Download La Política y el Estado como Insubordinacion Fundante
Document related concepts
Transcript
Diplomatura Universitaria en Historia Argentina y Latinoamericana Las Guerras de Independencia y los proyectos de una Patria Grande. Belgrano, San Martín, el Ejército de Los Andes. La gesta libertadora: San Martín y Bolívar. El Congreso de Panamá. Guayaquil. Realicen un breve ensayo (hasta cinco páginas), tomando como referencia este documento a la luz de la tesis de la “insubordinación fundante” con el objetivo de bucear las causas del fracaso de la unidad política de América del Sur, y proyección hacia el presente. Integrantes: Selene García, María Emilia García, María Eliana García, María del Carmen VelózRua, Adriana Fernández, Carla Deheza – UNSL La Política y el Estado como Insubordinación Fundante Afirma el Dr. Marcelo Gullo que Simón Bolívar, avanzado ya el proceso de la Independencia, comienza a reflexionar sobre el mismo y a preguntarse qué es más importante si la independencia o la unión, concluye que es la unión lo fundamental para nuestros pueblos. Alentado por ese motivo es que entre varías estrategias promueve la realización del Congreso Anfictiónico de Panamá. Anfictionía de acuerdo al Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española es: Confederación de las antiguas ciudades griegas, para asuntos de interés general. Bolívar llama a los gobiernos de México, Perú, Chile y Buenos Aires para formar una Confederación, es su firme intención la conformación de una gran Nación Hispanoaméricana cuya unión permitiría la defensa militar y política de nuestras nacientes repúblicas frente a los enemigos externos. Recordemos que ya en 1815 en la Carta de Jamaica, el Libertador consideraba como “una idea grandiosa pretender formar de todo el mundo nuevo una sola nación con un solo vínculo que ligue sus partes entre sí y con el todo. Ya que tiene un origen, una lengua, unas costumbres y una religión, debería por consiguiente tener un solo gobierno que confederase los diferentes Estados que hayan de formarse…” 2 La idea de Bolívar como la de nuestros Héroes de la Independencia: San Martín, Belgrano, O´Higgins, Artigas, es la de la Patria Grande, desean que el proceso revolucionario finalice con la unidad política hispanoamericana. Frente a ellos la oposición estará dada por los hombres de la Patria Chica. Las oligarquías comerciales que han amasado su capital económico gracias al contrabando que llega a los puertos desde Gran Bretaña. Estas oligarquías que están “de cara al mar y de espaldas a la América profunda” no quieren una gran Nación, quieren pequeños Estados que puedan manejar. Los mueve un poderoso interés económico: no quieren Estados que sobrepasen territorialmente sus cadenas de distribución ya que los productos que ingresan por el contrabando tienen una cadena de distribución montada. Sin lugar a dudas las oligarquías que manejan el poder en el Virreinato del Río de la Plata utilizarán diferentes medios para impedir la conformación de una gran Nación Hispanoamericana, pero hay además detrás de estos intereses otros más poderosos, hablamos de los objetivos que el Imperio Británico se ha propuesto para dominar económica y culturalmente a las ex colonias españolas. Poder ver y analizar el papel que Gran Bretaña y las grandes potencias han jugado en el desarrollo de la historia de nuestro país resulta fundamental para conocer y transformar la realidad del mismo. El accionar de Inglaterra sobre Argentina es algo que la historia oficial ha ocultado. Sucede entonces lo que bien afirma Scalabrini Ortiz “Las revoluciones se explican como simples explosiones pasionales y ocurren sin que nadie provea fondos, vituallas, municiones, armas, equipajes. El dinero no está presente en ellas, porque rastreando las huellas del dinero se puede llegar a descubrir los principales movilizadores revolucionarios”. Gullo afirma que “cuando comenzó a quedar claro que el proceso político iniciado en 1810 terminaría en la independencia política de Hispanoamérica de España, Gran Bretaña se planteó alcanzar cuatro objetivos fundamentales: 1. Qué el proceso de independencia de Hispanoamérica diera origen a la mayor cantidad de Estados posibles .2) Qué los nuevos Estados Hispanoamericanos adoptaran de forma irrestricta el libre comercio. 3) Que cada uno de los nuevos Estados se endeudara con la Banca Inglesa. 4) que en cada una de las nuevas repúblicas las masas populares se fueran “descatolizando”. 3 Pero lo principal a destacar de estos objetivos es el medio que utilizará Inglaterra para alcanzarlos. Vencida militarmente en 1806 y 1807, hará uso a partir de entonces de su diplomacia. Inglaterra se propondrá un dominio ideológico y cultural de la sociedad. Dice Juan José Fernández Arregui que “la subordinación ideológica-cultural, tiene como finalidad última no solo la conquista de las mentalidades sino la destrucción misma del “ser nacional” y aunque generalmente esto no se logra, el Estado emisor sí consigue crear en el receptor, un conjunto de orgánico de formas de pensar y de sentir, un mundo-visión extremado y finamente fabricado, que se transforma en actitud “normal” de conceptualización de la realidad ,”se produce una falta de seguridad ante lo propio, una sensación de ineptitud congénita del pueblo en que se ha nacido y del que