instaurado en nuestro país. Estas instituciones, nacidas de una genuina necesidad social, han sido creadas fundamentalmente para resolver en forma alternativa los conflictos derivados de una relación médico-paciente, afectada de muy diversas maneras y por distintos factores en nuestra época. Como consecuencia inmediata de su funcionamiento, se disminuye el riesgo de una medicina defensiva y controlada por el apetito lucrativo de compañías aseguradoras. Se logra una notable economía procesal en secuelas de descrédito, consumo de tiempo y quebranto económico. Se logran importantes reformas administrativas y técnicas en las instituciones de salud. Se propicia el mejor conocimiento de la ley en materia de 14 salud por parte de los sectores involucrados. Se mejora la educación sanitaria de la población y se amplía el conocimiento de sus derechos. Se abaten los índices de iatrogenia y se mejoran los niveles de calidad de los servicios. Al tiempo que se van consiguiendo esos logros, la relación médico-paciente se ve revalorada de nuevo en el centro de la reflexión filosófica actual. La preocupación por transformar sustancialmente las estructuras y los sistemas de prestación de servicios en la medicina socializada y la no menos preocupante necesidad de actualizar, mejorar y certificar la enseñanza de la medicina, son consecuencias mediatas, patentes y fuertemente presionantes para que tanto autoridades civiles como académicas adopten las medidas conducentes a resolver estos problemas, en cuyo fondo sólo hay una razón que los explique: la necesidad de reincoporar en todo su valor a la ética de la ciencia. A final de cuentas, la tarea de las comisiones de Arbitraje Médico no tienen otra razón de ser ni otro fundamento que la ética; y la consecuencia mediata de sus actos no puede ser otra que una influencia decisiva en la recuperación de sus valores por el mundo médico de nuestro país. Sin duda que una acción que deberán proponer las comisiones de Arbitraje Médico es la formulación de un nuevo código de ética profesional, de acuerdo a las realidades actuales de la ciencia y la técnica médica. Sin embargo, la repercusión ética de las comisiones de Arbitraje Médico en la práctica general de la medicina, dependerá más de las reformas que se hagan a las instituciones públicas y privadas de salud, y sobre todo, a las que se lleven a cabo para actualizar la enseñanza y la formación integral del personal médico, que a la enunciación de las normas de conducta que habrán de servirles de inspiración y de sustento filosófico. Revista CONAMED, Año 5, Vol. 9, Núm. 20, julio - septiembre, 2001 Caso clínico Resumen clínico Se trata de paciente masculino de 11 años de edad, quien presenta traumatismo por caída de una barda de 1.40 m de altura, golpeándose antebrazo izquierdo por lo que acude el mismo día al servicio de urgencias Institucional, sin especificarse en la nota inicial de urgencias la hora de ingreso (a decir de la madre aproximadamente a las 14:00 hrs), encontrando en la exploración física deformación a nivel del tercio medio distal de antebrazo con herida y exposición ósea en región interna del antebrazo; en los rayos X se aprecia fractura expuesta de cúbito y radio, angulada y cabalgada; se realiza el diagnóstico de fractura expuesta de cúbito y radio de antebrazo izquierdo, se indica analgésico, curación y se refiere que requiere tratamiento quirúrgico. Es valorado por el servicio de traumatología sin señalarse la hora, dicho servicio confirma el diagnóstico y comenta que se requiere cura descontaminadora (penicilina sódica cristalina y amikacina), y reducción de fractura, preparar para quirófano e inmunización antitetánica (la hora reportada en la hoja de indicaciones es de las 20:30). El paciente es intervenido la madrugada del 2do. día, sin especificarse la hora, realizándosele aseo quirúrgico y reducción de fractura expuesta de cúbito y radio, colocándose yeso para inmovilización de miembro torácico izquierdo, posteriormente el paciente es hospitalizado en el servicio de pediatría a las 5:00 hrs, el mismo día; según nota del 3er. día el miembro torácico izquierdo que tiene aparato de yeso presenta edema distal, retardo en el llenado capilar, disminución de la temperatura y movilidad presente. Una nota de ortopedia del 4º día de las 16:00 hrs, comenta que el paciente ha pre- pico febril; sin embargo, el paciente es dado de alta al 6º día. Según se refiere en la queja, el paciente no mejoró con los medicamentos que se le indicaron, presentando sentado picos febriles y además edema en miembro torácico izquierdo por compresión del aparato de yeso braquipalmar, al cual se le realizó “bivalvamiento”, colocando huata en zona de apertura y venda elástica de 10 cm., se indica movilización constante de los dedos. En las notas se comenta que persiste el edema de miembro torácico izquierdo y que presentó un fiebre y dolor a pesar de tener el brazo en alto, por lo que acude con médico particular, quien identifica infección en el brazo afectado recomendándole regresar a la Institución. Después de 6 días de su egreso el paciente regresa nuevamente al servicio de urgencias, siendo hospitalizado y valorado por el servicio de traumatología y ortopedia, quienes encuentran Revista CONAMED, Año 5, Vol. 9, Núm. 20, julio - septiembre, 2001 15 aumento importante de volumen de mano y antebrazo izquierdos, con áreas de necrosis superficial y con olor fétido, requiriendo reexploración quirúrgica urgente por cuadro séptico en dicha región. Es intervenido quirúrgicamente el día 19 del mismo mes y año, realizándole lavado mecánico y desbridación amplia, con los diagnósticos postoperatorios de necrosis muscular con herida cruenta de cara lateral de antebrazo con exposición ósea y osteitis de cúbito; requiriendo nuevas intervenciones quirúrgicas para lavado mecánico los días 4º, 6º y 10º del 2do. ingreso y el 12avo día se realiza colocación de placa de cúbito (de 3.5 por 6 cm) y colgajo cutáneo, evolucionado satisfactoriamente los siguientes cuatro días, por lo que posteriormente es dado de alta. Dos meses después se le realiza cirugía para liberación de colgajo. Dada la pérdida de la función de la mano, en todo este período el paciente es tratado por medicina física y rehabilitación, siendo su última consulta 6 meses después de su último egreso hospitalario, con el diagnóstico electromiográfico de “neuropatía mixta del tipo de la neuropraxia para el nervio cúbital (severa), y axonomnesis de los nervios mediano y radial a nivel del codo izquierdo”. Motivo de queja Fractura de cúbito y radio izquierdo que presenta isquemia de miembro torácico, osteomielitis de cúbito izquierdo y necrosis de antebrazo izquierdo. Pretensiones Primera.- Que la Institución le otorgue a mi hijo su servicio médico de por vida. Segunda.- Que la Institución le otorgue una indemnización por las secuelas ocasionadas debido al manejo inadecuado de fractura de cúbito y radio izquierdos. Análisis del caso y consideraciones clínicas Hechos relevantes 1. Es importante aclarar que en la nota de ingreso a la unidad se comenta que el paciente no es derechohabiente y que se canalizará a otra institución, después no vuelve a tratarse este asunto. 2. El expediente clínico presenta deficiencias como son el adolecer de la hora de ingreso del pa- 16 Revista CONAMED, Año 5, Vol. 9, Núm. 20, julio - septiembre, 2001 3. 4. 5. 6. 