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PAG 53 Edgar Alexander Rincón Silva ISSN -e: 2422-0477 Vol. 3 No.1 Enero - Junio 2016 LAS MUJERES SEGÚN LA PUBLICIDAD DE LOS AÑOS 20 Recibido: Noviembre 11 de 2015 Aceptado: Diciembre 2 de 2015 Edgar Alexander Rincón Silva Historiador, Magister en Salud Sexual y Reproductiva. Vinculado al grupo de investigación en Género, Subjetividad y Sociedad (INER – UdeA). Actualmente docente de Ciencias Sociales de la Fundación Educativa de Montelíbano (Córdoba, Colombia). E-mail: a.rinconsilva@gmail.com PAG 54 LAS MUJERES SEGÚN LA PUBLICIDAD DE LOS AÑOS 20 ISSN -e: 2422-0477 Vol. 3 No.1 Enero - Junio 2016 RESUMEN mujeres y la feminidad en la prensa bumanguesa de los años 1920 a 1940 se buscó plasmar en este artículo el modelo femenino divulgado por la publicidad de la época. Es evidente que la publicidad tiene un papel importante en la homogeneización del gusto y el registro de lo socialmente establecido, por ello se recurre a ella como fuente. Desde los anuncios emergió la mujer moderna, una nueva propuesta en el modelo femenino que se impuso en la época de estudio generando cambios que se instalarían como posibilidades en el estilo de las mujeres posteriores. A pesar de los cambios en la apariencia del modelo femenino, se registran persistencias en los roles tradicionales y en la concepción de la mujer como un ser con tendencia natural a la debilidad y la enfermedad. Palabras clave: publicidad, historia de la publicidad, historia de las mujeres, historia regional, género. Edgar Alexander Rincón Silva Introducción El presente artículo parte de la investigación publicidad de la prensa bumanguesa de 1920 a 1940”. Se buscó reconstruir, a través de los discursos e imágenes, aquello que la sociedad bumanguesa representaba, difundía e imponía acerca de la mujer y lo femenino desde el entorno de los anuncios publicitarios de los periódicos “Vanguardia Liberal”, nativa”. Se toma como marco interpretativo la perspectiva de género que considera lo femenino y lo masculino como el producto de un largo proceso histórico de construcción social que produce diferencias, desigualdades y jerarquías entre los géneros masculino y femenino. Así, las imágenes de las mujeres en la publicidad no revelan ninguna representación substancial de lo femenino sino la la cultura, el lenguaje y la educación, entre otros) de unas determinadas creencias, valores, prácticas, actitudes, comportamientos y formas de arreglo del cuerpo que serán catalogadas como femeninas (Burín & Meler, 1999). Edgar Alexander Rincón Silva Historiador, Magister en Salud Sexual y Reproductiva. Vinculado al grupo de investigación en Género, Subjetividad y Sociedad (INER – UdeA). Actualmente docente de Ciencias Sociales de la Fundación Educativa de Montelíbano (Córdoba, Colombia). E-mail: a.rinconsilva@gmail.com En el contexto de la investigación, la publicidad es entendida como una forma de comunicación ISSN -e: 2422-0477 Vol. 3 No.1 Enero - Junio 2016 para informar al consumidor sobre la existencia de los productos de oferta en el mercado (Arconada, 1998). Es también un elemento generador de uniformidad social, necesario para el sistema económico en el cual estamos inmersos pues otorga que desde la revolución industrial se fabrican en serie, especialmente si se presentan como marcas (Pérez, Tropea, & San Agustin, 1992). Además, está dotada de un gran poder de persuasión gracias la generación de una atmósfera idealizada, con apariencia de realidad en la cual el espectador parece tener cabida (Vilches, 1988). Esto hace de la publicidad un campo privilegiado de observación de los modelos y los roles instalados y divulgados socialmente. Metodología La investigación estuvo guiada