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LA PUDRICIÓN BLANCA DEL RAPS Orlando Andrade V., Ing. Agrónomo, Ph. D., Escuela de Agronomía, Universidad Católica de Temuco, Temuco, Chile Una enfermedad recurrente y de importancia económica en la zona productora de raps canola en Chile, es la pudrición blanca (Sclerotinia stem rot, Canola white rot en Inglés). Su presencia y magnitud es variable en cada temporada, así como también en las diferentes zonas agrícolas del sur del país. Los daños suelen ser significativos en temporadas con condiciones predisponentes. En la eventualidad de que el cultivo se traduzca en mejores expectativas económicas para los agricultores, aumentará la superficie cultivada y se estrechará la rotación, con lo cual esta patología también aumentará su impacto en la producción debido, entre otros factores, al largo periodo de sobrevivencia en el suelo y al amplio rango de hospederos del agente causal. de difícil control. Entre las especies hospederas de este hongo se cuentan ají, alfalfa, coliflor, frejol, garbanzo, lechuga, lupino, maravilla, pepino, pimiento, repollo, tomate, etc. AGENTE CAUSAL La pudrición blanca es causada por el hongo ascomycete Sclerotinia sclerotiorum (Lib.) de Bary (Foto 1). Ocasionalmente se puede encontrar también a Sclerotinia minor asociada a esta misma enfermedad. Foto 2.- Esclerocio de S. Sclerotiorum en el interior del tallo de una planta de raps afectada por pudrición blanca. SINTOMATOLOGÍA En nuestro país los síntomas se hacen evidentes hacia fines de la floración, dado que es durante este período en el que se produce la infección. En otros países con áreas húmedas y frías, se puede producir infección en el período de roseta. Los síntomas se inician mayoritariamente en las zonas de inserción de ramas y ramillas, lugares donde se forma una especie de reservorio natural que acumula agua y pétalos (Foto 3), elementos indispensables para que el hongo inicie el ataque. Foto 1.- Sclerotinia sclerotiorum creciendo en un medio de cultivo en laboratorio. S. sclerotiorum es un hongo capaz de atacar a diferentes especies de plantas cultivadas y malezas. Si a esto se suma su capacidad para formar estructuras de resistencia denominadas esclerocios (Foto 2), las que pueden permanecer viables en el suelo por varios años, se comprenderá entonces el porqué es un patógeno Foto 3.- Acumulación de agua y pétalos en la zona de inserción de una rama. Una vez iniciada la infección, las lesiones necróticas se extienden a lo largo del tallo principal, tomando un aspecto ceniciento a blanquecinas, de márgenes algo más oscuros y bien delimitados, recubriéndose con micelio de color blanquecino (Foto 4). El área afectada se torna blanda y quebradiza. Las ramas y silicuas ubicadas sobre los tallos afectados se secan prematuramente apareciendo en la siembra plantas individuales o por manchones con esta característica (Foto 6). Foto 6.- Plantas secas de raps, debido a un fuerte ataque de pudrición blanca. Foto 4.- Inicio de pudrición blanca en la zona de inserción de una hoja. A medida que la infección progresa, las lesiones circundan todo el tallo, pudiendo comprometer gran parte del mismo. Sobre el micelio blanquecino comienzan a formarse esclerocios, al igual que en el interior del tallo afectado (Foto 5). NIVEL DE DAÑO Las pérdidas de rendimiento pueden superar el 30% en condiciones de severa infección. En Canadá se han reportado daños que llegan al 28%. En Suecia cifras algo superiores. En la zona sur de Chile, se han determinado pérdidas de rendimiento de un 30% y más en parcelas experimentales con sobre un 80% de plantas afectadas por la enfermedad. Siembras establecidas como monocultivo o en rotaciones estrechas, bajo condiciones de alta humedad ambiental y en sectores geográficos de baja ventilación se exponen a los mayores daños. Aún así, el nivel de daño es muy variable según la temporada, tipo de siembra, suelo, manejo del cultivo, etc. La magnitud del daño es equivalente al 50% de la incidencia de la enfermedad. Es decir, un 30% de plantas severamente afectadas, con pudrición del tallo principal, debiera traducirse en alrededor de un 15% de disminución del rendimiento. DESARROLLO DE LA ENFERMEDAD Foto 5.