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MODELO SIMPLIFICADO DE EVALUACIÓN ECONÓMICA EN SALUD PARA MÉDICOS. UNA METODOLOGÍA BÁSICA Simplified model of health economic evaluation for physicians. A basic methodology Sergio H. Del Prete * y Yajaira Fernández ** Resumen: En vista de la limitación creciente de los recursos en salud, la elección de alternativas terapéuticas o de programas sanitarios debiera incorporar un análisis crítico entre actividades beneficiosas que puedan excluirse mutuamente. El costo real de emprender cualquier actividad, en este caso en el campo de la salud, nace del beneficio que se pierde por no utilizar los mismos recursos en el mejor de sus usos alternativos. De esta forma, y para quitar el prejuicio que la Economía de la Salud se vincula solo con los gastos de la asistencia sanitaria, el rol relevante lo adquiere la maximización de los beneficios sociales o puramente sanitarios aplicando eficientemente los escasos recursos de la comunidad. Esto es sinónimo de eficacia. En el presente trabajo hemos procurado explicitar una metodología sencilla de análisis costo efectividad, no solo orientada a su mejor comprensión por parte de los profesionales de la salud, sino a su aplicación en la actividad asistencial o en el campo de la medicina sanitaria. El médico, en condiciones permanentes de incertidumbre respecto al mejor tratamiento o intervención, no deja de administrar y asignar recursos escasos, de allí que la mejor utilización de éstos en base a criterios técnicos posibilite maximizar el beneficio a más pacientes. Por ejemplo en la reducción de días de estadía hospitalaria, en una mayor probabilidad de sobrevida o en la mejora de la calidad de vida Lo mismo ocurre con cualquier decisor sanitario, al tener que definir en función de los recursos disponibles cuál de dos alternativas programáticas será de mayor Doctor en Medicina. Magíster en Administración de Servicios de Salud. Postgraduado en Economía para no economistas. Subdirector de la Maestría en Economía de la Salud y Gestión de Organizaciones de Salud de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNLP E-mail: delprete@satlink.com ** Economista. Magíster en Economía Aplicada en American University, Washington, D.C. Profesora de Economía de la Salud. Universidad Católica Andrés Bello, Caracas, Venezuela Recibido: Octubre de 2001 Aceptado: Diciembre de 2001 * 1 beneficio para la comunidad, teniendo en cuenta el costo de oportunidad de aplicar una u otra dados tales recursos. Palabras clave: <Economía de la Salud><Evaluación económica en salud> <Análisis Costo/efectividad ABSTRACT Taking into account the limited resources in healthcare, the selection of therapeutic alternatives or health programs, should incorporate a critical analysis between alternative benefits. The real cost to undertake any activity, in this case healthcare, arises from benefits that are lost due to misuse of resources. In this case, use judgment in health economics is directly related to the cost of healthcare. The relevant role is to maximize social benefits of healthcare, using efficiently the scarce social resources. That is synonymous of efficacy. In this paper we will explain a simple methodology of cost- effectiveness analysis, not only to explain it clearly to health professionals, but also remark its application to the social (public) or private healthcare activity. The physician, usually working in uncertainty conditions respect the best treatment or intervention, does not stop providing healthcare resources; so the best use of these resources, based on technical criteria may increase the benefits for patients. For example, to reduce the hospitalization rate, to increase longevity or to improve patients’ quality of live. The same occurs with any health decision maker, who has to decide, in function of available resources, which two alternative programs will be the most beneficial for society, taking into account the cost of using one resource or another. Key Words: Health economics - Health economic evaluation- Cost/effectiveness analysis 2 INTRODUCCIÓN A pesar de los avances teóricos de la evaluación económica de políticas y actividades de salud, este componente de la Economía Sanitaria además de parecer complejo, adolece de ciertas lagunas metodológicas en ciertos aspectos centrales, que parecen hacerla inalcanzable para el medico interesado en desarrollarla. Si bien existen varios tipos de estudios básicos en evaluación económica: análisis de frontera, minimización de costos, costo-utilidad, costo-beneficio y costo-efectividad además de los desarrollos de “willingness to pay” y “conjoint análisis”, los más utilizados son: costoefectividad y costo utilidad. En ocasiones, también puede aplicarse el análisis costo-beneficio, pero su uso se encuentra restringido en el sector sanitario debido a la dificultad de medir los resultados finales en unidades monetarias. En particular, los análisis de costo efectividad, costo utilidad y costo beneficio se diferencian de acuerdo a cómo se miden los resultados o los beneficios finales. Una explicación muy importante de esta diferencia es el hecho que las reglas para la toma de decisiones que se aplican en cada uno son metodológicamente diferentes. Además, los beneficios suelen medirse en términos de resultados múltiples, ya que muy rara vez encontramos un programa que tenga solamente