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LA NATURALEZA ASPECTUAL DE LAS PREPOSICIONES: LOS VERBOS DE RÉGIMEN Paula Álvarez Soriano y Ester Sánchez-González Universitat Autònoma de Barcelona Paula.Alvarez@uab.cat, Ester.Sanchez@uab.cat Resumen: En este trabajo estudiamos algunos verbos preposicionales que presentan dos formas en su argumento interno, complemento directo (CD) o preposicional (CP), (i.e. pensar/pensar en). Desde el punto de vista aspectual, Demonte (1991) ha señalado que la primera es télica mientras que la segunda es atélica. Frente a esa autora, mostramos evidencias de que la variante con CD permite las interpretaciones télica y atélica, mientras que la variante con CP es atélica. A partir de MacDonald (2006), consideraremos que estos verbos –en la construcción con CD– presentan una aspectualidad variable entre una interpretación de actividad y realización. En la variante preposicional, solamente es posible una interpretación de actividad, ya que la preposición impide sistemáticamente la lectura télica. Nuestro trabajo se alinea, de este modo, con aquellos que consideran que hay una conexión estrecha entre el CD y la felicidad –Verkuyl (1972), Tenny (1988), Dowty (1991), entre otros– ya que solamente el CD permite la lectura télica del predicado. Palabras clave: verbos preposicionales, telicidad, argumento interno (directo, indirecto). Abstract: In this paper we study some prepositional verbs that present two forms in their internal argument, direct or prepositional complement (i.e. pensar/pensar en («think/think in»)). From the aspectual point of view, Demonte (1991) has shown that the first construction is telic whereas the second is atelic. We bring forward evidences that the direct complement variant allows both the telic and atelic interpretations, whereas the prepositional variant admits just the atelic reading. Our analysis follows MacDonald (2006), and we will propose that these verbs show, in the CD construction, a variable aspect between an activity and an accomplishment interpretation. The preposition in the CP variant prevents the telic reading of the predicate, and the activity interpretation is the only possible one. So, our work is convergent with those studies which see a narrow connection between the direct complement and telicity –Verkuyl (1972), Tenny (1988), Dowty (1991), among others– since only this complement allows the telic reading for the predicate. Keywords: prepositional verbs, telicity, internal argument (direct and indirect). 1. Introducción* Las primeras aproximaciones sobre la información aspectual o estructura temporal interna de los eventos (o aspecto léxico) en términos gramaticales surgen hacia mitad del siglo XX. La clasificación aspectual de Vendler (1967) será uno de los trabajos más influyentes. Este autor propuso cuatro clases de predicados –«estados» (states), «actividades» (activities), «realizaciones» (accomplishments) y «logros» (achievements)– a partir de dos parámetros aspectuales básicos: el «proceso», que hace referencia a la progresión temporal del evento, y la «definición», que identifica el límite temporal o culminación del evento. Los estados son situaciones estables, no tienen fases inherentes y carecen de dinamismo (i.e. saber, tener, pertenecer, etc.). Las actividades son predicados dinámicos («procesos») que se extienden a lo largo del tiempo, pero carecen de punto final o estado culminante (i.e. cantar, correr, etc.). Las 1 realizaciones son eventos durativos con un punto final en su estructura temporal (i.e. hacer una carta, construir una casa). Los logros, finalmente, expresan eventos puntuales, que marcan el inicio o final de una situación (i.e. terminar la reunión, empezar a trabajar, etc.). Muchos autores –Verkuyl (1972), Tenny (1988), Dowty (1991), entre otros– han subrayado la naturaleza composicional del aspecto léxico, poniendo énfasis en la conexión fundamental entre el argumento interno y la telicidad del predicado. Así, (i) la presencia de un argumento interno puede delimitar un evento previamente no delimitado (e.g. Juan bebió vs. Juan bebió una cerveza), y (ii) la naturaleza del argumento interno, cuantificado ([+q]) o no ([-q]), afecta a la interpretación aspectual del evento descrito por el predicado (e.g. Juan bebió cerveza