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12 11. PSICOLOGÍA SOCIAL Y DE LAS ORGANIZACIONES 11.01. INTRODUCCIÓN A LA PSICOLOGÍA SOCIAL 11.01.01 INTRODUCCIÓN A LA PSICOLOGÍA SOCIAL: ORIENTACIONES TEÓRICAS ORIENTACIONES Este primer tema de Introducción a la Psicología Social, desarrolla los principales modelos teóricos que han realizado contribuciones a la Psicología Social. Lo más relevante de este tema, es conocer las características generales de cada orientación teórica y sus autores más representativos. ASPECTOS ESENCIALES 1. 2. 3. La Psicología social asume que existe una determinación mutua entre mente y sociedad; considera que hay procesos psicológicos que determinan cómo funciona la sociedad y cómo se produce la interacción social. Pero asume también que los procesos sociales, a su vez, determinan el funcionamiento psicológico. Hay tres tipos de respuestas, a la pregunta de sí es la Psicología de grupo una disciplina distintiva propia de lo colectivo:1) la Tesis de la mente grupal,2) el Individualismo, y 3) el Interaccionismo. Las principales Orientaciones teóricas en Psicología social, son: el Psicoanálisis, la Gestalt, el Conductismo y las teorías del Interaccionismo Simbólico. PREGUNTAS REPRESENTATIVAS 221. El autor del concepto de “espacio vital” de la personal para analizar las relaciones entre los individuos que componen un grupo, es: 1) 2) 3) 4) 5) Lewin. Schein. Asch. Lawler. Heider. PIR 00, RC 1. 133. La teoría de la disonancia supone que: 1) Por razones estratégicas expresamos actitudes que nos hacen parecer consistentes. 2) Nuestras acciones son autorreveladoras. 3) Pueden usarse pequeños compromisos para manipular la autoimagen de una persona. 4) La existencia de cogniciones que no son coherentes entre sí produce un estado psicológico de incoherencia que es incómodo y que la persona se esforzará en paliar. 5) Cuando no estamos seguros respecto a nuestros sentimientos o creencias observamos nuestra conducta. PIR 03, RC 4. 052. La disonancia cognitiva aparece: 1) Antes de tomar una decisión. 2) Después de actuar en contra de las creencias y actitudes. 3) Después de recibir información consistente con las creencias. 4) Antes de realizar conductas que requieren esfuerzo. 5) Antes de realizar una conducta agresiva. PIR 07, RC 2. 005. ¿Cuál de las siguientes perspectivas dentro de la psicología social afirma que “el aprendizaje a partir de estímulos discriminativos, es decir, sociales frente a no sociales es lo que hace que los individuos se comporten de diferente manera en grupo que cuando están solos?: 1) Mentalismo. © C E D E – www.pir.es CEDE - C/ Cartagena, 129 - 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 11. PSICOLOGÍA SOCIAL Y DE LAS ORGANIZACIONES 11.01. INTRODUCCIÓN A LA PSICOLOGÍA SOCIAL 2) 3) 4) 5) 13 Individualismo. Interaccionismo. Instrumentalismo. Conductismo. PIR 06, RC 2. CEDE - C/ Cartagena, 129 - 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 © C E D E – www.pir.es 14 11. PSICOLOGÍA SOCIAL Y DE LAS ORGANIZACIONES 11.01. INTRODUCCIÓN A LA PSICOLOGÍA SOCIAL 11.01.01 INTRODUCCIÓN A LA PSICOLOGÍA SOCIAL: ORIENTACIONES TEÓRICAS 1. La constitución histórica de la psicología social 2. La orientación psicoanalítica 2.1. Freud 2.2. Continuadores de la obra de Freud 2.3. Psicoanálisis y Antropología 2.4. Representantes recientes de la teoría psicoanalítica 3. Escuela de la Gestalt y orientación cognitiva 3.1. La escuela de la Gestalt 3.2. La orientación cognitiva 4. El conductismo: teorías del intercambio social 4.1. Variantes principales de la teoría del intercambio 4.2. Teoría de Homans 4.3. Teoría de Thibaut y Kelley 4.4. Teoría de la Equidad 4.5. Teoría de los Recursos de Foa y Foa 4.6. Teoría de la Obligación de Greenberg 4.7. Críticas a la orientación del Intercambio 5. El interaccionismo simbólico 5.1. Supuestos básicos y métodos del interaccionismo simbólico 5.2. Críticas al interaccionismo simbólico 5.3. Modalidades del interaccionismo simbólico 1. LA CONSTITUCIÓN HISTÓRICA DE LA PSICOLOGÍA SOCIAL Históricamente, la Psicología Social fue constituyéndose a través de las aportaciones de la Filosofía Social, la Sociología, la Psicología y la Antropología Cultural, principalmente. Tomando como inicio el comienzo del s. XX, J. Burillo (1985) constata que la Psicología Social se ha constituido a partir de las aportaciones de los siguientes autores: • Filósofos como Platón, Hobbes, Aristóteles, Locke, etc. • Sociólogos como Cooley, Ross, Durkheim, Tarde, Comte, Rousseau, etc. • Psicólogos como Mc Dougall, James, Dewey, Baldwin, etc. • Antropólogos como Lazarus y Steinhal, M. Mead, Linton, etc. Podemos dividir la historia de la Psicología Social, tal como propone también J. Burillo, en cuatro etapas fundamentales, que describiremos a continuación: © C E D E – www.pir.es • Una etapa precursora, desde la antigüedad hasta principios del s. XX, en la que, como decíamos, jugaron papeles decisivos diversas disciplinas, como la Filosofía y la Antropología, la Psicología y la Sociología. Entre los orígenes de la Psicología Social en la Filosofía, podemos destacar el pasaje cartesiano de la Segunda Meditación en que el citado autor infiere la realidad del mundo interior del "otro" a partir del descubrimiento del propio. En cuanto a la Psicología Científica en sus inicios, el método introspectivo de Wundt no propició un acercamiento a lo social, y fue la revolución watsoniana la que propició el desarrollo de la Psicología Social con la negación de los instintos en el hombre, lo que posteriormente seria utilizado por quienes se opusieron a las teorías instintivistas de Mc Dougall. Por otro lado, además de las valiosas aportaciones de autores como Baldwin y Dewey, la teoría del Yo de W. James aportó ideas importantes. Este autor partía de una distinción entre el "Mí" (Yo empírico, el yo conocido) y el "Yo" (Yo puro, el yo como conocedor). El Mi se compone de una triple naturaleza: el Mí material, el Mi social y el Mi espiritual, que originan unas "emociones y sensaciones" que a su vez dan lugar a unas acciones de "autopresentación" respecto a cada uno de ellos. La definición del Mi social como "reconocimiento que (el sujeto) obtiene de sus prójimos" se convertirá en un antecedente de uno de los términos centrales de la disciplina que nos ocupa: el concepto de rol. Entre los sociólogos implicados en la creación de la Psicología Social, G. Allport considera que es Augusto Comte el fundador de la disciplina. Tras el desprecio que inicialmente muestra hacia la Psicología, en el "Sistema de Política", Comte postula la existencia de una ''verdadera ciencia final" que sistematice el conocimiento especial de nuestra naturaleza individual, según una "conveniente combinación" del punto de vista biológico (al que se reduce para él la Psicología) y sociológico, que se relacionan necesariamente. Por otro lado, otro sociólogo, Durkheim, supuso un avance en el desarrollo de la Psicología Social con su concepto de la "conciencia colectiva", que durante un tiempo fue la unidad de análisis explicativa de algunos fenómenos psicosociológicos. El carácter impositivo de las normas sociales que este autor propone es un claro antecedente sociológico de la teoría freudiana del super-yo. Gabriel Tarde es citado también como otro "fundador" de la Psicología Social desde la Sociología. Su obra "Las leyes de la imitación" (1890) influyó decisivamente en Ross; según Tarde, todo el flujo de la dinámica social se explica mediante cuatro procesos sociales básicos: invención, imitación, adaptación y oposición. Además de las tesis de este autor sobre la imitación, que tan decisivamente influirán sobre las del Aprendizaje Vicario, es de destacar su tesis sobre el papel de los medios de comunicación de masas en la conformación de la opinión pública, y su formulación de los procesos de influencia de la comunica- CEDE - C/ Cartagena, 129 - 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 11. PSICOLOGÍA SOCIAL Y DE LAS ORGANIZACIONES 11.01. INTRODUCCIÓN A LA PSICOLOGÍA SOCIAL ción en dos etapas: los efectos de los mensajes cristalizan en un primer momento en unos determinados individuos que, a su vez, se constituyen en polos de irradiación de influencia. A partir de la ideas de Durkheim y Tarde, Gustavo Le Bon explica el comportamiento de las multitudes por medio del concepto de sugestión; de hecho, con su obra "Psicología de las multitudes" (1895) abrió el capítulo de la conducta colectiva. Comte, Durkheim, Tarde y Le Bon integran la tradición sociológica francesa. A continuación citaremos algunos precursores norteamericanos. De entre éstos, debemos destacar los nombres de Cooley y G.H. Mead. El primero, influido por las ideas de James, propondrá, contra lo que postulaban Tarde y otros, que el objeto de la sociología no será, al modo conductista, la conducta externa, observable, de los individuos, sino sus representaciones de la realidad. Una contribución de este autor es su teoría del "sí mismo social" en tanto que entidad constituida por tres componentes básicos: la imaginación de nuestra apariencia ante el otro, la imaginación del juicio de otro de esa apariencia y una suerte de autosentimiento. Otra de sus aportaciones importantes al desarrollo de la Psicología Social consiste en su conceptualización del "grupo primario" (1909) como "aquel caracterizado por asociación y cooperación íntimas, cara a cara". Estos grupos, según Cooley, son primarios en varios sentidos, pero principalmente en que son fundamentales en la formación de la naturaleza social e ideales del individuo. • Una segunda etapa, entre los comienzos del s. XX y los años 30, la constituye la existencia de una Psicología Social independiente. Burillo establece hacia 1908 el inicio de la etapa independiente de la Psicología Social, con la aparición de los textos del sociólogo norteamericano Ross y del psicólogo británico Mc Dougall. Ross, influido por Tarde, Le Bon, Cooley y Veblen, explica las uniformidades sociales (moda, convenciones, opinión pública, etc.) mediante los mecanismos de imitación y sugestión. El concepto básico de Mc Dougall fue el de "instinto” definido como "disposición psicofísica innata o heredada que determina a su poseedor a percibir objetos de ciertas clases, a experimentar excitación emocional de una cualidad particular, a percibirlos y a actuar respecto a ellos de modo particular o, al menos, a experimentar un impulso a tal acción". Posteriormente escribe que cada proceso instintivo posee los tres aspectos de todo proceso mental: cognitivo, afectivo y conativo, de modo que, si prescindimos de la base innata, tenemos una definición acorde con el concepto de Actitud. Mc Dougall enumera y analiza hasta doce instintos fundamentales (pugnacidad, adquisición, gregariedad, sexual, parental, etc.) a partir de los cuales interpreta la conducta social. En estos años aparece la obra de un importante autor, Floyd Allport, que influirá de CEDE - C/ Cartagena, 129 - 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 15 manera decisiva en la historia de la Psicología Social. Una de las aportaciones de Allport fue su terminante rechazo del concepto de instinto y la afirmación subsiguiente (previo ataque a la falacia de la "mente colectiva") de que el individuo es, simultáneamente, la unidad de análisis y el objeto de estudio de la Psicología Social, de manera que, bajo una perspectiva conductista, reduce la Psicología Social a Psicología del individuo. No obstante, lejos de defender una postura conductista radical, Allport en absoluto rechaza el mundo interno del sujeto; lo que afirma es que no hay interacción de conciencias, sino de conductas, afirmando que "la introspección sobre estados conscientes es, a la vez, interesante en sí misma y necesaria para una completa explicación". Otra importante contribución de Allport la constituye su papel de pionero en el experimento de laboratorio en Psicología Social. En tercer lugar, debemos destacar su teoría de la "facilitación social", en la que distingue dos tipos de agregaciones: el grupo y la multitud. A su vez, los grupos se dividen en dos clases: de coactuación y grupos cara a cara. En los grupos de coactuación, los sujetos están primariamente referidos a otros tipos de estímulos más que a su mutua relación. En los grupos cara a cara ("necesariamente pequeños", anota) los sujetos reaccionan principal o completamente a otros individuos. Cuando existe entre un grupo de individuos algún tipo de acción competitiva, propone, dos tipos de factores sociales: primero, una "facilitación social" consistente en "un incremento de la respuesta meramente de ver o escuchar a otros realizando los mismos movimientos", y segundo, rivalidad, es decir, "un refuerzo emocional del movimiento acompañado por la conciencia de un deseo de ganar". Tras estos trabajos, comienza en Psicología Social un período de intensa actividad, en el que conviene destacar que multitud de trabajos se centraron en una "polémica sobre los instintos" y otros en polemizar acerca de cuál de las dos líneas, la Psicológica o la