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1 PRIMER ENCUENTRO DE ANTROPÓLOG@S DEL SUR DOCUMENTO RESUMEN: Preámbulo Para un encuentro Cruzando y adentrándonos en el sur del territorio, en el nomadismo y trashumancia que articulan e imponen los regímenes laborales y académicos. Nos desplazamos estableciendo campamentos provisorios, levantando nuestras mejoras y adelantos, puestos de avanzada de la disciplina; ocupando terrenos, antes en propiedad de otros oficios y saberes, habilitando espacios baldíos, andurriales del conocimiento académico; siguiendo la colecta del piñón en lo alto de la cordillera o apoyando la formación de un empresariado popular, en las caletas, el campo o la ciudad; registrando imágenes, discursos o sonidos, definiendo (valorando) y difundiendo el patrimonio social y cultural en el ámbito local; entre-mezclándonos e interviniendo en las dinámicas socioculturales de jóvenes, niñ@s, adult@s y abuel@s, o haciendo patria académica en alguna aula universitaria. Fondeándonos en cuanto fondo, nacional o extranjero, solidario o artístico, se presente, transitando por edificios públicos e incorporándonos a la fauna que conforma la administración pública: priorizando, focalizando y planificando estratégicamente, generando políticas, modelos de intervención, planes y programas. Sirviendo (o sirviéndonos) de espacios, reales o virtuales, para el desarrollo y desempeño de la profesión, conformando(nos) o cuestionando; perversos, conversos o subversos al texto que define nuestro quehacer. Sujetos de (y a) un sistema de relaciones laborales y profesionales histéricas, por sus determinantes históricas. Dispers@s y fragmentad@s; creativ@s o anémic@s por anómic@s; desencantad@s u optimistas, vagamos abriéndonos y compartiendo espacios en pequeñas tribus; asociaciones profesionales, consultoras, onges; o combinándonos en clanes al interior de la administración pública o corporaciones sin fines de lucro. Apoyando nuestra labor en redes personales (antes que profesionales o académicas), archivando nuestras dudas y certezas o produciendo saberes efímeros, entre cafés y trasnoches. Transitando de la colaboración al apoyo mutuo; desde la desconfianza a la (in)competencia. La presente es una invitación para el encuentro en torno a estas certezas y dudas (y otras más que se puedan presentar),a compartir nuestras diferencias, anhelos, frustraciones y proyectos. Generar un espacio que facilite la construcción de lazos, redes y puentes entre nuestras prácticas, experiencias y conocimientos, entre nuestros habilidades, destrezas y siniestrezas, en el desafío de desarrollar y construir colaboración y apoyo mutuo entre compañer@s de una misma disciplina. 2 INTRODUCCIÓN Reflexionar, poner la mirada en nuestras prácticas, habilidades y dudas; convocarnos para compartir experiencias, informaciones y criterios; encontrarnos en la búsqueda de acuerdos, planes, sueños y acciones, fueron parte de los ejes que movieron la realización de este encuentro que reunió a un grupo de 12 antropólog@s, los días 12 y 13 de octubre en Playa Rosada, Valdivia. La urgente necesidad de ejercitar y recuperar estas prácticas entre quienes su quehacer gravita alejado del ámbito académico, enfrentados a un mercado laboral precario y en permanente transformación así como la ausencia de mecanismos de articulación y espacios de encuentro y reflexión formaron parte del diagnóstico inicial que dio pie a la conversación. La iniciativa se vino gestando como resultado de “la discusión en torno al ejercicio práctico de la disciplina en el sur de Chile” desarrollada a través de la lista de interés: antroposur@elistas.net, espacio virtual que reúne a cerca de 60 profesionales del área y que ya entera mas de un año de funcionamiento. Proyecto y anhelo que se materializó a través de numerosas reuniones de difusión y coordinación con asiento en Valdivia y extensiva a diversos puntos del país a través de la red. La invitación se cursó a un gran número de antropólogos/as presentes desde el norte grande hasta el extremo sur del país, que desarrollan su quehacer profesional en los mas diversos ámbitos pasando por las instituciones gubernamentales, aulas universitarias, agentes de desarrollo local, ong’s, consultoras, etc, a partir de nuestros (limitados) contactos personales, libretas de direcciones y redes informales. Lo que aquí se presenta como Preámbulo y Temas Abordados, formó parte de la convocatoria de este evento, sin embargo la dinámica generada durante éste, propició una discusión transversal de los temas. 