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SECCIÓN 3 Inmunidad frente a las bacterias y los hongos Ampliación web 14-2 La reacción de Schwartzman es una forma de lesión tisular inducida por las citocinas Schwartzman observó que, cuando se inyectan microorganismos gramnegativos en la piel de un conejo y, 24 h después, se administra por vía intravenosa una segunda dosis, se produce en esa región cutánea un fenómeno de necrosis hemorrágica. Esta reacción se denomina reacción de Schwartzman (fig. e14-1). En la actualidad se conocen muchos otros microorganismos que «preparan» la piel de la misma forma, entre los que se encuentran estreptococos, micobacterias, especies de Haemophilus, corinebacterias y el virus de la vacuna. Schwartzman también observó que dos inyecciones por vía intravenosa separadas entre sí 24 h provocan una reacción sistémica que suele consistir en una insuficiencia circulatoria y una necrosis bilateral de la corteza renal. Sanarelli había observado también este fenómeno, por lo que esta reacción se denomina en la actualidad reacción sistémica de Schwartzman o de Sanarelli-Schwartzman. Estas reacciones también pueden acompañarse de necrosis pancreática, hipofisaria, suprarrenal o intestinal. Además, se producen coagulación intravascular diseminada y trombosis. El componente activo de la inyección intravenosa que «desencadena» la reacción es la endotoxina (LPS). En los primeros estudios se incluyó a los cambios que se producen en el endotelio, a los depósitos de fibrina, a la acumulación y desgranulación de los neutrófilos y a las plaquetas entre los mediadores de la lesión. Esto es cierto, pero en la actualidad se sabe que los tejidos son estimulados mediante la inducción de IFN-g (lo que implica a la IL-12) procedente de los linfocitos NK o de los linfocitos T NK, mientras que el TNF es de vital importancia en la fase efectora de la lesión tisular sistémica. Estos fenómenos pueden contribuir al característico exantema hemorrágico que aparece en los niños que padecen meningitis meningocócica, y a los efectos sistémicos que se observan en el shock séptico producido por bacterias gramnegativas. El fenómeno de Koch consiste en una necrosis mediada por linfocitos T que aparece en las lesiones provocadas por micobacterias y en las regiones cutáneas sensibilizadas El fenómeno de Koch es una respuesta de necrosis frente a ciertos antígenos de M. tuberculosis observada por primera vez por Robert Koch en cobayas tuberculosas (fig. e14-2). Puede estar relacionada con la necrosis que aparece también en las lesiones propias de esta enfermedad. Este fenómeno se debe, al menos en parte, a la liberación de citocinas en una región en la que existe un proceso inflamatorio mediado por linfocitos T (región de hipersensibilidad de tipo retardado). Estas regiones son extraordinariamente sensibles a las lesiones tisulares inducidas por las citocinas, como ocurre en la reacción de Schwartzman, sobre todo cuando existe simultáneamente actividad de linfocitos Th1 y Th2. Reacción de Schwartzman Fig. e14-1 En la reacción de Schwartzman se produce una lesión tisular mediada por citocinas en la zona en donde se ha producido la inflamación. Este fenómeno se relaciona con varios cuadros clínicos en los seres humanos. La primera inyección en la piel prepara la zona, al inducir una inflamación y estimular la expresión de receptores para citocinas, que son ahora la diana de las citocinas sistémicas liberadas por la inyección intravenosa posterior de endotoxina (LPS). Algunos individuos padecen respuestas inmunitarias excesivas Todavía no se conoce con exactitud la razón por la cual algunas personas padecen respuestas inmunitarias excesivas mientras que otras son capaces de controlar la infección con escasa o ninguna lesión tisular. El anfitrión intenta continuamente regular las respuestas inmunitarias para evitar las situaciones descritas anteriormente. Por ejemplo, las citocinas inmunorreguladoras, como la IL-10 y el factor de crecimiento transformador b (TGF-b), se producen a partir de: e14-2 • Macrófagos durante los episodios de inflamación. • Linfocitos T reguladores durante la inmunidad