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El enfermo crítico 8. Patología traumática TRAUMATISMO CRANEOENCEFÁLICO GRAVE 1.-INTRODUCCIÓN El traumatismo craneoencefálico (TCE) tiene una alta prevalencia y es una importante causa de morbimortalidad. Afecta más a varones jóvenes provocando altas tasas de mortalidad y secuelas neurológicas. Tras un TCE grave aparecen inicialmente unas lesiones primarias por el impacto y posteriormente unas lesiones secundarias que pueden causar la pérdida progresiva de funciones básicas cerebrales pudiendo empeorar gravemente el pronóstico. Actualmente los esfuerzos para el control del TCE van encaminados por una parte en la prevención (mediante campañas de tráfico, airbag, casco…) y por otra parte en minimizar el daño secundario mediante la estabilización del paciente, el diagnóstico precoz de las lesiones, la monitorización y las medidas de control de la presión intracraneal (PIC) y el drenaje quirúrgico precoz de las lesiones ocupantes de espacio. 1.1.-EPIDEMIOLOGÍA Como ya hemos comentado es una importante causa de mortalidad e incapacidades en todo el mundo. Es más frecuente en varones jóvenes y se estima una incidencia de 200 TCE por cada 100.000 habitantes. Las causas más frecuentes son los accidentes de tráfico seguido de las caídas. 2.-FISIOPATOLOGÍA El daño neurológico del TCE aparece de forma gradual, la lesión primaria está directamente relacionada con el mecanismo y la energía transferida, se pueden ocasionar daños por impacto directo del cerebro sobre el cráneo así como por desgarro de vasos sanguíneos. La lesión cerebral secundaria está provocada por un baile de procesos metabólicos, inflamatorios y vasculares. Tras el TCE se produce la liberación de moléculas excitotóxicas que activan una cascada inflamatoria que provoca alteraciones en la permeabilidad celular ocasionando incluso la muerte celular por necrosis o apoptosis, a su vez se produce un aumento del estrés oxidativo y de radicales libres produciendo daño 24. Traumatismo craneoencefálico 1 - 11 El enfermo crítico 8. Patología traumática mitocondrial. Otras lesiones asociadas al trauma participan en el desarrollo del daño secundario. La lesión secundaria conlleva en ocasiones la pérdida de capacidades básicas para mantener un adecuado flujo sanguíneo cerebral (FSC) como son la autorregulación cerebral, el acoplamiento flujo/consumo y la barrera hematoencefálica (BHE). En situación normal, el cerebro es capaz de mantener un FSC constante en dependencia del consumo de oxígeno y a pesar de los cambios de presión arterial. Tras un TCE grave donde se ve alterada la autorregulación por lo que cambios en la PPC provocaran cambios en el FSC pudiendo existir situaciones de isquemia e hipoxia. * PPC= PAM – PIC. * FSC= PPC/ R Por otra parte el cerebro es capaz de acoplar el FSC a las demandas de oxígeno, al verse alterada pueden darse situaciones de hipoxia relativa por alta demanda de oxigeno sin el consecuente aporte de flujo, aunque en el TCE existe daño mitocondrial y consecuentemente hipometabolismo cerebral con baja demanda de oxígeno. Algunas de las técnicas de neuromonitorización van encaminadas al control de la hipoxia regional (PtiO2) o de consumo del O2 (SjO2). La BHE también puede sufrir daños provocando un aumento de la permeabilidad y provocando un edema vasogénico, algunas tendencias como el “lund concept” considera que aumentos en la PPC agravan el edema hidrostático, y proponen un manejo con soluciones osmóticas, PPC bajas y usando vasoconstrictores venosos para disminuir el volumen intracraneal. Es una tendencia que choca con el manejo habitual del TCE y que tiene resultados esperanzadores pero discutidos. 3.-MANEJO DEL TCE 3.1 MANEJO INICIAL: 3.1.1 Atención prehospitalaria: Un alto porcentaje de TCE está asociado a otras lesiones, en ocasiones de mayor gravedad. Durante la atención prehospitalaria habrá que seguir los algoritmos del ATLS de atención al trauma grave donde se priorizan los diferentes factores de riesgo vital. 