3 OPERATORIA DEL ENCUENTRO A fin de hacer operativa la discusión se nombraron por cada tema y mesa de trabajo, coordinadores y moderadores, quedando registrado en cintas audiofónicas tanto la discusión por grupos como la plenaria. TEMAS ABORDADOS Ejercicio Profesional, viejas prácticas, nuevos escenarios Reflexionar y debatir en torno a una(s) definición(es) de que significa hacer antropología hoy en los nuevos contextos que nos toca enfrentar en el sur de Chile, y en el resto del país. ¿Hacemos (y cómo) antropología desde nuestros nichos laborales? Ética y antropología: Acuerdos, desafíos y aportes. Presentar, discutir, confrontar y acordar aspectos básicos, que guíen nuestro quehacer desde un horizonte ético compartido; reconocer áreas temáticas tanto desde una perspectiva ética, como teórico-metodológica, que hacen de la antropología una herramienta eficaz para enfrentar las problemáticas y conflictos que se ciernen en la sociedad chilena actual. Mercado Laboral y Formación Profesional ¿Qué relación existe entre la formación recibida y las exigencias que hemos enfrentado en el mundo laboral? ¿Existen mecanismos formales de retroalimentación de la academia con el mercado laboral? Rol de la Antropología en las Políticas de Desarrollo del País, campo(s) laboral(es) de los antropólogos en Chile. Posicionamiento de la Disciplina Elaboración de propuestas que tiendan a un posicionamiento de nuestro ejercicio práctico; buscar mecanismos que nos permitan instalar temas, así como transformarnos en sujetos que tienen algo que decir frente a los otros actores de la sociedad chilena. 4 La Cuestión Gremial, Mecanismos de Articulación. Fortalecer nuestra capacidad de articulación, generar espacios para el debate y difusión de nuestro quehacer, experiencias y reflexiones teórico metodológicas; representatividad e identidad gremial y profesional de los antropólog@s, aspectos sociales, laborales y/o previsionales, relacionados a la organización y defensa de los derechos y deberes, gremiales y laborales. RESULTADOS DEL ENCUENTRO Ejercicio Profesional, viejas Prácticas, Nuevos Escenarios: Al congregarnos en Playa Rosada, el debate comienza con la presentación de siguientess textos que intentan interpretar, desde Ethos particulares, como hacemos el ejercicio de la disciplina y como a partir de éste nos vamos (o no) posesionando en los espacios desde donde ejercemos. Algunas Notas Extemporáneas. Alejandro Paredes Jara Antropólogo Social Si pudiésemos hacer una muy resumida historia del ejercicio de la antropología en Chile podríamos decir que es recién en la década del sesenta que ésta se abre un espacio en la academia y adquiere una categoría de disciplina con problemas y aportes teóricos y metodológicos y con algún nivel de experiencia acumulada. Pero no es recién hasta entrada la década de los ochenta que la antropología y los antropólogos empiezan a irrumpir en áreas y contextos cada vez más alejados de los centros académicos de investigación tradicionales, cuyos focos de atención estuvieron siempre cerca de la concepción clásica del ejercicio antropológico: la etnografía, estudios de casos y uno que otro estudio interdisciplinario, desarrollados la mayor parte de las veces como parte de esfuerzos investigativos universitarios. En esos años era muy difícil encontrarse con algún antropólogo que se asentará en provincia y más aún que su espacio de ejercicio profesional se llevara a cabo fuera de un aula académica o de un museo, espacios por lo demás bastante limitados en cuanto a capacidad de absorción que tenían de la creciente cantidad de jóvenes que a partir de los ochenta y noventa empiezan a 5 incursionar en la antropología como alternativa de estudio. La introducción de nociones de mercado a partir de los ochenta posibilita la creación de nuevas escuelas de antropología La mayor problematización de lo social y de lo cultural como parte de una búsqueda de respuestas respecto a la realidad social e histórica chilena, así como la irrupción de nuevas problemáticas y áreas de atención que emergen al amparo de ongs, y de toda la red de organizaciones e instancias de participación que forman del movimiento de resistencia a la dictadura militar, lo cual sumado al apoyo que desde el exterior se brinda a su gestación y permanencia, generan una mayor demanda de profesionales que pudieran ayudar a conceptuar, dimensionar y entregar respuestas o categorías de análisis a todo este nuevo espacio de problemas y temas entre los cuales podemos mencionar el problema de la marginalidad social, la problemática rural, las relaciones de género, principalmente asociado al tema de la mujer, el tema de los jóvenes, el tema de los pueblos originarios y su relación siempre conflictiva con la sociedad dominante, el tema del desarrollo local y de la generación y traspaso de herramientas a los grupos locales para enfrentar sus problemáticas y desafíos, el