7. Revista CONAMED, Año 5, Vol. 9, Núm. 20, julio - septiembre, 2001 ciente al servicio de urgencias; de la hora en que fue valorado por el servicio de ortopedia; así como de la hora en que se realizó la primera intervención quirúrgica, en la que se efectuó lavado mecánico y reducción de fractura. No se identifica en el expediente clínico que se hubiese realizado antes de la cirugía medida local alguna, específicamente contra la infección, como son curación, lavado mecánico, desbridación, irrigaciones, vendaje estéril de herida expuesta, etc. Las notas de valoración del servicio de ortopedia previas a la cirugía, refieren el diagnóstico de ingreso y solicitan el inicio de antimicrobianos, la preparación para cirugía, la inmunización antitetánica y ayuno, pero adolecen de una valoración integral del paciente, no se incluyen datos de interrogatorio ni exploración física, no integra un diagnóstico adecuado con relación al tipo de fractura ni de lesión de partes blandas, no habla de un pronóstico, ni tampoco de un plan terapéutico de corto, mediano y largo plazo. En la nota quirúrgica de la primera cirugía se comenta que se le realiza lavado mecánico descontaminante, y reducción de la fractura; posteriormente se toman placas de control para valorar alineación de los extremos óseos y se inmoviliza con yeso. No se describe el estado en que se encontró la lesión de partes blandas, ni la técnica quirúrgica utilizada, ni la técnica de los procedimientos realizados, la nota postoperatoria no agrega más datos. Durante su evolución post-operatoria, el paciente cursó con edema del miembro afectado, que inclusive presentó datos de compromiso circulatorio, como lo es el retardo en el llenado capilar y la diminución de la temperatura distal del miembro enyesado, por lo que requirió bivalvamiento del yeso. También se detectó la presencia de picos febriles inclusive el día anterior a su egreso. No obstante la prescripción de antibiótico orales y medidas generales, durante su evolución en casa el paciente cursa con fiebre y dolor, diagnosticándosele en medio privado proceso infeccioso, por lo que 6 días después de su egreso es rehospitalizado, encontrándosele cuadro séptico severo con compromiso circulatorio importante, por lo que requirió desbridación amplia y varios lavados mecánicos, más adelante injerto, finalmente evoluciona satisfactoriamente pero con secuelas funcionales graves. 17 Obligaciones previstas en las normas de derecho sanitario, en términos de la literatura médica. A. Obligaciones del establecimiento o institución involucrada a) De medios 1. A pesar de las omisiones del expediente clínico en cuanto a la falta de horarios en que se hicieron las diversas acciones e intervenciones, etc. Anotadas en el punto 2 del análisis del caso y por los datos con que contamos, se puede afirmar que transcurrieron seis horas a partir de su llegada al servicio de urgencias y la primera valoración por el servicio de ortopedia; y transcurrieron más de 10 horas hasta el momento en que se inicia el procedimiento quirúrgico consistente en lavado mecánico y reducción de la fractura. De 18 acuerdo a lo establecido en el Art. 51 de la Ley General de Salud, así como en el Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Prestación de Servicios de Atención Médica; Arts. 9, 71, 72 y 73, el establecimiento público que brinda servicios de atención médica para el internamiento de enfermos está obligado a prestar atención inmediata a todo usuario en caso de urgencia que ponga en peligro la vida, órgano o función y que requiera atención inmediata y tomar las medidas necesarias que aseguren la valoración médica, el tratamiento de la urgencia y estabilización de sus condiciones generales para poder ser transferido (1). 2. La institución de salud pública o privada está obligada a cumplir con la NOM 168 para la elaboración, integración y uso del Expediente clínico. En el presente caso el expe- diente clínico adolece de la hora en que se realizan notas médicas y quirúrgicas de vital importancia, así mismo dichas notas están incompletas ya que no cuentan con interrogatorios adecuados, descripción de exámenes médicos, clínicos y de gabinete, elaboración de diagnósticos completos, pronóstico y planes definidos de tratamiento. No cuenta con historia clínica y en las notas quirúrgicas no se describen los hallazgos ni la técnica efectuada (2). B. Obligaciones de personal a) De medios 1. Es muy importante conocer el tiempo transcurrido entre el traumatismo y su ingreso a urgencias; entre el traumatismo y el momento en que fue valorado por el servicio de ortopedia y se efectúa el primer lavado, entre el traumatismo y el momento en que fue operado, lo anterior en función de la planeación terapéutica y del pronóstico, ya que el tratamiento “cura descontaminadora “ debe iniciarse dentro de las primeras ocho horas de ocurrido el traumatismo, a partir de las cuales se considera como herida infectada. Existió un retraso no justificado en el inicio del manejo de descontaminación con antibióticoterapia, así como en la realización del lavado quirúrgico descontaminante, el paciente no recibió una valoración médica integral, no se precisa el momento y lugar donde se produjo el traumatismo, no se describe el estado general del paciente, no se valoró adecuadamente el tipo de lesión ósea y de partes blandas (extensión y tipo de herida), así como la existencia o no de lesión vascular o neurológica, para poder determinar un pronóstico y elaborar el plan terapéutico especifico en un paciente con fractura expuesta potencialmente infectada (3,4,5). Con los datos clínicos que se obtienen en la documentación aportada Revista CONAMED, Año 5, Vol. 9, Núm. 20, julio - septiembre, 2001 y de acuerdo con el sistema de clasificación de partes blandas AO (alfa numérico), el presente caso debe corresponder a una lesión tipo III-B (pérdida extensa de partes blandas con desgarramiento perióstico y exposición ósea), teniendo una incidencia de infección entre el 10 y el 50%, dependiendo de la velocidad de respuesta en el inicio del tratamiento descontaminante. 2. La gran mayoría de la literatura médica recomienda, con relación al tratamiento de las lesiones de partes blandas, que posterior al lavado mecánico y reducción de fractura se deje abierta la herida con el fin de efectuar las curaciones necesarias y vigilar su evolución; en caso de hacer cierre primario, recomiendan la exploración abierta a los tres días del procedimiento, para tener una virtual apreciación del estado de la herida. Por lo tanto era prioritario el manejo de la herida quirúrgica contaminada, recomendándose inicialmente inmovilización con fijación externa y en su defecto férula o yeso bivalvado. Es decir, no debió ser manejada después de la cirugía con molde completo de yeso. En el presente caso el bivalvamiento se efectuó dos días después de la colocación del yeso y esto a consecuencia de haberse presentado como complicaciones edema e isquemia (3,4). 3. Lo ortodoxo en este tipo de fracturas expuestas, es que el paciente reciba el esquema de antibióticos, aunado a una estrecha vigilancia (3,4,5). En el presente caso se hospitalizó el paciente por cuatro días, dándolo de alta prematuramente, no obstante haber presentado signos de isquemia, edema en la región y evolucionar con picos febriles, in- dependientemente de haber quedado cubierto con antibióticos orales, se perdió la continuidad del tratamiento y vigilancia específicos en la evolución de cirugía de una fractura expuesta. El paciente reingresó a los 6 días con datos evidentes de proceso séptico, con compromiso vascular y presencia de necrosis, requiriendo múltiples desbridaciones y aseos mecánicos, injerto cutáneo y colocación de placas; a pesar de todo el esfuerzo queda con secuelas neurológicas, mismas que potencialmente pueden mejorar, si se considera un tratamiento neuro quirúrgico por especialistas de alto nivel, seguido de rehabilitación. 4. De acuerdo al análisis realizado y comentado en los párrafos anteriores, existe una relación causa-efecto suficiente para determinar que las secuelas funcionales del miembro torácico afectado son secundarias a las deficiencias en el manejo médico y quirúrgico llevado a cabo. 5. Considerando la gravedad del caso y de conformidad a los hechos narrados por la quejosa, así como a las omisiones en el expediente clínico por parte del personal médico responsable, se infiere que existió un deficiente manejo de la información para con los familiares, al no explicarle el pronóstico y posibles complicaciones de la fractura. Conclusiones En términos generales los pasos recomendados para la atención de las fracturas expuestas son: 1. Tratar todas las fracturas expuestas como una emergencia. 