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EL ENDEUDAMIENTO EXTERNO DE MÉXICO. 1970 - 1974 Romeo Flores Caballero y María Je los Ángeles Moreno I. INTRODUCCIóN Al principiar la década de los setenta parecía existir ya la opinión generalizada de que era necesario modificar la estrategia general del desarrollo económico del país. Un aspecto comúnmente señalado, con diversos matices, era que el modelo de desarrollo seguido en las décadas anteriores había respondido a las características y necesidades particulares de una etapa del proceso de crecimiento nacional, pero que no correspondía a las condiciones actuales de la economía,^ Las políticas del *'desarrollo estabilizador" permitieron crecer al país a una tasa deseada, superando una etapa de desajustes e inestabilidad monetaria que se había prolongado largo tiempo y que estorbaba los planes de mejor utilización del ahorro interno y del externo. Sin embargo, por sus mismas características, este modelo de crecimiento tenía una frontera en el tiempo, llegada la cual había que efectuar reformas profundas y reencauzar el proceso económico. De hecho, dentro de los mismos mecanismos del **desarrollo estabilizador", era necesario adoptar poco a poco algunas modificaciones que prepararan el terreno para el funcionamiento de un sistema en que, sin dejar de obtener una alta tasa de crecimiento del producto, se lograra al mismo tiempo una distribución más eficiente tanto a nivel social como de sectores y regiones del país. Sin embargo, esas modificaciones no fueron lo suficientemente enérgicas u oportunas como para permitir "automáticamente" la transición al nuevo esquema que permitiría una efectiva extensión de los beneficios del crecimiento alcanzado. Algunos aspectos mantenidos por mucho tiempo y que han sido objeto frecuente de crítica como parte de las implicaciones del desarrollo estabilizador son, por ejemplo, la política de fomento industrial que, aunque logró efectivamente una industrialización acelerada, al amparo ^ Véase Banco Nacional de Comercio Exterior, S. A., México: La política económica del nuevo gobierno, México, 1971. Adelante citado: "La economía mexicana en 1972". 805 806 EL TRIMESTRE ECONÓMICO de un excesivo proteccionismo, insuficientemente discriminado, permitió multiplicidad de instalaciones del mismo tipo, la prolongación de la dependencia de la tecnología extranjera (no siempre adaptada a las necesidades particulares del país) y la orientación de la producción hacia los artículos demandados por las capas de población con ingresos medios o altos. Todo esto implicó una deformación en la integración del aparato productivo nacional, que ocasionó costos relativamente más elevados en los artículos de producción interna y la insuficiente atención de la demanda de una gran mayoría popular, y contribuyó a agravar la mala distribución del ingreso. La política fiscal cumplió su papel de instrumento para alentar el ahorro privado y fomentar la inversión; sin embargo, por un lado sacrificó percepciones y por otro aumentó el gasto público, que al no poderse cubrir con ahorro propio debió satisfacerse con deuda interna y externa. El papel de esta última, como se ha visto, tuvo que ser cada vez más importante por las necesidades crecientes del desarrollo económico y social del país y por la escasa flexibilidad del mercado interno de capitales. El excesivo proteccionismo industrial y la insuficiente atención al sector agropecuario contribuyeron a generar inelasticidades en el aparato productivo nacional, lo que a su vez incidió en un lento desarrollo de la capacidad para exportar y, por tanto, para financiar las compras al exterior sin incurrir en mayor endeudamiento. Por otra parte, la ausencia de una política de importaciones coherente y dentro de ella la carencia de orientación adecuada para que las prácticas de sustitución se extendieran a algunos bienes intermedios y de capital, de acuerdo con las posibilidades y requerimientos del país, incidió en el mantenimiento de un gasto muy elevado por insumos importados. La mayor importancia que en años recientes se ha concedido al fomento