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Entre Norte y Sur Escrito por José Lee-Borges, Ph.D. - jleeborges@hotmail.com Miércoles 13 de Marzo de 2013 06:58 En 1945, al terminar la Segunda Guerra Mundial, la península de Corea -antigua posesión japonesa- fue ocupada por la Unión Soviética y Estados Unidos, tomando como línea de división el paralelo 38º del territorio. El estallido de la Guerra Fría tuvo como resultado la división de este país en dos estados: en el Norte, se estableció en 1948 la “República Popular de Corea”, régimen comunista apoyado por la Unión Soviética; en la mitad Sur de Corea, se creó la “República de Corea”, régimen autoritario fuertemente anticomunista y aliada de Estados Unidos. El 25 de junio de 1950, el ejército de Corea del Norte invadió a Corea del Sur en una clara provocación contra el dominio estadounidense en esa región. El gobierno de Estados Unidos tuvo una reacción inmediata ante la agresión, por la amenaza que representaba para las posesiones de este país en el Lejano Oriente. Ese mismo día, el presidente Harry S. Truman ordenó al general MacArthur que proporcionara a Corea del Sur la ayuda necesaria y la debida protección militar. El conflicto rápidamente se convirtió en una guerra internacional que involucró a más de 20 naciones. La Guerra de Corea tuvo su origen en el auge del comunismo soviético y el triunfo comunista en China. Ahora uniendo fuerzas con Corea del Norte, podían extender el comunismo en territorio asiático, comenzando por el vecino territorio de Corea del Sur. Del otro bando, se encontraban los enemigos del comunismo, Corea del Sur con Estados Unidos, entre otros países. Para algunos líderes estadounidenses era la ocasión propicia para derrotar definitivamente al comunismo del mundo. En enero de 1953, el republicano Dwight Eisenhower tomó posesión de la presidencia de Estados Unidos, y en el mes de marzo murió el presidente Stalin de la Unión Soviética. Por fin, tras una serie de difíciles negociaciones, el 27 de julio de 1953 se firmó el armisticio, quedando el paralelo 38º como línea de separación entre las dos Coreas; es decir, la misma situación territorial que existía antes de la guerra. El fin de la Guerra no resultó en mejoría de las relaciones entre las dos Coreas. Hubo más de medio millón de muertos, muchos más heridos y destrucción significativa fueron como consecuencia. Tanto en la Unión Soviética como en Estados Unidos hubo un gran descontento 1/3 Entre Norte y Sur Escrito por José Lee-Borges, Ph.D. - jleeborges@hotmail.com Miércoles 13 de Marzo de 2013 06:58 social. Sin embargo, en Estados Unidos se revivió un sentimiento nacionalista, expresado en un marcado anticomunismo que tomó tintes represivos en contra de quienes simpatizaran con la ideología socialista. Sesenta años luego del fin del conflicto ambos países han logrado convivir sin mayores dificultades. En el 2010 Corea del Norte bombardeó la isla de Yeonpyeong, una zona civil de Corea del Sur. El ataque causó cuatro muertos, entre estos dos civiles, y una decena de heridos, provocando una respuesta inmediata de las fuerzas surcoreanas. El gobierno de Corea del Sur y su población prometieron una venganza mil veces peor, en caso de una nueva agresión armada del Norte. Muchos expertos pronosticaron una nueva Guerra entre las Coreas; nada ocurrió. La historia parece repetirse, el pasado jueves la ONU impuso nuevas sanciones económicas y comerciales a Corea del Norte por pruebas nucleares realizadas el 12 de febrero. Como respuesta Corea del Norte declaró completamente nulo el armisticio que puso fin a la Guerra de Corea y aseguró que se está preparando para una guerra inminente contra Corea del Sur y EEUU. Por su parte, Corea del Sur aseguró que el acuerdo de armisticio no ha quedado invalidado, debido a que legalmente su anulación requiere la conformidad de ambas partes. El régimen norcoreano suspendió de forma unilateral la línea telefónica fronteriza, única vía de comunicación entre el Sur y el Norte. Nadie puede predecir lo que sucederá en la región, donde la tensión es permanente en estos días. Sin embargo, es poco probable que las tensiones escalen al punto de una guerra. Los países involucrados en esta crisis tienen mucho que perder y poco que ganar de surgir un conflicto bélico de grandes proporciones. Corea del Norte, considerado casi el único baluarte comunista, utiliza este tipo de provocaciones internacionales para extorsionar a otros países y obtener de ellos la ayuda que desesperadamente necesitan para su desolada economía. Ante los efectos de la globalización su estructura comunista cada día es más obsoleta. A pesar de su gran armamento nuclear, una guerra tendría costos inmensos para el pobre y solitario país. Corea del Sur tampoco tiene interés en participar de una guerra que generaría masiva destrucción a su territorio. Siendo la decimotercera economía mundial, tiene mucho que perder. Cada vez que hay noticias de conflictos militares entre las dos Coreas, Corea del Sur tiene que tranquilizar a los inversionistas para impedir que su economía caiga. Por su parte, Estados Unidos no está interesado en el estallido de otro foco de crisis, luego que sus aventuras bélicas en Irak y Afganistán han generado duras críticas al gobierno y deteriorado su economía. Las maniobras conjuntas estadounidenses y surcoreanas son más bien un elemento disuasivo más que conflictivo. China, considerado el último y más poderoso aliado de Corea del Norte, no tiene el más mínimo interés en una guerra que desestabilizaría la región y tendría nocivos efectos para su 2/3 Entre Norte y Sur Escrito por José Lee-Borges, Ph.D. - jleeborges@hotmail.com Miércoles 13 de Marzo de 2013 06:58 proyecto de desarrollo nacional y proyección como líder global. A pesar de esto, lo único que le falta a China para demostrar su poderío actual es un conflicto bélico donde puede poner a prueba su enorme ejército y tecnología nuclear. En ese sentido, quizás la Guerra de Corea nunca ha terminado como muchos piensan. Este conflicto servirá para medir el poder y la tolerancia de las actuales potencias mundiales, principalmente China y Estados Unidos, ante un nuevo panorama globalizado del mundo. Para nuestra Isla, un conflicto bélico en Corea sería fatal. Los precios de la mayoría de los productos que consumimos aumentarían aún más de lo ya previsto. Con el descalabro financiero existente, la histórica mala administración imperante y la poca voluntad de cambio y honestidad del actual gobierno, sería la excusa perfecta para seguir justificando una continua crisis económica y la prolongación de muchos de nuestros problemas. 3/3