2. Practicar una evaluación inicial completa para diagnosticar otras lesiones potencialmente fatales. 3. Instituir la antibioticoterapia apropiada en el servicio de urgencias o (en último caso) en quirófano y continuar el tratamiento por lo menos 3 días más (de no haber complicaciones). 4. Desbridar de inmediato la herida usando irrigación copiosa y, en caso de fracturas tipo II y III, repetir el desbridamiento a las 24-72 hrs. 5. Estabilizar la fractura. 6. Dejar la herida abierta durante 5 a 7 días. 7. Efectuar injertos tempranos de hueso esponjoso autógeno. 8. Rehabilitar la extremidad comprometida. 1. Se observó deficiencia por parte de la institución al no dar un tratamiento de urgencia un paciente con fractura expuesta. 2. Se observó deficiencia por parte de la institución al no manejar adecuadamente el expediente clínico. 3. Se observó deficiencia por parte del personal al no valorar y tratar adecuadamente a un paciente con fractura expuesta potencialmente infectada, ocasionando lesiones y secuelas funcionales del miembro torácico afectado. 4. Se observó deficiencia por parte del personal al no manejar adecuadamente la información para con los familiares. 5. Lo anterior entraña incumplimiento a los artículos 51 de la Ley General de Salud, así como al 9, 71, 72 y 73 del Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Prestación de Servicios de Atención Médica. Bibliografía 1. Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Prestación de Servicios de Atención Médica. Ley General de Salud. Ed. Porrua, pag. 146. 2. NOM No. 168 para la Elaboración, Integración y Uso del Expediente Clínico. Ley General de Salud. Ed. Porrua, pag. 94. 3. Thomas A. Russell. Principios Generales del Tratamiento de las Fracturas; Campbell, Cirugía Ortopédica, Ed. Médica Panamericana; 8ª. Ed., 1ª reimpresión, 1996, pp 679-731. 4. Del Palma. Tratamiento de fracturas y luxaciones; Ed. Médica Panamericana; 5ª. Reimpresión de la 3ª. Edición, 1994; pp 111-116. 5. Molina Osirio C. Lesiones traumáticas de partes blandas y aparato locomotor. En Traumatología. Ed. Méndez Oteo; 1975, pp 41-82. Revista CONAMED, Año 5, Vol. 9, Núm. 20, julio - septiembre, 2001 19 Reflexiones sobre los aspectos éticos del acto médico REY ARTURO SALCEDO A.* , ANTONIO E. RIVERA C.**, MA. EUGENIA JIMÉNEZ C*** Resumen El presente ensayo revisa la bioética como elemento indispensable del comportamiento de los profesionales de la salud, así como también retoma los conceptos de ética, deontología, derecho y moral implicados en su ejercicio profesional. Para abordar este tema se parte de la premisa de que toda actividad médica está encaminada a la búsqueda de los derechos de los pacientes que descansan sobre los tres principios fundamentales de la bioética como son: la beneficencia, la autonomía y la justicia. Nuestro análisis, considera a la bioética como la adopción de la conducta ética del trabajador de la salud, que hace una práctica médica basada en el conocimiento científico y en los principios y valores morales. Describe también los conocimientos, las actitudes, las creencias y las prácticas como factores de encuadre en torno al acto médico y que se encuentran presentes tanto en el personal de salud como en los pacientes. También reflexiona en cómo la enfermedad se convierte en una fuente de ganancia secundaria para el paciente, cuando éste presenta una queja por mala práctica médica que no está justificada. Finalmente, pretendemos dejar la siguiente inquietud. ¿Qué debe hacer el médico cuando su paciente presenta una queja por mala práctica y ésta es totalmente injustificada? Introducción Cuando el médico decide optar por concluir una inconformidad aceptando que hubo mala práctica sin que esta exista, es decir cuando acepta una queja o culpa injustificada, no es tan sólo una decisión personal y aislada. Es también una decisión que afecta al gremio médico y a la sociedad al fomentar prácticas inconvenientes. El propósito del presente trabajo es reflexionar sobre las repercusiones éticas que están alrededor del acto médico. Antecedentes de la bioética La preocupación de los estudiosos de las ciencias sociales, filosóficas y humanísticas, por el estudio del comportamiento de los profesionales de la salud no es algo nuevo. En los papiros egipcios del siglo XVI a. c., se describe la metodología que el médico debería de seguir para “tratar o no tratar” a un paciente, así como las penalidades a las que se hacía acreedor en caso de que el paciente muriera por no haber seguido los pasos indicados. Probablemente éste sea uno de los documentos más antiguos en donde se mencionan los requerimientos éticos de la práctica médica. Dos mil años a. c. en Mesopotamia el rey Hammurabi, elaboró un código de leyes que gobernaba a los médicos y cirujanos. Uno de los aspectos más relevantes de este código es que estipulaba las cantidades que * * Lic. en Enfermería y Obstetricia, Maestro en Salud Pública, Jefe del Depto. de Metodología de Investigación, Dirección de Investigación, Dirección General de Asuntos Sectoriales, CONAMED. ** Médico Cirujano, Doctor en Ciencias Médicas, Director General de Asuntos Sectoriales, CONAMED. *** Médico Cirujano, Maestra en Ciencias en Epidemiología, Directora de Investigación, Dirección de Investigación, Dirección General de Asuntos Sectoriales, CONAMED. 20 Revista CONAMED, Año 5, Vol. 9, Núm. 20, julio - septiembre, 2001 debían cobrarse a los pacientes, dependiendo de su estado social. Probablemente el documento que delinea el quehacer médico y que hasta la fecha se refiere al escrito por Hipócrates (460377 a. c.), el juramento hipocrático, que hace énfasis en la moralidad de los aspectos médicos1 . Diversas civilizaciones antiguas desarrollaron códigos de comportamiento ético para quienes se dedicaron a la medicina, los más representativos son: el juramento de iniciación (Caraka Samhita) en la cultura hindú en el siglo I a. c.; el juramento de Asaph en la cultura judía durante los siglos III - IV d. c.; el Consejo de un Médico, del mundo árabe en el siglo X; los cinco mandamientos y diez exigencias del médico chino Chen ShihKung en el siglo XVII. En el siglo XIX las asociaciones de profesionales siguieron elaborando diversos códigos deontológicos con la finalidad de preservar la moralidad en la práctica de la medicina.2 Todos estos documentos tienen cuatro puntos coincidentes: a) mencionan la importancia de no hacer daño a los pacientes; b) consideran que la vida humana es sagrada; c) refieren la necesidad de que el médico alivie el dolor humano; y d) destacan la importancia de la buena relación entre el médico y el enfermo. Algunos de los lineamientos que conducirán la práctica médica durante la primera mitad del siglo XXI, son los que se gestaron durante la segunda mitad del siglo XX, algunos de los más relevantes son: a) la Declaración de Ginebra en 1948, en la 1a Asamblea de la Asociación Médica Mundial; b) en el año siguiente se efectuó la segunda asamblea mundial de esta misma asociación y se adoptó el Código Internacional de Ética Médica, c) y por último en 1971 Van Rensselaer Potter utiliza el término de “Bioética” para referirse a la aplicación de la ética el conocimiento biológico. Estas aportaciones en su conjunto, coadyuvaron a diseñar un marco de relaciones entre los profesionales de la salud y los enfermos, bajo lo que ahora conocemos como princi- pios de Beneficencia, Autonomía y de Justicia.1 Conceptos básicos Consideramos conveniente recordar algunos conceptos básicos3 que se utilizan en el presente ensayo, para posteriormente, tratar de incluirlos en una expresión gráfica en su conjunto. Ética: Parte de la filosofía que trata de la valoración moral de los actos humanos, tomando como referencia el bien y el mal, la ética se define como el “ Conjunto de principios y de normas morales que regulan