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EL MOVIMIENTO POP* LA JUVENTUD INSPIRADA POR EL CONOCIMIENTO *SIGLAS DE PROTEGE NUESTRO PLANETA EN INGLÉS Los ecosistemas del planeta están siendo degradados y dañados rápidamente por la actividad humana que causa el cambio climático. Nuestras acciones someten a la gente y a la economía a mayores riesgos con perspectivas de mayor severidad si no tomamos la acción adecuada y oportuna. Para enfrentar este reto, el Movimiento POP se enfoca en acciones mundiales basadas en el conocimiento. Dado que los menores de 15 años son dos mil millones, son ellos quienes deben estar a la vanguardia pues es su futuro el que está en juego. El Movimiento POP es una iniciativa del Dr. R. K. Pachauri, Director Ejecutivo y Fundador del Instituto sobre Energía y Recursos (TERI) y Director Fundador del Instituto Yale sobre Clima y Energía (YCEI). Ha sido profesor en los Estados Unidos, Finlandia, Japón, Malasia, México, India y otros países. Del 2002 al 2015 presidió el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) y a su nombre, recibió el Premio Nobel de la Paz en el 2007. El Dr. Pachauri ha recibido 25 doctorados honorarios y reconocimientos de prestigio de los gobiernos de India, Bélgica, Finlandia, Japón, México e Italia, entre otros. Ha publicado 30 libros y más de 300 artículos académicos. La conexión del Dr. Pachauri con la juventud mundial y su preocupación por el futuro constituyen la fuerza impulsora del Movimiento POP. Los recursos naturales de la Tierra y sus ecosistemas se encuentran bajo una presión creciente causada por la actividad humana. Mientras el crecimiento de la población, particularmente desde el inicio del siglo pasado, no tiene precedente alguno, el principal impulsor de los impactos crecientes sobre el ambiente y los recursos naturales ha sido esencialmente, el crecimiento en la producción y el consumo de mercancías y servicios. Los ingresos mayores a lo largo del planeta junto con el crecimiento poblacional, han aumentado la demanda de una gama de mercancías que era desconocida en el pasado. Hace alrededor de doscientos años, la población mundial era menor a mil millones. Max Roser indica que el crecimiento de la población entre 1900 y 2000 fue tres veces más grande que el aumento durante toda la historia previa de la humanidad –en sólo 100 años la población mundial creció de 1,500 a 6,100 millones. Hoy somos más de 7 mil millones y las proyecciones indican que posiblemente la población se estabilice entre 9,000 y 10,000 millones en las décadas futuras. La huella de la humanidad sobre los ecosistemas terrestres se expande con una tasa alarmante. El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) publica anualmente un reporte sobre la vida en el planeta (Living Planet Report, LPR) que en el 2014 establece que durante 40 años, la demanda de la humanidad ha excedido la biocapacidad terrestre. Estima que necesitaríamos 1.5 Tierras para satisfacer las demandas actuales de la humanidad sobre los recursos. Si bien esta cuantificación de la huella ecológica de la humanidad es debatible, lo que es importante resaltar es la cruda realidad de que seguimos una vía que es insostenible. Lo que la situación actual representa, no es la afirmación ideológica de ecologistas azorados y activistas ambientales, sino una oportuna advertencia de las mayores consecuencias económicas que se tornarán cada vez más negativas. La carga que la actividad humana pone actualmente sobre los irreemplazables recursos terrestres es fundamental para asegurar el bienestar económico de ésta y las generaciones futuras. No es posible, en términos prácticos, poner valor económico a los servicios que nos proporcionan los ecosistemas para el beneficio de la humanidad. Sin embargo, el valor de la preservación y mantenimiento de la salud de los ecosistemas se ve reflejado en el LPR: ”Los bosques, por ejemplo, proporcionan abrigo, sustento, agua, combustible y comida a 2,000 millones de personas directamente.” Igualmente, “Los ecosistemas marinos soportan más de 660 millones de empleos globalmente y son una fuente importante de proteína, particularmente en los países en desarrollo.” Photo credit: Ethan Daniels (Shutterstock) La actividad humana ha tenido impactos serios sobre los recursos naturales terrestres. Si por ejemplo, consideramos la contaminación del agua, La Enciclopedia de la Tierra (EoE, http://www.eoearth.org/) señala que