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Gaceta A rt íc u lo c i e nt í f ic o Aportaciones de la optometría en la interpretación de obras artísticas. A propósito de un caso La colaboración interdisciplinar entre investigadores de diferentes disciplinas es un terreno que la ciencia está explotando cada vez más. El objetivo básico es lograr mayores avances por medio de la reunión de diversos enfoques y puntos de vista distintos, propios a cada una de las ciencias colaboradoras. En la Optometría, al igual que ocurre en otras ramas de las ciencias de la salud, la colaboración interdisciplinar se desarrolla con intensidad. La forma más manifiesta es la existente entre los oftalmólogos y los optometristas, logrando, gracias a ella, que la salud visual de la población esté mucho más cuidada y protegida. Este artículo pretende demostrar como la cooperación entre investigadores de disciplinas tan distintas como la Optometría y la Historia pueden ser tremendamente enriquecedoras para la interpretación de temas comunes a ambas materias. Esperamos que sirva como ejemplo para una apertura de miras en la investigación optométrica. Palabras Clave Obras de arte, instrumentos ópticos, León X, lupa, lente negativa, miopía, monóculo, exotropia. Introducción Ana Belén Gargantilla Madera Diplomada en Óptica y Optometría. Coleg.: 11.196 Óptica 2000 Castellana (Madrid). Diego Garrote Valero Licenciado en Historia. Diplomado en Óptica y Optometría. Coleg.: 16.854 Multiópticas Castilladecor (Madrid) nº 501 MARZO 2015 Numerosas obras de arte pictóricas contienen elementos propios de la disciplina de la optometría. Los artistas, al igual que hoy día hacen los fotógrafos, pintaban en sus obras los avances técnicos de su tiempo y los instrumentos ópticos utilizados habitualmente en sus sociedades. Generalmente, la interpretación de los instrumentos ópticos aparecidos en las obras pictó- ricas es desarrollada por los especialistas en Historia del Arte, los cuales no suelen tener un gran conocimiento sobre nuestra disciplina. Aunque no suele ser muy problemático en la mayoría de las ocasiones, con ciertas obras la confusión puede producir conclusiones bastante erróneas. Uno de los casos en los que nos hemos encontrado un error de interpretación grave es en la obra de Rafael Sanzio (1483-1520) titulada El Papa León X con los cardenales Giulio de Médici y Luigi de Rossi. Como veremos a continuación, la interpretación clásica de esta obra de arte y, en concreto, del instrumento óptico que aparece en ella, resulta errónea utilizando únicamente los criterios de la Historia del Arte. La Optometría, como disciplina que estudia los instrumentos ópticos, puede y debe ofrecer su valoración al respecto para lograr la interpretación correcta del instrumento en cuestión. Con ello se logrará tener un conocimiento más apropiado y completo de esta magnífica obra de arte. Análisis artístico de la obra El cuadro que analizamos se trata de una tabla que posee las siguientes medidas: 155,2 x 118,9 cm. Actualmente se conserva en la Galleria Palatina degli Ufizzi (Florencia, Italia), aunque no fue el único lugar donde estuvo expuesto. En 1589 fue trasladado al Palazzo Pitti, donde permaneció hasta 1797. La invasión napoleónica de Italia supuso que la obra fuese considerada un botín de guerra, por lo que fue trasladada a París, lugar donde permaneció hasta 18161. Finalmente, desde el año 1952, la obra se expone en la Galleria degli Ufizzi2. Su fecha de creación fue definida de forma exacta gracias a las investigaciones de Parronchi (1962) y Sherr (1983), quienes analizaron la correspondencia relativa a esta obra. Gracias a sus estudios sabemos que el 1 de septiembre de 1518 la obra fue enviada de Roma a Florencia y días después estuvo presente en la boda entre Lorenzo II de Médici y Maddalena de la Tour d´Auvergne1. Figura 1. El papa León X con los cardenales Giulio de Médici y Luigi de Rossi. La mejor descripción artística de esta obra la realizó el pintor Giorgio Vasari (1511-1574), célebre por las biografías que realizó sobre distintos artistas italianos. Según podemos leer en su conocidísima obra Las vidas de los más ilustres arquitectos, pintores y escultores desde Cimabue