Sociológica, era la adecuada para la nueva disciplina de la Psicología Social. Respecto al primer grupo, es claro que vencieron las posturas anti-instintivistas, pero la segunda discusión continúa vigente aún. Haciendo un balance general de la Psicología Social en estos años, Smoke (1935) señalaba en aquel momento dos características fundamentales de la disciplina: el amplio espectro de problemas estudiados y la tendencia a investigar problemas específicos mediante métodos objetivos (en esta época, por ejemplo, llevó a cabo Sherif sus experimentos sobre normas sociales). • Una tercera y cuarta etapas, entre los años 30 y la actualidad, la ocupan las etapas de consolidación y la entrada en crisis de la Psicología Social. Con la llegada en 1931 de Kurt Lewin a Norteamérica comienza un largo período en la disciplina que abarca prácticamente hasta nuestros días. Tras crear Lewin su propia escuela, sus discípulos fueron © C E D E – www.pir.es 16 11. PSICOLOGÍA SOCIAL Y DE LAS ORGANIZACIONES 11.01. INTRODUCCIÓN A LA PSICOLOGÍA SOCIAL durante muchos años las figuras dominantes de la escena de la Psicología Social. Desde los campos de la Psicología General, la Antropología y la Sociología surgen nuevas orientaciones teóricas, y la Psicología Social atraviesa una edad de oro hasta finales de los años sesenta, cuando una serie de nuevos trabajos comienza a cuestionar las abundantísimas, y a menudo rutinarias, tareas de los especialistas. Este fue el inicio de una crisis de la que, según ciertos autores, aún no hemos salido. PERSPECTIVAS SOBRE LA PSICOLOGIA SOCIAL: EL INDIVIDUO Y EL GRUPO La Psicología social asume que existe una determinación mutua entre mente y sociedad; considera el supuesto de que hay procesos psicológicos que determinan cómo funciona la sociedad y cómo se produce la interacción social. Pero asume también el supuesto de que los procesos sociales, a su vez, determinan el funcionamiento psicológico. Cuando la Psicología Social nace como ciencia empírica, surge una gran discusión sobre la relación individuo-grupo social. Se plantean las siguientes cuestiones: ¿se podría afirmar científicamente que los grupos poseen mentes separadas y diferentes de las de los individuos que los constituyen? ¿existe una “mente grupal? ¿ es la Psicología de grupo una disciplina distintiva propia de lo colectivo (diferente de la Psicología general y de las Ciencias sociales)? Hay tres tipos de respuestas: la tesis de la mente grupal, el individualismo y el interaccionismo: A. La tesis de la mente grupal (LeBon, 1896, Freud, 1921, McDougall, 1921). Existe una Psicología de grupo distintiva, irreducible a la psicología individual. Los individuos son poseídos por una “mente de grupo” en los contextos colectivos o grupales, que transforma cualitativamente su conducta. Según LeBon, esta mente colectiva es distinta de la mente normal del individuo. B. El individualismo. En los años veinte F. Allport propuso el individualismo como respuesta a la discusión individuo-grupo. Niega la existencia de una mente grupal. Desde este enfoque no es necesaria la Psicología Social como ciencia distinta. Las leyes del aprendizaje que explican la conducta asocial o individual son también aplicables a la interacción social. Así, la Psicología Social simplemente aplica las leyes generales de la Psicología individual a los complejos estímulos sociales. Los demás son sólo estímulos sociales ante los que hemos aprendido a responder de modo adecuado, igual que aprendemos a actuar en entor- © C E D E – www.pir.es nos no sociales (PIR 06, 5). Los grupos son agregados de individuos. La conducta individual no cambia de modo cualitativo en el grupo. Se trata de una perspectiva reduccionista (el grupo no es diferente de la suma de sus miembros), que aplica la teoría conductista del aprendizaje para explicar la interacción social. C. El interaccionismo. En los años treinta y cuarenta aparece el tercer tipo de respuesta, formulada por autores con influencia de la escuela de la Gestalt. Muzafer Sherif, Kurt Lewin, Solomon Asch. Es el corazón intelectual de la Psicología Social como ciencia distintiva. Esta perspectiva considera que la Psicología de Grupo implica una interacción entre los procesos psicológicos individuales y la vida social. Intenta explicar cómo la psicología individual origina la vida social mientras ésta la transforma, sin negar la existencia o la influencia causal de la mente o de lo social. Los procesos psicológicos residen sólo en los individuos (≠ tesis mente grupal). Asume que las mentes individuales son modificadas de forma cualitativa por el grupo (ej: a través de la interacción social los sujetos crean normas sociales que luego internalizan). Es una perspectiva cognitiva y no reduccionista de la Psicología grupal (la interacción grupal produce procesos psicológicos diferentes de la psicología individual). A continuación, pasaremos a desarrollar otra forma posible que hay de estudiar las Orientaciones teóricas que existen en la Psicología Social; concretamente describiremos: el Psicoanálisis, la Gestalt, el Conductismo y las teorías del Interaccionismo Simbólico. 2. LA ORIENTACIÓN PSICOANALÍTICA Gran cantidad de autores conceden un lugar al Psicoanálisis en relación a las teorías actuales de la Psicología Social, aunque sobre el valor efectivo de dicha aproximación para la citada disciplina los autores no están tan de acuerdo. Autores como Hall y Lindzey citan como razones de la escasa influencia de Freud en el desarrollo de la Psicología Social el "instintivismo" freudiano, la actitud fuertemente pesimista del fundador respecto a las relaciones individuo-sociedad, la naturaleza "psicopatológica" de la teoría y la débil penetración de las teorías psicoanalíticas en las universidades norteamericanas. 2.1. FREUD El psicoanálisis es, como sabemos, una teoría de la personalidad, una técnica de curación de los trastornos nerviosos y una cierta concepción del mundo y de la historia. A medida que Freud fue ocupándose de problemas más allá de la estricta patología de los neuróticos, su pensamiento CEDE - C/ Cartagena, 129 - 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 11. PSICOLOGÍA SOCIAL Y DE LAS ORGANIZACIONES 11.01. INTRODUCCIÓN A LA PSICOLOGÍA SOCIAL fue adquiriendo matices fuertemente negativos respecto a la naturaleza de las relaciones entre cultura e individuo. Tanto el Yo como el Superyó se constituyen a partir de un único principio, de naturaleza energético-libidinal, con que Freud cuenta. Para Freud, toda exigencia, interna o externa, que obligue al sujeto a un comportamiento no directamente vinculado con la satisfacción de sus pulsiones será vivenciada, en rigor, como frustradora. Freud describe el dinamismo de las relaciones sociales mediante su distinción entre pulsiones sexuales directas y pulsiones sexuales coartadas en su fin, responsabilizando a estas últimas de las relaciones de amistad y camaradería entre los individuos. Así, la naturaleza libidinal de los vínculos que unen a los miembros del grupo, así como el proceso de identificación con el líder, son los mecanismos que explican la dinámica grupal. Respecto a la Cultura, Freud destaca su carácter represivo sobre el individuo, con las siguientes palabras: "toda cultura reposa en la imposición coercitiva del trabajo y en la renuncia a los instintos". En otra ocasión, escribe "es forzoso reconocer la medida en que la cultura reposa sobre la renuncia a las satisfacciones instintuales: hasta qué punto su condición previa radica precisamente en la satisfacción...de instintos poderosos". En definitiva, si en un nivel intrapersonal el individuo freudiano aparecía instalado en un radical e irremediable conflicto, a la hora de considerar su dimensión social, de nuevo queda de manifiesto el conflicto, en última instancia de base biológica, entre el individuo y su medio sociocultural, efecto y a la vez origen de la represión de sus pulsiones. 2.2. CONTINUADORES DE LA OBRA DE FREUD Las tesis freudianas dejaron abiertas dos vías de interpretación según se hiciera descansar en la sociedad o en el individuo la razón última de su imposible reconciliación. En función de esto se fueron creando dos grandes corrientes de pensamiento que según Robinson cabría denominar izquierda y derecha freudianas, de manera que la primera abogó por adscribir a la sociedad la responsabilidad del conflicto y la segunda por ajustar al individuo a su medio social, previa atenuación del enfrentamiento. En la derecha freudiana cabe señalar a Fromm, altamente representativo del movimiento "revisionista". Para este autor, "la tarea de la Psicología Social consiste en explicar las actitudes psíquicas y las ideologías compartidas, socialmente pertinentes (y en especial sus raíces inconscientes) en términos de la influencia de las condiciones económicas sobre las ansias de la libido". Como Freud, también afirmaba que el Superyó se constituye por interiorización de las normas CEDE - C/ Cartagena, 129 - 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 17 sociales a través de la relación familiar, pero su teoría va más allá al opinar que la familia es el "agente psíquico de la sociedad", reflejo de las reglas vigentes en el medio social. La atenuación de las demandas instintuales permite a los revisionistas reducir la importancia del conflicto individuo-sociedad. Reich, uno de los representantes de la izquierda antes mencionada, inicia sus desarrollos desde otro punto de vista, declarando que "así como el marxismo, sociológicamente hablando, es la expresión de la toma de conciencia de las leyes que rigen la economía, y de la explotación de las mayorías por una parte de las minorías, el Psicoanálisis es la expresión de la toma de conciencia de la represión sexual por parte de la sociedad". Reich niega, como todos los postfreudianos que estamos tratando, el instinto de muerte, afirmando que la cultura y la satisfacción sexual no son forzosamente antagónicas, sino fruto de especificas condiciones políticas y económicas. 2.3. PSICOANÁLISIS Y ANTROPOLOGÍA Fue de la colaboración entre Psicoanálisis y Antropología de donde salieron las más interesantes aportaciones de la segunda. Probablemente el fruto más conocido de esta colaboración es el resultado de las investigaciones en torno al concepto de "Personalidad básica". Apoyándose en postulados psicoanalíticos, Kardiner llegó a la conclusión de que existe un núcleo fundamental de la personalidad de los individuos de una misma cultura al que llamó "personalidad básica", concepto que propuso se compone de cuatro elementos fundamentales: técnicas de pensamiento comunes, sistemas de defensa contra la ansiedad, formación del Superyó y actitudes respecto a los seres sobrenaturales. La personalidad básica, según este autor, deriva del común desarrollo de los individuos dentro del marco de instituciones de una determinada cultura. Los problemas metodológicos inherentes a estos tipos de investigación conducen a contemplar este concepto de "personalidad básica" con grandes reservas. Otros conceptos análogos, como el de "personalidad modal" o el de "carácter nacional", que durante épocas fueron objeto de atención de algunos psicólogos sociales, deben igualmente tomarse con precaución. 