Document related concepts
Transcript
38 EL MUNDO. DOMINGO 11 DE SEPTIEMBRE DE 2011 CIENCIA Pinilla del Valle, la nueva cuna de los neandertales ROSA M. TRISTÁN / Madrid La NASA regresa a la Luna G Dos naves despegan con éxito para estudiar la gravedad del satélite TERESA GUERRERO / Madrid Dos sondas gemelas de la NASA viajan ya hacia la Luna. Despegaron ayer desde Cabo Cañaveral (Florida) a pesar de las malas previsiones meteorológicas, que auguraban una alta probabilidad de que el lanzamiento tuviera que ser pospuesto de nuevo debido a la lluvia o el viento. El comienzo de la misión GRAIL (Gravity Recovery And Interior Laboratory) estaba previsto inicialmente para el pasado jueves y después se retrasó hasta el viernes, pero el fuerte viento impidió en ambas ocasiones dar luz verde a la salida del cohete Delta II en el que viajan. El objetivo de esta misión no tripulada a nuestro satélite, la más ambiciosa hasta ahora, será recopilar los datos necesarios para crear un completo mapa de la gravedad de la Luna en alta resolución. La técnica empleada será muy parecida a la utilizada por la sonda GRACE (Gravity Recovery And Climate Experiment), que en 2002 comenzó a elaborar un mapa de la gravedad de la Tierra. La información proporcionada por las sondas lunares ayudará a los científicos a estudiar su estructura interna y su evolución termal. Investigarán qué hay bajo la corteza lunar y si su núcleo es sólido, líquido o una combinación de ambos. Los datos serán cruzados con las imágenes en alta resolución obtenidas por otras naves no tripuladas, como el Orbitador de Reconocimiento Lunar (LRO, en sus siglas en inglés), y las muestras de rocas y suelo que los astronautas de las misiones Apolo trajeron consigo entre 1969 y 1972. Mediante el estudio de su campo gravitatorio, los científicos de la NASA esperan poder colocar una de las piezas claves en el puzzle del origen y la evolución de nuestro satélite y, de manera indirecta, permitirá investigar cómo se formaron la Tierra y otros planetas rocosos de nuestro Sistema Solar, como Venus, Martes y Mercurio. A pesar de que EEUU no planea enviar en los próximos años astronautas a la Luna, estas misiones no tripuladas fueron aprobadas antes de que el presidente, Barack Obama, cancelara el programa para que el hombre regresara al satélite terrestre. Por ello, la información recabada por este tipo de sondas de exploración ayudará a seleccionar los mejores lugares para futuros aterrizajes de naves tripuladas y a calcular las rutas de forma más precisa. Si todo continúa según lo previsto, la primera nave GRAIL llegará a su destino a principios del año 2012. La segunda nave lo hará un día más tarde. Misiones tripuladas A pesar de que la tecnología actual permite viajar a la Luna en sólo tres días, los científicos de la NASA han diseñado un itinerario más largo que, sumado a la menor potencia del cohete Delta II y a las complejas maniobras que tendrán que hacer las sondas, hará que el viaje se prolongue durante más de tres meses. Cada una de las naves tiene un tamaño parecido al de una lavadora y pesa unos 200 kilogramos. Son casi idénticas y prácticamente Un mundo inhabitable El ex responsable de las actividades de la NASA en España Luis Ruiz de Gopegui cree que el hombre no volverá a pisar la Luna hasta dentro de 20 años. En una entrevista en RNE, Gopegui explicó que misiones como ‘GRAIL’ son de gran importancia para conocer con mayor precisión la gravedad del satélite y no cometer errores, como los sucedidos con el ‘Apolo 9’ el 21 de julio de 1969, que alunizó en la superficie lunar con seis kilómetros de error porque se desconocía la gravedad de la Luna. Por lo que respecta a la posibilidad de construir bases para largas estancias, el ex responsable de la NASA admitió que «es imposible» que el hombre pueda vivir de forma per- manente en el satélite terrestre. No obstante, sí ve posible establecer una base lunar estable, donde los científicos puedan investigar durante dos o tres meses: «Vivir igual que en la Tierra no