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Percepción de mujeres de Colima-México y Medellín-Colombia sobre el cáncer cervicouterino: causas, prevención y autocuidado. Ma. Guadalupe Chávez Méndez,1 Lucía Stella Tamayo Acevedo2 y Aideé C. Arellano Ceballos3 Resumen El trabajo aborda un problema de salud como lo es el cáncer cervicouterino. Desde una perspectiva metodológica cualitativa, se estudia la percepción que tienen las mujeres de Colima-México y Medellín-Colombia sobre este tipo de padecimiento. En ese sentido, el objetivo del trabajo es conocer la percepción que tienen las mujeres de estos dos países sobre el cáncer cervicouterino: causas, prevención y autocuidado. Palabras-clave: Percepción, Cáncer Cervicouterino, Comunicación, Salud, Mujeres. 1 Doctora en Ciencias Sociales, con especialidad en estudios de Cultura y Comunicación por la Universidad de Colima. Profesora Investigadora de Tiempo Completo de la Facultad de Letras y Comunicación de la Universidad de Colima. Correo electrónico: lupita_chavez@ucol.mx 2 Doctora en Ciencias Médicas, con especialidad en Bacteriología por la Universidad de Colima. Profesora Investigadora Asociada de Microbiología de la Universidad de Antioquia, en Medellín Colombia. Correo electrónico: ltamayo@catios.udea.edu.co 3 Maestra en Ciencias Sociales, con especialidad en estudios de Cultura y Comunicación por la Universidad de Colima. Profesora Investigadora de Tiempo Completo de la Facultad de Letras y Comunicación de la Universidad de Colima. Correo electrónico: aidee@ucol.mx 1 Introducción El propósito del trabajo es compartir los hallazgos encontrados acerca del papel que jugó la historia oral como estrategia metodológica para conocer la percepción que tienen las mujeres de Colima y Antioquia sobre el cáncer cervicouterino: causas, prevención y autocuidado. Desde la perspectiva cualitativa, y con la aplicación concreta de la técnica de grupos de discusión, las mujeres conversaron en torno al cáncer cervicouterino y lo asociaron de manera directa con la muerte, provocada por una falta de cultura del cuidado de la salud y por vivir en una sociedad carente de una cultura de información y de comunicación. La razón de haber recurrido a la historia oral como estrategia metodológica para entender un problema de salud como es el cáncer cervicouterino es porque invita a dialogar con trabajos de investigación que sean abordados desde un enfoque interdisciplinario, Por su característica interdisciplinaria, incluyente, diversa y plural, la historia oral en este trabajo permitió “convocar y atraer hacia un mismo campo de comunicación” (Aceves, 1999: 209) la interacción de dos áreas del conocimiento: la médica y la social. Con base en ello se pudo entender un problema de salud pública como lo es el cáncer cervicouterino; cuyas investigaciones, sobre este mal, están, en la actualidad, más orientadas al estudio de aspectos moleculares y epidemiológicos con el propósito de profundizar en el comportamiento de papilomavirus humano, microorganismo comprendido en la citología del cáncer- y los factores de riesgo. Estos estudios han arrojado inconsistencias en la asociación de los factores de riesgo que comparten la infección por el virus y cáncer cervicouterino. Se han establecido como factores predispuestos y significantes para el cáncer: el inicio de relaciones sexuales a temprana edad, las infecciones genitales recurrentes, los anticonceptivos orales, el hábito de fumar y el estado nutricional (Bosch, 1995; Chaouki, 1998; Rolón, 2000; Chichareon, 1998; Bosch, 1993). El trabajo se divide en tres apartados: En el primero se describe la importancia y antecedentes de la historia oral con el propósito de justificar el por qué de la aplicación de esta metodología y su utilidad en esta investigación. En segunda instancia presentaremos los resultados obtenidos mostrándose los discursos expresados por las informantes a través de las conversaciones entabladas con mujeres de Colima y de Antioquia sobre el tema que aquí nos ocupa. Finalmente, el tercer momento lo