a nuestros tiempos: “En Roma [Rafael] pintó un cuadro de grandes dimensiones en el que retrató al Papa León, al cardenal Giulio de Médicis y al cardenal de Rossi, y en el que se pueden ver las figuras no como si fueran algo fingido, sino como si fueran de bulto redondo. En él se reconoce la textura del terciopelo, el tejido de Damasco que viste el Papa es tan real que parece tintinear y brillar; y las pieles de los forros son suaves y reales; los oros y las sedas no parecen colores, sino oro y seda auténticos. Hay un libro de pergamino miniado que parece más verdadero que la propia realidad, una campanilla de plata labrada que sería una maravilla describir todos sus detalles. Y, entre otros, hay una esfera bruñida de oro en la silla en la que, a guisa de espejo, se reflejan (tanta es su cla- nº 501 MARZO 2015 Gaceta A rt íc u lo c i e nt í f ic o ridad) las luces de las ventanas, la espalda del Papa y el contorno de la sala; y todas estas cosas están ejecutadas con tanta diligencia, que se puede creer también y con seguridad que ningún maestro es o será capaz de hacerlo mejor3”. De sus palabras podemos deducir que la obra presenta con una exactitud casi fotográfica la realidad de las figuras representadas. Tal detallismo nos resulta enormemente valioso para nuestro análisis actual de la obra, pudiendo descubrir datos que de otra forma sería imposible averiguar. Un ejemplo lo tenemos en el códice miniado que se encuentra abierto junto a León X. Tal es la exactitud con la que fue representado que los especialistas han conseguido leer las palabras y apreciar las miniaturas que en él aparecen. De esta forma han conseguido reconocer el códice como la Biblia Hámilton, hoy día conservado en el Gabinete de las Estampas del Staatliche Museen de Berlín2. Aunque Vasari no comentó en su descripción nada sobre el instrumento óptico que sostiene León X en su mano izquierda, numerosos estudios posteriores sobre la obra se han detenido en él. Y todos, sin excepción, catalogan tal instrumento óptico como una lupa. A modo de ejemplo vamos a mostrar unas pocas descripciones que los estudios artísticos muestran sobre este instrumento óptico. En todos los casos se interpreta como una lupa al asociarlo al códice que está abierto sobre la mesa. “En las manos sostiene una pequeña lupa con la que acaba de examinar el gran libro dorado que descansa sobre la mesa ante él”4. “y un manuscrito con preciosas miniaturas, que León acaba de contemplar con la lupa”5. “Rafael lo colocó en una mesa con una lupa en la mano gozando de las miniaturas de su devocionario”6. Análisis optométrico de la obra Ante tal unicidad de criterio a la hora de definir este instrumento óptico como una lupa, nº 501 MARZO 2015 Figura 2. Detalle del instrumento óptico que sostiene León X. en el mundo de la historia del arte, debemos preguntarnos por las causas que influyeron en tal consideración. A nuestro entender existen tres razones principales: > Similitud tipológica con modelos actuales de lupa. En la actualidad existen numerosas lupas que poseen esta forma característica: una lente circular y un único mango para colocarla próxima al texto que se desea leer. > Interpretación habitual al encontrarse el Papa sentado junto a un libro. Resulta lógico para un profano de la óptica asociar el libro con el instrumento óptico. Máxime si tenemos en cuenta que León X (1475-1521) debía tener 42 años a la hora de realizarse el retrato, momento en el que suele aparecer la presbicia o vista cansada. > Creencia popular sobre el uso de las primeras gafas. La mayoría de profanos en temas ópticos piensan que las primeras gafas que se crearon en Italia durante la edad Media fueron únicamente confeccionadas para compensar la vista cansada o presbicia. No obstante, estudios recientes han demostra- do que las lentes negativas para compensar la miopía se empezaron a fabricar y utilizar desde inicios del siglo XV 7. Por tanto, es perfectamente posible que León X tuviera entre sus manos tanto una lente negativa como positiva. Nuestra primera intuición como ópticos-optometristas es fijarnos en el instrumento óptico en cuestión, pues si fue retratado con tanto detalle como el resto de objetos de la obra su