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ALAI, América Latina en Movimiento 2011-11-21 Clasificado en: Disponible en: Política: Politica, Social: Social, Economía: Economia, Español Notas sobre la coyuntura, el Foro Social Temático y la Río+20 Vamos a reinventar el mundo GRAP-FSM 1. Estamos presenciando en este año 2011 un desenlace de luchas populares mucho más original, esparcido y vigoroso que cualquier otro que hayamos vivido en las últimas décadas, incluyendo la “batalla de Seattle” entre 1999-2001. Las movilizaciones políticas ya barrieron el mundo árabe, ya derrocaron varios gobiernos y permanecen en varios países. Movimientos de “indignados” se han tomado las plazas en España y en otros países europeos. El movimiento Occupy Wall Street se ha regado por todos los Estados Unidos y ha comenzado a alterar el cuadro político de ese país; un sondeo realizado el 13 de octubre por el Times muestra que el movimiento tiene el apoyo de 54% de los norteamericanos, contra 27% para el Tea Party. Y, en la región andina, las protestas y movilizaciones indígenas que se han venido desarrollando hace más tiempo producen una gran efervescencia en regiones de por sí ya tempestuosas, agobiando a los gobiernos nacionalistas con sus demandas. Un nivel inusitado de actividad de los movimientos de masas golpea también a países como Chile (con las protestas de los estudiantes por la educación pública), Israel (manifestaciones por la justicia social) y el conservador Japón (contra la energía nuclear). El 15 de octubre, día de acción global, hubo manifestaciones en casi mil ciudades de 82 países, evidenciando la fuerza y la capacidad de acción de este movimiento. La analogía que nos viene a la mente de inmediato con dicha cobertura es el año 1968. 2. La indignación con las desigualdades e injusticias políticas y sociales parece ser la marca común de la gran mayoría de estos movimientos formados alrededor de demandas difusas que cuestionan el “sistema” o el “poder”, se confrontan con su destructividad y rompen con la pasividad y la inercia de las décadas neoliberales. Las políticas de austeridad prometen más miseria para los años venideros y esto lleva a que los jóvenes se movilicen por su futuro. En todos los continentes, los sectores que antes eran apáticos se colocan en movimiento de forma bastante democrática y al mismo tiempo pluralista, unitaria y autónoma, con relación al poder. La diversidad de las exigencias y de los puntos de vista es una de las fuerzas de estos movimientos. A las protestas las marca una gran desconfianza de las instituciones económicas y políticas (así como de los partidos); casi siempre son impulsadas por jóvenes sin perspectivas que se rebelan contra el estado actual de las cosas. Y los grandes medios de comunicación ya rotulan a estos movimientos como anticapitalistas, aunque una definición de este tipo esté lejos de compartirse por parte de todos sus integrantes. La difusión de las movilizaciones acaba fortaleciendo todo tipo de dinámicas de protesta a partir de las referencias específicas de cada región (como en el Japón o en Bolivia). 3. Estas movilizaciones y protestas ocurren en el marco de un cambio significativo en la situación mundial, en la estela de la crisis del 2007/8, contribuyendo a profundizar las alteraciones geopolíticas (más evidentes en el mundo árabe), socio-económicas y, sobre todo, políticas. Son movimientos democráticos y populares que nacen de las necesidades y aspiraciones del presente, después de tres décadas de globalización neoliberal. Son movimientos que rompen de tajo con el pasado, sus organizaciones y sus tradiciones; movimientos que rechazan las divisiones o encasillamientos provenientes de tendencias de la izquierda establecida. Son movimientos que se desarrollan a partir del uso de las tecnologías de la información y de la comunicación, de las redes sociales y de las prácticas digitales de las nuevas generaciones, lo que ayuda a entender su conexión más amplia con el público, su sincronía mundial y su rápido esparcimiento global. Son movimientos de jóvenes, de una nueva generación política que no conoció el peso de las derrotas vividas por las generaciones más viejas y que son afectadas por los ejemplos de experiencias -algunas vecesdistantes. Son movilizaciones portadoras de valores humanos esenciales, perdidos en los años neoliberales, como la empatía por el sufrimiento ajeno, la solidaridad, la defensa de la igualdad, la búsqueda de la justicia, el reconocimiento de la diversidad, la crítica de la homogeneización mercantil del mundo, la valoración de la naturaleza – esenciales para la reconstrucción de un proyecto contra hegemónico. Y son movimientos que enredan todavía más las herencias geopolíticas del mundo bipolar previo a 1991. 