de la producción de artículos exportables y al impulso de políticas que faciliten en diversos sentidos las ventas al exterior, no ha bastado para contrarrestar el problema que crónicamente arrastra el sector externo de México. La balanza de pagos entre 1970 y 1974 mostró una tendencia de comportamiento muy similar a la de los años anteriores. Como puede observarse en los cuadros 1, 2 y 3, el déficit en cuenta corriente mantuvo su tendencia de aumento excepto en el año de 1971, en que el debilitamiento de la actividad económica general redujo drásticamente la demanda de importaciones. En los dos años siguientes, la recuperación de la actividad económica interna condujo a déficits sumamente elevados, sobre 807 ENDEUDA^UENTO EXTERNO DE MÉXICO CUADRO Importaciones 1970 1971 1972 1973 1974 FUENTE: 2 2 2 3 6 Incremento 326.8 254.0 717.9 812.7 056.7 12.0 3.2 20.6 40.3 58.9 FUENTE: 1 1 1 2 2 Incremento % 552.2 639.5 861.4 186.2 843.9 18.5 5.6 13.5 17.4 30.1 Déficit 8.1 6.4 22.1 23.9 38.1 1 045.5 890.6 1 052.6 1 749.5 3 206.7 281.3 363.4 665.3 063.2 850.0 Exportaciones 1 651.8 1 803.7 2 124.7 2 712.8 3 492.5 Incremento % 20.7 9.2 17.8 27.7 28.8 Superávit 99.0 104.2 263.3 526.1 648.6 Banco de México, S. A. 3. Balanza de pagos de México. 1970-1974 Cuenta corriente FUENTE: 1 1 1 2 2 Incremento 7o 2. Balanza de servicios Importaciones CUADRO 1970 1971 1972 1973 1974 Exportaciones Banco de México, S. A. CUADRO 1970 1971 1972 1973 1974 1. Balanza comercial 945.9 726.4 789.3 1 223.4 2 558.1 Errores y omisiones en cuenta corriente y en movimiento de capital (neto) 498.7 217.7 238.6 338.9 —135.8 Banco de México, S. A. Capital a largo plazo (neto) 503.9 669.1 765.5 1684.6 2 730.8 DEC 45.4 39.6 49.9 Variación de la reserva + + + + + 102.1 200.0 264.7 122.3 36.9 808 EL TRIIMESTRE ECONÓMICO todo en 1973 y 1974, que fueron cubiertos a base de un mayor endeudamiento con el exterior. En efecto, las corrientes de capital, tanto a corto como a largo plazo, no sólo cubrieron el déficit de la cuenta corriente, sino que también permitieron un incremento de las reservas del Banco de México en cada uno de los años mencionados. Lo anterior confirma que el problema del sector externo a largo plazo se manifiesta principalmente en un endeudamiento creciente con el exterior. II. COMPORTAMIENTO DE LA DEUDA EN LOS úLTIMOS CINCO AñOS Un planteamiento fundamental dentro de la nueva política económica fue el de reducir la participación de la deuda externa en el financianiiento del crecimiento económico del país. Para ello, se subrayó la necesidad de fortalecer las finanzas públicas a través de medidas orientadas a captar un volumen más amplio de recursos internos. En este sentido, el estímulo al ahorro y a la inversión privados debería darse de tal manera que no significara insuficiencia de los ingresos públicos ni contribuyera al desequilibrio presupuestal, y en cuanto a la inversión pública, debería financiarse en proporción creciente con los superávit corrientes, disminuyendo así su dependencia de los empréstitos internos y externos. Más directamente, dentro de los mismos lineamientos básicos de la política económica, se precisó que debería darse un decidido impulso a los sectores generadores de divisas y buscarse la racionalización de las importaciones y la compresión de gastos dispendiosos por turismo o compras suntuarias, así como mejorar la estructura de la deuda pública externa y de su calendario de pagos y reducir al mínimo indispensable las nuevas contrataciones. La disminución de la importancia del ahorro externo en el financiamiento de la actividad económica nacional suponía cambios de fondo en el sistema de captación de ingresos del sector público y en el tipo de estímulos a la producción y al ahorro. Al no producirse dichos cambios tampoco pudo lograrse la alteración deseada en el comportamiento de la deuda. El año de 1971 fue de ajuste y reorientación de las políticas económicas. Sin embargo, lógicamente la implantación de modificaciones, en especial las referentes al sistema tributario, se vio limitada por presiones de tipo político. La situación de años anteriores se