24. Traumatismo craneoencefálico 2 - 11 El enfermo crítico 8. Patología traumática Tras este paso inicial recomendamos realizar una valoración neurológica mediante Glasgow Coma Scale, ya que una puntuación por debajo de 9 implicaría mayor severidad e indicación de intubación orotraqueal. Hay que considerar al paciente con TCE “con estómago lleno” y lesión cervical. La intubación se realizará con secuencia de intubación rápida y valoraremos lidocaína (1-1,5 mgr/kg) como premedicación, ya que previene el aumento de PIC por la manipulación. La intubación debe realizarse bajo sedorrelajación y con control cervical. Se debe oxigenar bien al paciente y normoventilarlo, evitando la hiperventilación que conlleva riesgo de isquemia cerebral por vasoconstricción, excepto en caso de claras manifestaciones de herniación cerebral que puede usarse como medida de emergencia y de forma transitoria tras la terapia hiperosmolar manteniendo et CO2 de 30 mm Hg y/o neuroprotección con tiopental sódico en bolos lentos de 50 mgr/min hasta conseguir dosis de 3-6 mgr/kg en bolo, con mantenimiento posterior en pc. En caso de síntoma de HIC se asegurará un óptimo control de las causas extracraneales (hipertermia, hipoxemia, hipercapnia, hipocapnia, hipotensión arterial, dificultad del retorno venoso yugular, convulsiones, sedación y/o analgesia insuficientes, hiperglucemia e hipoglucemia) con el tratamiento específico. Si hay signos de herniación cerebral en la atención extrahospitalaria en situación de normovolemia administraremos manitol al 20% a dosis de 0,25 gr/kg en 20 minutos. En hipovolemia SSH al 7,5% en dosis de 1,5 ml/kg en 15 minutos. Evitar hipotensión arterial intentando mantener TAS>90mmHg, una correcta sedoanalgesia, inmovilización cervical y de fracturas ortopédicas y minimizar el tiempo de traslado a un hospital “útil” (con capacidad neuroquirúrgica continua y UCI neurocríticos). Traslado en posición antitrendelenburg de 30º para favorecer el drenaje yugular. 3.1.2 Atención hospitalaria inicial: A su llegada a urgencias hay que asegurar el ABC y una vez estabilizado realizar estudios analíticos (bioquímica, hemograma , coagulación…) y radiodiagnósticos mediante una TC craneal, así como radiología simple del resto de lesiones, recordando siempre un estudio dirigido a descartar lesión cervical si es posible por TC (*). 24. Traumatismo craneoencefálico 3 - 11 El enfermo crítico 8. Patología traumática Las lesiones resultantes nos indicaran la necesidad o no de tratamiento quirúrgico urgente. Aquellas lesiones con masa > 25cc precisaran una evacuación quirúrgica urgente (en <2h según los indicadores de calidad de la SEMICYUC). Se recomienda un control radiológico tras 12-24h o ante cualquier deterioro neurológico que nos haga pensar en una posible complicación. Hallazgos en la TC según los criterios de Traumatic Coma Data Bank. 3.2 MANEJO EN UCI El manejo del TCEG en UCI va dirigido a minimizar la lesión secundaria, los objetivos principales serán: - Estabilización del paciente - Prevenir la hipertensión intracraneal (HTIC) - Mantener una adecuada PPC. - Optimizar la hemodinámica y oxigenación cerebral Para ello se han establecido una serie de medidas que podemos diferenciar en tres estadíos según la gravedad de la situación clínica: medidas generales que se dispondrán en todo TCE, medidas de primer nivel encaminadas al control de la HTIC y medidas de segundo nivel en casos de HTIC refractarias al tratamiento. TCE Grave – Monitorizar la PIC. Medidas generales Elevación de cabecera a 30º Adecuada oxigenación Normocapnia Sedoanalgesia +/- relajación Normovolemia u hipovolemia moderada Normotermia Normoglucemia Medidas de primer nivel Drenaje ventricular Hiperventilación moderada (pCO2 30-35 mm Hg) Terapia hiperosmolar Medidas de segundo nivel Coma barbitúrico 24. Traumatismo craneoencefálico 4 - 11 El enfermo crítico 8. Patología traumática Hiperventilacion severa ( pCO2 <30mmHg) Craniectomia descompresiva Otras medidas. 3.2.1 Medidas Generales: 1. Posición de la cabeza a 30º y alineada con el cuerpo para facilitar el drenaje venoso. 