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Taller-Encuentro 2. FUNDAMENTOS BÍBLICO TEOLÓGICOS DEL BAUTISMO OBJETIVO Presentar la intención que Dios ha tenido al darnos la gracia del bautismo mediante el acercamiento a la Palabra de Dios y de la Iglesia a fin de configurar nuestra vida a la voluntad de Dios. 1. VER Comparte la siguiente historia de vida: En la parroquia de San Pacho, en una pequeña comunidad de base, cuyos miembros eran activos en la vida de la parroquia, sucedió que mientras se encontraban en la reflexión sobre el bautismo, el hermano Juan sorprendió a todos los miembros de la pequeña comunidad con una pregunta: ¿Por qué bautizar a los niños?. El rostro de todos se tornó entre inquietud y ansiedad por lo que el hermano Juan preguntaba. Nadie se atrevía a responder. Cuando se pensaba que el hermano Patricio, quien levantó la mano, iba a responder; surgió otra pregunta: ¿Si todos somos Hijos de Dios, porqué necesitamos el bautismo para hacernos sus hijos? El silencio que embargó a todos, se hizo más inquietante. Doña Marta, coordinadora de la comunidad, se atrevió a dar una respuesta: Yo creo que debe ser por convicción religiosa –dijo-. Se trata de la única razón, a mi parecer, para bautizar a un bebé; aunque también habría que ver lo que opina esa persona más adelante y cómo se las arregla si quiere dejar de formar parte de la Iglesia católica, algo que no resulta sencillo. Luego añadió: para la Iglesia católica, el acto formal del bautizo no es una simple celebración, es un sacramento que implica el ingreso de la persona recién nacida en dicha comunidad religiosa. Otro Miembro del grupo, don José, hombre mayor y respetuoso de las tradiciones en las que fue educado dijo: Yo creo que a los niños hay que bautizarlos por respetar lo que nuestros padres nos han dejado y que a su vez han recibido de sus ancestros. Yo, por ejemplo, nací católico, me bautizaron católico y católico moriré. Así, los otros miembros de la pequeña comunidad fueron expresando sus pareceres entre los que se encontraban las diversas motivaciones para bautizar. Entre ellas se afirmaban: se bautiza a los ni1 ños para complacer a los familiares (siempre hay abuelos de los bebés que “presionan” para que se bautice al bebé); también se hace por ostentación: Se trata de demostrar a los demás que podemos vestirnos con las mejores galas y realizar una cara celebración tras la ceremonia del bautizo. Otro adujo que se bautizaban los niños por reunirse con el entorno para celebrar el nacimiento. Otro afirmaba la necesidad de bautizar al recién nacido para que no lo perturbaran las enfermedades, los duendes o las brujas y así pasó largo rato debatiendo las preguntas iniciales. Si no hubiesen sido las 11: 00 pm, continuarían con la entretenida reunión. La mayoría de los miembros estaba confundida y no compartían las respuestas escuchadas; por eso convinieron invitar a la siguiente reunión a la hermana Clemencia para que les ayudara en su búsqueda. Preguntas para el diálogo 1. En tu parroquia, ¿Cuáles son los motivos que llevan a la gente a buscar el sacramento del bautismo? 2. Recuerdas ¿Qué dicen la Palabra de Dios y de la Iglesia sobre el bautismo? 3. ¿Concuerda lo que la Palabra de Dios y de la Iglesia dice con los motivos que lleva a la gente a buscar el bautismo? ¿Existen diferencias? ¿Cuáles? 2. ILUMINAR Lee y comparte con tu comunidad los elementos más relevantes de las siguientes lecturas. Carta de san Pablo a los Romanos 6, 1-11 1: ¿Qué diremos entonces? ¿Qué debemos seguir pecando para que abunde la gracia? 2: ¡Ni pensarlo! Los que hemos muerto al pecado, ¿cómo vamos a seguir viviendo en él? 3: ¿No saben que cuantos fuimos bautizados en Cristo Jesús, fuimos bautizados en su muerte? 4: Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que así como Cristo resucitó de la muerte por la acción gloriosa del Padre, también nosotros llevemos una vida nueva. 5: Porque, si nos hemos identificado con él por una muerte como la suya, también nos identificaremos con él en la resurrección. 6: Sabemos que nuestra vieja condición humana ha sido crucificada con él, para que se anule la condición pecadora y no sigamos siendo 2 esclavos del pecado. 