Download descargar archivo - Asociación Nacional de Empleados Públicos y
Document related concepts
Transcript
EL COOPERATIVISMO COSTARRICENSE Y EL TRATADO DE LIBRE COMERCIO ENTRE REPUBLICA DOMINICANA, CENTROAMERICA Y EEUU Estimadas y estimados representantes de la ciudadanía costarricense: Permítaseme iniciar este planteamiento acerca de la posición del cooperativismo costarricense respecto del Tratado de Libre Comercio entre República Dominicana Centroamérica y Estados Unidos, recordando brevemente cuál es el origen y de dónde proviene el cooperativismo nacional. Una primera cita nos dice lo siguiente: “Es lógico que al pensar en el incremento de la riqueza, debemos pensar en la buena distribución de esa riqueza, y no hay mejor instrumento para este objetivo de justicia social que el movimiento cooperativista.” Así sintetizaba el Centro para el Estudio de los Problemas Nacionales, en el año1943, su visión acerca del papel cooperativismo en la sociedad costarricense. No otra era la posición de la Iglesia Católica,, que planteaba su apoyo a las reformas sociales emprendidas por el Gobierno de Calderón Guardia y, en ese contexto, su apoyo a la promoción de cooperativas, como instancias organizativas tendientes a solucionar los problemas económicos y sociales más graves en los sectores populares en un marco de armonía social, como formulaba Monseñor Víctor M. Sanabria Este esfuerzo conjunto de las diversas fuerzas sociales y políticas de nuestro país conduciría al precepto constitucional respecto del fomento de las cooperativas, que dice textualmente “El Estado fomentará la creación de cooperativas, como medio de facilitar mejores condiciones de vida a los trabajadores.” Constitución Política, Artículo 64 Deseo ahora referirme a la posición asumida por movimiento cooperativo en relación con la apertura comercial, la globalización y la reforma del Estado, tal como ha sido formulado en sus congresos nacionales. Al respecto es posible rescatar las siguientes posiciones: El cooperativismo reconoce y mantiene una posición positiva ante la necesidad de la inserción en el mercado globalizado El cooperativismo manifestó desde un primer momento su anuencia a participar en el proceso de reforma del Estado. Numerosas cooperativas participan y se benefician de los procesos de globalización: sector cafetalero, refacción de aviones, sector lechero, turismo, cooperativas de profesionales, salud, palma aceitera, etc. Con su presencia creciente en el mercado mundial generan riqueza y la distribuyen en una amplia base social Una muestra de que la apertura comercial y la globalización puede coincidir, perfectamente, con el fomento de sectores solidarios como el cooperativismo, se desprende del presente gráfico, según el cual, en nuestro país, el número de cooperativas se incrementó de manera radical durante el periodo de 1980 a 1989. Es decir, en momentos en que en Costa Rica se iniciaba el proceso de apertura y ajuste estructural. En ese contexto y desde una perspectiva heterodoxa, en relación con otros procesos de ajuste que tuvieron lugar en otros países, el cooperativismo fue concebido como sector estratégico de desarrollo Por su parte, la creciente ubicación de las cooperativas en el tercer sector de la economía, como se refleja en este gráfico, nos habla de que las empresas cooperativas han asumido el reto de la economía del conocimiento, competiendo bajo condiciones inéditas en el mercado, sin por ello perder su esencia solidaria y de contribución a la distribución de la riqueza. De hecho podemos señalar que ante la globalización, el cooperativismo nacional no ha cesado de impulsar la modernización empresarial y la competitividad, mientras hemos hecho numerosos esfuerzos para fomentar la articulación de la Economía Social, fortalecer aún más el arraigo local de nuestras cooperativas priorizando la territoriedad y el vínculo con el desarrollo de las comunidades, incansablemente hemos declarado la lucha contra la pobreza, por la creación de empleo y la generación de oportunidades sobre todo para los sectores más vulnerables de nuestra sociedad, tratando además de propiciar una política pública amigable y constructiva. El TLC y el desarrollo nacional Me permito a continuación hacer una cita del acuerdo del Consejo Universitario de la Universidad Nacional, en torno al tratado de libre comercio sobre el que versa esta comparecencia: “Nuestra honda preocupación por que la actual versión del texto Tratado