Download debate económico internacional - Banco Central de la República
Document related concepts
Transcript
DEBATE ECONÓMICO INTERNACIONAL DEPARTAMENTO INTERNACIONAL ¿CUAL ES EL PROBLEMA CON EL DEFICIT COMERCIAL EN EE.UU.? bancentral.gov.do contactos: v.garcia@bancentral.gov.do juan.garcia@bancentral.gov.do MIERCOLES 17 DE MAYO, 2017 REUNIONES DE PRIMAVERA: ENTRE EL OPTIMISMO Y LA CAUTELA BancoCentralRD Nota: Las opiniones expresadas por los analistas, no necesariamente representan la opinión y/o prácticas del Banco Central de la República Dominicana y de sus autoridades. ¿CUAL ES EL PROBLEMA CON EL DEFICIT COMERCIAL EN EE.UU.? MARTIN FELDSTEIN Profesor de Economía en la Universidad de Harvard y Presidente Emérito del National Bureau of Economic Research en Estados Unidos. Ex Jefe de Consejo de Asesores Económicos durante la Administración Reagan (1982-1984) (Español) Verdades inconvenientes sobre el déficit comercial estadounidense. Estados Unidos tiene un déficit comercial de alrededor de US$450 mil millones, o del 2.5% de su PIB. Eso significa que los estadounidenses importan US$450 mil millones de bienes y servicios más de lo que exportan al resto del mundo. ¿Cómo se explica el enorme déficit que año tras año tiene EE.UU.?. Es fácil culpar del gran déficit comercial a los gobiernos extranjeros que bloquean la venta de productos estadounidenses en sus mercados y subsidian las exportaciones, lo que perjudica a las empresas estadounidenses y reduce el nivel de vida de sus empleados. Pero, las barreras de importación y las subvenciones a las exportaciones no son la razón del déficit comercial de Estados Unidos. La verdadera razón es que los estadounidenses están gastando más de lo que producen. Los expertos en comercio estiman que para reducir el déficit comercial estadounidense, como espera la actual administración Trump, en un 1% del PIB se requiere que los precios de las exportaciones disminuyan en un 10% o que los precios de las importaciones aumenten en un 10%. Sin embargo, como las exportaciones y las importaciones estadounidenses se encuentran en un nivel igual al 15% y al 12% del PIB, respectivamente, una disminución del 10% en los precios de las exportaciones reduciría el ingreso real promedio (ajustado a la inflación) en un 1.5%, mientras que un aumento del 10% en los precios de las importaciones reduciría los ingresos reales en un 1. 2% adicional. JEFFREY SACHS Escritor y Profesor de Desarrollo Sostenible en la Universidad de Columbia. Director del programa Red de Soluciones al Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. (Español) ¿Desatará una guerra comercial el analfabetismo económico?. Ya luego de 100 días de la Administración Trump, su Secretario de Comercio sigue adelante con la falacia económica de que el déficit de cuenta corriente (o déficit comercial) norteamericano, que en realidad es el resultado de una tasa de ahorro baja y menguante de Estados Unidos, es un indicador de prácticas comerciales injustas por parte de Alemania y China, dos países con excedente de cuenta corriente. Su ignorancia económica podría acabar siendo un desastre. No es difícil ver por qué Estados Unidos tiene déficits de cuenta corriente crónicos. La tasa de ahorro nacional de Estados Unidos (la suma del ahorro privado más el ahorro gubernamental, medida como un porcentaje del INB) ha decaído marcadamente durante los últimos 30 años. La mayor parte de la caída en la tasa de ahorro de Estados Unidos se debe a una caída en la tasa de ahorro gubernamental. PETER NAVARRO Doctor en Economía de la Universidad de Harvard y Profesor en la Universidad de California-Irvine. Actual Director del Consejo Nacional del Comercio en la Administración Trump. (Inglés) ¿Porqué se preocupa la Casa Blanca por el déficit comercial estadounidense?. ¿Son importantes los déficits comerciales? La pregunta es relevante, ya que el déficit comercial en bienes de los Estados Unidos es grande y persistente, cerca de US$ 2 mil millones cada día. El argumento económico que el déficit comercial importa se plantea con la observación de que el crecimiento del PIB real depende de sólo cuatro factores: el consumo, el gasto público, la inversión privada y las exportaciones netas (la diferencia entre exportaciones e importaciones). La reducción de un déficit comercial a través de difíciles, pero inteligentes, negociaciones es una manera de aumentar las exportaciones netas y , así, aumentar la tasa de crecimiento económico. El argumento de que el déficit comercial adquiere un matiz importante para la seguridad nacional se formula con la siguiente identidad contable: Cualquier déficit en la cuenta corriente causada por el desequilibrio comercial debe ser compensado por un superávit en la cuenta de capital, es decir, inversión extranjera extranjera hacia los EE.UU. A corto plazo, este equilibrio en la balanza de pagos puede ser benigno, al ser las empresas ó personas extranjeras (no residentes) que traen de vuelta nuestros dólares dedicados a cubrir el déficit comercial mediante la inversión en bonos y acciones de Estados Unidos y, tal vez, mediante la construcción de nuevas empresas. El ingreso de capital excedente mantiene los tipos hipotecarios más bajos, el mercado de valores capitalizado en abundancia y los estadounidenses con mejores empleos. Pero mantener déficits comerciales holgados y permanentes también facilita un patrón de transferencias de las riquezas fuera de nuestras fronteras. Warren Buffett se refiere a esto como “la conquista por compra” y advierte de que los extranjeros con el tiempo tendrán en su poder tanto patrimonio y activos en los EE.UU. que los estadounidenses terminan trabajando más horas sólo para comer y pagar la deuda con los extranjeros. A gran parte de la