vs. Juan bebió una cerveza). Demonte (1991) ha señalado que este contraste entre delimitación y no delimitación puede expresarse a través de la ausencia o presencia de una preposición: algunos predicados «proposicionales» (pensar/ pensar en, soñar/ soñar con, hablar/hablar de) muestran un cambio aspectual entre la variante con objeto directo (télica) y la variante preposicional (atélica). Frente a esta autora, en este trabajo presentamos algunas evidencias de que la construcción con CD de esos predicados permite las interpretaciones atélica y télica. A partir de algunos tests aspectuales (Dowty, 1979), mostramos que pensar la respuesta es compatible con la frase durativa durante x tiempo (1a) y con la construcción llevarle a uno x tiempo V-infinitivo (1b), implicando una lectura atélica y télica respectivamente.1 Consideraremos que estos predicados, en la variante con CD, muestran sistemáticamente una aspectualidad variable entre una interpretación de actividad y realización. Convenimos con Demonte en que la variante preposicional permite solamente una interpretación atélica del predicado, al ser compatible únicamente con la frase durativa durante x tiempo (ver [2a] frente a [2b]); es decir, son actividades desde el punto de vista aspectual: (1) a. Juan pensó la respuesta durante una hora A Juan le llevó una hora pensar la respuesta (2) a. Juan pensó en la respuesta durante una hora b. Θ A Juan le llevó una hora pensar en la respuesta2 Nuestro objetivo en este trabajo es doble: por un lado, proponer un análisis que dé cuenta de la interpretación télica y atélica de la variante con CD y, por otro, explicar de qué manera la preposición, en la construcción preposicional, impide la lectura télica. El esquema del artículo será el siguiente: en la sección 2, explicaremos el marco teórico (MacDonald 2006, 2008) que asumimos en este trabajo; en la sección 3, presentaremos una caracterización de los complementos preposicionales, tanto desde el punto de vista empírico como teórico, con especial atención a los predicados «proposicionales». En la sección 4, daremos cuenta, en primer lugar, de la íntima conexión entre aspecto léxico y transitividad, centrándonos en la peculiaridad sintáctico-aspectual de los predicados que estudiamos, ya que admiten la elección de un CD o un CP como argumento interno, dando lugar a diferencias aspectuales significativas; en segundo lugar, presentaremos una caracterización aspectual de estos predicados respecto a ambas construcciones. En la sección 5, ofrecemos una propuesta de análisis para los datos de (1) y (2). Finalmente, en el punto 6, recogemos las conclusiones de este estudio. 2 2. Marco teórico (Macdonald 2006, 2008) En este trabajo seguimos la aproximación sintáctica al aspecto léxico (o interno) de MacDonald (2006, 2008). En primer lugar, porque asume las cuatro clases aspectuales de Vendler (1967). Uno de nuestros objetivos es demostrar que los predicados con CD presentan una aspectualidad variable entre una interpretación de actividad y una de realización. De ahí que en nuestra explicación sea necesaria la distinción aspectual entre los logros y las realizaciones.3 En segundo lugar, por la caracterización de los diferentes tipos de predicados aspectuales a partir de una formalización de la Estructura Eventiva (EE) mediante los rasgos eventivos (event features) que se considera independiente de la conexión del argumento interno y la (a)telicidad del predicado (denominada por el autor «enlace objeto-a-evento» (OAE) (object-to-event mapping). El «enlace objeto-a-evento» se lleva a cabo sintácticamente mediante la relación de concordancia (Agree) con el núcleo de una proyección aspectual (SAsp), entre Sv y SV:4 si un SN [-q] evalúa Asp0, el evento será interpretado como atélico y si un SN [+q] evalúa Asp0, el evento será interpretado como télico. Por otro lado, SAsp crea un espacio dentro del cual los elementos deben estar colocados para poder contribuir a la interpretación aspectual del predicado: este es el dominio de interpretación aspectual. Así, los dominios por encima de SAsp (i.e. CAUSA, argumento externo y preposiciones locativas) no pueden contribuir a la interpretación aspectual del predicado. El dominio de interpretación aspectual puede ser mínimo –formado por el Asp0 y su proyección SAsp– o