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Islam y Política
Se trata aquí de uno de los temas principales objeto de amalgama y desnaturalización del
significado real del mensaje profético.
El Profeta no fue enviado entre los hombres para fundar un estado islámico, para constituir una
entidad política o para reivindicar el poder, sino solamente para convidar a la gente a Dios y
orientarles hacia Él…
Si su objetivo fuera acceder al poder, no hubiera rechazado la propuesta que le hicieron los
notables de Koraich [1] de darle el poder si tal hubiera sido su propósito.
A aquella propuesta les respondió: “que aunque pusieran el sol en su mano derecha y la luna
en su mano izquierda para que a cambio renunciara a predicar la palabra divina, no renunciaría
jamás hasta que Dios le hiciera triunfar o que pereciera por la causa” [2] .
La Héjira del Profeta y sus seguidores a Medina no fue absolutamente motivada por ningún
afán de poder sino a causa de la abierta hostilidad de Koraich y sus notables que usaron de
todos los medios posibles e imaginables para obstaculizar la predicación pacífica del Profeta y
agredir a los que creyeron en Dios y su Profeta y obligarles a renunciar a su fe.
De ahí la urgente necesidad de emigrar hacia un santuario seguro y dotarse de medios
necesarios de legítima defensa y protección de su fe. Como viene dicho en el versículo: “Les
fue dada la licencia (de defenderse) a los que fueron agredidos abierta e injustamente. Dios es
perfectamente capaz de otorgarles la victoria. Aquellos que fueron desterrados de sus hogares
sin otra razón sino la de decir: Dios es nuestro Señor”. Surat 22-versículo 37-38.
Supongamos, por ejemplo, que Koraich haya seguido la opinión de O’tba Ibn Rabía [3] en su
conflicto con el Profeta; O’tba promovía abstenerse de cualquier actuación hostil en contra de
Mahoma y sus seguidores y dejarles ejercer libremente su predicación entre los árabes, sin
tener que seguirles
[4]
, jamás en este caso hubiera habido necesidad de emigrar a un lugar seguro y de defenderse
con las armas o ejercer cualquier poder temporal; y la predicación seguramente hubiera
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continuado de manera pura y totalmente pacífica.
El hecho de fundar agrupaciones y partidos políticos, en nombre del Islam, con el fin de
acceder al poder, (y esta es la finalidad de todo partido político y uno de los elementos de su
definición) parecerá entonces totalmente extraño al Islam y en contradicción con su espíritu.
El Islam predica que nos apartemos y alejemos lo más posible de los puestos de mando; los
hadiths en este sentido abundan.
A título de ejemplo:
- Abu Moussa Al Ach’ari (compañero de Mahoma) relata que entró en casa del Profeta con sus
dos primos, uno de ellos dijo: Oh, Profeta, danos unos puestos de mandamiento… el otro le
pidió lo mismo; el Profeta dijo entonces: Por Dios, no damos nunca funciones de mando a
aquéllos que las pidan e insistan en conseguirlas;
- Abu Houraira (compañero del Profeta y famoso narrador de hadiths relata que el Profeta dijo:
“Insistirán en conseguir puesto de mandamiento, sin embargo, eso será sólo un motivo de
arrepentimiento el día de la resurrección.”
- Dice el Corán también en este contexto: “Esa última morada del cielo se la daremos a
aquéllos que no buscan elevarse en la tierra ni sembrar la corrupción…” Surat 28-versículo 83.
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[1] Principal tribu que habita y gobierna en la Meca.
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[2] Cf.- Sirat Ibn Hicham.
[3] Notable y famoso en la Meca.
[4] Cf. - Sirat Ibn Hicham o Tarik al Oummam Wal Moulouk de Tabari.
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