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Nota sobre el contexto 1: Ataques a los salarios y a las condiciones laborales de los trabajadores del sector público Los trabajadores del sector público se encuentran en el punto de mira de los gobiernos: • Congelación salarial, recortes en los salarios • Ruptura del diálogo social, causada por la imposición por parte de los gobiernos de recortes y congelaciones sin negociación previa • Pérdida de puestos de trabajo debida a la eliminación directa de empleo o a la congelación de las contrataciones por parte de los gobiernos. Los últimos datos económicos indican que Europa sólo está empezando a salir, lentamente, de la crisis. En este momento, es esencial que la Unión Europea y los gobiernos nacionales trabajen codo con codo para asegurarse de que sus medidas impulsen la recuperación, en lugar de ponerle trabas. Desafortunadamente, es ya evidente que la Comisión Europea, en colaboración con el Fondo Monetario Internacional (FMI), así como con una serie de gobiernos nacionales, ha decidido incluir los recortes del gasto público y los ataques a los salarios y a las condiciones laborales de los empleados públicos en su estrategia de «recuperación» o «salida» de la crisis. En los paquetes de recortes se incluyen recortes específicos en los salarios y en las condiciones laborales de los trabajadores del sector público, así como la eliminación de puestos de trabajo y la congelación de las contrataciones. La FSESP dispone en este momento de información sobre 17 países de toda Europa en los que se están aplicando ya dichos recortes y congelaciones (ver cuadro). Tras el anuncio de recortes salariales en Grecia (12%-20% - una enfermera con 15 años de antigüedad y un sueldo de 20.000 € perderá 2.400 €), diversos gobiernos europeos han seguido sus pasos y han declarado su intención de imponer recortes o congelaciones salariales en el sector público: Rumanía, -25% este año; España, -5% este año; Italia congelará los salarios durante tres años; y Portugal hará otro tanto durante cuatro años. A pesar de que la inflación sigue siendo baja, estas medidas provocarán que los trabajadores con unos ingresos de nivel bajo o medio, tales como enfermeros, profesores, bomberos, funcionarios de prisiones, cuidadores infantiles, basureros y muchos otros vean reducido significativamente su poder adquisitivo sin justificación. Los ataques a las condiciones salariales y laborales del sector público comenzaron hace 18 meses. En febrero de 2009, el gobierno irlandés impuso un recorte del sueldo neto disfrazándolo de «impuesto sobre las pensiones»1. Este año también se propusieron recortes directos de entre el 5% y el 7% en los salarios del sector público. Entre las condiciones impuestas por la UE y el FMI para la concesión de préstamos a Hungría, Letonia, Serbia y Rumanía se encontraba la congelación o el recorte de los salarios del sector público y, en el caso de Letonia y Rumanía, la revisión de la estructura salarial del sector público. 1 El impuesto oscila entre el 5% sobre los ingresos de 15.000-20.000 € y el 10% aplicado a los salarios superiores a 60.000 €. En diciembre de 2009 se aplicó un recorte salarial directo: del 5% sobre los primeros 30.000 € de ingresos, del 7,5% hasta 40.000 € y del 10% a partir de 55.000 €. 1 Nota sobre el contexto 1: Ataques a los salarios y a las condiciones laborales de los trabajadores del sector público Ahora que los empleados públicos del sur de Europa comienzan a sentir los efectos de los recortes salariales, los datos confirman la magnitud de lo que están padeciendo los trabajadores del sector público en todas partes, especialmente en Europa del Este. En estos países, antes de la crisis, se habían logrado algunas mejoras en los salarios, sobre todo en respuesta a la presión de la emigración. Sin embargo, muchas de esas mejoras han quedado anuladas. El salario medio en la administración pública letona era de 525 lats (745 €) a finales de 2009, una cifra inferior al promedio registrado en 2006 (624 lats, 885 €); en Estonia, la