extendido. Este último se da cuando Asp0 es evaluado por un SN [+q]. El dominio de interpretación se extiende a todo elemento dominado por la proyección SAsp. La estructura eventiva (EE) de un predicado se representa mediante los rasgos eventivos (event features): son rasgos interpretables que expresan que el evento tiene un principio y/o un final. Si tiene un principio, el evento tendrá un rasgo <ie> y si tiene un final, un rasgo <fe>. Las cuatro clases aspectuales de Vendler (1967) se formalizan a partir de estos rasgos: (a) los estados no presentan SAsp, (b) las actividades presentan sólo el rasgo <ie>, en Asp0; (c) las realizaciones presentan el rasgo <ie> en Asp0 y el rasgo <fe> en V0 o P0 (esto es, en diferentes núcleos) y (d) los logros presentan los rasgos <ie> y <fe> en el mismo núcleo, en Asp0. La diferente interpretación de logros y realizaciones viene representada por las diferentes relaciones sintácticas entre los rasgos eventivos. Hay una relación de mando-c5 entre el rasgo <ie> y <fe> de las realizaciones y, consecuentemente, el tiempo se interpreta como transcurrido entre el principio y el final. No hay relación de mando-c entre los rasgos <ie> y <fe> de los logros y, por lo tanto, el tiempo no es interpretado como transcurrido entre el principio y el final del evento. En (3) mostramos la estructura de los predicados eventivos (omitimos la representación de los estados, los cuales no proyectan SAsp): (3) a. ACTIVIDADES b. REALIZACIONES ...Sv ...Sv SD …Sv SD v’ v c. LOGROS v SAsp <ie> Asp <ie> SD SAsp <ie> Asp <ie> SV V v’ … V<fe> v’ v SV <fe> SAsp <ie> <ie> … SV V fe> … <ie> 3 Los rasgos eventivos se consideran unidades léxicas autónomas que se asocian con los ítems léxicos antes de entrar en la sintaxis estrecha (narrow syntax). No todos los ítems léxicos se asocian con estos rasgos y no hay manera de predecir, a partir del significado de un ítem, si éste será asociado o no con un rasgo eventivo. Se pueden dar tres posibilidades: (i) el ítem léxico siempre se asocia con un rasgo eventivo (ii); el ítem léxico nunca se asocia con un rasgo eventivo, y (iii) el ítem léxico se asocia opcionalmente a un rasgo eventivo. Esta última posibilidad será importante para nuestro análisis, como veremos en la sección 5. Finalmente, los rasgos eventivos desempeñan un papel en la sintaxis a través de dos vías: (i) un rasgo eventivo, asociado a un ítem léxico, se proyecta hasta un nivel de SX, que es marcado así con ese rasgo, y (ii) estos niveles SXs son los que interactúan con los modificadores de la estructura eventiva (casi, llevarle a uno x-tiempo v-inf, etc.). Así, por ejemplo, si el modificador casi concuerda con un SX que está marcado con el rasgo <ie>, el resultado será una interpretación contrafactual y si concuerda con un SX que está marcado con el rasgo <fe>, el resultado será una interpretación incompleta. De igual manera, si el modificador llevarle a uno x tiempo v-inf concuerda con un SX marcado con un rasgo <ie>, el resultado será una interpretación de tiempo inicial, y si concuerda con un SX marcado con el rasgo <fe>, el resultado será una interpretación de tiempo final. 3. Los complementos preposicionales: cuestiones empíricas y problemas teóricos En esta sección presentaremos una caracterización de los complementos preposicionales, tanto desde el punto de vista empírico como de las cuestiones teóricas centrales que plantean. Nos centraremos especialmente en los predicados «proposicionales» que estudiamos. A partir del trabajo de Martínez García (1986), Demonte (1991) señala que podemos hablar de dos clases de verbos preposicionales, recogidas en los ejemplos de (4) y (5): (4) a. La reunión consistió en un encierro b. El libro abunda en improperios (5) a. Esta autora discrepa de mis opiniones b. El texto incurre en los primeros defectos Las diferencias externas más relevantes entre los dos grupos, siguiendo a esta autora, son las siguientes: (6) a. b. c. d. Las frases preposicionales de (4) son obligatorias (no pueden omitirse), mientras que las de (5) son opcionales (i.e. *la reunión consistió vs. No, creo que no discrepa). Los predicados de (4) no poseen un patrón temático uniforme, los de (5) podrían calificarse de «agentivos», entendiendo por «agente» la entidad que produce directamente la acción, independientemente de su carácter animado, inanimado, voluntario o involuntario. Los verbos de (4) admiten una única preposición; los de (5) aparecen con preposiciones muy restringidas, pero lo peculiar de este grupo es que algunos de sus miembros permiten una variante no preposicional (i.e. pensar/pensar en; soñar/soñar con). Los SPs de los verbos de (4) no pueden extraerse de las islas interrogativas. Los de (5) sí (i.e.