mantuvo prácticamente inalterada, pero la todavía insuficiente precisión de los objetivos y de los medios para alcanzarlos fue bastante para prolongar la incerti- ENDEUDAMIENTO EXTERNO DE MÉXICO 809 dumbre que caracteriza el inicio de un nuevo gobierno. Así, por un lado hubo interrupción en la corriente de la inversión pública como resultado de la necesidad de revisar y ajustar los planes de acuerdo con los nuevos objetivos y políticas, y por el otro se observó un menor dinamismo en la inversión privada como reflejo del retraso de la pública y de la desconfianza general. Lo anterior es uno de los elementos de origen interno que se mencionaron como causantes de la desaceleración del ritmo de crecimiento económico global que caracterizó el primer año del nuevo régimen gubernamental y que se definió como "atonía". Otros factores mencionados como generadores de la atonía fueron las políticas antiinflacionarias aplicadas para contener el alza de precios que empezó a manifestarse en 1970^ y que hacia el mes de enero de 1971 llegó a calificarse como situación inflacionaria- Entre estas políticas destacan el control de la expanción del crédito interno y la restricción del gasto público. En el ámbito internacional se presentaron circunstancias que indudablemente afectaron la situación económica del país y dificultaron sus operaciones con el exterior. El mundo había comenzado desde hacía varios años a vivir un periodo de reajustes económicos y una situación financiera particularmente tensa, caracterizada por la crisis e incertidumbre monetarias. Dicha situación desembocó hacia fines de 1971 en una realineación de las paridades cambiarías a escala internacional. Para México la consecuencia inmediata, en vista de su liga invariable con el dólar de los Estados Unidos de América, fue una depreciación del peso de 12 % en promedio frente a las monedas de los principales países europeos y del Japón. Por lo demás, la reducción en el ritmo de crecimiento real de los países más avanzados, la persistencia de las presiones inflacionarias en todo el mundo, y las barreras y restricciones sobre el comercio y las transacciones financieras impuestas con el fin de proteger las economías de las distintas naciones, también afectaron negativamente a la economía mexicana. Así pues, la desconfianza y los desajustes económicos a nivel mundial y las características recesionistas que se presentaron internacionalmente y sobre todo en Estados Unidos, coincidieron en México con un cambio de gobierno que además planteaba modificaciones importantes en la política de desarrollo. Resulta evidente que existe una estrecha relación entre las fluctuacio^ Como consecuencia de algunos cambios como la reforma a la Ley del Trabajo, la revisión de la política azucarera y los nuevos impuestos y del efecto de la inflación internacional. 810 EL TRIMESTRE ECONÓMICO nes de la actividad económica interna y la demanda de importaciones, con una reacción más que proporcional de esta última. Por ello, generalmente, al aplicar medidas para acelerar el crecimiento del producto se ha provocado también un empeoramiento en las presiones de la balanza de pagos. La desaceleración de la demanda global en 1971 implicó un freno al alza interna de precios y al crecimiento de las importaciones, que se redujeron en el 3.2 % (véase cuadro 1). Por otra parte, el relatiCuADRO 4. Deuda externa del sector público mexicano A plazo de un año o más Saldo al 31 de diciembre de cada año (millones de dólares) 1970 1971 1972 1973 1974 Saldo Crecimiento % 3 259.2 3 544.4 4 322.2 5 731.8 7 939.5 11.8 9.1 21.6 32.6 38.5 Secretaría de Hacienda y Crédito Público, Dirección General de Crédito. Departamento de Deuda Pública. FUENTE: vamente pequeño aumento del gasto corriente y de inversión supuso la existencia de un margen menor de ahorro-inversión a financiar. En esta forma, durante 1971 se logró efectivamente una baja en el ritmo de endeudamiento con el exterior: la deuda a largo plazo^ aumentó en 9.2 %, de 3 259,2 millones de dólares en diciembre de 1970 a 3 554.4 en la misma fecha de 1971. El ritmo promedio de crecimiento durante 1965-1970 