2. Normotermia, deberemos tratar de forma activa la hipertermia evitando los picos febriles. La hipotermia moderada no ha demostrado beneficios respecto a la normotermia, en caso de hipotermia no se recomienda el calentamiento activo. Tratamiento de la hipertermia Técnicas farmacológicas Técnicas físicas Acetaminofeno Sueros fríos ANIEs Técnicas convectivas de aire Relajantes musculares Hemofiltración Propofol, barbitúricos,… Intracool 3. Normoglucemia: hay estudios que muestran que la hiperglucemia en pacientes con TCE grave se asocia a peores resultados neurológicos, sin embargo el control intensivo de la glucemia se asocia a episodios de hipoglucemia que pueden resultar muy dañinos al agravar el daño cerebral de las zonas más vulnerables. Se recomienda por lo tanto mantener una normoglucemia sin realizar un control estrecho. 4. Adecuada oxigenación la hipoxemia en estos pacientes aumenta la morbimortalidad asi que deberemos evitar paO2 <60mmHg y satO2 <90%, con la hiperoxia no se han visto mejores resultados por lo que no se recomienda. Se debe normoventilar (pCO2 35-40mmHg) evitando inicialmente la hiperventilación por riesgo de isquemia cerebral. 5. Profilaxis anticomicial: Sólo para las crisis tempranas que son aquellas que aparecen durate los 7 primeros días tras el TCE. La profilaxis no está indicada de entrada en el TCE aunque la Brain Trauma Foundation (BTF) la recomienda en aquellos casos de alto riesgo. Factores de alto riesgo para crisis comiciales en TCE GCS< 10 contusión cortical Contusión cortical Fractura con hundimiento 24. Traumatismo craneoencefálico 5 - 11 El enfermo crítico 8. Patología traumática Hematoma subdural Hematoma epidural Hematoma intracerebral Trauma craneal penetrante Aparición de crisis durante las primeras 24 horas La droga de elección es la fenitoina administrándose un bolo 15-20 mg/kg en 30 min seguido de 100 mg cada 8 horas durante aproximadamente 7 días) 6. El uso de corticoides está contraindicado ya que se ha evidenciado un aumento de la mortalidad. Estudio CRASH. Únicamente se valora su indicación en lesiones focales con importante efecto masa. 7. Profilaxis trombosis venosa profunda y tromboembolismo: Los pacientes que has sufrido un TCE grave se consideran de alto riesgo para presentar trombosis venosas por lo que está indicado iniciar la profilaxis lo antes posible. Sin embargo el uso de anticoagulantes aumenta el riesgo de hemorragias y de expansión de los hematomas intracraneales con gaves consecuencias. Se recomienda el uso de medias de compresión intermitente. Aunque no hay recomendaciones, sí que muchos expertos sugieren iniciar la anticoagulación profiláctica con HBPM a las 48-72h si no hay contraindicaciones. 8. Nutrición: Los pacientes con TCE grave presentan un perfil hipermetabólico e hipercatabólico por lo que precisan de un inicio precoz de la nutrición. Se recomienda el uso de nutrición enteral sobre la parenteral si existe tolerancia. 9. Control hemodinámico, los episodios de hipotensión están asociados a mayor morbimortalidad por lo que hay que evitar TAS< 90mmHg o TAM < 65mmHg. Inicialmente está indicada una agresiva fluidoterapia para recuperar la normovolemia (hasta conseguir PVC 8-12cm H2O) y si no respondieran a esta medida se deben asociar fármacos vasopresores como la noradrenalina. 10. Fluidoterapia. El suero de elección es el suero salino, hay que evitar el uso de sueros hipoosmolares como glucosados y dextrosas que pueden agravar el edema cerebral. También puede ser útil el suero hipertónico ya que aumenta la TAM y la PPC, reduce la PIC, mejora el gasto cardíaco y el intercambio gaseoso pulmonar, sin embargo puede provocar hipernatremia, alteraciones de la consciencia y crisis, en los estudios no ha demostrado disminuir la mortalidad, pero se debe tener en cuenta en aquellos pacientes hipovolémicos y que sospechamos HTIC. 11. Sedación y analgesia. La mayoría de los pacientes que han sufrido un TCE grave precisaran sedoanalgesia durante los primeros días de evolución, el objetivo es conseguir un efecto neuroprotector de la lesión secundaria durante el periodo más vulnerable, la sedoanalgesia reduce el dolor, mejora el control térmico, evita desadaptaciones del respirador, episodios de agitaciones, picos hipertensivos, previene crisis comiciales y facilita los cuidados de enfermería. Por el contrario conlleva riesgo de complicaciones sistémicas e infecciosas y dificulta la exploración neurológica. 