identificación es sencilla. Una lente que agrande los objetos será positiva y una que los empequeñezca será negativa. Gracias a los procesos de digitalización de las obras de arte llevados a cabo por los museos es posible, hoy día, acercarnos con detalle a las distintas partes de la obra. Lamentablemente, nuestro artista dejó una borrosidad en la lente de tal cuantía que no es posible identificarla a simple vista. Debemos por tanto investigar a través de otros caminos. Una manera de aproximarnos a la realidad de este instrumento óptico es conociendo al personaje que lo utilizó. Existen numerosas descripciones sobre León X en los documentos antiguos, pues fue uno de los Papas más polémicos. Recordemos simplemente que durante su papado se inició la revuelta luterana, cuyo principal motivo fue la condena de la venta de indulgencias para costear la Basílica de San Pedro. Dejando a un lado las descripciones más o menos partidistas sobre este personaje, a nosotros nos interesa centrarnos en los detalles relativos a su visión. Y en este particular tenemos varias citas importantes que nos ponen en el camino correcto para interpretar correctamente el instrumento óptico que sostiene entre sus manos. Figura 3. Lente de León X conservada en el Museo Galileo. Pieraccini realizó un estudio sobre la familia Médici y concluyó que eran fuertemente miopes varios miembros de ella, destacando a Lorenzo el Magnífico, León X, Fernando, Catalina y María, reina de Francia9. Por tanto, parece que las fuentes documentales referentes a la visión de León X lo definen como una persona fuertemente miope, lo que invalidaría completamente la consideración de una lupa al instrumento óptico que analizamos. Benito Daza de Valdés escribía lo siguiente ya en el año 1623: Además de lo anterior, en el Museo de la Historia de la Ciencia de Florencia se conserva un instrumento óptico que perteneció a León X y guarda un gran parecido con el que aparece en la obra que analizamos. Se trata de una lente bicóncava montada en un anillo de madera con un asa finamente labrada. El diámetro de la lente ronda los 75 milímetros y la potencia de la lente las 12 dioptrías10. “Uno de los primeros documentos artísticos probatorios del uso de los vidrios cóncavos es el del papa León X, que era fuertemente miope (como casi todos los Médici, familia en la cual la miopía era hereditaria), pintado por Rafael Sanzio de Urbino entre 1517 y 15198”. Aunque no podemos definir este objeto como el que aparece en nuestra obra, si podemos inferir que se trata de uno muy parecido en cuanto a tipología. Y lo que nos queda claro es su uso para ver objetos en la lejanía y nunca en distancias cortas. nº 501 MARZO 2015 Gaceta A rt íc u lo c i e nt í f ic o concluyeron que la razón de tal compensación se debía a la existencia de una exotropia por ambliopía del ojo derecho. Según estos investigadores, Rafael pintó a León X mirando hacia su derecha para disimular tal defecto de visión11. En efecto, si nos fijamos en la obra de Rafael podemos apreciar cierta desviación del ojo derecho. Tal desviación resulta también visible, someramente, en el retrato realizado a León X por Angelo Bronzino. Figura 4. Retrato de León X por Valore Casini. El uso de este tipo de monóculo con asa para ver objetos lejanos debía ser algo habitual en el día a día de León X o al menos eso podemos conjeturar al observar el retrato que de él hizo Valore Casini. En este retrato podemos observar a León X sentado y sosteniendo en su mano izquierda un instrumento óptico similar al reproducido en la obra de Rafael. En este caso no existe ningún libro con el que asociar a la supuesta lupa, por lo que la interpretación más plausible sería la de ser utilizada como monóculo para ver objetos lejanos. Nuestra formación como optometristas nos lleva a preguntarnos sobre la elección de este método tan curioso para compensar su fuerte miopía. En caso de necesitar una corrección optométrica para poder ver objetos alejados, hubiera sido más normal utilizar gafas con dos cristales que un monóculo. Respecto a esta cuestión, un grupo de oftalmólogos del Hospital Clínico San Carlos de Madrid nº 501 MARZO 2015 Aunque es una hipótesis de trabajo bastante interesante