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Simposio Número 22 Estado y desarrollo en América Latina (1934-1982) La Junta de Exportación Agrícola: una reacción chilena a la Gran Depresión José Gregorio Díaz Bahamonde Instituto de Economía, Pontificia Universidad Católica de Chile jdiazb@uc.cl Resumen Durante la Gran Depresión, el gobierno chileno implementó una serie de medidas para proteger la economía. Una de ellas fue la creación de la Junta de Exportación Agrícola, entidad a cargo de controlar la exportación de productos agrícolas. El objetivo de este trabajo es describir la finalidad y funciones de esta entidad, así como las medidas adoptadas durante su existencia. Igualmente se hace una evaluación crítica de sus resultados. Abstract After the Great Depression, the Chilean government created an agency called Agriculture Export Board (Junta de Exportación Agrícola) for controlling the agricultural exports. The purpose of this paper is to examine the aims and the role of the Board. Also, the main effects of the applied policies shall be evaluated considering the agricultural sector and the economy as a whole. 1 Introducción De acuerdo a la impresión de testigos contemporáneos y a la información disponible hoy en día, la economía chilena fue una de las más afectadas por la Gran Depresión: entre 1929 y 1932, el PIB cayó 45 por ciento y el volumen de exportaciones se redujo en 73 por ciento (DÍAZ et al. 2007). La principal explicación de este fuerte choque proviene de la condición de economía pequeña y abierta, con exportaciones concentradas en salitre. Este producto representaba en sus mejores momentos más del setenta por ciento del valor de la exportación, jugando además un papel importante como fuente de ingresos públicos. Para paliar los efectos de la crisis, el gobierno chileno implementó una serie de medidas para proteger la economía. Mientras algunas eran similares a las usadas en los países desarrollados, como el control de cambios y la regulación del comercio exterior, otras, como el control de precios, señalaban el comienzo de la planificación central de la actividad económica. En este contexto, se creó la Junta de Exportación Agrícola. El objetivo de este trabajo es describir la finalidad y funciones de esta institución, presentando una evaluación crítica de sus resultados. Nuestra tesis es que la Junta estaba mal diseñada y no cumplió todos sus objetivos. La sección siguiente presenta el contexto local e internacional. La tercera sección analiza a la Junta y sus funciones. Finalmente, se presentan las conclusiones. 2 Contexto local e internacional1 La importancia económica del sector agrícola chileno en 1930 puede constatarse por medio de diferentes indicadores. En primer lugar, representaba entre 9 a 14 por ciento del PIB, según diferentes precios base. En segundo lugar, la fuerza de trabajo agrícola era 39 por ciento del total. Finalmente, aunque la definición no es del todo precisa, de acuerdo al Censo de 1930, 51 por ciento de la población era rural. Aunque el espacio agrícola empleaba un contingente considerable de población, no constituía una fuente decisiva de divisas. Tal cualidad correspondía a la minería y sus exportaciones: en 1929, del valor total de exportaciones, 88 por ciento correspondía a la minería y sólo el 9 por ciento calificaba como agropecuaria. Los principales exportables agrícolas chilenos eran cereales, especialmente trigo (DÍAZ 2006). La relevancia social de la agricultura chilena está bastante documentada (CHONCHOL 1994 y BAUER 1994). La organización de la propiedad agrícola en forma de latifundio habría provocado un conjunto de efectos sociales y políticos que fue objeto de un importante debate político en los sesenta, llegando a plantearse que las condiciones de propiedad agraria “impiden el desarrollo de la economía nacional”.2 Aunque se plantearon distintos mecanismos de cambio, como la sindicalización campesina y la reforma agraria, lo cierto es que la realidad del campo chileno no se modifico sustancialmente hasta entrada la segunda mitad del siglo veinte (LOVEMAN 1976). 1 Las cifras reportadas en esta sección, salvo indicación de lo contrario, provienen de Díaz et al. (2007) 2 McBride (1973) p. 270 1 Considerado lo anterior, el impacto directo de un choque como el de la Gran Depresión debió tener al menos tres efectos en la agricultura chilena: baja en los precios de los productos, baja en el empleo y baja en la remuneración de factores. Estos dos últimos efectos no parecen haber compensado al primero dada las demandas de ayuda por la caída en los beneficios de los productores agrícolas. Sin embargo, cabe señalar la importancia de la coyuntura internacional. Como muestra el Gráfico 1, desde 1890 la producción triguera mundial experimentó un fuerte alza. Esta trayectoria sólo se interrumpió brevemente durante la Primera Guerra