2.4. REPRESENTANTES RECIENTES DE LA TEORÍA PSlCOANALÍTlCA En este apartado centraremos nuestra atención en algunas aportaciones significativas en el campo de las actitudes y del pequeño grupo, las primeras a cargo de Sarnoff y las segundas de Schütz y Bennis. © C E D E – www.pir.es 18 11. PSICOLOGÍA SOCIAL Y DE LAS ORGANIZACIONES 11.01. INTRODUCCIÓN A LA PSICOLOGÍA SOCIAL La tesis fundamental de Sarnoff (1960) es que las actitudes tienen la función de defender al Yo de los peligros, internos o externos, que le puedan amenazar. Para desarrollar su teoría, define los conceptos fundamentales de motivo, conflicto, defensa del Yo, síntoma y actitud. Por motivo entiende el estímulo productor de tensión que conduce al individuo a un comportamiento reductor de esa tensión; en el caso de que dos o más motivos sean activados simultáneamente, se producirá un estado de conflicto, que se verá agravado cuando ambos motivos sean de semejante intensidad. En este caso la solución dependerá de la medida en que sean o no conscientemente aceptados. Precisamente, para eliminar motivos inaceptables para el sujeto, entran en acción los sistemas de defensa del Yo. Si se da la circunstancia de que tales sistemas no cumplan eficazmente su función defensiva, surgirán síntomas, que no son otra cosa que respuestas abiertas, reductoras de tensión, y cuya relación con el motivo inaceptable no es percibida por el sujeto. En este contexto es donde aparecen las actitudes en tanto reacciones favorables o desfavorables ante una cierta clase de objetos. El individuo, según propone Sarnoff, desarrollará actitudes favorables hacia los objetos que faciliten la reducción de tensión entre motivos conscientemente aceptados. En cuanto a los motivos inaceptables, las actitudes se verán afectadas por el grado en que faciliten reacciones de defensa del Yo y/o reacciones sintomáticas. La teoría de Schütz sobre el desarrollo del grupo (1958) se articula a través de cuatro principios fundamentales. El primero afirma que, en relación con el grupo, todo individuo tiene tres necesidades básicas: de inclusión, de control y de afecto. La primera tiene que ver con la necesidad de pertenecer al grupo y de relacionarse satisfactoriamente con los otros miembros; por "control" entiende Schutz la armónica relación con los otros respecto a las figuras de poder; finalmente, la necesidad de afecto connota la exigencia de ser amado por los demás. Cada una de estas necesidades determina una triple clasificación de los individuos: la necesidad de inclusión da lugar a los tipos insociable, supersociable y sociable; el control, a los tipos sumiso, autócrata y demócrata, y por último el afecto da lugar a los tipos sobrepersonal, contrapersonal y personal. El segundo principio de la teoría sostiene que la conducta de las personas durante su edad adulta sigue las pautas de comportamiento establecidas por sus relaciones familiares durante la infancia. El tercer principio dice que cuanto mayor grado de compatibilidad exista entre los miembros del grupo, mayor nivel de logro alcanzará éste. Finalmente, el cuarto principio establece una serie de secuencias en el desarrollo del grupo que atraviesa precisamente por unas vicisitudes que se relacionan con las tres necesidades básicas antes descritas: habrá una fase en torno a la per- © C E D E – www.pir.es tenencia al grupo, luego otra en torno a problemas de poder en el grupo y, por último, una etapa que involucre problemas de afecto interpersonal. La escuela de E. Pichón Rivière, B. Aires, sobre el Grupo Operativo, establece líneas de actuación a caballo entre la Psicología Social y la Psicología Clínica, desde los años 50. Su concepción acerca de la constitución del grupo y de la importancia de su producción en relación con la tarea de éste, configura su aportación relativa al ECRO grupal (Esquema conceptual Referente y Operativo). M. Langer, Bleger y los desarrollos de la Psicología Vincular (N. Caparrós) son continuadores. A las obras de estos autores podemos añadir la teoría del desarrollo grupal que propone Bennis (1967). La premisa fundamental del modelo es que el grupo, a través de su desarrollo, avanza desde un estado de incertidumbre a niveles de certidumbre progresivamente mayores. Este autor reformula las necesidades de control y de afecto de Schütz. La primera, como vimos, se relaciona con la autoridad y el poder, ante los que los individuos se clasifican en "dependientes", fácilmente sometibles a la dirección de un líder, "contradependientes", opuestos a cualquier tipo de autoridad, e "independientes", sin actitudes compulsivas ante la autoridad. En relación a la necesidad de afecto, Bennis distingue entre individuos "sobrepersonales", con fácil tendencia a establecer una íntima y rápida relación con los demás, "contrapersonales", que tratan de evitar la relación íntima, y "catalizadores", no conflictivos, y que se situarían entre los dos anteriores. Tras sentar estas bases, Bennis describe el proceso grupal a través de dos grandes etapas: la primera se relaciona con problemas en torno a las figuras de autoridad, y la segunda se centra en las relaciones afectivas entre los miembros del grupo. 3. ESCUELA DE LA GESTALT Y ORIENTACIÓN COGNITIVA 3.1. LA ESCUELA DE LA GESTALT La Escuela de la Gestalt comenzó en Alemania, estudiando aspectos relacionados con la percepción (Wertheimer), el comportamiento animal (Koffka) y motivaciones y grupos (Lewin). Las incursiones de esta escuela en la Psicología Social se iniciaron desde los primeros momentos de su historia. Por ejemplo, Koffka afirmaba que no se puede comprender la conducta sin tener en cuenta los factores sociales, al igual que Köhler se ocupaba especialmente del tema de la percepción interpersonal, a su juicio "el hecho básico en Psicología Social", exponiendo que "ya que la conducta de los demás se nos da exclusivamente a través de la per- CEDE - C/ Cartagena, 129 - 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 11. PSICOLOGÍA SOCIAL Y DE LAS ORGANIZACIONES 11.01. INTRODUCCIÓN A LA PSICOLOGÍA SOCIAL cepción, nuestra comprensión de los otros ha de ser referida en primer término a dicha fuente de conocimientos". Aplicando el postulado de isomorfía, Köhler concreta que la conducta tiende a parecerse a lo que mentalmente está ocurriendo en el sujeto. Algunos años más tarde, los experimentos sobre percepción interpersonal pusieron suficientemente de relieve la debilidad de los planteamientos de Köhler. De entre los autores que formaron parte de este movimiento, la figura de Kurt Lewin ha ejercido una influencia extraordinaria en el desarrollo histórico de la Psicología Social. Se distinguen en su obra dos etapas: la primera comprende sus trabajos, fundamentalmente dentro de la psicología individual, en Alemania; la segunda, a partir de su emigración a Norteamérica, donde comenzó a ocuparse abiertamente de temas psicosociológicos. Debemos destacar, en relación a la actitud epistemológica de Lewin, que pone de manifiesto que puede haber ciencia de un caso singular, no siendo necesaria la generalidad de los casos de un cierto fenómeno para poder enunciar una ley científica sobre él. Por otra parte, este autor rechaza una concepción substancialista de la realidad para defender una relacional y dinámica. Lewin, además, aboga por un entendimiento relacional del comportamiento en el que la clave está en las relaciones mutuas entre la conducta y la situación concreta en que ésta se da. El postulado fundamental de la obra de Lewin se refiere a la explicación de la conducta. Para encontrar las causas de la conducta, según Lewin, hay que ir más allá de las apariencias: según la clásica lógica aristotélica creeríamos que la conducta está únicamente provocada por características del individuo, sin embargo las fuerzas que determinan verdaderamente la conducta las encontramos mediante la representación del campo psicológico total del individuo. Un campo es la totalidad de hechos que coexisten y que se conciben como mutuamente dependientes. Estos hechos coexistentes incluyen dos tipos de variables: psicológicas (motivos, percepciones..) y no psicológicas (sociales, físicas..) que inciden sobre el individuo influyendo en su conducta. El espacio vital o campo psicológico incluye el conjunto de variables psicológicas, mutuamente dependientes, que constituyen la experiencia psicológica de un individuo, esto es: la interacción de la persona y su ambiente (psicológico, subjetivo, como lo percibe en ese momento). El espacio vital está en constante cambio, es el mundo experimentado por el individuo en un cierto momento. La conducta es una función del espacio vital, que es función de la interacción de la Persona y su Ambiente, considerando ambos como una constelación de factores interdependientes (PIR 00, 221). CEDE - C/ Cartagena, 129 - 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 19 Así, la teoría de campo que ha sido tan fecunda en física, parte del supuesto de que un grupo en cualquier instante existe en un campo psicológico que opera en forma no diferente a un campo electromagnético en física. Este campo consiste en un número de fuerzas (o variables) que afectan la conducta del grupo. La dirección, sentido e intensidad (magnitud) relativa de estas fuerzas determina la dirección, sentido y velocidad de movimiento del grupo. Por esto, en su propuesta sobre la psicología social, Lewin supera la postura individualista de la psicología tradicional en la que se habían focalizado muchos autores, que integraba al individuo en un colectivo. Para el autor, el individuo hace parte de un entorno o campo dinámico que él define y a la vez lo determina a él. De esta manera se entiende que el comportamiento es producto de la interacción de los individuos y grupos en un espacio vital y en un momento específico. Así, Lewin argumentaba que la personalidad debe verse en el contexto del campo dinámico o topología de las relaciones del individuo con el medio. Por tanto, no son las propiedades aisladas de una persona y de aquello que le rodea lo que explica su comportamiento, sino la mutua relación coexistente entre la totalidad de los factores que comprende el espacio vital de esa persona. Esos factores abarcan la condición momentánea de la vida de un individuo o de un grupo, así como su estructura y su entorno. Las aportaciones más significativas de la obra de Lewin a la Psicología Social se encuentran en el área de la dinámica de grupos. Lewin siempre entendió el grupo como un "todo dinámico" cuya esencia era la interdependencia entre sus miembros, recayendo finalmente en lo que posteriormente se ha criticado como "psicologismo de grupo", al querer tratar a ese micronivel, por ejemplo, conflictos económicos y políticos. Lewin pensaba que es más sencillo cambiar a los individuos integrados en un grupo que cambiar a cualquiera de ellos por separado. El cambio social planificado se realizaría en tres fases: descongelación (reducción de la relevancia de los estándares anteriores del grupo), introducción de nuevos estándares y recongelación (establecer con firmeza los nuevos estándares). A veces habló del espacio vital del grupo, en el mismo sentido que establecía en el análisis del individuo. El grupo de Lewin se caracterizó por ser gestaltista, pero no ortodoxo, con un gran interés en la psicología aplicada, la reforma social, la filosofía de la ciencia, la abstracción matemática... Fue precisamente un discípulo de Lewin el que describió el denominado efecto Zeigarnik (PIR 01, 18), que describe cómo las tareas interrumpidas se recuerdan mejor que las completadas. Este fenómeno fue explicado desde la concepción gestaltista de la motivación: © C E D E – www.pir.es 20 11. PSICOLOGÍA SOCIAL Y DE LAS ORGANIZACIONES 11.01. INTRODUCCIÓN A LA PSICOLOGÍA SOCIAL si un individuo está motivado para obtener éxito en una tarea determinada (memorizar algo para un fin concreto), se supone que se genera un sistema de tensiones específicas, que persiste a través de la manipulación de la tarea y se resuelve cuando se termina ésta. Si la tarea es interrumpida, la tensión de meta persiste, lo cual conduce a: a) Una tendencia a conservar la organización de las huellas de memoria relacionadas con la tarea y, por consiguiente, a su mejor rememoración. grupo de seis, conocidas como "teorías de la congruencia", y que son las siguientes: teoría de la Disonancia de Festinger, teoría del Equilibrio Interpersonal de Newcomb, teoría de la Congruencia de Tannenbaum, teoría de la Consistencia de Rosemberg, teoría de la Implicación Psicológica de Abelson y teoría Estructural de Mc Guire. De todas ellas, la más conocida e investigada ha sido con diferencia la de Festinger, a la que dedicaremos el resto de este apartado. 3.2.1. Teoría del equilibrio de Heider b) Una tendencia a reanudar la tarea interrumpida u otra semejante a ella. 3.2. LA ORIENTACIÓN COGNITIVA Podemos sintetizar las principales características de la orientación cognitiva en Psicología Social como sigue: • El supuesto básico es que el individuo es un procesador activo de información, el efecto de cualquier estímulo depende de su categorización e interpretación previas por parte del sujeto. Se asume, por tanto, un modelo básico E-O-R. • Las creencias, actitudes, ideas, etc. de los individuos están organizadas en sistemas estructurados, de tal modo que, según la propia definición de sistema, un cambio en un elemento del sistema determina el cambio en todos los demás. • Se interesa por lo que Lewin denominó "mundo percibido", destacando la significación que el mundo real y físico tienen para el sujeto, utilizando conceptos mentalistas. • Destaca la dimensión racional de la persona, minimizando la importancia de los aspectos irracionales, defendiendo que la conducta y el aprendizaje no son forzosa y necesariamente activados por necesidades primarias. • Concede escasa importancia a una perspectiva genética, al origen de la conducta actual, destacando la importancia de lo que acontece actualmente. • Prefiere unidades molares de análisis, frente a la actitud molecular conductista. El campo teórico y de investigación de la orientación cognitiva es muy amplio, integrando todo lo relacionado con la percepción interpersonal, procesos de atribución, esquemas sociales, cambio de actitudes, atracción, mapas cognitivos, etc. Esta orientación comprende, asimismo, un amplio espectro de teorías, de entre las que destacan un © C E D E – www.pir.es A finales de los 50, surgieron una serie de teorías que partían de la hipótesis de que el ser humano necesita mantener una conducta que sea coherente con lo que dice y piensa: la Teoría de la congruencia (Osgood y Tannenbaum, 1955), la Teoría de la disonancia cognitiva (Festinger, 1957) y la Teoría del equilibrio (Heider, 1958). En general, estas teorías defienden la idea de que las personas necesitan mantener coherencia entre creencias, entre