la actividad humana.” Bioética: Estudio sistemático de la conducta humana en el ámbito de las ciencias de la vida y de la salud, analizadas a la luz de los principios y valores morales. Por lo que, tratando de ser más ambiciosos, delimitaríamos los alcances de la bioética a cuatro diferen- ...Todos estos documentos tienen cuatro puntos coincidentes: a) mencionan la importancia de no hacer daño a los pacientes; b) consideran que la vida humana es sagrada; c) refieren la necesidad de que el médico alivie el dolor humano; y d) destacan la importancia de la buena relación entre el médico y el enfermo. Revista CONAMED, Año 5, Vol. 9, Núm. 20, julio - septiembre, 2001 tes áreas: a) los problemas éticos de todas las profesiones sanitarias; b) las investigaciones sobre el comportamiento médico, independientemente de sus implicaciones terapéuticas; c) los problemas sociales vinculados con las políticas sanitarias, la medicina del trabajo, la sanidad internacional y las políticas de control demográfico; y d) los problemas de la vida animal y vegetal en relación con la vida del hombre4 . Según el filosofó Heidegger la Bioética se refiere a la aplicación de la ética a las ciencias de la vida. Deontología: es la aplicación de la ética al ejercicio de una profesión. Derecho: conjunto de leyes, preceptos y reglas a los que están sometidas las personas que viven en sociedad. Moral: serie de normas y reglas de comportamiento que rigen a las personas que viven en sociedad. Si partimos de la premisa de que toda actividad médica está encaminada a buscar el beneficio de los enfermos, a respetar la vida, a no tomar ventaja ni abusar de los enfermos y a guardar respeto a su intimidad.5 Entonces estaríamos hablando de los aspectos fundamentales de los derechos de los pacientes. Entre ellos destacan la calidad de la atención, la autodeterminación, la información, la confidencialidad, el trato digno y el derecho al respeto de su idiosincracia. Sobre estos derechos descansan los tres principios fundamentales de la bioética como son: el de beneficencia4, entendido como el hacer el bien al enfermo por medio de la ciencia médica; el de autonomía4, conceptualizado como la capacidad de decisión del paciente y como el respeto a la persona, a sus propias convicciones, opciones y elecciones; y el principio de justicia4, que se refiere a la igualdad en el otorgamiento de recursos, sin que se pueda justificar discriminación alguna basada en criterios económicos, sociales, raciales o religiosos,.4 estaríamos hablando de que la bioética es también la adopción de una conducta ética del trabajador de la salud, y por lo tanto de una 21 DEONTOLOGIA BIOETICA B E N E F I C E N C I A A U T O N O M I A J U S T I C I A Ayudar al enfermo Respeto a la idiosincrasia Equidad en lo recursos DERECHOS DEL PACIENTE • Calidad en la atención • Autodeterminación • • Confidencialidad • Respeto • Dignidad • (Figura 1) Estructura de la deontología médica práctica médica basada en principios y valores morales, bajo lo cual estaría cimentada la deontología (Figura 1). Factores que intervienen en la relación médico paciente Durante el acto médico se conjuntan dos personas con historias muy diferentes, tanto el paciente como el médico, quienes generalmente han tenido experiencias, conocimientos, culturas y valores no siempre iguales. Es de esperarse que este tipo de relaciones guarden un frágil equilibrio, más aún cuando el médico y el paciente han tenido pocas oportunidades de conocerse. La relación médico-paciente ha evolucionado de manera importante, prin- 22 cipalmente en la conceptualización del papel que juega el médico. En forma tradicional se etiquetó esta relación de manera vertical, autocrática y paternalista, donde el médico era el único responsable de encausar, guiar y tomar todas las decisiones referentes al diagnóstico, pronóstico y tratamiento del paciente. Por su parte el “buen paciente” era abnegado, pasivo, confiado y acrítico. Actualmente existe una tendencia a compartir ésta responsabilidad entre el médico y el paciente, basada en el conocimiento, el respeto y en la combinación de la pericia con la ética.6 ,7 El binomio integrado por el médico y el paciente, seguramente generaría satisfacción para ambos si al realizar cualquier acto médico, se resolvieran satisfactoriamente las expectativas que tenía el paciente sobre su salud, con base en el conocimiento científico y con el uso adecuado de la tecnología y que además siempre se haya regido por principios éticos y legales. La comprensión simultánea de estos aspectos por el médico y el paciente estaría indicando un resultado favorable del acto médico. Es decir, se estaría dando una buena práctica médica (Figura 2). En otras palabras, se estaría cerrando un círculo de calidad. Factores presentes en el entorno del acto médico Como mencionamos con anterioridad, para la realización de un acto médico se requiere de la coincidencia espaciotemporal del médico y el paciente. Obligadamente tenemos que considerar que el médico no sólo se presenta con su bagaje de conocimientos, su pericia y su experiencia en los procedimientos que emplea en la satisfacción de las expectativas y la práctica de calidad del acto médico con la ética que caracteriza su profesionalismo. En el caso del paciente, no solamente le acompaña su enfermedad, ni las características que todo personal de salud desearía encontrar en los pacientes, como son la cultura del autocuidado de la salud, la información veraz y oportuna, la adherencia a las indicaciones y la confianza que un médico espera de su paciente. Es una realidad que tanto al médico como al paciente, les acompañan una serie de características que los hacen a cada uno un ser único como son: a) el conocimiento científico y empírico; b) las creencias de pensamiento mágico-religioso; c) las actitudes de estrato social, sexual y político; y c) las prácticas laborales y recreativas. Que en su conjunto condicionan la forma de interrelacionarse afectando ya sea positiva o negativamente la realización del acto médico (Figura 3). Revista CONAMED, Año 5, Vol. 9, Núm. 20, julio - septiembre, 2001 (Figura 2) El acto médico CARATERISTICAS DESEABLES DEL ACTO MEDICO (Figura 3) Factores presentes en el entorno del acto médico Revista CONAMED, Año 5, Vol. 9, Núm. 20, julio - septiembre, 2001 23 El significado de la enfermedad La respuesta de un paciente ante una enfermedad, no depende de la situación en sí, sino de la interpretación que se hace de ella. Cada paciente, dependiendo de su historia, encontrará una explicación diferente a su enfermedad y por lo tanto le dará un significado distinto. Lipowsky referido por Llod8, describió las siguientes categorías de significados de la enfermedad: la enfermedad como desafío, como amenaza, como enemigo, como refugio, como castigo y por último la enfermedad como ganancia a la cual nos referiremos. Algunos pacientes la utilizan para conseguir una mayor atención y disponibilidad por parte de los demás, para obtener bajas laborales, para ejercer control sobre los miembros de su familia, entre otros. En ocasiones, la enfermedad se convierte en una fuente de ganancia secundaria para el paciente8 . La ética médica ante la inconformidad injustificada Toda actividad humana en donde dos personas tengan que establecer una estrecha relación, debe estar basada en la igualdad de derechos y obligaciones. Sin embargo, al analizar los derechos de los pacientes y las obligaciones del personal de salud, pareciera que la situación no está equilibrada, ya que los derechos de los pacientes están ampliamente descritos, pero no los del personal de salud9 . Nuestra reflexión final se dirige a plantear una serie de preguntas en torno al caso en el que un médico acepta que practicó indebidamente su actividad profesional, sin haberlo hecho. ¿ Qué debe hacer el médico, cuando un paciente presenta una queja por mala práctica y ésta es totalmente injustificada? ¿ Qué repercusiones tiene el hecho de que el médico optara por aceptar que existió mala práctica, aún cuando no haya habido? ¿ Qué repercusiones para el gremio médico tendrá que dicha inconformidad sea aceptada por el médico, sólo para terminar el conflicto? El médico, cuando decide acpetar que incurrió en mala práctica ante una queja injustificada, y lo hace pagando deteminada cantidad al paciente, con el único fin de no continuar un proceso legal, no puede considerar que está tomando solamente una decisión personal y aislada. Ya que esta decisión afecta a su persona, al gremio médico y a la sociedad en su conjunto. El médico que concilia de esta manera un conflicto ante una queja injustificada, está dañando su imagen, su prestigio y su economía. Asimismo perjudica al gremio médico, no sólo por estar favoreciendo las prácticas deshonestas, sino también por permitir que se ponga en tela de juicio la buena práctica médica. Bibliografía 1 Kuthy Porter J, Villalobos Pérez J, Tarasco Michell M, Yamamoto Cortes M. Introducción a la bioética. Méndez Editores. México 2000. Cap. 1. 