un resultado o bien un solo tipo de resultado. Usualmente cualquier programa sanitario tiene muchas variables de resultados, y uno de los problemas con que nos podemos enfrentar es como combinar tales resultados unos con otros para poder derivarlos a un indicador común, ya que si se quiere comparar exactamente los costos y los beneficios o los costos y los resultados de una actividad con otra, tenemos que lograr unificar los resultados en términos de una sola medida, una sola unidad y un solo indicador. En este punto, es adecuado poner en consideración que tal metodología puede dar lugar a sesgos a favor o en contra de un programa o un tipo de tratamiento. Por ello el decisor debe estar plenamente consciente de las limitaciones de estas metodologías y considerar sus resultados en términos relativos. En los estudios costo-beneficio esto se logra de manera sencilla. Frente a dos opciones (siempre la evaluación económica completa requiere que se comparen dos o más opciones en costos y resultados) pueden existir diferentes tipos de resultados derivados de ambas: supongamos A1, A2 y A3. El primer resultado A1 podría representar el impacto económico que estas opciones tienen sobre la tasa de mortalidad; el segundo podría ser el efecto económico que tienen sobre la 3 calidad de vida para aquellos que sobreviven; y finalmente el tercero podría ser el simple resultado económico directo sobre la duración de la sobrevida. Los resultados pueden ser también gráficos en términos de dimensiones. En el análisis costo-beneficio, los resultados se miden en unidades monetarias (dinero). Las cifras que podemos tener así son representativas del valor monetario del resultado A1 para la primera opción, el valor monetario del resultado A2 para la segunda opción y el valor monetario del resultado A3 para la tercera opción. Si el valor total no es más que la suma de esos 3 valores monetarios, finalmente la evaluación resulta sencilla. Para la toma de decisiones, es posible que la opción 1 y la opción 2, que son las dos alternativas diferentes que se están comparando no sean auto-excluyentes. En tal caso puede llegar a aceptarse ambas o ninguna, según el beneficio económico que otorguen. La regla general para tomar decisiones en una evaluación económica es no elegir ninguna opción, o bien elegir cualquiera de ellas siempre y cuando los resultados sean superiores a los costos, o si el valor neto de esa opción (VNO) resulta mayor a cero (0), no siendo este valor mas que la diferencia entre el beneficio generado por esa opción y el costo de su puesta en práctica. Cualquier acción que ofrezca un beneficio neto puede adquirir valor subjetivo para su aplicación, por lo cual poniendo en claro su valor objetivo, esta regla resulta muy fácil para tomar decisiones importantes. Ahora bien. Si las opciones son mutuamente excluyentes, únicamente podemos elegir la opción 1 o 2, pero no ambas. Entonces sencillamente elegimos aquella que ofrezca el mayor Valor Neto. También podemos elegir aquella opción que nos presente el excedente mayor de beneficios independientemente del costo. Esto tiene el propio costo de elegir, y por supuesto conlleva muchos más aspectos atractivos pero es diferente a lo usual y difícil de llevar a cabo. Un estudio costo-beneficio en el campo de la atención de la salud es algo que se hace muy rara vez, dado que en la práctica resulta difícil asignarle un valor monetario a un resultado tal como la reducción en la mortalidad o el incremento en la expectativa de vida. No es imposible, pero tal valuación se asume como compleja. De allí que la mayor parte de los estudios observados sean de costo-efectividad y en ciertos casos, utilizando calidad de vida ajustada, de costo-utilidad. En este ultimo caso no se trata de asociar una utilidad con cada uno de los resultados posibles ni de determinar cuál será la utilidad derivada de los pacientes cuando se contempla lograr determinado resultado. En lugar 4 de ello, lo que se procura es identificar la utilidad que los pacientes derivarán en toda la gama de resultados ofrecidos por una opción. La evaluación económica más frecuente en el campo sanitario es entonces el análisis costo-efectividad, que procura investigar la racionalidad económica de costos y efectos de actividades en salud. Los requisitos básicos para efectuarlo son (Drummond, 1996) Presencia de un objetivo definido sobre supuestos reales Identificar más de una alternativa para lograrlo Las alternativas deber ser comparables y orientadas a iguales grupos destinatarios (cohortes) Se debe medir costos y efectos de cada alternativa Se requiere determinar objetivamente el punto de vista crítico del decisor 1.