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Por una agricultura sustentable y competitiva para las Américas Mesoamérica se alista para el desafío del cambio climático La Oficina del IICA en México elabora un programa intergubernamental de cooperación en cambio climático, cuyo documento base estaría listo en junio del 2011. San José, Costa Rica (IICA). El café, uno de los productos más representativos de la agricultura de México, Centroamérica y Colombia, corre el riesgo de tomarse una taza amarga, quizás, con sabor a cambio climático. Los caficultores de los países mesoamericanos lo saben y estudian cómo mantener ese sabor y aroma sin par que brindan la productividad, la calidad y, claro, las ventas saludables. Hoy tienen preguntas simples, pero vitales; por ejemplo si los árboles que dan sombra a las plantas de café restan el agua disponible para los cultivos, o si esta sombra será capaz de amortiguar un eventual aumento en la temperatura del ambiente. Son cuestiones fundamentales, pues en Mesoamérica se prevé que el cambio climático generará sequía en algunas zonas y exceso de precipitaciones en otras, e incrementos en las temperaturas promedio por un lado, y descensos por el otro. Las preocupaciones de los caficultores son comunes a toda la agricultura mesoamericana. Según un informe del 2007 del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), si la temperatura global aumenta al menos 2°C, habrá una reducción significativa en la producción de cereales en las zonas bajas de México, Centroamérica y Colombia, entre otras partes del mundo. Para Gustavo Cárdenas, Gerente del Programa de Coordinación Transversal de Agricultura, Manejo de Recursos Naturales y Cambio Climático, del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), la variación del clima afecta la base de recursos naturales, de la cual depende la agricultura, modo de vida y medio de subsistencia de gran parte de la población mesoamericana. La relación entre ambos elementos es en doble vía, pues la agricultura contribuye al cambio climático a través de la emisión de gases efecto de invernadero (GEI), y este fenómeno impacta en forma negativa al agro. De acuerdo con Cárdenas, la vulnerabilidad agrícola en América Latina y el Caribe es alta y podría intensificarse para 2030, por lo que hay que mejorar la agricultura y favorecer la diversidad productiva. Con estos desafíos sobre la mesa, surgen los esfuerzos para preparar a los países del área. La Oficina del IICA en México trabaja en la creación de un Programa Intergubernamental de Cooperación en Cambio Climático (PRICA), que vislumbre oportunidades para la agricultura de los países. Este proyecto tiene la colaboración del programa de coordinación transversal que lidera Gustavo Cárdenas. La propuesta fue planteada por el Director General del IICA, Víctor Villalobos, al Consejo Agropecuario Centroamericano (CAC), órgano que reúne a los Ministros de Agricultura de Centroamérica, México, República Dominicana y Colombia. El documento base del PRICA estará terminado en junio de 2011, según la consultora de la Oficina del IICA en México, Martha Lucía Alviar. El programa tendría una operación de cinco años, con financiamiento de los países mesoamericanos, el IICA y la cooperación internacional. Para entender el reto El cambio climático es la variación en el clima atribuida directa o indirectamente a las actividades humanas, aunado a los cambios naturales observados en periodos de tiempo comparables, de acuerdo con la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Este fenómeno modifica los recursos de la actividad agrícola, como la cantidad de agua disponible, la temperatura ambiental, la capacidad productiva de los suelos y el comportamiento del viento. Se estima que la costa del Pacífico norte mexicano y el Altiplano tendrían menor disponibilidad de agua y sequías más largas, mientras en el sur la temperatura y las precipitaciones aumentarían. Centroamérica, de por sí muy vulnerable a eventos climáticos extremos, vería como siguen aumentando sus temperaturas mínimas y máximas (crecieron entre 0,2°C y 0,3°C entre 1961 y 2003), al tiempo que se reducen las precipitaciones. “Estos escenarios indican que se verá afectada la disponibilidad del recurso hídrico para todos los usos y que la escasez de agua será más acentuada en el litoral del Pacífico, donde se observa una mayor concentración de la población”, según la Estrategia Regional de Cambio Climático, preparada por la Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo (CCAD), del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA). En noviembre del 2010, en ese documento, las naciones del Istmo consideraron como “prioridad inmediata” tomar medidas de adaptación al cambio climático, como las que sugerirá el programa intergubernamental. Modelos de adaptación Según Alviar, coordinadora de la propuesta, los modelos se basan en la búsqueda de la sustentabilidad de los territorios mesoamericanos, de los que depende el sustento duradero de sus habitantes. De esa visión se desprenden acciones específicas: 1. Definición de zonas agroecológicas: las tierras homogéneas comparten características geomorfológicas y de hidrología, clima, infraestructura y uso del suelo. Una vez clasificadas, se contempla su aptitud agrícola. A pesar de los estudios, existirá incertidumbre porque se trata de proyecciones sujetas a cambios en la agricultura, la tecnología, las fuentes energéticas y el uso del suelo, entre otros factores. Por esta razón, el PRICA pretende recomendar un abanico de acciones viables que deben tomarse pronto, antes de alcanzar umbrales críticos en la región. 