mayoría de los economistas y ejecutivos de Wall Street simplemente no les importa esto. Pero parafraseando a Mike Pence en la campaña electoral de 2016, “la gente de Fort Wayne lo saben más”. Es por eso que, por razones económicas y de seguridad nacional, es importante traer de vuelta el comercio de los Estados Unidos a un nuevo balance (a través de un comercio libre, justo y recíproco a la vez). REUNIONES DE PRIMAVERA: ENTRE EL OPTIMISMO Y LA CAUTELA CARMEN REINHART Profesora de Sistemas Financieros Internacionales en la Kennedy School of Government de la Universidad de Harvard. VINCENT REINHART Economista en Jefe de la gestora de activos Standish Mellon. (Inglés) ¿Una falsa primavera en las reuniones de Primavera?. Cada año, burócratas de todas partes se dan cita en Washington para las reuniones anuales de primavera del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, donde intercambian información sobre sus respectivas economías y sus proyecciones de políticas públicas. Esta vez, las rondas fueron bastante positivas. De acuerdo al FMI, según se informa en las Perspectivas de la Economía Mundial (WEO, por sus siglas en ingles), el PIB real de la economía debería expandirse en un 2% para las economías avanzadas correspondiente a éste año y el próximo. Esto llevará a la tasa de desempleo por debajo del 6% (no muy diferente de su nivel antes de la crisis financiera de 2008), la deflación sólo se observa ahora en el espejo retrovisor, ya que el incremento de precios al consumidor se sitúa en torno al 2%, meta implícita en la mayoría de los principales bancos centrales. Pero como todo residente en Nueva Inglaterra sabe, “las lluvias de abril no siempre traen las flores de mayo, a veces también traen más lluvias e inundaciones”. La aceleración de la actividad económica puede suscitar esperanzas en las autoridades, pero ciertos indicadores también son importantes. En Europa, el crecimiento real del PIB ha sido apenas positivo, en promedio, desde la crisis financiera, y su nivel en 2016 fue aproximadamente un 20% inferior a lo previsto para el crecimiento de diez años en el período 1997-2007. Sin lugar a dudas, es la recuperación desde una crisis financiera más lenta en dos siglos. Y la agregación oculta una multitud de problemas: Grecia e Italia, por ejemplo, no recuperarán su nivel de PIB real per cápita pre-crisis dentro del período de previsión del WEO, que se extiende hasta 2022. Ciertamente, hay margen para la decepción dentro de las economías avanzadas, considerando que la deuda bruta del gobierno general ronda el 106% del PIB nominal y los déficit fiscales se expanden más allá del horizonte de pronóstico. El equilibrio presupuestario en economías avanzadas sólo se hace más difícil a medida que los bancos centrales normalizan su política monetaria, incluso si las tasas de interés no se colocan completamente a sus niveles previos a la crisis. Bajo éstas circunstancias, ¿tomarán las autoridades las medidas necesarias para pasar de la estabilización a la recuperación sostenida?. KEMAL DERVIS Ex Ministro de Asuntos Económicos de Turquía y Ex Jefe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). (Español) El optimismo económico tiene un límite. La reunión anual de abril del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional coincidió con un panorama económico mundial más prometedor que el que tuvimos por bastante tiempo. Las instituciones financieras internacionales (y también muchos actores del sector privado) pronostican para este año un crecimiento considerablemente mayor al de 2016. ¿Se justifica esta visión esperanzada?. Hasta hace poco, la mayoría de los indicadores macroeconómicos obligaban una y otra vez a rebajar los pronósticos de crecimiento. Ahora parece suceder lo contrario. El reciente informe de Perspectivas de la Economía Mundial (WEO, por sus siglas en inglés) del FMI elevó el crecimiento del PIB mundial previsto para 2017 de 3.4% a 3.5% (la cifra estimada para 2016 fue 3.1%). Descifrar los diversos componentes de estas proyecciones (de los datos nuevos a las hipótesis de los pronosticadores) sería arduo. Pero cualquiera sea la razón de su optimismo, también hay buenos motivos para la cautela, especialmente en el mediano a largo plazo. El resultado del referendo por el Brexit en el Reino Unido y la elección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos habían generado temor a un desastre económico. Pero hasta ahora, nada de esto trajo consecuencias económicas particularmente graves. Por el contrario, la confianza de los mercados sigue en alto, impulsando expectativas de más inversión y consumo. A pesar de esto, el crecimiento mundial aún es vulnerable a cuestiones todavía no resueltas (que causaron las revisiones a la baja de los pronósticos previos). Una de esas cuestiones es el menor crecimiento de la productividad, que estas dos últimas décadas frenó en mayor o menor medida el desempeño económico mundial, sin señal de cambio a la vista. Otra es la desigualdad económica, que en general parece estar agravándose. La mayoría de los economistas coinciden en que el crecimiento a largo plazo sólo estará asegurado si es a la vez sostenible e inclusivo. Es decir, para que la economía mundial haga realidad su potencial de crecimiento (lo que implicaría unas tasas de, por ejemplo, 2.5 al 3% en Estados Unidos y Europa, y entre 5 y 6% en las economías emergentes) hay que revertir algunas de las tendencias actuales más fuertes. No estoy diciendo que los pronósticos de crecimiento del PIB para 2017 resultarán errados para el Fondo Monetario Internacional ó el Banco Mundial. Por el contrario, es posible que este año la economía mundial crezca más que lo esperado, y que a mitad de año los pronósticos vuelvan a revisarse al alza.