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Macroeconomía Publicación 4 de 4 Profesor: Rodrigo Fuentes, Ph.D. MARTES 11 DE AGOSTO DE 2015 La clase ejecutiva es una alianza entre "El Mercurio" y la UC, fundada en 1998, para apoyar la formación profesional en Chile I Más información de este curso y diplomados en www.claseejecutiva.cl ¿Cómo afectan las reformas al crecimiento? Una buena reforma incrementa el nivel del producto per cápita de largo plazo y, en la transición desde un equilibrio a otro, la economía crece más rápido. Las reformas se complementan en sus efectos. Por ejemplo, una apertura financiera suele ser mucho más eficaz en incrementar el nivel de ingreso en una economía que posee una buena calidad de instituciones. S e habla mucho de que ciertas reformas (sin ser muy explícito cuáles) afectan al crecimiento de la economía, entendiendo por este último el crecimiento del producto de tendencia en el largo plazo y no el crecimiento cíclico. Pero ¿cómo afectan las reformas al crecimiento de largo plazo de cualquier economía? En el contexto del modelo neoclásico de crecimiento, debido al Premio Nobel Robert Solow, la economía crece en el largo plazo a la tasa de crecimiento del cambio tecnológico, la cual no es afectada por factores económicos. De esta forma, una buena reforma incrementa el nivel del producto per cápita de largo plazo y, en la transición desde un equilibrio a otro, la economía crece más rápido. Considere la Figura 1 que muestra la tendencia del PIB per cápita de una economía hipotética que corresponde a la línea “nivel prerreforma” cuya inclinación nos da la idea de la tasa de crecimiento. En algún momento del tiempo, digamos T, ocurre una buena reforma, la cual incrementa el nivel de producto de largo plazo. Esto se observa en la “línea posreforma”, donde el PIB per cápita sigue creciendo a la misma tasa que antes. Pero existe un período de transición dado por el tiempo que demora la economía en alcanzar el nuevo nivel de largo plazo. Eso está representado en la Figura 1 por la línea punteada, lo que muestra que la economía crece a una tasa mayor durante un período, que en la práctica equivale a muchos años, hasta alcanzar el nuevo nivel del PIB per cápita de tendencia. Cuantificación del efecto Una forma de abordar esta pregunta es utilizando lo que se conoce como contabilidad del crecimiento que revisamos en la primera clase (publicada el martes 30 de junio). Con esta metodología la tasa de crecimiento del producto se descompone en la tasa de crecimiento del capital, en la del trabajo corregido por capital humano y la productividad total de factores (PTF). Una buena reforma puede inducir a mayor inversión en la economía y generar más capital productivo, o a mejorar la calidad del capital humano e incrementar la contribución del factor trabajo o, simplemente, incrementar la PTF. Recordemos que la PTF cuantifica reducciones reales de costo, las que se pueden deber al cambio tecnológico o a ganancias (pérdidas) de eficiencia. De esta forma, una reforma que mejore de verdad la calidad de la educación tendrá un impacto de largo plazo en el nivel del producto per cápita y en la tasa de crecimiento de la transición. Algo parecido sucede con una reforma tributaria que incentive la inversión, incrementando la contribución del capital; por supuesto que reformas que vayan en el sentido contrario generan una disminución del nivel de ingreso per cápita de largo plazo, disminuyendo la tasa de crecimiento en la transición. Por otra parte, reformas que generan aumentos en la eficiencia de la producción, como por ejemplo la apertura comercial y financiera, el desarrollo del mercado financiero doméstico o el mejoramiento en la calidad de las instituciones (respeto a la ley, la rendición de cuentas por parte de las autoridades, la transparencia del sector público y privado, etc.), se verán reflejadas en un mayor nivel de la PTF. Como han mostrado numerosos estudios empíricos, muchas de estas reformas son complementarias. Por ejemplo, una apertura financiera suele ser mucho más eficaz en incrementar el nivel de ingreso de una economía que posee una buena calidad de las instituciones, lo cual resulta natural, porque tener buenas instituciones ayuda a que los influjos de capital sean eficientemente asignados. Algo similar pasa con la apertura comercial y las instituciones. Economías con buenas políticas macroeconómicas permiten que muchas reformas de tipo microeconómico (de pensiones o de mercado de capitales) generen un efecto mayor sobre el PIB per cápita de largo plazo. Visiones recientes Otras teorías que buscan explicación a las diferencias de