actualmente, la alteración adversa a la calidad del agua produce enfermedad y mortalidad a gran escala, siendo responsable de 50 millones de muertes anuales en el mundo, aproximadamente; ocurriendo la mayoría de ellas en África y Asia. Adicionalmente indica que en China por ejemplo, cerca del 75% de la población (1,100 millones de gentes) no tienen acceso a agua potable, de acuerdo a los estándares propios de China. Existen sin duda, fenómenos naturales que contaminan el agua, pero son una parte muy pequeña del problema global. Los microbios son la fuente más extendida de enfermedades causadas por la contaminación de los ríos y aunque su origen se pueda erróneamente confundir como natural, en realidad es la intervención humana la que permanece como fuente preponderante. A este riesgo creciente de enfermedades transmitidas por el agua, debe añadirse el aumento de la contaminación química de los acuíferos y del agua superficial que produce la actividad humana, incluyendo los inaceptables niveles de mercurio que provienen de la minería, los compuestos nitrogenados usados en la agricultura, las moléculas orgánicas cloradas que surgen de los drenajes o de las plantas de tratamiento de agua, o varios ácidos que son las externalidades de varias actividades de fabricación, según la EoE. La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó en el 2016 un reporte estimando un total de 8 millones de muertes al año debidas a la contaminación del aire. Éste es quizá un número muy conservador y las muertes sean muchas más; en cualquier caso, estas muertes no proporcionan alguna apreciación de los altos niveles de morbilidad en la forma de enfermedades de las vías respiratorias, enfermedades del corazón y una gran variedad de otras condiciones médicas que resultan de la inhalación de aire contaminado durante largos períodos. Si bien este es sin duda un problema mundial, la OMS encontró que en los países de ingresos bajos e intermedios en las regiones del sureste de Asia y el Pacífico Occidental, la contaminación ocasionó en el 2012 la mayor mortandad: 3.3 millones ligadas a la contaminación del aire en interiores y 2.6 millones por la contaminación en exteriores. Photo credit: Nishant Jain Photo credit: Hung Chung Chih (Shutterstock) Encima de que la sociedad humana imponga estos serios problemas a la Tierra –el único planeta en el que podemos vivir y optimistamente sobrevivir— nos enfrentamos ahora al formidable reto del cambio climático inducido por la humanidad. El Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) que presidió el Dr. Pachauri de 2002 a 2015 –casi la mitad de la existencia de esta notable organización— ha proporcionado irrebatible evidencia científica sobre la naturaleza y extensión del cambio climático, y sobre los riesgos que amenazan a las especies vivientes, riesgos que emanan de seguir como si nada ocurriese, y los pasos a seguir para enfrentar este reto y lograr una existencia segura a la especie humana y la supervivencia de las demás especies sobre el planeta. El Quinto Reporte de Evaluación (AR5) del IPCC, cuya parte final –la Síntesis del Reporte (SYR)— fue publicada por el Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon el 2 de noviembre del 2 0 1 4 , proporciona algunos descubrimientos profundamente significativos y que requieren de atención inmediata: Durante cada una de las tres últimas décadas, la superficie de la Tierra ha estado sucesivamente, más caliente que durante cualquier otra década desde 1850. El lapso de 1983 a 2012 fue probablemente el período de 30 años más caliente de los últimos 1,400 años en el hemisferio norte (donde tal aseveración es posible). El calentamiento del océano domina el aumento en la energía almacenada en el sistema climático, representando más del 90% de la energía acumulada entre 1971 y 2010, y sólo un 1% almacenada en la atmósfera. Promedio global de la temperatura superficial de tierra y océano (AR5 WGI SPM) del mar se elevó 0.19 m (0.17 a 0.21); desde mediados del siglo XIX, la tasa de elevación ha sido mayor que la tasa p ro m e d i o d u r a n t e l o s 2 m i l e n i o s p rev i o s . Las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero han aumentado desde la era preindustrial, impulsadas principalmente por el crecimiento económico y el poblacional, y son mucho más elevadas que nunca. Ello ha conducido a concentraciones atmosféricas de bióxido de carbono, metano y óxido nitroso sin precedente alguno