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El Islam y la espiritualidad. El origen del uso de la palabra “espíritu” se encuentra en las discusiones que tuvieron lugar entre la gente que creía en la existencia de Dios, frecuentemente usando palabras tales como “espíritu” y “espiritualidad” para argumentar la existencia de un creador. Una de las menos entendidas areas del Islam entre la ummah es este tema de la espiritualidad siendo así que actualmente la comunidad musulmana hoy día sostiene una muy amplia y variada colección de perspectivas en cuanto a qué es espiritualidad y cómo debe ser interpretada. Sin embargo, debemos preguntarnos si este tema de la espiritualidad siempre ha existido en el Islam. ¿Es el debate sobre la espiritualidad parte del Islam o un tema universal pero aparte? Espiritualidad: pasado y presente. La primera vez que la espiritualidad fue objeto de discusión entre musulmanes fue cuando se encontraron con la filosofía hindú. La filosofía hindú promueve el ascetismo y la renunciación al mundo. Se empezaron a hacer comparaciones con el “zuhd” (austeridad piadosa), y muy bien conocido estatus que había sido reportado en diferentes hadices. De esta comparación surgieron los “sufis”. A lo largo de la época medieval, la espiritualidad fue definida por la historia Cristiana en Europa. La Iglesia cristiana (sic) sostenía que el hombre personificaba al mismo tiempo la elevación del espíritu y los anhelos materiales y que la vida incluía ambos aspectos, materiales y espirituales. Ellos argumentaban que la realidad tangible contradice lo que está oculto y que la elevación espiritual no es compatible con el anhelo material: que la materia está separada del espíritu. Ellos sostenían que estos dos aspectos están separados el uno del otro debido a una contradicción fundamental por naturaleza. Este entendimiento condujo a un conflicto histórico en Europa que eventualmente llevó a la remoción de la Iglesia como autoridad y su reemplazo por sistemas y leyes creadas por el hombre. Con el tiempo, esto devino en la revolución industrial en la que avanzó a pasos agigantados en el campo de la tecnología, permitiendo así el consumo masivo a escalas nunca antes vistas. Por lo tanto no es sorpresa que todo esto haya creado un mundo donde la gratificación materialista es vista como el máximo objetivo en la vida. La materialización de la sociedad ha hecho que muchos acumulen enormes cantidades de riqueza pero incapaces de llenar su vacío espiritual, siendo famosos ejemplos el de Madonna que recurrió al ascetismo judaico y Tom Cruise que se convirtió a la cienciología. Y se considera que ambos personajes han alcanzado el último nivel de los placeres sensuales. Islam y espiritualidad Los eruditos de la historia islámica no escribieron mucho acerca de la espiritualidad dado que ésta nunca fue objeto de discusión. Algo se empezó a comentar cuando el Islam entró en contacto con la filosofía hindú debido a una nueva mentalidad, por ejemplo la del ascetismo, que algunos adoptaron. El problema de la espiritualidad sólo se puede referir a dos asuntos. Uno, a la realidad creada (quién creo toda la creación y la relación entre creador y creatura) o puede referirse al “ruh” que se traduce comúnmente como “alma”. El “ruh” definitivamente existe y es confirmado sin lugar a dudas en el texto Coránico y por lo tanto los musulmanes están obligados a creer en él. La palabra espíritu o “ruh” es un término común como la palabra “ein” en el idioma árabe, que es una palabra con significados múltiples como: fuente de agua, ojo, espía, oro, plata y muchas otras más. La palabra “ruh” apareció en el Corán con numerosos significados tal como el del secreto de la vida: َلاْل ُا سِ عُّ ُّ أ عِ سْ أْ سَحْ أل أِح ُُّل سلَل ُ س حُِّ علا سِ عْ س سَوُ َأ سَْي لاْلاس َُ ست أ ْ سُّ أ أل أَِعَأاُلِأ أ أ “Y te preguntan acerca del espíritu. Di: El espíritu procede de la orden de mi Señor y no se os ha dado sino un poco de conocimiento.” ." [Al-Israa, 17:85] En el Islam, la espiritualidad está definida como el vínculo entre las acciones y el propósito en la vida. Así que por ejemplo, el propósito en la vida de un musulmán es adorar a Allah, por lo que la espiritualidad en ese sentido significa ligar las acciones de un individuo con su propósito en la vida. Las acciones por sí solas y realizadas sin tomar en cuenta esta premisa son simplemente acciones. Son sólo la materialización del tiempo, del espacio y de los objetos. Así es como algunos pueden rezar su salat sin ni siquiera