diferentes actitudes, y entre actitudes y conducta, para así mantener el bienestar psicológico. Las teorías de la Consistencia Cognitiva se derivan primordialmente de las ideas de Heider (1946) las cuales proponen que los individuos se comportan manteniendo un balance estructural en sus sistemas cognoscitivos. De hecho, la teoría de la coherencia con implicaciones más claras para la estructura de las actitudes es la teoría del equilibrio, derivada de Heider (1946) y ampliada por Cartwright y Harary (1956). Teoría de la congruencia Teoría del equilibrio Teoría de la disonancia cognitiva • Coinciden en basarse en el problema de la incoherencia entre diversas actitudes. • Comparten una idea básica: la incompatibilidad entre actitudes, esto es, su incoherencia, provoca un estado psicológico desequilibrado que intentará equilibrarse a través del cambio de alguna de esas actitudes. • Ambas teorías defienden que la búsqueda de consistencia entre actitudes es una necesidad de mantener una lógica, característica del ser humano racional. • Se diferencia de las dos teorías previas al centrarse en un postulado básico: la persona no suele admitir que existe esa inconsistencia, sino que intenta justificar su conducta. • El proceso más habitual es la racionalización de las inconsistencias y no la búsqueda de consistencia. • Cuando la persona no logra racionalizar sus inconsistencias siente un malestar psicológico incómodo. • Los supuestos del modelo de Festinger predicen cuándo se crea la disonancia y cómo puede reducirse. La teoría del equilibrio considera las tríadas formadas por una persona (P), otra persona (O) y una actitud, objeto o tema (X). Utilizando la llamada tríada P-O-X, la teoría pre- CEDE - C/ Cartagena, 129 - 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 11. PSICOLOGÍA SOCIAL Y DE LAS ORGANIZACIONES 11.01. INTRODUCCIÓN A LA PSICOLOGÍA SOCIAL dice que una persona (P) mantendrá sus actitudes hacia otra persona (O) teniendo en cuanta la evaluación mutua de un cierto hecho (X). Una tríada es coherente si está equilibrada, y para serlo la persona (P) intentará mantener coherencia en las actitudes hacia otra gente (O) y en sus relaciones con ésta y con los elementos del medio (X), es decir, el equilibrio se evalúa contando la cantidad y el tipo de relación entre los elementos. Por ejemplo que a P le agrade X es una relación positiva, que a O le desagrade X es una relación negativa, y que a P le desagrade O es negativa. Si a P le agrada O, a O le agrada X y a P le agrada X, entonces la tríada está equilibrada. Desde el punto de vista de P, la teoría del equilibrio actúa como varilla de zahorí divinatoria para predecir las relaciones interpersonales: Si a P le agrada el objeto X, cualquier otro compatible como O, debería sentir de la misma manera. De la misma manera si a P le agrada O, es esperable que O evalúe el objeto X de una manera similar a la de P. En cambio si a P le agrada O, a O le agrada X ya P le desagrada X, la tríada no está equilibrada. Entonces, si hay desacuerdo, se produce un estado desagradable, que induce bien al cambio de la actitud personal, bien al intento de cambiar la actitud del otro, o bien a considerar que esa persona no es tan simpática como creíamos. Así, en el último ejemplo P puede decidir que O no le agrada tanto, o cambiar su opinión respecto X, lo que depende de cuál sea la opción más sencilla. En general, las tríadas no equilibradas son menos estables y más desagradables que las estructuras equilibradas, la gente se puede sentir tensa y motivada para restablecer el equilibrio. Aunque, según esta teoría, la gente no siempre busca resolver la incoherencia, a veces organizan sus creencias u opiniones de manera que los elementos se mantienen aislados y son resistentes al cambio (PIR 11, 259) (por ejemplo, si a P le gusta escuchar ópera, y a O no, y si P y O se gustan, P puede decidir aislar el elemento de ópera de la tríada y escucharla cuando O no esté presente). Hay 8 posibles combinaciones de relaciones entre dos personas y un objeto de actitud, 4 de las cuales están equilibradas y otras 4 no. Una tríada está equilibrada si hay un número impar de relaciones positivas y pueden ocurrir de diversas maneras. Hay 4 combinaciones posibles de tríadas equilibradas. Por ejemplo: 1) A Peter le gusta la ópera, A Olivia le gusta la ópera y a Peter le gusta Olivia. 2) A Peter no le gusta el fútbol, Olivia disfruta con el fútbol y a Peter no le gusta Olivia. 3) Peter disfruta los exámenes, A Olivia le desagradan los exámenes y a Peter le desagrada Olivia, 4) A Peter no le gusta la poesía, Olivia piensa que los poetas son patéticos y a Peter le agrada Olivia. CEDE - C/ Cartagena, 129 - 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 21 Los estudios basados en la teoría del equilibrio de Heider, se orientan a desvelar la existencia de sesgos en la percepción de relaciones interpersonales. Esta metodología suele consistir en pedirle a los sujetos a través de un cuestionario que predigan todas las relaciones interpersonales que podrían existir entre los miembros de un grupo imaginario de personas, cuando se conocen sólo algunas de esas relaciones. La mayoría de estas investigaciones se focalizaron en las relaciones de amistad o en relaciones jerárquicas. Estos estudios descubrieron numerosos sesgos cognitivos en la percepción, de los cuales el más conocido es el sesgo hacia el equilibrio, según el cual “apreciamos a los amigos de nuestros amigos y a los enemigos de nuestros enemigos”. Por lo tanto si a P le gusta O (P + O) el efecto del balance anticiparía que a P y O les gusta X (P + X, O + X) o que a P y O no les gusta X (P-X, O-X). De la misma manera, un sentimiento negativo ente P y O se reflejará en actitudes contrarias hacia un mismo hecho (P+X y O-X o P-X y O+X). En consecuencia, según esta teoría, "hay una tendencia a organizar las simpatías o antipatías hacia las personas en función de nuestras actitudes". El equilibrio en las relaciones interpersonales es un estado emocional placentero que se da cuando dos personas sienten simpatía mutua y tienen una actitud similar (+ o −) hacia otra persona, objeto o asunto importante. 3.2.2. La teoría de la Comparación Social Antes que la teoría de la Disonancia, Festinger había formulado la teoría de la Comparación Social (1954). Según esta teoría, existe en el organismo un impulso a evaluar sus propias opiniones y capacidades. En la medida en que no se dispone de medios no sociales objetivos, las personas evalúan sus opiniones y capacidades comparándolas con las de otros (PIR 06, 13). Inspirados por la teoría original de Festinger, otros investigadores han explorado la comparación social en detalle (Goethals y Darley, 1987). Uno de los planteamientos centrales de esta teoría es le hipótesis de la similitud que afirma que elegimos compararnos con personas que son parecidas a nosotros. Por ejemplo, si queremos evaluar nuestra capacidad como jugadores de tenis, deberíamos competir con individuos cuyo nivel de juego sea similar al nuestro para averiguar cómo de buenos somos. Como intentamos ser mejores (Festinger, 1954, lo llamaba impulso unidireccional ascendente) queremos ver qué tan bien salimos de la comparación con aquellos cuyo nivel es algo superior al nuestro. Hay una excepción importante a la tendencia de compararnos con personas similares. Cuando evaluamos opiniones, a veces las comparamos con las de quienes piensan de manera muy diferente. Sentimos que si los que no comparten nuestras inclinaciones coinciden con nosotros, © C E D E – www.pir.es 22 11. PSICOLOGÍA SOCIAL Y DE LAS ORGANIZACIONES 11.01. INTRODUCCIÓN A LA PSICOLOGÍA SOCIAL debemos tener razón y nos sentimos muy satisfechos con su aquiescencia (Goethals, 1972). En consecuencia, existe un impulso unidireccional ascendente en el caso de la autodescripción de las capacidades que está ausente en el caso de la autodescripción de las opiniones, y la comparación con otros se acompañará de hostilidad en la medida en que esa comparación implique consecuencias desagradables para el individuo. cia de la persona o grupo con quien se mantiene el desacuerdo; la magnitud de la disonancia aumenta también cuanto mayor es el grado de disonancia entre los elementos cognoscitivos. En el caso de la disonancia por desacuerdo, existen también tres modos de reducirla: cambiar la propia opinión, influir para que otros cambien la suya y elaborar alguna estrategia para que la otra persona no sea comparable a nosotros. Por último, cualquier factor que aumente la importancia de un grupo particular como grupo de comparación para una opinión o capacidad determinada, hará que aumente la presión a la uniformidad dentro del grupo en relación a esa opinión o capacidad. La teoría de la disonancia cognitiva ha generado abundante investigación de laboratorio que ha permitido demostrar la importancia de la racionalización del conocimiento y de la justificación de la conducta, así como el cambio de actitud que sigue a una conducta para buscar la coherencia. Existen tres paradigmas de investigación clásicos que se han utilizado sistemáticamente provocando en el laboratorio las siguientes situaciones, en las que es común que aparezca la disonancia: 3.2.3. La teoría de la Disonancia Cognitiva Pocas teorías han generado tanta investigación como la posterior teoría de la Disonancia Cognitiva que formuló Festinger (PIR 00, 214). A continuación sintetizaremos los puntos principales de esta teoría. Los "elementos cognitivos", definidos por Festinger como "lo que una persona sabe sobre sí misma, sobre su conducta y sobre su entorno" pueden mantener entre si tres tipos de relaciones: de irrelevancia, cuando uno no tiene nada que ver con otro; de consonancia, cuando de la afirmación de uno se deriva el otro; y de disonancia, cuando aisladamente considerados, de uno de ellos se sigue la negación del otro, por ejemplo, el hábito de fumar y el peligro para la salud que este hábito comporta. La hipótesis fundamental de Festinger sostiene que la existencia de dos elementos disonantes provoca en el sujeto un estado psicológicamente incómodo, de tensión, que le conducirá a tratar de eliminarla, así como a evitar activamente las situaciones e informaciones que puedan aumentarla (PIR 00, 209; PIR 03, 133; PIR 04, 147). Así, para Festinger su constructo tiene un carácter "motivacional". Por otro lado, existirían tres modos de reducir la disonancia: cambiar de conducta, alterar el ambiente (lo que no suele ser fácil) y añadir nuevas informaciones y conocimientos que reduzcan la disonancia. Festinger realiza una extensión de su teoría al campo de lo interpersonal, y afirma que el simple hecho de que otro individuo opine o piense de modo diferente a nosotros es origen de disonancia, y añade que pueden darse los siguientes casos: si el desacuerdo se refiere a una realidad física comprobable, la magnitud de la disonancia será escasa o nula; cuanto mayor sea el número de personas que piense igual que nosotros, menor será la disonancia derivada del desacuerdo con otra persona; la magnitud de la disonancia si hay desacuerdo aumenta con la importan- © C E D E – www.pir.es • Cuando se realiza una conducta opuesta a la actitud: Paradigma de la complacencia inducida, con 2 versiones de experimentos: a) Experimento de Festinger y Carlsmith (1959) y, b) Experimento de Aronson y Carlsmith (1963) o Paradigma del juguete prohibido • Después de elegir entre varias alternativas: Paradigma de la elección libre: Experimento de Brehm (1956) y Experimento de Ehrlich, Guttman, Schönbach y Mills (1957). • Cuando hay que justificar el haber realizado un gran esfuerzo: Paradigma de la justificación del esfuerzo: Experimento de Aronson y Mills, 1959. 