de Libre Comercio Estados Unidos-Centroamérica-República Dominicana no ofrece garantía suficiente de los beneficios que el país obtendrá. En esa medida, no constituye un instrumento de potenciación y desarrollo para la sociedad costarricense. El sentimiento de incertidumbre que produce no contribuye a crear, de manera conjunta, un camino con futuro en el que todos los costarricenses nos sintamos comprometidos e invitados a participar”. El mismo tipo de preocupación se desprende de las páginas revista Desarrollo Profesional, enditada por el Colegio de Profesionales en Ciencias Económicas de nuestro país: “No se garantiza a Costa Rica que la competencia internacional de productos y servicios generará más competitividad dentro de las empresas locales, mientras que si aseguran mejores condiciones para el desarrollo de empresas estadounidenses.” Ante este tipo de inquietudes por los contenidos e implicaciones del TLC, se impone la necesidad de una agenda de desarrollo que impulse la reconversión empresarial, la internacionalización de nuestro parque empresarial, y lo haga bajo condiciones que posibiliten la distribución de la riqueza. Esta agenda de desarrollo representa un imperativo, con TLC o sin él. No se trata de una agenda complementaria ni alternativa, debe más bien contemplar el apoyo a alianzas estratégicas y proyectos que generen valor agregado nacional. En este ámbito, el cooperativismo nacional considera indispensable, entre otras cosas: Encadenamientos permanentes entre empresas locales y nuevas empresas Inversión en infraestructura como carreteras y puertos Investigación científica Legislación más expedita y menos entrabada para el desarrollo de los negocios Asimismo, en el plano estructural, urgen medidas en campos estratégicos: Gasto y la inversión pública Deuda interna Banca de desarrollo Rezago tecnológico Fortalecimiento de base institucional de apoyo a la producción, sobre todo en el sector agrícola, en el que llevamos años de desmantelamiento del aparato institucional de apoyo al productor. En la esfera social es imperativo: Respaldar a sectores que generan empleo y distribuyen riqueza Reactivar los sectores productivos sobre la base de generación de valor agregado Fortalecer áreas sensibles: salud, educación, vivienda. Apoyar proyectos de impacto local y territorial Fortalecer entes de fomento y desarrollo Impulsar proyectos productivos de la mujer y poblaciones vulnerables Apoyar proyectos ambientalmente limpios Deseamos declarar, con todo respeto y vehemencia, que el CONACOOP urge la definición de una Agenda Nacional de Desarrollo que posibilite neutralizar los efectos en el modelo social y económico de nuestro país, de los procesos de apertura materializados en los TLC. El diálogo social Según sostiene la Comisión de los Notables: “A pesar de los esfuerzos de consulta, información y propaganda realizados por el COMEX y las campañas de sectores favorecedores del Tratado, estos no han logrado generar un acuerdo nacional suficiente para viabilizar el Tratado y en cierto sentido pueden haber contribuido, por el contrario, al desacuerdo”. Para, a continuación recomendar: “Hay una manera diferente de concebir el proceso de discusión del Tratado, mediante la búsqueda de una base de negociación en la sociedad. Si no se encuentran espacios de consenso, la discusión polarizada podría agudizarse y no permitir una salida beneficiosa frente a las complejas decisiones que debe tomar el país.” .El cooperativismo nacional cree en la necesidad de fortalecer el Diálogo Social, como una premisa para avanzar. Estamos convencidos de que constituye una prioridad nacional, que posibilita y a la vez requiere de una actitud que permita construir en la diversidad, evitando cualquier tipo de exclusiones, que se avance hacia un diálogo social institucionalizado, que se reflejo de la madurez de nuestra sociedad democrática. Esta convicción parte de experiencias concretas que demuestran que el diálogo social permite superar el inmovilismo y las actitudes destructivas, encontrar puntos de equilibrio entre los intereses de grupos y sectores, priorizar los intereses generales por sobre los sectoriales (aunque éstos sean legítimos). Pero sobre todo posibilita la gobernabilidad, la cohesión social, la paz y la convivencia. Queremos recalcar que este país se ha construido sobre la base del diálogo social. En cada momento crítico de nuestra historia éste ha sido un instrumento invaluable para superar