*¿En qué no sabes si consistió la reunión? vs. ¿De qué no sabes si tu hija discrepa?).6 Ambas clases permiten que sus SPs se trasladen sin dificultad si la 4 e. subordinada es una completiva no interrogativa encabezada por qué (i.e. ¿En qué me dijiste que consistió el examen? vs. ¿De qué autor me dijiste que discrepabas?). En las estructuras de coordinación, las preposiciones de los SPs de (4) se pueden omitir. No pasa lo mismo con los SPs de (5) (i.e. El libro abunda en improperios e insultos vs. *Esta autora discrepa de mis opiniones y Ø las tuyas). Las dos clases muestran el mismo modelo respecto a: f. La estructuras interrogativas y topicalizadas: la preposición aparece siempre junto a su complemento, tanto en (4) como en (5) (i.e. ¿En qué consistió la reunión?, ¿En qué insistió el policía?; En un encierro, consistió la reunión, En su afirmación, insistió el policía). Resulta fácil ver que los verbos que aquí analizamos (pensar, deliberar, meditar, indagar, discutir, etc.) se encuadran en la clase de (5). Nos centraremos en las tres últimas características, ya que apuntan a tres importantes cuestiones teóricas: (i) el estatus argumental (o no) del complemento preposiciona; (ii) la preposición y su complemento forman un constituyente desde el punto de vista sintáctico, aunque el verbo y la preposición parecen formar un constituyente desde el punto de vista semántico, y (iii) el estatus categorial de la preposición (núcleo sintáctico o morfema marcador de caso). Respecto al estatus argumental (o no) del CP, asumiremos (siguiendo a Demonte [1991]) que se trata –de manera similar al CD– de un argumento verbal.7 Respecto a la estructura de constituyentes de estas construcciones, consideraremos que la preposición y el SD forman un constituyente sintáctico (Neeleman [1997], Demonte [1991]). No asumiremos, sin embargo (a diferencia de Neeleman [1997]), que la preposición y el verbo forman un predicado complejo desde el punto de vista semántico, puesto que en español entre el verbo y la preposición pueden intervenir otros constituyentes (i.e. Pedro pensó varias veces en María). Sobre el estatus categorial de la preposición, asumiremos –al igual que Demonte (1991)– que la preposición que aparece en estos contextos es un marcador de caso estructural, adjunto a un SD. Las estructuras de coordinación (véase [6e]), dan un argumento a favor de este estatus: la preposición no puede omitirse en el segundo miembro (SP) de la coordinación.8 4. Aspecto léxico (Aktionsart), transitividad y verbos «proposicionales» 4.1. Aspecto léxico y transitividad (complemento directo vs. complemento preposicional) Muchos autores –Tenny (1987, 1988, 1994), Dowty (1991), Jackendoff (1991, 1996), entre otros– han puesto de evidencia la relación entre aspecto léxico (Aktionsart) y transitividad. La idea central que han destacado ha sido la conexión estrecha que hay entre la presencia del objeto directo y la telicidad del predicado. Así, Tenny (1987, 1988), pone mucho énfasis en la idea de que el enlace (mapping) entre la estructura cognitivo-temática y la estructura argumentalsintáctica está guiada por propiedades aspectuales. Para Tenny, la propiedad aspectual crucial se asocia con el argumento interno directo en el sentido de que éste mide exhaustivamente, en el tiempo, la acción descrita por el verbo, como se ilustra en (7), mediante los tests adverbiales durante x tiempo –compatible con predicados atélicos– y en x tiempo –compatible con predicados télicos: 5 (7) a. Juan bebió (cerveza) b. Juan bebió una cerveza durante diez minutos/en 10 minutos9 durante diez minutos/ en 10 minutos Algunos autores han resaltado, sin embargo, que no hay una conexión necesaria entre la presencia de un argumento interno y la telicidad. Así, hay verbos transitivos que, a pesar de llevar un objeto directo definido y delimitado, son inherentemente atélicos. Solamente en