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Sócrates (470 – 399 A. C.) ¿Quién fue Sócrates? Fue un filósofo griego considerado como uno de los más grandes tanto de la filosofía occidental como universal y fue maestro de Platón y Aristóteles, siendo estos los tres los principales representantes de la filosofía griega. Biografía Nació en un barrio suburbano de Atenas, en una familia de modestos recursos, de padre escultor y de madre partera. Desde muy joven se destacaba por la agudeza de sus razonamientos y su facilidad de palabra, además de la fina ironía con la que salpicaba sus reuniones con los ciudadanos jóvenes aristocráticos de Atenas. Su inconformismo lo llevó a oponerse a la ignorancia popular y a todos aquellos que decían ser sabios (Los sofistas). A pesar de esto, él no se consideraba a sí mismo sabio, aun cuando la Pitonisa del oráculo de Delfos contestó que no había ningún griego más sabio que él. Antes de los 40 años se dedicó de lleno a enseñar en todos lados: la calle, los mercados, los banquetes, hablando con todos aquellos que querían aprender de él, a quienes alentaba a que hagan un continuo examen de conciencia. Hablaba con aquellas personas a quienes la gente consideraba sabias, pero se dio cuenta de que en realidad no sabían tanto como realmente creían. Filósofos, poetas y artistas, todos creían tener un gran conocimiento, pero en cambio Sócrates era consciente tanto de la ignorancia que le rodeaba como de su propia ignorancia, y este conocimiento lo llevó a tratar de hacer pensar a la gente y hacerles ver el conocimiento real que tenían sobre las cosas. La sabiduría de Sócrates no consiste en la simple acumulación de conocimientos, sino en revisar los conocimientos que se tienen y a partir de allí construir conocimientos más sólidos. Su defensa de la ley y la justicia lo hizo oponerse a los gobernantes, y por su permanente espíritu crítico y su modo tan particular de usar la ironía tuvo muchas enemistades que fueron creciendo con los años. En sus conversaciones siempre fingía saber menos, para luego hacerle notar a la gente de los errores en sus creencias. De allí proviene su frase “sólo sé que no sé nada”, ya que él no se consideraba sabio. Murió a los 70 años de edad, en el año 399 antes de Cristo, aceptando serenamente una condena a muerte bebiendo Cicuta (un veneno extraído de una planta), método elegido por el tribunal que le juzgó, ya que según ellos Sócrates no reconocía a los dioses atenienses y además corrompía a la juventud. Según relata Platón, que fue su discípulo, Sócrates pudo haber evitado la condena, ya que tenía amigos que podían ayudarlo a escapar, pero prefirió acatarla y morir, como modo de defender sus ideas y creencias. ¿Cómo era Físicamente? Según se dice, era “feo de remate”: bajito, gordo, de ojos saltones y con una nariz exageradamente respingona. Su figura y su aspecto eran motivo de bromas. Llevaba siempre la misma capa, y era tremendamente austero en cuanto a comida y bebida. ¿Por qué es importante la obra de Sócrates? Por varias razones: -porque representa el espíritu crítico, la capacidad de cuestionar y cuestionarse a uno mismo, reflexionando sobre las propias opiniones y creencias y buscando los argumentos más firmes y sólidos; -porque valoriza el filosofar como una búsqueda constante; -porque en él hay una clara coherencia entre pensamiento y acción, y de unidad entre teoría y conducta. Sócrates fue el verdadero iniciador de la filosofía en cuanto que le dio su objetivo primordial de ser la ciencia que busca en el interior del ser humano. Nunca escribió ningún libro, y todo lo que se conoce de su obra es a través de Platón, uno de sus discípulos, ni tampoco fundó una escuela regular de filosofía. Todo lo que se sabe con certeza sobre sus enseñanzas se extrae de la obra de Platón, que atribuyó sus propias ideas a su maestro. El método socrático: La mayéutica Es el método de enseñanza creado por Sócrates, basado en el diálogo entre maestro y discípulo, con la intención de llegar al conocimiento verdadero, a la esencia (o rasgos generales y universales) de las cosas. Consistía en plantear un problema o situación para luego analizar las preguntas y respuestas que surgían. Este método presenta las siguientes fases: - En un primer momento se plantea una cuestión o un problema que podía expresarse con preguntas del siguiente tipo ¿qué es la virtud?, ¿qué es la ciencia?, ¿en qué consiste la belleza?; - en un segundo momento el interlocutor da una respuesta, respuesta inmediatamente discutida o rebatida por el maestro; - a continuación se sigue una discusión sobre el tema