por el método prestó especial atención al surgimiento de modelos corporales a partir de elementos repetitivos instalados en los discursos que permitieran inferir una homogeneidad del gusto o elementos socialmente estabilizados (Traversa, 1997 ). Aunque se privilegió la publicidad como fuente, se recurrió especialmente a aquella dirigida a las mujeres o con imágenes femeninas, contrastada primarias utilizadas en la investigación fueron: la 1876 a 1886, Periódico Vanguardia Liberal de 1929 a 1940, Periódico El Deber, 1933 a 1940, Periódico Nativa de 1926 a 1931, Periódico El Firmamento de 1933. La Ciudad y la Publicidad a Principios de Siglo XX personajes como Quintillo Gavassa. Estas imágenes, para inicios del siglo XX, se fueron multiplicando y fueron retratando los cambios de una ciudad que iba creciendo gracias al comercio, con el entusiasmo de recibir los últimos inventos y adelantos que traía el “mundo moderno”. La fotografía, la publicidad y la prensa dejaron testimonio de la llegada a la ciudad de los primeros automóviles, el teléfono, la electricidad y la radio, recibidos entre los años de 1920 y 1940. En estas décadas aparece en el contexto local la imagen en movimiento del cine (primero mudo y luego parlante) a través del cual los bumangueses pudieron conocer y admirar a las estrellas de cine como Marlene Dietrich, Dolores del Rio o Loretta Young. se fueron incorporando en el discurso publicitario de manera lenta hacia la segunda década del siglo XX. Al inicio los anuncios se limitaban a la enumeración PAG 55 Edgar Alexander Rincón Silva ISSN -e: 2422-0477 Vol. 3 No.1 Enero - Junio 2016 de los productos ofrecidos por los almacenes de la del fotograbado, publicitado por diferentes talleres Otros utilizaban imágenes (grabados) acompañados de una gran cantidad de textos ilustrativos, como La Cabaña (que se encargaba de la producción de la revista Tierra Nativa). En este sentido, fueron Tierra Nativa. Se aprecia al fondo la iglesia de San Laureano capturada por un fotógrafo que aparece en primer plano con una cámara portátil. alcanzado bicromías o tricromías que incorporaban el color y presentaban una calidad de impresión y presentación imposible de realizar en la prensa a la señorita Alicia Lloreda en portada del número 10 los alcances técnicos de este tipo de publicaciones. Figura 1. Uso de dibujos para anuncios publicitarios Tierra Nativa, 1926. que se inició en el ámbito de la publicidad local una importante transición hacia una imagen más al incluir, junto a los dibujos del grabado, fotografías sencillas y de mejor calidad gracias a la tecnología PAG 56 Edgar Alexander Rincón Silva Tierra Nativa. Fuente: Tierra Nativa, 1927. “yo sustituiría a Marlene Dietrich por…” publicitado en mayo de 1936 (una antigua versión del recordado La prensa de los años treinta se abrió así hacia la ISSN -e: 2422-0477 Vol. 3 No.1 Enero - Junio 2016 cotidianidad, incluyendo ocasionalmente separatas la segunda guerra mundial, el deporte internacional o las estrellas del cine de Hollywood. ciertos modelos de cuidado y arreglo del cuerpo, dada la efectividad de la fotografía para registrar los estilos y formas en las vestimentas, peinados, poses y actitudes reveladoras de lo femenino de la época. Pero no solo la fotografía fue fuente de imágenes para el entorno bumangués de la época: el cine, como milagro de la modernidad, tuvo presencia en el “Teatro Garnica” desde principios de siglo en el costado oriental de la carrera 17, entre calles 33 y 34. Más tarde (en la década de los treinta) los bumangueses contaron para su entretenimiento con el Teatro Santander, en el cual se presentaban estrenos regulares y en cuya publicidad ocasionalmente se incluía alguna foto de la actriz