sólo la ayuda extranjera puede redimirlo”. Es así como desde muy temprano en nuestra historia, los grupos que crecieron gracias al comercio con el Imperio inglés van a tejer con él no solo lazos comerciales, sino y sobre todo ideológicos y culturales por los cuales despreciarán la cultura y los grupos populares de su propia tierra y ensalzarán y admirarán a la cultura europea. Esto que en principio solo se manifiesta en ideas, se concretará años más tarde cuando los grupos más reaccionarios lleguen al poder y pretendan construir un país a imagen y semejanza de Inglaterra y Francia, va a ser entonces cuando lo afirmado en los discursos se materialice en acciones concretas que llevarán a la muerte y exterminio de nuestros pueblos originarios y nuestros gauchos en guerras fratricidas. Fue así que debido a la férrea defensa que los grupos de poder hicieron al libre comercio que la unidad latinoamericana no pudo concretarse, porque para imponer ese principio económico fueron necesarias varias acciones que implicaron la persecución de Artigas, el primer y más grande caudillo federal, la traición a San Martín a quien quitaron el apoyo económico y militar para que continuase con su campaña al Perú, así también ocurrió con Belgrano y en Chile con O’Higgins mano derecha de San Martín. Los cipayos del imperio inglés compraran voluntades, traicionarán a la patria en pos de cumplir sus objetivos y sumirán a las provincias (cuyas economías habían crecido durante los años del monopolio español), en la más profunda miseria. Las provincias pasarán a ser satélite de Buenos Aires y Buenos Aires a su vez, satélite de Gran Bretaña. 4 La victoria inglesa, señala Gullo, será gigantesca. Existe sin embargo un concepto necesario de rescatar, el de la insubordinación fundante, que el autor señala como la única manera de liberar a un pueblo. Ella se manifiesta como una reacción, como un pensamiento anti hegemónico. Cuando ese pensamiento logra plasmarse en una política de Estado se inicia un proceso de “insubordinación fundante” que, de ser exitosa, logra romper las cadenas que atan al Estado desde los aspectos cultural, económico y político con la potencia hegemónica. La insubordinación fundante entonces es resultado de la conjunción de una actitud de insubordinación ideológica y de un eficaz impulso estatal. Es sumamente interesante señalar la importancia del Estado, del poder estatal que en estos casos actúa como motor que le da fuerza a los procesos que tienen como protagonistas a los sectores populares. Ese tipo de Estado es defensor del proteccionismo económico, frente a las teorías del libre cambio que siempre han soslayado la participación del Estado en la economía. En consonancia con este pensamiento creemos que para transformar nuestra realidad y la de nuestros países latinoamericanos es necesario construir y avalar procesos que tengan a la política como actor central. Una política cuyo sostén sean los intereses de los sectores populares, que revalorice nuestras raíces culturales, que fomente el fortalecimiento de la democracia y que tenga como objetivo principal la unidad de los pueblos. “Los países pobres no tienen economía, la economía los tiene a ellos” nos dice el filósofo José Pablo Feinmann, señalando que en los años noventa lo que ocurrió fue que el gobierno menemista provocó una subordinación de la economía a la política. “si no hay política, dice Feinmann, la que se adueña de todo es la economía”. Y como la economía la dominan los países centrales, las metrópolis, son ellos los que se adueñan del país cuando el país carece de un proyecto político que los enfrente. Es necesario entonces un Estado que no se someta a los arbitrios de las empresas. Si gobiernan las empresas gobierna el libre mercado. Muchos años tendrían que pasar para que los proyectos propuestos por Bolívar y por San Martín, los proyectos ocultados por la historia oficial, salieran a la luz nuevamente. 5 Una de las manifestaciones más claras ocurrió en el 2005, en la ciudad de Mar del Plata. Durante la IV Cumbre Iberoamericana y al grito de “ALCA, ALCA, alcarajo” un grupo de líderes latinoamericanos sepultaron un proyecto político-económico que parecía imposible de frenar: el ALCA (la expansión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte) un tratado comercial de libre comercio impuesto por el imperio estadounidense. El MERCOSUR a partir de entonces adquirió otro sentido, se fortaleció y comenzó a ser el punto de unión de estos países débiles a quienes el Imperio no quiere unidos. Aun así, el ALCA, “no se ha disuelto, dice el historiador Pacho O’Donnell sino que permanece agazapado, en espera de mejores tiempos”. Los grupos más concentrados de nuestro país quieren el ALCA, porque quieren seguir los lineamientos que les dicta la potencia hegemónica de la región, porque quieren entrar con la economía que sigue siendo su arma principal de dominación. A sabiendas de que el Poder en Latinoamérica es de los grandes grupos económicos ligados a los intereses externos, es necesario entonces afirmar una política que pueda enfrentarlos ya sea desde el Estado, desde el contrapoder, que permita de alguna forma la participación popular, que haga del pueblo el sujeto de la política. Solo así será posible construir la patria con la que nuestros héroes populares soñaron. 6