24. Traumatismo craneoencefálico 6 - 11 El enfermo crítico 8. Patología traumática Efectos de sedoanalgesia Sedante ideal Reducción del dolor Dificulta la exploración Control térmico Aumenta complicaciones infecciosas Inicio de acción eliminación rápidos. Facilita cuidados Disminuye la respuesta a catecolaminas Adaptación a VM Reduce PIC Reduce O2 consumo de Prevención de crisis Hipotensión Prolonga media la estancia Aclaramiento predecible. Fácil dosificación Disminución de PIC sin alterar la autorregulación Barato. No se llega a un acuerdo de cuál debe ser el sedante ideal aunque sí se han descrito algunas características que debe tener, a saber: rápido inicio de acción y rápida eliminación para poder realizar exploraciones sucesivas, aclaramiento predecible e independiente de la función orgánica, fácil dosificación, disminución de PIC y mantenimiento del acoplamiento sin alterar la autorregulación, barato. Generalmente se utilizan benzodiacepinas o hipnóticos junto con opiáceos: ante una sedación que planteemos como “corta” (<72h) y precise frecuentes exploraciones neurológicas, se necesitan fármacos de eliminación rápida y predecible, usaremos por lo tanto propofol como sedante asociado a algún opiáceo de rápida eliminación con el fentanilo o el remifentanilo. Ante una sedación más prolongada podremos utilizar fármacos de efecto más duradero como la asociación de midazolam junto con cloruro mórfico. La dosis ideal de la sedación es la mínima posible para conseguir el efecto deseado (adaptación al respirador, control del dolor, control PIC…) hay que evitar la sobresedación porque aumenta la morbilidad, para ello es recomendable ajustar la dosis por peso y seguir protocolos, es útil también la monitorización mediante el análisis biespectral o BIS (Bispectral Index); es un dispositivo, no invasivo, de fácil y rápida colocación que nos aporta datos acerca de la actividad cerebral y la profundidad de la sedación.(enlace BIS) 24. Traumatismo craneoencefálico y 7 - 11 El enfermo crítico 8. Patología traumática 12. Relajantes musculares: Los relajantes neuromusculares ayudan a la adaptación al respirador y disminuyen el consumo de oxígeno, su uso sistemático no está indicado debido a sus efectos secundarios, impiden una correcta valoración neurológica, aumentan la comorbilidad (polineuropatia, miopatías…), aumentan la estancia media y los cuidados de enfermería. Sin embargo sí resultan útiles administrados en bolos para evitar picos de hipertensión intracraneal (HTIC) que se asocian a la movilización de los pacientes durante el aseo diario, tos... Podría valorarse su uso en perfusión continua en casos de HTIC resistente a las medidas generales. 13. Ventilación mecánica: El objetivo será mantener una normoventilación y evitar la hipoxemia (pO2 < 60 mm Hg o satO2 <90%) Un alto porcentaje de pacientes con TCE desarrollan una lesión pulmonar aguda (LPA) o un distress respiratorio (SDRA), se ha evidenciado que una ventilación protectora pulmonar (volúmenes corrientes bajos y niveles de PEEP moderados) en estos pacientes disminuye la aparición de LPA/SDRA. Se ha debatido sobre que los incrementos de PEEP pudieran entorpecer el drenaje venoso cerebral y aumentar la PIC, sin embargo sólo con niveles de PEEP > 15 cmH2O y en pacientes hipovolémicos se ve alterada significativamente la PIC, así que se recomienda utilizar PEEP entre 5-10 cmH2O para evitar el colapso alveolar. 