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emergencias o R G N A L E s SEUDONEUMOTÓRAX. A PROPÓSITO DE UN CASO DE BULLA PULMONAR GIGANTE L. Pereira García, P. Rupérez Arribas, F. García Olives, P. Bustos Yuste Servicios de Urgencias y de Cirugía General. Hospital del INSALUD Virgen de Monte Toro. Menorca (Baleares). En determinadas condiciones una bulla pulmonar gigante puede simular la imagen radiológica de un neumotórax espontáneo. La forma del muñón pulmonar residual, diferente en ambos procesos, la ausencia de restos parenquimatosos en el espacio aéreo del neumotórax frente a su presencia ocasional en el seno de las bullas y el incremento del neumotórax en las radiografías espiratorias, son datos que orientan el diagnóstico diferencial. Introducción En los servicios de Urgencias se atiende con relati va frecuencia a pacientes con neumotórax espontáneo. Su estudio radiográfico buscando la hiperclaridad pul monar correspondiente al acúmulo de aire en la cavi dad pleural, es sensible y discriminativo, y general mente resulta concluyente para llegar al diagnóstico. Sin embargo, existen otros procesos que también cur san con hiperclaridad pulmonar en las radiografías to rácicas, ofreciendo imágenes que sin el adecuado diag nóstico diferencial, podrían atribuirse a la existencia de una neumotórax '. Presentamos un caso de bulla pulmonar gigante que ocupaba la totalidad del hemitórax izquierdo, colap sando completamente el pulmón y simulando un neu motórax completo. Caso clínico Varón de 33 años, en tratamiento por ulcus péptico, fumador de 30 cigarrillos/día, con episodios de disnea a grandes esfuerzos duran te los tres últimos mese�. Fue atendido por presentar disnea a esfuerzos moderados, dolor inspiratorio en cara lateral del hemitórax izquierdo, y tos no produc tiva en las últimas 24 horas. Al ser explorado no presentaba cianosis, realizaba 20 resp./min. y existía moderada disnea de reposo que em peoraba ligeramente en decúbito. Se apreciaba ausencia de ruidos ventilatorios y aumento de la resonancia en el hemitórax izquierdo. El paciente permanecía afebril, con TA de 120170 mmHg. y pulso de 95 latidos rítmicos/mino El hemograma y la bioquímica hemática eran normales. Gasometría: pH 7,43, pOI 70,1 mmHg, pCOl 36,6. mmHg, COJH 25,9 mmol/L. La RX frontal de tórax (Fig. 1) mostra ba hiperclaridad con ausencia de parénquima en todo el campo pul monar izquierdo, a excepción de un reducido muñón pulmonar, y li gera desviación derecha del mediastino. No se apreciaban signos en fisematosos ni la existencia de bullas y se estimó inicialmente como correspondiente a un neumotórax izquierdo completo sin tensión. Se inseI1ó un tubo de aspiración pleural conectado a un sistema de aspiración-sellado bajo agua, sin obtener remisión de la sintomatolo gía ni modificaciones en los controles radiográficos. La reevaluación del paciente condujo al diagnóstico de bulla pulmonar gigante. Tras completar su estudio preoperatorio en el servicio de cirugía torácica de referencia, se realizó toracostomía izquierda y exéresis de una bu lla gigante en el lóbulo superior izquierdo, empleando una grapadora TA 90. Se electrocoagularon otras pequeñas bullas subpleurales y se realizó pleurodesis. En una radiografía postoperatoria de control se aprecia reexpansión del pulmón izquierdo, observándose la sutura metálica de la grapadora en su lóbulo superior (Fig. 2). En la actua lidad el paciente permanece asintomático y realiza una actividad nor mal. Comentario Correspondencia: Luis Pereira García. Servicio de Cirugía. Hospital del Rey. Risco de San Francisco s/n. 35071 Las Palmas de Gran Canaria (Las Palmas). 204 Se conocen diversos procesos que cursan con hiper claridad pulmonar unilateral en los estudios radioló gicos del tórax, produciendo confusión diagnóstica Emergencias. Vol. 4, Núm. 5, Septiembre-Octubre 1992 con el neumotórax espontáneo. Originando estos «seudoneumotórax» se han descrito algunas causas ex trapulmonares, generalmente anecdóticas, como la distensión de vísceras huecas abdominales en el inte rior de la cavidad torácica (enterotórax). Su presencia allí se explica por herniación tras una rotura diafrag mática, o como sustitutos esofágicos tras una esofa guectomía 2.3. Pero en la mayoría de las ocasiones, estos falsos neu motórax se deben a alteraciones del propio parénqui ma pulmonar que cursan con formación de cavidades Fig. 1. Radiografía torácica obtenida al ingreso del pa ciente, mostrando hiperclaridad con ausencia de parén quima en la totalidad del hemitórax izquierdo y des plazamiento del mediastino hacia el lado derecho. Fig. 2. Radiografí'a postoperatoria. Se observa reexpall sión del pulmón izquierdo. En su lóbulo superior se ob serva la linea de grapas metálicas empleadas en la re sección de la bulla (flechas). y atrapamiento de aire en su interior. Puede tratarse de anomalías congénitas como el enfisema lobar, los quistes broncogénicos o adenomatosos y el pulmón hi perclaro unilateral, o bien de enfermedades adquiri das como el neumatocele, las bullas enfisematosas o más frecuentemente, la enfermedad bullosa del pul món. Ocasionalmente. estas cavidades aéreas pueden alcanzar un gran tamaño, ocupando parcial o total mente un hemitórax y planteando problemas para di ferenciarlas de un neumotórax4, 5. 