- BASES INSTRUMENTALES PARA EL ANÁLISIS COSTO/EFECTIVIDAD EN SALUD ¿Cuales son las ventajas de utilizar un análisis de toma de decisiones como medio para facilitar la evaluación económica en el campo sanitario?. La primera y principal es que hace que la naturaleza del problema que confrontamos y las alternativas que tenemos queden muy claras, por lo cual resulta una manera racional y metodológica de clasificar las diferentes opciones que se nos presentan en un ambiente de recursos escasos. El segundo beneficio importante es el hecho que los juicios de valor que se tienen que aplicar durante el proceso de una evaluación económica quedan perfectamente explícitos, resultando mucho más fácil asegurarse que se apliquen de manera contundente. En tercer lugar, el uso del análisis de toma de decisiones permite exponer adecuadamente los datos requeridos para llevar a cabo un proceso de evaluación económica completa. El primer paso metodológico del análisis en cuestión es la construcción gráfica de un árbol para la toma de decisiones, donde se incorpora la totalidad de los datos que se requieren. Veamos un ejemplo: El problema acerca del cual tenemos que tomar una decisión puede ser si debemos o no a ofrecer un tipo específico de tratamiento a un grupo específico de pacientes o bien si vamos o no a proporcionar una alternativa terapéutica a esos mismos pacientes. Debemos entonces 5 elegir entre dos opciones: La opción 1 es dar una terapia en particular y la opción 2 es no proporcionar terapia alguna. Lo que vamos a proponer aquí es una metodología sencilla de evaluación económica que nos permita estimar la costo-efectividad de las dos opciones. 1.- EL ÁRBOL DE DECISIÓN: Es un procedimiento sencillo y muestra la naturaleza del problema de elección de opciones que tenemos que abordar. Se comienza del lado izquierdo del árbol, avanzando hacia la derecha hasta el nudo de forma cuadrada que aparece en primer término. Este nodo se llama de decisión. Las dos alternativas con que contamos son: la opción 1 (Tr) que es la de proporcionar terapia y la opción 2 (Ntr) que es no proporcionar terapia. Subiendo por la rama relacionada con la terapia, si eligiésemos la opción proporcionar terapia (Tr) tendríamos otro nudo en el árbol de toma de decisiones que es el de oportunidad o aleatorio (redondo). Este nudo, controlado por el azar, representa una doble oportunidad a quien evalúa ya que a este nivel el resultado probablemente representa cuanta probabilidad existe que se logren diferentes estados y condiciones. Esto es una situación que el observador no puede controlar, y el resultado va a depender absolutamente de la probabilidad. Subiendo por la rama superior del árbol de decisiones luego del nodo de oportunidad se representa un resultado probabilístico según el cual un individuo tratado acaba por encontrarse en un estado de salud que vamos a llamar 1 (S1) - lo que representa el optimo luego de recibida terapia , S1Tr representa la probabilidad de que un individuo tratado termine por tener salud perfecta. La siguiente posibilidad después de una terapia, es que el individuo no adquiera una perfecta salud, sino que termine en un estado de salud menor que se va a llamar S2. Por lo tanto la segunda rama de oportunidad representa la probabilidad de que un individuo que ha recibido terapia acabe por encontrarse en un estado de salud S2Tr, por ejemplo exactamente igual al que tenía inicialmente. En este punto del problema ya tenemos dos posibles resultados: o el individuo queda totalmente curado, o permanece en el mismo estado de salud en el cual estaba antes de iniciar el tratamiento. (Fig 1) 6 S1 (Tr) US1 Opcion 1 (Tr) N.op S2 (Tr) US2 N.D. S1 (NTr) Opcion 2 (NTr) US1 S2 (NTr) US2 Fig 1. Arbol de decisión Con la decisión de no proporcionar terapia [Ntr], también se tendrían dos posibles resultados: el primero (S1NTr) donde que de todas maneras los individuos logran un estado de salud casi perfecto, de tal manera que ha habido algún tipo de cura espontánea para su problema. La segunda posibilidad es que el individuo no sufra mejora alguna en salud (S2NTr). Ambas opciones (Tr o NTr) ejercen una influencia directa sobre el número de individuos que puede esperarse fluya a través de las diferentes ramas del este árbol de toma de decisiones. Según se pueda evaluar dar terapia o no a estas cohortes, podría uno predecir cuántos pacientes se encontrarían en cada uno de los puntos finales del árbol. El punto más alejado hacia la derecha de cada rama del árbol de toma de decisiones es un punto terminal, y cada uno de ellos representa la Utilidad (U) relacionada con un estado de salud en particular. US1 es entonces el valor de utilidad que se asigna a tener una salud perfecta y US2 es el valor de conservar el estado actual de salud que se presupone de alguna manera aceptable. Esto es un ejemplo práctico de lo que constituye un árbol para toma de decisiones en atención de la salud y ejemplifica cualquier problema específico de elección que concretamos. El problema de elección es si elegimos la opción 1 (dar terapia) o la opción 2 (no darla). El primer beneficio de elaborar un problema e incorporarle esta forma en particular es que los datos que se necesitan para poder llevar a cabo una evaluación quedan perfectamente claros. 7 En este punto requerimos dos tipos de información: en primer lugar el valor de los diferentes estados de salud que configuran S1 y S2 expresado como probabilidad que los individuos pasen a formar parte de las diferentes ramas del árbol para la toma de decisiones y en segundo término contar con alguna medida que exprese la utilidad o el valor que tienen estos dos estados de salud alternos para los individuos. En otras palabras, se necesita construir una medida de resultado. También necesitamos información acerca de qué. Tendremos entonces que ponernos a pensar aquí como podemos empezar a resolver este problema de toma de decisiones. 