4. Existe una similitud entre lo que pasa en el terreno social y lo que pasa en la relación entre los Estados, en el terreno geopolítico. La crisis de la economía capitalista en los Estados Unidos de América, la Unión Europea y el Japón es estructural; el mantenimiento de un cierto crecimiento de los países emergentes parece indicar un declinar relativo del imperio norteamericano, al igual que un protagonismo creciente - vertebrado por la China - de los países emergentes BRIC. En los antiguos centros imperialistas, la austeridad alimenta el renacimiento de la conflictividad social, y la decadencia libera fuerzas reaccionarias, racistas y xenófobas. Pero, en general, el paso de la unilateralidad de George W. Bush y de la globalización del mercado para una posición multilátera con diferentes matices abre brechas para retomar los procesos de transformación social. El mantenimiento de las viejas relaciones de poder imperial o de las relaciones de los polos capitalistas se da – como ya pudimos ver en el mundo árabe – contra los movimientos sociales y políticos progresistas. Pero también es incuestionable que, en América del Sur, África y Asia, el poder de arrastre de la China aún da paso a un cierto desarrollo apoyado, en general, en las exportaciones de productos primarios. Aunque es profundamente depredador de la biosfera, el crecimiento económico refuerza la legitimidad de varios de estos gobiernos junto a sus poblaciones. Pero ningún país puede permanecer inmune a una ola mundial de movilizaciones de esta magnitud y tarde o temprano el “aterrizaje” de la economía china afectará el dinamismo de los países emergentes. 5. En el futuro cercano no hay nada que indique que el impulso de estos movimientos vaya a ser estancado. Su raíz está en la crisis y en las respuestas gubernamentales a la crisis, socializando los perjuicios del sistema financiero y salvando a bancos y especuladores (políticas de austeridad, recortes en los gastos estatales, etc). En el caso de los Estados Unidos, Occupy Wall Street emerge también, objetivamente, como un contrapunto al Tea Party y tiende a ser estimulado por la izquierda por el Partido Demócrata. Los movimientos de la primavera árabe están apenas en el comienzo de sus luchas; algunas ya han logrado objetivos importantes, otras están estancadas por violentas represiones de poder, otras todavía degenerarán o tienden a derivar en guerras civiles y el movimiento apenas si tocó la superficie de la sociedad saudita. Lo mismo puede decirse de la lucha indígena en América del Sur: la demanda china por commodities alimenta la invasión de los territorios de las poblaciones tradicionales, la apropiación privada de bienes comunes y el saqueo de las riquezas naturales de la región. Todo indica que estamos apenas en el inicio del primer tiempo de una coyuntura en que, después de las décadas neoliberales, diferentes tendencias sociales volverán a colocarse en movimiento. 6. No parece estar surgiendo ninguna respuesta efectiva de los poderes establecidos. La crisis ambiental que se asoma, en especial en materia climática, está siendo ignorada por la ONU y por los grandes poderes; no será solucionada en Durban y arrastra a la humanidad hacia un panorama catastrófico, abriendo camino a proyectos alucinantes de geoingeniería. La mercantilización de la vida y la apropiación de una parcela creciente de la biomasa del planeta ejercen una presión cada vez más destructiva sobre los diferentes ecosistemas y reducen rápidamente la biodiversidad. El agravamiento de la crisis social en las economías centrales y la indignación contra la desigualdad y la socialización de las pérdidas del sistema financiero no encontraron ninguna respuesta sino más privatizaciones, neoliberalismo, intervencionismo en favor de las finanzas y la defensa cerrada de los privilegios por parte de los “señores del mundo”, cuyo aspecto más visible es la ideología fachistizante del Tea Party. El avance del extractivismo en América del Sur y África, así como la compra de tierras, con sus impactos sobre los territorios de los pueblos indígenas y las poblaciones tradicionales, continuará alimentando las luchas de resistencia que estos sectores traban en defensa de la naturaleza, de los bienes comunes y de su modo de vida. Todo eso evidencia, para más personas, cada vez, que hoy es imposible enfrentar estos asuntos separados de una respuesta global para un sistema que también es global y cuya crisis golpea a toda la humanidad. Los manifestantes en Copenhague, durante la frustrada COP15, decían que se trata de “cambiar el sistema para no cambiar el clima”; podemos decir que se trata de cambiar el sistema para defender 99% de la humanidad del 1% de personas que quieren poner su crisis sobre las espaldas de los demás. 7. Este parece ser un momento único para rescatar el sentido original del altermundialismo y del Foro Social Mundial. Del mensaje del otro mundo posible, focalizado en el contrapunto a las instituciones que gobiernan la globalización neoliberal, avanzamos en Belén en 2009, para buscar alternativas para el desarrollismo y el consumismo a partir del terreno socio ambiental (en buena medida gracias a las contribuciones de los movimientos de las poblaciones tradicionales de la Abya Yala). Pero, ahora la lucha está oxigenada y enriquecida por el movimiento en búsqueda de autonomía y control del poder en el mundo árabe (que reivindica ser la sede del FSM de 2013) y por las amplias expresiones de indignación frente al capitalismo financiero y las corporaciones en los Estados Unidos y en Europa. Si en 1968 se podía hablar de una revolución mundial – finalmente frustrada, como convergencia de las luchas en los países centrales, en los países dependientes y en las sociedades burocratizadas de Europa del Este, ahora podemos decir que si otro mundo es posible, lo será a partir de la convergencia de estos actores aparentemente dispares, estimulando el encuentro de estos sujetos políticos, favoreciendo la creación de un sentido de propósito común, identidad y visión de futuro – como prometía, más de lo que ofrecía - hace más de una década, el altermundialismo. Y ese encuentro será más rico aún si se consigue también dialogar con la experiencia de las generaciones políticas pasadas de la izquierda, en una interacción horizontal, sin imposiciones ni prejuicios. 