las discordias y las incomprensiones. Por lo anterior, el CONACOOP urge a redoblar esfuerzos para fortalecer el diálogo social institucionalizado de cara al TLC Nuestra posición Según la Comisión de los Notables: “Aún falta mucho por hacer para que los beneficios logrados en el sector exportador lleguen al resto de la población costarricense.” Precisamente, de frente a una sociedad crecientemente desigual, que enfrenta retos decisivos para el futuro de las nuevas generaciones, el PLENARIO DEL CONSEJO NACIONAL DE COOPERATIVAS #209-2005 del 5 de Agosto de 2005 acordó: Acoger el documento “Aportes programáticos para la construcción de una nueva Costa Rica”, aprobar su divulgación y amplia discusión en los diversos actores sociales y políticos de la sociedad costarricense El citado documento en su apartado sobre comercio justo, incorpora una serie de formulaciones que me permitiré reproducir textualmente: POLÍTICA DE COMERCIO JUSTO “La gran mayoría de mercados son imperfectos y además invisibilizan las asimetrías económicas, sociales, laborales y ambientales existentes, por lo que tienden a agravar las condiciones de desigualdad y exclusión social y productiva. En ese sentido es fundamental el desarrollo de una política de comercio justo como norte estratégico de Costa Rica, tanto en relación al mercado interno como en relación al mercado internacional. Comercio justo y política internacional Debemos liderar internacionalmente la búsqueda del comercio justo que reconozca, tanto nacionales como internacionalmente, la inversión social, laboral y ambiental. Además de generar propuestas dirigidas a reconocer las enormes diferencias económicas entre países, a menudo expresadas en las asimetrías en los costos de producción, los subsidios y las ayudas internas. Al efecto, es imprescindible relacionar, de forma directa, el tratamiento arancelario con los procesos de producción social, laboral y también realmente limpios a partir de las realidades y condiciones de vida de los diversos países. En la medida que tales asimetrías y formas de producción continúen siendo invisibilizadas, el comercio internacional continuará presionando hacia la degradación social, laboral y ambiental, así como hacia la informalización de la economía. Se debe crear programas de promoción de productos nacionales a nivel nacional e internacional (“Producto de Costa Rica”) redestacando las cualidades únicas Costa Rica (certificaciones, calidad, ambientalmente sostenible, comercio justo, democracia, etc.). Asimismo, se debe diversificar lo más posible los mercados para minimizar dependencias a mercados específicos. Para esto, se debe invertir en investigación de mercados. Precisamente, la búsqueda del comercio justo, así como las necesidades institucionales de política pública que requieren nuestra propuesta hace que, tal y como fue negociado, sea imposible la aceptación del Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica, República Dominicana y los Estados Unidos Sintetizando: apoyamos el libre comercio de manera clara y entusiasta, pero el TLC tal como está concebido no puede ser aprobado De cara a los desafíos históricos que enfrenta la sociedad costarricense, el cooperativismo nacional recalca que: • Congruentes con el ideario cooperativo aspiramos a un país de propietarios y no sólo de empleados. • Urgimos por plataformas que permitan rescatar lo mejor de cada posición, porque el dialogo es un excelente instrumento. • Instamos a fortalecer los mecanismos de política pública para favorecer a los sectores sociales más vulnerables Desde nuestra posición consideramos necesario dar contenido real y vigencia a: Igualdad de oportunidades, equidad, inclusión social y productiva comercio justo, defensa de la soberanía nacional, derecho a la paz, desarrollo de cultura de rendición de cuentas, política económica para crecer y distribuir con sostenibilidad ética pública como medio para establecer, delimitar y renovar las relaciones entre las personas y su comunidad, respeto a derechos humanos. Apoyo al sector productivo en su conjunto sin importar el mercado al cual se dirige, afirmación positiva y respeto a la diversidad. Terminamos con una máxima del sector cooperativo, emanada del sacerdote español Arizmendiarrieta, que no nos cansaremos de repetir pues representa el imperativo de la solidaridad en un mundo cada vez más mercantilizado y ajeno a la justicia social: “Todo en solidario, nada en solitario...” Muchas gracias