ingreso per cápita en el mundo se concentran en buscar los canales que afectan el nivel de la PTF de un país. La idea es que en cada momento del tiempo el conocimiento (estado de las artes o la forma más eficiente de producir) en el mundo está disponible para todas las economías, y lo que las diferencia unas de otras es cuánto de ese stock mundial de conocimiento puede ser aplicado por una economía en particular. La capacidad que tienen las economías de absorber dicho conocimiento depende de elementos como la cantidad y la calidad del capital humano, las restricciones para crear nuevas empresas o para movilizar recursos (capital y trabajo), de la calidad de las instituciones y de la infraestructura tecnológica que posean los países. Es así como trabajos teóricos y empíricos muestran que restricciones a la movilidad laboral tienden a impedir una eficiente asignación de recursos desde sectores y firmas con baja productividad hacia sectores y firmas de productividad más alta. Por otra parte, los países en vías de desarrollo no poseen el capital humano apropiado para aplicar conocimiento que fue creado en países desarrollados, pensado y adecuado para un nivel y tipo de capital humano que está presente en esos países. Algunos ejemplos en Chile La mayor tasa de ahorro e inversión mostrada por Texto complementario sin costo para los matriculados en el curso. Chile después de 1987 se debió, fundamentalmente, a la reforma tributaria de 1986, que consistió en reducir la tasa de impuesto y a las utilidades, distinguiendo entre utilidades retenidas de aquellas pagadas como dividendos, además de generar un sistema integrado de impuestos. El trabajo de Cerda, Fuentes, García y Llodrá (2015) estima que el efecto conjunto de los impuestos con el aumento en el producto marginal que experimentó la economía chilena implicó una mayor tasa de inversión del orden de 3,4 puntos porcentuales. El efecto de ese incremento en el PIB per cápita de largo plazo es aproximadamente de 1,7 por ciento más alto para siempre. Eso, en valor presente representa una cantidad no despreciable de ingreso per cápita. Otro ejemplo es el efecto macroeconómico de la reforma de las pensiones. Según estimaciones de Corbo y Schmidt-Hebbel (2003) y Fuentes (2013), el impacto de esta reforma significó un aumento en la tasa de ahorro, una mejor asignación del trabajo y una mayor PTF (inducida por el desarrollo del mercado de capitales), que redundaron en un incremento del nivel de PIB entre 8,6% y 14,3% al 2011 (es decir a 30 años de la reforma). Esto implica que la tasa de crecimiento del PIB per cápita, debido solamente a esta reforma, durante el período 1981-2011 fue mayor en 0,23 a 0,34 puntos porcentuales del escenario sin reforma. ¿Cómo se ve el futuro? C ada nuevo período presidencial se inicia con una promesa del año en el cual Chile alcanzará el desarrollo. No es muy claro qué se quiere decir con desarrollo, pero generalmente se limita a alcanzar el PIB per cápita de España, que antes de la crisis era el 70% del de los Estados Unidos. Obviamente que desarrollo económico implica mucho más que eso. Pero adoptaremos aquí esa métrica simple. La Figura 2 muestra la trayectoria de una economía hipotética que posee el 70% del PIB per cápita de Estados Unidos y que crece al 1,2% por año. La figura muestra tres escenarios posibles para Chile. Tres escenarios posibles Se supone que en todos estos escenarios la población aumenta en 0,7% por año, mientras que el PIB de tendencia crece a 2,7% en el escenario bajo, 3,4% en el bajo y 4,1% en el alto. El crecimiento del PIB per cápita simplemente corresponde a la diferencia entre el crecimiento del PIB y el crecimiento de la población. Esto implica que Chile, en el mejor de los escenarios planteados, alcanzaría el desarrollo en el año 2049, mientras que en el escenario medio lo haría el 2055. Nótese que el crecimiento del PIB per cápita de los EE.UU. era de alrededor de 2% antes de la crisis. Si nuestra economía hipotética creciera a esa tasa, nos tomaría mucho más tiempo Publicación de hoy: Selección de las clases 7 y 8 del curso "Macroeconomía" de los Diplomados de Ingeniería Industrial UC-la clase ejecutiva. aviso 4x6 \\produccion5\Diario\EEMer\ SupleEEMer\Clase Ejecutiva 11 08 2015 alcanzarla. ¿Es esto posible? Veamos. Si suponemos que la tasa de inversión se mantiene para siempre en 22% (la equivalente a 2014) y que la productividad crece en 0,8% (promedio histórico), la tasa de crecimiento del PIB per cápita sería del orden de 2,13%, es decir, por debajo del escenario llamado medio. Por lo tanto, las probabilidades son bajas de alcanzar el desarrollo el 2055. Hasta pronto.