en al menos los últimos 800,000 años. Sus efectos, junto con los de otros impulsores antropogénicos, han sido detectados en todo el sistema climático y es extremadamente probable que hayan sido la causa dominante del calentamiento observado desde mediados del siglo XX. Durante el período 1992 a 2011. Las capas de hielo en Groenlandia y la Antártida han estado perdiendo masa, probablemente con una tasa mayor del 2002 al 2011. Los glaciares han continuado encogiéndose en casi todo el planeta. Durante el lapso de 1901 a 2010, el nivel promedio *Protect Our Planet CUANDO SE USA EL TÉRMINO EXTREMADAMENTE PROBABLE, A DICHA AFIRMACIÓN SE LE ASIGNA UNA PROBABILIDAD DEL 95% Photo credit: Discovod (Shutterstock) Desde 1950 se han detectado cambios en muchos eventos extremos en el tiempo y el clima. Algunos de estos cambios se han ligado a la influencia humana, incluyendo un decremento en el extremo frío de temperatura, un aumento en el extremo caliente de temperatura, un aumento en niveles del mar extremadamente altos y un aumento en eventos de precipitación torrencial en un número de regiones. Continuar emitiendo gases de efecto invernadero causará un calentamiento mayor y cambios de larga duración en todas las componentes del sistema climático, aumentando la probabilidad de impactos severos, omnipresentes e irreversibles para la gente y los ecosistemas. Limitar el cambio climático requerirá reducciones substanciales y sostenidas de gases de efecto invernadero que, junto con medidas de adaptación, puedan limitar los riesgos del cambio climático. Se proyecta que la temperatura superficial se eleve durante el siglo XXI bajo todos los escenarios de emisiones analizados. Es muy probable que las ondas de calor ocurran más a menudo y duren más tiempo y que los eventos de precipitación extrema se vuelvan más intensos y frecuentes en muchas regiones. El océano continuará calentándose y acidificándose y el promedio global del nivel del mar continuará subiendo. El aumento en el promedio global de la temperatura superficial para final del siglo XXI (2081-2100) con respecto al promedio de 1986 a 2005, será probablemente de 0.3 a 1.7 0C bajo el escenario de mayor mitigación, de 1.1 a 2.6 0C en el escenario de mitigación moderada, de 1.4 a 3.1 0C bajo una mitigación menos rigurosa y de 2.6 a 4.8 0C bajo la mitigación menos ambiciosa. El Ártico continuará calentándose más rápidamente que el promedio global. Para finales del siglo XXI, los modelos del sistema terrestre proyectan un aumento global en la acidez del océano bajo los 4 escenarios especificados por el IPCC, con una ligera recuperación en la segunda mitad del siglo bajo el escenario con la mayor mitigación. La disminución en el pH en la superficie del océano está en el rango de 0.06 a 0.07 (aumento en acidez del 15 al 17%), de 0.14 a 0.15 (38 a 41%), de 0.20 a 0.21 (58 a 62%) y 0.30 a 0.32 (100 a 109%) para los cuatro escenarios, respectivamente. Se puede observar que el último de los escenarios, seguir como si nada ocurriese, conduciría a un mayor daño de la vida y ecosistemas marinos. A lo largo de todo el planeta, los arrecifes de coral ya han sufrido un daño importante y la migración de la vida marina, como los bancos de varias especies de peces, ya ocurre en gran escala. Una gran fracción de especies se enfrenta a riesgos de extinción crecientes debido al cambio climático durante y después del siglo XXI, especialmente porque el cambio interactúa con otros estresores. La mayoría de las especies vegetales no puede desplazar en forma natural sus rangos geográficos con la suficiente rapidez para mantenerse al día con las tasas actuales y futuras de cambio que se proyecta ocurrirán en la mayoría de los ecosistemas. Muchos aspectos del cambio climático y los impactos asociados, continuarán por siglos aún si las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero se anulan. Los riesgos de cambios abruptos o irreversibles aumentan a medida que la magnitud del calentamiento crece. La toma efectiva de decisiones para limitar el cambio climático y sus efectos puede basarse en un amplio rango de enfoques analíticos para evaluar los riesgos y beneficios esperados, reconociendo la importancia de la gobernanza, las dimensiones éticas, la equidad, juicios de valor, evaluaciones económicas y percepciones y respuestas diversas a los riesgos y las incertidumbres. Photo credit: Bernhard Staehli (Shutterstock) La adaptación puede reducir el