fue de 10.5 % y el incremento registrado entre 1969 y 1970 fue de 11.8 % (véase cuadro 4). Sin embargo, conviene destacar que la mejor situación lograda en el sector externo de la economía mexicana, observable en la disminución del déficit comercial y del desequilibrio en la cuenta corriente, así como un crecimiento relativamente menor de la deuda externa, no fue el resultado de políticas deliberadas sino de la reducción del crecimiento del producto nacional. Ante la necesidad de reactivar la economía y considerando bajo control las presiones inflacionarias, el Gobierno Federal aumentó considerablemente el gasto público en 1972. La actividad en este año, en efecto, 3 A plazo de un año o más. ENDEUDAJVUENTO EXTERNO DE MÉXICO 811 logró superar la desaceleración de 1971. *'E1 sector público influyó decisivamente en el comportamiento general de la economía, en particular a través de su política de gasto: aumentaron fuertemente las erogaciones corrientes del Gobierno Federal"* y la inversión ejercida supero ampliamente a la de 1971. Sin embargo, el sector privado reaccionó sólo moderadamente, ya que continuaban aún las presiones de la inseguridad respecto a las nuevas orientaciones de la política económica. Una manifestación de lo anterior fue que la tasa de aumento de la importación del sector público triplicó a la del privado; otro indicador muy importante fue la insuficiente demanda de fondos adicionales para inversión. El producto interno bruto aumentó en 7.5 % en términos reales durante 1972, tasa que triplicó la de 3.4 % observada en 1971. La reactivación descansó fundamentalmente en la vigorosa política de gasto público y en una acción monetaria y crediticia expansionista, que se moderó a fines del año en vista de las presiones que empezaban a generarse nuevamente debido al "sustancial aumento en la demanda total de bienes y servicios, que se traducía en crecientes importaciones y en tendencias al alza de los precios"." Al fuerte aceleramiento de la actividad económica a partir del segundo trimestre de 1972 correspondió, con cierto retraso, un incremento muy grande en el valor de las importaciones que no pudo ser compensado por el aumento en las exportaciones y el superávit de la cuenta de servicios. El déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos creció en 8.7 %• con relación a 1971. Sin embargo, la entrada de capital del exterior permitió no sólo cubrir el déficit sino lograr un aumento significativo de la reserva del Banco de México (32.4%) (véanse cuadros 1, 2 y 3). Por otra parte, los requerimientos de crédito del sector público para financiar la amplia expansión de su gasto, sobre todo de inversión, pudieron satisfacerse en gran parte a base de los recursos internos canalizados a través del sistema financiero institucional. Así, a pesar del fuerte gasto que implicó la reactivación económica, el índice de crecimiento de los precios se mantuvo razonablemente reducido. El aumento de la deuda externa a plazo de un año o más fue del 21.6 %, pero debe recordarse que el del año anterior fue anormalmente pequeño, si se tiene en cuenta la tendencia de los años anteriores. El año de 1973 se caracterizó como crítico en varios aspectos: la rea* "La economía mexicana en 1972", op. cit. ^ Banco de México, Informe Anual 1972, México, 1973. 812 EL TRIMESTRE ECONÓMICO parición de serias presiones inflacionarias y temores de inestabilidad cambiaria, el registro de un déficit sin precedente en la cuenta corriente de la balanza de pagos y un incremento de la deuda pública externa extraordinariamente elevado. Las causas de este último incremento, que no sólo contravino los lineamientos de la política económica general sino que estuvo muy por encima de la tendencia de años precedentes, se encuentran en aspectos que crónicamente han afectado a la economía nacional negativamente, tales como la débil política de captación de ingresos y la insuficiente competividad de la industria del país frente a la extranjera, y en fenómenos particulares que afectaron recientemente no sólo a la economía nacional sino también a la mundial. El panorama monetario