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JANSENISTA EN HOLANDA, IGLESIA
Wenceslao Calvo (22-10-2011)
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JANSENISTA EN HOLANDA, IGLESIA
Las doctrinas jansenistas no dejaron huella permanente en Bélgica y Francia, pero en Holanda ha habido durante
más de tres siglos una Iglesia popularmente llamada jansenista.
Causas que contribuyeron al cisma de 1702
Su ocasión inmediata
Historia
Diferencias con la Iglesia católica
Causas que contribuyeron al cisma de 1702.
Sus seguidores rechazan ese nombre, prefiriendo llamarse la Antigua Iglesia católica de Holanda, ya que el
cisma entre los católicos holandeses en 1702, al que deben su origen, surgió de la adhesión del clero holandés a
los privilegios de su Iglesia más que a principios dogmáticos. El primer obispo de Holanda fue Willibrord,
consagrado obispo de Utrecht por el papa Sergio I en 695. Entre sus sucesores hubo no pocos que se opusieron a
la creciente tendencia a contemplar al papa como el gobernador ilimitado de la cristiandad. El obispo de Utrecht
era originalmente escogido por el clero y en 1145 el emperador Conrado III confirmó el derecho al capítulo de
la catedral de San Martín. La elección no siempre era aceptada por Roma. En 1559, de acuerdo con el deseo de
Felipe II de España, entonces gobernante de los Países Bajos, el papa elevó a Utrecht al rango de arzobispado
con cinco sedes sufragáneas, acordando el papa y el rey que estas últimas elegirían a los obispos que serían
confirmados por el papa. Nueve años después estalló la Guerra de Liberación, que duró 80 años, y supuso para
los católicos muchas dificultades. Aunque se unieron a los protestantes en su lucha contra el yugo español,
quedaron decepcionados y hacia 1573 el ejercicio público de la adoración católica quedó prohibido, prohibición
que estuvo en vigor hasta la revolución de 1795. Al morir los titulares de las sedes episcopales fue difícil suplir
sus vacantes. Sasbold Vosmeer, escogido vicario general por el capítulo de Utrecht en 1583, tras la muerte del
arzobispo en 1580, fue consagrado arzobispo por el papa en 1602, pero con el título de arzobispo de Philippi.
Sus sucesores fueron escogidos y consagrados en la misma forma. Bajo el quinto de ellos, Petrus Codde
(consagrado en 1689), ocurrió el cisma.
Cornelio Jansenio, grabado de Joannes Meyssens
Su ocasión inmediata.
Oponentes más formidables que los protestantes habían aparecido contra el clero católico de Holanda. Durante
las turbulentas condiciones de la larga guerra el país había quedado invadido por el clero "regular",
especialmente por los jesuitas después de 1590, quienes acusaron al clero holandés de la herejía jansenista. En
1697, durante las negociaciones de paz en Ryswik, apareció un tratado anónimo en francés, poco después
también en latín y algunos años más tarde en holandés, bajo el título "Corto memorial sobre la condición y
progreso del jansenismo en Holanda." Algunas copias cayeron en manos de Codde, quien se apresuró a
enviarlas a Roma, con una defensa. Fue declarado inocente en Roma, aunque eso no puso fin a las
insinuaciones. Ya que Alejandro VII había publicado su constitución contra las denominadas cinco tesis de
Jansenio en 1656, la acusación implicaba que el acusado era sospechoso de concordar con las cinco tesis
condenadas o de rechazar creer que Jansenio había enseñado esas tesis en su Augustinus y por tanto dado alas a
la herejía condenada por la Iglesia católica. Codde y sus subordinados eclesiásticos podían fácilmente
defenderse contra el cargo de concordar con el contenido de las tesis condenadas, aunque el primero no se
expresó sobre la cuestión de si Jansenio las había realmente enseñado o no. Pero desde la decisión de Alejandro,
este punto suponía la absoluta supremacía e infalibilidad del papa y los jesuitas daban por hecho que esta
cuestión estaba decidida. Codde fue citado a Roma en 1700 y en 1702 fue declarado culpable de herejía. En
Holanda hubo una gran consternación cuando se supo que había sido destituido del cargo y todavía más cuando
Theodor de Kock, su oponente, fue designado vicario general. Los Estados Generales se pusieron de parte de
Codde y obligaron a sus oponentes a permitirle regresar a Holanda, donde llegó en 1703. La cuestión era ahora
qué actitud tomaría Codde, el clero holandés y el capítulo de Utrecht. Si aceptaban la destitución de Codde, la
independencia de la Iglesia de Utrecht quedaba necesariamente abolida. Codde mismo, por amor a la paz,
permaneció hasta su muerte en una actitud pasiva, afirmando firmemente sus derechos y los de su Iglesia, pero
absteniéndose de ejercerlos. Una gran parte del clero y laicado holandés, sin embargo, permaneció fiel a él,
aunque otra parte siguió a De Kock. De este modo la destitución de Codde desembocó en un cisma en la Iglesia
católica holandesa que nunca ha sido sanado.