riesgo de los impactos del cambio climático pero existen límites a su efectividad, especialmente a mayores magnitudes y tasas de cambio. El tomar una perspectiva a largo plazo, en el contexto de desarrollo sostenible, aumenta la probabilidad de que las acciones de adaptación más inmediatas mejorarán las opciones y preparación futuras. Retrasar la mitigación adicional hasta el 2030 aumentará considerablemente los retos asociados con el propósito de limitar el calentamiento durante el siglo XXI a menos de 2 0C con respecto al nivel preindustrial. Requerirá tasas de reducción de emisiones mucho mayores entre el 2030 y el 2050; una adopción mucho más rápida de la energía baja en carbono durante el mismo lapso; una mucho mayor dependencia de la remoción de bióxido de carbono a largo plazo, y mayores impactos transicionales y económicos a largo plazo. El acuerdo de París, acordado por casi todos los países del mundo, se basa en las Contribuciones Voluntarias Nacionalmente Determinadas (INDCs) que esencialmente representan las acciones voluntarias que cada país tomará para limitar el aumento de la temperatura a 2 0C para fin de siglo respecto del nivel preindustrial. Estos compromisos no son suficientes para llegar al camino que conduzca a lograr un calentamiento inferior a 2 0C para el 2100. Los únicos medios para reducir los riesgos del cambio climático requerirán la acción de la sociedad global a través de esfuerzos colectivos. Los escenarios de mitigación que probablemente cumplan con el objetivo de los 20C implican pérdidas en el consumo global –sin incluir los beneficios de un cambio climático reducido ni los co-beneficios o los efectos laterales adversos de la mitigación—del 1 al 4% (mediana 1.7) en el 2030, del 2 al 6% (mediana 3.4) en el 2050 y del 3 al 11% (mediana 4.8) en el 2100 con respecto a los escenarios base de consumo que crecen entre 300 y 900% en el siglo. Estas cifras corresponden a una reducción anualizada del crecimiento en el consumo de 0.04 a 0.14% (mediana 0.06) en el siglo con respecto al crecimiento anualizado del consumo de entre 1.6 y 3%. Claramente, éste no es por mucho, un precio alto a pagar por la protección del planeta ¡el único disponible para vivir! Las opciones de mitigación en cada sector están disponibles y ésta puede ser más efectiva en cuánto a costos si se usa integrando medidas que reduzcan el uso de energía y la intensidad de gases de efecto invernadero en los sectores de uso final, retiren el carbono del suministro de energía, reduzcan las emisiones netas e incrementen los sumideros de carbón en los sectores terrestres. Los co-beneficios y efectos laterales adversos de la mitigación pueden afectar el logro de otros objetivos como los relacionados con salud humana, seguridad alimenticia, biodiversidad, calidad de ambientes locales, acceso a la energía, sustento y desarrollo equitativo sostenible. La conducta, el estilo de vida y la cultura tienen una influencia considerable sobre el uso de energía y las emisiones asociadas, y un potencial de mitigación muy alto en algunos sectores, en particular cuando se complementan con cambios tecnológicos y estructurales. Las emisiones se pueden reducir considerablemente a través de cambios en patrones de consumo, la adopción de medidas que ahorren energía, cambios en la dieta y reducción en desperdicio de comida. Enfrentar el reto del cambio climático conlleva cobeneficios importantes como una mayor seguridad energética, niveles inferiores de contaminación a nivel local con importantes beneficios en salud, protección de ecosistemas y mayores oportunidades para alcanzar un patrón de desarrollo que sea sostenible. En la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (UNFCCC) se logró un acuerdo en diciembre del 2015 durante la 21ra Conferencia de las Partes en París. El núcleo esencial del acuerdo reposa sobre lo que varios países han propuesto como Contribuciones Voluntarias Nacionalmente Determinadas (INDCs). Si bien la meta de limitar el calentamiento a 2 0C para finales de siglo respecto del nivel preindustrial se ha fijado en la COP21, no existen objetivos vinculantes para que los países reduzcan sus emisiones de manera que se asegure respetar dicho límite. El acuerdo también incluye el deseo de evaluar los impactos del cambio climático con la idea de no sobrepasar un aumento de 1.5 0C respecto del nivel preindustrial. Es muy posible por lo tanto, que a la luz del nuevo conocimiento