2. LA CARGA DE DATOS DEL ÁRBOL DE DECISIÓN Agreguémosle algunas cifras al árbol gráficado, a fin de ejemplificar de que manera se resuelve este tipo de problema, es decir como se puede llegar a elegir entre las 2 opciones. Supongamos una probabilidad de adquirir un estado de salud perfecta en el 90% de los casos tratados con la terapéutica en estudio. Esto demuestra que [Tr] es bastante efectivo, porque hay una probabilidad del 0.9 de que en caso de recibir terapia acabe uno por recuperar una salud perfecta. Si por ejemplo fuésemos a tratar a 1000 pacientes estimamos que 900 de ellos se ubicarán en esta primera rama del árbol de toma de decisiones. Si la probabilidad de tener un estado perfecto de salud es entonces de 0.9, la probabilidad de cualquier otro estado de salud menor es de 0.1. Dado que ambas posibilidades son mutuamente excluyentes, la probabilidad de no cambiar el estado de salud a pesar del tratamiento es del 10%, como se registra en la rama inferior del nodo Tr . Ahora digamos que a pesar de no tratar, hay una probabilidad de 60% de sufrir una cura espontánea de esta enfermedad (S1). Entonces si fuésemos a optar por la opción de no proporcionar terapia [Ntr] a lo largo de la segunda rama del árbol de toma de decisiones, tendríamos una probabilidad de 0.6 que los individuos sin tratar mejoren de manera espontánea. Como contraparte, tendremos aqui una posibilidad del 40% de que el individuo conserve su estado de salud S2, es decir que no tenga ninguna mejoría en el 0.4. Ahora habría que asignarles a ambas ramas valores de Utilidad (U). Para simplificarlo presuponemos que a una salud perfecta se le asigna un valor de utilidad de 100 y al estado actual de salud ( sin mejora) se le asigna un valor de utilidad de 50. (Fig.2) 8 0.90 100 (Tr) 0.10 50 0.60 (NTr) 100 0.40 50 Fig.2 Arbol de decisión con valores incorporados En principio tendríamos ahora toda la información necesaria para poder resolver este problema de toma de decisiones. La pregunta obligada es: ¿Cómo se toma la decisión? La manera de resolver un árbol para la toma de decisiones surge de un proceso llamado inducción retrógrada o fold back. Empezando por el extremo derecho del árbol, se van efectuando los cálculos desde ese extremo hacia la izquierda, en dirección al nodo de toma de decisión. Depende entonces de que decisión tomar, resultará un Valor Esperado (VE). El Valor Esperado de la opción de dar terapia es entonces igual a la probabilidad que x individuos recuperen una salud perfecta que es de 0.9, multiplicado por el valor de utilidad asignado a esta salud perfecta que es 100, mas la probabilidad que existe que otro grupo de pacientes continúen estando en mal estado de salud que es de 0.1 por el valor de utilidad de tal estado de salud que es de 50. VETr = (PrS1 x US1 + PrS2 x US2) = (0.9 x 100 + 0.1 x 50) = 95 VENTr = (PrS1 x US1 + PrS2 x US2) = (0.6 x 100 + 0.4 x 50) = 80 Para el primer caso, el valor esperado (VE) sería entonces de 95, mientras que el de la segunda opción, que es no dar tratamiento, seria de 80. Ahora bien, la pregunta reside en saber, cuando se nos consulta con esta información, que es lo que recomendaríamos al que tiene que tomar la decisión en cuanto a estas dos opciones. ¿Cuál elegir? Aquí cabrían dos posibles recomendaciones: La primera sería sugerir que habría que aceptar la opción de proporcionar terapia. . 9 La segunda podría decir que todavía no contamos con suficiente información. Hay suficientes elementos para aconsejar a quien tuviese que tomar la decisión entre tratar o no tratar? En general los médicos dirían que sí. Los economistas, por su parte, dirían que no, lo que es correcto, ya que hasta aquí no se conoce el costo de cada opción. En este punto, el estudio es solo una evaluación clínica, lo que usualmente se entiende como un simple ensayo terapéutico doble ciego habitual en la investigación medica aplicada. De acuerdo a la visión de un médico especializado en economía de la salud, en términos de evaluación económica, sería necesario avanzar a una etapa mas compleja ya que no se puede establecer un criterio objetivo acerca de estas dos opciones puramente en base a la efectividad clínica. Hasta aquí entonces, lo que se ha mostrado es la solución parcial a un problema muy sencillo de toma de decisiones, ejemplo de lo que sería una valuación objetiva clínica "pura". Pero si estamos hablando de una evaluación económica no podemos ignorar el hecho de que el tratamiento representará ciertos costos, y que aún el no dar ningún tratamiento tendrá costos. ¿Por qué nos deben importar los costos si podemos contentarnos médicamente con saber que dar tratamiento va a mejorar los resultados clínicos para el 90% de los pacientes? Porque de esta forma siempre deberíamos optar por dar terapia, y no habría razón para la evaluación económica. Pero tal razón esta dada porque si se gasta una cierta cantidad de dinero en esa opción terapéutica, entonces lo que estamos haciendo es, frente a recursos siempre escasos, dejar de lado o ignorar alguna otra opción terapéutica, para lo cual habríamos podido asignar eficientemente esos recursos financieros con similar eficacia de resultados .En otras palabras, gastar dinero en esta terapia en particular implica asumir un costo de oportunidad. Este costo de oportunidad está representado por los otros programas de atención a la salud que ya no podremos adquirir o efectuar por no tener los recursos necesarios al haber optado directamente por aplicar la terapia de mayor efectividad clínica; es por ello que desde la concepción de la Economía de la Salud tendríamos que decir que no podemos tomar decisiones puramente con base en los datos acerca de la efectividad clínica. 