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Tejido muscular Está caracterizado por su capacidad para contraerse, por lo general en respuesta a un estímulo nervioso. La unidad básica de todo músculo es la miofibrilla, estructura filiforme muy pequeña formada por proteínas complejas. Cada célula muscular o fibra contiene varias miofibrillas, compuestas de miofilamentos de dos tipos, gruesos y delgados, que adoptan una disposición regular. Cada miofilamento grueso contiene varios cientos de moléculas de la proteína miosina. Los filamentos delgados contienen dos cadenas de la proteína actina. Las miofribrillas están formadas de hileras que alternan miofilamentos gruesos y delgados con sus extremos traslapados. Durante las contracciones musculares, estas hileras de filamentos interdigitadas se deslizan una sobre otra por medio de puentes cruzados que actúan como ruedas. La energía que requiere este movimiento procede de mitocondrias densas que rodean las miofibrillas. El músculo debido a su alto consumo de energía, requiere una buena irrigación sanguínea que le aporte alimento y para eliminar desechos. Esto junto al pigmento de las células musculares, le dan al músculo una apariencia rojiza en el ser vivo. Existen tres tipos de tejido muscular. El cuerpo humano está formado aproximadamente de un 40% de músculo esquelético y un 10% de músculo cardíaco y músculo liso. Figura 1. Ubicación de los diferentes tipos de músculo. Figura 2. Diversos tipos de células musculares. Músculo esquelético Recibe tal nombre por su localización, ya que se encuentra unido al esqueleto. Es un tipo de músculo estriado, es decir, sus fibras contienen bandas oscuras y claras alternadas, llamadas estrías, dispuestas de manera perpendicular al eje longitudinal de las fibras y visibles con el microscopio óptico. Está formado por células o fibras alargadas y multinucleadas que sitúan sus núcleos en la periferia. Obedecen a la organización de proteínas de actina y miosina y que le confieren esa estriación que se ve perfectamente al microscopio. Son usados para facilitar el movimiento y mantener la unión hueso-articulación a través de su contracción. Estos músculos son generalmente, de contracción voluntaria (a través de inervación nerviosa), aunque pueden contraerse involuntariamente. Tienen una gran capacidad de adaptación, modifica más que ningún otro órgano tanto su contenido como su forma. De una atrofia severa puede volver a reforzarse en poco tiempo, gracias al entrenamiento, al igual que con el desuso se atrofia conduciendo al músculo a una disminución de tamaño, fuerza, incluso reducción de la cantidad de orgánulos celulares. Si se inmoviliza en posición de acortamiento, al cabo de poco tiempo se adapta a su nueva longitud requiriendo entrenamiento a base de estiramientos para volver a su longitud original. Figura 3. Corte longitudinal de músculo esquelético. Figura 4. Corte transversal de tejido muscular esquelético Músculo liso También es conocido como visceral o involuntario, se compone de células fusiformes y delgadas. Carecen de estrías transversales aunque muestran ligeramente estrías longitudinales. El estímulo para la contracción de los músculos lisos está mediado por el sistema nervioso vegetativo autónomo. El músculo liso se localiza en los aparatos reproductor y excretor, en los vasos sanguíneos, en la piel y órganos internos. El músculo liso posee además, al igual que el músculo estriado, las proteínas actina y miosina. Este tipo de músculo forma la porción contráctil de la pared de diversos órganos tales como tubo digestivo y vasos sanguíneos que requieren una contracción lenta. Figura 5. Corte longitudinal de músculo liso Músculo cardíaco Es un músculo estriado, al igual que el esquelético. Sin embargo, se diferencia de él por ser involuntario, puesto que es imposible la regulación consciente de sus contracciones. Las fibras del músculo cardíaco se ramifican y usualmente tienen un solo núcleo de posición central, si bien en ocasiones existen dos núcleos por fibra. Figura 6. Corte longitudinal de músculo cardíaco. Tejido sanguíneo Está formado por una fase intercelular líquida llamada plasma y una fase sólida de elementos celulares (glóbulos rojos y glóbulos blancos) y no celulares (plaquetas). Una de sus principales funciones es el transporte de sustancias, ya que por medio de los glóbulos rojos se encarga de la distribución del oxígeno desde los pulmones hacia todas las células del cuerpo y de la remoción de parte del dióxido de carbono producido por el metabolismo celular. Asimismo, transporta los nutrientes absorbidos en los intestinos hacia todos los tejidos y conduce hacia los riñones las sustancias de desecho celular. La sangre también se encarga de distribuir las hormonas secretadas por las glándulas endócrinas. Por otra parte, la sangre protege al organismo de diversas agresiones externas mediante el accionar de sus glóbulos blancos y otras células. Además, interviene en los procesos de coagulación gracias a las plaquetas y a otros factores relacionados, responde a las lesiones que ocasionan los procesos inflamatorios mediante los glóbulos blancos y es fundamental para mantener la homeostasis, es decir, el equilibrio bioquímico entre los líquidos y los tejidos del organismo. Figura 1. Composición