tema de la inserción laboral y social, el tema de la drogadicción, el tema de los movimientos sociales, el de la identidad, el de los movimientos culturales y políticos emergentes, la globalización, por nombrar los que primero se me vienen a la mente, muestran una gama amplia y variada de espacios de problemáticas que los antropólogos han venido asumiendo con mayor fuerza a partir de los años ochenta y que se han ido consolidando como su espacio de intervención a partir de los noventa con la instalación y su inclusión como parte de la preocupación de las políticas de distintos organismos del Estado. Ello ha estimulado y posibilitado que muchos antropólogos(as) encuentren su nicho de desarrollo laboral y personal en lugares alejados de la academia y de los centros urbanos más importantes del país, acercándolos de esta forma a convivir en territorios con realidades ambientales, sociales y culturales específicas y con desafíos en cuanto a su inserción laboral y legitimación de su papel profesional que todavía no están resueltos. Es más me atrevería a decir que una de las grandes falencias de nuestro ejercicio en este nuevo contexto es que no hemos sido capaces de hacer un esfuerzo serio y sistemático para dar cuenta de todo este cúmulo de experiencias y de aportes que desarrollamos en cada unos de nuestras áreas de intervención profesional. Es más ni siquiera hemos sido capaces de generar espacios de intercambio o de difusión que nos permitan enriquecer nuestras propias elaboraciones teóricas o metodológicas, y 6 lo que es aún más relevante legitimar nuestro ejercicio en un contexto de cada vez mayor competencia profesional con otras disciplinas vinculadas a las ciencias sociales. Ahora aquí necesariamente surge la pregunta de si antropología como disciplina tiene un ámbito de especificidad que signifique un aporte fundamental o irreemplazable para dar cuenta de muchos de los fenómenos de los que hemos hablado, si la respuesta es afirmativa como ciertamente lo creo, entonces aparece inmediatamente una segunda pregunta que apunta a buscar cuál(es) son dichos aportes específicos y cómo podemos en conjunto hacer un esfuerzo por materializar de una mejor forma dichos aportes cualquiera que éstos sean. El desafío no es menor y creo sinceramente que nosotros somos la generación llamada a cumplir dicha tarea. Valdivia, en un día lluvioso de octubre. Ejercicio Profesional Tatiana Araya Toro Antropóloga Al transitar de lo privado a lo público en el ejercicio profesional, o si lo prefieren desde los cuestionamientos personales a la reflexión colectiva e institucionalizada en un espacio como este, lo primero es constatar que a lo menos estamos soltando trenzas y alargando pantalones en términos de ideas, incertidumbres o certezas que nos cruzan como profesionales, y pareciera que algo hay desde nuestra formación que nos lleva a cuestionarnos hoy en día - no a todos y ni a todas por cierto - como hacemos Antropología por estas tierras sureñas, si es que la hacemos. Personalmente pertenezco al grupo, tribu, actor social, o sujetos que más que respuestas construyen, decodifican y ejercen una larga lista de incertidumbres, que comienzan con la pregunta fundamental que es: ¿Desde donde nos situamos para ejercer la Antropología? ¿desde un marco teórico conceptual?, ¿desde un marco ideológico?, ¿desde nuestros prejuicios?, ¿nuestras historias de vidas?, ¿cuál es la variable que más nos condiciona?, ¿la edad?, ¿el género?, ¿la clase?, ¿la procedencia?, ¿la etnia?. En definitiva cuál es nuestro ethos. Siento que la Antropología la construimos nosotros, desde la institucionalidad, la academia, los programas sociales, las ong´s y las consultoras. Desde el centro o los bordes vamos tejiendo este entramado complejo que es nuestro quehacer 7 profesional, con toda la carga valórica que traemos en nuestras mochilas o notebook, es decir, el marco teórico que adoptamos para poder fijar el norte, nebuloso y difuso. Los prejuicios que nos ayudan o inmovilizan y que responden al contexto desde donde nos formamos o deformamos y los nuevos escenarios donde practicamos la Antropología. Entonces nuestra forma de habitar el mundo - nuestro ethos - responderá a la edad, al género, la clase y las historias de vida que nos han hecho aposentarnos - quedarnos o volver - a este sur tan regional y poco descentralizado, como es el caso de Valdivia. En este ejercicio nos vamos relacionando con diferentes actores (instituciones, servicios, privados, organizaciones ) que primero nos exigen una definición de esto tan raro del ser antropólogo (a), para ello recurrimos a nuestras mejores destrezas de oratoria - dependiendo de nuestros interlocutores - para entregarles una definición clara, que