que pone al interlocutor en confusión; este momento de confusión e incomodidad por no ver claramente algo que antes del diálogo se creía saber perfectamente es la condición necesaria para el aprendizaje. Sócrates lo compara con los dolores que siente la parturienta antes de dar a luz (toma esta comparación de la profesión de su madre, que era partera) - tras este momento de confusión, la intención del método mayéutico es elevarse progresivamente a definiciones y conocimientos cada vez más generales y precisos de la cuestión que se investiga (la belleza, la ciencia, la virtud); - la discusión concluiría cuando el alumno, gracias a la ayuda del maestro, consigue alcanzar el conocimiento preciso, universal y estricto de la realidad que se investiga (aunque en muchos diálogos de Platón no se alcanza este ideal y la discusión queda abierta e inconclusa). La idea básica del método socrático de enseñanza consiste en que el maestro no inculca al alumno el conocimiento, pues rechaza que su mente sea un receptáculo o cajón vacío en el que se puedan introducir las distintas verdades; para Sócrates es el discípulo quien extrae de sí mismo el conocimiento. Este método es muy distinto al de los sofistas: los sofistas daban discursos y a partir de ellos esperaban que los discípulos aprendiesen; Sócrates, mediante el diálogo y un trato más individualizado con el discípulo, le ayudaba a alcanzar por sí mismo el saber. Sócrates y los Sofistas (esta sección la tengo en proceso de edición) La palabra Sofista (sophistes) significaba “sabio”, “maestro en sabiduría”, y de esta forma se decían llamar estas quienes andaban de lugar en lugar, participaban en la política y cobraban por sus lecciones. Eran personas que sabían o simulaban saber de todo: astronomía, geometría, aritmética, fonética, música, pintura. Pero su ciencia no buscaba la verdad sino la apariencia de saber porque el saber a veces reviste autoridad. A través de Los Diálogos escritos por Platón (obras escritas por este filósofo sobre el pensamiento y la obra de Sócrates), el término sofista fue cambiando de “sabio”, a “hábil engañador”, ya que decía que ninguna persona puede conocer una verdad que sea realmente válida para todos. Hoy sabemos que las diferencias filosóficas entre Sócrates y los Sofistas existieron. Señalaremos algunas: Los sofistas son codiciosos de dinero y se hacen pagar por sus lecciones. No hacían nada malo, por ello, y estaban dentro, como dice Protágoras, dentro del comportamiento tradicional griego desde el tiempo de los aedos. Sócrates, que no se consideró nunca un sabio, jamás pidió dinero a cambio de sus enseñanzas. [Ver Sofista 224c-d; Teeteto 167e; Menón 95b-c]. Los sofistas tienen un afán profesional por adoctrinar y modelar el alma de los jovenes. Sócrates siente horror ante la caza del alma: el alma, es algo que no confiaría ni a mi padre, ni mi a mi hermano ni a ninguno de mis amigos. [Ver Protágoras 316a-b] El sofista cultiva un arte de apariencia y es un forjador de imágenes [Ver Sofista 239 d] y está dotado de una ciencia opinable y no verdadera. Sócrates que ambiciona la búsqueda de la verdad pura, sintió el vértigo de que pudiera triunfar una habilidad consistente en hacer parecer lo bueno malo y viceversa, con lo que la verdad sería una mera cuestión de utilidad, llevando a que las mismas leyes de la ciudad se hicieran cosa de conveniencia y no de justicia. Por todo ello, Sócrates busca la liberación de esta frivolidad acudiendo a la dialéctica: más vale lograr poco, pero bueno que mucho pero equivocándose. Frente a la retorica y la oratoria de los sofistas,[Ver Protágoras 334c-d; Fedro 267a-c;] Sócrates aguza su dialéctica. Según Sócrates, la retórica deja la certeza reducida a mera probabilidad y subjetivismo, y éste no hace al hombre más sabio que un renacuajo. [Ver Teeteto 161d] Los sofistas mantienen una actitud práctica radicalmente distinta a la actitud teórica mantenida por Sócrates. La actitud practicista de los sofistas representaba un desdén sobre todo lo puramente teórica referido al orden humano o divino.Y es que los sofistas, según Sócrates, llenaban a la gente de dudas sobre las leyes y la religión de su ciudad. Ante tal orientación, Sócrates concentró toda su atención no en problemas de tipo práctico, sino en el intento de averigüar que es la piedad y la impiedad, lo hermoso y lo feo, lo justo y lo injusto. En este tipo de investigaciones es en donde Sócrates encuentra su originalidad. Frente al puro pragmatismo del éxito, que sostienen los sofistas, Sócrates se inclina por la estimación moral heredad pero interiorizada. Frente a la