3- LA EVALUACIÓN COSTO/EFECTIVIDAD Correspondería entonces continuar la evaluación económica agregando cifras representativas de costos a estas dos opciones. Por ejemplo presuponiendo que el costo del tratamiento va a ser de $ 10 100 por paciente, y estableciendo que este costo es igual sin importar cuál sea el estado de salud adquirido por el individuo después de la terapia, es decir si finalmente cura o no. Se presupone también que no dar terapia a los pacientes puede también resultar costoso en el corto plazo, ya que en algún momento el paciente puede volver a la consulta en una condición de mala salud, aún más seria de la que tenía originalmente. Si consideramos entonces los posibles costos en que puede incurrir el sistema de atención a la salud en algún momento futuro, es perfectamente razonable presuponer que no darle terapia en este momento al paciente podría generar asumir ciertos costos después. Vamos asimismo a suponer entonces que el costo de no tratar equivale a $ 70. Hasta aquí se sabe que el valor esperado de la opción terapéutica VE [Tr] o sea su resultado en términos de efectividad es de 95. El costo esperado (CE) de dar terapia al paciente es de $ 100. De la misma forma, hemos visto que el VE de no tratar es 80 y también que el costo de no tratar es de $ 70. Ahora la cuestión es cómo poder combinar costos (que están en términos monetarios) con resultados (que se expresan en términos de efectividad). Obviamente, no se puede hacer una comparación costo-beneficio ya que no son indicadores similares en valor monetario. Así, la opción para delimitar costo-efectividad es calcular el Costo Promedio estableciendo la media ponderada o el valor promedio de cada alternativa y dividiéndolo por Unidad de Beneficio o de resultado . VE(Tr) = 95 CP(Tr) = $ 100 VE(NTr) = 80 CP(NTr) = $ 70 CPUR (Tr) = CP(Tr)/VE(Tr) = $ 1,05 CPUR (NTr) = CP(NTr)/VE(NTr) = $ 0,87 Como se establece la relación entre las variables? Si se calcula la opción terapéutica de tratar (Tr), y a su vez cuál es el costo promedio (CP) de la mejora del estado de salud que se puede alcanzar se obtiene que cada unidad de resultado cuesta 1 peso con 5 centavos ($ 1,05). Esto proviene de relacionar 95 unidades de resultado a un costo promedio de $ 100, por lo cual el Costo Promedio por cada Unidad de Resultado de la opción tratar CPUR (Tr) es $1,05. Ahora bien, en la opción de no dar terapia (NTr} el valor esperado (VE) es de 80 y el costo promedio de esta opción 11 de no dar terapia CP (NTr) es de $ 70. Se puede entonces calcular el costo promedio por unidad de resultado de no proporcionar terapia a los pacientes CPUR (NTr) ; que en este caso sería de $ 0,87 Ahora bien, cuando se consulta respecto de esta nueva información, qué decisión se toma? Por ejemplo no recomendar terapia dada esta información no seria incorrecto, ya que el Costo Promedio por Unidad de Resultados (CPUR) es menor. Aquí nos encontramos con que la Valoración clínica favorece a la opción Tratar, pero la valoración económica sugeriría la opción No Tratar. Podría también decirse que aun no hay suficiente información, ya que lo que se está haciendo es utilizar una regla de toma de decisión equivocada. Si se recomienda la opción terapéutica - lo cual sería perfectamente lógica- se haría en base en una regla de toma de decisiones particular. Al igual que si se recomienda no tratar. Quienes recomendaran la última opción lo harían en base a la idea que la forma apropiada para elegir entre las alternativas es de reducir al mínimo el costo promedio por unidad de resultado y optar por la que ofrece el costo promedio más bajo. Pero podría suponerse ( hipotéticamente) que el costo de no dar terapia fuese cero (0) ya que de no darle terapia el paciente moriría, con lo cual no habría ningún costo después para el sistema de salud. En este caso, el Costo promedio por Unidad de Resultados seria cero, ya que si se aplicara estrictamente desde la visión economicista la regla del costo promedio, entonces no convendría dar terapia ya que su costo es $ 1,05, y comparativamente no tratar a nadie cuesta cero pesos. Tal definición en primer lugar es bioéticamente inadmisible, ya que ningún `médico podría decidir no tratar a un paciente en estas condiciones por el solo hecho que el Costo promedio fuera mas bajo que la alternativa de tratar. En segundo término solo resulta un ejemplo de la implicancia que puede tener utilizar estrictamente una regla de decisión económica que tenga como base únicamente el costo promedio. El peligro real de considerar utilizar -in extremis- esta regla para tomar decisiones es que se llegara a recomendar que cualquier atención costosa sea rechazada, si la condición fuera elegir siempre la alternativa menos costosa o más barata, un concepto que desde la eficiencia económica será aceptable. No obstante, en la práctica médico-asistencial esto resulta ser un ejemplo dificultoso y virtualmente impracticable, si debiera aplicarse “a rajatablas” la opción de no aceptar nunca ninguna terapia que resultara mas costosa que no tratar. .. 4. EL MÉTODO INCREMENTAL 12 Ahora bien. Si la regla de costo-promedio no es la regla correcta.