principal de la película promocionada. Estos dos elementos: fotografía y cine; socializados, aceptados y difundidos, se conjugaron luego en la publicidad misma, que utilizó en sus imágenes a las estrellas de Hollywood, por las cuales la comunidad bumanguesa sintió mucho entusiasmo al punto que la ciudad quiso encontrar entre sus habientes a los dobles de los actores y actrices de Hollywood, como anuncios. Se percibe una mayor sensación de actriz Joan Blondell y su hijo. Figura 3. Anuncio de: Pepsodent, En la fotografía la actriz Joan Blondel y su hijo. Fuente: El Deber, 1938. Así pues, los años veinte y treinta del siglo pasado son una época de evolución de la publicidad local. los periódicos crecen en circulación y aumentan su PAG 57 Edgar Alexander Rincón Silva ISSN -e: 2422-0477 Vol. 3 No.1 Enero - Junio 2016 contenido. Atrás queda la época de una publicidad incipiente que se limita al uso de textos, poco a poco incorporan más imágenes, primero del grabado, luego de la fotografía (fotograbado); aunque en el campo de la publicidad aún no se explore el uso del color para la iconografía. Los anuncios de la época revelan además la existencia de marcas con amplio mercado nacional (como Piel Roja) e internacional (como Bayer), las mujeres son usadas en la Hollywood. Las Mujeres Modernas XIX hasta inicios del XX) encontramos un modelo femenino recargado de valores y virtudes que hacían destacable a la mujer por su especial “delicadeza de los sentidos, la exquisita sensibilidad de que está dotada y su natural debilidad”… todas ellas manifestadas desde los cuatro puntos de vista con que se entendía a las féminas: “como mujer en general, como institutora, como esposa y madre” (Blume, 1880). El modelo femenino, antes de los años veinte, era un modelo que restringía el espacio de acción de las mujeres al entorno privado, y sus roles al cuidado del otro, exigiendo un cuerpo recargado de prendas de vestir que debían ocultar las carnes (de preferencia no tan delgadas) usando faldas y mangas largas, pocos escotes, corsés que moldearan el cuerpo y por supuesto largos cabellos. Estas mujeres debían presentarse como delicadas, sentimentales, dedicadas al hogar y naturalmente dispuestas a la maternidad para ser consideradas verdaderamente femeninas. Su tarjeta de presentación debía ser el pudor y el recato. Esta mujer era considerada el ángel del hogar y llamada “el bello sexo”. Pero la década de los años veinte, con su aire mundial, trae un nuevo modelo para las mujeres. Todo el ambiente de la época, lleno de inventos y novedades que inundaban el entorno local, daba la sensación de la llegada de los tiempos modernos. Atrás quedaba gran parte del recato en el vestir y el abriendo para las mujeres jóvenes, incluyendo en los años treinta la posibilidad formal de la educación, el trabajo, la herencia y administración de bienes. Incluso se plantea la posibilidad de permitirles votar tal y como lo hacen los hombres. Estamos frente a la mujer moderna. La mujer moderna que aparece retratada en la publicidad y en la prensa toma gran distancia de su antecesora. Ya no usa el cabello largo y su forma de vestir es más simple. Su cuerpo empieza a descubrirse y con ello aumentará la exigencia del cuidado que rigurosamente va a atender la industria usando la publicidad para informar a las mujeres. El se sumarán actividades novedosas que el ángel del hogar nunca soñó. En este orden de ideas, lo más notorio y revolucionario en la mujer moderna será su cabello PAG 58 Edgar Alexander Rincón Silva ISSN -e: 2422-0477 Vol. 3 No.1 Enero - Junio 2016 corto. Esta novedad, que en Francia se conoció como el estilo de la “garcone” (muchacho), se extendió también a nuestro continente siendo muy común en los