adaptativa (v. cap. 11). La influencia de las poblaciones de linfocitos T reguladores «naturales» e «inducibles» se ha notificado en infecciones por bacterias como L. monocytogenes, especies de Helicobacter, Bordetella pertussis y M. tuberculosis. Su presencia puede ser beneficiosa para el anfitrión al impedir lesiones tisulares no deseadas, pero también puede ser utilizada por los microorganismos patógenos como un medio de eludir la respuesta inmunitaria. Por ejemplo, se ha observado en los ratones Fenómeno de Koch 14 CAPÍTULO Infecciones fúngicas La destrucción simultánea de un gran número de microorganismos por los antibióticos puede aumentar la producción de citocinas y el trastorno sistémico que sigue al tratamiento de la fiebre recidivante, la enfermedad de Lyme y la tuberculosis. Asimismo, cuando los pacientes con sida e infecciones subyacentes como la tuberculosis y la meningitis por criptococos reciben tratamiento con fármacos antirretrovíricos eficaces (tratamiento antirretrovírico muy activo, TARMA), los linfocitos T recuperados inducen un «síndrome inflamatorio de reconstitución inmunitaria» con graves lesiones tisulares. Las proteínas del choque térmico son dianas destacadas de las respuestas inmunitarias Fig. e14-2 Robert Koch observó que la inyección de M. tuberculosis o de antígenos solubles procedentes de ese mismo microorganismo en la piel de cobayas tuberculosas provocaba una lesión necrótica tanto en el punto de inyección como en la lesión tuberculosa original. Esto se debe, al menos en parte, a que las reacciones de sensibilidad retardada frente a los antígenos micobacterianos pueden ser muy sensibles a la toxicidad de las citocinas, como se observa también en el punto de inyección de LPS en la reacción de Schwartzman. Estas citocinas se pueden liberar en el punto de la inyección cutánea. En los seres humanos que padecen o han padecido tuberculosis se observa una reacción parecida. Las respuestas al mismo antígeno en individuos que presentan pruebas cutáneas positivas por vacunación con el BCG no suelen dar lugar a fenómenos de necrosis. que la hemaglutinina filamentosa y la toxina adenilato-ciclasa, dos conocidos factores virulentos de B. pertussis, estimulan la inducción de la secreción de IL-10, que regula los linfocitos T, moderando así la inmunidad protectora de los Th1 y favoreciendo la persistencia en el anfitrión. Durante el tratamiento de las infecciones bacterianas graves pueden aparecer respuestas inmunitarias excesivas Las proteínas del choque térmico (HSP o proteínas de estrés) se encuentran en todas las células eucariotas y procariotas, donde desempeñan funciones cruciales en el ensamblaje, plegado y transporte de otras moléculas. Las células de los mamíferos expuestas a temperaturas elevadas anómalas (o a otros tipos de estrés, como la infección) expresan cantidades aumentadas de estas proteínas, lo que refleja su papel en la estabilización de la estructura proteínica. Las bacterias también aumentan la expresión de las HSP, en particular cuando se adaptan al ambiente intracelular del anfitrión. Durante la infección se generan respuestas inmunitarias frente a HSP derivadas de los mamíferos y de los microorganismos patógenos. Las HSP de los mamíferos (y, probablemente, también las bacterianas) pueden activar la inmunidad innata por medio de múltiples receptores de la superficie celular, como el receptor de la globuli na a CD91, el CD40, el CD14 y los TLR 2 y 4. Las HSP pueden potenciar la presentación de los antígenos a través de la vía de clase I del MHC/CD8 (v. cap. 5) y son, en sí mismas, inmunógenas para los linfocitos T CD4 y los CD8. Como las secuencias de aminoácidos de las HSP están muy conservadas entre los seres humanos y las bacterias, hay aún una considerable especulación sobre su función en el inicio de la autoinmunidad, aunque parece que su contribución es más complicada que la simple imitación antigénica. © Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito. Se da la paradoja de que las respuestas inmunitarias excesivas pueden aparecer también durante el tratamiento de los seres humanos con enfermedades bacterianas graves. e14-3