presencia de un complemento locativo final (goal) se convierten en predicados télicos –véase (8). De manera similar, los verbos de actividad sólo resultan eventos delimitados en presencia de un complemento resultativo –véase (9). Finalmente, mencionaremos los verbos de aspectualidad variable. Estos predicados pueden ser interpretados como télicos o como atélicos, aunque el argumento interno que los complementa sea delimitado –véase (10): (8) a. John pushed the car for an hour/in an hour b. John pushed the car into the garage for an hour/ in an hour (9) a. Sue hammered the metal for an hour/in an hour b. Sue hammered the metal flat for an hour/ in an hour (10) a. Juan leyó un libro durante una hora/en una hora b. Juan limpió la cocina durante una hora/en una hora Los verbos que analizamos en nuestro trabajo (i.e. pensar, discutir, indagar, deliberar, meditar) admiten, desde el punto de vista sintáctico, la elección entre una proyección con CD o CP, que se corresponden con algunas diferencias aspectuales. Teóricamente, estas alternancias son significativas para discernir el papel de ambos argumentos en la aspectualidad del predicado. Demonte (1991: 105-106) ha reconocido ciertas diferencias aspectuales entre construcciones con preposición y sin ella: «la diferencia (…) tiene que ver con la manera como se concibe la acción verbal. En la primera, [variante no preposicional] (…) el objeto mental Tema se concibe como una especie de entidad física y la predicación se centra en el resultado de la acción. En la segunda variante (la preposicional) la predicación enfoca el proceso verbal, sea éste lingüístico, cognitivo o psicológico» <énfasis de PA y ES>. Frente a esta autora, en este trabajo proponemos que estos predicados pueden ser considerados más bien como un grupo de verbos de aspectualidad variable. La variante con complemento directo, al menos, puede tener una interpretación atélica y télica –ver (11a) y (11b)– siendo compatible con la frase durativa durante x tiempo y la construcción llevarle a uno x tiempo V-inf, respectivamente. La variante con complemento preposicional, sin embargo, sólo es compatible con la frase durativa, es decir, con lectura atélica del predicado (ver [12]): (11) a. Juan indagó las causas del crimen durante un mes b. A Juan le llevó un mes indagar las causas del crimen (12) a. Juan indagó en las causas del crimen durante un mes b. Θ A Juan le llevó un mes indagar en las causas del crimen Desde el punto de vista de la Aktionsart, estos predicados ponen en evidencia tres cuestiones importantes: (i) la posición del objeto directo parece una posición privilegiada para establecer la delimitación del predicado, ya que sólo la construcción con CD permite la lectura télica. En la medida que una categoría (preposición) se interpone entre el SV y el CD, la lectura télica queda anulada; (ii) la preposición no es la única categoría responsable de la interpretación 6 atélica del predicado, puesto que la lectura no delimitada está disponible en las dos variantes (CD y CP), y (iii) la naturaleza aspectual de la preposición, ya que impide sistemáticamente la lectura delimitada. En el apartado siguiente, nos centraremos en establecer la clase aspectual de estos predicados en las dos construcciones que presentan, con CD y CP. 4.2. La aspectualidad variable de los verbos «proposicionales» En esta sección, veremos algunos tests aspectuales considerados en la bibliografía (básicamente, Dowty [1979]) que nos permitirán establecer la tipología aspectual de estos predicados en las dos variantes, con complemento directo y preposicional. A lo largo de este trabajo hemos utilizado tres de esas pruebas aspectuales: durante x tiempo, en x tiempo (o llevarle a uno x tiempo v-inf ). Añadiremos ahora el test con el adverbio casi. La frase durante x tiempo es compatible con predicados delimitados y no delimitados, como algunos autores sugieren –Tenny (1987), Alsina (1999:83), De Miguel (1999). MacDonald (2006) señala que es compatible con todos los tipos de predicados y permite diferentes interpretaciones dependiendo de si el predicado es télico o atélico. Con los primeros, la frase provoca una lectura iterativa del evento.10 Con los segundos, indica el período de tiempo ininterrumpido en el que transcurre una acción. Este autor sugiere, por