en general es a partir de una racionalidad dicotómica de lo que no somos. Cuando visualizan de lo que se trata y por que estamos realizando determinada tareas, generamos confianza con algunos, relaciones de micro poder con otros, y directa descalificación con aquellos que no logran "entendernos". Si además se nos ocurre incursionar en post. (grado, titulo, diplomados y otros) o equipos transdisciplinarios, nos catalogan de complicados y auto-referentes, asignándole menor valor agregado a lo que hacemos. Todo esto claro está condicionado desde la fuente de financiamiento que nos contrata, negociamos a través de proyectos o padrinos partidarios nuestros nichos laborales, tenemos ciertas libertades en aquellos espacios menos institucionalizados, en términos de horario, productos que debemos cumplir y algún nivel de reflexión o intercambio con los equipos de trabajo, a cambio de un costo de inestabilidad laboral, falta de previsión social y circunscritos al mercado de temas que estén de moda. Creo que la validación y el ejercicio de la Antropología desde nuestros nichos labores, en estos escenarios cambiantes, pasa por la articulación de un discurso público de la disciplina, romper el silencio frente a temas que supuestamente nos pertenecen o debiéramos poder decir algo desde nuestra experticia. Por ello, en la medida que visualicemos en lo que estamos, que volvamos a seducirnos con debates teóricos y metodológicos a través de nuestra página y grupos de amigos, y nos arrimemos algún paraguas asociativo, podremos construir en el imaginario colectivo lo que significa hacer Antropología hoy. 8 Discusión. Las preguntas que surgen en el debate inicial después que se abre la mesa de discusión del primer tema “Ejercicio Profesional de la Disciplina” son a partir de un contexto que definimos como “nuevos escenarios”, y por tanto los problemas y áreas que aborda actualmente la disciplina, nos cuestionamos: ¿qué tipo de conocimiento estamos produciendo cuando hacemos Antropología?; ¿cuál es el aporte específico de la Antropología para poder abordar este tipo de problemáticas?. Las respuestas a estas interrogantes deben surgir y promoverse en espacios de reflexión sobre los aprendizajes y el ejercicio actual de la Antropología y las nuevas problemáticas que de éste se desprenden. Cada antropólogo (a) tiene una rica experiencia en temas específicos que es necesario sistematizar y transformar en cuerpo reflexivo y ponerlo a disposición de la comunidad antropológica local. Por lo cual la primera tarea debería ser ¿cuál es el quehacer individual de los (as) antropólogos (as) del sur?. Ante estas interrogantes iniciales se va expresando y construyendo un discurso colectivo, en donde para algunos: la “Antropología se va legitimando en la medida que vamos dando respuesta y problematizando ciertas realidades con las cuales trabajamos”, es por ello que se define como...“Una antropología que está absolutamente involucrada con el tema del desarrollo con una lógica del desarrollo que hemos tratado de suavizar diciendo ‘desarrollo sustentable’, ‘desarrollo local’, la hemos tratado de aterrizar y hacerla pertinente pero ese el campo en el que nos estamos desenvolviendo, (...) apuesto a creer que el prisma personal y la impronta que tiene la antropología es permitir visualizar una realidad de una forma completa, es tratar de entenderla antes que intervenirla...” Otros proponen una argumentación distinta en tanto “trabajamos y producimos de acuerdo a la demanda de instituciones estatales con sus propias prioridades que no siempre coinciden con nuestros intereses...”; prosigue la discusión “...falta sacar la voz de la antropología en temas claves como la educación; debemos también acercarnos a la antropología latinoamericana”, otra intervención expresa el “objeto de estudio” disciplinario “lo que identifica al quehacer antropológico es el trabajo directo con las comunidades”... En ese sentido yo creo que uno puede conciliar las cosas ... de partida creo que es importante no perder nunca de vista que al final son las comunidades las que nos tienen que importar a nosotros independiente del sistema, del empleador o de la relación de contrato que tengamos con alguien ... ahora y siguiendo esa misma línea (este es) uno de los 9 principales esfuerzos que tenemos que hacer como antropólogos ya sea desde dentro o desde fuera de cualquiera institución...” Por tanto “la institucionalidad de la antropología es el antropólogo(a) y los contextos ambientales influyen en cómo pensamos y vemos la realidad” y se manifiesta una definición de Cultura que es asumida en consenso en tanto que “Cultura es hacer productivo lo que uno ha asimilado” y nuevamente se enfatiza “la carencia de