moda sofista en contra de los prejuicios heredados, Sócrates aparece como un defensor de la vieja moral. Toda su vida se mantuvo como un eterno insatisfecho, buscando el norte de la seguridad moral y de la verdad. Por ello, dejó para los sofistas el apelativo de sabios, como sinómino de aquellos que son capaces de tomar lo que a cualquiera le parece mal y consiguen hacerlo aparecer como bien, y tomó para él, el nombre de filósofo, es decir, el aficionada a la sabiduría. Por último, para Sócrates el hombre no nace libre sino dentro de la historia y vinculado a su ciudad. Todo lo que rodea al hombre: familia, sangre, religión, etc es lo que sitúa al hombre sobre una raiz. Sócrates está muy lejos del afán disolvente del sofista que predicará que el hombre nace libre y aislado. Pues bien, Sócrates rechaza resueltamente la idea de la individualización del sujeto atómico,sin vinculaciones ni raices. Jenofonte [Ver Recuerdos I,6] nos presenta la radical oposición entre el modo de vida sofista y socrática. Sócrates -le dijo un día Antifón-, yo creía que la filosofía hacía feliz, así que lo que tú practicas, más me parece lo contrario. Comes y bebes mal y tienes un mismo y miserable manto para el verano y para el invierno. No vives elegante y libremente, y lo que yo creo que eres es maestro de mala suerte. El maestro se dió cuenta del reto y contestó: Tú crees que yo vivo mal, pero fíjate: como no cobro dinero, hago lo que me parece sin que nadie me pueda exigir ni obligar, y como me conformo con poco, no necesito más. Mi salsa es el hambre, lo que da sabor al agua que bebo es mi sed. Porque tú ingenuamente crees que la molicie y lo caro es la felicidad, mientras que yo ya sé que lo divino es no necesitar nada. Yo no quiero necesitar nada. De nuevo Antifón se atrevió a desafiar al maestro: Admito que eres justo, pero lo que no eres es sabio. Regalas tu enseñanza y no la aprecias en su valor, y como no estimas en nada lo que te podría valer dinero, pues no eres nada sabio. Sócrates contesta que es habil abogado: Yo creo que la sabiduría y la flor de la edad son por el estilo: si llamamos prostituido a quien vende la flor de su edad, habrá que llamárselo tambien a quien vende la de su sabiduría. Y la gente les llama a los tales algo así: sofistas. Yo no quiero dinero - dice el maestro en un alarde de dialéctica sofística (porque lo sofístico para Sócrates es el manejar tal dialéctica por dinero, no en sí mismas estas argucias que los modernos llamamos sofísticas) - sino amigos, y con dar mi ciencia gano amigos, con lo que no pierdo nada. El tema de la contraposición entre la codicia de los sofistas y el desinterés de Sócrates, que regala su ciencia (porque ya hemos visto que Sócrates no la consideraba suya, sino que la creía tan existente y tan real, tan estando ahí fuera, que le parecía que no tenía derecho a considerarla como de su propiedad particualar), es uno de los puntos en que los discípulos insisten para salvar la memoria de Sócrates. Era un argumento que estaba al alcance de cualquiera y que explicaba bien palpablemente la diferencia entre Sócrates y los sofistas. Ganar dinero era un tosco símbolo de la ciencia entendida pragmaticamente, como medio de lucrarse al momento, mientras que el saber por sí mismo, el saber como satisfacción del apetito de saber , es decir, como felicidad, era el fín único que Sócrates buscaba. El juicio a Sócrates Por sus ideas y creencias frente al Estado de Atenas y la religión, Sócrates sufrió la desconfianza y enemistad de muchos de sus contemporáneos, hecho que llevó a que en el 399 A.C. lo sometieran a juicio bajo la doble acusación de "no honrar a los dioses que honra la ciudad" y "corromper a la juventud". En el juicio, Sócrates hizo una valiente reinvindicación toda su vida, en la que él solo se defendió ante la multitud y el tribunal que lo acusaba. Condenado a muerte por una mayoría de 60 o 65 votos, se negó a marcharse voluntariamente al destierro o a aceptar la evasión que le preparaban sus amigos, afirmando que tal proceder sería contrario a las leyes de la ciudad y a sus principios. El día fijado bebió la cicuta. Estatuas de Sócrates y de Atenea en la Academia de Atenas. Caricatura de Sócrates. La muerte de Sócrates, por Jacques-Louis David. FRASES CELEBRES “La única cosa que sé es saber que nada sé; y esto cabalmente me distingue de los demás filósofos, que creen saberlo todo.” “Desciende a las profundidades de ti mismo, y logra ver tu alma buena. La felicidad la hace solamente uno mismo con la buena conducta.” “Sólo el conocimiento que llega desde dentro es el verdadero conocimiento.”