internacional mostró una relativa mayor estabilidad en la primera mitad de 1972, como resultado de los acuerdos sobre realineación de paridades en diciembre de 1971 y de la disminución de los movimientos especulativos por la reducción de los diferenciales en las tasas de interés entre los Estados Unidos y Europa. Esto, aunque indirectamente, influyó en forma positiva sobre la estabilidad nacional. Pero hacia la segunda mitad del año se observó la renovación de intensas actividades especulativas y una tendencia general al aumento de las tasas de interés, especialmente las de corto plazo, en casi todos los países industrializados, además de una incrementada presión inflacionaria. Ante las presiones tanto del mercado de cambios como de los precios, la nnayoría de los países europeos y el Japón impusieron limitaciones a los movimientos de capital e introdujeron medidas monetarias y fiscales restrictivas. Todo lo anterior incidió reforzando los problemas que internamente se manifestaban, sobre todo por el alza de precios de las importaciones y por la mayor dificultad y el encarecimiento de las corrientes financieras. Internamente la aceleración de la demanda global continuó. El gasto público siguió aumentando, pese a que la inelasticidad de los ingresos tributarios se hacía más evidente y a que la captación de recursos lograda a través del sistema financiero institucional se dificultó de manera muy acentuada en este año. Esto último debido a que el ritmo de captación del ahorro interno por parte del sistema bancario disminuyó de tal manera que resultó insuficiente para satisfacer en forma adecuada y simultáneamente las necesidades del sector público y el privado.* Una de las causas principales de esta disminución fue precisamente el proceso infla® En el período 1970-1972 los recursos del sistema bancario aumentaron a una tasa promedio anual del 16.2%; en 1973 el incremento fue del 13.8 9c. ENDEUDAMIENTO EXTERNO DE MÉXICO 813 cionario que empezó a surgir a fines de 1972. El alza rápida de precios indujo a los ahorradores a orientar una parte considerable de sus recursos hacia fines especulativos, de consumo o de atesoramiento. Otra causa fue la incertidumbre respecto a la estabilidad del tipo de cambio, y un factor más fue el aumento de las tasas de interés en el extranjero por el cual se redujo el diferencial que hacía atractivas las compras de valores mexicanos de renta fija. Como consecuencia de esto último se presentó una fuga de capitales de origen nacional y también una salida de fondos extranjeros de corto plazo que en años anteriores se habían invertido en valores denominados en pesos mexicanos. La escasez de recursos crediticios internos determinó que una parte importante del déficit gubernamental se tuviera que cubrir mediante el apoyo directo del Banco de México. Éste fue un elemento importante que contribuyó a acentuar las presiones inflacionarias; los otros factores sobresalientes fueron; la inelasticidad de la oferta, en especial de la agropecuaria, frente a la rápida expansión de la demanda; los incrementos salariales; la elevación de las tasas internas de interés; la liberación de los precios de algunos artículos que se encontraban controlados, y los ajustes introducidos sobre algunos impuestos directos. Por supuesto, incidió también el incremento de los precios de productos importados y de los costos del financiamiento externo, y, muy probablemente, las expectativas surgidas por el anuncio de ajustes en los precios de productos petroleros y en las tarifas de energía eléctrica. El valor de las importaciones aumentó notablemente durante 1973, debido tanto a la relación directa del volumen importado con el ritmo de actividad económica como a las condiciones especiales que se presentaron en relación con el aumento de los precios internacionales y la inelasticidad de la oferta de determinados sectores nacionales. El crecimiento de las ventas mexicanas al exterior, aun cuando fue también elevado (23.9 %), no alcanzó a compensar el de las importaciones (40.3 %), por lo que se registró un déficit comercial muy considerable (véase cuadro 1). El