Mundial. Gráfico 1 Producción de trigo, 1885 1935 Fuente: Smith (1935) El efecto de este proceso fue una disminución en los precios reales de los productos agícolas: entre 1870 y 1938, la caída fue de un 20 por ciento en Reino Unido y Estados Unidos.3 Naturalmente, este fenómeno complicaba a los productores en la medida que no eran competitivos y pudo motivar demandas por protección. Sin embargo, es interesante notar que Gran Bretaña era importador neto de alimentos y practicante del libre cambio en los años veinte y no aplicó ninguna tarifa al comercio de 3 Federico (2005) p. 237. Ver además Perren (1995) 2 trigo sino tras la Gran Depresión. Y en esa ocasión la medida fue adoptada por razones de seguridad nacional y no para apoyar a los productores.4 3 La Junta de Exportación Agrícola La Junta de Exportación Agrícola fue creada por la ley 4912 de 18 de Diciembre de 1930. Desaparece en 1942, cuando el Decreto con Fuerza de Ley 2851 creó el Instituto de Economía Agrícola traspasándole algunas de sus funciones, y reasignando otras a diferentes agencias gubernamentales. Entre ambos años, no menos de doce leyes y otros tantos decretos definieron, precisaron, modificaron o agregaron diferentes aspectos del quehacer de la Junta: objetivos, funciones, integrantes y atribuciones. Esta maraña legal es una razón que explica la dificultad para comprender el accionar de esta agencia.5 Era un organismo semifiscal: dependía administrativamente del Ministerio de Agricultura pero gozaba de una organziación absolutamente independiente y poseía personalidad jurídica propia. La Junta estaba compuesta por nueve miembros. El Presidente de la República designaba directamente a cuatro de ellos (incluyendo al responsable de su presidencia), y los restantes eran elegidos desde ternas propuestas por la Sociedad Nacional de Agricultura, la Sociedad Agrícola del Sur en conjunto con la Sociedad Cooperativa Agrícola de Temuco, la Sociedad Agrícola y Ganadera de Osorno, el Directorio de la Caja de Crédito Agrario, y el Comité Central de Asociaciones de Molineros. Dada esta composición, no es difícil suponer que la Junta representaba los intereses del grupo de productores agrícolas. Los recursos con que contaba la Junta para desarrollar su labor provenían, además del aporte presupuestario directo, de la recaudación de impuestos (a la molienda de trigo y avena, a la malta para fabricación de cerveza, entre otros), de multas y de ingresos por la administración de frigoríficos. Según Gómez (1944), en 1941 estos últimos ingresos equivalían al 23 por ciento de lo recaudado por impuestos y multas. ¿Cuál era la finalidad de la Junta? Parot (1942, p. 24) la resume así: “Procurar que las necesidades de consumo de productos agrícolas del país se encuentren cubiertas y facilitar la salida al extranjero de los saldos exportables sobre dicho consumo, si los hubiere, asegurando a los productores precios remuneradores”. Una descripción estilizada consideraría que los objetivos de la Junta durante su existencia fueron tres: promover la exportación agrícola, controlar los precios locales de algunos productos clave y controlar el comercio agrícola. Como veremos a continuación cada objetivo 3.1 La promoción de la exportación agrícola Este fue el argumento que dio origen a la Junta en 1930. Sin embargo, debe considerarse que la razón planteada originalmente no tenía que ver con el desarrollo del sector sino con reducir pérdidas a los productores. Efectivamente, la caída en la demanda producida en los años treinta había generado importantes excedentes de los 4 Egerer (1965) 5 Los detalles jurídicos son tratados por Undurraga (1939), Parot (1942) y Gómez (1944) 3 que era preciso desahacerse al mejor precio posible. Posteriormente, la Junta se orientó a la búsqueda de nuevos mercados para colocar la producción chilena recurriendo a un sistema de primas de exportación. Estas primas eran sumas equivalentes a la diferencia entre el precio de costo en el mercado consumidor (calculado a partir del precio mínimo vigente en Chile) y la cotización del producto en el mercado consumidor. El Gráfico 2 muestra qué sucedió con las exportaciones cerealeras entre 1929 y 1948. Gráfico 2 Quantum de exportaciones cerealeras, 1928-1948 1938=100 400 350 300 250 200 150 100 50 1948 1947 1946 1945 1944 1943 1942 1941 1940 1939 1938 1937 1936 1935 1934 1933 1932 1931 1930 1929 1928 0 Fuente: Díaz (2006) y Keller (1956) El volumen de exportaciones sólo se incrementó en 1934. para iniciar un descenso drástico hasta niveles incluso menores a los observados a fines de los años veinte. Aunque no es claro si esta trayectoria se debe a la gestión de la Junta o sucedió a pesar de ella, no parece que la promoción de exportaciones haya producido efectos significativos. 