1. Paradigma de la complacencia inducida: los estudios sobre obediencia forzada tratan de analizar la disonancia surgida entre dos elementos opuestos: las convicciones intimas de un individuo y su conducta contraria a esas convicciones (PIR 07, 52). En uno de estos experimentos Festinger y Carlsmith (1959) trataron de verificar dos hipótesis: por un lado, sostenían que si una persona es inducida a hacer o decir algo contrario a sus opiniones personales, habrá una tendencia a cambiar su opinión y a ajustarla a lo que ha hecho o dicho; por otra parte, cuanto mayor fuera la presión ejercida para obtener la conducta manifiesta del sujeto, más débil seria la tendencia mencionada. En el diseño utilizado, se encomendó a estudiantes una serie de tareas extraordinariamente aburridas y, una vez las hubieran acabado, debían comunicar a sus compañeros que el trabajo realizado era realmente atractivo. A una parte de los sujetos se le pagó un dólar por transmitir esa información, y a otra parte veinte dólares. Finalmente, CEDE - C/ Cartagena, 129 - 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 11. PSICOLOGÍA SOCIAL Y DE LAS ORGANIZACIONES 11.01. INTRODUCCIÓN A LA PSICOLOGÍA SOCIAL los dos grupos debían rellenar un cuestionario secreto formulando su juicio personal acerca de cómo vieron la tarea. Tal como se hipotetizaba, los peor pagados afirmaron que la tarea les había parecido sumamente interesante y atractiva, en tanto que los mejor pagados confesaron que la tarea les pareció extraordinariamente aburrida y carente de interés. Los autores explicaron este resultado como sigue: los peor pagados experimentaron mayor disonancia que los mejor pagados, por ello sintieron un mayor impulso a reducirla, siendo el único modo de hacerlo cambiar uno de los elementos disonantes, esto es, confesar que la tarea era "realmente" atractiva. Este efecto que se ha descrito con respecto a la disonancia recibe el nombre de efecto de que menos conduce a más: la disonancia será más fuerte cuando tengamos pocas razones para embarcarnos en un comportamiento discrepante con nuestras actitudes. Bajo estas condiciones, no podemos explicarnos a nosotros mismos nuestra acciones ya que las realizamos incluso pensando que no hay una razón convincente para hacerlo, de modo que la disonancia es de gran importancia en nuestra consciencia. Sin embargo, cuando una persona es inducida a decir o hacer algo en contra de sus convicciones por motivos monetarios fuertes o por el miedo a las sanciones negativas, el incentivo monetario o la sanción legal son cogniciones consonantes porque justifican la acción elegida, por lo que la disonancia será menor. − Paradigma del juguete prohibido: Es una variante del paradigma de la complacencia inducida. En este experimento se decía a un grupo de niños pequeños que recibirían un castigo leve si jugaban con un juguete sumamente atractivo (entre otros muchos que se les ofrecían). A otro grupo similar se les anunciaba un castigo bastante más severo si jugaban con el juguete en cuestión. Se les permitía, en cambio, utilizar el resto de los juguetes. A continuación, los adultos abandonaban la sala y dejaban solo a los niños. Éstos, en efecto, evitaron jugar con el juguete prohibido. Sin embargo, posteriormente sólo el grupo al que se anunciaba un castigo leve mostró poca atracción por ese juguete. El proceso de disonancia les había llevado a creer que realmente no tenía atractivo para ellos (Aronson y Carlsmith, 1963). 2. Paradigma de la elección libre: en los experimentos de elección entre alternativas parecidamente atractivas, la elección de una de ellas determina la constitución de la otra como disonante respecto a la acción tomada. Después de una conducta de elección, la magnitud de la disonancia depende de: CEDE - C/ Cartagena, 129 - 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 23 a) Lo importante que sea la decisión, ya que las decisiones más importantes son las más difíciles y provocan mayor disonancia. b) El atractivo relativo de la alternativa rechazada (a mayor atracción, mayor disonancia). c) El grado de similitud entre las alternativas posibles, puesto que si se piensa que la diferencia entre una u otra actuación no es muy grande no se producirá disonancia. Tal como la teoría predice, algunos experimentos muestran que el sujeto, tras la decisión, irá valorando más positivamente la opción elegida en detrimento de la otra. Tomar una decisión entre dos alternativas igualmente atractivas tiende a generar un conflicto interno. En cambio, no surgirá conflicto si la elección es entre una alternativa que se valora mucho y otra de valoración claramente inferior. Una vez tomada la decisión, el conflicto desaparece y su lugar lo ocupa la disonancia. La razón es que las personas manejamos los aspectos positivos y los negativos de la alternativa elegida y de la rechazada. Después de la decisión todavía persisten las creencias a favor de la alternativa rechazada y las creencias en contra de la alternativa elegida. Elegir entre dos objetos o dos formas de actuar supone la renuncia a las otras alternativas y a los aspectos positivos que se podrían obtener de ellas. Experimento de Brehm (1956): este estudio puso a prueba los supuestos de la Teoría de la disonancia cognitiva en situaciones de elección en un experimento que ha sido utilizado como paradigma metodológico para estudios posteriores. El objetivo de este estudio pionero fue medir el cambio de atractivo de dos objetos después de su elección o rechazo. Para este fin, Brehm simuló que estaba haciendo una investigación de mercado y pidió a un grupo de estudiantes que valorasen el atractivo de ocho electrodomésticos y que anotasen en una escala, en qué medida le resultaban deseables. La muestra se dividió en un grupo control, y dos grupos experimentales: alta disonancia (elección difícil) y baja disonancia (elección fácil). En la condición de alta disonancia, como premio por su colaboración en el estudio, a las estudiantes se les daba a elegir entre dos electrodomésticos que habían sido valorados por ellas mismas de forma muy similar y muy positiva, lo que suponía alta valoración de la alternativa no elegida y, así, disonancia postdecisional. Después de un lapso de tiempo en el que se les pedía que leyesen unos documentos, debían volver a valorar los productos. Este grupo fue el que valoró más positivamente el producto elegido y peor el rechazado respecto a la primera valoración. © C E D E – www.pir.es 24 11. PSICOLOGÍA SOCIAL Y DE LAS ORGANIZACIONES 11.01. INTRODUCCIÓN A LA PSICOLOGÍA SOCIAL Según el autor, esto se debe a la necesidad de reducir la disonancia; las alumnas para las que fue difícil elegir, magnificaron las diferencias en la valoración entre el producto elegido y el rechazado. 3. Paradigma de la justificación del esfuerzo: Según el paradigma de la justificación del esfuerzo, sentimos disonancia después de realizar acciones a costa de grandes sacrificios, lo que implica que añadamos creencias que justifiquen esa acción para rebajar el nivel de malestar producido. Experimento de Aronson y Mills (1959): los participantes eran unas estudiantes que tenían que pasar por una situación de iniciación, de alto o bajo esfuerzo, para integrarse en un grupo de discusión. En la condición de alto esfuerzo, el proceso de iniciación de las estudiantes era bastante costoso, sin embargo en la condición de esfuerzo bajo las pruebas que debían pasar no eran tan molestas. Una vez incorporadas al grupo, el proceso de las sesiones de grupo se organizó para que resultasen muy aburridas. Cuando tenían que valorar la satisfacción que les había aportado el haber sido integradas en el grupo, las estudiantes que habían tenido que entrar a costa de un mayor sacrificio valoraron mucho más el interés en el debate grupal que las estudiantes de la condición de esfuerzo bajo. Este experimento demuestra la idea de que lo que cuesta más se valora, y que, el aumentar el esfuerzo puede ser una estrategia eficaz para que se aprecie una meta determinada. Respecto a los estudios sobre exposición selectiva a la información, la hipótesis inicial de Festinger según la cual la persona buscará aquellas informaciones que reduzcan la disonancia, ha sido cuestionada. La teoría de la disonancia ha recibido críticas principalmente de dos tipos: teórico-metodológicas y críticas sobre el concepto de exposición selectiva. Las primeras se refieren principalmente a los siguientes puntos: la teoría no establece en qué condiciones surgirá la disonancia, por lo que tiene más valor posdictivo que predictivo; siendo una teoría de la motivación humana, no especifica claramente los mecanismos que son activados para reducir la disonancia ni por qué la inconsistencia es, en si misma, activadora; ha probado hipótesis de escasa significación teórica, en su afán por la búsqueda de hipótesis contra-intuitivas; las manipulaciones experimentales son tan complejas y tan grande la confusión de variables que no es posible concluir nada de los datos aportados; en los diseños experimentales, aquellos estudios que no confirmaban las hipótesis fueron reexaminados explicando el fracaso por debilidades de procedimiento en la manipulación de variables. En relación a la exposición selectiva a la información reducto- © C E D E – www.pir.es ra de la disonancia y la evitación activa de la que pueda incrementarla, Mc Guire (1968) argumenta que no sólo es bastante pobre la evidencia en su favor, sino que, además, hay evidencia en contra. Por ejemplo, Freedman y Sears (1970) concluyen que: las personas, de hecho, se exponen a cantidades desproporcionadas de información de apoyo, aunque esto no es un fenómeno preponderante ni ubicuo; la evidencia experimental no apoya la hipótesis de que las personas prefieren exponerse a la información favorable en oposición a la no favorable a sus creencias; por último, concluyen que la evidencia no apoya la hipótesis de que cuanto mayor es la magnitud de la disonancia cognitiva, mayor será la preferencia relativa para exponerse a información favorable como opuesta a la no favorable. 4. EL CONDUCTISMO: TEORÍAS DEL INTERCAMBIO SOCIAL A pesar de que dentro de las orientaciones conductistas en el desarrollo de la Psicología Social se encuentran también las teorías del Aprendizaje Vicario y otras como las de Staats, Doob y Bem sobre las actitudes, acotaremos este apartado a la exposición de un importante conjunto de teorías llamadas del "Intercambio Social". Esta exposición recogerá en primer lugar las principales variantes de la Teoría del Intercambio, a continuación las teorías de Homans y de Thibaut y Kelley, las diversas formulaciones de la teoría de la equidad, la teoría de los recursos de Foa y Foa y finalmente la teoría de la obligación de Greenberg. Las teorías del intercambio son un conjunto de teorías con el objetivo de tratar de formular una teoría general del comportamiento social: en cualquier relación interpersonal hay un intercambio. Todas ellas comparten un supuesto del conductismo: el hedonismo, ya que suponen que el origen y mantenimiento de una interacción depende de los resultados positivos que los sujetos reciben en ella. También están influidas por el cognitivismo, dado que las recompensas y costos se consideran en la medida en que son percibidas por los individuos. 4.1. VARIANTES PRINCIPALES DE LA TEORÍA DEL INTERCAMBIO Los autores fundamentales en la Teoría del Intercambio son Thibaut y Kelley (1959), Homans (1961, 68) y Blau (1964). La Gaipa (1977) clasifica las teorías del Intercambio como sigue: • Teorías conductuales-económicas: Homans. CEDE - C/ Cartagena, 129 - 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 11. PSICOLOGÍA SOCIAL Y DE LAS ORGANIZACIONES 11.01. INTRODUCCIÓN A LA PSICOLOGÍA SOCIAL • Teorías cognitivo-conductuales, con estas modalidades: − Teoría de la equidad de Adams. − Teoría del contrato personal de Lerner. − Teoría de Thibaut y Kelley. • Teoría del intercambio incrementado de Huesman y Levinger. • Teoría de la penetración social de Altman y Taylor. • Teorías sociológicas: teoría estructural-funcional de Blau. • Teoría de los recursos de Foa y Foa. Algunas de estas teorías, a pesar de ser importantes, son menos psicológicas, por ejemplo la de Blau, por lo que no serán recogidas en esta exposición, que por otro lado recogerá algunas que no aparecen en la clasificación de La Gaipa. 4.2. TEORÍA DE HOMANS La teoría de Homans se compone de cinco proposiciones: • Similaridad estimular: a mayor similaridad de una situación-estímulo con otra pasada en que una cierta actividad fue recompensada, habrá mayor probabilidad de que esa actividad sea emitida. • Frecuencia: cuanto mayor sea la frecuencia con que ha sido recompensada una actividad, mayor será la frecuencia con que se emita. • Valor: cuanto más valiosa sea la recompensa obtenida por una determinada actividad, mayor será la frecuencia con que se emita. • Saciación: a medida que aumenta la frecuencia con que se recibe una cierta recompensa, disminuye su valor. • Justicia distributiva: Presupone la existencia de una norma social según la cual los resultados que uno obtiene en una relación deben ser proporcionales a la inversión realizada en esa relación, en base a lo que sabe que otros obtienen. Cuanto más perjudicada se sienta una persona según esa norma, más aumenta la probabilidad de que sienta ira, enfado. La teoría integra también una serie de conceptos y variables fundamentales. Uno de los conceptos es el de "recompensa", que se refiere a cualquier actitud con valor para el individuo; otro es el de "costo", como aquellos "costos" derivados de las recompensas que el individuo podría obtener de aquellas alternativas a las que su curso de acción le ha hecho renunciar; un tercer concepto importante es el de "beneficio", el resultado total de recompensas menos costos. Entre las variables, una fundamental es CEDE - C/ Cartagena, 129 - 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 25 el "valor", que se define como el grado de refuerzo o castigo recibido de una unidad de actividad. Este conjunto de conceptos y variables junto con otros permite a Homans explicar la interacción grupal. 