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mente), Velázquez nos m uestra una rica y com pleja realidad p’urhépecha. Los sikuam echa (brujos), como tantos otros vilipendiados especialistas tradicionales en otras partes del mundo, tienen tam bién entre sus m a nos partes del legado herbolario prehispánico y no poca de la sabiduría ancestral. Ello los hace muy im portantes cuando se contemplan desde el punto de vista del estudio científico de los cono cimientos tradicionales de la medicina p’urhépe cha. Arturo Argueta Dirección General de Culturas Populares, SEP. 1. Velázquez, Pablo. Dioses Tarascos de Charapan. Revista Me xicana de Estudios Antropológicos. México. No. 9. 1949, pp. 79106. Hernández Chávez, Alicia. Historia de la Revo lución M exicana periodo 1934-1940. La me cánica cardenista. El Colegio de México. Mé xico, 1979. E sta obra es un análisis de la actividad m ilitar y política de Lázaro Cárdenas, sin llegar a ser propiamente una biografía. El estudio abarca el sexenio de 1934-1940. El subtítulo del libro: “La m ecánica cardenista” sugiere al lector la existen cia de una m aquinaria que debe conocerse. Efec tivam ente, Cárdenas como m ilitar conocía la m a quinaria política de los estados y del país en ge neral, lo cual le facilitó aplicar una mecánica que le permitió ajustar y tom ar los controles de las fuerzas políticas de la nación logrando en ellas el equilibrio y tenerlas como apoyo de su gobierno. La autora presenta la panorám ica política en que se encontraba el país cuando Cárdenas lle gó al poder en 1934. El campesinado dividido, los obreros antagónicos al gobierno, la presencia de Calles aparentem ente como el hombre clave en la vida nacional, las facciones políticas principal mente la “sonorense”, la existencia del Partido Nacional Revolucionario creado para controlar las fuerzas políticas locales de los estados, son las piezas de la m aquinaria que Cárdenas enfren ta y que finalm ente al cabo de dos años de gobier no, en 1936, traza su propia línea excluyendo el “Callismo” con el “Cardenismo”. Encontramos en este libro dos momentos en la actuación de Cárdenas. El primero antece de a la ocupación del cargo de Presidente de la República que es propiamente la trayectoria mi litar. El segundo, comprende el sexenio de 1934 a 1940, donde podemos ver dos fases: el callismo y el cardenismo, antes del rompimiento con Ca lles y después del conflicto de 1936. La etapa m ás im portante se destaca en los años de 1934 a 1938 y en este período se puede si tuar el triunfo de Cárdenas en cuanto a su organi zación política. La culminación llega con la crea ción del Partido de la Revolución Mexicana, al cual se integran los cuatro sectores de la pobla ción. Los obreros de la Confederación de T raba jadores de México (CTM), los campesinos agre miados en la central denominada Confedera ción Nacional Campesina (CNC), el ejército y el sector popular. La mecánica empleada para llegar a esta síntesis y control de los sectores de la población integrados en un partido que hicieran fuerte al ejecutivo para que pudiera efectuar las reformas sociales y económicas consistió, por una parte, en apoyar a los obreros en sus dem andas laborales a quienes en vez de reprimir les reconoció sus de rechos, entre ellos el de la huelga, ganándose de esta forma el apoyo del sector obrero. Por otra parte, la mecánica consistió en el reparto ag ra rio, entregando tierras a los campesinos de quie nes obtuvo su apoyo también, facilitando m ás tarde su integración a la Confederación Mexica na Campesina. El sector m ás im portante y difícil de contro lar era el ejército. Los m ilitares tenían tal fuer za que cualquier decisión política podría nulifi carse, dado el hábito de los generales de conse guir sus pretensiones a base de rebeliones. Ante esta situación Cárdenas emplea la estrategia de nulificar y de neutralizar a los m ilitares que sig nificaban un peligro y una posible oposición a su gobierno, ya fuera por ambiciones personales o porque sim patizaran con Calles. P ara lograr lo anterior, remueve a los jefes de las operaciones militares a otras zonas, obtiene tam bién el con trol de los estados, reincorpora a la vida políti ca al grupo carrancista, de gran prestigio mili ta r y político, que estaba apartado. Asimismo dio oportunidad a los otros grupos, al villista y al zapatista, todos ellos antigobiernistas y anticallis tas por un resentimiento natural de haber sido ex cluidos de la vida pública del país. Para evitar cualquier levantam iento mili tar, controló al aprovisionamiento de arm as y equipo m ilitar p ara el ejército, sujetando la ad quisición de artefactos m ilitares a través de la in tendencia general del ejército, impidiendo de esta m anera que cada zona m ilitar fuese autónoma. Asimismo instaló en la zona fronteriza del norte del país a sus generales de confianza p ara evitar cualquier tráfico de arm as y logró del gobierno de Estados Unidos de Norteamérica su colabora ción para impedir el tráfico de armas. Controlado el ejército, Cárdenas lo convirtió en un instrum ento de poder presidencial. Pen sando en la sucesión presidencial, se jugó la car ta de integrar el ejército al Partido de la Revolu ción Mexicana, que tuvo como resultado la burocratización iniciándose una nueva generación de militares. El libro reseñado descansa en fuentes de di versa índole: archivos, hemerotecas y bibliogra fía. Es breve, pero su contenido es tan denso que no facilita la lectura para un público generaliza do. No se tocan temas como el religioso y el de la educación pero se da importancia al tem a mili tar. En este aspecto el estudio es novedoso por que descansa en archivos inmediatos, como es el de la Secretaría de la Defensa Nacional, el archi vo particular del propio Cárdenas y en otros más. Cabe también destacar la im portancia que se da al tema de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) como elemento im portante de la mecánica cardenista. Moisés Franco Mendoza El Colegio de Michoacán Centro de Estudios sobre Cultura Nicolaita Noti cias bibliográficas sobre varias publicacio nes que dirige Ju a n Hernández Luna. I La bibliografía sobre tem as michoacanos se ha visto increm entada en los últimos meses por di versas obras editadas por el Centro de Estudios sobre la Cultura Nicolaita que dirige el Dr. Ju a n