2 Gafo J. Historia de una nueva disciplina la bioética: en Derecho biomédico y bioética. Biblioteca de derecho y ciencias de la vida. Madrid Editorial COMARES Cap. 4 3 Ferrater Mora J. Diccionario de filosofía. Tomos I-IV. Editorial Ariel. Barcelona, España. 1994. 4 Sgreccia E. Manual de bioética. Instituto de humanismo en ciencias de la salud. México, 1994. Editorial Diana. Cap. 1. 5 Castellano Arroyo M, La deontología medica teoría y práctica: en Derecho biomédico y bioética. Biblioteca de derecho y ciencias de la vida. Madrid Editorial COMARES Cap 2. 6 Kraus A, Cabral RA, La bioética. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, CONACULTA. México 1999. 7 Sass HM. La bioética: fundamentos filosóficos y aplicación. Bol Of Sanit Panam 1990;108:391-398. 8 Llor B, Abad MA, García M, Nieto J. Ciencias psicosociales aplicadas a la salud. Editorial Interamericana McGraw-Hill. Madríd 1995. Pag. 213. 9 Carrillo Fabela LMR. La responsabilidad profesional del médico. Editorial Porrúa. México 1998. 118-121. 24 Revista CONAMED, Año 5, Vol. 9, Núm. 20, julio - septiembre, 2001 Relación Médico-Paciente y la calidad de la atención médica DR. LUIS HERNÁNDEZ GAMBOA* Resumen Dentro de las relaciones humanas, la relación médico-paciente es una de las más complejas e intensas. Tenemos que entender que esta relación se basa en la ética y en la deontología. La bioética tiene tres pilares fundamentales que son: la beneficencia y no maleficencia, la justicia y la autonomía, todo esto deriva en la libertad, pero libertad con responsabilidad, es decir, con conciencia moral. Debemos insistir que esta relación está matizada y en ocasiones determinada por el contexto histórico, cultural, social y económico en el que el saber y la práctica médica se insertan por lo mismo y está supeditada a factores humanos. Tenemos que recuperar esa capacidad de entender a la enfermedad como una respuesta global del ser humano, no sólo de un órgano o función, lo cual no debe llevar a darle al paciente una dimensión orientada hacia su interioridad y vivencia de su padecer, contemplando los aspectos * psicológicos y sociales. Es decir, tenemos que recuperar la relación médico-paciente por encima de la relación paciente-médico-institución. La relación médico-paciente entonces está basada en un vínculo de coparticipación emocial, y que solo termina cuando el paciente se alivia o muere. La intensidad de esta emociones llevan a que el médico se proteja de dichas sansiones negando o evitando todo vínculo afectivo con sus pacientes, pero al hacerlo se pierde la posibilidad de experimentar una de las relaciones interpersonales más intensas. Resumiendo, es necesario reconocer la dignidad del enfermo, tratarlo en su totalidad, respetar su libertad de elección, fomentar su participación y desde luego ponerse en el lugar del otro. Palabras clave Relación médico-paciente, bioética, participación, valores. Subdirector de Coordinación de la Dirección General de Promoción y Difusión de la Conamed Revista CONAMED, Año 5, Vol. 9, Núm. 20, julio - septiembre, 2001 25 D entro de las relaciones humanas, la relación médico-paciente es una de las más complejas e intensas, ya que tanto paciente como médico dependen mutuamente del saber del otro, de su deseo de sanar y de su compromiso en el proceso terapéutico. Es una interacción entre personas que tiene su origen en el quehacer clínico y constituye el núcleo fundamental de la medicina. Este vínculo ha sido conceptualizado desde el punto de vista legal como un contrato, generalmente no escrito, sustentado entre personas autónomas, que son libres de iniciar o romper esta relación en la medida en que el paciente no sea abandonado. Sin embargo, hay que entender que esta relación, más que legal se basa en la ética y en la deontología, y que uno de los nexos más antiguos que han existido es entre la filosofía y la medicina(1). La definición de Ética de la Universidad Georgetown de Washington, una de las más aceptadas en el mundo, dice: “Es el estudio minucioso del acto humano en las ciencias de la vida y de la salud, a la luz de los principios y los valores morales”. Mientras que la deontología es la ciencia o tratado de todos los deberes, el deber ser. En este sentido, la deontología médica es el conjunto de principios y reglas 26 éticas que deben inspirar y guiar la conducta profesional del médico. La bioética tiene tres pilares fundamentales:la beneficencia y no maleficencia, la justicia y la autonomía, todo esto deriva en la libertad, pero libertad con responsabilidad, es decir, con conciencia moral. Desde luego la bioética, es una materia fronteriza en donde las cuestiones relativas a la vida y a la ética, se unen dentro de un ámbito de interacción fundamental. En la tradición occidental es muy significativa la relación que existe entre la filosofía en general con la filosofía médica, cuyo origen se encuentra en la medicina hipocrática. Esta filosofía nace en Grecia como episteme, “ciencia”. Su preocupación fundamental era lograr objetividad, racionalidad; el paso del mito al logos, es decir, de la respuesta mítico-religiosa a la de carácter científico. Esto fue decisivo para el nacimiento de la medicina hipocrática, que posteriormente daría el paso de la medicina improvisada a la medicina configurada con el espíritu científico de objetividad, racionalidad, experiencia e inmanencia. La filosofía pitagórica tiene un carácter sui generis, ya que es una mezcla de ciencia y mística; hacer ciencia tenía un carácter místico, concepción que fue decisiva para generar la idea del secreto médico(4). A diferencia de otras disciplinas, la práctica médica se caracteriza por una estrecha relación entre el profesional que la ejerce y la persona que solicita el servicio. No obstante, debemos insistir que tal correspondencia está matizada y en ocasiones determinada por el contexto histórico, cultural, social y económico en el que el saber y la práctica médica se insertan por lo mismo y está supeditada a factores humanos. En el trabajo científico y cotidiano que realiza el médico, surgen múltiples problemas de carácter bioético. En realidad la práctica científica, pero sobre todo la práctica médica, reclama constantemente la necesidad de dar respuesta a problemas de esta naturaleza(3). El juramento hipocrático implica un sentido de compromiso que el médico establece consigo mismo y con su propia comunidad, y una obligación infranqueable, indeclinable que permite el ejercicio de la medicina. La Dra. Juliana González Valenzuela durante el III Simposio Internacional de la CONAMED sostuvo: “Debemos partir de un doble reconocimiento: que la ciencia como tal se rige por valores de verdad o de error, no de bien o mal. La ciencia es verdadera o falsa; no es ni buena ni mala. No persigue valores éticos sino epistemológicos, científicos, en sentido estricto. Su finalidad es el conocimiento adecuado y correcto.” Esto desde luego nos lleva a reconocer que