integran las conclusiones a las que llegamos al estudiar la problemática enunciada. I. La historia oral: estrategia metodológica útil para el estudio de la percepción del cáncer como un problema de salud pública. En México desde la década de los sesenta la metodología de historia oral llegó al campo académico bajo una fuerte crítica, pero también fue vista como un campo de oportunidad buscando interlocutores para repensar la historia oficial y su método, frente a otro tipo de historia, la oral. Con ello la historia oral cuestionaba el oficio no sólo del historiador y de sus interpretaciones, sino de cualquier investigador de las ciencias sociales en su afán de dar respuestas a las problemáticas sociales tanto por el enfoque cuantitativo y el cualitativo. 2 La historia oral hoy en día sigue siendo reconocida en el campo académico de las ciencias sociales al menos de dos maneras. Para los positivistas se trata aún de una metodología a la que le falta rigor y “objetividad”; para otras perspectivas más reflexivas y constructivitas, ésta es una estrategia cuyo potencial metodológico permite comprender la realidad más allá de los números, es decir desde las propias subjetividades explícitas en los testimonios orales, que de otra manera no las conoceríamos. De ahí que sea propio de la historia oral la ambivalencia metodológica. Por un lado si los testimonios que se producen no son suficientemente cuidados tanto en la producción como en el análisis, así como en la propia reflexión de su producción, no podríamos acercarnos a las percepciones, mentalidades, experiencias de la agente común (Aceves, Jorge, 1996). Por otro lado, la historia oral tiene la cualidad de ser multidisciplinar; la antropología, la sociología, la psicología y la propia historia se han encargado de ello al aportar distintas miradas epistémicas, estrategias metodológicas e instrumentos cognitivos y conceptuales para su desarrollo como un campo creativo y útil en la construcción de la realidad social. Para la realización de nuestra investigación, tuvimos que acercarnos a la historia oral a través de un contexto etnográfico. La etnografía como metodología cualitativareflexiva, fue necesaria en la medida en que observamos el escenario social de nuestras informantes, el contacto directo y el diálogo constante con ellas era necesario para lograr los testimonios orales. Conversar en sus propios nichos de vida cotidiana con estas mujeres, nos sensibilizó frente a la problemática trabajada y nos dio cierto saber. De ahí que consideremos que no podemos hacer historia oral, si no contamos con esa mirada desde adentro del objeto de estudio. La etnografía pues, nos introdujo y ubicó en el trabajo, nos preparó el escenario para llevar a cabo los distintos encuentros en la realización de las entrevistas y de los grupos de discusión. Para nosotras ambas metodologías, etnografía e historia oral son epistemológicamente cercanas y por eso mismo complementarias, una nos contextualiza y la otra nos proporciona las subjetividades a través de la oralidad (Marinas y Santamarinas, 1993). Por lo tanto consideramos que la historia oral se conoce frente a su práctica reflexiva en pleno trabajo de campo. En ese sentido, nosotras pudimos identificar su potencial como metodología en su pleno uso como recurso para explorar la realidad. No se puede hacer historia oral desde el escritorio de los investigadores, el sentido práctico de cualquier metodología es central, en esta medida no basta la teoría sobre la historia oral, esta experiencia teórica debe ser enriquecida con su práctica reflexiva realizada por el investigador. En esta práctica reflexiva de la historia oral, pudimos recuperar al sujeto junto con su acervo cultural personal, pero también su acervo colectivo en la medida en que este sujeto hablante, cuenta con una memoria social que constituye su herencia cultural a través de las interacciones constantes con los otros en su entorno, es lo que forma su experiencia y perspectiva colectiva de la vida. Este umbral entre lo individual y lo social nos permitió identificar en el mismo hablante, su posicionamiento frente a su testimonio individual y al colectivo. 