tanto, que la frase durativa modifica el evento entero, esto es, se adjunta al Sv en la estructura oracional. Las dos variantes (CD y CP) de los predicados que estudiamos son compatibles con la frase durativa. En ambos casos, el evento se interpreta como una acción que se produce de forma ininterrumpida durante el período que señala la frase durativa. Es decir, hay una interpretación atélica del predicado: (13) a. Pensó la respuesta adecuada durante una hora b. Pensó en la respuesta adecuada durante una hora Respecto a los tests en x tiempo, llevarle a uno x tiempo v-inf (y también tardar x tiempo en vinf), De Miguel (1999) ha señalado que son equivalentes desde el punto de vista aspectual, aunque permiten diferentes interpretaciones dependiendo del tipo de predicado: así, con los logros (16), permiten una interpretación de tiempo inicial y final, aunque al ser predicados puntuales ambas coinciden. Con las realizaciones, permiten la interpretación inicial y final cuando el evento es poco durativo –(14b) y (14c)– pero sólo final si el evento es durativo –(15b) y (15c)– Para nosotros, ambas construcciones tienen solamente una interpretación final, en las realizaciones. Es posible, no obstante, una interpretación inicial en las realizaciones si consideramos un tiempo futuro –(14d) y (15d). En los logros, también la interpretación inicial es más fácil con un tiempo futuro –(16d). Por lo tanto, podemos decir que con las realizaciones podemos obtener una interpretación inicial y final. Por último, con las actividades (17) tenemos sólo una interpretación inicial, más visible si ponemos el tiempo en futuro (17c). (14) a. Juan dibujó un círculo en diez segundos (16) a. Juan llegó a la meta en 5 segundos b. A Juan le llevó diez segundos dibujar b. A Juan le llevó 5 seg. llegar a la un círculo meta c. Juan tardó diez segundos en dibujar un círculo c. Juan tardó 5 seg. en llegar a la meta d. Juan tardará diez segundos en dibujar un d. Juan tardará 5 seg. en llegar a la círculo meta (15) a. Velázquez pintó las Meninas en dos años (17) a. Juan nadará en diez minutos b. A Velázquez le llevó dos años pintar las b. A Juan le llevará diez minutos Meninas nadar 7 c. Velázquez tardó dos años en pintar las Meninas c. Juan tardó diez minutos en nadar d. Velázquez tardará dos años en pintar las d. Juan tardará diez minutos en nadar Meninas Los predicados que aquí analizamos presentan la peculiaridad de que la variante con complemento directo es compatible con la frase durativa durante x tiempo e incompatible o «rara» con la frase adverbial en x tiempo. Esto haría pensar que estamos ante eventos atélicos. Sin embargo, las oraciones son perfectamente gramaticales con los modificadores adverbiales delimitadores de tiempo llevarle a uno x tiempo v-inf (y tardar x tiempo en V-inf) en la interpretación de inicio y final, propia de las realizaciones –(18b) y (18c)– y una interpretación inicial, propia de las actividades –(19b) y (19c): (18) a. Juan pensó la respuesta adecuada durante una hora/?en una hora b. A Juan le llevó una hora pensar la respuesta adecuada c. Juan tardará una hora en pensar la respuesta (19) a. Juan pensó en la respuesta adecuada durante una hora b. A Juan le llevó una hora pensar en la respuesta adecuada c. Juan tardará una hora en pensar en la respuesta Por último, el test con el adverbio casi permite distinguir algunos predicados, ya que facilita dos lecturas con las realizaciones, una contrafactual en la que el evento nunca tuvo lugar (20a’) y otra incompleta, en la que el evento se inició pero no llegó a su fin. Las actividades (20b) y los logros (20c) sólo permiten una interpretación contrafactual. Los predicados que estudiamos respecto a este adverbial permiten la lectura contrafactual e incompleta en la variante con CD y solamente la lectura contrafactual en la variante con CP (ver [21] y [22]): (20) a. Juan casi bebió una cerveza a’. pero no se la llegó a beber a’’. pero no se la acabó b. Juan casi nadó en la piscina b’. pero no nadó c. Juan casi llego a la meta c’. pero no llegó (21) a. Juan casi soñó los números de la lotería a’. pero lo despertaron en el quinto a’’. pero se despertó (22) a. Juan casi soñó con los números de la lotería a’. pero se despertó A partir de estos datos podemos concluir que la variante con complemento directo es compatible con las lecturas télica y atélica: son realizaciones y actividades, desde el punto de vista aspectual. La variante preposicional es solamente compatible con la interpretación atélica: aspectualmente, son actividades. En la sección siguiente presentamos una propuesta de análisis para dar cuenta de estos datos. 