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ARGUMENTO CONTRA LA TEORÍA DE LOS DATOS DE LOS SENTIDOS (O DATOS SENSORIALES) 1. Presentación del argumento. Hay situaciones –paradigmáticamente situaciones en las que alguien alucinaen las que creemos ver algo que en realidad no existe. Con respecto a esa sensación de ver algo, las situaciones de alucinación son indistinguibles de aquellos otros casos en los que también tenemos la sensación de ver algo, pero algo que realmente existe. La teoría de los datos de los sentidos (TDS) trata de dar cuenta de ambas situaciones, tanto de la sensación/percepción verídica como de la sensación/percepción no verídica. TDS considera indudable que en ambas situaciones hay algo en común que las hace indistinguibles. Por ejemplo, cuando alucinamos y creemos ver una manzana, obviamente vemos algo o tenemos la sensación de ver algo que tiene las características de las manzanas (forma, color, etc.), pero que no es una manzana. Vemos, dice el partidario de TDS, un dato sensorial. Si pasamos ahora al caso de la sensación/percepción verídica, la explicación en lo que a la visión del dato sensorial se refiere no varía; sin embargo, tenemos que añadir el hecho de que la manzana sí existe. TDS postula, pues, unos ‘objetos’ (los datos de los sentidos) que sentimos/percibimos directamente, sin mediación alguna. Para postular dichos objetos se apoya claramente en los casos de sensación/percepción no verídica. A continuación, aplica TDS a los casos de sensación/percepción verídica. Ha habido muchas críticas contra los datos de los sentidos. Muchas de ellas hacen referencia a la naturaleza ‘extraña’ de los datos sensoriales: ¿qué clase de entidad 1 es un dato sensorial?, ¿es una entidad privada?, ¿es una entidad fugaz?, ¿dónde está?, ¿cuáles son sus propiedades?,... Aquí no nos vamos a ocupar de esas cuestiones. Lo que vamos a presentar es un argumento debido a Austin que pretende criticar TDS a partir de consideraciones relacionadas con el significado de las expresiones de sensación/percepción. Arriba hemos presentado las razones que parece esgrimir el partidario de TDS. Esas razones parece asumir la siguiente tesis: cuando estoy alucinando, y digo que veo una manzana, parece ser que digo algo verdadero, aun cuando no exista tal manzana. El verbo ‘ver’ tiene en ese caso un significado distinto al que tiene en los casos de percepción verídica, donde ‘veo una manzana’ es un enunciado verdadero si hay realmente una manzana que yo veo. Así pues, ‘ver ‘ es un verbo ambiguo, ya que tiene condiciones de verdad distintas en los casos de sensación/percepción verídica y no verídica. En cualquier caso, parece que el partidario de TDS da prioridad a las situaciones de sensación/percepción no verídica, ya que en estas situaciones el quehacer del dato del sentido es transparente: el dato del sentido es eso que vemos a pesar de que no existe el objeto que decimos que vemos. En definitiva, parece que la estrategia seguida por el partidario de TDS para justificar dicha teoría se funda en una supuesta ambigüedad lingüística de los verbos de sensación/percepción. Austin no acepta esta estrategia. Para ello propone un argumento que debilita la estrategia del partidario de TDS, y propone otra forma de interpretar los hechos correspondientes a sensaciones/percepciones verídicas y no verídicas. 2. Descripción analítica del argumento Este argumento pretende mostrar que esa idea del doble significado no parece muy natural, ni tan siquiera para el que la propone. 2 Primera premisa: Si el verbo ‘ver’ es ambiguo en función del contexto (es decir, en función de que el contexto o la situación sea de sensación/percepción verídica o no), parece que no hay ninguna razón que impida considerar ambiguos los verbos ‘matar’, ‘comer’, ‘cocinar’, etc. Yo puedo estar alucinando, y creer que estoy matando al vecino (aunque en realidad no mato a nadie), o que estoy comiendo una langosta, o que... Es decir, si el verbo ‘ver’ es ambiguo, por las mismas razones podemos decir que todo verbo puede serlo. Segunda premisa: no parece que consideremos ninguna ambigüedad con respecto a esos verbos. Conclusión: El verbo ‘ver’ no es ambiguo. El argumento tiene la forma de un Modus Tollens. 3. Comentarios sobre el argumento (i) El argumento de arriba no es un argumento que derrumbe TDS. Más bien muestra que algunas asunciones lingüísticas que se hacen para justificar TDS son muy débiles. (ii) Ahora se trataría de explicar cuál es el significado de ‘veo una manzana’ cuando estoy alucinando. Mientras que el partidario de TDS defendería que ese enunciado dice en algún sentido (del verbo ‘ver’) algo verdadero, su rival podría replicar afirmando que dicho enunciado es falso (en el contexto de una sensación/percepción no verídica). Para el oponente, el verbo ‘ver’ tendría un 3 significado único y ‘veo una manzana’ significa que estoy viendo una manzana que existe. Por lo que dicho enunciado en el caso de la alucinación expresaría algo que es falso. Pero entonces, ¿por qué digo que estoy viendo una manzana, cuando (en el contexto de la alucinación) tal proposición es falsa? Parece que en algún sentido decimos algo verdadero, pero esto podría explicarse sin recurrir a teorías del doble significado.. Una explicación, con la que quizás Austin simpatizaría, pasaría por distinguir entre lo que un enunciado significa literalmente y lo que el hablante quiere significar cuando usa dicho enunciado en determinado contexto. Mediante esta estrategia, los casos de percepción verídica (es decir, cuando ‘veo una manzana’ es verdadero) se colocarían en el núcleo de la explicación y los casos de percepción no verídica serían, por decirlo así, excepciones que explicaríamos a partir del caso central y asumiendo que ‘ver’ significa únicamente lo que significa en el caso de la percepción verídica: la verdad de ‘veo una manzana’ implica que hay una manzana. Contrariamente, en el caso del partidario de TDS, son los casos de percepción no verídica los que tienen prioridad: lo que vemos, en un sentido primigenio de ‘ver’, es el dato del sentido. Esto es obvio en los casos de alucinación. ¿Cuál es el camino más natural? Parece que lo natural es explicar lo que queremos decir al afirmar ‘veo una manzana’ en un caso de alucinación a partir del significado literal de ‘ver’ en los contextos normales. El partidario de TDS, quizá por motivaciones epistemológicas, ha optado por un camino que choca con el uso natural (o literal) de las palabras. El precio pagado es, pues, muy alto. Ese es el mensaje de Austin. 4. Bibliografía básica Texto fundamental: 4 Austin, J.L. (1964), Sense and Sensibilia. Oxford: Oxford University Press. Austin critica TDS tal y como dicha teoría se propone en Ayer (1940). Otras referencias: Ayer, A.J. (1940), The Foundations of Empirical Knowledge. New York: Macmillan. 5