3 Las autoras de este escrito no somos historiadoras. Somos un grupo de estudiosas de las ciencias sociales con formación distinta, y concebimos a la historia oral como parte de nuestra experiencia académica. Efectivamente vemos que la historia oral es la confluencia de un campo transdisciplinar (Aceves, Jorge, 1996) en el que, por supuesto, hemos trabajado además bajo la conciencia disciplinar. Sabemos que el hecho de no contar con la perspectiva disciplinar de la historia nos hace tal vez vulnerables, pero el acierto de la historia oral está precisamente en la apertura flexible desde otras miradas teóricas, esas otras miradas disciplinares, son las nuestras. Para nosotras la historia oral ha sido un potente recurso metodológico que nos facilitó reconstruir la percepción que tienen mujeres colimenses y antioqueñas sobre el cáncer cervicouterino. En esta medida la encontramos ad hoc a nuestras preguntas de investigación que demandaban la pertinencia del testimonio oral; así en la medida en que nos interesó comprender la realidad de estas mujeres, optamos por trabajar con la historia oral. Este texto presenta, pues, memorias vivas sobre el cáncer cervicouterino en mujeres colimenses y antioqueñas, sus testimonios recuperan además la percepción de sus vidas frente a esta situación. II. Diálogo establecido entre las ciencias de la salud y la social para conocer la percepción de mujeres de Colima (México) y Antioquia (Colombia) sobre el cáncer cervicouterino. En la actualidad, los seres humanos estamos sujetos a transitar el ritmo acelerado que marca el diario vivir en la sociedad actual, donde, tal pareciera que todo es prioritario, excepto el cuidado de la salud. La cultura de la salud, así como la del autocuidado, y de la prevención de enfermedades mortales, parece estar lejos del imaginario social de las personas, al no figurar en la vida cotidiana como una preocupación, ni como una necesidad de incorporarla en su existencia como factor de calidad de vida. En este escenario trágico por falta de hábitos a favor de una vida saludable se presenta el cáncer cervicouterino, considerado como un problema de salud preocupante por presentar altos índices de mortalidad en la población femenina a nivel mundial (500.000 mujeres mayores de 15 años mueren al año) a pesar de ser uno de los tipos de cáncer que se puede prevenir, detectar y tratar, según la Organización Panamericana de la Salud (Véase http//www.paho.org/Spanish/AD/GE/cervicalcancersp.PDF). Por considerar que mucho de la anterior situación, también se debe al bajo impacto de los programas establecidos por los prestadores de servicios de salud quienes al desconocer las necesidades y las percepciones que tienen las mujeres sobre el cáncer cervicouterino no diseñan las estrategias de comunicación adecuadas para promover una cultura de prevención y del autocuidado, y con ello informar a la población de manera temprana y oportuna, con lenguaje claro y preciso sobre los factores de riesgo, formas de autocuidado y prestación de servicios. Ante la presentación del anterior panorama, quienes escribimos este texto decidimos recurrir a la historia oral como estrategia metodológica útil para conocer cuál es la percepción que las mujeres estudiadas en este proyecto dicen tener acerca del 4 cáncer cervicouterino, los factores de riesgo, la prestación de servicios de salud y las formas de autocuidado. De los resultados y procedimientos hablaremos a continuación: Durante cuatro años comprendidos de enero 2004 a diciembre de 2007, gracias al financiamiento otorgado por la Universidad de Colima y la Universidad de Antioquia pudimos conversar con 110 mujeres entre 15 y 65 años de edad, de estrato social bajo y medio, con escolaridad de nivel básico, medio y, en algunos casos, hasta superior, originarias de los dos países participantes (55 de Colima, México y 55 de Medellín Colombia) en un proyecto global titulado: Descripción e interpretación de las