la ciencia, aunque autónoma, depende de un contexto social, histórico y humano(6). Los pitagóricos definían la salud como la armonía del cuerpo en equilibrio con los elementos; combinación milagrosa que da lugar a la vida. La idea de la vida ética, clave del pensamiento socrático, consolida la concepción del cuer- Revista CONAMED, Año 5, Vol. 9, Núm. 20, julio - septiembre, 2001 MODELO to al médico, aunado a esto persiste el hecho de que la enfermedad es una situación límite entre nuestra propia condición y ante la muerte, hecho que nos confronta en el sentido de que el hombre sobrepasa su naturaleza biológica, al ser un individuo con carácter moral, cultural e histórico, es decir trascendemos el aspecto biológico, pero la enfermedad nos recuerda este aspecto. La misma palabra enfermo, significa infirme, carente de firmeza, es decir, es una condición que nos transforma estrictamente en materia viva. Todo esto nos lleva al hecho de que hoy estamos viviendo una crisis de valores éticos y, desde luego, una crisis del humanismo. En general, nuestro siglo ha visto revoluciones de toda índole: científicas, tecnológicas, políticas, sociales, etc. Pero sobre todo, es un siglo de crisis, de valores, ideas, creencias, concepciones del mundo y de la vida, y también crisis de las estructuras de realidades políticas, sociales y morales(2,12). Esta crisis ha originado que vivamos el mundo médico en situaciones y sistemas que favorecen las relaciones de domi- ACTIVIDAD DEL MEDICO DECISIÓN REALIZADA POR: VALORES DE LOS PACIENTES PARTICIPATIVO Discute y desarrolla valores con el paciente, recomienda tratamiento respetando los valores y coadyuva al paciente en la selección adecuada de éste. Paciente Desarrolla e identifica a través de una discusión en colaboración con su médico las mejores alternativas para él. INFORMATIVO Se brinda información y opciones, pero la decisión es del paciente. Paciente Se da información, opciones y consecuencias, se le ayuda a identificar los valores y se recomienda el tratamiento en relación con éstos. Paciente Se selecciona una intervención que el médico determina como la mejor para el paciente y su bienestar. Médico Se selecciona un tratamiento que permita cumplir el objetivo del médico. Médico INTERPRETATIVO PATERNALISTA INSTRUMENTAL Determinada por el paciente. Presencia de valores de los pacientes → po humano, dando un carácter biológico por encima del de santidad; esto dio la concepción de una medicina integral al cuidado del cuerpo y el alma, que es también como se concibe la ética. La primera gran razón por la que no hay posibilidad de medicina sin ética, es la liga indestructible que existe entre el saber y el poder. Este último entendido como un principio de vida o de muerte, es decir, el poder médico puede ser de creación o destrucción. Esta ambivalencia vida-muerte, sólo la ética lo resuelve, y recordemos que Asclepios, Dios griego de la medicina es hijo de Apolo, o sea de la luz, razón y vida, pero él provenía de la tierra, del inframundo; es decir es una deidad de muerte. Como él, la medicina se mueve en estos ámbitos. La segunda razón es el problema de las relaciones humanas, que a lo largo de la historia han sido de dominio, amo – esclavo, sujeto – sujeto. En medicina esto se acentúa, porque la relación es asimétrica por definición: existe una natural desventaja y dependencia del paciente respec- Posible desconocimiento del paciente, requiere clarificación e identificación Determinado por el médico, el paciente sólo tiene que cumplirlo. Revista CONAMED, Año 5, Vol. 9, Núm. 20, julio - septiembre, 2001 Ausencia de valores No hay intervención en la decisión. 27 nio: la despersonalización, falta de comunicación, la manipulación y el trato deshumanizado, a lo que se une la burocratización de la medicina, la tecnificación. Subsistimos en una cultura basada en el economía, en la cual la compra venta es lo fundamental; las relaciones humanas son de intercambio, lo que ha llevado a priorizar los valores económicos. Que estos fenómenos inciden seriamente en la ética y el humanismo de la profesión médica, queda fuera de toda duda. Las viejas y venerables fórmulas de comportamiento profesional derivadas de la ética hipocrática evolucionada y que se resumía en “curar a veces, mejorar frecuentemente, pero consolar siempre” o bien “primero no dañar” se encuentra basada en la confianza y en el momento actual están siendo seriamente confrontadas. Sin embargo, la relación médicopaciente es algo demasiado delicado como para dejarla a la deriva en estas tormentas económicas, los médicos deberíamos reflexionar seriamente y actuar sobre estos problemas y no dejarnos llevar por la corriente de moda. Históricamente muchos modelos han sido descritos para describir esa relación, a través de ellos se intenta identificar el papel de cada uno de los integrantes, con descripciones de la actividad médica como proveedor y cómo los valores del paciente se incorporan en la toma de decisiones tera- 28 péuticas(5). El tema es muy extenso, por lo que nos limitaremos a hablar de los cinco modelos generales que son: Otro factor agregado, que no podemos eliminar, es la interacción de un tercer componente en esta relación que es el sistema de salud al que acude el paciente. Este factor interactúa al brindar mayores recursos diagnósticos o no al médico, lo que influye en la confianza y calidad de la atención brindada; si bien, esto no debiese ser un componente fundamental en este vínculo, el modelo de mercado, en donde el intercambio de compra-venta permanece incluido, la visión del paciente se ha modificado al solicitar estudios de laboratorio y gabinete que le brinden una tranquilidad falsa por costo elevado, lo cual ha propiciado una mala práctica que tiene como finalidad evitar la demanda, esquema que se conoce como medicina defensiva, es decir, es una demasía de servicios, en ocasiones es sobreutilización de recursos diagnósticos, pero no sólo por los médicos, sino también algunas instituciones. Es la sobremedicalización con el objeto de evitar demandas por parte de los pacientes; esto desde luego no significa calidad, ni un mejor vínculo en la relación médico-paciente, es sólo una protección de orden jurídico. El reto desde el ángulo médico es retornar al estudio integral, objetivo, analítico y crítico que permita identificar a la persona como ser humano integro, recordemos que la definición de salud de la OMS habla que ésta es el bienestar bio-psico-social y no sólo la ausencia de enfermedad. Conocer la magnitud del padecimiento de nuestro paciente, no sólo su enfermedad, es decir conocer al sujeto no al objeto, en donde los principios básicos de la bioética se reflejan: beneficencia y no maleficencia, autonomía y justicia. El reto económico se encuentra en la disminución de costos, la medicina defensiva aumenta un costo que por sí mismo resulta elevado, jugando un papel fundamental el hecho de que la relación médico-paciente está basada en la confianza, por lo que el conocer al paciente me permite solicitar lo que necesito para llegar al diagnóstico y no más que eso. Por último, el reto ético: el Dr. Fernando Martínez Cortés, al hablar del utilitarismo y el ejercicio ético de la medicina, ha señalado el siguiente precepto de aceptabilidad y aquiescencia que relaciona al médico con el paciente desde los ángulos de su libertad, responsabilidad y dignidad; que consiste en la aceptación y participación del paciente en las propuestas del médico. Recordemos las palabras del Dr. Francis Peabody en Harvard hace siete décadas: “El tratamiento de una enfermedad debe ser totalmente impersonal, y el cuidado del paciente totalmente personal”(7). Revista CONAMED, Año 5, Vol. 9, Núm. 20, julio - septiembre, 2001 El médico no debe descalificarse en la difícil tarea de intervenir en el diseño del camino que tomará la atención médica. Sin médicos, no hay medicina. Médicos insatisfechos de su profesión realizan medicina deficiente, los cambios me temo, sólo