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HINDUISMO Wenceslao Calvo (13-07-2011) © No se permite la reproducción o copia de este material sin la autorización expresa del autor. Es propiedad de Iglesia Evangélica Pueblo Nuevo HINDUISMO Hinduismo es el nombre aplicado al desarrollo post-búdico de la nativa religión de la India. Mahabarata y Puranas Krishna Siva El hinduismo actual y el movimiento unitario Damas conversando, detalle de un manuscrito del Mahabarata, 1516 Mahabarata y Puranas. La elasticidad del brahmanismo, que le permitió sobrevivir a los ataques del panteísmo de los Upanishads, también le capacitó para resistir los asaltos de los grandes líderes heréticos Buda y Mahavira. El decadente poder de los antiguos dioses y el surgimiento de una hueste de nuevas divinidades no se debieron a ninguna influencia de Buda o Mahavira, sino que fue el resultado del contacto con tribus aborígenes no arias. El antiguo hinduismo halla su principal monumento literario en la gran épica de la India, el Mahabarata. Este poema, cuya composición probablemente duró desde el siglo cuarto o quinto a. C. hasta el año 500 d. C., muestra una nueva fuerza como la característica predominante de la religión de la India. Es el ascetismo o la auto-inmolación, que influye en todos los poderes del cielo y la tierra. De ahí ha surgido la peculiar clase india de los faquires, mendigos religiosos profesionales que representan el lado grotesco y estrafalario del ascetismo. El único elemento del ascetismo que se necesita para obtener la distinción de faquir es la capacidad para resistir la tortura. Los dioses, para protegerse ellos mismos, envían frecuentemente ninfas celestiales para seducir a tales ascetas, al sentirse amenazadas las divinidades por el poder adquirido por el auto-castigo. Pero la verdadera religión hindú puede hallarse tanto entre los brahmanes como entre los ascetas y ermitaños que moran en las selvas más densas. Además del Mahabarata está el Ramayana, un poema esencialmente vishnuita, y los 18 poemas llamados Puranas, que son de fecha comparativamente tardía, habiendo siendo compuesto el último tal vez el año 1500 d. C. Al revés que la épica, que es no sectaria, los Puranas están escritos en honor de las deidades que forman los dioses epónimos de las dos grandes sectas hindúes que caracterizan ese período, habiendo sobrevivido como fuerza activa hasta el día actual. La mitología de esas épicas menores todavía aguarda una investigación y estudio completo, pues en los poemas yace una masa de leyendas de los dioses que representan el brahmanismo popular en un período posterior al del Mahabarata. Es necesario hacer una alusión a lo que es, para los occidentales, su más famoso episodio, el Bhagavadgita, la "Canción divina" del brahmanismo vishnuita. Antes de la gran batalla de Kurukshetra, que señala la culminación de la épica, el dios Vishnú, actuando como el auriga de Arjuna, se dirige al héroe en un himno proclamándose a sí mismo la única deidad. Se trata de la Upanishad del hinduismo, pero difiere de las antiguas Upanishads brahmánicas por su enseñanza de la salvación por la "fe amante" (bhakti). Aquí resuena la nota clave del sectarismo vishnuítico, que es actualmente el factor religioso más potente en la India. Krishna, avatar de Visnú, montado en un caballo tirando de Arjuna, héroe del Mahabarata. Ilustración del siglo XVII. Photos.com/Jupiterimages Krishna. Con la divinidad Vishnú está incorporada la humana Krishna y con la reverencia hacia lo divino está combinado el amor a lo humano, en un grado no conocido en ninguna otra religión salvo el cristianismo. Krishna, originalmente un héroe terrenal, se convierte en una encarnación del Dios supremo, estando el camino pavimentado para esta apoteosis por los avatares, o "descendientes" de la deidad en forma de pez, tortuga, jabalí, hombre-león, enano, "Rama con el hacha", "la luna Rama" (el héroe del Ramayana) y Krishna. Esta lista se extiende para incluir a Buda, cambiando de esta manera al oponente del brahmanismo en su amigo, y Kalki, el mesías del hinduismo. Según textos posteriores, los avatares son innumerables y los modernos vishnuitas incluyen a Jesús en la serie. Sin embargo, la gran encarnación es la de Krishna y alrededor suyo se han tejido incontables leyendas. Algunas de ellas muestran tan gran similitud con tradiciones sobre Cristo, especialmente en los apócrifos del Nuevo Testamento, que muchos eruditos antiguos procuraron trazar la influencia de las leyendas sobre Krishna en el cristianismo antiguo; pero actualmente se concede generalmente que esta idea es errónea. El lado oscuro del vishnuismo krisnaítico es su tendencia erótica, promovida en la mente popular por las aventuras de Krishna con las gopis, o doncellas pastoras. Shiva, señor de la danza Siva. Junto al vishnuismo se desarrolló la secta rival de los sivaítas. El sivaísmo es predominantemente la secta que impulsa las más crueles auto-torturas, aunque, por otro lado, está definida, en la denominado "adoración zurda" por salvajes orgías y todo tipo de excesos sexuales. El aspecto fálico del culto parece ser no ario. Es, por supuesto, una reminiscencia de los cultos de la fertilidad, personificados visualmente por una mujer desnuda que representa el sakti, o contraparte femenina, del principio masculino que aparece en el dios. El hinduismo actual y el movimiento unitario. La tendencia al monoteísmo, o más bien hacia el unitarismo, que es detectable en las últimas porciones del RigVeda y que aumenta gradualmente a través de los Upanishads y el sectarismo vishnuita, halla su culminación en el moderno unitarismo de la India. No es imposible que este movimiento fuera ayudado por el islamismo. En una novela histórica del siglo séptimo Bana describió al rey Harsha presidiendo una especie de conferencia religiosa a la que asistían brahmanes, budistas, jainistas y otras sectas y en el siglo XVI el emperador Akbar propuso una mezcla religiosa compuesta de hinduismo, islam, zoroastrismo, judaísmo y cristianismo. No fue hasta principios del siglo XIX, sin embargo, que una religión de tan diversos elementos, aunque con una base notoriamente hinduista, fue capaz de sostener una existencia permanente. En el año 1830 Rammohun Roy fundó en Calcuta el Brahmo Somaj, en el que se leen y se exponen selecciones de los libros sagrados de todas las grandes religiones. Le siguió Devendranath Tagore y Keshub Chunder Sen, quien desarrolló los principios establecidos por Rammohun Roy y defendió reformas todavía más radicales. Junto al hinduismo ortodoxo y sectas heréticas como los jainistas y los sijs existe la religión del pueblo, arios y no arios, manifestada en la gran profusión de la adoración de árboles, serpientes, animales, fantasmas, tanto maléficos como benéficos, dolencias y todos los fenómenos de la naturaleza, teniendo a la vez el totemismo, fetichismo y animismo incontables seguidores.