- Tallo principal de una planta de raps, severamente afectada por pudrición blanca. El hongo causante de la pudrición blanca se mantiene en el suelo como esclerocios, que son cuerpos de resistencia capaces de sobrevivir por muchos años. Estos pueden germinar e infectar las plantas a nivel de suelo, pero es poco frecuente. Lo normal es la germinación del esclerocio formando un pequeño cuerpo fructífero llamado apotecio, desde el cual se liberan las esporas del hongo en el período de floración del raps. Estas esporas son transportadas por el aire infectando los pétalos, los que al caer en los reservorios que se forman en las zonas de inserción de las hojas y ramillas, se descomponen estimulando al hongo a producir enzimas degradativas con las cuales inicia el proceso de infección de los tallos. La germinación de los esclerocios y la formación de apotecios se ven estimulados por una alta humedad del suelo previo a la floración. La enfermedad se favorece con una humedad relativa alta y temperaturas templadas a cálidas durante la formación de silicuas y granos. La pudrición blanca también se ve favorecida por el monocultivo de raps o rotaciones estrechas, una alta densidad de plantas, exceso de fertilización nitrogenada y la presencia de rastrojo de raps en superficie, que haya sido afectado por la enfermedad. Control de malezas: el buen control de plantas voluntarias de raps, lupino, alfalfa, etc. durante la rotación, al igual que malezas de hoja ancha hospederas del hongo, disminuirá el potencial de daño de la enfermedad. MEDIDAS DE PREVENCIÓN Y CONTROL Aplicación de fungicidas: La aplicación de fungicida es preventivo puesto que se realiza en ausencia de síntomas, ya que éstos no son visibles al momento del tratamiento. El tratamiento debe realizarse entre 10 y 20% de floración (10-16 flores en el ramillete principal) y cubrir la mayor cantidad de pétalos, e idealmente el tercio superior de las plantas, empleando a lo menos 200 l de agua/ha con la presión necesaria para favorecer su penetración. En zonas de riesgo se podría requerir 2 tratamientos fungicidas, especialmente en variedades e híbridos de largo periodo de floración. Resistencia varietal: No existen variedades resistentes. Todas son susceptibles a la enfermedad, aunque pueden existir algunas menos susceptibles. Rotación de cultivos: En zonas de alto riesgo considerar a lo menos 3 años entre siembras de raps. Los cereales son muy adecuados en la rotación pues no son hospederos del patógeno. Cultivos como el lupino, alfalfa, tréboles, maravilla, etc., pueden disminuir el efecto de la rotación pues son atacados por el mismo hongo. En áreas con una alta superficie sembrada con raps, el efecto de la rotación podría disminuir considerablemente puesto que la infección puede provenir desde otros predios debido a su diseminación aérea. Manejo del rastrojo: en zonas de alto riesgo, es aconsejable enterrar el rastrojo de raps para evitar que quede expuesto a una siguiente siembra. La quema no asegura un mayor éxito. Densidad de plantas: una alta densidad de plantas favorece una alta humedad del suelo, condición óptima para el desarrollo y severidad de la infección. Fertilización: se debe evitar exceder la dosis de nitrógeno puesto que aumenta y prolonga la suculencia del tejido, retarda la lignificación de los tejidos y favorece una alta humedad por el mayor volumen de las hojas. En Chile no hay suficientes antecedentes sobre la efectividad de los distintos fungicidas comercializados para controlar la pudrición blanca, o si existe, no está ampliamente disponible. Noviembre, 2010