8. Caracterizamos a esta situación, a partir del FSM de Belén, como de convergencia de crisis y crisis de civilización. No vamos a volver aquí a ese debate. Sólo necesitamos destacar que parte importante de los movimientos actuales llevan a la discusión nada menos que al sistema, a la globalización neoliberal, a la organización capitalista de la economía, sociedad y poder. Y piden no sólo la posibilidad abstracta de otro mundo, sino también la definición positiva de sus características y de las estrategias de transición que pueden llevarnos a ella, a partir de respuestas concretas e inmediatas a la crisis actual. En Europa, varios movimientos de la ciudadanía global están hablando de desglobalización, o sea, de una menor frente al mercado mundial, resistiendo a la deslocalización de emprendimientos productivos para Asia. En todo caso, hay señales de un crecimiento de proteccionismo, o por lo menos, de una reversión de las tendencias liberalizantes. También existe una demanda generalizada entre los movimientos, para desinflar las finanzas y volver a enmarcar el mercado y el poder de las corporaciones por la política, con impuestos fuertes para los ricos y los poderosos. También existe un sentimiento de desconfianza generalizada frente a la representación política y a los partidos políticos en favor de la participación directa de la base, de las prácticas horizontales, del uso de las nuevas tecnologías para información y deliberación democrática. Aumenta la comprensión sobre los cambios urgentes y que ellos deben ser sustentables, social y ambientalmente, alterando la relación de la economía con la naturaleza: el capitalismo y la codicia que le es inherente están devastando la naturaleza. Y crece también por varios caminos, la idea de que la alternativa es una dinámica económica orientada hacia adentro, nacional o regionalmente, que sólo se sustenta amparada en la redistribución de la renta (hoy más concentrada que en cualquier otro momento de la historia). Todo esto resulta insuficiente como alternativa de sociedad, pero es un punto de partida práctico más que suficiente para los que ahora se ponen en movimiento. Puede y debe ser enriquecido a partir del diálogo con las temáticas y propuestas que se están debatiendo y acumulando en los últimos años, en el proceso del FSM y en muchos otros espacios, hasta que finalmente se consolide un nuevo lenguaje político, capaz de articular un nuevo proyecto de sociedad con vocación hegemónica. 9. La Conferencia de Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sustentable (Río+20), en junio de 2012, es un momento que ofrece una oportunidad única para que la ciudadanía global visualice los dramas del mundo, en lo que tienen de totalizadores y los coloca en el centro de la escena de la política mundial. Pero, no debemos minimizar el horizonte de la sociedad civil en Río+20, trabajando sólo con una visión de resistencia y denuncia. El encuentro de la sociedad civil en ocasión del evento tendrá un resultado tanto más eficaz si es alimentado por una aspiración utópica de cambio, capaz de inspirar todos los movimientos. De este mensaje del grupo articulador de la sociedad civil de Río+20 que convocó el seminario de junio, surgió de la idea “Venga a reinventar el mundo en Río+20”. Debemos reforzar este apodo, construir el encuentro de la sociedad civil en Río de Janeiro, en mayo y junio, como el encuentro de l@s indignad@s, de los pueblos originarios y de los movimientos antisistémicos de todos los enfoques, capaz de afirmar una salida para la crisis, y sacar de allí directivas y campañas globales. Pero sabemos, después de más de dos décadas de crisis general del socialismo, que esto sólo será efectivo si conseguimos afirmar y transmitir un paradigma alternativo de sociedad, si construimos un vocabulario común capaz de articular las demandas difundidas en gran parte de las poblaciones. Preparar esta reflexión más estratégica y programática para un Río+20 debe ser – además de direcciones más tácticas -, la tarea del Foro Social Temático “Crisis capitalista, justicia social y ambiental”, que se reunirá en Porto Alegre entre los días 24 y 29 de enero de 2012. 10. Este proceso podría dejar a Brasil como país sede de estos procesos, un legado concreto, si logramos combinar las demandas locales con las luchas y demandas globales. La condición de anfitrión le impone al gobierno brasilero, si quiere tener un protagonismo internacional en el mundo multipolar que se está delineando, que cumpla con sus obligaciones en casa, abriendo más espacios en los que las presiones de los movimientos y organizaciones sociales puedan dar fruto – y este punto, no sería sólo en el caso brasilero, sino también para los demás países de la región. 