media de 15.028 coronas (960 €) en 2009 estaba por debajo de los 16.707 (1.070 €) de 2007. En 2009, los trabajadores del sector público de los estados bálticos vieron cómo sus ingresos medios caían en un 15,9% en Estonia, un 18,1% en Lituania y un 25,1% en Letonia. El salario medio de los trabajadores del sector sanitario y los servicios sociales también se redujo, si bien no de forma tan pronunciada: un 6,3% en Estonia, un 9,8% en Lituania y un 19% en Letonia. En la crisis económica actual, Hungría fue uno de los primeros países que tuvo que efectuar recortes salariales en el sector público para cumplir los requisitos de préstamo impuestos por el FMI y la UE. Los ingresos medios en la administración pública cayeron un 12,4% en 2009. Los sueldos de los trabajadores del sector sanitario y los servicios sociales sufrieron una reducción del 5,3%. Diversos paquetes de medidas de austeridad se están discutiendo también en Francia, Alemania, Países Bajos, Bélgica, Dinamarca y Reino Unido. Esto no sólo afectará a los trabajadores del sector público, a sus familias y a las comunidades en que residen, sino al conjunto de la economía (ver nota informativa 2). 2 Nota sobre el contexto 1: Ataques a los salarios y a las condiciones laborales de los trabajadores del sector público Congelaciones, recortes y reformas salariales, eliminación de empleo y congelación de las contrataciones en el sector público Bielorrusia Bosnia-Herzegovina Congelación salarial 2009 2010 (Fed) Bulgaria Francia 2009 2010-2012 Alemania Grecia Hungría 2009-2012 Irlanda Italia Recorte salarial Reforma salarial 2009 (Fed)/ 2010 RS 2010 (Fed) 2010: 12%-20% 2009: 13º mes 2010 2009: impuesto sobre las pensiones 5%-7%; retirada de la subida negociada del 3,5%; 2010: 5%-8% Reemplazo de 1 de cada 5 2009: 15%-50% Lituania Macedonia Moldavia 2009-2010 2010-2011 Portugal Rumanía 2010-2013 2009 Serbia 2009-2010 España Reino Unido 2011 2010 (LRG) 2008-09: -50.000 2010: -34.000; Reemplazo de 1 de cada 2 -10.000 2010-2014 Reemplazo de 1 de cada 5 Congelación 2010 Letonia Empleos/Contrataciones 2009-10 - 6.000 (T3 2009) 2011 -10% Congelación Congelación; -10.000 2009: 8% 2010: 25% 2009-10 2010: 5% Congelación Reemplazo de 1 de cada 7; -37.000 Congelación; -10% Reemplazo de 1 de cada 10 Congelación 2010-2011 3 Nota sobre el contexto 2: Regulación, política económica y finanzas públicas – perspectiva sindical Nota sobre el contexto 2: Regulación, política económica y finanzas públicas – perspectiva sindical La FSESP considera que los recortes no son la única solución posible y que los responsables de la formulación de políticas deben considerar una serie de medidas para dar una respuesta equilibrada a la crisis. Entre dichas medidas se encuentran: • Los gobiernos y la Comisión Europea deben apoyar cualquier indicio de recuperación contribuyendo a sostener la demanda en la economía. Los paquetes de austeridad serán perjudiciales para la economía europea y prolongarán la recesión en Europa. Europa tiene que crecer para salir de la crisis. • Es necesaria una regulación eficaz del sector financiero para abordar las causas originales de la crisis. • Hay que garantizar la financiación de los servicios públicos, estableciendo un sistema tributario equitativo y progresivo y evitando de este modo que aquellos con menos ingresos y los más vulnerables sean los que asuman la carga. Se pueden subir los impuestos a los ricos y al sector empresarial. • La eliminación de puestos de trabajo y la congelación de las contrataciones ponen en peligro la calidad del servicio, la supervisión y la aplicación de las regulaciones, permitiendo por tanto que los malhechores, los banqueros, las grandes corporaciones y las personas acaudaladas tengan una mayor libertad para cometer fraudes, evadir impuestos e infringir las leyes laborales, sanitarias y medioambientales. • Invertir en servicios e infraestructuras públicas contribuye a crear empleo y a generar una economía sostenible. • La coordinación y vigilancia de la macroeconomía debe ampliarse y tener en cuenta aspectos