Historia.
Se esperaba que la Iglesia de los jansenistas, como ahora la facción de Codde era llamada, decreciera en número
una vez que Roma había hablado. Debido a la falta de eclesiásticos de mayor rango la Iglesia de Utrecht estuvo
a punto de extinguirse, cuando la ayuda vino de manera inesperada. Varios clérigos franceses que rechazaron
firmar la bula Unigenitus en 1713 buscaron refugio en suelo holandés. Más aún, en 1719, Dom Maria Varlet
(escogido obispo de Babilonia en 1718 y consagrado como obispo de Ascalón el 19 de febrero de 1719) pasó
algún tiempo en Ámsterdam antes de hacer su viaje al oriente. Allí conoció a eclesiásticos de la Antigua Iglesia
católica y se puso de su lado. Apenas había alcanzado el oriente cuando el papa le suspendió por jansenista.
Luego regresó a Holanda, donde el capítulo de Utrecht en 1723 había elegido a Cornelis Steenoven como
arzobispo para impedir la extinción de la Antigua Iglesia católica. En 1724 el obispo Varlet lo consagró. Por
supuesto, el papa inmediatamente castigó a Steenoven, pero la Iglesia de Utrecht se salvó de la extinción.
Steenoven murió en 1725 y fue sucedido por Barchman Wuytiers († 1733), quien fue seguido por Theodor van
der Croon († 1739), siendo ambos consagrados por Varlet. La Iglesia de Utrecht reconoció pronto el peligro de
hacer depender su continuidad de la vida de un solo obispo y consecuentemente Hieronymus de Bock fue
consagrado obispo de Haarlem en 1742 y B. J. Bijevelt obispo de Deventer en 1758. Varios intentos para
reconciliar al papa fracasaron. Un serio peligro amenazó a la Antigua Iglesia católica en Holanda bajo la
administración del rey católico Luis Bonaparte (1806-10) y bajo el régimen del emperador Napoleón (1810-13),
quienes calibraron prohibir la elección de un nuevo obispo Antiguo católico; pero este peligro pasó con la
restitución de la independencia de Holanda y en 1814 W. van Os fue elegido arzobispo de Utrecht y en 1819
Johannes Bon de Haarlem. Las dificultades que amenazaban a la Iglesia bajo Guillermo I y Guillermo II, que
deseaban establecer un concordato con el papa, pasaron tan pronto como el acuerdo fracasó. La ley sobre
asociaciones eclesiásticas promulgada en 1853 aseguraba la total libertad a todas las organizaciones
eclesiásticas, incluyendo los Antiguos católicos. De esta forma la pequeña Iglesia creció gradualmente en su
membresía desde 5.000 a casi 8.000 miembros y sus parroquias de 25 a 26. No es extraño que los obispos
Antiguo católicos desaprobaran el dogma de la Inmaculada Concepción en 1854 y el de la infalibilidad papal en
1870.
Diferencias con la Iglesia católica.
Los principales puntos de diferencia entre los Antiguos católicos de Holanda y sus oponentes católicos romanos
son los siguientes: (1) La Antigua Iglesia católica considera la destitución del arzobispo Codde ilegal y afirma
que, a pesar de la Reforma del siglo XVI y su influencia sobre los asuntos de Holanda, la Iglesia católica ha
existido sin interrupción y ha retenido continuamente su derecho de administrar sus propios asuntos como
Iglesia nacional, independientemente de la Iglesia en Roma. (2) Rechazan firmar la fórmula del papa Alejandro
VII, a menos que se haga una distinción entre una firma quoad jus y quoad factum; esto es, entre la cuestión de
si las cinco tesis incriminadas eran heréticas y la cuestión de si Jansenio las había enseñado en un sentido
herético. (3) Rechazan la bula Unigenitus, ya que esta bula valida el sistema moral de los jesuitas para toda la
Iglesia católica. La importancia de la Antigua Iglesia católica de Holanda para todo el catolicismo descansa no
sólo en el hecho de que es un monumento del espíritu de los siglos pasados, sino también que porque ha entrado
en relaciones con el movimiento Antiguo católico en Alemania y Suiza. Cuando el espíritu Antiguo católico
surge en Alemania en oposición al dogma de la infalibilidad en 1870 y la necesidad de un obispo para la recién
organizada Antigua Iglesia católica se hizo notar, fue H. Heykamp, el obispo Antiguo católico de Deventer,
quien, en 1873, consagró al obispo J. H. Reinkens de los Antiguos católicos alemanes.