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Diagonal // Del 26 de mayo al 8 de junio de 2005 10 // CERCANÍAS ENCUENTRO DE ECONOMÍA ALTERNATIVA OKUPACIÓN COMUNITARIA EN CARACAS Diversas organizaciones y personas vinculadas con la economía social se reunieron en el VII Encuentro de economía alternativa y solidaria de Córdoba. Las jornadas, celebradas entre el 12 y el 14 de mayo, incluyeron ponencias sobre cooperativismo, consumo responsable, comercio justo, finanzas solidarias y renta básica, entre otros temas. La página web Rebelión publica un interesante reportaje sobre un centro comunitario okupado en un barrio popular de la capital venezolana. En abril se cumplió un año de la okupación del teatro Alameda para destinarlo a usos sociales y culturales. Hoy, la Casa Cultural Teatro Alameda cuenta con clínica de oftalmología y optometría, desarrolla misiones de alfabetización en el barrio y sirve como lugar de encuentro de los comités de tierras y salud de la zona. Más información en www.rebelion.org/noticia.php?id=14860. ENTREVISTA // MARÍA JOSÉ AYALA, MIEMBRO DEL MOVIMIENTO SALVADOREÑO DE MUJERES (MSM) “Nuestra lucha es formar a las mujeres para que sean conscientes de su propia realidad” Alejandro Zapico (Graphic Press) La vida en El Salvador, marcada por la pobreza y la herencia de la guerra, resulta especialmente dura para las mujeres. Así lo ve María José Ayala, ‘Kelly’, que participa en varias organizaciones de mujeres salvadoreñas. Rodrigo Liscovsky y Manuel Izaguirre Redacción DIAGONAL: En primer lugar, ¿con qué intención nace el MSM? KELLY: Con la de buscar la equidad entre los géneros, es decir, con el objetivo de que las mujeres conozcan sus derechos, las leyes que las protegen, ya que, si no las conocen, no las podemos hacer valer. Se busca el fortalecimiento de la mujer, que podamos acceder y participar en las instituciones públicas. D.: ¿Qué relación mantiene con las otras organizaciones de mujeres? K.: Existen relaciones de coordinación frente a ciertas posiciones del Gobierno. De hecho, el MSM forma parte de la Concertación Feminista Prudencia Ayala. Lo último que ha hecho como tal y con el aval del resto de organizaciones es el informe alternativo para Beijing + 10, en torno a la 49ª sesión de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW) de la ONU. El Gobierno tenía que hacer ese informe, pero lo ha presentado uniteralmente, a su entender, el pasado marzo en Nueva York. Por tanto, nosotras elaboramos este informe alternativo que recoge la labor hecha y avalada por las instituciones de mujeres que integran la Concertación Feminista Prudencia Ayala. D.: ¿Qué os diferencia del resto de colectivos de mujeres? K.: Por un lado, hay organizaciones de mujeres que trabajan a un nivel más operativo, más con las mujeres en las comunidades, ejecutando proyectos productivos y de capacitación, como es el caso del MSM. Por otro lado, están los grupos que se centran en la participación ciudadana, la incidencia política y la investigación. En general, hay que destacar el papel de la Concertación Feminista Prudencia Ayala, donde se encuentra la mayoría de los colectivos feministas. D.: ¿Cómo lucha el MSM contra los obstáculos que ahora mismo hacen imposible la igualdad? K.: Prácticamente la lucha de la institución, en lo que respecta a las comunidades, consta de formar y organizar a las mujeres para que éstas sean partícipes de su propia realidad; que conozcan su realidad desde fuera para cambiar toda esa estructura machista que existe en el país. Es a través de la capacitación y de la posibilidad de obtener ingresos AL FRENTE. La mayoría de las mujeres salvadoreñas son cabezas de familia debido a la alta emigración masculina. como se consigue más independencia, que la mujeres no estén sólo esperando que sea el marido el que lleve el dinero al hogar. D.: ¿Cómo incidió el conflicto armado en la estructura económica del país? K.: Antes del conflicto armado la estructura económica era agrónoma exportadora, exportábamos café. Durante el conflicto armado se dio todo un proceso de migraciones masivas que provocó que, hoy en día, “ Trabajamos con las mujeres en las comunidades, ejecutando proyectos productivos y de capacitación ” Los años de la guerra La guerra duró 12 años (1980/1992) con un saldo de más de 75.000 muertes. En la década de los ‘70 se empezaron a realizar pequeñas acciones por parte de las organizaciones militares para más tarde dar el salto a la guerra. En un principio el conflicto se sostiene con escasos recursos. La posterior financiación de un millón de dólares diarios para sostener la guerra convirtió a EE UU en el mayor inversor del Ejército salvadoreño. Aún así, la guerrilla se mantuvo 12 años con y para el pueblo, siendo considerada una de las mejores resistencias latinoamericanas. De no haber contado con el apoyo popular, la guerrilla