¿Cual se debe aplicar para el análisis costo-efectividad donde existe una razón entre el beneficio que se logra y el costo que se tiene que pagar? Lo que debería utilizarse es una regla de toma de decisión incrementada y no simplemente de costo promedio. La relación de costo/efectividad incremental resulta la herramienta ideal frente a la simple regla de costo/efectividad en base a promedios. ¿Cómo se aplica la regla del costo incremental? Siguiendo el ejemplo anterior, lo primero es definir cuál es la opción más económica, que inicialmente resulta la de tratar. Ese es el punto de partida. Luego lo que se analiza es: ¿Qué tanto beneficio adicional se puede obtener si en lugar de ir a la opción [NTr] nos regimos por la opción [Tr]?. El resultado son 15 Unidades adicionales de resultado (95-80) entre Tratar y No Tratar. También tendremos que preguntarnos qué tanto más necesitaremos gastar para obtener ese resultado adicional o extra entre el Costo Esperado de tratar y no tratar ($ 100 - $ 70). El gasto adicional será de $ 30. De esta forma. si la relación costo adicional incremental es el beneficio adicional que se obtendrá sobre el costo adicional que se tendrá que pagar para obtener tal beneficio, significa que cada unidad extra de utilidad al dividirse por el costo adicional resulta de $ 2. Este valor es la relación de costo/efectividad incremental. Ahora tenemos un nuevo problema. ¿Puede elegirse la alternativa terapéutica solo si una unidad adicional de resultado cuesta $2 ? ¿Cuántos recomendarían aquí no dar terapéutica en base a un criterio objetivo?. Esto nos lleva a considerar el concepto del costo de oportunidad dentro del sector salud, al que denominamos Co. ¿Cuál es su significado? Co es el costo de oportunidad que resulta de poder obtener en términos de mejora de salud gastar estos $ 100 en la mejor alternativa, que en el eje,plo precedente seria aplicar terapéutica. El juicio objetivo que tenemos que realizar, esto es la decisión a tomar, surge de qué es lo que esperamos obtener de una de las alternativas, en caso que quien toma la decisión está autorizado a gastar determinada cantidad de dinero para comprar unidades adicionales de resultado terapéutico. Esto representa el costo de oportunidad de gastar ese dinero disponible en aplicar el tratamiento que forma parte de este programa específico, en comparación con algún otro programa o actividad de salud. En un entorno cambiante, cualquier decisor en salud ( médico, planificador, gestor, etc) se encuentra con la dificultad de asignar los escasos recursos de que dispone con un criterio 13 objetivo, y dentro de lo éticamente justificable. La regla de decisión pasa entonces por saber si pueden comprarse unidades de resultado y elegir la opción terapéutica en función de lo que se está dispuesto a pagar por x unidades adicionales de resultado. Ese será el mecanismo para definir la financiación del tratamiento o terapéutica elegida. Así, si pueden comprarse unidades de resultados a $ 2 y tuviéramos la disponibilidad de gastar hasta un máximo de $ 3 por unidad de resultados (el costo de oportunidad es así de $ 3) no tendríamos reparos en decidir objetivamente. Estamos aquí haciendo una evaluación económica costo/efectiva mucho más sensible. Si por el contrario solo podemos comprar unidades de resultado B a $ 0,50, entonces no podríamos elegir la opción terapéutica A, sin considerar el hecho que sea clínicamente efectivo o que tenga un bajo costo unitario por resultado. La regla de toma de decisión apropiada sería aceptar una opción ( Tratar o No tratar) sí y sólo si la relación costo/efectividad incremental fuese menor que el costo de oportunidad resultante de la disponibilidad efectiva de determinada cantidad de recursos monetarios para la atención de determinado aspecto de salud. Desde la visión de la economia sanitaria podemos entonces estimar la relación de costo/efectividad incremental y luego presentar ante quien será en definitiva quien tome la decisión, los valores relativos obtenidos. De esta forma , mas allá de la decisión final fundada en criterios bioéticos o sociales, podrá tenerse un juicio de valor críticamente objetivo respecto de si está dispuestos a pagar este monto o no. Y tal juicio de valor es el costo de oportunidad. 5. LAS REGLAS DE DECISIÓN Si dos o más alternativas se excluyen entre sí, se aceptará la opción 1 cuando los beneficios adicionales derivados de la misma comparados con los provenientes de la opción 2, a su vez divididos entre costos adicionales representados por la opción 1 en comparación con los costos adicionales de la opción 2 sea menor a algún valor crítico que se predetermina (Costo de oportunidad). Este valor crítico representa la cantidad de dinero que se esta dispuesto a erogar de los gastos en salud, es decir el eventual costo del programa específico para la atención de la salud que podría ser la opción 1, en comparación con otras alternativas a las que se tiene que renunciar por haber gastado dinero en este programa.. Ejemplo: 14 Si Co= $2 Opcion 1: Tr Opcion 2: NTr CETr – CE NTr / VETr – VE NTr = 100 – 70 / 95 – 80 = 30/15 = $ 2 por unidad adicional de resultado Solo se acepta $ 2 si es < que el Co ($ 3) Suponiendo que el costo de oportunidad en los gastos en salud fuera de $10.000 para esta opción, significa que quien toma las decisiones está dispuesto a pagar hasta $ 10.000 para generar una unidad más de resultados en salud. Si tal resultado en salud cuesta más que $10.000 entonces no vale la pena gastar dinero en este