4.3. TEORÍA DE THIBAUT Y KELLEY Estos autores parten del supuesto de que, en la interacción social, las personas tratan de alcanzar el máximo beneficio. Los conceptos que utilizan son también los de recompensa y costo, junto con otros nuevos. "Recompensa" es todo lo positivo que un individuo obtiene de una relación y "costo" todo lo negativo. La suma algebraica de ambos arroja unos "resultados" totales obtenidos de la interacción. Otros dos conceptos centrales de la teoría son los de "nivel de comparación" y "nivel de comparación de alternativas", relacionados ambos con el hecho de que el individuo, a la hora de evaluar los resultados positivos de una relación, formula su juicio tomando en consideración un doble marco de referencia: en primer lugar, el nivel de comparación, relacionado con el mínimo nivel a la luz del cual el sujeto evalúa los resultados de una interacción; se trata de un punto de referencia, variable, por debajo del cual el individuo evaluará negativamente sus resultados. El nivel de comparación depende de las relaciones pasadas del sujeto (experiencia o no, resultados obtenidos en ellas), lo que uno considera que reciben otras personas en la misma situación y lo que uno se valora a sí mismo. El nivel de comparación de alternativas es, dado un determinado nivel de comparación, el criterio por el cual el sujeto decide si continúa o no la relación. Es decir, el sujeto continuará una determinada relación, incluso con resultados negativos, si no tiene otra alternativa o, a pesar de tenerla, cree que le acarreará resultados negativos mayores. El concepto de nivel de comparación de alternativas explicaría por qué los seres humanos mantenemos relaciones insatisfactorias. Estos niveles de comparación pueden ser variables con el tiempo y la experiencia. La teoría de Thibaut y Kelley se centra más en la interacción diádica mientras que Homans trató más sobre la interacción en grupo. 4.4. TEORÍA DE LA EQUIDAD A pesar de que por los conceptos que utiliza y sus fuentes de inspiración la teoría de la Equidad se incluye en la orientación conductista, ocasionalmente se la conceptúa como variante de la teoría de la consistencia cognitiva, ya que sus formulaciones principales permiten interpretar el sentimiento de inequidad como generador de tensión y desequilibrio que el individuo tratará de restablecer. © C E D E – www.pir.es 26 11. PSICOLOGÍA SOCIAL Y DE LAS ORGANIZACIONES 11.01. INTRODUCCIÓN A LA PSICOLOGÍA SOCIAL A lo largo de su historia, la teoría de la Equidad ha sido formulada por varios autores diferentes. El contexto general en que se desarrolla es el de la distribución de riqueza, poder, etc., dentro de un grupo social. La percepción por parte de los individuos de ese reparto de recursos determina en ellos unos ciertos sentimientos. Estos sentimientos son precisamente el objeto de estudio de la teoría. Adams ha señalado como antecedentes de su teoría el concepto de deprivación relativa y, principalmente, el de justicia distributiva de Homans. Según este criterio, hay justicia distributiva en una relación social de intercambio cuando los beneficios de cada participante son proporcionales a sus respectivas inversiones. Con estos antecedentes, Adams propone que cuando dos personas intercambian algo es posible que una de las dos sienta que la relación es desigual. Los individuos aportan a las relaciones unas "inversiones" por las cuales esperan una "justa" respuesta. Estas inversiones son inversiones percibidas por el sujeto, que no necesariamente son las mismas que el otro percibirá, y a esta circunstancia precisamente se refieren las dos propiedades de las inversiones: reconocimiento y relevancia. En una relación de intercambio entre A y B, uno de ellos, o ambos, pueden reconocer la existencia de un atributo en A, pero para que tal atributo de A sea considerado inversión debe ser reconocido por ambos o, al menos, por A, su poseedor. Si el atributo sólo es reconocido por B, entonces no es considerado inversión. Además, A debe percibir que el atributo poseído es relevante para el intercambio, pues es cuando exigirá retribución. Sobre estas bases, el autor define la "inequidad" así: "existe inequidad para una persona siempre que ésta perciba que la razón entre sus resultados y sus inversiones y la razón entre los resultados de otros y las inversiones de esos otros son desiguales". Ante tal situación, el sujeto experimentará un sentimiento de injusticia (inequidad) que genera una tensión que el sujeto tratará de reducir mediante determinadas estrategias conductuales y/o cognitivas: aumentando o reduciendo sus inversiones, distorsionando cognitivamente sus inversiones o resultados, abandonando la relación, actuando directamente sobre el otro o cambiando sus objetos de comparación. Sobre la elección entre estas posibilidades, Adams propone que: el sujeto minimizará inversiones que le cuesten esfuerzo; resistirá cambios reales y cognitivos e inversiones que son centrales para su autoconcepto y autoestima; se resistirá más a cambiar cogniciones acerca de sus propios resultados e inversiones que cogniciones acerca de la inversión y resultados del otro; abandonará la situación sólo cuando la magnitud de la desigualdad experimentada sea alta y no disponga de otro medio para reducirla; por último, la persona se resistirá a cambiar el objeto de su comparación una vez se ha estabilizado y ha llegado a ser un punto de referencia fijo. © C E D E – www.pir.es Walster y col. proponen una formulación más estructurada de la teoría, en cinco proposiciones fundamentales: • Proposición I: los individuos tienden a maximizar sus resultados (recompensas menos costos). • Proposición II A: los grupos pueden maximizar recompensas colectivas desarrollando sistemas adaptados de reparto equitativo de recompensas y costos entre los miembros. • Proposición II B: los grupos generalmente recompensarán a los miembros que traten equitativamente a los otros y castigarán (incrementarán los costos) a los miembros que tratan a otros no equitativamente. Se entiende que hay relación equitativa "cuando la persona que examina la relación (que puede ser A, B, o un observador externo) percibe que todos los participantes reciben resultados relativos iguales de la relación". • Proposición III: cuando los individuos participen en relaciones no equitativas se suscitará en ellos un estado de alteración, tanto mayor cuanto más no equitativa sea la relación. • Proposición IV: los individuos que descubren que están en relación no equitativa intentarán eliminar su tensión restaurando la equidad, tanto más cuanto más sientan la inequidad. Tal restauración se llevará a cabo de dos modos fundamentales: restableciendo la equidad "actual" mediante adecuados cambios en los propios resultados e inversiones o en los de los otros participantes, o restaurando la equidad "psicológica" mediante convenientes distorsiones perceptivas de los resultados e inversiones propios o de los otros. 4.4.1. Diferencias entre la teoría de la equidad y la teoría de la privación relativa La desigualdad en el reparto de recursos, puede ser analizada a través de dos teorías complementarias; la de la equidad y la de la privación relativa. • Por una parte, la teoría de la equidad plantea el deseo de alcanzar una relación justa en el reparto de recursos, es decir, que la relación entre contribuciones y resultados de un grupo resulte equivalente a la del otro grupo. En situaciones injustas los sujetos experimentan malestar y descontento y pueden realizar ajustes materiales o psicológicos, empleando en este último caso mecanismos de deformación cognitiva. CEDE - C/ Cartagena, 129 - 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 11. PSICOLOGÍA SOCIAL Y DE LAS ORGANIZACIONES 11.01. INTRODUCCIÓN A LA PSICOLOGÍA SOCIAL • La teoría de la privación relativa, se ha empleado no tanto para explicar relaciones intergrupales, sino movimientos más extremos, actos de protesta y rebelión. De una forma general, esta teoría predice que es más probable que estos actos se produzcan cuando los miembros de los grupos desfavorecidos perciban contradicción entre su estado actual (capacidades) y aquel al que realmente creen que tienen derecho (expectativas), en base a comparaciones que realizan consigo mismos o con otros grupos. La teoría de la privación relativa es un antecedente de la Teoría de la Equidad de Adams. 27 cambiado); bienes (productos tangibles, objetos o materiales) y servicios (actividades sobre el cuerpo o pertenencias de una persona que a veces constituyen el trabajo para otro). En tanto bienes y servicios son concretos, estatus e información son simbólicos, teniendo amor y dinero una postura intermedia. La Figura 1 representa gráficamente las seis clases de recursos. Un ejemplo de privación relativa por pérdida, es lo que le suele ocurrir a las clases medias en períodos de crisis económicas. La erosión súbita de los ingresos salariales no permite mantener el estándar de vida previamente adquirido. Se suelen distinguir dos componentes básicos en la privación relativa. El primero es cognitivo. Está compuesto por las creencias sobre la magnitud de la discrepancia entre lo que se espera y lo que se obtiene. El segundo es emocional e incluye los sentimientos de cólera, agravio y ofensa. Ambos componentes están relacionados entre sí y con la probabilidad de inicia una acción colectiva. Se postula que de la magnitud de la discrepancia percibida dependerá la intensidad del sentimiento de cólera y de ésta la probabilidad de emprender una acción colectiva encaminada a modificar la situación. 4.5. TEORÍA DE LOS RECURSOS DE FOA Y FOA Foa y Foa (1971, 80) tratan de subsanar una importante carencia de la teoría del intercambio: la falta de una clasificación de las recompensas que se ponen en juego en la interacción. Los autores clasifican los recursos enmarcándolos en dos coordenadas: en primer lugar, la dimensión "concreción vs. simbolismo", según la conducta del individuo varíe desde una acción concreta a una simbólica (por ejemplo, regalar un objeto es una acción concreta y sonreír una acción simbólica); en segundo lugar, la dimensión ''particularismo vs. universalismo", que alude a la significación que tiene la persona que provee los recursos (por ejemplo, el cajero del banco es un proveedor universal y el médico o el abogado son proveedores particulares). Existen para estos autores seis clases de recursos: amor (toda expresión de consideración afectuosa y cálida); estatus (expresión de juicio evaluativo que transmite alto o bajo prestigio, consideración o estima); información (avisos, opiniones, instrucciones..., excluyendo aquellas conductas consideradas como amor o estatus); dinero (cualquier moneda que tiene alguna unidad standard de valor inter- CEDE - C/ Cartagena, 129 - 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 Figura 1. La teoría de los recursos de Foa y Foa Foa y Foa (1980) han propuesto en un trabajo más reciente unas reglas de intercambio, entre las que se encuentran las siguientes: • Cuantos más recursos posea una persona es tanto más probable que los dé a otros, y viceversa. • Cuanto más próximos se encuentren dos recursos (en la representación gráfica) más fácil es que sean intercambiados entre sí. • Cuanto más próximo al amor esté un recurso, más restringido será el campo de recursos con los que es probable que sea intercambiado. • La transmisión simultánea de amor y otro recurso aumenta el valor de este otro recurso, o facilita su transmisión. • A igualdad de condiciones, la probabilidad de ocurrencia de un intercambio es contingente al escenario institucional en el que tiene lugar. • La probabilidad de intercambio de amor es superior en los grupos pequeños. La probabilidad de intercambio de dinero es menor en los grupos pequeños. En general, los recursos particulares se suelen dar más en grupos pequeños, primarios, mientras que en grupos grandes se suelen dar más recursos universales. • Los recursos altos en particularismo se transmiten sin pérdida. Los universales sí se pierden si se dan. © C E D E – www.pir.es 28 11. PSICOLOGÍA SOCIAL Y DE LAS ORGANIZACIONES 11.01. INTRODUCCIÓN A LA PSICOLOGÍA SOCIAL • Los recursos altos en particularismo exigen más relación interpersonal, y suelen requerir más tiempo para ser entendidos (para procesar la información que se refiere a ellos). sas del donante, y devolviendo el favor refuerza la acción del donante; la atracción sentida hacia el donante tras recibir el beneficio; y, finalmente, la presión a conformarse con la norma de reciprocidad. • Cuanto más particulares son los recursos, más probabilidad de que el intercambio se realice con el mismo recurso que la otra persona (amor por amor, pero no dinero por dinero...). • La reestructuración cognitiva, que conduciría al sujeto a una estrategia cognitiva de reevaluación de la situación. 