Estados Unidos en donde su difusión fue amplia gracias al milagro y popularidad del cine. En nuestro contexto, algunos anuncios y pequeñas columnas de la prensa, especialmente de la Vanguardia Liberal, llamaron al estilo del cabello corto “la melenita”. PAG 59 Edgar Alexander Rincón Silva El corte, generalmente a la altura de las orejas, incluía la realización de rizados y permanentes con bucles y rulitos al estilo “croquignole” realizados en los primeros salones de belleza de la ciudad. Era entendido como sinónimo de juventud, alegría y vivacidad y no era promocionado para las buenas abuelitas, retratadas por la publicidad en labores de tejer para sus nietos. Las imágenes presentadas a continuación, muestran como desde los dibujos de los años veinte y anuncios de estrellas de cine de los años treinta se socializaba esta moda que, como muestra la imagen obtenida de la página de eventos sociales de Vanguardia Liberal, fue incorporada en las costumbres locales, al menos de las élites. Figura 4. Izquierda: rostros tomados del anuncio Jabón Reuter. Fuente: Vanguardia Liberal, 1927. Centro: Hazelle Jennings actriz. Anuncio de Danderina. Fuente: El Deber, 1931. Derecha: Retrato de la señorita Elvira Ortiz, presidenta del club deportivo la Estrella. Fuente: Vanguardia Liberal, 1936. Adiós al Corsé Otro elemento característico de la mujer moderna, que marca nuevos rumbos para las mujeres del siglo ISSN -e: 2422-0477 Vol. 3 No.1 Enero - Junio 2016 PAG 60 Edgar Alexander Rincón Silva revestimiento del cuerpo femenino. Para la época estudiada (1920 – 1940) aparecen vestidos más sencillos, cuyas faldas se acortaron permitiendo ver ahora no sólo los zapatos y los tobillos, también parte de las piernas hasta la altura de la rodilla. Los escotes (o descotes) se ampliaron y adoptaron junto con los cuellos diversas formas y tamaños (escotes en V, redondeados o cuadrados). Las imágenes estudiadas también revelan el uso de escotes que descubrían gran parte de la espalda y que correspondían a trajes para reuniones especiales o las blusas o vestidos hasta quedar reducidas a dos tiras pequeñas, especialmente en el caso de las prendas de dormir. También, respecto del vestido, parece que lo más común para la época fue el uso de vestidos enterizos o de una sola pieza, los cuales no necesariamente incluían entre sus accesorios un cinturón para marcar la silueta del cuerpo. Figura 5. Anuncio de jabón Vanguardia Liberal, 1929. Reuter. Fuente: Esta disminución en la longitud de las prendas, y la consecuente oportunidad de exhibir (y eventualmente observar) una mayor parte del cuerpo de las mujeres, puede ser tomada como ISSN -e: 2422-0477 Vol. 3 No.1 Enero - Junio 2016 en algún grado si tomamos en cuenta la aparición de los trajes de baño a partir de los años treinta y las casuales imágenes de prendas muy cortas en la publicidad y las noticias de los deportes y las estrellas de Hollywood. Adicionalmente, la incorporación en la escena cotidiana de vestidos representó una menor inversión de tiempo en la acción de vestirse y seguramente menor trabajo en el lavado de las prendas. Por supuesto, faldas más cortas y escotes más amplios tuvieron sus detractores entre sectores más conservadores y publicaciones de orientación religiosa que les consideraban inmorales y perturbadores, como en el artículo del 12 de diciembre de 1933 del periódico católico “El Firmamento” titulado “Damas inmorales y encienden los fuegos de lascivia en los hombres, y advierte que “son apropiadísimos para conseguir novios del momento, pero son pésimos para cazar buenos maridos”. en el vestuario y el des-revestimiento del cuerpo, así como la pérdida de vigencia de las vestimentas mayor simplicidad en la exigencia de los