3.2.2 NEUROMONITORIZACIÓN En los pacientes con TCE es necesario realizar una monitorización neurológica para detectar y evitar lo antes posible las complicaciones que surgen durante la evolución de estas lesiones. Las exploraciones clínicas como la escala de Glasgow y la exploración pupilar son muy útiles y se deben realizar con frecuencia. En aquellos pacientes con TCE grave (GCS <9 y alguna lesión en TC como hematomas, contusiones, edema, herniación o cisternas basales comprimidas) debe de monitorizarse la presión intracraneal (PIC), así como en aquellos con TC normal pero que presenten al menos dos de los siguientes factores: menos de 40 años, posturas de descerebración uni o bilaterales, TAS < 90mmHg. Monitorizar la PIC en estos pacientes reduce la mortalidad, ya que los aumentos de PIC tienes graves consecuencias: Existen múltiples formas de monitorizar la presión intracraneal, el “gold standard” de medición se considera el drenaje ventricular y el más usado es el intraparenquimatoso aunque también existen sensores para colocar en otras localizaciones como subaracniodeo, subdural y epidurales, cada uno con diferentes 24. Traumatismo craneoencefálico 8 - 11 El enfermo crítico 8. Patología traumática ventajas e inconvenientes. Una vez insertado en sensor se pueden registrar los cambios de presión intracraneal y calcular la PPC (recordad que PPC= PAM-PIC), el objetivo será mantener una PIC por debajo de 20 mmHg y PPC 60-70 mmHg. Existen otros dispositivos dirigidos a monitorizar la oxigenación cerebral y el metabolismo que pueden resultar de gran ayuda, a continuación los describimos brevemente (enlace técnicas de neuromonitorización): a) Presión tisular de O2 (PtiO2): Es dispositivo que mide directamente en el tejido cerebral la presión tisular de O2. La hipoxia tisular puede estar causada por diferentes situaciones y está condicionada por múltiples factores que no dependen exclusivamente de la PIC como son; pO2, niveles de Hb, la PPC, el estado de la microcirculación cerebral, el gradiente de difusión de oxígeno y el consumo metabólico cerebral de oxígeno. o La monitorización continua de PtiO2 puede ser de gran ayuda al detectar hipoxia tisular acompañada o no de aumentos en la PIC. Existen protocolos diseñados para el manejo de la hipoxia cerebral monitorizada conjuntamente con PtiO2 y PIC. o El rango de normalidad de PtiO2 está entre 35 y 50 mmHg, valores por debajo de 15 mmHg se consideran indicativos de isquemia cerebral, hay que tener en cuenta que estos valores están condicionados por multiples variables y son datos regionales (de la zona donde está colocado el sensor) 24. Traumatismo craneoencefálico 9 - 11 El enfermo crítico 8. Patología traumática b) Saturación venosa en el bulbo yugular (SjO2): Es un indicador tanto de la oxigenación cerebral como del metabolismo cerebral de O2. Refleja la relación entre el flujo sanguíneo cerebral y el consumo metabólico y de oxígeno. Se necesita colocar un catéter por vena yugular de forma retrógrada dejándose a altura del bulbo yugular, dicho catéter monitoriza de forma continua la saturación en sangre de O2. Los valores normales están en un rango entre 5570% (enlace SjO2) c) Microdialisis cerebral: Es un dispositivo invasivo que se coloca en una zona susceptible de presentar daños secundarios y este sensor es capaz de detectar cambios bioquímicos en el tejido cerebral, indicándonos las concentraciones de glucosa, lactato, piruvato, glicerol y glutamina. Algunos parámetros como el ratio entre lactato y piruvato se asocian a isquemia cerebral y mal pronóstico. 