5. Propuesta de análisis Nuestro interés principal en este trabajo es proponer un análisis que explique: (i) la interpretación télica y atélica de la variante con CD, y (ii) por qué la preposición impide la lectura télica en la variante con CP. A partir de MacDonald (2006, 2008), comprobamos que los predicados que tratamos en este trabajo presentan una aspectualidad variable, al menos en la variante de complemento directo. Así, tenemos una interpretación de actividad, en la que el núcleo Asp0 tiene asociado el 8 rasgo <ie>, y una interpretación de realización, en la que el núcleo Asp0 tiene asociado el rasgo <ie> y el núcleo V0 lleva asociado el rasgo <fe>. Consideremos los ejemplos (11) y (12), que repetimos aquí como (23) y (24): (23) a. Juan indagó las causas del crimen durante un mes b. A Juan le llevó un mes indagar las causas del crimen (24) a. Juan indagó en las causas del crimen durante un mes b. ΘA Juan le llevó un mes indagar en las causas del crimen La diferencia entre las dos interpretaciones –actividad vs. realización– de (23) se reduce a si el verbo introduce o no el rasgo <fe> –compárese (25a) frente a (25b)– dando como resultado las interpretaciones télica o atélica respectivamente. La naturaleza [+q] del argumento interno solamente es accesible en el caso de que el verbo introduzca el rasgo <fe>. Si el verbo no introduce este rasgo –como sucede en (25b)–, tendremos una interpretación atélica; en este caso, la naturaleza [+/-q] del argumento no es relevante aspectualmente. (25) (a)REALIZACIÓN (b) ACTIVIDAD Sv SD Juan ...Sv v’ v SD Juan SAsp <ie> Asp <ie> SV<fe> V <fe> indagó SD las causas… [+q] v’ v SAsp <ie> Asp <ie> V indagó SV SD las causas [+q] Los niveles SXs con los rasgos interpretativos <ie> o <fe> ya proyectados (a partir de los rasgos del núcleo) interactúan con los modificadores de la estructura eventiva (casi, llevarle a uno x tiempo V-inf), dando como resultado las interpretaciones mencionadas en 4.2. Finalmente, asumimos (al igual que MacDonald [2006, 2008]) que la frase durante x tiempo se adjunta a Sv y, por tanto, modifica todo el evento. Veamos ahora cómo la preposición impide la lectura télica. Consideremos primero la derivación de (26a), en la que el verbo introduce el rasgo <fe>. La preposición –adjunta a SD, como marcador de caso– se fusiona con el verbo, que lleva el rasgo eventivo <fe>. La preposición actúa sobre este rasgo eventivo del verbo, impidiendo que no pueda ser calculado aspectualmente y, por lo tanto, no tendremos una lectura télica del predicado. De alguna manera, lo que se produce es una «desdelimitación» del evento, que pasa a interpretarse como una actividad. Así, aunque el rasgo <fe> se proyecta en la sintaxis, y el SD es un argumento cuantificado [+q], la preposición impide a este último evaluar Asp0. 9 (26) (a) REALIZACIÓN>ACTIVIDAD (b) ACTIVIDAD .. vP ... vP DP Juan DP Juan v’ v v AspP <ie> Asp <ie> AspP <ie> Asp <ie> VP<fe> V <fe> indagó v’ VP V indagó SD SD P SD P SD <en> las causas [+q] <en> las causas [+q] En segundo lugar, suponemos la derivación de (26b), en la que el rasgo <fe> no es introducido por el verbo. En este caso, la preposición es irrelevante aspectualmente, ya que no hay ningún rasgo <fe> aportado por el verbo. La cuantificación [+q] del argumento es igualmente irrelevante, dado que sólo tenemos la presencia del rasgo <ie>. La interpretación resultante será la de una actividad. 