11. Nuestro desafío central hoy es fortalecer y ampliar la actividad de estos nuevos actores que se ponen en movimientos, y esto sólo es efectivo dentro de un proceso más amplio, abierto y unitario. La unidad se torna así esencial, y algo que se comprende como un hecho que no elimina las diferencias. Pero, los otros encuentros organizados por la izquierda tienen, en los últimos tiempos, - y al revés de lo que pasa con los indignados - resultados estériles en casi todos los foros internacionales. Tenemos que resistir a las tendencias centrífugas que pesan sobre muchas organizaciones y movimientos. Tenemos que afirmar la centralidad de la unidad con respecto a los puntos a partir de los cuales podemos marchar juntos y desplazarnos hacia otra correlación social de fuerzas. Y si logramos un movimiento totalmente renovado, masivo e inspirador, debemos cuidar que avance y así, se tornará útil para todas las posiciones de izquierda – que buscarán disputar la adhesión para sus posiciones particulares en los marcos de este campo político mucho más amplio. Recordemos que los puntos de unidad son mucho más importantes que aquellos que nos dividen – cuestiones sociales, ambientales, de los derechos, de la política...etc. El punto de fragmentación que hasta ahora surgió en las discusiones de este año, el tema de la economía verde, ha sido objeto de diferencias, especialmente en América Latina. Este aspecto es estratégico, pero en estos momentos, resulta incomprensible para buena parte de los movimientos a los que debemos dirigirnos en esta coyuntura. Sin embargo, si analizamos la coyuntura internacional, los puntos de unidad entre nosotros son extremadamente más que nuestras divergencias. Y ellos son la base que permite fortalecer un movimiento amplio de las sociedades. Sin dudas, Porto Alegre será un momento para profundizar las discusiones y aclarar acuerdos y divergencias. Durante el G20, se habrán realizado debates, impulsados y articulados lo mejor posible, en Francia, así como en Durban, en el COP 17. Esperamos que Porto Alegre y también Río+20 den la bienvenida a l@s indignad@s del mundo y sean espacios para ampliar nuestras luchas comunes. Vamos a reinventar el mundo! ALAI, América Latina en Movimiento 2011-11-21 Clasificado en: Disponible en: Política: Politica, Social: Social, Economía: Economia, Español Metodología del FST – Porto Alegre enero 2012 Foro Social Temático: Crisis Capitalista Justicia Social y Ambiental GRAP-FSM, Comité Organizador Gaucho FSM Foro Social Temático Crisis Capitalista Justicia Social y Ambiental Grande Porto Alegre, del 24 al 29 de enero de 2012 Preparatorio para la Cumbre de los Pueblos Río+20 La convergencia de crisis provoca una crisis de civilización Río + 20 ¿una oportunidad? La escalada de la segunda fase de la crisis económica capitalista –ahora, centrada en Europa aunque alcanza a todos los países centrales- amplifica los efectos sociales perversos de la grave recesión que eclosionó en 2008. Al mismo tiempo, el crecimiento sostenido en China y en los demás países emergentes demanda cada día más recursos naturales. Los dos procesos repercuten mucho sobre la crisis ambiental global y profundizan las desigualdades sociales, provocando nuevas crisis humanitarias. Todas ellas exigen respuestas urgentes que ningún gobierno es capaz de dar. Todas exigen una modificación profunda del sistema económico, social, cultural y político vigente –el capitalismo global y sus instituciones-. En su conjunto, se convierten en una crisis de civilización que arrastra con ella el destino de miles de millones de seres humanos. Se visualiza muy cerca un encuentro mundial en el que estos temas podrían debatirse y encontrar soluciones, si hubiera voluntad política por parte de los líderes de las principales naciones. Se trata de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible (Río+20) que tendrá lugar en Río de Janeiro entre el 26 de mayo y el 6 de junio del 2012. Este encuentro lleva a cuestas el simbolismo de los veinte años desde la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo (Río 92) y del ciclo de conferencias posteriores, ocasiones en las que surgió con fuerza el diagnóstico sobre que el mundo acumula enormes problemas estructurales, y en las que se elaboraron propuestas para enfrentarlos. Sin embargo, los gobernantes del Norte y del Sur no supieron aprovechar esta oportunidad. Estaban preocupados por mantener el mayor crecimiento posible y también por la salud del capital especulativo, de los bancos y de los especuladores. Las múltiples crisis en las que la sociedad global se está ahogando –climática, alimenticia, de condiciones de vida, de política y de valores éticos- entran dentro del cálculo de los políticos sólo de manera secundaria. No podemos esperar nada de ellos ni de las fuerzas que los sustentan, cada vez más insensibles frente al destino de la humanidad. Seguramente habrá cambios, pero sólo se producirán si se vieran impulsados desde abajo hacia arriba, a partir del protagonismo de la sociedad civil. “Emergentes” y “desarrollados”: dinámicas y ritmos desiguales. En la actual estructura de poder mundial, controlada por los intereses de las grandes corporaciones, de los países “desarrollados” y de los “emergentes”, no existe la real voluntad de poner en riesgo el “negocio del desarrollo”. Pero sí, hay un enorme cambio en la