percepciones que tienen las mujeres de Colima y Antioquia acerca del cáncer cervicouterino: los factores de riesgo, la prestación de servicios de salud y formas de autocuidado. Las participantes conformaron de manera equitativa, según el país de origen, un total de 22 grupos de discusión con 5 integrantes respectivamente. Con base en una calendarización de reuniones efectuadas durante los cuatro años que duró el trabajo de campo, cada grupo conversó alrededor de una hora sobre los siguientes tópicos: AUTOCUIDADO (hablaron de lo que para ellas significaba el autocuidado, de los recursos con los que ellas contaban para cuidarse, por ejemplo, dinero, tiempo, espacio; mencionaron los espacios donde se cuidaban, de los cuidados que tenían para evitar el cáncer de matriz), CÁNCER (hablaron de lo que pensaban que era el cáncer cervical o de matriz, de los lugares o personas a las que acudían cuando creían tener cáncer de matriz, manifestaron la diferencia que percibían entre las mujeres que tenían cáncer de matriz y las que no padecían el problema), FACTORES DE RIESGO (hablaron de las causas y del porqué del cáncer de matriz, de la relación entre las infecciones vaginales y el cáncer cervical o de matriz, de la influencia de la pareja en las infecciones vaginales y el cáncer de matriz), CITOLOGÍA (hablaron de las molestias que sentían durante la toma de la citología, de las razones por las que no se realizaban la citología, identificaron los lugares donde les gustaba acudir a realizarse la citología, manifestaron lo que creían que les pasaba al momento de la realización de la citología, confesaron el grado de participación de la pareja para motivarlas a realizarse la citología), SERVICIOS DE SALUD (hablaron de cómo se sentían con la atención recibida en instituciones que brindan atención de salud pública, de las facilidades que tenían para realizarse la citología, comentaron sobre las actividades educativas que les brinda las instituciones de salud pública, expresaron su sentimiento al momento de practicarles la citología, comentaron sobre los resultados de la citología: sensaciones y sentimientos mientras esperan recibir el resultado, sobre la dificultad para interpretar los resultados). La presentación generalizada de los discursos manifestados - de cada detonador discursivo- por las mujeres de ambos lugares, se describen a continuación: AUTOCUIDADO: La salud es de uno Las mujeres perciben el autocuidado de manera diversificada. Asocian a esta práctica con: la atención puesta en una alimentación equilibrada, realizar ejercicio de manera constante, incorporar hábitos de higiene en la vida de toda mujer, ingerir puntualmente los medicamentos recetados por los especialistas de la salud, tener una cultura de la prevención, gozar de una vida sexual sana y plena, tener comunicación, respeto y confianza con la pareja. 5 “En todo caso la salud de uno, es la buena alimentación” (testimonio de mujeres colombianas, 25/10/2005). “Cuando uno se alimenta bien, casi nunca se enferma y andamos con energía todo el día” (testimonio de mujeres colimenses 18/07/2004). “Que uno se cuida más. Siempre haciéndose evaluar tan siquiera cada año, porque uno no sabe que puede tener, después cuando a uno le resulta ya eso ya es tarde, ya cuando uno se hace eso, ya no hay nada que hacer, como le ha pasado a muchas” (testimonio de mujeres colombianas, 25/05/2006). En el cuidado de las relaciones sexuales, las mujeres reconocen que las acciones de prevención ayudan, además de planificar la familia, a evitar enfermedades de transmisión sexual que son frecuentes cuando existe la promiscuidad en las parejas. “Mientras más mujeriego sea el marido, más propensas estamos para adquirir una enfermedad venérea, tenemos que tener mucha comunicación con la pareja para que sepa el peligro que corremos si son infieles” (testimonio de mujeres colimenses, 14/02/20005). “Hay que tener mucho cuidado en las relaciones, principalmente por los métodos de planificar, hay muchos cuidados como no quedar en embarazo, es uno, otro, de pronto de