como la justicia social, la equidad, la inversión y el papel primordial de los servicios públicos en la respuesta a la crisis. A nadie puede sorprender la indignación de los trabajadores del sector público al verse obligados a pagar los platos rotos de una crisis de la que no son responsables. La respuesta del sector financiero no hace sino alimentar su indignación. Como señala un artículo económico de la CES2, uno de los factores que ha contribuido a la crisis ha sido la inexistencia de una regulación efectiva del sector bancario. No se ha producido ningún movimiento para cambiar la situación y, por tanto, «nadie debería sorprenderse si los banqueros, sin el obstáculo de demasiadas nuevas regulaciones o políticas, y tras haber sido rescatados con el dinero de los contribuyentes, retoman sus actividades habituales en busca de una rentabilidad excesiva, continuando repartiéndose bonificaciones indecentes y, al mismo tiempo, limitando el crédito destinado a inversiones y empleos en la economía real». Es imprescindible reformar el sistema financiero. Ha sido rescatado con dinero público, pero ahora presiona a los gobiernos de Grecia y Portugal rebajando la calificación de su deuda. La CES hacía hincapié en este punto en un artículo3 publicado en enero, señalando que «los incumplimientos que tanto temen los mercados financieros están en realidad un poco más cerca, precisamente porque ahora Grecia debe hacer frente a unos tipo de interés excesivos». 2 Banks, bail-outs and bonuses, Artículo sobre la crisis de la CES 2010/2, enero de 2010 How financial elites are setting Greece as an example for the rest of Europe, Artículo de debate económico de la CES 2010/1 3 4 Nota sobre el contexto 2: Regulación, política económica y finanzas públicas – perspectiva sindical Es de un cinismo desmedido que se emplearan fondos públicos para sostener el sistema financiero y que ahora los bancos, los fondos de alto riesgo y otras entidades financieras estén especulando contra países con déficits elevados. Los gobiernos también han incrementado los déficits públicos y han invertido en programas de recuperación para proteger el empleo y ayudar a las personas que se quedaron sin trabajo cuando la crisis golpeó a la producción industrial. No obstante, los sectores bancario y financiero no han asumido su responsabilidad. El último informe4 del Banco Central Europeo sobre los préstamos bancarios muestra una mayor restricción del crédito, en lugar de la expansión necesaria para impulsar la economía. Entretanto, las mismas agencias de calificación que otorgaron una calificación de AAA a productos que en la actualidad carecen de valor han tenido la audacia de reducir los bonos estatales griegos a «bonos basura» a pesar de que no hay ninguna prueba que indique que Grecia no pueda devolver sus préstamos. Los elevados tipos de interés que se aplican a Grecia son el resultado de la especulación, una especulación que podría haberse evitado si los países de la eurozona hubieran respaldado la creación de eurobonos, como demandaron la FSESP y la CES5. La prolongada disputa en torno a la ayuda financiera que debía ofrecerse a Grecia y la continuada especulación contra los bonos griegos, portugueses y españoles ponen de manifiesto la necesidad de aplicar soluciones estructurales. La crisis está teniendo repercusiones fuera de la Unión Europea. Los países de la eurozona o de la UE no son los únicos afectados. Los países del centro y el este de Europa son algunos de los que más están sufriendo las consecuencias de la crisis financiera y económica. El economista jefe del Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo ha advertido que «siempre nos preocupó [qué consecuencias tendría] el cese de los estímulos en Europa Occidental para Europa del Este. Actualmente estamos asistiendo a una contracción fiscal acelerada, y es algo que será sin duda motivo de preocupación». Las peores perspectivas se ciernen hoy sobre los países de Europa Central y Europa del Este, en un momento en el que los gobiernos de la UE recortan gastos, aplazan