geopolítica global. El capitalismo global funciona ahora en dos velocidades y parece tener una desconexión entre la dinámica de acumulación en los países centrales y en los llamados emergentes, planteando entonces nuevos problemas para la transformación social. Por una parte, los países ricos se ven golpeados por el estancamiento y la crisis, pero las corporaciones acumulan caja, los especuladores aseguran sus ganancias. Al mismo tiempo, la mayor parte de la población enfrenta políticas de austeridad, enormes índices de desempleo, aumento de las desigualdades y fortalecimiento de las corrientes y de las iniciativas políticas de derecha –como las de los grupos racistas del Tea Party, de los Estados Unidos y de los xenófobos europeos. Por otro lado, los grandes países “emergentes” siguen expandiendo sus economías dentro del marco del capitalismo global. La euforia por su crecimiento, celebrada por casi tod@s, muestra una total inconsciencia frente a los problemas que se presentan. La crisis de “creatividad financiera” del neoliberalismo estimuló el renacimiento de desarrollismos. Millones de personas mejoran su condición de vida en Asia y en América Latina, consumen un poco más que antes, aunque la desigualdad social también aumenta de manera paralela y en todos los sectores. La expansión económica se produce profundizando sus contradicciones: desigualdad y concentración de la renta, súper explotación y precariedad del trabajo, deterioro ambiental, estructura agraria concentrada, crecimiento de los asentamientos pobres, servicios sociales precarios. Mientras tanto, el impacto de estas pequeñas mejoras ha opacado la percepción de tales contradicciones, y la lógica de que “todo está bien” dificulta la construcción de un proyecto contrahegemónico. De esta manera, tres años después de la peor crisis económica mundial desde la de 1929, tres años después de la enorme subida de precios de los commodities y de los alimentos por la especulación realizada por los gigantes de las finanzas, cuatro años después de que el Panel Intergubernamental sobre Cambios Climáticos (IPCC) haya alertado sobre la urgencia de una transición hacia una economía de bajo carbono, todos los problemas continúan sin perspectivas de soluciones y con los poderes establecidos sólo preocupados en mantener el negocio de siempre. No se aprendió ninguna lección, no se hizo ningún cambio estructural y se han agravado los impasses que se acumulan en una lógica suicida. Ausencia de paradigmas alternativos y fragmentación. Frente a la ausencia de otro paradigma de civilización que se le oponga, la máquina capitalista se mueve con los mismos objetivos y dentro de la misma lógica de siempre: crecer más, ampliar las exportaciones e importaciones, producir y consumir más bienes industriales y crear e utilizar servicios cada vez más sofisticados y accesibles a más personas –dentro de un sistema económico que entra en crisis cada vez que no consigue crecer un 3% por año y garantizar la rentabilidad del capital-. En la medida en que cientos de millones de personas entran en la sociedad de consumo de masa y persiguen el modo de vida que el capitalismo estadounidense exportó como ideal de felicidad, exigen una cantidad de bienes ostentosos, creados dentro de la lógica del obsoletismo programado, uso privado, desperdicio y descarte. Y consumen cada vez más recursos: energía, materias primas, alimentos y servicios ambientales. Este crecimiento prepara nuevas y futuras crisis de combustibles, de materias primas y alimentos, acelera las emisiones de gases del efecto invernadero y del calentamiento global. Frente a estas crisis, el capital sólo puede insinuar ilusorias promesas sobre las innovaciones tecnológicas como única solución frente a todos los problemas. Y para garantizar que ninguna amenaza contra el sistema pudiera florecer, la democracia se ve corrompida por el poder del dinero y, de ser necesario, se suprime. Ciudadanas y ciudadanos indignados se sublevan contra todo esto en diferentes partes del mundo –en las plazas del mundo árabe de Europa, en los caminos de Abya Yala, en las calles y en las selvas de Brasil-. Pero, la dinámica de las fuerzas antisistémicas se halla aún muy fragmentada, heterogénea, desigual y desarticulada entre los continentes, entre los países de una misma región. Aún no se ha logrado la unión entre ellos, la articulación que reúne la diversidad en un gran movimiento irreversible. El Río+20 de los pueblos y el proceso Foro Social Mundial El Encuentro de los Pueblos. El simbolismo que posee la Conferencia de Río+20 ofrece – a pesar de lo muy desmoralizadas que se hallen las negociaciones en el marco de la ONU – la oportunidad a la sociedad civil de encontrarse, de presentar sus propuestas y de organizar sus luchas. Y aún más: de presentar otro paradigma de economía, de sociedad y de política dentro del cual los graves problemas que se presentan en esta crisis de civilización puedan ser confrontados y eventualmente superados. Un paradigma capaz de fortalecer los movimientos que se oponen al sistema y que ellos se vean reforzados y desarrollados. Es en este sentido que el Comité Facilitador de la Sociedad Brasilera para Río+20 convoca a organizaciones de la sociedad civil y a movimientos sociales y populares de todo el mundo a un proceso que