espacio para la reflexión permanente”. Concluimos que “el(la) antropólogo(a) actúa como mediador entre la comunidad y la institucionalidad, somos intercomunicadores”. En este contexto, nuestras prácticas ejercen el papel de puente, para recursos materiales o simbólicos ya sea entre lo micro y lo macro y viceversa; bisagra entre visiones o culturas o como “air bag”1 a la hora de evitar conflictos o colisiones. Estamos en la tensión permanente de ser marginales en el diseño de las políticas y programas en los que tomamos parte y centrales al momento de su ejecución. Es por ello que “nos interesa saber cómo se están haciendo las cosas y dentro de nuestra utopía pensamos que las cosas se pueden hacer mejor, aun cuando asumimos que existe una crisis paradigmática que hace difícil una definición unívoca de la antropología” .Es por ello que se vuelve una necesidad “comunicar lo que hacemos” pero “evitar los discursos tan elevados e incomprensibles para la mayoría, es decir bajarse del pedestal”. Entonces, “es necesario validar el discurso antropológico” dado que debemos “transitar desde la teoría a la práctica y viceversa, es un peregrinar y vagabundear” pero a partir de “asumir la subjetividad y la carga valórica que hay en el ejercicio de la disciplina” vemos que “la producción intelectual se conflictúa con la estabilidad laboral” para algunos (la mayoría) "Vivimos en un proceso de automarginación y de construcción de un discurso antisistema alimentado por el estado de marginalidad y escasa estabilidad laboral de los antropólogos lo cual genera menoscabo profesional”. Que es lo que nos distingue Luego que todas las voces presentes intentan dar respuesta a la pregunta inicial, nos detenemos en el análisis bajo el cuestionamiento frente a las otras disciplinas: ¿Qué es lo que nos distingue? Quizás la ..."mayor capacidad de decodificar sustratos, los distintos lenguajes y discursos que sustentan determinadas prácticas sociales"... “por lo tanto eso nos da una mayor capacidad de cuestionamiento...ahí hay una gran ventaja porque nos permite 1 Air bag: bolsa inflable en el volante de los automóviles modernos, que se activa cuando el choca. 10 estar con esa desconfianza permanente que nos lleva a analizar el discurso, saber qué y para qué se está haciendo lo que se hace y ese el aporte fundamental: nuestra capacidad crítica”. “Pero cometemos el error de ser un poco Quijotes y querer luchar contra molinos de viento, creo que tenemos que cambiar esa actitud, ser más conspirativos. Este es un espacio de conspiración que nos permite ver cómo podemos atacar el monstruo (sistema)... pero falta aún identificar nuestras falencias porque a partir de ellas tenemos que enfrentar nuestros desafíos”, a lo cual se responde...“...la gran falencia en la deficiencia de los aportes de la Antropología es que no hemos logrado validarla en el escenario social... hemos sido irresponsables porque hoy en día no existe un discurso público de los antropólogos del sur pero esto se debe en parte a que no tenemos estabilidad laboral porque la producción intelectual no se puede dar sin este requisito, la disciplina no ha sido lo suficientemente validada para tener una estabilidad semejante a la que tienen las otras...” Desde esta definición ontológica se transita a una..."mayor capacidad de cuestionamiento"... frente al quehacer y nuestra relación con lo social. "lo humano y lo cultural como construcción, un discurso que sustenta las lecturas de la realidad y las políticas de intervención que de ellas se derivan". Surgen nuevas preguntas: ¿qué es lo que defendemos cuando hacemos antropología?, ¿qué pretendemos legitimar? ¿a partir de qué se construye la imagen del otro? ¿cómo contribuye la antropología a que se escuche al otro?. "...los antropólogos hemos asumido un rol de intermediación entre sociedad civil – particularmente aquella más postergada o marginada del poder- y el Estado"...para lo cual nosotros planteamos..."el desafío de generar espacios para ejercitar la sistematización de nuestra experiencia y conocimiento acumulado, ponerlo a disposición de los demás"... surgen las estrategias;..."existe un nicho en el sector público que debemos ocupar" por ejemplo "la ley de participación ciudadana"... Se cuestiona la complejidad del Estado como espacio de inserción laboral, pero se sostiene que ..."es el lugar desde donde se definen las políticas de intervención pública en la que la mayoría de los antropólogos se vinculan como consultores y/o ejecutores". Si afirmamos que "nuestro ejercicio está signado por la marginalidad y falta de espacios de inserción"... se hace necesario entonces ..."llegar a generar líneas de pensamiento disciplinario y que éstas tengan un impacto en el ámbito