programa. ¿Porqué? Porque esos $10.000 podrían ser aprovechadas para alguna otra actividad y generar alternativamente mejores resultados en otro problema sanitario. Esto se denomina regla de decisión incremental, porque nos dice que se aceptará la opción 1 por encima de la opción 2 solo cuando el beneficio adicional derivado de aceptar la opción 1 dividido entre el costo adicional que habrá que cubrir sea inferior a la cantidad que uno esté dispuesto a gastar para generar un mejor resultado en salud. No existe forma de que un economista de la salud pueda sugerir decisión alguna, sin contar con un criterio objetivo propuesto por quien tiene que tomar finalmente la decisión. ¿Por qué? Porque las reglas para tomar decisiones requieren que se evalúen los costos de oportunidad de los gastos en salud, y esos costos de oportunidad únicamente se pueden obtener de quienes tienen que tomar las decisiones, para lo cual necesita reconocer la naturaleza de los costos incrementales y de los beneficios incrementales. Por ello es necesaria la conformación de equipos multidisciplinarios donde participen clínicos y economistas de la salud Supongamos dos opciones en programas de salud y que ambas tiene un efecto solamente sobre las tasas de mortalidad. La primera opción nos ofrece una mejora del 50% en la tasa de mortalidad y nos cuesta $ 100.000. La segunda opción nos ofrece una reducción en la tasa de mortalidad de digamos el 75% pero nos cuesta $ 300.000. Ahora bien. Si consideramos estas dos opciones aisladamente, como opciones totalmente independientes, y pudiéramos optar por la opción 1 o por la opción 2. ¿Qué información tenemos?. La única disponible se reduce la mortalidad que 15 baja un 50% y cuesta $ 100.000, frente a la otra que reduce un 25% más pero cuesta un valor tres veces superior. El problema consiste en que no tenemos manera de comparar estos $ 100.000 de costo con una tasa de mortalidad mejorada en un 50%. Es decir, se está midiendo en unidades diferentes. ¿Cómo decidir si realmente vale poner en práctica esa opción o no? La respuesta es que no se puede tomar una decisión. La única manera de hacerla seriamente es si hacemos una comparación incremental. Por ejemplo: ¿Que sucedería si no hacemos nada?. Tal vez no habría ninguna mejora en la mortalidad. Si elegimos la opción 1 en comparación con no hacer nada, el incremento del resultado será una reducción del 50% en la mortalidad y el incremento en costo será de $ 100.000. Pero: ¿Qué tanto estaría dispuesto a pagar el que tiene que tomar la decisión a cambio de una unidad de disminución en la mortalidad? Esto es una comparación incremental. Guia metódológica Definir la medida de efectividad del programa (la principal) Decidir que tipo de evaluación se va a realizar y justificar la descripción Recolectar información basada en evidencia científica Valorar resultados y costos de las opciones mutuamente excluyentes Objetivar el costo de oportunidad y desarrollar una evaluación incremental Elegir entre opciones 6. CONCLUSIONES La actividad sanitaria se caracteriza por una continua toma de decisiones bajo condición de incertidumbre, sea por los decisores de la política sanitaria en la macrogestión, como por parte de los propios médicos a nivel de la microgestión. La necesidad de efectuar distintos tipos de intervenciones en prevención, recuperación o rehabilitación de la salud en un entorno económico restringido a los recursos disponibles implica analizar no solo criterios de oportunidad, sino cuál alternativa ofrece mejores expectativas de bienestar para las personas a quienes va dirigida. Las decisiones que se tomen pueden afectar tanto a un individuo como a grupos de personas, para lo cual 16 se necesita una metodología de análisis de decisión que permita lograr evaluaciones económicas a fin de apreciar objetivamente cuál es más costo/efectiva. Lo que se ha procurado establecer en el presente trabajo es una metodología básica y accesible de evaluación económica para ser aplicada por médicos interesados en avanzar en la determinación de la costo efectividad de diferentes alternativas, así como por parte de decisores sanitarios que procuren asignar recursos escasos con mayor objetividad. La evaluación económica resulta así contingente a una medida previa de efectividad clínica, generando un nuevo espacio de reflexión para economistas, epidemiólogos y sanitaristas, además de clínicos. Tomar decisiones exclusivamente con base en la efectividad clínica no es, necesariamente, la mejor manera de utilizar los recursos de la atención de la salud en su aplicación para la sociedad, porque esos recursos siempre tienen usos alternativos, así que corresponde considerar los costos también en relación al costo de oportunidad de disponer de tales recursos. Si en el ejemplo planteado si el costo de oportunidad de resultados en salud es de $ 3, gastando el dinero en algún otro programa podría incrementarse el resultado en la condición de la salud hasta $ 3 por unidad. Si se hubiera utilizado la regla del costo promedio como regla de costo/efectividad, se recomendaría la opción de no tratar, y es totalmente ilógico. Ahora, utilizando la regla incremental, esta decisión (no tratar) resulta totalmente equivocada, porque el costo de comprar unidades adicionales de resultados no es más costosa dentro de ese programa de lo que nos cuesta en otros programas dentro del sector salud. Esto sugiere que la regla de efectividad clínica o regla del costo promedio nos puede llevar a tomar decisiones equivocada, con lo cual se estarían asignando recursos de manera ineficiente dentro del sector salud Debe tenerse en cuenta que si en el ejemplo analizado la relación incremental se coloca al revés, esto es la ecuación resulta en beneficio incremental/costo incremental, se puede obtener 15 unidades de beneficio por $ 30 de costo. Así podemos calcular cuantas unidades de resultado es posible lograr por peso gastado (0,50 unidades por cada peso). Lo importante es que si queremos expresar la relación costo/efectividad, en términos no monetarios, los términos de tal relación deben estar siempre invertidos, expresados como beneficio adicional dividido por el costo adicional. 