que proporcione el IPCC, se realicen esfuerzos para que las INDCs alcancen un nivel superior de ambición. Ello ocurriría sobre la base de iniciativas impulsadas por el conocimiento en varios países y con la población exigiendo mitigación más rigurosa que motivaría a los gobernantes a alterar sus INDCs para mantenernos debajo del límite de 1.5 0C. Considerando las INDCs actuales, el mundo está muy por encima de la vía que aseguraría el límite de 2 0C acordado. Esto significa que el futuro del planeta depende a nivel global de lo que cada estado nación este preparado para hacer. Ello a su vez, dependerá de lo que la sociedad en cada país esté preparada para comprometer como su contribución para satisfacer este asombroso reto sin precedente al que nos enfrentamos todas las especies de vida en la Tierra. Aquí se encuentra la oportunidad para que la juventud tome el liderazgo, algo que deben hacer porque es su futuro el que está en juego. Se enfrentan a una rara oportunidad para cambiar el mundo y ocasionar no sólo una reducción al riesgo que es una consecuencia del patrón actual de actividad humana y sus estilos de vida, sino también implementar la acción de manera concertada sobre la cuál, la vida mejoraría inconmensurablemente. La población cuya edad es menor a los 15 años es de casi 2,000 millones. Cerca de 370 millones viven en India, 250 millones en China, 72 millones en Indonesia, 62 millones en EUA, 62 millones en Paquistán, 50 millones en Brasil, 48 millones en Bangladesh y 22 millones en la Federación Rusa. Estas cifras pueden sugerir que los países en donde se debe concentrar la acción, son los que tienen el mayor número de jóvenes, particularmente los menores de 15 años. Sin embargo, si se consideran las emisiones de CO2 per cápita, entonces son los países desarrollados los que se encuentran muy por encima de los países en desarrollo en términos de emisiones y consumo de energía. De acuerdo a la información para el 2011 de la Unión de Científicos Preocupados, Arabia Saudita emitió 19.65 toneladas de CO2 per cápita, Australia 18.02, los EUA 17.62, Canadá 16.24, Rusia 12.55, Corea del Sur 12.53, África del Sur 9.42, Alemania 9.19, China 6.52 e India 1.45 toneladas de CO2 per cápita. Dos consideraciones relevantes. La primera, desde la mitad del siglo pasado, el paradigma del crecimiento que se siguió en todo el mundo, incluyendo a los países en desarrollo, ha sido dictado en mayor medida por estilos de vida y aspiraciones impulsadas por el consumismo que se importó de los países desarrollados. Por lo tanto, si queremos hacer una diferencia alrededor del mundo, no podemos tener un conjunto de niveles de consumo en el mundo desarrollado y otro en los países en desarrollo. En un artículo reciente de TIME (marzo 23, 2015) se menciona que los EUA tienen el 3.1% de la población global de niños, los cuáles compran el 40% de los juguetes que se venden en el mundo. La continuación de tal tendencia ¿Puede mantener la promesa de que los niños crezcan conociendo la huella que sus patrones de consumo le imponen a los ecosistemas terrestres? Y los EUA no son los únicos que siguen tal camino; la creciente clase de gente próspera en los países en desarrollo persigue los mismos estilos de vida consumistas, en ocasiones, aún más que los del mundo desarrollado. Photo credit: Veronica Louro (Shutterstock) Existe ciertamente, la necesidad de educar a la juventud en todos los países sobre los imperativos para proteger al Planeta Tierra.Y tenemos el conocimiento para hacerlo, como por ejemplo, el contenido en la Síntesis del reporte producido por el IPCC en el 2014 Fue Einstein quien dijo que los problemas no se pueden resolver con el nivel de conciencia que los creó. Hoy en día, nuestra conciencia y nivel de conocimiento nos han proporcionado los medios con los que podemos enfocarnos en el reto de Proteger nuestro Planeta, aunque parezca difícil. Será la juventud quienes muestren el camino al resto de la sociedad. Estamos al borde de una nueva era en la que el liderazgo provenga de la “juventud inspirada por el conocimiento” ¿Qué puede lograr el Movimiento POP? El Movimiento POP puede asumir una posición a la vanguardia del cambio que es imperativo, urgente y no puede seguir esperando. Éste será un movimiento global impulsado por la aceptación y asimilación del conocimiento sobre la naturaleza del problema y los pasos que se requieren tomar dentro de un marco temporal que permita