de la discusión 11 pública especialmente en la comprensión de las problemáticas sociales y culturales, así como de las políticas que se definen desde el Estado y otros organismos para enfrentarlas". Ética y Antropología: Acuerdos, Desafíos y Aportes Antropología chilena: temas que resolver. Christian Paredes M. antropólogo La antropología criolla, no posee una tradición reconocida, y lejos se puede admitir la influencia de alguna forma o escuela de pensamiento en su accionar como disciplina profesional, que le de direccionalidad o pudiera mover a los antropólogos a sostener vínculos reales y eficaces, que la fortalezcan para poder desarrollarse .No ha llegado a ser una ciencia social identificada con el pueblo, en un país con industria y productos culturales mestizos, su desarrollo como ciencia humana, permanece todavía asociado, en el hombre medio de la calle, con la arqueología general en su sentido más estricto, y levemente relacionada en la opinión pública con un trabajo social de carácter desconocido, en el sentido más extenso de la palabra. Situación compleja, sobre todo cuando los temas gruesos son visibles. Los grupos étnicos, las represas, el desarrollo sustentable, el atropello, la represión, y las cadenas de violencia generada por la globalización de la cultura. No existe interlocución frente a la parafernalia postmoderna y se revive cada ciertos años un congreso representando sólo los aprontes mas avanzados de la cultura intelectual antropológica chilena atrincherada en una o dos ONG’s que no incorporan tampoco en sus discursos ninguna crítica o propuesta alguna de acciones o visiones transformadoras estructurales, o que al menos tengan impacto en la agenda pública. Tampoco se replica a los intelectualoides como Villalobos y asociados, que señalan que los mapuche son flojos y burgueses culpando a los antropólogos de la situación de beligerancia en el alto Bío-Bío para generar atención sobre sí, y amparar sus dichos, defendiendo a la política oficial, y promoviendo además espurias y etnocéntricas investigaciones apócrifas, que falsean la etnohistoria chilena claramente, a fin de vender más “publicaciones”, a través del periódico dominical mas vendido en Chile. 12 Así, la antropología, está desprovista de poder transitar en esferas de la política del Estado. Que quiere ser un mal espejo del primer mundo industrializado, no interpretando a los pueblos originarios, ni defendiendo con ecuanimidad la convivencia igualitaria de las diversidades culturales en pos de la calidad de vida de la postmodernidad a la que se tiene ingreso tan desigualmente. Discusión Frente al tema ético se plantea que dentro de los elementos a tener en cuenta es importante la autocrítica permanente sobre todo entre los pares, pero también practicar una crítica leal. Debe promoverse un respeto por la alteridad cultural y social, por las opciones de vida y las creencias, promover la autodeterminación y no la subordinación de los sujetos sociales. No falsear ni manipular información y no utilizar a las personas y comunidades con quienes trabajamos. Hay que crear espacios donde se puedan discutir este tipo de temas y quizás el Colegio de Antropólogos sea el órgano a partir del cual se puede "respaldar el ejercicio profesional desde una ética común”. Sobre el Colegio de Antropólogos, se visualiza como instancia de referencia gremial que puede dinamizarse desde la mirada nuestra, principalmente frente al tema de la Ética del ejercicio profesional. Se propone como una reflexión que hay que ir haciendo, para tomar una decisión en el mediano plazo, pero no desechar el espacio sino al contrario ir legitimando una práctica que puede ser individual que conlleve al posicionamiento en los distintos espacios. Se explícita que hasta ahora es una decisión personal y no del colectivo. A futuro se tiene que evaluar como colectivo cual es la posición que se asume y definir la relación con el Colegio de Antropólogos. Se observa que hasta ahora esta instancia no ha logrado legitimar y difundir la disciplina en la sociedad, pero asumimos nuestras limitantes en términos que no podemos arrogarnos la representación de los antropólogos(as). Debemos ser capaces de crear los espacios para abrir y consolidar un debate al interior de la antropología, especialmente de aquella que se practica aquí en el Sur, rescatar y destacar sus particularidades. Reconocer nuestro sello particular. 