cuidados femeninos otorgados al cuerpo. Por el contrario, se evidencia una sobre carga social en la apariencia femenina a la cual se le exige ser bella. Continuó vigente el arreglo del cabello bajo nuevas tendencias que incluían visitas a los nuevos salones de belleza y el uso de máquinas e instrumentos especializados que obligaban invertir tiempo y dinero. Descubrir la sobrecarga en el cuidado pasa entonces de la vestimenta a la piel, que exige tratamientos más habituales y productos más diversos (hiper especialización en el maquillaje y cremas corporales por ejemplo). Cabe preguntarse por qué la sociedad, aunque con resistencias, permitió a las mujeres llevar las faldas respuesta está marcada por la época, sus adelantos y novedades. La mujer moderna tenía a su alcance espacios que su antecesora ni siquiera imaginó: los cafés o lugares de encuentro como “El Kiosco” (un sitio que contaba con pianola eléctrica), salir a cine, los primeros autobuses, dar una paseo por el parque hacia la retreta o hacia la misa, el colegio, el Club del automóviles, jugar tenis o practicar otros deportes Una mujer así no necesita un corsé aprisionándola y su vestido debía ser cómodo y funcional. PAG 61 Edgar Alexander Rincón Silva Premier. Fuente: Vanguardia Liberal, 1929. Este modelo de belleza, impuesto por la publicidad, mostraba preferencia por las mujeres de tez blanca, pero no pálida, de mejillas sonrojadas como símbolo de salud y ausencia de anemia o clorosis, rostro alargado sin marcas, pecas, lunares o manchas (para que la piel se entendiera como femenina debía ser lozana y denotar la suavidad propia del cutis en el cual no se hacen presentes las vellosidades que masculinizan el rostro como la barba o el bigote); las cejas se depilaban para formar un arco de menor espesor en los extremos, de los ojos se esperaba brillo y vivacidad, sin ojeras o marcas a su alrededor. Esta mujer moderna, incorpora entonces un modelo de belleza que privilegia e impone las ISSN -e: 2422-0477 Vol. 3 No.1 Enero - Junio 2016 actrices de Hollywood, excluyendo e invisibilizando la realidad de las mujeres mestizas, indígenas o afrodescendientes, campesinas, artesanas, estudiantes, trabajadoras, etc. La Mujer: Enferma por Naturaleza Una característica importante de la mujer de los años 20 al 40, según la publicidad y la prensa de la época, era su natural debilidad y propensión a las Figura 6. Anuncios del Ford V8. Fuente: El Deber, 1936. Anuncio de la Máquina de Escribir Smith propia de su sexo. En otras palabras, se divulgó desde la publicidad y como argumento de venta, que la menstruación (término que fue utilizado en muy pocas ocasiones por los diversos anuncios) era un martirio mensual que generaba dolor, angustia, PAG 62 Edgar Alexander Rincón Silva depresión, malestar y “achaques diversos”. Además se presentó como natural y propio de las mujeres la irritabilidad, la histeria, la debilidad, los nervios, la anemia y la clorosis. ISSN -e: 2422-0477 Vol. 3 No.1 Enero - Junio 2016 Esta consideración de la mujer como un ser débil por naturaleza, en ocasiones complementó la divulgación de los roles tradicionales que tuvieron continuidad junto a las nuevas actividades que se abrieron para las mujeres de la época. A pesar de ser mujeres modernas, se esperaba de ellas que fueran buenas hijas, esposas, madres y abuelas antes que secretarias o maestras. La soltería, la independencia o el poder político eran temas ausentes del escenario de la prensa y de la publicidad, que presentaba el vigor y la fuerza como atributos masculinos. Figura 6. “Que angustia es ser mujer”. Anuncio del Tónico Cardui para la mujer. Fuente: Vanguardia Liberal, 1930. La idea de que todas las mujeres tiene una natural disposición hacia