los médicos los podemos lograr, aunque para ello tenemos que cambiar muchas prácticas vigentes(8). Al mismo tiempo, tenemos que recuperar esa capacidad de entender a la enfermedad como una respuesta global del ser humano, no sólo de un órgano o función, lo cual nos debe llevar a darle al paciente una dimensión orientada hacia su interioridad y viviencia de su padecer, contemplando los aspectos psicológicos y sociales. Es decir, tenemos que recuperar la relación médico-paciente por encima de la relación paciente-médico-institución(5). Debemos volver a esa entrevista clínica realizada a un amigo, en donde la confidencia y el entendimiento del otro, permiten una mejor identificación del problema, y por lo tanto el tratamiento tendrá mejores resultados, no tengamos una relación de tipo formulario-paciente(10). La historia clínica debe ser un relato de una relación basada en la confianza, no un formato llenado a toda prisa e ilegible, ya que sólo cuando el paciente está convencido de que el médico lo ha escuchado y comprendido, creerá en él, en su capacidad para reintegrarle su salud, y con esto se solventará el problema de la adherencia terapéutica, todos sabemos que entre el 25 y 50% de los pacientes no cumplen con su tratamiento, sin embargo, varios estudios han demostrado que el fondo de esto es un problema de comunicación, en el cual el paciente no escuchó lo que el médi- co le dijo, si es que lo hizo, porque quizá sólo le extendió su receta y con voz firme le dijo: “tómese eso”, desde luego aquí también está como trasfondo la falta de confianza del paciente hacia el médico(11). El médico tiene que utilizar su propia persona para desempeñar el papel de autoridad que le corresponde en esta relación y sin menospreciar al paciente lograr que confíe en él y coopere en el proceso de recuperación de su salud. La relación médico-paciente entonces está basada en un vínculo de coparticipación emocional, y que solo termina cuando el paciente se alivia o muere. Ante la intensidad de estas emociones, es entendible, pero no justificable que el médico se proteja de dichas sensaciones negando o evitando todo vínculo afectivo con sus pacientes, pero al hacerlo se pierde la posibilidad de experimentar una de las relaciones interpersonales más intensas. Resumiendo, es necesario reconocer la dignidad del enfermo, tratarlo en su totalidad, respetar su libertad de elección, fomentar su participación y desde luego ponerse en el lugar del otro. Quisiera terminar citando al poeta y escritor Alvaro Mutis, que durante una reunión acerca de la relación médicopaciente dijo: “Así entiendo yo la relación médico-paciente. La veo desde el lado del paciente. Mientras que el médico no sea mi amigo, no esté a mi lado y no juegue conmigo el árduo y bastante dudoso juego de la vida, no hay relación posible, y estoy casi seguro de que no me podrá curar. En cambio, si se crea esa complicidad, yo comienzo a curarme y creo que todos los pacientes comenzamos a curarnos”(2). BIBLIOGRAFÍA: 1. Casamadrid J.; La relación médico-paciente. II Simposio Internacional CONAMED. pp 201-206. Nov. 24-26, 1997. 2. Cortés Gallo G.; Análisis de las variables de la relación médico-paciente. II Simposio Internacional CONAMED. pp 207-211. Nov. 24-26, 1997. 3. Villanueva C. M.; La relación médico-paciente en el contexto de la garantía de calidad. II Simposio Internacional CONAMED. pp 211-221. Nov. 24-26, 1997. 4. Lifshitz G. A.; Desarrollo tecnológico ¿limitante o coadyuvante de la relación médico-paciente?. II Simposio Internacional CONAMED. pp 223-228. Nov. 24-26, 1997. 5. Stone T., Mantese A.; Conflicting values and the patient-provider relationship in managed care. Implications of cost and quality in managed care. J Health Care Finance. Vol. 26 (1), Fall 1999, 48-62 6. González V. J.; Los valores bioéticos y la relación médico-paciente. Memorias del III Simposio Internacional CONAMED. 7. Naime L. J.; Las quejas médicas y su implicación en la relación médico.paciente. Memorias del III Simposio Internacional CONAMED. 8. López M. F.; ¿Qué es la bioética y cuál es su distinción con la deontología?. Memorias del III Simposio Internacional CONAMED. 9. Rivero S. O.; Los riesgos de la medicina defensiva en una sociedad en proceso de cambio. Memorias del IV Simposio Internacional CONAMED. 10. Fajardo O. G.; Medicina defensiva y globalización: los retos de la medicina mexicana. Memorias del IV Simposio Internacional CONAMED. 11. Rodríguez O. G.; Relación médico-paciente. Interacción y comunicación. OMS UNAM. Enero 2000. 12. Freitas D. J.; Bioética y derecho médico. El principio de beneficencia en la responsabilidad civil del médico. I Congreso de la Asociación Venezolana de Derecho Médico. Agosto 2001. Revista CONAMED, Año 5, Vol. 9, Núm. 20, julio - septiembre, 2001 29 Carta de los Derechos Generales de los Pacientes Presentación El mensaje central del Plan Nacional de Desarrollo 2001-2006 destaca el esfuerzo que se hará para progresar en la salud de los mexicanos, lo que supone entre muchos otros, la aplicación de las normas y los procedimientos en las instituciones con un sentido centrado en la tradición social. De igual forma, se considera que para hacer realidad estos proyectos, México debe contar con un sistema que responda con calidad y respeto a las necesidades y expectativas de los mexicanos, que amplíe sus posibilidades de elección, que cuente con instancias eficaces para la presentación de quejas y con mecanismos de participación en la toma de decisiones. Para coadyuvar al cabal cumplimiento de estos compromisos, surge la Cruzada Nacional por la Calidad de los Servicios de Salud, la cual propone mejorar la calidad de los servicios de salud abatiendo las desigualdades entre entidades, instituciones y niveles de atención, lo que implica entre otros aspectos, garantizar un trato digno a los usuarios, proporcionarles información completa y una atención oportuna. Por ello, el programa Nacional de Salud destaca la importancia del respeto a los derechos de los pacientes, fomentando una cultura de servicio orientada a satisfacer sus demandas, lo que entraña respetar su dignidad y autonomía, garantizar la confidencialidad de la información generada en la relación médico-paciente y brindar una atención que minimice los múltiples puntos de espera. Aspectos de mayor relevancia en los que la CONAMED en sus 5 años de labores ha contribuido intensamente, favoreciendo la aplicación de medios alternativos para la solución de conflictos, y no sólo ha puesto a disposición de médicos y pacientes la posibilidad de resolver sus diferencias a través de la conciliación y el arbitraje, sino que además, estadísticamente lleva a cabo acciones de gestión, que resuelven problemas inmediatos del paciente. De igual manera emite recomendaciones para contribuir a elevar la calidad de los servicios médicos y mejorar la relación médico-paciente. Sin embargo, es necesario avanzar en la consolidación de una cultura que fomente la participación social y la corresponsabilidad en el cuidado de la salud, por lo cual es necesario destacar las prerrogativas que las propias disposiciones sanitarias de nuestro país regulan en beneficio de los pacientes, las cuales habían de definirse en forma precisa y difundirse entre los propios usuarios de los servicios de salud. Es por ello que se encomendó a la Comisión Nacional de Arbitraje Médico esta tarea, encaminada a coordinar los esfuerzos institucionales para definir un proyecto que fuera puesto a consideración de las organizaciones sociales. En él se plantearon los derechos de los pacientes frente al médico que le brinda atención, que concluyó con el diseño de la presente Carta de los Derechos Generales de los Pacientes. Dentro de las acciones efectuadas para la realización de este proyecto fue la revisión y análisis exhaustivo de los antecedentes internacionales y la bibliografía mundial publicada, que permitió la redacción de un anteproyecto, y la conformación de un grupo encargado