enfermedades, pero si en una persona que tiene su pareja estable qué cuidados va a tener, pues es como una pregunta, cuidados para una persona que no tenga pareja estable, que no tenga marido y que de pronto tenga sus cosas, pero una persona que tenga su pareja estable ¿cómo qué cuidados serían? (testimonio de mujeres colombianas, 14/07/2005). CÁNCER DE MATRIZ: Nos invadió, ya es tarde La imagen que tienen las mujeres sobre el cáncer cervicouterino es de un tumor, una masita o un animal al que le gusta comer carne, una malformación celular, bacterias, una úlcera o herida. “Este tipo de cáncer debe ser como una úlcera o una peladura en la matriz y por eso es que las mujeres tienen hemorragias y cuando ya les hacen el examen para muchas ya es tarde” (testimonio de mujeres colombianas, 25/10/2005). “Es un quiste que brota de los ovarios y produce un ardor muy fuerte porque es una herida infectada” (testimonio de mujeres colimenses, 24/ 03/2004). FACTORES DE RIESGO: Sin punto fijo Son varias las causas que identifican las mujeres para que el cáncer cervicouterino se desarrolle, por ejemplo, una mala alimentación, descuido en los hábitos de vida, falta de higiene personal, el uso de dispositivo, por ser un problema de salud hereditario, producto de la promiscuidad, por no realizarse la citología, por tener muchos hijos. “Hay mucho riesgo para uno contraer cualquier tipo de cáncer desde los mismos tipos de alimentación, los hábitos de vida o también puede ser algo pues genético, puede ser hereditario también” (testimonio de mujeres colombianas, 05/10/2005). “Este cáncer se transmite por herencia y porque se come pura comida “chatarra”, sin sustancia, además de ser muy descuidado con sus hábitos de higiene” (testimonio de mujeres colimenses, 12/05/2004). “El uso de tampones, de esas cosas así ocasionan también cáncer de matriz, también no tener una pareja estable pues sexual, un riesgo también es que las mujeres antes de los 30 años no han tenido hijos o muchas veces la falta de higiene” (testimonio de mujeres colombianas, 14/07/2005). Entre los alimentos que pueden causar cáncer, las mujeres refieren a las frutas y vegetales que han sido fumigados con productos agrícolas que resultan ser tóxicos. 6 “Sí, cuando son bañados con veneno, hay muchas frutas que uno no tiene la precaución de lavarlas y se las come así y eso da muchas enfermedades, por ejemplo las verduras es muy bueno que no las fumiguen porque uno se las come crudas no van cocinadas, entonces se come uno todo eso y produce mucho cáncer. Por ejemplo una doctora en Medellín, nosotros tuvimos una reunión y por ejemplo de muchas frutas no se deben comer las cáscaras porque eso produce mucho cáncer” (testimonio de mujeres colombianas, 25/05/2006). “Cuando los hombres llegan de trabajar en el campo y fumigaron las frutas y verduras que luego nos comemos crudas, esos residuos de fumigante que penetraron la raíz de los cultivos nos producen cáncer” (testimonio de mujeres colimenses, 30/05/2004). HACERSE LA CITOLOGÍA: Más vale prevenir que lamentar Por la carencia de información sobre la citología las mujeres se apropian de los discursos expresadas por otras mujeres para hablar de su experiencia personal en relación a esta práctica preventiva. “Unas decían que no, que eso no duele, que yo no sé que, que eso tan fastidioso que yo no sé que, se pone uno a comerle a la gente y vea” (testimonio de mujeres colombianas, 25/05/2006). “Unas amigas me comentaron que no existe tiempo para ir con el ginecólogo para que la revisen, además de que duele esa consulta porque te lastiman mucho tus partes porque meten quien sabe que cosa de fierro para sacar la muestra y llevarla a revisión al laboratorio” (testimonio de mujeres colimenses, 14/03/2004). “A mi me decían disque eso, le metían a uno una cosa como un bombillo, una cosa muy grande, me decían pues a mi, pero no, pues de todas maneras eso fue muy incómodo, muy fastidioso ese palito también, pero no la enfermera que a mi me tocó muy paciente, muy de verdad que fue muy querida” (testimonio de mujeres colombianas, 