culminará, en junio de 2012, en el evento autónomo y plural, provisoriamente denominado Cumbre de los Pueblos de Río+20 por la Justicia Social y Ambiental, paralelo a la Conferencia Oficial. Como afirma su convocatoria “Venga a reinventar el mundo en Rio+20”: El momento político propiciado por Río+20 constituye una oportunidad única para “reinventar el mundo”, y apunta a salidas para el peligroso camino que estamos transitando. Pero, y a juzgar por la acción de los actores hegemónicos del sistema internacional y por la mediocridad de los acuerdos internacionales negociados en los últimos años, sus falsas soluciones y la negligencia frente a principios que fueran acordados en Río92, creemos que si bien no debemos dejar de influenciar en su actuación, tampoco debemos hacernos ilusiones de que nuestro accionar pudiera dar comienzo a un ciclo de negociaciones y de compromisos significativos para enfrentar los graves problemas que la humanidad y la vida en el planeta enfrentan. Entendemos que la agenda necesaria para una gobernanza global democrática presupone un fin a la condición actual de captura corporativa de los espacios multilaterales. El cambio vendrá desde la acción de los más variados actores sociales: diferentes redes y organizaciones no- gubernamentales y movimientos sociales de distintas áreas de actuación, incluyendo a ambientalistas, trabajadores rurales y urbanos, mujeres, juventud, movimientos populares, pueblos originarios, etnias discriminadas, emprendedores de economía solidaria, etc. Necesitamos construir un nuevo paradigma de organización social, económica y política que – partiendo de las luchas reales de estos sectores y de la constatación de que ya existen condiciones materiales y tecnológicas para que nuevas formas de producción, consumo y organización política sean establecidas – potencialicen su actuación. Para los actores y actrices del FSM, esta es una oportunidad única para profundizar el debate y la lucha por el otro mundo que buscamos construir, para avanzar en la construcción de alternativas sustentables y populares. Este encuentro podrá auxiliar a los actores y movimientos que resisten a la globalización neoliberal a construir un horizonte de superación sistémica al orden capitalista. El papel del proceso FSM. El proceso del Foro Social Mundial debatió en Belén en 2009, y nuevamente en Dakar en 2011, los grandes desafíos de una civilización global en crisis (tanto en el sentido de crisis como de oportunidades) con la cual confrontamos. Se discutió también y profundamente sobre elementos de la nueva agenda política que los actores del proceso FSM enfatizaron a lo largo del último período: la defensa de los bienes comunes y del libre acceso al conocimiento y a la cultura, la centralidad de la sostenibilidad social y ambiental en todo proyecto alternativo, la economía del bienestar y de lo gratuito, la búsqueda del bienestar como propósito de vida, la organización del poder político en moldes plurinacionales y basados en una democracia participativa, la relación entre derechos y responsabilidades colectivas, el reordenamiento geopolítico mundial y los problemas de gobernanza que ello trae, entre otros elementos que formaron parte de una agenda abarcadora, aunque no exhaustiva, que fue acompañada por innúmeros otros debates y diálogos entre las propuestas que se cruzan en esa agenda. Ahora – frente a la oportunidad presentada por la Cumbre de los Pueblos de Río+20 por Justicia Social y Ambiental- consideramos que el proceso del FSM debe ofrecer su contribución para impulsar su preparación y ayudar en la consolidación de su agenda, organizando un Foro Social Temático en Porto Alegre, entre el 24 y el 29 de enero de 2012. Un Foro que discuta la crisis y las medidas emergentes que deben ser tomadas para asegurar la supervivencia y el bienestar de cientos de millones de personas. Un Foro que analice los caminos para la afirmación de paradigmas alternativos a la civilización industrial, productivista y consumista y de la agenda de la transformación social que le corresponde. Un Foro que profundice los lazos entre los actores y actrices comprometidos con esta pauta, que los movilice para la acción, que estimule su convergencia y ayude para su participación efectiva en la Cumbre de los Pueblos. Consideramos esta iniciativa – en la secuencia de las protestas contra el G20 en noviembre en París, y de las actividades programadas por la sociedad civil en ocasión de la COP17, en Durban, África del sur, a fines de 2011- decisiva para reunir fuerzas y reforzar la preparación de la Cumbre de los Pueblos de Río+20. La metodología el Foro Temático El grupo de Reflexión y de Apoyo al Proceso del Foro Social Mundial (GRAPFSM) e el Comité Gaucho Organizador del FST lanzan aquí una propuesta inicial del proceso, que debe ser complementada en el Seminario Internacional del 22 al 23 de octubre, en diálogo con las redes que asuman la propuesta de su realización. Pensamos que la metodología de un Foro Social Temático (FST) capaz de dar inicio al proceso preparatorio de las actividades de la sociedad civil en ocasión de Río+20 debe ser diferente a los foros que se estructuraron sólo según actividades auto-organizadas con una temática libre. Para ser efectivo en el cumplimiento del papel que le fue propuesto, este