del tejido sanguíneo. Componentes sólidos de la sangre Eritrocitos: son los responsables de dar el color rojo a la sangre por su alto contenido en hemoglobina, una proteína que contiene hierro en su estructura. Su principal misión es la de transportar el oxígeno y el CO2. El eritrocito, en mamíferos, se puede considerar como una célula modificada para su función puesto que no posee núcleo y carece de mitocondrias y otros orgánulos celulares. Tienen una forma bicóncava de unas 7,5 µm, lo que le confiere mayor superficie de intercambio con el plasma sanguíneo. Los eritrocitos constituyen aproximadamente el 45 % del volumen sanguíneo. Plaquetas: son pequeñas porciones de citoplasma sin núcleo. Su principal misión es cooperar en la aglutinación y coagulación sanguínea. Están presentes en los mamíferos, pero no en los vertebrados inferiores. Se forman mediante "desgajes" del citoplasma de unas células denominadas megacariocitos que se encuentran en la médula ósea. Leucocitos: presentan núcleo y son incoloros en la sangre. Su principal misión es la defensa del organismo frente a agresiones como los patógenos externos o alteraciones aberrantes internas. . Los glóbulos blancos se clasifican en granulares (neutrófilos, eosinófilos y basófilos) y agranulares (linfocitos y monocitos). Los neutrófilos son los leucocitos granulares más abundantes y representan el 60-70% de todos los leucocitos. Se reconocen fácilmente por su núcleo multilobulado. Son uno de los principales tipos celulares que intervienen en la defensa frente a las infecciones bacterianas. Los eosinófilos representan del 2 al 5% de la población leucocitaria. Su núcleo es bilobulado y en su citoplasma presentan granos (con proteínas de carácter básico) que se caracterizan porque se tiñen fuertemente con colorantes ácidos como la eosina. Los basófilos son los leucocitos granulares menos abundantes y más pequeños, representando el 0.5% del total. Su núcleo es poco lobulado. Se caracterizan por poseer granos que se tiñen con colorantes básicos como la hematoxilina. Los linfocitos son, después de los neutrófilos los leucocitos más abundantes, representando del 20 al 35 % de las células sanguíneas. Son células pequeñas, aunque se puede encontrar una cierta variabilidad en su tamaño. Los dos grandes grupos de linfocitos son los B y los T. Ambos principales responsables de las respuestas de defensa inmune del organismo. Los otros leucocitos agranulares son los monocitos contribuyen a las respuestas de defensa del organismo, abandonando la sangre y desplazándose al lugar de la infección o daño, donde se convierten en macrófagos. Figura 2. Células sanguíneas. A. Eritrocitos. B. Neutrófilos. C. Eosinófilos. D. Linfocito Figura 3. Distintos tipos de células de la sangre. Figura 4. Células sanguíneas. Plaquetas y neutrófilos. Tejido nervioso La unidad básica que compone esta red de tejidos que forman el sistema nervioso, es la neurona. Su principal característica es la excitabilidad eléctrica de su membrana plasmática. Están especializadas en la recepción de estímulos y conducción del impulso nervioso entre ellas o con otros tipos celulares, como por ejemplo las fibras musculares. El tejido nervioso comprende aproximadamente billones de neuronas y una incalculable cantidad de interconexiones, que forma el complejo sistema de comunicación neuronal. Las neuronas presentan unas características morfológicas típicas: un cuerpo celular llamado soma, una o varias prolongaciones cortas que generalmente transmiten impulsos hacia el soma celular, denominadas dendritas y una prolongación larga, denominada axón, que conduce los impulsos desde el soma hacia otra neurona u órgano. El tamaño del cuerpo celular puede ser desde 5um hasta 135um, sin embargo las prolongaciones o dendritas pueden extenderse a una distancia de más de un metro. El número, la longitud y la forma de ramificación de las dendritas brindan un método morfológico para la clasificación de las neuronas. Figura. 1 Esquema de una neurona Hay muchos tipos de neuronas, pero se pueden distinguir tres grandes categorías basadas en su función: 1. Neuronas sensoriales son sensibles a varios estímulos no neurales. Hay neuronas sensoriales en la piel, los músculos, articulaciones, y órganos internos que indican presión, temperatura, y dolor. Hay neuronas más especializadas en la nariz y la lengua que son sensibles a las formas moleculares que percibimos como sabores y olores. Las neuronas en el oído interno nos proveen de información acerca del sonido, y los conos y bastones de la retina nos permiten ver. 2. Las neuronas motoras son capaces de estimular las células musculares a través del cuerpo, incluyendo los músculos del corazón, diafragma, intestinos, vejiga, y glándulas. 3. Las interneuronas son las neuronas que proporcionan conexiones entre las neuronas sensoriales y las neuronas motoras, al igual que entre ellas mismas. Las neuronas del sistema nervioso central, incluyendo al cerebro, son todas interneuronas. La mayoría de las neuronas están reunidas en grupos de un tipo u otro, a menudo visible a simple vista. Un grupo de cuerpos celulares de neuronas es llamado ganglio. Un conjunto de fibras nerviosas o axones se denomina nervio. Figura 2. Distintos tipos de neuronas. Figura 3. Neuronas motoras.