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ESCUELA DE LA FAMILIA AGRÍCOLA “DR. ERNESTO NAZAR” DIPREGEP 4561 ACEVEDO - PARTIDO DE PERGAMINO 1º AÑO DEL CICLO BASICO ALUMNOS: ALMEIDA, Karen AREL, Bruno DONADIO, Lorenzo FRANCO, Alan FRINGES, Lorenzo MEDINA, Enzo PALACIO, Bautista PORTALES, José RIOS, Antonio TORRES, Leonardo VELAZQUEZ, Robertino DOCENTES: GARCIA, Pablo ROMERO, Ramona EL HOMBRE Y EL ARBOL “BASE DE LA SUSTENTABILIDAD” CONTENIDOS Presentación general Pagina Nº 1. Descripción de un árbol Paginas Nº 1 y 2. Utilidad del árbol Paginas Nº 2 y 3. Importancia Económica Paginas Nº 3 y 4. Una pequeña manera de colaborar Pagina Nº 4. Presentación general Un árbol es una planta perenne, de tallo leñoso, que se ramifica a cierta altura del suelo, produce ramas secundarias nuevas cada año que parten de un único fuste o tronco, dando lugar a una nueva copa separada del suelo. Es un ser vivo capaz de producir su propio alimento, por lo que se lo considera autótrofo. Los árboles son un importante componente del paisaje natural debido a que previenen la erosión y proporcionan un ecosistema protegido de las inclemencias del tiempo en su follaje y por debajo de él. También desempeñan un papel importante a la hora de producir oxígeno y reducir el dióxido de carbono en la atmósfera, así como moderar las temperaturas en el ambiente. También, son elementos en el paisajismo y la agricultura, tanto por su atractivo aspecto como por su producción de frutos. La madera de los árboles es un material de construcción, así como una fuente de energía primaria en muchos países en vías de desarrollo. Descripción de un árbol 1. 2. 3. 1. 2. 3. Los árboles están formados por tres partes: RAIZ TRONCO COPA Se encuentra debajo de la tierra. Fija el árbol al suelo, por medio de ellas absorbe el agua y las sales minerales. Puede ser una raíz principal, o bien ser numerosas raíces en las que ninguna de ellas predomina. El tronco sostiene la copa. Su capa exterior se llama corteza o súber, de espesor y color variables. Sus características (color, forma en que se desescama, etc.) son una ayuda a la hora de diferencias las especies arbóreas. Si se corta un tronco de manera longitudinal, por ejemplo en un tocón, pueden verse los anillos, que delatan la forma en que ha ido desarrollándose ese árbol. Cada año se forma un anillo. Los anillos estrechos evidencian años de dificultades y pobre alimentación de manera que el crecimiento es retardado. Los años de crecimiento más rápido se ven en anillos más anchos. Las ramas suelen salir a cierta altura del suelo, de manera que dejan una franja de tronco libre. Las ramas y hojas forman la copa. La copa adopta formas diversas, según las especies, distinguiéndose básicamente tres tipos: la alargada y vertical, la redondeada o la que se extiende de manera horizontal, como si fuera una sombrilla. Las ramas salen del tronco, se subdividen en ramas menores y en éstas están las yemas y las hojas. a) Hojas: A través de las hojas el árbol realiza la fotosíntesis y puede por lo tanto alimentarse. Las raíces absorben el agua con minerales disueltos en ella. Suben por el tronco hasta las hojas. Allí reaccionan con el carbono procedente del anhídrido carbónico y forman azúcares. Luego el azúcar se transforma en celulosa, que es la materia prima de la madera. La hoja tiene una parte superior (haz) y otra inferior (envés), en el que se encuentran los estomas, pequeñas aberturas por las que penetra el anhídrido carbónico y por los que salen el agua sobrante y el oxígeno. Las hojas son un elemento primordial a la hora de diferenciar entre las distintas especies arbóreas. Pueden señalarse cuatro tipos básicos de hojas: I. II. III. Acículas: Tienen forma de aguja, delgadas y finas. Son típicas de las coníferas. Escuamiformes. Tienen forma de escama y son propias de algunas coníferas (como en el ciprés común o la tuya occidental). Pinnatifolios: La lámina foliar está a su vez dividida en una especie de hojas más pequeñas, llamadas foliolos, pero todos en el mismo raquis; puede verse en el serbal de los cazadores. Las hojas pinnadas en sentido estricto tienen los folíolos dispuestos de manera regular a ambos lados del pecíolo, mientras que en las palmeadas (pinnatipalmeadas) cada folíolo se inserta en un punto central, como se ve en el castaño de Indias. Hojas simples e indivisas: Cada hoja se inserta individualmente en la rama por el pecíolo o tallo. Si no tienen ese tallo se les llama sésiles. Dentro de estas hojas simples se diferencian dos grandes grupos, los árboles de hojas opuestas y los de hojas alternas. En las hojas opuestas siempre hay dos hojas, una enfrente de otra, que nacen del mismo nudo del eje del vástago. Dentro de este tipo de hojas opuestas, las hay verticiladas, es decir, aquellas en las que surgen tres hojas o más en cada nudo. En las hojas alternas, en cada nudo del eje del vástago hay sólo una hoja, y la siguiente está en otro nudo y nace hacia otro lado. Pueden tener una sola forma (aovada, acorazonada, sagitadas, reniformes, lanceoladas, etc.) o bien ser recortada, lobulada, con entrantes más o menos marcados. El borde de la hoja (borde foliar) también es un elemento de distinción, pues puede ser entero (liso), crenado, dentado (con pequeños picos), aserrado y doble aserrado (como dientes de sierra), sinuado y lobulado; además, el borde puede ser espinoso (con espinas en el borde, como en el borde dentado punzante). b) Flores y frutos: Algunos árboles, las coníferas, son gimnospermas y se caracterizan por portar estructuras reproductivas llamadas conos, pero la mayoría de las especies son angiospermas (actualmente Magnopliophyta) y