13 Formación Profesional y Mercado Laboral Christian Paredes M. antropólogo Los mallas curriculares de las escuelas de Antropología han reproducido las definiciones y conceptos surgidos para otras formaciones y otros tiempos. El centro de gravedad de producción de conocimiento, ha estado en Europa y Estados unidos, donde los datos se han procesado al igual que las materias primas y convertido en productos manufacturados (revistas, libros, informes), información que no ha sido neutra, porque ha sido devuelta e interpretada por alguna ideología antropológica. Ponemos en práctica nuestra formación? Se puede establecer un cierto itinerario desde el egreso de la formación académica; explotado, como egresado mano de obra barata al principio, para seguir trashumante después, en programas sociales dirigido por asistentes y técnicos sociales, o en el ejercicio de una docencia mal pagada, en un instituto profesional que ofrece la asignatura un tanto metamorfoseada con distintos nombres, dentro de un paquete formativo misceláneo, o en la mejor de las suertes en la Universidad; ya sea privada o no; extendiéndose el uso del “boleteo”, y el trabajo sin contrato. Aparece así, una muchedumbre de antropólogos, que se dedican o otras actividades u oficios diversos; relacionados o no con su formación, tales como profesores, preuniversitarios; llegando a encontrarse en sectores informales y diversos de la economía, como, relatores de marketing, comerciantes comisionistas de proyectos sociales, animadores comunitarios en municipalidades, actores populares, monitores poblacionales, y otros. Las conclusiones son claras debemos advertir a quienes se forman hoy para actuar mañana en los temas de la cultura, y organizarnos para proponer estrategias de interpretar nuestra realidad e identidad antropológica. 14 La Cuestión Gremial ¿ Como estamos? Christian Paredes M. antropólogo Un examen inicial acerca del desarrollo de la Antropología en Chile, demuestra que quienes han intentado representarla disciplinariamente, en el ámbito público, han respondido los intereses propios de investigación sin intención de articular un discurso acerca del estado de la disciplina o como ella visualiza la estrategia cultural del estado, dejando un vacío, de tipo político o ideológico, tanto para los antropólog@s , como para los sujetos sociales que viven aquellas realidades que la ciencia social en general y la antropología en específico dice reconocer e intentar transformar. Los antropólogos chilenos no hemos centrado la atención en los aspectos sociales, laborales, o previsionales, relacionados a la organización y defensa de los derechos y/o deberes de nuestro gremio, sino más bien en la práctica de la urgencia laboral cotidiana, sin un espacio necesario de opinión y reflexión social y política. Este estado de cosas, se refleja en términos institucionales, donde la antropología juega como ciencia social, un papel técnico de influencia menor, en la planificación de las políticas y proyectos sociales, con escaso peso de opinión, como disciplina social relevante en el escenario de los cambios culturales. En síntesis la antropología chilena, no tiene representación corporativa que genere repercusión en la discusión social, menos como un opinante en los temas de la agenda pública nacional frente a los fenómenos, los procesos, los cambios y las metamorfósis del escenario y los actores sociales que aparecen en el mismo. Propuesta: Unión de Antropólogos del Sur (o asociación gremial) La historia de las Sociedades Profesionales, los gremios y los vínculos disciplinarios de diversa naturaleza, históricamente han sido necesarios, para protegerse, de la atomización profesional que genera el sistema ; y apartarlo de las tendencias neo-coloniales del Estado, y al mismo tiempo permitir la madurez del carácter político que posee la antropología como instrumento para los cambios y la transformación social. Cambios que siempre ocurrirán y que de no ser discutidos , son tergiversados por el poder. 15 Finalmente, la idea de constituir una organización o una red de profesionales, no debiera mover a la incredulidad o al automático rechazo, pues tal debate proporcionará seriedad disciplinaria, con un spirit de corps organizado que proteja los intereses de sus miembros, y la coherencia del debate teóricopráctico, con unidad en torno a la identidad gremial y profesional de los antropólogos y antropólogas de Chile. Discusión Respecto a la participación gremial se percibe un agotamiento de los espacios tradicionales o bien que no dan cuenta de la diversidad y necesidades que tienen los antropólogos en provincia. En todo caso sirve como espacio de referencia (Colegio de Antropólogos) y como posible aliado para realizar acciones concretas. Se acuerda que el colectivo por ahora asume la modalidad de red y se pospone la discusión de la orgánica para el encuentro de Enero en Chiloé. APROXIMACIONES A NUESTRO SUR Se constata como un eje articulador del grupo el adscribirnos a una generación de antropólog@s formada en plena