la maternidad y el cuidado explica que las escenas publicitarias de los productos para el hogar y para los niños, incluidos los juguetes, se ofrecieran a las mujeres. A diferencia de la actualidad, donde los niños y niñas son considerados interlocutores válidos de la publicidad y son un importante segmento de consumidores, con gran padres o cuidadores, antes de mediados de siglo la publicidad les ignoraba y tomaba como receptora a la mujer a la hora de hablar de juguetes, regalos y comidas para los niños y niñas. Al igual que en la publicidad de hoy, en estos temas del cuidado, el hogar, los niños y niñas, los hombres aparecen invisibilizados de la escena publicitaria, reforzando la naturalización y divulgación de los roles tradicionales que niegan la capacidad del varón para manifestar cariño, ternura y cuidado. Conclusiones Es evidente la utilidad de la publicidad como en general. Su papel en la homogeneización del gusto y la instalación de comportamientos, modas y modelos no debe pasar desapercibido a la hora de estudiar la sociedad o de diseñar campañas publicitarias, especialmente por su capacidad para PAG 63 Edgar Alexander Rincón Silva ISSN -e: 2422-0477 Vol. 3 No.1 Enero - Junio 2016 naturalizar desigualdades e inequidades sociales y de género. Tanto en el pasado como ahora se percibe el uso recurrente de la violencia simbólica contra las mujeres desde escenarios publicitarios, naturalizando como femeninas condiciones que posicionan a las mujeres en un plano de inferioridad (como la idea de una debilidad natural y propensión mayor a enfermedades). Hoy en día la violencia simbólica de la publicidad radica especialmente en el uso del cuerpo femenino erotizado para la venta de productos no relacionados con las mujeres o que no tiene en ellas su principal mercado como los licores. En cuanto a las mujeres retratadas por la publicidad de los años 20 y 40 en la prensa local, es evidente que se presentaron cambios muy importantes en la apariencia y en la idea de belleza: cabellos cortos y vestidos más simples y funcionales. Estos cambios resultaron contundentes y decisivos para la historia de las mujeres en la medida en que abrieron nuevas posibilidades de cuidado y presentación del cuerpo para que futuras mujeres tuvieran una mayor embargo, estos modelos corporales son exógenos y la publicidad recurrió (y lo hace aún) con mucha fuerza al uso de personajes extranjeros como representaciones ideales de la perfección y la belleza deseable. El estudio revela como desde la publicidad se divulgaba con insistencia que la belleza es un atributo que deben perseguir exclusivamente las mujeres, lo que debe entenderse como una sobrecarga en la apariencia femenina, en comparación con la masculina que era presa de otros requerimientos como la fuerza. Así, el entorno exigió para ellas la elaboración de rituales de belleza minuciosos auspiciados por el consumo. La mujeres de cuidar y tratar las partes del cuerpo que ahora quedaban al descubierto, enfatizando claro está en el rostro, lugar del cuerpo que demandaba mayor detalle y especialización (tratamiento especial para los ojos, pestañas, cejas, mejillas y labios). A cambio de perseguir esta belleza, la publicidad ofreció con regularidad el ideal de la posibilidad de encontrar el cariño, devoción y amor de los hombres. En cuanto a los roles y prácticas femeninas se oferta educativa y en las actividades abiertas al género femenino, al igual que un crecimiento lento hechos que sucedieron a la par con un mayor interés desde el terreno político por revaluar el papel de la mujer en la sociedad y aumentar sus derechos como sujeto (aún no como ciudadana). Sin embargo, el principal rol difundido y esperado de las mujeres, aún desde