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Luis Alonso OMICRON 2 ERIDANI lega el invierno y el cielo nocturno nos invade de numerosas tentaciones en donde perder nuestras miradas. Pocas veces, por no decir casi ninguna, dirigimos nuestro telescopio hacia el Erídano, una pobre zona del cielo que abarca desde la estrella Achernar próxima a la Constelación de Phoenix y que se desplaza como un largo y sinuoso río (algunos dijeron que se trataba de Tigris, unos del Éufrates, otros que el Nilo y Homero la bautizó como “corriente oceánica”) hasta los pies de nuestra bien conocida Rigel en la Constelación de Orión. Sin embargo, en ocasiones, el firmamento nos esconde agradables sorpresas como es el caso de este artículo. Hablamos de la estrella Omicron 2 Eridani (AR: 4h 15m 16s, DEC: –7º 39’ 38’’), también conocida como 40 Eridani o como Keid, termino derivado del árabe “Al Kaid” (la cáscara de huevo) ya que a la vecina Omicron 1, ahora Beid, la bautizaron como “Al Baid” (el huevo). Descubierta por William Herschel, Omicron 2 Eridani es una estrella anaranjada de magnitud 4,4 similar en L 52 Neomenia tamaño a nuestro Sol cuya clase espectral es K1 y esta situada a unos 16 años luz. En principio podemos pensar que se trata de una estrella más, pero pronto nos daremos cuenta de que esto no es así; relativamente cerca de unos 83’’ de arco se encuentra una enana blanca de magnitud 9,5 (a la que llamaremos B) y junto a esta ultima y a tan solo a unos 9’’ de separación (en 1961 era de 7,6”) descubrimos la existencia de una enana roja de magnitud 11 (a la que llamaremos C). Mientras que B-C se trata claramente de un sistema doble, parece ser que A (Omicron 2 Eri) acompaña a las otras dos estrellas en su viaje por el espacio formando un trío singular. El sistema muestra una velocidad radial de unos 40 km/s, lo cual supone un movimiento anual de aproximadamente 4’’, adquiriendo si cabe aun más atractivo para el observador aficionado. Keid tiene un 35% de la luminosidad del Sol, ¾ de la masa solar, un diámetro similar al de nuestra estrella y una temperatura aproximada de unos 5000º C. A una separación de 83” se encuentra, como ya he comentado antes, una de sus compañeras de viaje Keid B (40 Eridani B) con un AP de 213º y una magnitud de 9,5. En 1844, Bessel descubrió que Sirio de tipo espectral A tenía un movimiento propio irregular. Su invisible acompañante tendría que ser muy masivo y Primer trimestre 2009 la explicación de su existencia aparte de sus estudios precisos y exactos sobre la estructura de las enanas blancas a cargo del físico indio S. Chandrasekhar, le valió a este, el premio Nobel. Pero en 1910 el astrónomo estadounidense Henry Norris Russell descubrió la existencia de una estrella aislada de tipo espectral A muy caliente, pero de una luminosidad inferior a 10 magnitudes a otras estrellas del mismo tipo espectral situadas en la Secuencia Principal. Se trataba de 40 Eridani B la primera enana blanca identificada como tal (una enana blanca es en realidad el resto de una estrella similar a nuestro sol). Nos encontramos pues, ante una estrella muy especial, una de las pocas enanas blancas que se pueden observar con telescopios de poca abertura. Esta enana blanca con un 0,0034 de la luminosidad del Sol, un 0,019 de su diámetro y un 50% de la masa solar, posee un espectro DA y una extraordinaria densidad. Pero aquí no acaban las sorpresas. Orbitando con esta, cada 252 años aproximadamente y a unos 9’’ de arco se encuentra una enana roja con un AP respecto a la enana blanca de 337º y un espectro M4.5. Esta enana roja es una flare Star (variable eruptiva) de magnitud 11, similar en diámetro a la anterior pero con una masa 0,20 solar, aunque curiosamente la luminosidad de las dos estrellas es comparable. La distancia mínima en la orbita de ambas es de unas 21 UA (la distancia de Urano al Sol) y la máxima es de aproximadamente 49 UA con un movimiento orbital retrogrado, es decir en recesión. Tenemos pues ante nosotros, una estrella (A) que se desplaza con un movimiento anual de 4’’ junto con un par curioso que orbita entre si cada 251 años con un movimiento retrogrado. Pero si no tuviese suficiente encanto este trío para el observador, Omicron 2 Eridani se ha convertido en una de las estrellas objetivo de la NASA previstas en el Buscador de Planetas Terrestres de la Nasa, T.P.F. (Terrestre Planet Finder). Distintos Observatorios estudiaran la posibilidad de formación de planetas fuera de nuestro Sistema Solar a partir de los discos de polvo y gas en torno a ciertas estrellas y su posible idoneidad para la vida (agua liquida y oxigeno), excluyendo a soles extremos, demasiado jóvenes o dema- Magnitud absoluta Luminosidad (LSun) Espectro Vmag Omicron2 Eridani A 5,92 0,372 K1 4,43 Omicron2 Eridani B 11,01 0,00342 DA 9,52 Omicron2 Eridani C 12,68 0.000735 M4.5 11,19 Nombre N.º 26 (1/09) siado viejos, que tengan una rotación muy rápida o variables en su brillo. Margaret Turnball, astrónoma de la Institución Carnegie en Washington desarrolló una amplia investigación para averiguar estrellas cercanas que podrían contar con zonas de habitabilidad (vida primitiva o avanzada) y 40 Eridani A estaba entre las candidatas para ello, presentando su lista en el Congreso Anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia. En este proyecto se verán involucrados seis telescopios espaciales. Sobre el año 2014 se lanzará un coronógrafo de luz visible y hacia 2020 será lanzada una formación en vuelo de interferómetros de infrarrojos. Busquemos pues, este invierno, una despejada noche y un aceptable cielo. Con un telescopio de no mucha abertura a buenos aumentos podremos “cazar” a esta peculiar estrella que camina fiel al lado de este curioso par doble de enanas, cuyo delicado trío se esconde en la Constelación de Eridano a los pies del Gran Cazador Orión, que las observa silencioso en las sombras de la noche. Neomenia 53