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Servicio Canario de la Salud DIRECCIÓN GENERAL SALUD PÚBLICA PROTOCOLO DE GRIPE1 INTRODUCCIÓN: Enfermedad aguda respiratoria febril de etiología viral, cuya importancia deriva de su elevada capacidad de propagación y la gravedad de sus complicaciones. Las epidemias de gripe han sido asociadas a una sobremortalidad general en las poblaciones. Tres tipos de virus de la influenza han sido reconocidos: A, B y C. El tipo A incluye varios subtipos según el carácter de los antígenos de hemaglutinina (H) y neuraminidasa (N) y ha sido relacionado con epidemias de grandes proporciones y pandemias. A intervalos irregulares aparecen subtipos totalmente nuevos (cambios antigénicos) que causan pandemias, siendo por ello prioritaria su vigilancia para detectar cambios que permitan la adopción de medidas de control centradas en la rápida producción y administración de vacuna. Las epidemias interpandémicas se deben, al menos en parte, a cambios antigénicos menores (desviaciones antigénicas). El tipo B se ha relacionado con epidemias localizadas y el C con casos esporádicos o brotes menores. El hombre es el habitual reservorio de las infecciones humanas, aunque se sospecha que existen reservorios animales como fuentes de nuevos subtipos del hombre. El modo de transmisión más frecuente es la vía aérea entre personas aglomeradas en espacios cerrados; también puede transmitirse por contacto directo mediante gotitas de Flügge, ya que el virus gripal puede persistir durante horas, especialmente en ambientes fríos y con baja humedad. El período de incubación es corto, habitualmente entre 1-5 días y la infección confiere inmunidad contra el virus infectante específico. Las vacunas producen respuestas serológicas específicas para los virus utilizados y desencadenan respuestas de refuerzo contra cepas afines que anteriormente han infectado a la persona. En España, al igual que en el resto del mundo, desde 1977, cocirculan tanto virus de gripe A(H3N2) como A(H1N1) y virus gripal B, por lo que todos ellos entran a formar parte en las recomendaciones de los últimos años, que, con periodicidad anual, se dan sobre la composición de la vacuna antigripal. DEFINICIÓN CLÍNICA DE CASO: 1 Enfermedad caracterizada por comienzo brusco con fiebre elevada (>38º) cefalea, malestar general, artromialgias, odinofagia, coriza y tos. Centro Nacional de Epidemiología. Protocolos de las enfermedades de declaración obligatoria. Madrid: Ministerio de Sanidad y Consumo, 1996. CRITERIO DIAGNÓSTICO DE LABORATORIO: -Aislamiento de virus de influenza de secreciones nasofaríngeas. -Detección de antígeno. -Seroconversión en muestras recogidas en fase aguda y convaleciente. CLASIFICACIÓN DE CASOS: Caso Sospechoso/Probable: epidémica. Caso Confirmado: laboratorio. Enfermedad clínicamente compatible, sobre todo en situación Compatible con la definición clínica de caso y confirmado por MODO DE VIGILANCIA: En nuestro país se ha mantenido como de notificación obligatoria de forma numérica, exclusivamente, pero cada vez es más imprescindible la extensión de redes de médicos centinelas unidas a laboratorios de referencia que sean capaces de detectar y comunicar rápidamente datos de incidencia y aislamientos al nivel nacional e internacional, ya que se trata de una enfermedad sometida a vigilancia internacional. La combinación de indicadores de mortalidad y morbilidad, como de otros indicadores (absentismo escolar y/o laboral) se han revelado como útiles en la vigilancia, siempre que pueda disponerse de esos datos de forma oportuna. En el caso de que se crearan redes de médicos centinelas para la vigilancia de esta enfermedad, éstos podrían ser de utilidad para la recogida de muestras de secreciones respiratorias, válidas para aislar y caracterizar los virus circulantes en laboratorios de referencia. Se aportarán datos epidemiológicos básicos (ver anexo) referentes a los pacientes de los que se recoge la muestra. La incidencia de gripe en determinadas poblaciones puede investigarse mediante la realización de encuestas