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Gripe y Pandemia por el Virus A N1H1 La Gripe La gripe es una infección causada por un virus. Hay tres tipos de virus de la gripe: A, B y C. Los virus de la gripe se clasifican en subtipos según las diferentes combinaciones de dos proteínas que el virus presenta en su superficie (H y N). Dentro de los virus del tipo A, los subtipos A H1N1 y A H3N2 son los que infectan con más frecuencia al ser humano en la actualidad. En general, los virus más frecuentes pertenecen al tipo A, siendo los menos habituales los del tipo C. La gripe se transmite con gran facilidad. Los enfermos, al toser o estornudar, expulsan pequeñas partículas que contienen virus. Las personas sanas se contagian al inhalarlas. Los individuos sanos también pueden contraer la infección cuando sus propias manos contaminadas contactan con las mucosas; esta forma de contagio se puede producir a partir de las manos infectadas de los enfermos o de las superficies donde se hayan depositado partículas virales. Los virus de la gripe circulan por todo el mundo y afectan a personas de todas las edades. Cada año, de forma periódica, aparece una epidemia de gripe que en nuestra área geográfica tiene lugar entre el otoño y el invierno. Durante las epidemias anuales la gripe puede afectar a todos los grupos de edad, pero las personas incluidas en los grupos de riesgo tienen mayor probabilidad de sufrir complicaciones. El periodo de incubación (tiempo entre el contagio y la aparición de los síntomas) es variable, y oscila entre 1 y 5 días, siendo lo más frecuente de alrededor de 2 días. Los signos y síntomas más frecuentes de la gripe son fiebre, tos, dolores musculares, articulares, de cabeza y garganta, malestar general y secreción nasal. En la gran mayoría de los casos, los síntomas desaparecen antes de una semana sin requerir tratamiento. No obstante, en algunas personas con factores de riesgo, la gripe puede presentar complicaciones graves y en algunos de estos enfermos cursar de forma fatal. Entre los grupos de riesgo se incluyen: las personas menores de 2 años, las mayores de 65 y los pacientes con enfermedades crónicas cardiacas, pulmonares, renales, hepáticas, sanguíneas o metabólicas (la diabetes), así como los que presenten alteraciones graves del sistema inmunitario Las medidas de higiene personal (fundamentalmente el lavado de manos) y la vacunación son las medidas adecuadas para prevenir la enfermedad y limitar el impacto de las epidemias. La vacuna de la gripe se administra a las personas incluidas en los grupos de riesgo previamente a la aparición de cada epidemia anual para prevenir la aparición de formas gripales graves y complicaciones. Igualmente, se recomienda la vacunación de los profesionales de la salud para proteger los entornos sanitarios de la gripe y evitar que, teniendo en cuenta la alta probabilidad de que se contagien, puedan actuar como transmisores de la enfermedad. Los virus de la gripe sufren cambios constantes, y la Red Mundial de Vigilancia de la Gripe controla los virus gripales circulantes en el ser humano y vigila la aparición de posibles cambios en ellos. La Organización Mundial de la Salud recomienda para cada año una vacuna compuesta por las tres cepas que de acuerdo a la información recogida considera que van a ser las más representativas en ese periodo. Esta es la vacuna que anualmente se administra para combatir la gripe estacional. Gripe A H1N1 Los virus de la gripe están sujetos a cambios continuos. Estos cambios son los responsables de la aparición de las epidemias anuales: el virus modificado no es reconocido de forma adecuada por nuestras defensas (el sistema inmunológico). De forma excepcional, cada dos o tres décadas, aparece un nuevo virus en el que los cambios son más importantes y este hecho provoca la aparición de una pandemia (epidemia que abarca a todas las regiones del mundo): el sistema inmunológico no reconoce al nuevo virus. La aparición de estas variantes del virus de la gripe no implica necesariamente una enfermedad más grave, pero si un número de personas infectadas mucho más elevado. A lo largo de los últimos cien años se han detectado varias pandemias y el virus, en cada una de ellas, ha tenido un comportamiento clínico diferente, ha habido pandemias leves, moderadas y graves. En marzo de este año se detectó por primera