no habría sobrevivido, teniendo en cuenta que El Salvador es un país de apenas 20.000 km2 sin grandes montañas y cerros. “Nosotros tratábamos a la gente con dignidad, nos llamaban ‘los muchachos’, el Gobierno, terroristas”, explica Kelly, relacionada con la antigua guerrilla y hoy partido político Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional. “No hubo apoyos de ningún país dijera lo que dijera el Estado”, continúa. Los prisioneros de guerra eran tratados con respeto y eran entregados a la Cruz Roja una vez terminado el combate, respetando el Convenio de Ginebra”. el 67% de la economía esté sostenida por las remesas familiares, es decir, por todas las migraciones de campesinos y obreros que envían giros a sus familias en El Salvador. Esto supone una entrada muy fuerte de dólares para la economía salvadoreña. Dicho fenómeno ya se está analizando en el país, observando cuáles serán las repercusiones que va a tener en un futuro. D.: ¿Qué papel representa la Iglesia en la sociedad salvadoreña? K.: El mismo Gobierno es apoyado o ha sido apoyado por grupos fundamentalistas de la Iglesia con el fin de mantener el rol tradicional de la familia, en la cual el hombre juega un rol y la mujer otro asignado por la sociedad. Ellos tachan a los movimientos de mujeres de alterar el orden de la “buena familia”, y en ese sentido tratan de tapar todo el trabajo que las mujeres estamos realizando en pro de los derechos de las mujeres o en pro de las conquistas de las mujeres. Se pretende que sigamos siempre en el papel de subordinación al marido en todos los sentidos. En El Salvador hay un montón de mujeres que son “cabezas de hogares”, como se les llama, por una serie de factores. Dicen los hombres que cuantas más mujeres y más hijos se tenga, más hombre se es. De esta manera nos encontramos con una mujer sola que tiene que trabajar. Por otro lado, aparte de este abandono, la gran migración que hay hace que las mujeres también queden como cabezas de hogares. Por tanto, se debe imponer el papel de la mujer en la familia que defienden estos grupos fundamentalistas. Cuando existen un montón de familias desestructuradas, en lugar de potenciar a las mujeres se enfrascan en el discurso de que quien mantiene el hogar es el hombre. D.: ¿Cuáles son las trabas mediáticas que impone el Gobierno? K.: Hay que tener en cuenta que el actual presidente de la República era comentarista de fútbol, su familia es la dueña de la mayoría de radios en El Salvador. Por tanto manejan los medios de comunicación. En nuestro caso, para poner un espacio pagado en un periódico, se nos ha dicho que primero tiene que pasar por un comité seleccionador; si no pasa ese comité, aunque se haya pagado, no se publica porque va en contra de los intereses de los grandes empresarios. Esto también ocurre en las emisoras de radio. En este sentido los medios son amarillistas, atribuyen los conflictos a la violencia social, a las pandillas, para que la gente se despreocupe y piense más con el miedo. Esto es la forma de ocultarlo, no otorgan cobertura. Por ejemplo para presentar el informe Beijing + 10, la Concertación Feminista Prudencia Ayala convocó una rueda de prensa para exponer que iban a ir unas compañeras a Nueva York a presentar dicho informe. Nadie asistió. D.: ¿Existe femicidio en El Salvador como en el caso de Guatemala? K.: Sí existe femicidio. Hay bastantes mujeres que están apareciendo muertas. Las autoridades dicen que estas muertes se deben a la violencia social de las pandillas porque no le quieren dar el contexto real puesto que desprestigiaría a un Gobierno que dice que “todo está bien”, “que estamos entrando en el desarrollo”, “que está haciendo mucho por este pueblo”, etc. Por lo tanto, hablar de la violencia de género no le conviene. Sin embargo, las estadísticas no oficiales muestran que en un 67% de los casos el esposo es el principal agresor, luego vienen los padres, después los hijos y, por último, entre un 6 y un 11% de los agresores son pandillas. D.: ¿Cuál es el balance actual de la figura de la mujer en El Salvador? K.: Las mujeres tienen que ir a trabajar a las maquilas por un sueldo mensual de 155 dólares, pero aún así nosotras tenemos la culpa de todo. Nadie le echa la culpa al padre, nadie está pensando en el padre, siempre es la sociedad la que condena a la mujer, haga lo que haga. D.: ¿Cuál es la experiencia más satisfactoria hasta ahora? K.: El hecho de trabajar con las mujeres y ver que ha habido un cambio, por lo menos, con las que se ha estado trabajando. Un cambio en la forma de apreciarse a ellas mismas, de apreciar su realidad, su entorno. Se ha conseguido que haya mujeres que formen parte de juntas municipales. Es un logro ver cómo estas mujeres de las comunidades ostentan cargos públicos sin ni siquiera tener el postgrado, solamente con estudios hasta el segundo año.