3.2.3 MANEJO DE LA HIPERTENSIÓN INTRACRANEAL Uno de los objetivos principales en el manejo de un paciente que ha sufrido un TCE grave es mantener una PIC < 20 mmHg y una PPC entre 50 -70 mmHg. En un alto porcentaje de pacientes aparece durante los primeros días de evolución un edema cerebral que aumenta la presión intracraneal. Si esta no se controla con las medidas generales descritas previamente disponemos de varios tratamientos que ayudan a disminuir la PIC. 3.2.3.1 Medidas de primer nivel: a) En aquellos pacientes que presenten signos de hidrocefalia se debe considerar la colocación de un drenaje ventricular. b) Hiperventilación moderada: Esta técnica consiste en hiperventilar al paciente hasta conseguir pCO2 30-35mmHg lo que provoca una vasoconstricción cerebral disminuyendo el volumen total intracraneal y la presión. c) Terapia hiperosmolar: Las soluciones hiperosmolares arrastran agua al espacio intravascular reduciendo el edema cerebral y bajando la PIC. o La administración de manitol (0,25-1 g /Kg iv en 15min) reduce rápida y efectivamente la PIC al aumentar la osmolaridad plasmática, produce a su vez un aumento de la diuresis por lo que habrá que realizar una reposición hídrica en aquellos pacientes que puedan quedar hipovolémicos, no se recomienda su uso en pacientes con TCE grave e insuficiencia respiratoria porque aumenta el riesgo de edema pulmonar. o El suero salino hipertónico al 7,5% (2ml/kg iv en 15 min) es una buena alternativa produciendo el mismo efecto a nivel cerebral, además provoca un aumento del volumen intravascular muy interesante en aquellos pacientes hipovolémicos, no tiene efectos deletéreos sobre el riñón o pulmón. Puede provocar hipernatremia. En un reciente metaanálisis encuentran el suero salino hipertónico como más efectivo que el manitol como tratamiento de PIC elevada. 3.2.3.2 Medidas de segundo nivel: a) Coma barbitúrico: Los barbitúricos son depresores del sistema nervioso central que actúan uniéndose al receptor GABA facilitando la neurotransmisión inhibidora. o Posee un efecto neuroprotector y disminuye la PIC. 24. Traumatismo craneoencefálico 10 - 11 El enfermo crítico 8. Patología traumática o Se debe considerar su uso en HTIC refractaria a dosis altas con el fin de disminuir la actividad cerebral hasta conseguir un patrón de brotesupresión en los estudios electroencefalográficos. o No se recomienda su uso como profilaxis de la HTIC ya que no mejora la supervivencia y sí se asocia a efectos secundarios que pueden resultar muy graves como son la inestabilidad hemodinámica, la inmunosupresión y mayores tasas de infección. o Las dosis recomendadas son: Pentobarbital: 10 mg/kg en 3h seguido de 1mg/Kg/h Tiopental sódico: 2,5-10 mg/kg en bolo lento seguido de 0.5-2 mg/kg/h b) Hiperventilación severa: consiste en aumentar la ventilación hasta conseguir valores de pCO2 25-30mmHg. La hipocapnia provoca la vasoconstricción cerebral que conlleva una disminución del volumen intracraneal y por lo tanto de la PIC pero a su vez puede comprometer gravemente el FSC pudiendo provocar isquemia en los campos más vulnerables. o No se recomienda su uso como profilaxis de la HTIC y se recomienda sobre todo como medida transitoria en situaciones de HTIC refractaria al tratamiento. o Se debe evitar durante las primeras 24-48h del TCE y se debe usar algún método de monitorización de oxigenación cerebral (SjO2 y/o PtiO2) c) Craniectomía descompresiva: La craniectomía descompresiva está reconocida como una forma rápida y eficaz de disminuir la PIC en casos de HTIC refractaria, sobre todo si se realiza de forma precoz y si se hace bifrontotemporal. Sin embargo se asocia a mayores tasas de resultados desfavorables como discapacidad severa y estados vegetativos. d) Hipotermia moderada: La hipotermia moderada, enfriar la temperatura corporal hasta los 31-32ºC, se ha visto como una medida eficaz para disminuir la PIC, sin embargo los resultados sobre mortalidad y recuperación neurológica son discordantes por lo que no se considera actualmente como un tratamiento de primera línea. 4.-Conclusión: *El TCE es una patología frecuente y con graves repercusiones. *Podemos disminuir la mortalidad y las secuelas neurológicas mediante un correcto manejo que incluye la estabilización, sedación y analgesia, reposición hídrica, oxigenación y normoventilación, diagnóstico rápido por TC detectando las lesiones que precisen evacuación quirúrgica urgente, monitorización y control de la PIC y PPC mediante protocolos clínicos que incluyen medidas de primer nivel y segundo nivel para el manejo de HTIC 24. Traumatismo craneoencefálico 11 - 11