7: Porque el que ha muerto ya no es deudor del pecado. 8: Si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él. 9: Sabemos que Cristo, resucitado de la muerte, ya no vuelve a morir, la muerte no tiene poder sobre él. 10: Muriendo murió al pecado definitivamente; viviendo vive para Dios. 11: Lo mismo ustedes, considérense muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús. Bautismo: Sacramento de la filiación divina. González Faus. A la teología bautismal le ha hecho un enorme daño la imagen que miraba al agua como agente de limpieza, por el lavado. En el mundo antiguo el significado principal del agua no era el de la limpieza de manchas, sino el de fuente de muerte y de vida. La primera carta de Pedro (considerada por muchos como una catequesis bautismal), rechaza esa imagen del lavado y ve un símbolo del bautismo cristiano en el arca de Noé: pues en ella los hombres fueron salvados del agua del diluvio y se salvaron “por el agua” (es decir: porque era el agua la que hacía flotar el arca en medio de la inundación. 1 Pe 3,20-21) El agua es símbolo elemental de muerte y de vida. En ella puedes ahogarte (como muchos otros); pero de ella brota la vida. En el agua se muere y del agua se renace. Esta experiencia tan humana pasa en el bautismo a simbolizar que hacerse cristiano es morir a una forma de vida contraria a Dios y renacer a una vida en Dios (la cual no se refiere sólo al más allá de nuestra muerte, sino a la anticipación de ese más allá en nuestra vida de hoy). Por eso la forma primitiva del bautismo –y la más exacta aunque menos práctica- era la inmersión: es decir, sumergirse hasta ser tragado por el agua, y resurgir de ella revivido. San Luis María de Montfort. Del Tratado de la Verdadera devoción a María # 68. 68 Segunda verdad. De lo que Jesucristo es para nosotros, debemos concluir, con el Apóstol (1Cor 3,23; 6,19-20; 12,27), que ya no nos pertenecemos a nosotros mismos, sino que somos totalmente suyos, 3 como sus miembros y esclavos, comprados con el precio infinito de toda su sangre (1Pe 1,19). Efectivamente, antes del Bautismo pertenecíamos al demonio como esclavos suyos. El Bautismo nos ha convertido en verdaderos esclavos de Jesucristo, que no debemos ya vivir, trabajar ni morir sino a fin de fructificar para este Dios Hombre (Rom 7,4), glorificarlo en nuestro cuerpo y hacerlo reinar en nuestra alma, porque somos su conquista, su pueblo adquirido y su propia herencia (1Pe 2,9). Por la misma razón, el Espíritu Santo nos compara a: 1°. Árboles plantados junto a la corriente de las aguas de la gracia, en el campo de la Iglesia, que deben dar fruto en tiempo oportuno (Sal 1,3); 2°. Los sarmientos de una vid, cuya cepa es Cristo, y que deben producir sabrosas uvas (Jn 15,5); 3°. Un rebaño, cuyo pastor es Jesucristo, y que debe multiplicarse y producir leche (Jn 10,1ss); 4°. Una tierra fértil, cuyo agricultor es Dios, y en la cual se multiplica la semilla, y produce el treinta, el sesenta, el ciento por uno (Mt 13,3.8). Por otra parte, Jesucristo maldijo a la higuera infructuosa (Mt 21,19) y condenó al siervo inútil, que no hizo fructificar su talento (Mt 25,24-30). Todo esto nos demuestra que Jesucristo quiere recoger algún fruto de nuestras pobres personas, a saber, nuestras buenas obras, porque éstas le pertenecen exclusivamente: creados, mediante Cristo Jesús, para hacer el bien (Ef 2,10). Estas palabras del Espíritu Santo demuestran que Jesucristo es el único principio y debe ser también el único fin de nuestras buenas obras, y que debemos servirle no sólo como asalariados, sino como esclavos de amor. 3. ACTUAR Dialoga con tu comunidad sobre estos interrogantes: ¿Qué aspectos de los que hemos dialogado, te ayudan a comprender y vivir mejor tu bautismo? Lo que has asimilado ¿te abre a nuevos desafíos en tu vida y en tu compromiso apostólico? 4. CELEBRAR Encender una vela en el centro del grupo y, a media luz, cada uno de los integrantes encenderá una vela tomando la luz del cirio central. Mientras esto se realiza puede entonarse un canto sobre el bautismo. Cuando todos han encendido sus velas, recitan Juntos el Credo o profesión de fe. (Favor envía las respuestas de este taller al correo centromariano@montfortianos.org) 4