inversiones y prevén menos crecimiento económico. El proceso de recuperación exige una reevaluación del Pacto de Estabilidad y Crecimiento y de sus objetivos. Las estrategias de salida y los ajustes de las cuentas públicas deben planificarse a medio y largo plazo. El Banco Central Europeo, la Comisión Europea y el Consejo de la eurozona, así como instituciones internacionales como el FMI, deben evitar establecer objetivos excesivamente ambiciosos que obliguen a los gobiernos a aplicar bruscos recortes y a reducir inmediatamente el gasto público. La resolución del Congreso de la FSESP sobre la crisis subraya que no se puede seguir adelante como si no hubiera pasado nada, y demanda «un cambio real que permita progresar en lo económico, lo social y lo medioambiental», estableciendo como prioridades la eliminación de los paraísos fiscales y la lucha contra el fraude fiscal y la corrupción para restablecer el equilibrio de la Europa social. La Carta de justicia fiscal de la FSESP demanda sistemas tributarios más equitativos y progresivos, así como el incremento de los impuestos a las 4 Abril de 2010, estudio del BCE sobre los préstamos bancarios, http://www.ecb.int/stats/money/surveys/lend/html/index.en.html 5 Resolución de la CES sobre la crisis: nuevas fuentes de financiación, http://www.etuc.org/a/7052 5 Nota sobre el contexto 2: Regulación, política económica y finanzas públicas – perspectiva sindical empresas. Una mejor gestión de los impuestos requiere también eliminar, en la medida de lo posible, las lagunas legales y los privilegios. La FSESP propone poner en práctica nuevas iniciativas para reforzar las finanzas públicas por medio de, por ejemplo, impuestos sobre los excesivos beneficios del sector bancario, un impuesto sobre las operaciones financieras, impuestos sobre las bonificaciones del sector financiero e impuestos que graven la mala utilización de los recursos. No vemos motivo alguno que justifique la congelación o el recorte de los salarios de los empleados públicos con ingresos bajos o medios mientras los banqueros, los especuladores y los ricos salen ilesos. La FSESP sigue defendiendo la inversión en servicios e infraestructuras públicas. Dicha inversión, así como el gasto social, aporta más beneficios a las empresas, los trabajadores y la sociedad que los recortes fiscales, que tienen un efecto multiplicador menor y a menudo favorecen a los ricos y a las grandes corporaciones6. Asimismo, es necesario reestructurar el sistema no sólo en términos de regulación financiera, sino también en relación a la interacción del sector financiero con el resto de la economía. El movimiento obrero, tanto a nivel nacional como europeo, debe desempeñar un papel preponderante en el diálogo macroeconómico para poder plantar cara a la ortodoxia financiera y económica de un modo más eficaz. Coincidimos con la opinión del director general de la Organización Internacional del Trabajo, Juan Somavia, que en su informe anual a la Conferencia Internacional del Trabajo advierte que «ante la presión de los mercados financieros, muchos países se están viendo obligados a adoptar rigurosas políticas fiscales que ponen en peligro la recuperación, reduciendo las probabilidades de que las inversiones, el crecimiento, el empleo y los salarios repunten a corto plazo y de que los ingresos fiscales se recuperen en un futuro inmediato. Como consecuencia, será más difícil reducir los déficits y liquidar las deudas. Así pues, ¿por qué, justo en este momento de débil recuperación debe convertirse la emisión de deuda pública, con esa sensación de apremio, en la prioridad fundamental, urgente e imperiosa de la política mundial de los mercados? Es posible que este enfoque no convenga a sus propios intereses si acarrea una mayor contracción económica o incluso una recaída en la recesión. Fue precisamente esa reacción la que contribuyó a provocar la Gran Depresión de los años30». U:\01 - MEETINGS 2010\05.27-28 EC\Follow-up\Coordination of press releases for 16 June 6 http://www.psiru.org/reports/2009-12-infra.doc 6