elevado déficit registrado en cuenta corriente, por 1 223.4 millones de dólares, y el saldo negativo, por 338.9 millones de dólares, en el renglón de errores y omisiones en cuenta corriente y en movimientos de capital, se compensó con el notable incremento de la cuenta de capital a largo plazo, que además permitió un aumento de 122.3 millones de dólares en las reserv^as internacionales. La tasa de crecimiento de la deuda pública externa a plazo de un año o más entre 1972 y 1973 fue del 32.6 %, incremento extraordina- 814 EL TRIMESTRE ECONÓMICO riamente elevado y sin precedente. Así, el saldo de la deuda externa del sector público a largo plazo alcanzó la suma de 5 731.8 millones de dólares al 31 de diciembre de 1973 (véase cuadro 4). Entre las causas más importantes de este acentuado aumento de la deuda externa destacan la escasez de recursos financieros internos; las fuertes ampliaciones al gasto corriente y de inversión de las entidades públicas; el incremento en los costos de bienes de capital importados y de materias primas y bienes intermedios que no se producen en el país, requeridos para mantener el ritmo de la producción interna, y la revaluación de algunas monedas europeas que, aunque marginalmente, también contribuyó a la elevación de la deuda externa. Durante el año de 1974 no se presentaron cambios significativos en el panorama mundial: la situación inflacionaria persistió, lo mismo que la inestabilidad cambiaría y la desconfianza en los mercados financieros. En cuanto a los acontecimientos internos, las autoridades adoptaron medidas tendientes a producir un mejoramiento en la posición financiera del sector público. Sin embargo, las elevaciones en los precios de los energéticos, la modificación de tarifas de empresas públicas y las medidas tributarias tomadas a fines del año no fueron suficientemente amplias ni enérgicas y, además, no empezaron a surtir sus efectos de inmediato. La decisión de continuar el aumento del gasto en estas circunstancias provocó un considerable incremento en el déficit del sector público. Por otra parte, persistieron las deficiencias en la captación de fondos por el sistema bancario y los problemas de canalización de recursos crediticios al sector público. Como consecuencia, el apoyo directo del Banco de México, en buena parte a través de expansión primaria de dinero, volvió a jugar un papel importante en el financiamiento del déficit. La tendencia deficitaria de la balanza de pagos en cuenta corriente se acentuó aún más en 1974, fenómeno en el cual influyeron fundamentalmente el incremento de precios en los mercados externos y el aumento significativo en las compras de algunos productos básicos, así como algunos síntomas de la recesión internacional. Los ingresos netos por servicios reales fueron insuficientes para cubrir el amplio déficit comercial resultante de un crecimiento mucho más lento en las exportaciones que en las importaciones (véanse cuadros 1 y 2). El saldo negativo de la balanza comercial aunado al pago por servicios a factores del exterior se reflejó en un déficit en cuenta corriente mayor en 117.6 % al registrado en 1973 (véase cuadro 3).' '' Es interesante notar que los pagos por intereses y dividendos al exterior representaron ENDEUDAMIENTO EXTERNO DE MÉXICO 815 La contratación de recursos externos aumentó sensiblemente a fin de poder financiar el déficit del sector público (lo cual implicó en parte sustituir ahorro interno con externo) y cubrir al mismo tiempo el déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos afianzando el nivel de las reservas internacionales. Como consecuencia, el saldo de la deuda a largo plazo creció 38.5 % entre 1973 y 1974 (véase cuadro 4). Durante los años de 1970 a 1974 los deudores más importantes han sido el Gobierno Federal, el sector eléctrico, el sector petrolero, el sector ferrocarrilero, el sector siderúrgico. Nacional Financiera, S. A., y, más recientemente, Teléfonos de México, S. A. En conjunto, en el periodo 1970-1974 estos sectores tuvieron a su cargo el 74.7 % del saldo de la deuda externa a plazo de un ano o más, en promedio anual. CUADRO 