14/09/2006). PRESTACIÓN DE SERVICIOS DE SALUD: Ausencia de un lenguaje claro y preciso Las mujeres consideran importante tener información acerca de la citología, desde la toma de la muestra hasta la interpretación de resultados. Son los medios de comunicación de los que más han recibido información, y lamentan no tenerla de las instituciones encargadas de brindar una atención de salud pública. Asimismo, se percibe poco interés del personal de salud en explicarles con lenguaje claro y sencillo los resultados de la citología. “Nos gustaría que no emplearan tantos tecnicismos cuando le dan a uno el resultado, ni se entiende lo que tenemos y nos vamos más preocupadas por no saber que nos dijeron las enfermeras” (testimonio de mujeres colimenses, 26/06/2004). “Eso me ha pasado que me ha dicho la enfermera, saliste con una pequeña infección” (testimonio de mujeres colombianas, 05/10/05). “No vamos a recoger los resultados porque nos da temor a no entenderle a la enfermera lo que nos quiere decir cuando muestra el resultado del análisis realizado” (testimonio de mujeres colimenses, 08/07/2004). “Hay veces que los médicos piensan que uno entiende lo que ellos están diciendo, y hay veces que uno se queda en las mismas, hay veces que uno piensa que le ocultan cosas, hay veces puede ser también por el mismo lenguaje que es un 7 obstáculo para entender lo que quieren decir, porque no se utiliza un lenguaje claro, no siempre” (testimonio de mujeres colombianas, 25/10/225). III- Conclusiones A través de la historia oral pudimos constatar que las mujeres de Colima y Antioquia tienen información sobre el cáncer cervicouterino y los factores de riesgo. Sin embargo, es un conocimiento no científico, sino que es producto de su capacidad de percibir el problema desde el ámbito de lo que imaginan que podría estar representado en su esquema mental. En ese sentido, entender el contexto social y cultural en el que las mujeres emiten sus valoraciones y sus discursos es importante para encontrar sentido a su percepción sobre el cáncer cervicouterino. Por otro lado, el lenguaje utilizado por los especialistas de la salud (médicos, enfermeras, bacteriólogo, entre otros) no resulta ser eficaz para retroalimentar a la paciente sobre el problema de salud. Por el uso y abuso de tecnicismos, las mujeres no logran descifrar el mensaje, lo que ocasiona que éstas terminen construyendo su propia interpretación y sentido de las cosas, al elaborar de forma personal con la información que tienen incorporada sobre el problema sus ideas sobre la enfermedad, tratamiento y prevención. La confusión de conceptos que poseen las mujeres sobre el cáncer cervicouterino, las conduce a realizar prácticas de autocuidado inadecuadas para prevenir esta enfermedad. Las prácticas de autocuidado de las mujeres van ligadas al contexto cultural que las rodea y al sistema de educación recibida desde el entorno familiar. Sí desde el hogar no se inculca una cultura del autocuidado y prevención de riesgos, difícilmente se tendrá incorporada esta práctica en la vida adulta. El concepto de cáncer cervicouterino difundido por los medios de comunicación y por los programas de promoción y prevención de las instituciones que brinda el servicio de salud pública es diferente al percibido por las mujeres, quizá esta situación resulta ser una de las causas por las que las mujeres no asocian los factores de riesgo con el cáncer cervicouterino, generando preocupación por parte del sector salud que no cuenta con estrategias idóneas para evaluar el impacto las políticas de prevención y los programas de tamizaje. Bibliografía Aceves, E. Jorge. (1999). “La historia oral y de vida: del recurso técnico a la experiencia de investigación” en Galindo, Jesús, Técnicas de investigación en sociedad, cultura y comunicación, México: Addison Wesley Longman. Aceves, E. Jorge (1996). Historia Oral e historia de vida. Teoría, métodos y Técnicas. Una bibliografía comentada. México. CIESAS. Bosch, F, N. Muñoz, et al. (1995). 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