seroepidemiológicas. MÉTODOS DE CONTROL: MEDIDAS PREVENTIVAS: La inmunización activa proporciona protección eficaz contra la infección o aminora su gravedad cuando contiene suficiente cantidad de antígenos similares a las cepas prevalentes del virus. Una sola dosis puede bastar para personas que han tenido exposición previa a los antígenos, necesitándose dos dosis en personas sin exposición previa a una o más de las cepas vacunales. Las recomendaciones anuales sobre los componentes de la vacuna se basan en las cepas de virus que están circulando. Aunque cualquier adulto puede beneficiarse de la vacunación, habitualmente los programas sistemáticos de inmunización se reservan a personas consideradas de mayor riesgo de complicaciones o muerte (mayores de 65 años, enfermos crónicos cardíacos, pulmonares, renales o metabólicos). Si es de prever una epidemia extensa se podría considerar inmunización para personas que prestan servicios esenciales a la comunidad. La administración de clorhidrato de amantadina o rimantadina es eficaz en la quimioprofilaxis de influenza A, pero no en la B, debiendo de considerar su uso en personas de 9 o más años de edad, expuestas a un riesgo elevado de complicaciones y no vacunadas. Los grupos de población en los que se recomienda la vacunación antigripal son: 1. Grupos con alto riesgo de padecer complicaciones gripales -Personas de 65 o más años de edad. -Ingresados en residencias de ancianos o en otros centros que prestan asistencia a enfermos crónicos de cualquier edad. -Niños/as y adultos con enfermedades crónicas cardiovasculares o pulmonares, incluyendo niños con asma. -Niños/as y adultos que hayan precisado seguimiento médico periódico u hospitalización en el año precedente, por enfermedades metabólicas crónicas (incluyendo diabetes mellitus), insuficiencia renal, hemoglobinopatías o inmunosupresión (incluyendo la originada por fármacos). -Niños/as y adolescentes (de 6 meses a 18 años), que estén en tratamiento prolongado con aspirina, por la posibilidad de desarrollar un síndrome de Reye tras la gripe. 2. Grupos que pueden transmitir la gripe a personas con alto riesgo de complicaciones gripales: -Médicos/as, enfermeros/as y otro personal intra y extrahospitalario, que atiendan a personas de alto riesgo (ancianos, trasplantados, personas con sida,...). -Personal empleado en asilos o en centros de cuidados de crónicos que tienen contacto directo con los residentes. -Personas que proporcionen cuidados domiciliarios a pacientes de alto riesgo. -Convivientes en el hogar, incluidos niños/as, de personas de alto riesgo. 3. Otros grupos en los que se recomienda la vacunación: -Trabajadores que prestan servicios comunitarios esenciales (policías, bomberos,...). -Estudiantes y otras personas en centros institucionales que comparten dormitorios comunes. -Personas infectadas por el virus de la inmunodeficiencia humana. -Personas de alto riesgo, antes de un viaje al extranjero: en cualquier época del año a los que viajen al trópico y a los que viajen de abril a septiembre al hemisferio sur. 4. La vacuna antigripal puede administrarse, además, a todas aquellas personas que deseen disminuir el riesgo de contraer la gripe. CONTROL DEL PACIENTE, DE CONTACTOS Y DEL MEDIO: En general, no es práctica ninguna medida de aislamiento por la demora en el diagnóstico. Para protección de contactos expuestos a un riesgo elevado de complicaciones la administración de amantadina, en personas de 9 o más años de edad, es de utilidad contra cepas de virus del tipo A. BIBLIOGRAFÍA: GRIPE: * Benenson AS (ed.). Control of communicable diseases in man. 15ª Edición. American Public Health Association. 1990. * CDC. Case definitions for Public Health Surveillance. MMWR 1990;39 (No.RR-13). * Cox NJ, Brammer TL, Regnery HL. Influenza: Global surveillance for epidemic and pandemic variants. Eur J Epidemiol 1994; 10(4): 467-70. * Monto AS, Ohmit SE, Margulies JR, Talsma A. Medical practice-based influenza surveillance: viral prevalence and assessment of morbidity. 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