minimizar los riesgos a los ecosistemas de la tierra, las especies que la habitan y las futuras generaciones. Para lograr involucrar a la juventud a lo largo de todo el mundo, el Movimiento POP usará esquemas basados en el conocimiento y diseñados específicamente para (1) las administraciones escolares, (2) los maestros de escuelas y universidades y (3) los estudiantes del nivel básico, de las secundarias y de las universidades. Salman Ahmad, líder del reconocido grupo musical Junoon, será miembro del Movimiento POP y realizará conciertos en varias partes del mundo para apoyar al movimiento. El arte y la cultura en general, son medios relevantes a través de los cuales se puede propagar el mensaje del movimiento; de manera que se invitará a artistas de todo el mundo para que apoyen este propósito con su talento y tiempo. Junoon ya ha participado en varias partes, incluyendo la ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz en el 2007 y como una estrella del rock, Salman Ahmad será un importante miembro y embajador del Movimiento POP, además de haber iniciado recientemente en Paquistán una exitosa campaña contra la polio. El Movimiento POP establecerá contactos con varios millones de jóvenes en el mundo y les proporcionará un flujo continuo de conocimiento relevante para que puedan, por su parte: 1. Realizar acciones que minimicen las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEIs) e impulsen el uso eficiente de la energía y un mayor uso de energía limpia. 1.1 Realizar acciones en este sentido en sus escuelas, secundarias y universidades, midiendo regularmente su progreso. 1.2 Ayudar a que sus familias cambien su forma de vida por una que sea sostenible y registrar el progreso en dicha via. 1.3 Difundir en sus comunidades individuales el conocimiento de porque es necesario un cambio, lo benéfico y simple que resulta hacer dicho cambio y lo que se necesita hacer para lograr mejoras. 1.4 Bill Gates ha enfatizado recientemente el papel de los estudiantes en las escuelas para producir la innovación en el sector energético, con lo que se reducirían las emisiones de GEIs. El Movimiento POP animará a los estudiantes para que innoven y creen soluciones tecnológicas de las que informarán a la coordinación del movimiento con la idea de recibir el reconocimiento adecuado. 1.5 Una encuesta reciente indica que los maestros en las escuelas, si bien están conscientes de la necesidad de tomar acciones para lidiar con el cambio climático, no siempre están bien preparados con el conocimiento necesario para impartirlo a sus estudiantes. Por lo tanto, se animará a los estudiantes para que hagan preguntas específicas que impulsen a los maestros a adquirir el conocimiento necesario; el Movimiento POP proporcionará un conjunto de información relevante a todos los maestros inscritos en el movimiento. 1.6 Se enviarán a la coordinación del movimiento en forma regular, reportes sobre los logros para que los jóvenes de todo el planeta se vean beneficiados mediante la experiencia de otros que también están involucrados en estos esfuerzos globales. 2. Participar activamente en el “Intercambio de Innovaciones” que será parte del Movimiento POP. Estará constituido por un banco de ideas y experiencias innovadoras mediante las cuales uno pueda dejar el camino trillado y proponer nuevas formas de innovar para que podamos todos vivir de una manera sostenible. Los beneficios de la innovación individual o en grupo deben llegar a todos los jóvenes del mundo y eso es precisamente lo que el Intercambio de Innovaciones intentará realizar. 3. Una vez al año, los estudiantes responderán enviando detalles de proyectos exitosos que hayan implementado en sus colegios, escuelas, universidades, etc., al igual que en sus vecindades o comunidades. El formato para estos envíos se especificará de manera que cada envío sea evaluado y un número limitado de ellos, representando los esfuerzos sobresalientes y excelentes, sea seleccionado para su reconocimiento. Los seleccionados serán invitados a un evento global anual en donde los estudiantes recibirán la distinción de Estrellas o Íconos POP y sus profesores la de Maestros POP. Salman Ahmad en Oslo, Noruega, con Sameer Chatterjee durante la ceremonia del Premio Nobel 2007 (izquierda) y con Mick Jagger en Nueva York (derecha) Designed by Harun Ahmed Información adicional: Dr. R K Pachauri. Email: rk@thepopmovement.info Photo credit: Veronica Louro (Shutterstock)