dictadura y que comienza su ejercicio profesional en transición, alejada de los centros de formación, operando en nuevos contextos sociales y culturales en donde mas que preguntarse por qué es la antropología, como definición general, los esfuerzos los encaminamos a dar respuesta a como esta nueva generación de antropólog@s ejerce desde su especificidad la antropología y cuales son los problemas que en estas nuevas prácticas debemos enfrentar. Dicha generación, formada en la sospecha y desconfianza (hacia y desde) el Estado, en su momento represor y posteriormente subsidiario , desenvuelve su accionar en un campo en donde lo social y cultural se encuentran subordinados a lo económico en el marco de un modelo de desarrollo neo-liberal. Bajo este marco hacemos nuestro el desafío de definir qué nos hace ser un “nosotros”, construyendo una identidad disciplinaria, más allá de las categorías generales que definen nuestro hacer profesional. Retomamos el desafió 16 histórico de generaciones de antropólogos críticos dispersos por todo el mundo, de desarrollar una mirada que nos ubique en el Sur tanto geográfica como ideológicamente. Somos parte de un conglomerado que por su “nivel de desarrollo” ha quedado fuera del primer mundo, por tanto debemos asumir la Antropología como una actividad creadora y sistemática que configura nuevos conocimientos en forma distinta a la visión hegemónica y tradicional de nuestra disciplina. Los/as antropólogos/as debemos vernos como actores sociales inmersos en los problemas y conflictos y no ajenos a ellos, constituimos una práctica social con sus propias aristas y determinaciones y por tanto debemos fortalecer nuestro lazos y redes de manera tal que nuestra opinión tenga validez a través de un discurso público que debemos ir construyendo en forma colectiva, dando cuenta de una postura teórica, ética e ideológica frente al acontecer. En esta dirección promover y fortalecer la discusión de nuestras prácticas a través de esta naciente Red Antroposur, se transforma en una tarea inmediata y necesaria a desarrollar.. Tatiana Araya Eliana Barrios Christian Paredes Juan Pimentel Antropóloga Antropóloga Antropólogo Antropólogo Amparo Aguirre Katerin Barrales Moira Barrientos Esteban Figueroa Antropóloga Antropóloga Antropóloga Antropólogo José Saavedra Claudia Santos Antropólogo Antropóloga (comisión redactora) Mauricio Gomez Alejandro Paredes Antropólogo Antropólogo (organizadores y participantes) 17 Plan de Trabajo Ideario: Construir y desarrollar un pensamiento antropológico del Sur manteniendo su autonomía. Objetivos: Propiciar, generar y fortalecer la reflexión y debate de la realidad social desde una mirada antropológica del sur. Posesionar y difundir la disciplina en los distintos espacios a través de una estrategia comunicacional. Provocar espacios de articulación – definir una figura de articulación. LINEA OBJETIVOS ACTIVIDADES TIEMPOS - Diseño y envío de manual Diciembre Optimizar el uso de la de uso lista - Manual de uso Foro Propiciar, generar y fortalecer la reflexión y Desarrollar foros - Calendarización temática enero debate de la realidad temáticos - Invitación a expertos social desde una permanentes, sobre mirada antropológica temas relevantes del sur - Organización de un Bianual 2003 Realizar un evento de simposio temático discusión disciplinaria RESPONSABLES - Claudia Santos - Esteban Figueroa Posesionar y difundir la disciplina en los distintos espacios a través de una Diseñar, implementar estrategia y evaluar estrategia comunicacional comunicacional Christian Paredes Tatiana Araya Eliana Barrios Juan Pimentel - Publicación documento 1er Noviembre Encuentro Desarrollo de proyecto de Enero Sitio Web Boletín virtual Difusión de Antroposur a través de Mailing, revistas especializadas y Web Moira Barrientos Juan Pimentel Todos Claudia Santos Esteban Figueroa Alejandro Paredes 18 Provocar espacios de articulación – definir una figura de articulación. Generar espacios de articulación - Generar política de financiamiento - Construcción de mapa institucional. Acercamiento a profesionales del área. Creación de alianzas con aliados estratégicos Mecanismo Jurídico Reuniones de Trabajo periódicas Formulación y gestión de proyectos Búsqueda de fuentes de financiamiento Auspicios personales Cuota solidaria Enero Moira Barrientos Tatiana Araya Noviembre José Saavedra Christian Paredes Enero Trimestrales Enero Noviembre Dic. Noviembre en adelante. Amparo Aguirre Mauricio Gomez Alejandro Paredes Direcciones Web Generales: Página principal: http://www.eListas.net/lista/antroposur Para suscribirse: http://www.eListas.net/lista/antroposur/alta Para consultar mensajes atrasados: http://www.eListas.net/lista/antroposur/archivo