3.2 Control de precios internos El segundo objetivo era el control del mercado interno por medio de la fijación de precios. Esta atribución se reflejó en la fijación del precio mínimo de venta del trigo, y en la fijación de precios máximos de productos agrícolas susceptibles de exportación. Esta tarea entraba en contradicción con las funciones asignadas al Comisariato General de Subsistencia y Precios. El Comisariato había sido creado en 1932 por un decreto que declaraba los predios agrícolas de utilidad pública, facultando al Presidente para su requisición siempre que no produjeran bienes en la calidad o cantidad determinada por el Estado. En la práctica, el Comisariato (después Superintendencia) actuaría fijando precios pensando en la proteccion a los consumidores. Con la creación del Instituto de Economía Agrícola se traspasó definitivamente 4 la función de fijación de precios a la Superintendencia aunque esta debía obrar previo informe del Instituto. Igualmente, la fiscalización en el precio del pan quedó en manos de la Superintendencia aunque el producto de las multas fuese destinado al Instituto. El Gráfico 3 muestra los precios al por mayor de los productos agrícolas respecto a los equivalentes de los productos mineros e industriales. Gráfico 3 IPM prods. agrícolas respecto a IPM prods. Mineros e Industriales, 1928-1960 1938=100 160 140 120 100 80 60 Prods. Mineros Prods. Industria 40 20 1960 1958 1956 1954 1952 1950 1948 1946 1944 1942 1940 1938 1936 1934 1932 1930 1928 0 Fuente: Díaz (2006) Se aprecia un aumento del precio relativo de los productos agrícolas hasta mediados de los años cuarenta o inicios de los cincuenta, dependiendo del deflactor que consideremos. Esto indicaría que la Junta logró imponer un criterio de precios acorde a las demandas de los productores agrícolas. Sin embargo, si comparamos la evolución del precio del trigo en Chile y Estados Unidos, reflejada en el Gráfico 4, la impresión obtenida es diferente. 5 Gráfico 4 Precio del trigo en Chile (Santiago) y Estados Unidos, 1928-1960 Dólares por bushel 3.0 2.5 2.0 1.5 1.0 0.5 0.0 1930 1935 1940 Chile 1945 1950 1955 1960 EEUU Fuente: Díaz (2006) y Keller (1956) Hasta fines de los años cuarenta, los precios del trigo en Chile y Estados Unidos presentan trayectorias y niveles muy semejantes. Esta similitud se rompe tras la Segunda Guerra Mundial debido a políticas de control aplciadas en Estados Unidos. Lo anterior significa que los precios en realidad siguieron la trayectoria de mercado. Si el objetivo era este, la Junta cumplió su cometido. 3.3 Control del comercio agrícola Paradojalmente, mientras la Junta procuraba buscar nuevos mercados para los productos chilenos, debía también asegurar el abastecimiento del mercado interno e imponer restricciones a los competidores externos. Para ello, estaba facultada para importar trigo y sus derivados, u otros productos agrícolas. Esta función entraba en contradicción con la realizada por la Comisión de Control de Cambios Internacionales, agencia encargada de controlar el ingreso de divisas. En 1942, el Consejo Nacional de Comercio Exterior (CONDECOR, ex Comisión de Cambios Internacionales) recibió la facultad de autorizar la exportación de productos agrícolas. El Instituto conservará sólo la capacidad de fijar cuotas globales de exportación y de prohibir la exportación. El Gráfico 5 muestra la exportación neta (exportación menos importación) por habitante de productos agrícolas. 6 Gráfico 5 Exportación neta de productos agrícolas por habitante, 1930-1960 Dólares de 1938 2.000 1.000 1960 1959 1958 1957 1956 1955 1954 1953 1952 1951 1950 1949 1948 1947 1946 1945 1944 1943 1942 1941 1940 1939 1938 1937 1936 1935 1934 1933 1932 1931 1930 0 -1.000 -2.000 -3.000 -4.000 Fuente: Díaz (2006) La trayectoria de la variable indica que, en el período de funcionamiento de la Junta, las exportaciones netas fueron positivas. Este resultado se invierte tras el término de la existencia de la Junta de Exportación Agrícola. Lo indicado significa que esta atribución carecía de sentido dadas las condiciones efectivamente observadas en els ector agrícola. 4 Consideraciones finales La Junta de Exportación Agrícola fue creada para enfrentar los efectos de la Gran Depresión sobre el sector. Sin embargo, de las funciones encomendadas sólo el control de precios parece haber sido efectivo, aunque no podamos plantear esto aúnd e manera definitiva. Lo investigado hasta el momento plantea una serie de interrogantes adicionales. ¿Por qué perduró la Junta hasta 1942? ¿Actuó realmente como un agente redistribuidor de ingreso? Las respuestas deberán, por ahora, esperar. 5 Bibliografía APEY, M. (1988). Sociedad Nacional de Agricultura. Proyecto de la Historia de la Agricultura Chilena. Santiago, SNA BAUER, A. (1994). La sociedad rural chilena. Desde la conquista española a nuestros días. Santiago, Andrés Bello CHONCHOL, J. (1994). Sistemas agrarios en América Latina. 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