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IV LAS PREGUNTAS SOBRE LOS PILARES DEL ISLAM (9) Ha sido relatado bajo la autoridad de Anas ibn Malik (14) que dijo: Se nos había prohibido preguntar al Profeta (BP) (sin verdadera necesidad) (15), por eso nos gustaba que alguna persona inteligente de los habitantes del desierto viniese y le preguntase (al Profeta) y así nosotros lo escucharíamos. Y vino un hombre de los habitantes del desierto y dijo: ¡Oh Muhammad!, tu mensajero (16) vino a vernos y nos dijo que Allah te ha enviado a tí (como Profeta). Dijo (el Profeta): «Dijo la verdad». Preguntó (el beduino): ¿Quién creó el cielo? El dijo (el Profeta): «Allah». Volvió a inquirir: ¿Quién creó la tierra? Respondió (el Profeta): «Allah». Dijo (el beduino): ¿Y quién levantó las montañas y creó todo lo que hay en ellas? Dijo (el Profeta): «Allah». Entonces el beduino dijo: ¡Por Aquél que creó los cielos y la tierra y levantó las montañas!, ¿Allah te ha enviado? Dijo (el Profeta): «Sí». Dijo (el beduino): Tu mensajero también nos dijo que es obligatorio para nosotros hacer cinco oraciones durante el día y la noche. Dijo (el Profeta): «Dijo la verdad». Dijo (el beduino): ¡Por Aquél que te envió!, ¿es Allah el que te ordenó esto? Dijo (el Profeta): «Sí». Dijo (el beduino) Tu enviado nos dijo que el zakat es obligatorio sobre nuestras riquezas. Dijo (el Profeta): «Sí». Dijo (el beduino): Tu enviado nos dijo que es obligatorio ayunar cada año en el mes de Ramadán. Dijo (el Profeta): «Ha dicho la verdad». Dijo (el beduino): ¡Por Aquél que te envió!, ¿es Allah el que te ha ordenado esto? Dijo (el Profeta): «Sí». Dijo (el beduino): Tu enviado también nos dijo que era obligatorio peregrinar a la Casa (de Allah, en Makka) para aquel que es capaz de realizar el viaje. Dijo (el Profeta): «Ha dicho la verdad». Dijo (el beduino): ¡Por Aquel que te envió con la Verdad!: yo no agregaré ni quitaré nada de ello. Ante lo cual el Profeta (BP) afirmó: “Si dijo la verdad, entrará al Paraíso”. (10) Ha sido narrado bajo la autoridad de Zâbit que Anas dijo: Se nos ha prohibido en el Corán que hiciésemos preguntas sobre cualquier cosa (sin verdadera necesidad) al Mensajero de Allah, y luego Anas relató el hadiz en palabras similares. (14) Anas ibn Mâlik. Es Anas ibn Mâlik ibn Nadar Al-Jazraÿi. Ansar y compañero del Profeta (BP). Su sobrenombre era Abû Hamza, y era conocido entre los compañeros como el sirviente del Mensajero de Allah (BP). Pertenecía a la tribu importante Naÿÿar. Nació en Medina 8 o 10 años antes de la Hégira del Profeta (BP). Su madre, Umm Sulaym, fue una de las primeras en aceptar el Islam en Medina siendo abandonada por su esposo por esa misma razón, y se casó entonces con Abû Talha, un musulmán devoto. Eso hizo que Anas fuera criado en una familia con gran dedicación al Islam. Cuando el Profeta (BP) se instaló en Medina, Abû Talha lo visitó con su hijo adoptivo Anas y le pidió que tomase al prometedor niño bajo su cuidado, y el Profeta (BP) aceptó gustoso la proposición. Anas estaba ansioso de convivir con el Profeta (BP) y estaba todo el día en su compañía, escuchando sus sagradas palabras, observando sus acciones y haciendo diferentes trabajos para él. El Profeta (BP) estaba muy complacido con él y a menudo visitaba su casa y lo bendecía, se dirigía a él como a un hijo y a veces lo llamaba Unays (diminutivo cariñoso de Anas). Anas estaba inspirado por los favores con los que lo honraba el Mensajero de Allah (BP) y dijo: “He servido al Mensajero de Allah por diez años completos y él nunca se disgustó conmigo ni dijo una palabra de disgusto”. Fue un fiel amigo de los cuatro califas rectamente guiados. El Profeta (BP) pidió a Allah que lo bendijese con la abundancia y así se convirtió en uno de los hombres más ricos, tuvo más de 120 hijos y nietos, un huerto que daba frutos dos veces al año y vivió hasta que se cansó de hacerlo muriendo en Basora, donde ‘Umar lo había enviado para que educase a la gente en el año 93 H. a la edad de 103 años. El fue el último de los compañeros del Mensajero de Allah (BP) en Basora y, con la excepción de Abû Al-Tufayl, fue la última de aquellas almas benditas que tuvieron la oportunidad de ver y vivir con al Profeta (BP), y de ser sus devotos seguidores. (15) Se refiere a la aleya del Corán: “¡Vosotros que creéis! No preguntéis por cosas que, si se os revelaran, os atribularían.” (5:101). No se está desalentando la curiosidad por las enseñanzas del Islam, pero sí las preguntas frívolas y la especulación inútil. Allah no alienta la meticulosidad en temas complejos que no tienen peso en la vida práctica. En el amplio modo de vida contemplado por el Islam una buena parte se deja a la voluntad individual para resolver según las exigencias del tiempo y las circunstancias. Al Profeta (BP) no le gustaba la idea de ser presionado para decidir cuestiones sobre la cuales Allah deseaba que guardara silencio, ya que si se pedía su decisión hubiese sido la palabra final. Dice el Sagrado Corán: “No habla movido por el deseo” (53:3). (16) El Profeta (BP) enviaba a algunos de sus discípulos a visitar las tribus beduinas para invitarlas al Islam y enseñarles su doctrina.