6. Aunque se trata de entidades diferentes, algunos au tores asimilan la enfermedad bullosa de pulmón, de etiología imprecisa, con el enfisema bulloso 7.8. Los cambios degenerativos parenquitomatosos que se pro ducen en ambos procesos, pueden conducir a la for mación de dilataciones no epitelializadas de el espa cio aéreo. Cuando su diámetro es mayor de un centí metro se denominan bullas. Suelen ser múltiples y en la enfermedad bullosa predominan en las zonas api cales. En su evolución, las bullas pueden permanecer estables y silentes o bien manifestarse clínicamente por diversas complicaciones. Además de sobreinfec ción, herniación extrator:icica, hemorragia y rotura con formación de neumotórax, algunas bullas y espe cialmente las subpleurales (tipo 1 de Raid), aumentan de tamaño progresivamente, comprimen el parénqui ma circundante y alcanzan grandes dimensiones. En ocasiones llegan a ocupar la totalidad del hemitórax tras colapsar totalmente el pulmón afectado, como ocurrió en el caso que presentamos. Esta sustitución del parénquima por un gran espacio aéreo, produce unos signos físicos y unas imágenes radiológicas su gestivas de neumptórax7. 9. 10. 11. La distinción entre la bulla gigante y el neumotórax unilateral completo no se presta a confusión si existen antecedentes de traumatismo severo o en caso de neu motórax a tensión, pues las manifestaciones clínicas del paciente suelen ser reveladoras y difícilmente atri buibles a un compromiso de espacio debido al progre sivo crecimiento de una bulla. En cambio, puede resultar dificultoso diferenciar un neumotórax espontáneo completo de una bulla de gran tamaño: El colapso pulmonar existente ofrece una exploración física similar en ambos casos y la exis tencia de sintomatología respiratoria previa, como la referida por nuestro paciente, podría sugerir el progre sivo desarrollo de una bulla, ya que el neumotórax es pontáneo tiende a instaurarse de forma aguda. Sin em bargo, ambos procesos no son excluyentes y pudiendo ser simultáneos cuando la rotura de una formación bu llosa produce entrada de aire en la cavidad pleural. L. Pereira García el al.-$eudoneumoiórax 205 33 34 Fig. 3. IlIlugcl/ radiográfica del helllilórax i::quierdo correspondiente al momento del ingreso del paciente. Muestra hiperclaridad en la práctica totalidad del cam po pulmonar, sin ningún resto parenquimatoso eviden te. El muñón pulmonar, desplazado y comprimido por la bulla, aparece como una estructura laminar (flechas) aplicada al mediastino y al diafragma. El ángulo cos tofrénico está ocupado. Estas imágenes son caracteris ticas de este proceso. Al valorar el estudio radiológico, la presencia de sig nos enfisematosos o de otras formaciones bullosas no permite descartar un neumotórax y atribuir la hiper clariad pulmonar a una gran bulla. Como se ha visto, ambos procesos pueden coexistir y, de hecho, hasta un 20 % de los neumotórax presentan bullas en la radio grafía torácica 12. Hay sin embargo algunas imágenes radiográficas que resultan útiles para realizar el diagnóstico diferen cial (Fig. 3): Por una parte, el aspecto del pulmón colapsado re sulta distinto en ambos casos. Tanto en el neumotó rax como en la bulla gigante, aparece una hiperclari dad en el hemitórax afectado, situándose el muñón pulmonar adyacente al mediastino. En el primer caso, al desaparecer la presión pleural negativa el pulmón se retrae, pero su elasticidad permite mantener una forma similar a la original. En cambio, el pulmón co206 lapsado por el progresivo crecimiento de una bulla muestra un muñón comprimido contra la pared me dial del hemitórax, con prolongaciones laminares que siguen el contorno mediastínico y diafragmático, lle gando a ocupar el ángulo costofrénico. Este aparece bien definido en el neumotórax espontáneo a menos que exista derrame pleural asociado. Otra imágen útil es la de los restos septales que pue den aparecer en la radiografía de una bulla como for maciones lineales en su espacio aéreo, contrastando con la total ausencia de estructuras parenguimatosas pulmonares en el estudio de un neumotórax. Unica mente la existencia de adherencias pleuropulmonares que resistan la retracción pulmonar del neumotórax sin desgarrarse, puede producir imágenes similares a las de dichos septales. Por último podría resultar de utilidad el aumento de la magnitud del neumotórax en la espiración, aun que resulta difícil de valorar en el caso de que éste sea completo 4,13. La realización de un TAC torácico, que se comple menta con la valoración angiográfica y gammagráfica del pulmón si es preciso, confirma el diagnóstico y pro porciona información sobre el tamaño y las relaciones anatómicas de la posible bulla, así como del estado del parénquima pulmonar adyacente 7. Aunque se ha propuesto la punción de las bullas gi gantes para establecer succión y drenaje en pacientes seleccionadosl4, IS, el tratamiento establecido para una bulla de gran tamaño con un parénquima pulmonar adyacente funcionalmente recuperable y en ausencia de infección local, es la resección. Con ella se obtiene usualmente la recuperación estructural y funcional del pulmón afectado, incluso tras prolongados períodos de comprensión 11,16,17. Bibliografía 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. Sánchez Alvarez-Pedrosa e. Diagnóstico por la imagen. la Ed. Madrid, Ed. lnteramericana, 1987; 201-225. Wiencek RG, Wilson RF, Steiger Z. Acute injuries ofthe diaph· ragm. An analysis of165 cases. 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