17 Frente a ciertas alternativas cuyo resultado se mide en años de vida, por ejemplo, suele ocurrir que las preferencias personales por un determinado período de vida no se basan solo en la temporalidad, sino en la calidad de vida obtenida durante dicho período. De allí que en ciertos casos la evaluación económica adopte la metodología de costo/utilidad, situación que expresamente no se contempla en el presente trabajo, dada la complejidad de lograr una medida de utilidad en términos de calidad de vida. Siempre que se da comienzo a un proceso de evaluación económica en cualquiera de las áreas sanitarias, existe documentación y literatura científica que permite acercar información relevante respecto del objetivo de análisis. Es preferible, y hasta conveniente utilizar documentación existente “medicina basada en la evidencia, ya que generar la información sobre los resultados de los diferentes tratamientos resulta extremadamente costoso y lleva mucho tiempo. Su estudio es un paso previo y obligado, debiendo ser exhaustivo, sistematizado y reproducible. La variante mas sofisticada de revisión sistemática de información es el meta-análisis, que al concentrar resultados homologables de estudios similares potencia el simple análisis aislado de material bibliográfico. Es evidente que antes de poder empezar a asignar recursos en cualquier sistema de atención a la salud con base en los resultados provenientes de pruebas clínicas o de estudios costoefectividad, primero tenemos que tener un buen acceso a información. Tal acceso debe ser completo y fácilmente disponible por los médicos clínicos, como para aquellos que toman decisiones en todos los niveles de un sistema de atención de salud. Esto ha sido y continúa siendo una fuente importante de dificultades incluso donde se han llevado a cabo estudios de evaluación económica con mayor asiduidad, siendo por tal motivo sumamente difícil diseminar ampliamente los resultados derivados de dichos estudios. Especialmente en el aspecto de los resultados medidos como efectividad, la ausencia de datos a nivel local obliga a la consulta de múltiples trabajos internacionales referidos al tema en cuestión. En el Reino Unido se han desarrollado una iniciativa específica que permite proporcionar acceso a información sobre la costo-efectividad de diversas alternativas, así como de pruebas clínicas. La Colaboración Cochrane sobre prácticas efectivas clínicas es un centro que se especializa en llevar a cabo meta-análisis basados en una revisión sistemática de las pruebas clínicas efectivas, para después poner a disposición esos resúmenes a través de una base de datos disponible 18 on line vía Internet. Esta base de datos requiere ser actualizada con regularidad, y contiene información principalmente de efectividad clínica. Es consultada con mayor asiduidad en parte por clínicos que se interesan en asegurarse de que su propia práctica privada esté de acuerdo con la mejor evidencia disponible acerca de efectividad clínica. Pero también a los administradores de los servicios de salud les interesa esa información, si mediante estudios de costo efectividad incremental sobre diferentes alternativas terapéuticas quieren ejercer influencia sobre la conducta de los clínicos en la microgestión, La introducción de nuevos y mas sencillos modos de resolver problemas de costo y efectividad de atención médica frente a los recursos disponibles, o bien de programas de salud y otras alternativas, permite incorporar cambios a nivel del proceso de toma de decisiones aunque nunca ocurren con la celeridad y eficiencia necesaria. Es sabido que no todo lo técnicamente posible es sanitaria o éticamente aceptable, y la valoración de los problemas bioéticos y organizativos en contextos adversos va resultando una necesidad cuando nuevas y diversas alternativas terapéuticas generan además de costos crecientes, dificultades para lograr una unidad de medida traducida como ganancia efectiva y significativa de cantidad o calidad de vida. Para esto debe tenerse en cuenta que de acuerdo al costo de oportunidad, es posible preveer que acciones sanitarias siendo igual o superiormente efectivas podrían dejar de realizarse si el gasto estimado para determinada terapéutica o acción se decidiera invertir en una de ellas, excluyendo otras automáticamente. 6. Bibliografía 1. Drummond,M; Stoddart,G y Torrance,G. Métodos para la evaluación económica de los programas de atención de la salud; Ed. Diaz de Santos S.A.; Madrid; 1991 2. Reynolds,J y Gaspari,K.C.; Análisis de Costo-efectividad. 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