Foro tendrá -sin menospreciar el lugar que ostenta de expresión del pluralismo y de la diversidad de posiciones que luchan contra la globalización neoliberal y por otro mundo- que focalizar de manera especial en la agenda que puede ser disputada en Río+20 y en los objetivos anunciados por la Cumbre de los Pueblos, y reforzar los procesos que se desarrollan en ella. Los tres ámbitos del FST. En este sentido, el Foro deberá dividirse en tres ámbitos que comprendan actividades diversas: las actividades auto-organizadas, libremente conducidas por las organizaciones que las promueven y con una agenda que dialogue con el FST; las actividades auto-organizadas en torno a grupos temáticos y cuestiones estratégicas, pero articuladas entre sí y con los organizadores del Foro; y las actividades preparatorias con propuestas específicas para la Cumbre de los Pueblos de Río+20. Nuestro objetivo es aún –coherente con la Carta de Principios del FSM- establecer un espacio de discusión autónomo frente a las instituciones internacionales, corporaciones capitalistas y a los poderes estatales. Un marco plural que valorice la diversidad de la sociedad civil global y que la transforme en fuerza política relevante, estimulando convergencias y agendas comunes. Buscamos incorporar en nuestro proceso la fuerza, la energía y la iniciativa de millares de organizaciones y de movimientos. Para ello, el punto de partida es su experiencia real, tanto en su actividad autónoma como en su capacidad de converger en otros temas. La metodología para las actividades libremente organizadas por los que las proponen -primer ámbito del FST – ya es un patrimonio del proceso del FSM y pueden darse en Porto Alegre en 2012, inscriptas a partir de los ejes establecidos en ocasión del último FSM realizado en Dakar. Ellas se distribuirán en los múltiples espacios donde tendrá lugar el FST 2012, a partir de la comunicación entre territorios y temas pactada por el Comité Organizador Gaucho. Pero, necesitaremos innovar con respecto al segundo y tercer ámbito: Entonces, proponemos organizar Grupos temáticos movilizadores -en el segundo ámbito del FST- un proceso capaz de recibir la multiplicidad de experiencias y de contribuciones de los diversos sujetos sociales, pero ahora en torno a temas abarcadores y movilizadores capaces de confederar a los actores y a las actrices de los más variados movimientos. Comenzaríamos a partir de este Seminario de Metodología la constitución de grupos temáticos en relación a temas movilizadores vinculados a la “Crisis capitalista, justicia social y justicia ambiental”, auto-organizados pero trabajando de forma colectiva e inclusiva, en diálogo con los organizadores del FST. Una precondición para la constitución de un grupo temático sería su relación con la agenda de sostenibilidad y de justicia social y ambiental. Una segunda precondición sería la existencia de una o más redes u organizaciones en condiciones de facilitar política y operacionalmente los debates de manera permanente, impulsar su ampliación y posteriormente ayudar a sistematizar la discusión entablada en los foros electrónicos. La condición de animador(a) del grupo temático de una organización o movimiento no implicaría una posición especial en el debate, sino responsabilidad por calificación de su trabajo. Agenda común mínima de los grupos temáticos y cuestiones transversales. Proponemos también que todo grupo temático trabaje sus temas específicos dialogando con una agenda mínima que incluya: - circunscribir su problemática en los desafíos propuestos por la coyuntura y por Río+20; - identificar las causas estructurales que afectan su problemática; - evaluar los mecanismos de reproducción de las concepciones vigentes; - presentar las alternativas existentes y su inserción en una agenda de transición; - identificar, interpretar y potencializar campañas y propuestas de acción que vayan en esa dirección; - estimular diálogos y convergencias con otras temáticas y sujetos. Más allá de lo expuesto, un Seminario de Metodología debería – buscando sintonía con el Comité Facilitador de la Sociedad Civil para Río+20- ayudar a construir algunas cuestiones estratégicas transversales, en forma de preguntas, que animen las discusiones y las convergencias entre los grupos temáticos, dentro de la perspectiva estratégica de la superación del actual modelo y afirmación de un nuevo paradigma de civilización. En el tercer ámbito, impulsar estrategias sobresalientes. La agenda de Río+20 lleva a cuestas el simbolismo de los veinte años de luchas por la preservación del planeta y la garantía de derechos de pueblos y poblaciones. En la disputa de ideas y de construcción de contra-hegemonía que entablamos, deberíamos buscar sostener todo un abanico de actividades e iniciativas rumbo a la Cumbre de los Pueblos y que contribuyan para este evento. Ellas pueden también, si consiguiéramos desencadenar procesos del tipo “bola de nieve”, impactar las negociaciones oficiales. En 1992, fueron lanzados y firmados tres convenciones internacionales, aquellas sobre clima, biodiversidad y desertificación, además de la Agenda 21. El balance de estas iniciativas estaba en un principio, en la pauta oficial de Río+20, pero fue sacado porque la evaluación de su cumplimiento por los estados firmantes revela un