5. Saldo de la deuda externa a plazo de un año o más, en promedio anual. Relativos Total Gobierno Federal Sector eléctrico Petróleos Mexicanos Sector ferrocarrilero Sector siderúrgico Nacional Financiera Teléfonos de México Otros 1970 1971 1972 1973 1974 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 21.5 30.4 11.0 20.9 29.7 13.0 18.5 28.1 11.0 18.9 26.1 3.2 2.6 5.7 2.4 2.1 6.3 3.0 2.4 7.6 6.3 9.9 2.5 2.1 8.9 5.6 18.6 25.8 10.8 25.6 25.6 23.1 26.1 2.9 3.7 7.5 5.7 26.1 Secretaría de Hacienda y Crédito Público; Dirección General del Crédito; Deparlamento de Estudios Económicos y Estadística. FUENTE: Por último, es importante destacar las fuentes más importantes del financiamiento externo recibido por México. Como puede observarse en el cuadro 6, el grueso de la contratación en cada año considerado se realizó con bancos privados. Las modalidades de operación de los bancos privados y en forma especial las condiciones de aumento de los costos y reducción en los plazos que han afectado su actividad en los años recientes debido a la inestael 13.7 % de las salidas por importaciones de mercancías y servicios en 1974; el 15.1 % en 1975; el 16.0% en 1972; el 15.9% en 1971 y el 15.1% en 1970. 816 EL TRIMESTRE ECONÓMICO Cu,\DRO 6. Porcentajes de la deuda externa del sector público mexicano a plazo de un año o más. Contratación anual Tipo de acreditante Total 1971 1972 1973 1974 100.0 100.0 100.0 100.0 17.6 27.1 11.7 13.9 4.2 66.4 8.9 2.9 6.1 54.4 3.8 8.6 11.0 70.3 3.3 3.7 11.7 65.9 6.7 1.8 Organismos internacionales Instituciones gubernamentales de crédito Instituciones privadas de crédito Proveedores Emisión de bonos Secretaría de Hacienda y Crédito Público; Dirección General de Crédito; Departamento de Estudios Económicos y Estadística. FUENTE: bilidad económica mundial, han influido claramente en la estructura de vencimientos de la deuda y en el monto y el espaciamiento de los pagos. Cabe destacar, en relación con esto, la importancia creciente de las contrataciones realizadas con bancos que actúan en el euromercado precisamente sobre la base de tasas revisables y plazos medios. La balanza de pagos lógicamente ha resentido los efectos de una situación de costos al alza y plazos más reducidos, puesto que se hacen necesarios egresos más elevados y frecuentes por concepto de amortización CUADRO 7. Relación entre servicio de la deuda e ingresos en cuenta corriente de la balanza de pagos (Millones de dólares) 1970 1971 1972 1973 1971 Exportación de bienes y servicios (1) Servicio de la deuda (2) Capital Intereses (3J (4) 2 933.1 3 167.1 3 790.0 4 775.5 6 342.5 720.5 743.3 936.1 1 298.9 1 247.6 547.6 561.8 695.4 937.2 685.1 172.9 181.5 240.7 361.7 562.5 2/1 24.6 23.5 24.7 27.2 19.7* * En este año la relación bajó como consecuencia básicamente del amplio refinanciamiento registrado en 1973. Secretaría de Hacienda y Crédito Público; Dirección General de Crédito, Departamento de Estudios Económicos y Estadística y Banco de México, S. A. FUENTE: ENDEUDAMIENTO EXTERNO DE MÉXICO 817 e intereses. Como puede apreciarse en el cuadro 7, durante los últimos cinco años los pagos por capital e intereses de la deuda externa han representado alrededor de una cuarta parte de los ingresos en cuenta corriente, proporción que podría aumentar significativamente de continuar las tendencias actuales. Puede concluirse que ni las circunstancias internas ni las externas propiciaron el cumplimiento del objetivo de disminuir la participación del ahorro externo en el financiamiento del crecimiento económico nacional en los últimos años y, de acuerdo con las expectativas actuales, no es muy factible que la situación cambie radicalmente en el futuro inmediato. Por ello, es muy probable que la participación del financiamiento externo en la actividad nacional siga siendo bastante sustancial, aun cuando su ritmo de crecimiento no sea tan elevado; esto último en función de cambios realizados en las políticas económicas nacionales, particularmente referentes a cuestiones fiscales, de inversiones y de industrialización, así como de explotación adecuada de recursos, naturales y humanos.