se logrará nunca porque tiene un ambiente inhóspito, una tremenda radiación solar, no tiene atmósfera y se registran temperaturas muy extremas» , aseguró. sólo se diferencian en la orientación de sus antenas. GRAIL-A seguirá a su nave gemela, GRAIL-B, cuando viajen alrededor de la Luna. Cada una de ellas cuenta con dos paneles solares y una batería de litio, que les suministrará energía cuando orbiten en zonas que permanezcan a la sombra. Para aprovechar al máximo la luz solar, su misión se desarrollará durante dos eclipses lunares que tendrán lugar el 10 de diciembre de 2011 y el 4 de junio de 2012. Las naves comenzarán a medir el 8 de marzo. La fase científica se prolongará durante 82 días, que es el máximo periodo en el que la orientación del Sol respecto a las naves permitirá a sus antenas realizar sus mediciones mientras mantienen sus paneles orientados al astro rey. La misión, cuyo presupuesto asciende a 496 millones de euros (unos 355 millones de euros), plantea importantes desafíos tecnológicos. Colocar a dos naves en una determinada órbita lunar y en un momento preciso requerirá un gran número de maniobras en el espacio. Aunque las naves han sido lanzadas en el mismo cohete, seguirán rutas distintas y entrarán en la órbita lunar de forma independiente. Después, a lo largo de dos meses, efectuarán decenas de movimientos para situarse en la órbita y en la posición adecuada. Las sondas cuentan, asimismo, con un sistema de cámaras para un proyecto educativo. Se trata de la primera vez que una misión planetaria de la NASA lleva instrumentos que serán utilizados exclusivamente para la divulgación científica. «Este lugar era el Ngorongoro. Un valle con fauna africana, rinocerontes, leones o hienas, y también euroasiática, como osos y lobos. Y los neandertales cazando, refugiados en pequeñas cuevas. Un lugar lleno de vida y de muerte». Así debía ser la vida hace 100.000 años en el paraje en el que se encuentran los yacimientos paleontológicos de Pinilla del Valle, según Enrique Baquedano, codirector de un proyecto científico que celebra creciendo su décimo aniversario. El cerro en el que se excava cada vez parece más un queso gruyer y en cada agujero hay sorpresas para el equipo científico que quiere convertir el lugar en un punto de referencia de los neandertales que vivieron en el centro de la península milenios antes de que dieran su último suspiro en Gibraltar. Esta campaña, un centenar de personas trabajarán hasta mediados de septiembre, buscando restos de aquellos parientes que nos dejaron parte de su ADN, mejorando nuestro sistema inmunológico, según una investigación reciente. Donde hay ahora un pequeño pueblo serrano y chalés de fin de semana de los madrileños, en torno a un embalse, hace muchos milenios era un valle angosto, de origen tectónico, con buenos pastos y un arroyo, el de Navalmaíllo, a cuyas orillas bebían los animales. Hallado por casualidad En una de las orillas había un cerro horadado, un sistema kárstico similar al de Atapuerca que el agua había ido agujereando con el tiempo, y que daba refugio a aquellos humanos en un periodo en el que no hacía mucho frío, por la fauna que les rodeaba. Los primeros restos de aquellos nómadas, cazadores y recolectores del Pleistoceno se encontraron, como suele suceder, al hacer el camino de mantenimiento que rodea el embalse, en los años 80. En ese lugar está el yacimiento Cueva Camino, hoy sin actividad, pero que en su día, hace unos 90.000 años, fue un cubil de hienas al que llevaban restos de sus banquetes, incluso de neandertales. El paleontólogo Juan Luis Arsuaga, otro de los tres codirectores, junto con Baquedano y el geólogo Alfredo PérezGonzález, explica que fue allí donde salieron las dos muelas de neandertales que abrieron la mina. «Se encontraron en los años 80, cuando se pensaba que era una cueva de neandertales y no de hienas», explica Arsuaga. El objetivo último es crear en este pequeño valle madrileño un parque arqueológico que sea visitable por quienes quieran conocer el pasado.