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TRIBUNA
Por Miguel Ángel Aguilar
Cospedal y los dioses griegos
E
l martes, día 14, en un momento de inspiración, la secretaria general del Partido Popular María Dolores de Cospedal –queriendo sembrar la desconfianza sobre los nuevos actores políticos, que
aparecen con la misma temprana edad
que lo hicieron en su día los candidatos
peperos– arguyó que según un “dicho
griego”, hasta ahora imposible de identificar, “los dioses cuando querían castigar
al pueblo mandaban reyes jóvenes”.
Nuestra señora De Cospedal, dentro del
despiste cósmico en que vive, incorporaba así a la sospecha del castigo divino
desde el rey Felipe VI (47) a Pablo Iglesias
(36), a Albert Rivera (35) y a todos los afiliados a las Nuevas Generaciones, en
quienes teníamos puestas todas nuestras
complacencias.
Cuando falta poco más de un mes para
las elecciones municipales, donde están
en juego 8.119 ayuntamientos además de
once de las quince comunidades autónomas, el Partido Popular se presenta confuso ante sus competidores. Un sector, el
de doña María Dolores, ataca a Ciudadanos porque desea contener la pérdida de
votos que según los sondeos parecen huir
hacia la formación de Albert Rivera. Otro,
el de doña Esperanza, le hace el reconocimiento de haber dado la cara en Cataluña y lo colma de elogios porque calcula que el escrutinio nocturno del domingo 24 de mayo será menguante, que sostenerse en el gobierno requerirá del pacto y que así, desde el afecto, será más fácil alcanzarlos con quien es considerado
el mejor de los aliados posibles.
Para mayor desconcierto, aparece corriendo por la banda y yendo sólo a su
bola el expresidente José María Aznar
quien, en la Convención Nacional del Partido el pasado enero, subió al estrado a
preguntar dónde está el PP y si el PP que-
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20–26 de abril de 2015. nº 1106
ría ganar las elecciones. Semejante enmienda a la totalidad a su actual presidente Mariano Rajoy explica por qué ha
sido excluido sin que se le invitara a hablar ni en la Junta Directiva Nacional del
martes 7 de abril ni en la Convención para presentar los candidatos municipales
del domingo 11.
Pero Ánsar no vive sólo de subirse a los
escenarios, también maneja la fundación
FAES y a través del editorial de su revista
Cuadernos de Pensamiento Político acaba de advertir que “el momento económico es sólo una de las variables que convergen a la hora de definir el voto” y de
subrayar que no se puede fiar una victoria electoral a la recuperación económica porque los votos se irán a “terceros” si
se “oscureciera el resto del perfil” del partido. El editorial mencionado alerta de
que es posible que “en un contexto de
mejora de las expectativas económicas
tan intenso como el que afortunadamente vivimos la preocupación por la economía disminuya”, así como “el interés
por quién hace de la gestión económica
su principal activo electoral”. Compárense
estas advertencias con la estrategia de Rajoy centrada en ‘vender’ la mejora de la
economía y obsérvese que cualquier parecido entre ambas queda por completo
descartada.
Preguntada por cómo puntúa la marca
PP en las próximas citas electorales, la dirigente popular entendió que le preguntaban por la corrupción e indicó que la
corrupción “de algunas personas que estaban en el partido” le ha pasado factura
pero que ha sido el Gobierno de Mariano
Rajoy el que ha puesto a “esos delincuentes a disposición de la Justicia”. En
realidad, a disposición de la Justicia las ha
puesto la Policía, mientras la cúpula de
Génova destruía pruebas y obstaculizaba
los procedimientos. l
catalán, Ciudadanos, para inventarse un ‘Podemos’ de derechas y permitir un pacto en
las instituciones entre Ciudadanos y el PP.
Si conseguimos consolidar un espacio de IU,
el pacto Ciudadanos-PP no va a ser posible.
—Supongo que descarta entonces un
acuerdo con Ciudadanos. Lo digo porque las
últimas encuestas prevén que la llave del gobierno en Madrid la tendría el partido de Albert Rivera y que la única forma de desplazar al PP sería un acuerdo entre Podemos,
PSOE, IU y Ciudadanos.
—Me temo que esa posibilidad es ciencia
ficción. Ciudadanos es un partido de derechas, que comparte en economía y en derechos cívicos la ideología del PP. Ciudadanos es más simpático que el PP porque no
tiene el lastre de la corrupción.
—¿Permanecerá los cuatro años de la legislatura en la Asamblea de Madrid?
—Me comprometo a estar los cuatro años,
a no ser que se produzca algo que me exija
“La presidencia federal
de IU apoyará la
candidatura de Raquel
López al Ayuntamiento”
la dimisión. Si se diese una situación en la
que hubiese dudas sobre mi honestidad, yo
no sería de los que se aferran al sillón. Pero,
en fin, tengo derecho a pensar que eso no
va a ser algo con lo que me encuentre en estos cuatro años. Lo que no me hace mucha
ilusión es ser consejero, me gustaría ser el
puente para que entraran las mareas verdes
y blancas, los movimientos cívicos, en la Comunidad. Lo que no tengo tan claro es poder comprometerme a que dentro de cuatro
años no me vaya. Uno de los problemas que
tenemos es que hay muchos políticos que
confunden la dedicación a la política con
un puesto de trabajo. Y en las guerras internas ves que hay mucha gente que, más que
pelear por ideas, está peleando por un puesto de trabajo. Hay mucha gente que si deja
la política tiene que volver a la cola del paro, porque no tiene trabajo donde reintegrarse. A mí, dentro de cuatro años, me gustaría volver a mi cátedra, a la poesía y a la
literatura, y que otro compañero se ocupara de liderar la lista. l