poner atención en las palabras que se están recitando y sin que éstas tengan impacto alguno en ellos. Y esta oración no puede ser calificada como una acción espiritual porque se ha vuelto una acción robotizada. Esa oración equivale a comer cierta comida, o a ir en tren a algún lugar porque no hay ninguna conexión con el propósito en la vida. Un musulmán es aquel que realiza las acciones buscando el placer de Allah y el placer de acercarse más a Él. Por definición, todas las acciones ejecutadas para lograr el placer de Allah son espirituales porque están vinculando las acciones materiales con el propósito en la vida. Por esta razón es que las relaciones sexuales en el matrimonio, una de las acciones más materiales de todas, se vuelve un acto espiritual cuando se le vincula a los comandos de Allah ِ َححِ ه لل ِحا ى. La espiritualidad ha sido vista con frecuencia como una sensación intangible, basada en la concepción cristiana de el Espíritu Santo inspirando moralidad y por lo tanto acciones. Sin embargo esta concepción es totalmente incongruente y contrasta plenamente con la manera en la que el Islam ve la espiritualidad porque dicha perspectiva es subjetiva, mientras que la perspectiva islámica es objetiva ya que viene de Allah. Hay dos extremos en la práctica de la espiritualidad. Por un lado están aquellos que se inclinan mucho a la espiritualidad emocional y a ignorar los aspectos de la vida considerándolos “materalistas”, prefiriendo el valor espiritual sobre el valor material. Consecuentemente estas personas se vuelcan hacia la oración (ibadah personal) y renuncian al mundo material y sus diversos aspectos. Abandonan la vida porque ésta es material y bajo tal definición y común entendimiento, se vuelve obvio que la religión se limita a ser un asunto personal en el pleno sentido de la palabra. Cuando dicha concepción se vuelve común entre las personas, el criterio de vida en la sociedad en la que viven decae ya que entonces ellos sólo se concentran en perfeccionar su propio carácter y moralidad.En el otro extremo, están aquellos que son altamente influidos por el mundo material y son superados por sus deseos abandonando así el valor espiritual; prefiriendo el valor material y convirtiendo así su propósito en la vida la consecución del mismo. En cambio, cuando en el Islam se habla de Zuhd (vivir una vida de austeridad) en este mundo, significa que uno no debe considerar que este mundo es en sí el objetivo de vida de alguien. Por ejemplo, establecer la adquisición de la riqueza como el objetivo más importante. Esto no significa que los musulmanes no puedan disfrutar de las cosas buenas y halales de la vida. Y también es contrario al ascetismo y a la renunciación del mundo, que requieren el abandono de los placeres y de las delicias de la vida a pesar de tener la habilidad de obtenerlas. Esto es contrario al Islam. Tampoco es correcto que los musulmanes evalúen las acciones desde una perspectiva din y dunya (espíritu y materia). En cambio las acciones son evaluadas por el Creador que es Allah ِ َححِ ه لل ِحا ى.Las leyes de la Shari'ah o leyes de Allah, han demostrado ser las soluciones a los problemas de la vida a través de la obediencia de las órdenes y prohibiciones de Allah. Allah también le ha indicado a los musulmanes que las acciones que proporcionan el valor espiritual son las acciones de adoración fard (obligatorias) y las mandub (recomendadas). El mejor ejemplo que tenemos de esta práctica espiritual es el de los Sahabas o compañeros del Profeta (saw) quienes participaban en guerras, en el gobierno de las tierras de los musulmanes, se involucraban en los negocios, en el comercio haciendo caer todas estas acciones en la categoría de espirituales. Por el contrario, si empezamos a separar los asuntos en asuntos del “din” de los asuntos de la “dunya” corremos el riesgo de limitar al Islam o de al menos perder la recompensa por las acciones cotidianas. Sin embargo, lo peor es que dicha mentalidad conduciría a la secularización de la vida en la que al separar completamente nuestras acciones de nuestro propósito en la vida sacrificaríamos a nuestra religión. Por lo tanto, constantemente debemos estar conscientes de nuestra relación con Allah ِ َححِ ه لل ِحا ى. Cada vez que ejecutamos una acción ya sea espiritual o material, pues sólo de esta manera nos podemos asegurar que nuestras acciones sean congruentes con los comandos y las prohibiciones de Allah ِ َححِ ه لل ِحا ىy de que efectivamente estemos logrando el objetivo de complacerlo. Khilafah.com