que explica la razón del uso de un monóculo en vez de unas gafas, nosotros no estamos del todo de acuerdo por dos motivos. En el retrato realizado por Valore Casini (Figura 3) no se aprecia ninguna desviación en el ojo derecho. Por otro lado, resultaba habitual en los retratos dibujar cada ojo con una dirección de mirada diferente, pues de esta forma se lograba el efecto simulado de que el retratado parecía seguir con la mirada al observador de la obra. Esta técnica pictórica fue ampliamente utilizada, por ejemplo, por Alberto Durero en sus autorretratos. Las razones al uso de un monóculo en vez de unas gafas las podemos encontrar, sin negar totalmente la posibilidad de una ambliopía en el ojo derecho, a la tipología de gafas existentes a inicios del siglo XVI. Las monturas más comunes en la época eran del tipo “gafas de remache”, las cuales consistían en dos monóculos con asa redondos unidos por un remache central. Su anclaje en la nariz era bastante deficiente por lo que era necesario sujetarlas con las manos para evitar su caída. En el caso particular de León X, el notable grosor y peso de los vidrios necesarios para compensar su alta miopía hacían aún más insufrible el porte de estas gafas. Hasta el último cuarto del siglo XVI no aparecerá un método de sujeción de las monturas para evitar su caída. Se trataba de la llamada “sujeción a la española”, la cual consistía en añadir unas tiras de cuero a las monturas, las cuales se anudaban detrás de la cabeza. El Greco nos legó un magnífico ejemplo en su famoso retrato del Cardenal Fernando Niño de Guevara. Por tanto, pudo ser debido a la incomodidad de la tipología de gafas existente en la época lo que hizo a León X decantarse por este tipo de corrección óptica a su problema visual. Ello encajaría notablemente con su carácter sibarita y excéntrico, propio de los personajes de alta alcurnia renacentistas. Conclusiones El presente estudio ha demostrado, sin ningún género de dudas, que la identificación del instrumento óptico utilizado por el papa León X, realizada por los expertos en historia del arte, es totalmente equivocada. En ningún caso se trataría de una lupa para agrandar objetos y poder leerlos mejor, dadas las características visuales del individuo que la porta. El estudio optométrico de la obra, así como la consulta de obras pertenecientes a la ciencia óptica han permitido averiguar la graduación aproximada de León X y definir el objeto aparecido en el retrato realizado por Rafael como una lente negativa, cuya función sería poder ver nítidamente los objetos lejanos. La colaboración interdisciplinar entre diferentes ciencias del conocimiento ha demostrado obtener mejores interpretaciones globales en los estudios compartidos. Esperamos que este tipo de trabajos animen a los investigadores a abordar campos ajenos a sus ex- Figura 5. Retrato de León X por Angelo Bronzino. ploraciones habituales y aportar en ellos, desde su conocimiento, nuevas vías de investigación y novedosos enfoques interpretativos. BIBLIOGRAFÍA 1. Ferino Pagden S, Zancan MA. Rafael. Madrid: Akal, 1992: p. 134. 2. Sgarzini G. Rafael. ATS Italia Editrice, 2006: p. 50. 3. Vasari G. Las vidas de los más ilustres arquitectos, pintores y escultores desde Cimabue a nuestros tiempos (antología). Madrid: Tecnos, 1998: p. 352. 4. Cusk R. La última Cena. Random House Mondadori, 2011. 5. Aubert R. Nueva historia de la Iglesia. Cristiandad S.L. 1987: p. 469. 6. Antal F. Rafael entre el clasicismo y el manierismo: cuatro conferencias sobre la pintura de Italia central en los siglos XVI y XVII. Visor, 1988: p. 93. 7. Ilardi V. Renaissance Vision from Spectacles to Telescopes. Philadelphia. American Philosophical Society, 2007: p.75. 8. Daza de Valdés B. Uso de los anteojos para todo género de vistas. Madrid: Imp. Cosano. 1974: p. 33. 9. VVAA. Archivos de la Sociedad Oftalmológica Hispano-Americana. 1948: p.671 10. Pérez Mogollón JF. Una visión histórica de la óptica. Revista ciencia y tecnología para la salud visual y ocular, 2006; 007: 91-105. 11. Santos-Bueso E, Sáenz-Francés F, García-Sánchez J. Patología ocular en la obra de Rafael Sanzio (II). El papa León X. Archivos Sociedad Española Oftalmología. 296. nº 501 MARZO 2015