de conducir su elaboración. En dicho grupo participaron, la Comisión Nacional de Arbitraje Médico, la Subsecretaría de Innovación y Calidad, la Comisión Nacional de Bioética, la Comisión Nacional de Derechos Humanos, la Federación Nacional de Colegios de la Profesión Médica, la Dirección de Prestaciones Médicas del IMSS, la Subdirección General Médica del ISSSTE, la Comisión Interinstitucional de Enfermería y la Dirección General de Asuntos Jurídicos de la SSA. El grupo conductor inició sus trabajos a fines del mes de mayo del presente año, al término de la sesión se acordó analizar los criterios que se proponían y convocar a una segunda reunión para su revisión durante los primeros días de julio. Durante ésta, se elaboró un documento en forma de decálogo, mismo que se acordó enviar para su validación y consenso a las Instituciones del Sector Salud, Colegios, Asociaciones, Sociedades, Consejos y otras agrupaciones de la salud, así como a las Comisiones de Derechos Humanos. Posteriormente, en una segunda fase, se incluyó a las Universidades y representantes de la sociedad civil, a través de Organizaciones no Gubernamentales. Se consultaron un total de 1,117 instituciones representantes de la salud y la sociedad mexicana, con la finalidad de 30 Revista CONAMED, Año 5, Vol. 9, Núm. 20, julio - septiembre, 2001 conocer y recibir aportaciones que enriquecieran el documento. Finalmente, después de haber analizado los comentarios y propuestas, se presentaron las conclusiones en una tercera reunión celebrada en el mes de noviembre, de la cual resultó el documento definitivo que ahora se presenta para su difusión. El decálogo incluye además, en cada uno de sus artículos, el fundamento legal contemplado en los diferentes ordenamientos jurídicos relacionados con la materia. RECIBIR ATENCIÓN MÉDICA ADECUADA El paciente tiene derecho a que la atención médica se le otorgue por personal preparado de acuerdo a las necesidades de su estado de salud y a las circunstancias en que se brinda la atención; así como a ser informado cuando requiera referencia a otro médico. Ley General de Salud Artículos 51 y 89. Reglamento de la Ley General de Salud en materia de prestación de servicios de atención médica. Artículos 21 y 48. RECIBIR TRATO DIGNO Y RESPETUOSO El paciente tiene derecho a que el médico, la enfermera y el personal que le brinden atención médica, se identifiquen y le otorguen un trato digno, con respeto a sus convicciones personales y morales, principalmente las relacionadas con sus condiciones socioculturales, de género, de pudor y a su intimidad, cualquiera que sea el padecimiento que presente, y se haga extensivo a los familiares o acompañantes. Ley General de Salud Artículos 51 y 83. Reglamento de la Ley General de Salud en materia de prestación de servicios de atención médica. Artículos 25 y 48. RECIBIR INFORMACIÓN SUFICIENTE, CLARA, OPORTUNA Y VERAZ El paciente, o en su caso el responsable, tienen derecho a que el médico tratante les brinde información completa sobre el diagnóstico, pronóstico y tratamiento; se exprese siempre en forma clara y comprensible; se brinde con oportunidad con el fin de favorecer el conocimiento pleno del estado de salud del paciente y sea siempre veraz, ajustada a la realidad. Reglamento de la Ley General de Salud en materia de prestación de servicios de atención médica. Artículos 29 y 30. NOM-168SSA1-1998, del Expediente Clínico. Numeral 5.5. DECIDIR LIBREMENTE SOBRE SU ATENCIÓN El paciente, o en su caso el responsable, tienen derecho a decidir con libertad, de manera personal y sin ninguna forma de presión, aceptar o rechazar cada procedimiento diagnóstico o terapéutico ofrecido, así como el uso de medidas extraordinarias de supervivencia en pacientes terminales. Reglamento de la Ley General de Salud en materia de prestación de servicios de atención médica. Artículo 80. NOM-168SSA1-1998, del Expediente Clínico. Numerales 4.2 y 10.1.1 Anteproyecto del Código — Guía Bioética de Conducta Profesional de la SSA, Artículo 4, fracción 4.3 “Declaración de Lisboa de la Asociación Médica Mundial sobre los Derechos del Paciente” del 9 de enero de 1995, apartado C del punto número 10. OTORGAR O NO SU CONSENTIMIENTO VÁLIDAMENTE INFORMADO El paciente, o en su caso el responsable, en los supuestos que así lo señale la normativa, tiene derecho a expresar su consentimiento, siempre por escrito, cuando acepte sujetarse con fines de diagnóstico o terapéuticos, a procedimientos que impliquen un riesgo, para lo cual deberá ser informado en forma amplia y completa en qué consisten, de los beneficios que se esperan, así como de las complicaciones o eventos negativos que pudieran presentarse a consecuencia del acto médico. Lo anterior incluye las situaciones en las cuales el paciente decida participar en estudios de investigación o en el caso de donación de órganos. Ley General de Salud. Artículos 100 Fracc. IV 320 y 321. Reglamento de la Ley General de Salud en materia de prestación de servicios médicos. Artículos 80 y 81. NOM-168-SSA1-1998, del Expediente Clínico. Numerales 4.2 y 10.1.1 Revista CONAMED, Año 5, Vol. 9, Núm. 20, julio - septiembre, 2001 31 SER TRATADO CON CONFIDENCIALIDAD El paciente tiene derecho a que toda la información que exprese a su médico, se maneje con estricta confidencialidad y no se divulgue más que con la autorización expresa de su parte, incluso la que derive de un estudio de investigación al cual se haya sujetado de manera voluntaria; lo cual no limita la obligación del médico de informar a la autoridad en los casos previstos por la ley. NOM-168SSA1-1998, del Expediente Clínico. Numeral 5.6 Ley Reglamentaria del Artículo 5º Constitucional relativo al ejercicio de las profesiones en el Distrito Federal. Artículo 36. Ley General de Salud. Artículos 136, 137 y 138. Reglamento de la Ley General de Salud en materia de prestación de servicios de atención médica. Artículos 19 y 35. CONTAR CON FACILIDADES PARA OBTENER UNA SEGUNDA OPINIÓN El paciente tiene derecho a recibir por escrito la información necesaria para obtener una segunda opinión sobre el diagnóstico, pronóstico o tratamiento relacionados con su estado de salud. Reglamento de la Ley General de Salud en materia de prestación de servicios de atención médica. Artículos 29 y 30. NOM168-SSA-1-1998, del Expediente Clínico. Numerales 4.9. y 5.5 RECIBIR ATENCIÓN MÉDICA EN CASO DE URGENCIA Cuando está en peligro la vida, un órgano o una función, el paciente tiene derecho a recibir atención de urgencia por un médico, en cualquier establecimiento de salud, sea público o privado, con el propósito de estabilizar sus condiciones. Ley General de Salud. Artículo 55. Reglamento de la Ley General de Salud en materia de prestación de servicios de atención médica. Artículos 71 y 73. CONTAR CON UN EXPEDIENTE CLÍNICO El paciente tiene derecho a que el conjunto de los datos relacionados con la atención médica que reciba sean asentados en forma veraz, clara, precisa, legible y completa en un expediente que deberá cumplir con la normativa aplicable y cuando lo solicite, obtener por escrito un resumen clínico veraz de acuerdo al fin requerido. Reglamento de la Ley General de Salud en materia de prestación de servicios de atención médica. Artículo 32. NOM-168-SSA1-1998, del Expediente Clínico. SER ATENDIDO CUANDO SE INCONFORME POR LA ATENCIÓN MÉDICA RECIBIDA El paciente tiene derecho a ser escuchado y recibir respuesta por la instancia correspondiente cuando se inconforme por la atención médica recibida de servidores públicos o privados. Así mismo tiene derecho a disponer de vías alternas a las judiciales para tratar de resolver un conflicto con el personal de salud. Ley General de Salud. Artículo 54. Reglamento de la Ley General de Salud en materia de prestación de servicios de atención médica. Artículos 19, 51 y 52. Decreto de Creación de la Comisión Nacional de Arbitraje Médico. Artículos 2, 3, 4 y 13 32 Revista CONAMED, Año 5, Vol. 9, Núm. 20, julio - septiembre, 2001