la escena publicitaria, continuó siendo el de madre y ama de casa (como en el siglo anterior), en consecuencia, se consideraron espacios propios del sexo femenino todos los que estuvieran relacionados con el cuidado de los hijos, el mantenimiento del hogar y la posesión de la belleza. También es notable el manejo de la salud e higiene del cuerpo femenino ofrecido por la publicidad, que fue enfática en presentar a las mujeres como seres más propensos a la enfermedad y el dolor estigmatizando PAG 64 Edgar Alexander Rincón Silva ISSN -e: 2422-0477 Vol. 3 No.1 Enero - Junio 2016 la menstruación como una enfermedad y al cuerpo femenino como presa de un mal periódico que revelaba una natural debilidad y vulnerabilidad. Esta consideración reprodujo las creencias en una supuesta debilidad natural de la mujer frente al hombre y su inferioridad respecto de los asuntos públicos como sucedió en el siglo XIX. PAG 65 Edgar Alexander Rincón Silva Todos estos cambios y continuidades estuvieron enmarcados en un entorno que estaba recibiendo espacios tan variados como la literatura, el cine o hacia el modelo corporal descrito, un modelo exógeno pero considerado como parte de esa modernidad, de la cual los bumangueses se sintieron partícipes por los avances y novedades a los cuales tuvieron alcance en la época como la aviación, los electrodomésticos, el teléfono y claro está, el cabello corto y las faldas cortas que hicieron que las mujeres también se sintieran modernas. Figura 7. Anuncios de NerVita (El hombre salva a la mujer desvalida y a su niña en su exhibición de fuerza). Fuente: El Deber, 1935. Derecha, Anuncio del mismo producto pero con imagen femenina y con título “No sea anémica”. Ningún anuncio de dichos productos decía “No sea anémico”. Fuente: Vanguardia Liberal, 1936. Bibliografía ISSN -e: 2422-0477 Vol. 3 No.1 Enero - Junio 2016 Arconada Melero, M. A. (1998). La publicidad en familia, hacia una nueva opción para mirar los spots. Revista Electrónica Comunicar de la Organización de los estados Iberoamericanos, 83-95. Blume, A. (Febrero de 1880). Discurso. Gaceta de Santander N 1371, p43. Burín, M., & Meler, I. (1999). Género y familia: poder, amor y sexualidad en la construcción de la subjetividad. . Buenos Aires: Paidós. El Deber. (16 de Febrero de 1931). Anuncio de Danderina. El Deber, pág. 5. El Deber. (12 de Diciembre de 1935). Anuncio de NerVita. El Deber, pág. 2. El Deber. (29 de Mayo de 1936). Anuncio del Ford V8. El Deber, pág. 7. El Deber. (13 de Junio de 1938). Anuncio de Pepsodent. El Deber, pág. 4. Pérez Tornedo, J. M., Tropea, F., & Sanagustin, P. (1992). La seducción de la opulencia. Publicidad, moda y consumo. Buenos Aires: Paidós. Raventos, J. M. (1984). 1880 – 1980 Un siglo de editorial. Tierra Nativa. (25 de 12 de 1926). Anuncio publicitario de Gavassa & Co. Tierra Nativa, pág. 12. Tierra Nativa. (2 de Febrero de 1927). Fotografía de portada . Tierra Nativa, pág. 1. del cuerpo en la prensa de 1918 a 1940. . Barcelona: Gedisa . Vanguardia Liberal. (21 de Mayo de 1927). Anuncio de Jabón Reuter. Vanguardia Liberal, pág. 4. Vanguardia Liberal. (16 de Marzo de 1929). Anuncio de la máquina de escribir Smith Premier. Vanguardia Liberal, pág. 8. Vanguardia Liberal. (22 de Octubre de 1929). Anuncio Jabón Reuter. Vanguardia Liberal, pág. 5. Vanguardia Liberal. (25 de Noviembre de 1930). Anuncio del Tónio Cardui. Vanguardia Liberal, pág. 5. Vanguardia Liberal. (3 de Junio de 1936). Anuncio de NerVita. Vanguardia Liberal, pág. 7. Vanguardia Liberal. (10 de Mayo de 1936). Página social. Vanguardia Liberal, pág. 2. Vilches, L. (1988). La lectura de la imagen. Prensa, cine y televisión. (2da reimpresión ed.). Barcelona: Paidós. PAG 66 Edgar Alexander Rincón Silva