4.7. CRÍTICAS A LA ORIENTACIÓN DEL INTERCAMBIO 4.6. TEORÍA DE LA OBLIGACIÓN DE GREENBERG Tal como afirmamos al hablar de la teoría de la Equidad, debemos decir que también la teoría de la Obligación es un modelo de "consistencia cognitiva", aunque es también adecuado considerarla dentro de las teorías del intercambio. La teoría trata de analizar qué ocurre cuando una persona recibe un favor, y en este contexto Greenberg (1980) propone el término de "obligación" para describir el estado psicológico del receptor de un beneficio. Así, la recepción de un beneficio crea en el sujeto un estado de obligación de devolver o restituir al otro, en base a la existencia de una norma de "reciprocidad" según la cual hay que ayudar a los que nos han ayudado. Este estado psicológico de obligación tiene además un carácter motivacional y llevará al individuo a reducir la tensión generada. La magnitud de la obligación depende de la percepción por parte del receptor de: • Los motivos del donante, de manera que habrá más obligación si se percibe que el donante está más interesado en el bienestar del receptor que en el suyo propio. • La magnitud de los costos y recompensas acarreadas al receptor y al donante como resultado del intercambio. • Las causas de la acción del donante, de manera que la obligación será mayor cuando el receptor percibe que el origen de la acción del donante reside en él mismo (en el receptor) que cuando percibe que la causa es externa (por ejemplo, si la acción entra entre las obligaciones profesionales del donante). • La presencia de otros durante la concesión del beneficio, etc. El autor propone también dos modos de reducir la tensión provocada por la obligación: • La devolución del beneficio, debido a tres posibles motivos: el receptor desea seguir recibiendo futuras recompen- © C E D E – www.pir.es Los puntos que se critican generalmente a esta aproximación son: • Es más bien un conjunto de conceptos sensibilizadores que un modelo formalizado de la conducta de interacción. • No se ha investigado directamente la validez de sus hipótesis. • Es muy difícil o imposible operativizar sus conceptos y variables. • Es reduccionista, al explicar la conducta social a partir del individuo. • No atiende a los aspectos simbólicos del comportamiento humano. 5. EL INTERACCIONISMO SIMBÓLICO A diferencia de las aproximaciones anteriores, cercanas en sus objetivos, conceptos, teoría y metodología a la Psicología, la orientación del Interaccionismo simbólico entronca con una tradición sociológica. Ha sido en Norteamérica donde el interaccionismo simbólico ha logrado una plena implantación. Entre las teorías y autores que típicamente se incluyen en este movimiento, encontramos las siguientes: • Antecedentes del interaccionismo simbólico: James, Cooley, Mead, Thomas, etc. • Escuela de Chicago: Blumer. • Escuela de lowa: Kuhn. • Etnometodología: Garfinkel, Psatas, Sudnow, Douglas, etc. • Teoría del Rol: Sarbin, Gross, Komarosky, etc. • Modelo dramatúrgico: Goffman. Cooley puso de manifiesto repetidamente que la esencia de la sociedad son los vínculos "mentales" entre sus miembros y que la organización social se teje entre las comunicaciones interpersonales; de la misma manera, Thomas insistió en que lo importante a la hora de entender la conducta era estudiar la "interpretación" que el sujeto CEDE - C/ Cartagena, 129 - 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 11. PSICOLOGÍA SOCIAL Y DE LAS ORGANIZACIONES 11.01. INTRODUCCIÓN A LA PSICOLOGÍA SOCIAL 29 daba a la situación (concepto de "definición de la situación"). los métodos del interaccionismo simbólico, así como las críticas de las que ha sido objeto. Asimismo, G.H. Mead se constituye en un autor clave en la corriente interaccionista. En 1934 este autor se pregunta si puede estudiarse científicamente la mente a través de la conducta, y responde afirmativamente a través de un complejo teórico que llamó "conductismo social", y que consiste según el mismo autor en lo que sigue: "la Psicología Social es conductista en el sentido de que una parte de la actividad observable −el proceso social dinámico en ejecución y los actos sociales que son sus elementos componentes− debe ser estudiada y analizada científicamente. Pero no es conductista en el sentido de pasar por alto la experiencia interna del individuo. Por el contrario, se ocupa especialmente del surgimiento de dicha experiencia dentro del proceso como un todo. Opera de afuera hacia dentro, en lugar de hacerlo de adentro hacia afuera, en un intento de determinar cómo surge dicha experiencia en el interior del proceso". En definitiva, el núcleo importante del mensaje de Mead es que la conciencia, el yo individual es, terminantemente, un producto de la interacción social. Mead descompone el self en dos movimientos complementarios que llama el yo y el mí. El mí es el resultado de la visión que uno tiene de sí mismo desde los otros o desde el otro generalizado, es decir, es el resultado de la incorporación de las actitudes de los otros hacia uno mismo, es el aspecto más social del self. El yo es lo más propio de cada uno, la reacción más espontánea e impredecible, que hace que el individuo sea un ser activo frente a su entorno. El self, así, permanece en una constante negociación interna entre lo que los otros o la sociedad le están diciendo que es y lo que uno mismo decide que es. Esta negociación interna está inseparablemente unida a la negociación interpersonal: no es posible cambiar la identidad individual de las personas sin cambiar, al mismo tiempo, la realidad social del grupo, su estructura y sus procesos de influencia social. Así, queda patente de nuevo la clara interdependencia que, para Mead, tienen el desarrollo de la identidad individual y el desarrollo de la estructura social: la identidad individual es social tanto en su origen como en su desarrollo. 5.1. SUPUESTOS BÁSICOS Y MÉTODOS DEL INTERACCIONISMO SIMBÓLICO Tras la muerte de Mead, el interaccionismo simbólico se expande por varias universidades americanas, donde sus discípulos llevan sus propuestas. Sin embargo, hubo dos universidades que se constituyeron en los focos principales del movimiento, las de lowa y Chicago que, compartiendo las características generales del movimiento interaccionista, desarrollaron rasgos propios, tanto teóricos como metodológicos. Antes de detenernos en las características diferenciales de las dos escuelas, describiremos los supuestos básicos y CEDE - C/ Cartagena, 129 - 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 Como supuestos básicos del interaccionismo simbólico debemos destacar los siguientes: • Los seres humanos viven en un mundo de "significados" y responden a las cosas y a los otros individuos en términos de los significados que les atribuyen. • Tales significados son producto de la interacción social y su mantenimiento y modificación se realizan mediante procesos de "interpretación". • El individuo es un ser eminentemente "plástico": los procesos de socialización moldean no sólo su conducta, sino también su cerebro. • Los seres humanos son los únicos que manejan "símbolos", existiendo diferencias cualitativas emergentes en el proceso de evolución. En definitiva, el marco de referencia en el que instala la perspectiva del interaccionismo simbólico está constituido por los procesos de comunicación e interpretación mediante los cuales tiene lugar el intercambio de los significados a través de los "símbolos". Dentro de este marco, desarrolla su análisis sobre un conjunto de temas típicos, algunos de ellos específicos y propios de esta perspectiva: self, autoestima, desarrollo del lenguaje, percepción interpersonal, roles, conducta desviada, socialización, etc. En lo referente a la metodología, la perspectiva interaccionista ha utilizado hasta cinco técnicas fundamentales de investigación: experimentos (no en el sentido usual, sino con una situación creada por el propio investigador, susceptible ella misma de análisis e interpretación), encuesta, observación participante (la técnica más representativa de esta corriente), medidas no reactivas (en las que el investigador está ausente de la situación que desea estudiar) y estudio de casos individuales. 5.2. CRÍTICAS AL INTERACCIONISMO SIMBÓLICO Meltzer y col. (1975) concluyen que el interaccionismo simbólico alberga dos principales deficiencias: la escasa atención prestada al mundo de los afectos y sentimientos y su marginación de los problemas de la estructura social. Si en virtud de lo primero no es una teoría suficientemente © C E D E – www.pir.es 30 11. PSICOLOGÍA SOCIAL Y DE LAS ORGANIZACIONES 11.01. INTRODUCCIÓN A LA PSICOLOGÍA SOCIAL psicológica, lo segundo le impide ser satisfactoriamente sociológica. 5.3. MODALIDADES DEL INTERACCIONISMO SIMBÓLICO Dentro de las teorías que se integran en esta corriente, veremos cuatro escuelas que destacan por su relevancia y significación: las escuelas de Chicago e lowa, la Etnometodología y la Teoría del Rol. 1. Las escuelas de Chicago e lowa Aunque ambas escuelas asumen los presupuestos básicos del interaccionismo simbólico, se diferencian en al menos cuatro aspectos fundamentales: la metodología, las posturas acerca de la predictibilidad de la conducta, las concepciones sobre el self y la sociedad, y las modalidades básicas de la interacción humana. Así, Blumer, principal representante de la escuela de Chicago, defendió la utilización de una metodología específica, comprensiva y cualitativa, para las ciencias sociales; sostenía que el comportamiento humano debe entenderse, pero no puede predecirse; proponía que no existe estructura estable independiente del proceso mismo de interacción entre el Yo y el Mi: toda acción se construye precisamente en el curso de su ejecución, no siendo el conjunto de normas, estatus y roles otra cosa sino marco en cuyo interior acontece la acción social; por último, Blumer consideraba dos niveles de la interacción humana: la interacción simbólica, específicamente humana, y la no simbólica, propia de los animales y seres humanos. Por su parte, el líder de la escuela de lowa, Kuhn, defendió la aplicación de los métodos cuantitativos, comunes a las ciencias de la naturaleza, en el estudio del comportamiento humano; defendió que, estando la conducta socialmente determinada, conocidos los grupos de referencia del individuo, podemos predecir sus actitudes, y desde ellas la conducta; defendió también la existencia de una "identidad", de algo en definitiva estructural y estable, independiente de la situación concreta, un complejo organizado actitudinal que actúa como precondición de la acción social; finalmente, no prestó atención alguna a ese segundo tipo de interacción del que hablaba Blumer, la no simbólica. 2. La Etnometodología Inspirándose en fuentes fenomenológicas, entre otras, la Etnometodología se instala en la realidad de la vida cotidiana, tratando de desvelar las reglas y convenciones © C E D E – www.pir.es implícitas, que se toman como presupuestas, reguladoras de la conducta habitual de las personas. Garfinkel, que acuñó el término de Etnometodología, ha manifestado su propósito de demostrar la esencial importancia del sentido común y la vida cotidiana, convirtiéndolos en objeto del análisis etnometodológico (por sentido común se entiende aquel conocimiento, diferente del científico, no sistemático, acrítico, que las personas utilizan en el transcurso de su vida diaria). En definitiva, se trata de un conjunto de presupuestos, ideas y creencias que el sujeto tiene acerca de la realidad que le circunda, incluida, y esto es lo importante, la propia vida de relación social. Desde esta perspectiva, se destacan cuatro razones que obligan al estudio del sentido común: el sentido común viene a ser la versión sociológica del problema del orden social; la propia investigación sociológica se apoya en su práctica cotidiana en el sentido común; las influencias que actúan sobre la conducta social lo utilizan; finalmente, su estudio permite abordar fenómenos más amplios de la vida cotidiana. En lo metodológico, el análisis que utiliza esta corriente integra dos importantes conceptos: el primero se refiere al hecho de que, en toda comunicación, para comprender su contenido es necesario saber el "contexto" en que tal comunicación se da; el segundo se relaciona con el hecho de que, emergiendo el orden regulador implícito de la vida cotidiana de la propia interacción social, las reglas y supuestos de tal orden son, ellos mismos, constituyentes de la situación misma que regulan. Los análisis etnometodológicos, para el estudio del funcionamiento de las reglas implícitas, a menudo han utilizado procedimientos insólitos consistentes en la observación de las reglas invisibles de la vida cotidiana a través de su transgresión. Así, la Etnometodología pretende describir el mundo social tal y como se está continuamente construyendo, emergiendo como realidad objetiva, ordenada, inteligible y familiar. Desde este punto de vista, la etnometodología recomienda no tratar los hechos sociales como cosas, sino considerar su objetividad como una realización social. Considera además, que esta autoorganización del mundo social no se sitúa en el Estado, la política o cualquier superestructura abstracta sino en las actividades prácticas de la vida cotidiana de los miembros de la sociedad. Las realidades humanas, las de la vida cotidiana −que son las más ricas de contenido−, se manifiestan de muchas maneras: a través del comportamiento