vez una variante del virus de la gripe A H1N1 no conocida previamente. Este nuevo virus se ha extendido con rapidez por todo el mundo provocando la aparición de una pandemia. Los meses de evolución de la pandemia, y fundamentalmente los dos últimos, en los que la epidemia se ha desarrollado en el invierno de Sudamérica nos han permitido obtener información de gran interés sobre las características de este virus y de la enfermedad que provoca. - Virus circulantes en la actualidad En el momento actual el virus H1N1 es la cepa más frecuente. Las evidencias obtenidas a partir de los numerosos brotes demuestran que el virus H1N1 se ha distribuido rápidamente y es la cepa de virus gripal dominante en la mayor parte del mundo. Por otra parte, la estrecha vigilancia llevada a cabo por la OMS confirma que el virus no se ha modificado sustancialmente: no se ha detectado ninguna modificación en la virulencia o letalidad inicial del virus. - Diferencias con la gripe estacional La información recogida hasta el momento demuestra algunas diferencias importantes con la gripe estacional. Las manifestaciones clínicas de la gripe pandémica son muy similares en todos los países. La gran mayoría de los pacientes presenta un cuadro leve y la enfermedad afecta fundamentalmente a personas más jóvenes. A pesar de que en la gran mayoría de los pacientes la enfermedad es leve, pueden aparecer manifestaciones graves e incluso mortales; estas complicaciones suelen ser más frecuentes en personas jóvenes. La mayoría de los casos graves y mortales se han presentado en adultos menores de 50 años; los casos fatales en personas de edad avanzada son relativamente raros. En la gripe estacional, por el contrario, alrededor del 90% de los casos graves y mortales ocurre en personas mayores de 65 años. - Grupos de riesgo Las complicaciones y formas graves de la gripe A H1N1 son más frecuentes en grupos de población joven que presentan enfermedades previas. Entre estas enfermedades cabe destacar los procesos respiratorios crónicos, especialmente el asma, las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y las alteraciones graves del sistema inmunitario. Aunque no se conoce con exactitud la causa, en algunas personas jóvenes sin enfermedad previa conocida, la gripe A se manifiesta de forma muy grave; estos casos son raros, cursan con insuficiencia respiratoria aguda y son prácticamente desconocidos en la gripe estacional. Un hecho documentado en todos los países es que el embarazo implica un mayor riesgo. - Prevención La prevención de la gripe se basa fundamentalmente en las medidas de higiene individual y en la vacunación. Las medidas higiénicas son las mismas que las recomendadas para la gripe estacional (y para muchas otras enfermedades respiratorias de origen vírico): - Personas que sospechan que puede tener un cuadro gripal: o Evitar toser o estornudar en dirección a otra persona o Usar pañuelos desechables cuando tose o estornuda o Lavarse las manos después de toser, estornudar o contaminarse las manos con fluidos respiratorios o con los pañuelos. En cualquier caso lavarse las manos con frecuencia o Ventilar con frecuencia los espacios habitados o Limpiar las superficies posiblemente contaminadas con productos desinfectantes (los limpiadores habituales que contienen lejía son muy activos frente a los virus) - Para la población en general o Lavado frecuente de manos, especialmente si existe la posibilidad de haberse contaminado o Ventilación frecuente de habitaciones y espacios habitables o Limpieza de superficies con productos desinfectantes antivíricos Por lo que respecta a la vacunación, su objetivo, al igual que en el caso de la gripe estacional, es proteger a los grupos de riesgo, ya que es en estos grupos donde con mucha mayor frecuencia pueden aparecer formas graves de gripe. Al igual que en la gripe estacional, y por los mismos motivos, se recomienda la vacunación de los profesionales sanitarios. Con respecto a la vacunación es preciso saber que: - La vacuna frente a la gripe A H1N1 solamente protege frente a este virus de la gripe La vacuna frente a la gripe estacional no protege frente a la gripe A N1H1 Las personas incluidas dentro de los grupos de riesgo para la gripe estacional deben vacunarse frente a ella, ya que la mayor frecuencia del virus A N1H1 no evita la aparición de otros virus gripales. José V. Saz