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ÚLTIMAS NOTICIAS 23-12-2006
BPS: pasos redoblados tras
una economía más formal
En los últimos días, se han divulgado noticias del Banco de Previsión
Social que no solo implican un progreso para las arcas del organismo,
sino un paso adelante para toda la economía del país. Es que, tanto a
través de una ley que favoreció la regularización de las afiliaciones,
como de un redoblado esfuerzo inspectivo, se ganaron en 5 meses
80.000 nuevos aportantes y, en la perspectiva nacional, otros tantos
trabajadores que se suman a la economía formal.
Llegan desde el Banco de Previsión Social buenas noticias para toda
la economía del país. Es que en una reciente rueda de prensa, las
autoridades del organismo dieron cuenta de un sustancial aumento
de los afiliados cotizantes, ocurrido en especial a partir de la
regularización de miles de trabajadores que anteriormente se
desempeñaban en la economía informal.
Más allá del efecto directo de esta regularización sobre las arcas del
banco, el hecho es importante para la economía en su conjunto. La
actividad informal y el trabajo en negro afectan al Estado en todos los
terrenos y crean distorsiones en la competencia, particularmente
desalentadoras para quienes trabajan en estricto cumplimiento de sus
obligaciones con la sociedad. Hace muchos años que el fenómeno del
informalismo es motivo de intensa preocupación. Y pese a muchos
esfuerzos, hasta ahora no resultaba claro que se hubieran alcanzado
resultados positivos sustanciales en el combate de tan onerosa
desviación. Que, justo es decirlo, parece ser una nota común en las
sociedades del continente, aquejadas en su mayoría por altos índices
de informalismo.
Entre las informaciones divulgadas por el BPS a través de Ernesto
Murro, presidente de su directorio, la más llamativa señala que en los
últimos cinco meses el banco ganó 80.000 cotizantes. En una parte
menor, situada en el entorno del 25%, el aumento responde a la
incorporación a la actividad económica de nuevos trabajadores. Pero
el caudal sustancial de las afiliaciones es el resultado de la
regularización de asalariados que se desempeñaban en “negro”,
privándose de los beneficios de la seguridad social y desposeyendo a
la sociedad de los aportes que sostienen tales prestaciones. No es
para nada un dato menor, en especial si se tiene en cuenta que el
total de afiliados al BPS es hoy de 1.120.000 trabajadores. Valor que
también refleja un importante mejoramiento, ya que al asumir las
nuevas autoridades en marzo de 2005 se contabilizaban 970.000. Es
de señalar que las nuevas cifras de cotizantes ya se equiparan a las
que fueron históricamente las mejores, logradas en 1998 y 1999,
antes de que la devaluación brasileña marcara el comienzo de una
etapa de retrocesos y, finalmente, de grave crisis económica.
El progreso experimentado en la regularización de afiliaciones, según
lo expuesto por las autoridades del banco, obedeció en buena medida
a las oportunidades que brindó la llamada Ley de inclusión,
regularización y beneficios para los buenos pagadores, que en los
primeros cinco meses de vigencia resultó en la firma de unos 24.000
convenios con 10.000 empresas.
Pero otro aspecto sustantivo de los buenos resultados en materia de
cotizantes resulta de los nuevos modos de actuación del personal
inspectivo, que realiza un redoblado esfuerzo con instrucciones que
apuntan a abarcar todas las empresas y no solamente las más
grandes o significativas. Las autoridades del banco indicaron a la
prensa que las actuaciones de inspección prácticamente se
multiplicaron por dos sobre las que se efectuaban en 2004, y al cierre
de 2006 llegarán a ser 26.000.
Entre los logros recientes también se señala la afiliación de 45.000
empleadas domésticas y un incremento del 50% de quienes realizan
aportes como trabajadores de la construcción, aspectos todos que
contribuyeron a consolidar el señalado acrecimiento en la cartera de
afiliados.
Según lo señalábamos más arriba, todos estos aspectos, siendo tan
importantes para la gestión del banco, trascienden la perspectiva de
la institución y hablan de un fenómeno de formalización que tiene
una importancia muy grande para el desarrollo de la actividad
económica nacional. Estas columnas se han hecho eco muchas veces
de la preocupación empresaria por la competencia desleal que resulta
del trabajo en negro, claramente justificada en varios ámbitos de la
actividad comercial e industrial. Este es un flagelo para la economía y
un factor de desaliento de la inversión, porque en sectores donde
impera el informalismo resulta muy difícil que empresarios serios
encaren proyectos de importancia, renueven sus propios recursos
industriales o se sientan dispuestos a tomar personal o ajustar al alza
los niveles de retribución de sus funcionarios.
De allí que las noticias que llegan del BPS, que en el año próximo
tendrá sobre sus espaldas buena parte del esfuerzo recaudador
vinculado con el establecimiento del Impuesto a la Renta, sean muy
favorables para la economía de un país que debe seguir multiplicando
los esfuerzos para que todos los trabajadores y todas las empresas
hagan sus aportes al sistema de seguridad social. Y figuren a todos
los efectos como jugadores legítimos en el más amplio campo de una
economía en la que se juega la prosperidad del país y su gente.