e interacción con otros miembros de su grupo, de gestos, de mímica, del habla y conversación, con el tono y timbre de voz, con el estilo lingüístico (simple y llano, irónico, agresivo, CEDE - C/ Cartagena, 129 - 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 11. PSICOLOGÍA SOCIAL Y DE LAS ORGANIZACIONES 11.01. INTRODUCCIÓN A LA PSICOLOGÍA SOCIAL etc.) y de muchas otras formas. Todo esto necesita una esmerada atención a los finos detalles del lenguaje y la interacción para llegar a una adecuada interpretación. Para ello, hay que colocarlo y verlo todo en sus contextos específicos, de lugar, presencia o no de otras personas, intereses, creencias, valores, actitudes y cultura de la personaactor, que son los que le dan un significado. No basta aplicar sistemas de normas o reglas preestablecidas (como lo son muchas tomadas de marcos teóricos): lo que es válido para un grupo puede, quizá, no serlo para otro. De acuerdo con la mayor o menor influencia de estos factores, una determinada conducta puede revelar vivencias, sentimientos o actitudes muy diferentes: puede revelar fraternidad, amor, resentimiento, recelo, asertividad, venganza, agresividad, franco odio, etc... El individuo no lo inventa todo, sino que “utiliza patrones que encuentra en su cultura y que son propuestos, sugeridos e impuestos sobre él por su cultura, su sociedad y su grupo social”. La etnometodología ha examinado muchas facetas y aspectos de la vida humana y del orden social; así, ha sido aplicada con éxito a una gran variedad de tópicos, que incluyen problemas familiares, estudio del curso vital, trabajo social, violencia doméstica, enfermedades mentales, terapia familiar, problemas sociales y estudio de anomalías psicológicas o sociales (Holstein y Gubrium, 1994; Gubrium y Holstein, 2000). La Etnometodología, además de compartir las críticas dirigidas al interaccionismo simbólico, ha sido objeto de críticas específicas. Por ejemplo, Gleeson y Erben (1976) desde presupuestos marxistas denunciaron su proximidad a una ideología conservadora. Asimismo, por su influencia fenomenológica, es una teoría ahistórica que "congela" y desvincula los procesos de interacción de sus contextos sociopolíticos, de modo que según estos autores es incapaz de estudiar el cambio social. Así, debido a una resistencia general a teorizar sobre sus propios procedimientos y descubrimientos de investigación no convencional, a la ausencia de una concepción de “teoría” o “método” (en el sentido corriente del término), y a una predilección por una condensada y a veces incoherente prosa, la etnometodología ha adquirido y mantenido la posición de una empresa sociológica marginada, y comúnmente mal entendida. 3. La Teoría del Rol La posición de los sujetos en la estructura social suscita en los otros, en base a esta circunstancia, unas expectativas de conducta. El problema de fondo consiste en si esas expectativas (roles) tienen existencia propia, independien- CEDE - C/ Cartagena, 129 - 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 31 temente de los individuos que eventualmente puedan desempeñarlos o, por el contrario, su entidad se agota en su efectiva realización personal. Este tema ha sido abordado por sociólogos, antropólogos y psicólogos sociales. Los sociólogos subrayan el primer aspecto: los roles son complejos normativos, "cuasi-objetivos y, en principio independientes del individuo"; además, es la sociedad quien le suministra contenido específico, no el individuo; finalmente, connotan cierto grado de "obligatoriedad" a la que el individuo debe atender. También desde la sociología se ha adscrito a los grupos de referencia la responsabilidad del establecimiento de las normas y sanciones respecto a los roles sociales. Desde la perspectiva psicosociológica, el rol aparece como expectativa de los otros ante la conducta de un sujeto debido a su posición en la estructura social. Después, existe el aspecto de la "efectiva" realización por parte del individuo de esa expectativa a través de su conducta social. En ambos niveles intervienen variables sociales: en el primer caso, mediante las normas y valores que señalan la estructuración del rol a desempeñar, y en el segundo, a través del control social, sancionando la adecuación del comportamiento del individuo a dicha expectativa. Cabe aún considerar un tercer nivel específicamente psicológico. Si tomamos como variable independiente las normas sociales y como variable dependiente la conducta social, hay que postular la admisión de variables intermedias para completar el proceso, tales como la específica concepción y aceptación del propio rol por parte del sujeto en función de sus intereses, actitudes, etc. La teoría del rol se compone de un amplio número de conceptos que a menudo varían según los autores: acto, acción ritual, implicación organísmica, conflicto de rol, congruencia, etc. Dos conceptos de gran utilidad en diversos campos de la psicología aplicada son los de "roleplaying” y "role-taking". El primero hace referencia a la efectiva y observable conducta de un individuo cuando desempeña un rol determinado. El segundo, desarrollado por Mead, es un concepto puramente psicológico que alude a la actividad cognitiva, de carácter empático, por la que una persona ''se pone en el lugar de otra". Según la teoría de Mead, el proceso de socialización consiste en ir interiorizando de forma progresiva los caracteres generales del grupo al que pertenecemos (otro generalizado). Este proceso es posible a través de la utilización del role-taking, la interiorización de las actitudes del otro, ya que éste permite tanto que nos pongamos en la perspectiva de cualquier otro individuo como que nos situemos en la © C E D E – www.pir.es 32 11. PSICOLOGÍA SOCIAL Y DE LAS ORGANIZACIONES 11.01. INTRODUCCIÓN A LA PSICOLOGÍA SOCIAL perspectiva de otro generalizado más amplio. El role-taking está presuponiendo que el sujeto es capaz de acceder a unos significados compartidos (un sistema simbólico, el sistema lingüístico), que permite pasar del gesto al significado compartido (mind) y a una actividad reflexiva o conciencia reflexiva (self). La acomodación entre el individuo y los roles que tiene que desempeñar se produce de dos maneras: − Mediante asignación los roles son atribuidos a la persona desde fuera, automática (sexo, raza, ciertos roles familiares...) o deliberadamente (ej.: designación de un puesto laboral). − Mediante asunción, esto es, adopción voluntaria del individuo de un determinado rol. En la mayoría de los casos se da una cooperación asunción-asignación. Además, podemos diferenciar entre rol prescrito (rol estipulado, las expectativas que recaen sobre la persona), rol subjetivo (la interpretación concreta que hace una persona de sus funciones) y rol desempeñado (rol resultante). Los problemas relacionados con el rol suelen ser: • Ambigüedad: se refiere a la escasa determinación de las funciones que ha de cumplir cada rol (PIR 00, 215; PIR 01, 24). • Conflictos de rol: oposición entre diferentes funciones, derivadas del mismo rol (conflicto intra-rol) o de diferentes roles (conflicto inter-rol) (PIR 01, 38). • Sobredotación de rol: rol con exceso de funciones. • Infravaloración de rol: asignación de funciones inferiores a las que teóricamente conlleva el rol. Un concepto relacionado con el de rol es el de estatus. El rol define las funciones a cumplir en una determinada relación social. El reconocimiento externo de la posición social, definida por la función asignada y su valoración social (prestigio), constituye el estatus (PIR 01, 22). nes; varían en complejidad, lo que a su vez depende de la "amplitud" del rol (el espectro de conductas características dentro del rol), de su "dificultad" (grado de destreza exigida para su desempeño) y de su "coherencia" (grado en que los componentes de un rol pueden ejecutarse con facilidad simultánea o sucesivamente); finalmente, varían en "visibilidad", según su desempeño ante una audiencia. A continuación presentaremos algunas de las ideas de Erwing Goffman, un notable representante de la Teoría del Rol y el más conocido representante de lo que se ha denominado el modelo "dramatúrgico" del comportamiento. Más cercano a la escuela de Chicago que a la de lowa, escribe en una de sus obras: "toda persona vive en un mundo de encuentros sociales que la compromete en contactos cara a cara o mediatizados con otros participantes. En cada uno de estos contactos tiende a representar lo que a veces se denomina una línea, es decir, un esquema de actos verbales y no verbales por medio de los cuales expresa su visión de la situación y por medio de ella su evaluación de los participantes, en especial de sí mismo". La idea básica de que parte este autor es que, en la vida social, el individuo tratará de controlar las impresiones que su persona causa en los demás, exhibiendo un despliegue ritual de comportamiento adecuado a esa autopresentación. En definitiva, el enfoque dramatúrgico concibe al individuo como un mero ejecutante que trata de ofrecer la apariencia de un "self", un carácter ante un público. La obra de Goffman también ha recibido críticas independientes de las otras modalidades del interaccionismo simbólico, entre ellas las siguientes: no se trata de una teoría explícita sino tan sólo de un marco descriptivo con escasas proposiciones empíricamente verificables; sus análisis se limitan a las relaciones cara a cara, excluyendo otro tipo de comportamientos; es reflejo de la sociedad de clases medias norteamericana, constitutivamente competitiva, en la que lo fundamental no es el esfuerzo sino la apariencia; no explica los motivos de los actores para su autopresentación ni por qué los otros la aceptan o la rechazan; la estructura social aparece como constante, inmutable, no afectada por las personas ni por el cambio social; en suma, es una metafísica de la sociedad de consumo, donde la realidad misma es sustituida por símbolos y los procesos de comunicación muy a menudo consisten en intercambios de apariencias. Entre las características y propiedades generales de los roles cabe citar las siguientes: son acciones manifiestas, conductas ejecutadas por individuos, aprendidas a través del proceso de socialización; están limitados por la situación; pueden ser más o menos "generales", según el número de personas que los ejecuten en diferentes ocasio- © C E D E – www.pir.es CEDE - C/ Cartagena, 129 - 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 11. PSICOLOGÍA SOCIAL Y DE LAS ORGANIZACIONES 11.01. INTRODUCCIÓN A LA PSICOLOGÍA SOCIAL 33 ESQUEMA DE CONTENIDOS PRINCIPALES ORIENTACIONES TEÓRICAS EN PSICOLOGÍA SOCIAL PSICOLOGÍA SOCIOLOGÍA INTERACCIONISMO SIMBÓLICO G.H. Mead • Escuela de Chicago (Blumer) • Escuela de Iowa (Kuhn) • Etnometodología (Garfinkel) • Teoría del rol --> Modelo dramatúrgico (Goffman) CEDE - C/ Cartagena, 129 - 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 PSICOANÁLISIS GESTALT Freud, Fromm, W. Reich Schütz, Bennis Lewin: Tª del campo COGNITIVA CONDUCTISMO Festinger: Teorías del intercambio: • Tª Comparación social • Tª Disonancia cognitiva Homans, Thibaut y Kelley, Adams, Foa y Foa, Greenberg © C E D E – www.pir.es 90 11. PSICOLOGÍA SOCIAL Y DE LAS ORGANIZACIONES 11.01. INTRODUCCIÓN A LA PSICOLOGÍA SOCIAL PREGUNTAS PIR TEMA 2 (Continuación) TEMA 1 Apartado del tema (Año) Nº pregunta Estímulos sociales (F. Allport) (96) 77 Concepto de “espacio vital” y (93) 6 teoría del Campo de K. Lewin (95) 251 (96) 76 (00) 221 Definición de “grupo” por Lewin (94) 87 Efecto Zeigarnik (01) 18 Teoría equilibrio Heider (11) 259 Festinger (93) 2 (96) 82 (98) 69 (00) 209, 214 (03) 133 (04) 133, 147 (05) 121 (06)13 (07) 52 Relevancia hedónica (98) 71 Grado de Comparación por (94) 91 Alternativas (Thibaut y Kelley) Problemas de rol (98) 82 (00) 215 (01) 24, 38 Role taking (Mead) (96) 75 Concepto de estatus (01) 22 Individualismo (06) 5 TEMA 2 (Año) Apartado del tema Nº pregunta Cognición social (93) 21 (94) 94 (97) 61 (99) 20 (01) 33 (02) 119, 121 Teoría de la acentuación (93) 8 Correlación ilusoria (99) 19 (10) 247 Activación del conocimiento (02) 119 Saliencia (04) 145 © C E D E – www.pir.es Apartado del tema (Año) Nº pregunta Heurístico de representatividad (01) 19 Teoría de la Atribución (93) 18 (02) 120 Teoría de inferencias (97) 60 correspondientes de (10) 245 Jones y Davis Modelo de Covariación de Kelley (96) 63 (97) 59 (00) 213 Error fundamental de atribución (93) 20, 251 (96) 61 (97) 63 (98) 77 (00) 216 (04) 131 (05) 124 (10) 260 Sesgo actor-observador (94) 99 (97) 58 (99) 22 (00) 167 Falso consenso (98) 75 (10) 248 Sesgos favorables al yo/sesgo (97) 57 egocéntrico (04)132 (05)123 Locus de control interno (11) 237 Modelo unidimensional de las (96) 78 actitudes (06) 12 Modelos tridimensionales de las (93) 7 actitudes (95) 222 (12) 1 Modelo de Fishbein y Ajzen (93) 10, 25 (94) 100 (96) 80 (97) 62 (01) 39 (02) 125 (04) 146 (06) 1 (08) 254 (12) 231 Persuasión (01) 32 Efecto adormecimiento (11) 258 CEDE ‐ C/ Cartagena, 129 ‐ 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94