resultado errado y hasta desmoralizante. Es importante que la sociedad civil realice su evaluación del significado e implementación de estas convenciones. Y cabe recordar que en 1992, también se firmaron pactos entre ONGs, a los que deberíamos volver. Se están esbozando y levantando nuevas convenciones en los bastidores del sistema ONU. Queremos que el FST y la Cumbre de los Pueblos sean espacios donde ellas puedan ser abiertamente debatidas. Se están preparando iniciativas específicas para Río+20 por los pueblos indígenas y otros sectores, que deben poder utilizar el espacio del FST para reforzar su organización. De la misma manera, existen propuestas como la del Protocolo de la Tierra, que retoman y desarrollan iniciativas anteriores, como la de la Carta de la Tierra. También existen iniciativas que proponen la realización de días de acción global durante Río+20 que pueden y deben ser articuladas en ocasión del Foro. Más allá de esto, la organización de campañas abarcadoras que serán lanzadas durante Río+20 debe encontrar en el FST el terreno propicio para su discusión y preparación. Debemos también concebir iniciativas capaces de movilizar a las comunidades universitarias, a científicos, artistas y religiosos para que se impliquen en el proceso de la sociedad civil en ocasión de Río+20. Necesitamos finalmente, seleccionar a figuras reconocidas públicamente capaces de transmitir de forma didáctica para el conjunto de l@s participantes del FST el sentido general del debate que se entablará en los grupos temáticos y en las iniciativas específicas. En todos estos casos, debemos proyectar un cálculo estratégico capaz de organizar un horizonte de algunos años, en la secuencia de Río+20, donde las iniciativas que de allí surjan maduren y puedan ser retomadas en una nueva correlación de fuerzas global. Organización del proceso. Para que este proceso abarcador de discusión tenga lugar a partir de octubre, los organizadores del FST deberán ofrecer una plataforma electrónica de trabajo para los grupos temáticos y las iniciativas específicas rumbo a Río+20, capaz de permitir la coordinación y el cruzamiento transversal de todo debate hasta enero. Las redes facilitadoras de los grupos temáticos y de las iniciativas específicas rumbo a Río+20 que se conformaren deberían en octubre circular para tod @s l@s participantes del proceso texto-base para animar a sus grupos. Representantes de los grupos temáticos y de las iniciativas específicas que se constituyan hasta mediados de octubre de 2011 se reunirían los días 22 y 23 de octubre en un Seminario Internacional de Metodología, para pactar la metodología definitiva del proceso. Más allá de esto, este Seminario Internacional de Metodología, debería -siempre en sintonía con el Comité Facilitador de la Sociedad Civil para Río+20- definir las cuestiones estratégicas transversales que animarán las discusiones y convergencias entre los grupos temáticos, en la perspectiva estratégica de superación del actual modelo y afirmación de un nuevo paradigma de civilización. El Seminario debería también definir la forma de sistematizar el trabajo después de enero, rumbo al próximo encuentro en Río de Janeiro. Creemos que el Foro Social Temático de enero puede así, ser una gran oportunidad para que un gran número de movimientos y entidades hagan una primera síntesis de su trabajo y se articulen para el gran encuentro de la sociedad civil global que será realizado entre mayo y junio en Río Janeiro. Pasos inmediatos. Con este documento abrimos el proceso del FST a través de la organización inicial de Grupos Temáticos (el segundo ámbito debatido arriba). Estos grupos deben tratar cuestiones vinculadas a la agenda del FST, sus organizaciones proponentes deben tener la capacidad de facilitar y sustentar operativo al debate en portugués, castellano, francés e inglés y los grupos deben tener amplitud internacional. Las entidades y las redes que deseen presentar propuestas, pueden hacerlo enviando un mail a grupostematicosfst@gmail.com con el tema, la relación de las organizaciones que lanzan la propuesta, sus nombres y direcciones, e-mails y teléfonos (personas y profesionales) de las personas encargadas de acompañar el proceso. En estos primeros momentos, buscaremos ayudar a estos grupos y establecer una dinámica de discusión y también, producirla, hasta el Seminario Internacional del 22 y 23 de octubre, una primera nota conceptual capaz de estructurar el debate y la posterior ampliación de los grupos temáticos. Este debate deberá ser, a partir del Seminario, accesible para l@s que se inscriban, en los cuatro idiomas del FST, en los GTs a través de una plataforma electrónica y de una página wiki, para construcción de documentos – en caso de que esta sea la herramienta elegida por el grupo para el ordenamiento de las discusiones-. Las entidades y redes que quieran articular iniciativas y propuestas en el tercer ámbito debatido arriba también podrán inscribirlas utilizando el mail grupostematicosfst@gmail.com, a partir de un envío con el nombre de la organización y utilizar la plataforma electrónica para organizarlas. Nuestro propósito es hacer una primera sistematización de estas propuestas en el Seminario del 22 y 23 de octubre. GRAP y Comité Organizador Gaucho http://www.alainet.org/active/51002