6. Conclusiones En este trabajo hemos presentado un estudio de algunos verbos preposicionales que alternan dos variantes en su argumento interno: CD y CP (meditar / meditar en; deliberar / deliberar sobre, pensar / pensar en). Frente a Demonte (1991), que considera la variante con CD télica y la variante preposicional atélica, hemos presentado evidencias (a partir de los tests aspectuales de Dowty [1979]) de que la primera permite las dos lecturas, télica y atélica. Hemos argumentado que la construcción con CD presenta una aspectualidad variable entre una interpretación de actividad y otra de realización. A partir de MacDonald (2006, 2008), se explica si consideramos que el verbo introduce opcionalmente el rasgo <fe>. Por otro lado, hemos visto que la variante preposicional presenta exclusivamente una interpretación de actividad. Proponemos, a partir de este autor, que la preposición actúa sobre el rasgo <fe> del verbo e impide que el SD [+q] pueda evaluar el núcleo aspectual. Nuestro trabajo presenta, por tanto, algunos argumentos más a favor de la conexión estrecha entre argumento interno directo y telicidad, dado que solamente el complemento directo (y no el preposicional) posibilita la interpretación delimitada del predicado. 10 Bibliografía ALSINA, A. 1999. «On the representation of event structure». En Grammatical semantics: Evidence for structure in meaning, MOHANAN, T.; WEE , L. (eds.), 77-122. Stanford, California: CSI. Publications. BORER, H. 1994. «The Projections of Arguments». En LAPOINTE, S. ; FARRELL, P. ; BRENTANI, D. (eds.) Fuctional Projections, 19-47. Umass, Amherst: GLSA. BORER, H. 2005. Structuring Sense II: The Normal Course of Events. Oxford; Nueva York: Oxford University Press. BOTWINIK-ROTEN, I. 2004. The Category P:Features, Projections, Interpretation. Doctoral Thesis. 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Nuestro agradecimiento al Centre de Lingüística Teòrica de la Universitat Autònoma de Barcelona por proporcionarnos el entorno apropiado para realizarlo. Queremos agradecer también a Anna Bartra, a Josep Maria Brucart, a Jaume Mateu y a Yolanda Rodríguez todos sus comentarios y sugerencias, que nos han permitido mejorar este trabajo. Nuestro agradecimiento especial a Jonathan MacDonald, por su generosidad y ayuda en todo el proceso de elaboración de este trabajo. No hay que decir que los errores son sólo responsabilidad nuestra. 1 A lo largo del trabajo usaremos el modificador delimitador llevarle a uno x tiempo V-inf en lugar del más conocido en x tiempo. En 4.2. veremos el motivo. Esta construcción permite la interpretación inicial y final con las realizaciones y solamente inicial con las actividades. 2 Con el símbolo «Θ» representaremos que la variante preposicional es incompatible con una lectura télica. Como hemos mencionado en la n. 1, el delimitador llevarle a uno x tiempo V-inf permite una interpretación inicial con las actividades. Lo que queremos destacar es, por tanto, el contraste aspectual entre (1b) y (2b). 3 No consideramos, por tanto, otras aproximaciones al aspecto que no distinguen los logros de las realizaciones (véase Ritter & Rosen [1998], Borer [1994, 2005], Ramchand [1993], Harley [2005]). 4 Al igual que Travis (1991), MacDonald asume que la posición estructural de SAsp está entre Sv y SV. 5 Nos referimos a una versión antisimétrica de la relación mando-c: “X mando-c asimétrico Y syss X mando-c Y e Y no mando-c X” (Kayne [1994: 4]). 6 Hay un claro contraste entre estas dos oraciones en términos gramaticalidad vs. agramaticalidad. Aunque la segunda –¿De qué no sabes si tu hija discrepa?– es una oración bien formada, suena también rara a muchos oyentes. 7 Demonte (1991) sugiere que el hecho de que los SPs de estos verbos puedan omitirse, de manera similar al CD de los verbos transitivos, y puedan extraerse de islas interrogativas (véase la característica [6d]) indica que estamos ante argumentos verbales. 8 Los entornos de coordinación –según Demonte (1991)– sirven para distinguir las preposiciones verdaderas (las que asignan caso y papel temático) de las falsas o pseudopreposiciones. Solamente las primeras, al ser núcleos sintácticos, pueden omitirse. Las que son marcadores de caso no son eliminables porque deben entenderse como rasgos adosados a la base léxica. Neeleman (1997), sin embargo, defiende que la preposición es un núcleo léxico que asigna caso inherente. Para Botwinik-Roten (2004), es un núcleo sintáctico cuya única función es asignar caso al complemento, el argumento del verbo. 9 Con el símbolo «» indicaremos desviación interpretativa; con el símbolo «*», agramaticalidad. 10 Jaume Mateu (c.p.) nos ha indicado que la frase durante x tiempo puede tener también una lectura que hace referencia al tiempo transcurrido en un determinado estado final (i.e. Juan enjauló al pájaro durante una hora). 12