2. Identificación de sistemas productivos: existen en varios niveles, desde los sistemas de plantas, pasando por los cultivos, hasta llegar a los de uso de los suelos, como las cuencas. El programa intergubernamental seleccionará los sistemas productivos de mayor peso en la economía agrícola de México, Centroamérica y Colombia, así como aquellos aprovechables para la captura de carbono. 3. Grupos de productores: una de las tareas será encontrar grupos con los mismos problemas y oportunidades ante el cambio climático. Un criterio será el de productores que operan en el mismo ambiente, para detectar sus necesidades de adaptación. 4. Evaluación de tierras: el objetivo de este modelo es seleccionar el mejor uso posible para las zonas agroecológicas definidas, de acuerdo a sus condiciones físicas y socioeconómicas, con énfasis en la conservación de los recursos ambientales para su uso futuro. 5. Desarrollo de modelos de Geoprospectiva: se crearán escenarios de zonas preestablecidas para delimitar la generación e intercambio de información, el desarrollo de capacidades de adaptación y el diseño de estrategias y políticas públicas sustentables. Componentes de la propuesta Los investigadores definieron que el Programa Intergubernamental de Oportunidades y Desafíos para el Cambio Climático tendrá tres componentes de cooperación: 1. Desarrollo de capacidades nacionales y regionales: se impulsará la creación de una red de investigación científica y técnica transnacional, que apoye los sistemas de decisiones privados (por ejemplo las empresas agrícolas), semipúblicos (organizaciones gremiales como cámaras) y públicos (donde se definen las políticas del sector). 2. Generación y sistematización de información: De acuerdo con Alviar, es fundamental reducir la incertidumbre a través de la mejora en la capacidad de generar información relevante (de clima, vegetación y producción) y en mejorar su acceso y utilización por parte de los actores fundamentales (como agencias de planificación, asociaciones de agricultores e instituciones de seguros o créditos, entre otras). Se partirá de la revisión de la información disponible sobre suelos y recurso hídrico, por ejemplo, para diseñar una estrategia de divulgación regional. 3. Estrategias y políticas públicas: el PRICA sugerirá crear normativa en cuatro áreas concretas, como son el ordenamiento de los usos del suelo, el desarrollo tecnológico para la reconversión y adaptación al cambio, los compromisos ambientales globales y el financiamiento, en especial para el aseguramiento contra riesgos y emergencias. Se espera que entre los resultados del PRICA en Mesoamérica permanezca la red de investigación, con el fin de que tenga influencia en la toma de decisiones de los procesos de adaptación de la agricultura al cambio climático. Además, se dejará como legado un sistema interactivo de información geoprospectiva, con cuatro líneas de medición: pronósticos de cambio climático, dinámica agroecológica, valoración territorial y transformación en sistemas productivos. Comenzar a trabajar En forma paralela a la concepción del programa intergubernamental, el IICA sondeará entre sus 34 Estados Miembros cuáles acciones han tomado o ejecutarán desde el sector agrícola para mantener y aumentar su productividad y competitividad ante la variación climatológica mundial. Jeanette Cárdenas, especialista del programa de Agricultura, Manejo de Recursos Naturales y Cambio Climático del IICA, expresó que a finales de mayo del 2011 se organizará un foro de seguimiento, el primero de esta índole desde la 16ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP16), la cual se hizo en México entre noviembre y diciembre del 2010. El objetivo principal del foro, indicó la especialista, es cerciorarse de que con base en los acuerdos logrados en la COP16, las medidas de adaptación al cambio climático específicas del sector agrícola sean coordinadas desde el ministerio correspondiente y no solo bajo la responsabilidad de las secretarías de Ambiente. Más información: Informe: Cambio climático y la agricultura. Resumen ejecutivo: Agricultura, Manejo de Recursos Naturales y Cambio Climático del IICA. Proyectos regionales de adaptación: Iniciativas específicas de Fontagro. gustavo.cardenas@iica.int jeanette.cardenas@iica.int