tienen algún tipo de flor. El gingko es un caso particular, ya que aunque es gimnosperma, no es una conífera. Algunas son flores aisladas, como se ve en las magnolias, pero otras están juntas formando ramilletes llamados inflorescencias. No todos los árboles tienen flores completas, con órganos reproductores masculinos y femeninos, sino que algunos tienen flores femeninas y flores masculinas (abedul, nogal, roble); es más, en algunas especies, hay ejemplares que sólo tienen flores masculinas y las femeninas están en otros ejemplares distintos (Dioico), como por ejemplo en el gingko. Utilidad del árbol A través del proceso de fotosíntesis capturan CO2 y liberan oxígeno, proporcionando beneficios positivos al ambiente: purificación del aire a través de la liberación de oxígeno y mitigación del aumento del efecto invernadero (precursor del calentamiento global) con la captura del CO2. Ejercen un efecto de amortiguación sobre la erosión del viento (atenúan la velocidad del viento), el movimiento de tierras (deslizamientos en masa y caída de rocas) y, en climas fríos, el riesgo de avalanchas. Influyen sobre la circulación local del aire. Efecto protector sobre las cuencas hidrográficas (retienen agua en el suelo, regulan los caudales, influyen en las precipitaciones y filtran el agua para beber), sobre los asentamientos humanos vecinos y especialmente sobre las cosechas. Reducen el impacto de contaminantes, al retener las suspensiones sólidas y los elementos gaseosos, así como filtrar las masas de aire y retener los contaminantes. Son fuentes de recursos, abastecen a las comunidades rurales de diversos productos, como la madera, alimentos, combustible, forrajes, fibras o fertilizantes orgánicos, productos farmacéuticos, materias primas industriales, etc. Conservan el hábitat natural de la flora y la fauna, y su diversidad biológica, asegurando su propia perpetuación mediante el funcionamiento óptimo de los procesos ecológicos. La capacidad del bosque para aportar un hábitat apropiado va a depender de su composición y estructura que influyen fuertemente sobre la diversidad y también de su densidad para mejorar la protección. Recreativas y sociales. El turismo y los lugares de reposo y curación, se benefician del entorno forestal; así como las residencias de veraneo o de fin de semana, atraen al hombre hacia los bosques. Importancia económica Desde tiempos remotos todo espacio agrícola es una conquista del hombre sobre el medio natural. Resulta imposible calcular cual era la extensión de bosque que cubría la tierra cuando apareció el hombre. Estudios realizados en el siglo XVIII indican que una cuarta parte de la tierra estaba entonces cubierta de árboles, en nuestros días esa cifra quedo reducida al 15 % de la superficie terrestre. Los bosques ocupaban 127 millones de hectáreas y ahora apenas 30 millones de hectáreas. Según las estimaciones efectuadas por la Unidad de Manejo del Sistema de Evaluación Forestal (UMSEF) de la Dirección de Bosques de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación Argentina, la pérdida de bosque nativo para el período 1998-2002 fue de alrededor de 230 mil hectáreas por año, aumentando entre el 2002-2006. El Estado Argentino viene realizando desde hace años, un esfuerzo en la promoción de las plantaciones forestales a través de la Ley Nacional 25.080, que otorga beneficios económicos e impositivos no reintegrables a los productores que implanten nuevos bosques. La presión ciudadana y la creación de un fondo de compensación monetaria fueron determinantes en la sanción de la ley Nacional Nº 26.331 que suspende la tala de bosques nativos en la República Argentina hasta que cada provincia ordene su territorio y defina áreas intocables y áreas de desarrollo, generando un punto de inflexión que detenga o acote el avance de la frontera agropecuaria de carácter irracional. La solución, además del abandono de determinadas prácticas, como la quema intencionada del bosque para obtener pastos, pasa por una explotación racional, que implique no sólo tala sino también reforestación con ejemplares jóvenes que constituyan el bosque del futuro. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente ha iniciado una campaña mundial Plantemos para el Planeta con el objetivo de plantar 7.000 millones de árboles, o sea un árbol por habitante de la tierra. Además, se protegen extensiones de aquellas áreas más ricas en biodiversidad, o de las especies endémicas, muchas de ellas en peligro de extinción. Una pequeña manera de colaborar En nuestro establecimiento participamos activamente de la concientización social, llevamos adelante producciones ecológicas, en las Normas de Convivencia rescatamos y promovemos el respeto por nuestro medio y mantenemos el legado provisto por quienes fundaron el predio. Sabemos que las generaciones pasadas fueron propulsoras de la organización y distribución de las especies que se observan en las imágenes respetando las finalidades y utilidad que brindan los arboles, las cuales enumeramos anteriormente. También se describe la ubicación dentro de la Escuela como así también la especie elegida. Se observan especies como Eucalipto, Acacia, Ceibo, Álamo, Álamo Plateado, Ombú, Fresno, Sauce, Tilo, Araucaria, Cedro, Paraíso, Nogal, Ciprés; distribuidas estratégicamente para cumplir distintas utilidades. La función presente en esta imagen es cortina de protección para el área hortícola. La especie elegida es el Cipres. Para resguardo y fuente de alimento en la Producción Apícola se utiliza el Eucaliptus y Casuarina. Se puede visualizar la parte posterior del gallinero protegido por una cortina de Nogales